Antes se realizaba en la Cámara de Comercio de Pereira, en el centro, y ahora se expandió a ExpoFuturo. Este cambio demuestra su crecimiento, posicionamiento a nivel nacional y aceptación del público de la región, como un encuentro para fortalecer la cultura y mostrar nuevas generaciones de escritores locales.
Fotografías: Diego Val
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Entre exhibidores de libros, cabinas telefónicas románticas, estudiantes efusivos, periodistas captando entrevistas y escritores nacionales invitados, La Cebra que Habla hizo presencia en la Feria Internacional del Libro de Pereira (FILP), y encontró novedades editoriales, escritores famosos y habló con los conocedores de la literatura pereirana sobre temas afines a nuestra cultura.
Y es que este importante evento necesitó de 4 meses para consolidar su programación, lograr una logística rigurosa y cuidar cada detalle específico para esperar la afluencia de miles de visitantes que, desde el martes 03 de octubre, sin importar la lluvia o el frío de esta temporada, están brindando oportunidad y confianza a la FILP con su asistencia.
Esta feria antes se realizaba en la Cámara de Comercio de Pereira, en el centro, y ahora se expandió al pabellón ExpoFuturo del sector La Villa en la ciudadela Cuba, cuyo aforo esta ricamente repartido en salones con nombres de nuestro departamento: Balboa, Santuario, La Celia, y que reciben a escritores internacionales como la ecuatoriana Gabriela Alemán, nacionales que van desde Carolina Sanín, William Ospina, Alfredo Molano, Pilar Quintana, y entre los locales, Julio César González “Matador”, Elber Ladino Guapacha, Juliana Gómez Nieto, Diego Alexander Vélez, Rigoberto Gil, entre otros.
Los exhibidores que decoran el lugar son la novedad.
Un paseo de herradura por el salón principal de Expofuturo deja ver marcas peculiares como “Benjamín Botón” una venta de artículos hípster; “Cabina Literaria” que, al comprar un poema, puede ser leído al marcar un teléfono dentro de una romántica cabina roja.
“Confiar en la Cultura”, cuya cooperativa incursiona desde hace años en la línea editorial; “Colombia Caza Libros” que trae la primicia de comprar 1 libro y acceder a leer 500.
Y también en estos exhibidores figuran nombres individuales: Giovanny Osorio, dibujante, que empezó con el grupo de cómic en el antiguo Cine Club Borges, un tímido joven estudiante posa para sus retratos tipo anime; Daniel Carvajal, el escritor quindiano que le apuesta a la meditación y relajación espiritual con su libro: “Serenidad el supremo anhelo”.
En cuanto a los invitados, los más específicos son los jóvenes de colegios risaraldenses: Instituto la Julita, Colegio Nuestra señora de Fátima, Liceo Talento Humano, Liceo Pino Verde, Aquilino Bedoya, Colegio Matecaña, Liceo los Andes de Dosquebradas y demás colegios del departamento.
Y ciudadanos generales de la región cafetera, que ovacionados corren de un lugar a otro buscando buenos libros o una foto con alguna personalidad conocida.
Todo este panorama cultural y literario demuestra para los visitantes, lo mismo que nos confirmó el fundador de la revista Luna de Locos y artifice de esta feria, Giovanny Gómez, que la cultura literaria local está empezando a demostrar su mejor lado al presentar en esta ocasión nuevos autores regionales: los ganadores de la “Colección de escritores pereiranos 2016”, el nuevo libro de Julio César González “Matador”, el grupo de laureados con “Estímulos 2017”, y por supuesto, el lanzamiento de ediciones de la Maestría en Historia de la Universidad Tecnológica de Pereira.
La directora de la biblioteca pública de Pereira, Carolina Toro, resaltó que hay jóvenes literatos de calidad que están gestionando procesos editoriales importantes, y cuya finalidad es dar un paso adelante en la idea de fortalecer la presencia en la feria y recuperarla para la ciudad.
Su aporte fue traer en su exhibidor autores regionales como Aníbal Arcila, Oscar Aguirre Gómez, Víctor Escobar Navarro, Andrés Galeano, entre otros ganadores en alguna ocasión de los concursos literarios organizados por la biblioteca.
Las expectativas de la FILP son altas, porque se espera que la influencia de escritores locales y sus obras puedan transcender de la venta y exposición de materiales a introducir estos textos en los contenidos escolares por medio de la Secretaría de Educación Municipal.
La base de esta motivación es la calidad, compromiso, talento y letras bien elaboradas, que deleitan e instruyen a niños, jóvenes y adultos en Risaralda.
Este evento no soluciona el déficit de comprensión lectora, demanda o consumo de libros, pero tiene un fin de encontrar experiencias positivas que se están gestando en la ciudad y el departamento en materia de escritura, literatura y legado.
La ilusión de la gente haciendo presencia en la feria del libro es el mejor síntoma para decir que hay muchos retos por cumplir en Pereira.