Las trece historias del libro escrito por John Agudelo García recrean un mundo actual de promesas burocráticas en el que los jóvenes no desean comprometerse, aunque caminan sin desearlo hacia ese orden materialista.
“Animales Urbanos”
Jhon Agudelo García
Sílaba Editores
Páginas: 110
2016.
Medellín.
Más allá de un libro galardonado, Animales Urbanos es una obra que funciona. La incomunicación, el desamor, el desarraigo, los problemas de la creación literaria y del arte en general, son los ejes temáticos sobre los cuales giran las trece historias que lo componen.
A través de una prosa límpida, que solo puede explicarse a partir de un arduo trabajo de orfebrería verbal que para el lector se convierte en algo tan simple como abrir una ventana y mirar, John Agudelo García nos presenta las criaturas de su universo creador: jóvenes artistas con el fantasma de la universidad a cuestas, la corresponsabilidad entre poesía y naturaleza, ficción y realidad o, como lo entendía Pavese, oficio de vivir versus oficio creador.
El tiempo en el que se desenvuelven las historias, es el actual con todas sus promesas burocráticas, el trueque capitalista de productividad por desgaste vital, ideales por fetiches, esfuerzo laboral contra violencia y corrupción.
En fin, un mundo en el que los jóvenes en las historias no desean comprometerse, aunque caminan sin desearlo hacia ese orden materialista.
Jhon Agudelo García- Autor // Foto tomada del portal El Mundo
Rejuvenecer, el cuento terrorífico y extraño hasta el estupor con el que comienza la serie, enfrenta al lector a un orden cerrado en el que una niña abandonada temporalmente, al parecer, en su propio apartamento, corre peligro frente a un espontáneo protector que vive en la parte de atrás.
Le sigue Al Ritmo de las Olas, en el que un grupo de madres sustitutas de Bienestar Familiar, son favorecidas por la alcaldía con un viaje de descanso a San Andrés que se confirma y revoca al ritmo del contrapunteo telefónico entre Gabriela y Marleny. Tiene el poder de revelar las claves y trabas de un país colapsado por los intereses burocráticos.
Los dos cuentos, narrados en tercera persona, podrían considerarse las criaturas extrañas de esta serie, por ser los únicos que no involucran el debate de los jóvenes frente al extrañamiento del mundo del arte y el entramado social, pero justifican su inclusión, pues se trata de obras mayores.
Abundan los cuentos de parejas como El Ataúd del Pez, Eclipse, Dibujo y Algo en su Ojo Izquierdo, en el que el código común es el desarraigo, la elección de la libertad frente a la posibilidad de un compromiso.
Son parejas de artistas, cuyas historias fluyen sin mayores peripecias en paisajes colombianos como el Nevado del Ruiz, Carmen de Viboral, las playas afines a Colombia y Panamá. Espacios abiertos que funcionan como remansos de quietud ante el mundanal ruido de las urbes, paisajes propicios para hablar de literatura, evocar autores y olvidarse de la mediocridad de las ciudades con sus itinerarios de miseria.
Son cuentos cargados de poesía y soledad. Las parejas se entregan al momento como única promesa. El deber o imperativo social con los que no desearían pactar, tarde o temprano, los alejará.
Unos transcurren casi en recintos cerrados como Jugar a Matarse y Algo en su Ojo Izquierdo. En estos, la incomunicación y la crueldad psicológica se ponen de presente, pese a la proximidad impotente de los cuerpos.
Autoplagio recrea el tema del doble con notable lucidez. El personaje principal participa en un concurso de pintura, cuya convocatoria había ganado el año anterior. Como las bases prohíben al ganador participar de nuevo, persuade a Carlos, su amigo escritor a presentar la obra con su nombre y a dividir el monto del premio en caso de triunfo. Vencen, como es de suponer, y Carlos empieza a disfrutar los privilegios y oportunidades del ganador.
Se plantea el conflicto inevitable entre creación y promoción personal, entre la necesidad de mantener la calidad de la obra que está difundiéndose y crear otra con poder para superar la primera y poner a raya un conato de envidia contra su alter ego.
Las invitaciones a presentar la obra del pintor laureado en otros museos del mundo disparan el esfuerzo del artista verdadero y la fama creciente del depositario de la obra. El cuento que desarrolla una trama notable podría ser también un pretexto para reflexionar, como lo hace, sobre los condicionamientos del proceso creador.
Animales Urbanos es resultado de un mundo que plantea a los jóvenes una herencia difícil de aceptar. Profundidad y sencillez, estilo y reflexión, son expresiones antagónicas, pero sumadas al poder de análisis y sugerencia, constituyen las características más relevantes del libro.