El planeta de los simios: al borde de caer por los humanos.

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¿Cómo puede el ser humano crear un simio con inteligencia? Asistimos a la película  con algo de miedo;  esos seres  nos pueden vencer, y nos conectamos con la imponencia de un ejército y unas personas que tienen la misión de recuperar el territorio perdido.


 

Título original: War for the Planet of the Apes
USA, 142 min, 2017
Director: Matt Reeves
Guión: Mark Bomback, Matt Reeves (Novela: Pierre Boulle)
Actores: Andy Serkis, Woody Harrelson, Amiah Miller, Gabriel Chavarria.
Género: Ciencia ficción, aventuras.

 

El cine consiste en hacernos desear: juega con las emociones,  y desarrolla una capacidad muy fuerte sobre los imaginarios que hemos construido como especie. Desde vieja data, al igual que  otros medios, ha dado cuenta de cómo podemos colapsar por el dominio de una especie animal sobre nosotros.

Hay películas donde los tiburones nos doblegan, las cucarachas nos invaden, los pájaros se apoderan del territorio, los perros nos ganan en inteligencia, los gatos desarrollan todo su poderío, los tigres nos devoran, o una serie de engendros cooptan el espacio del ser humano.

Esa cercanía (en similitud) con los simios  ha dado lugar a una incertidumbre, que también es un vacío: ¿cómo derrotar la sagacidad de aquellos que pretenden sobreponernos?

 

 

La angustia es mayor, porque casi siempre, las consecuencias de la dominación son producto de experimentos del hombre. La creación de Frankenstein  nos derrota en fuerza, la de  los simios en capacidad.

De allí que la saga, que viene desde hace varias décadas sacudiéndonos, se nos presenta esta vez en un nuevo episodio  desde la estrategia de cómo ganar una guerra.

César, el experimento, y su lado más beligerante, Kova, son el rostro de la sociedad movida por asuntos tribales, intuitivos e instintivos.

¿Cómo puede el ser humano crear un simio con inteligencia?, y de hecho, ¿para qué lo creó?

Asistimos a la película  con algo de miedo;  esos simios nos pueden vencer, y nos conectamos con la imponencia de un ejército y unas personas que tienen la misión de recuperar el territorio perdido.

Luego, en medio de esas pujas, caemos. La empatía puede voltearse, y como espectadores estar más de cerca de las necesidades de sobrevivencia.

 

Foto tomada del portal El Multicine

 

Me llama mucho la atención  la forma como estas películas de animales nos cautivan, generan una audiencia significativa,  y mueven en nosotros fibras muy sensitivas.

No son solo cuestión de una historia, sino que revelan nuestras ansiedades, la manera cómo aprendemos de otras especies que nos dan lecciones de ética, solidaridad y modos de relación muy diversos.

¿Qué estaremos haciendo para provocar un hostigamiento sobre nosotros mismos?

Conectarse con la película de los simios, supone hacer una separación: queremos ser simios, ante el fracaso y la vergüenza de los humanos. El coronel que  los combate (interpretado por el recordado Woody Harrelson, Asesinos por naturaleza),  firme y sin compasión, le dice a César, con una agudeza que descresta, pero pone en el ojo la severidad: “Hay momentos en que es necesario abandonar nuestra humanidad para salvar la  humanidad”.

 

Foto tomada del portal SensaCine

 

Es en la guerra, en las gestas donde reconocemos nuestra ética. Allí hay lugar a lo impensable, como también a ese otro lado que nos redime: la compasión. Los simios en esta entrega de la saga, ofrecen lo que no tenemos los humanos.

Para quienes han seguido de cerca la invasión de los simios, desde que en 1968 salió la adaptación de la novela de Pierre Boulle por el cineasta Franklin F. Schaffner, hemos acudido a una veintena de remakes, dimensionando a los monos como una especie con superioridades. Solo en algunas ocasiones aparecemos como sagaces e inteligentes.

La  evolución en el cine  nos ha permitido  ver como semejantes próximos a esas bestias, dejaron de ser grotescos y salvajes, y posan con aire familiar. Nos ofrecen un banquillo  para mirar lo derruido de nuestras relaciones, y hasta dónde podemos llegar si de pronto alguien nos corre la butaca.

 

Foto tomada del portal Cine Para Llevar

 

Quizás en otra versión puedan ser los zombies, las orcas asesinas, los vampiros sobrehumanos, los orcos, los androides, los robots y una gama muy nutrida de seres, los que puedan apoderarse del planeta.

John Harold Giraldo Herrera. Docente Asociado. Universidad Tecnológica de Pereira. Periodista y documentalista independiente.

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