Texto y fotografías: Jess Ar
Lugar: Tertulia El Rincón de los Amigos.
¿Qué es?: un “tomadero” de cerveza y otros licores populares con música de colección, entre amigos, íntimo y cercano.
¿Dónde?: Calle 24 entre 4 y 5 (Casa primer piso, puertas vinotinto y carpa amarilla) frente a la cancha del parque, diagonal al Hospital San Jorge.
¿Cuándo?: lunes a sábado a partir de las 6: 30 PM.
¿Quién atiende?: Javier Aguilar.
¿Por qué ir?: La Tertulia le ofrece un espacio para el diálogo y la discusión sana sobre música, deporte, y temas de interés cultural. Además de poder asistir a un encuentro de coleccionistas expertos en bolero, tango, milonga, música social, entre otros géneros.
El inicio:
Conocí la tertulia por referencia. Un amigo me habló de un sitio cerca al Parque Gaitán donde semanalmente se daba un encuentro de coleccionistas. Me impresioné, toda mi vida he vivido en ese sector, y jamás me percaté que a unos pasos de mi ruta diaria, cada jueves en la noche, un grupo grande de expertos coleccionistas se reunía para recordar, tertuliar y compartir joyas musicales, además de anécdotas y conocimientos.
En Octubre de 2005 don Javier Aguilar abrió su negocio, una cafetería que empezaba las labores muy temprano en la mañana, habitual, ofreciendo lo que casi todos, y en las tardes, se desplegaba la música que se acompañaba con cerveza hasta empezar la noche, momento en que cerraba y terminaba sus labores.
Así fue la primera fase de la Tertulia El Rincón de los Amigos durante 7 años. Luego, viendo el gran incremento de cafeterías que rodeaban el parque, decidió cambiar la razón social de panadería a taberna, un “tertuliadero” para pasar con los amigos, la vía para revelar una de sus grandes pasiones: coleccionar música; actividad que realiza desde hace 30 años y que lo ha llevado a conseguir “joyas” de su género predilecto: el tango. Vinilos de 45 y 78, discos, casetes, en digital, música en todos los formatos posibles.
Para don Javier Aguilar, la música llegó de manera consciente a los 13 años. Vivía muy cerca de una taberna que en definitiva marcaría su vida: La Milonga, ubicada en la carrera 10 con calle 10, sitio representativo de tangos y milongas, y culpable de muchas de sus obsesiones actuales. Después de haber sido espectador del sitio, trabajó allí durante 5 años como mesero, aprendió muchísimo de música y pudo conocer el universo complejo de cómo administrar un negocio, y en especial, uno de este tipo. Ahora una foto colgada en las paredes de La Tertulia , impregnada del paso del tiempo, es lo que queda de aquella Milonga.
La dinámica del sitio:
En La Tertulia el Rincón de los Amigos, todo está concebido, en palabras de don Javier, como un centro cultural. Un sitio pensado para que la gente que quiera hacerlo se exprese desde lo artístico, con cuentería y poesía hasta exposiciones de algún tema cultural. Un claro ejemplo de ello es su espacio más reconocido: el encuentro de coleccionistas realizado todos los jueves a partir de las 7:30 de la noche. Hablar y compartir son los elementos claves que hacen de La tertulia el lugar que es ahora: un encuentro para la palabra.
De lunes a miércoles (cuando suenan boleros, música social o son cubano) don Javier dispone el sitio para la presentación de exposiciones atadas a temas culturales y deportivos, y entre todos dialogan sobre estos. Los viernes la música que reina en La Tertulia son las baladas de los años 70 y 80. Y los sábados es el día en que la petición del cliente es la que prima.
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El encuentro de coleccionistas:
Omar Velázquez, médico, y Miriam Giraldo, cantante, ambos amigos, coleccionistas y clientes del sitio, le sugirieron a Javier destinar los jueves para conversar sobre música. A partir de la línea de tertulia diaria que ya tenía de lunes a miércoles, podía dedicar además una noche para hablar sobre la colección musical de algunos de sus clientes.
Hasta el día que conocí el sitio, llevaban 208 tertulias consecutivas. Un encuentro impecable, cada uno registrado en un cuaderno particular de cuentas, con su temática dispuesta, los discos que suenan esa noche son anotados en un acta, algo así como la relatoría del evento. Señoras y señores muy bien vestidos, otros recién salidos del trabajo, aún con un poco de restos de madera o pintura sobre su ropa o manos, y con una maleta al hombro llena de vinilos, llegan a la tertulia a compartir y escuchar. Cada tertulia es un encuentro diferente alentado por una temática específica, trayendo anécdotas inesperadas de músicos que ya han fallecido, y que sin duda, saben resonar en la memoria por sus composiciones e interpretaciones.
Mi segunda visita a la tertulia fue la número 210, esta vez en homenaje a la mujer. Vinilos sobre las mesas con rostros de mujeres con una belleza de antaño, licor, y los asistentes, expertos coleccionistas que se relevan cada tras escena de las canciones desplegadas en el tornamesa de don Javier. Silenciosa y muy atenta me percato de no perderme de ningún detalle de lo que relatan, sus gestos, y una particular amabilidad por recibir a una novata en ese bello arte de coleccionar música, y más que nada, vinilos.
Todo eso me hace querer volver siempre a este pequeño, pero inmenso, rincón de colección.
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#Playlist
Escuche el playlist del encuentro 210 de coleccionistas en homenaje a la mujer