Solo basta revisar los diversos acontecimientos de este año para corroborar que la ausencia de certidumbres es la única constante.
Algunos podrán recordarte con la gratitud que ofrece una tarde con brisa luego de un día de intenso calor. Otros te recordaran como el año en el que le dieron vuelta a su vida apacible en ciudad intermedia para dar saltos cósmicos persiguiendo sueños envueltos en hojaldre y chocolate. Otros te recordaran como un crédito pendiente, una resonancia magnética, un accidente o quizá un adiós a una tía entrañable.
Hacer un balance de un año puede ser un desafío a la razón porque siempre habrá en ello un acto de injusticia.
Para mí 2018 me ha permitido reconocer muchas piezas de mi rompecabezas personal y poner fichas en su sitio. Me ha permitido encontrar espacios como éste para intercambiar impresiones sobre esta vida que armamos cada día.
Si tuviera que describir en una sola palabra este 2018 diría que en el plano internacional equivale a “incertidumbre”.
Solo basta revisar los diversos acontecimientos de este año para corroborar que la ausencia de certidumbres es la única constante. Por ejemplo tenemos el brexit que sigue sin resolver y que para todos produce un quebradero de cabeza. España cambió a Rajoy por Sánchez en una movida que aun no se sabe si se quiere que se termine porque el presidente encargado es como un Trudeau peninsular, que limpia la imagen de corrupción e ineptitud dejada por su antecesor.
Francia no se resigna a la suerte que eligió con su joven presidente y cierra este 2018 con la duda de si el estado social podrá mantenerse, si la brecha europea entre una élite cosmopolita y pujante frente a una masa más empobrecida y que no recibe los beneficios directos de la globalización pueda cerrarse. Quizás no veremos un movimiento multitudinario y pan europeo de “chalecos amarillos” tomarse a las capitales y a las provincias del continente, pero sin lugar a dudas crecerán las muestras de inconformismo.
Nos persignamos al imaginar el mundo como lo describen los científicos e investigadores ambientales: un Apocalipsis de sequías en las tierras fértiles y de inundaciones en las costas que podrían borrar ciudades enteras del mapa. Pero más allá de horrorizarnos al ojear los titulares, no queremos creerlo y para eso no hay nada mejor que cerrar la pagina donde lo vimos. Es la manera infantil más manida de acabar con un problema: si no lo veo, no existe. Entonces en Katovice [Polonia] casi que no sale el humo blanco hace tres semanas para que nuestros representantes encontraran consensos que permitan darle dientes al Acuerdo de París, para que podamos detener y mitigar los estragos ambientales. Cerramos el año con las dudas de que exista una base común para afrontar de manera global este tema.
En Hungría se sublevan los jóvenes, en la mayor protesta después de la caída de la cortina de hierro, ante la llamada “ley de la esclavitud” que permite entre otras que las empresas paguen horas extras con un retraso de hasta tres años y que los empleados tengan que trabajar si se requiere hasta 400 horas al año.
Hay incertidumbre en Europa porque no saben cómo lidiar con ese socio trasatlántico lleno de caprichos de niño malcriado. Su defensa entera está en manos de un hombre que poco escucha a los demás, mientras los socios europeos manotean en el aire y resuellan tratando de aplacarlo. Pero todo es en vano. Intentan salvar un pacto nuclear con Irán incluso frente a la incertidumbre de si este país estará violando a escondidas el acuerdo, tal y como afirma Estados Unidos.
Los últimos en sumarse a la lista de las incertidumbres son los kurdos que con el anuncio de (nuevamente) Trump de sacar las tropas estadounidenses en Siria, los empuja a pactar con Al Bashad, cuyas tropas combatían. Un pacto con el dictador les permitiría sobrevivir a los avances de Turquía, quien los quiere combatir a toda costa para evitar la creación de una nación kurda. Una patada al tablero de ajedrez en Medio Oriente le da la vuelta a los 6 años y medio de guerra, y antes de que termine 2018 Al Bashad termina rehabilitado ante los ojos de sus socios de la región.
Y en Colombia seguiremos ante la duda razonable que supone una justicia cuestionada y unas muertes inexplicables en el caso de corrupción mas sonado de la historia y el más pobre en cuanto a resultados. ¿Hacia dónde va la nación colombiana? ¿Cuál es nuestro proyecto común en medio de la polarización y de las acusaciones de bodega a bodega? Perdemos tiempo valioso no por culpa de las discusiones sino por el tenor de las mismas. Nadie sabe hacia donde empujar esta carreta y todos gritan que para el otro lado solo hay un despeñadero ¿será en realidad Colombia un mojón en medio del mar?
Quizás más interesante que elaborar un inventario de incertidumbres pasadas sería el de crear un listado de incertidumbres futuras ¿Qué se trae entre manos este año que ahora despunta?
Mi reino por un caballo que Trump continuará con su provocación a Xi, quien tiene a un buen número de empresas europeas y estadounidenses en su territorio y con una clase social media en China con capacidad de compra, pero además empresas proveedoras que se ahorraron la curva de aprendizaje al copiar y que ahora pueden innovar.
Trump empujará por esta vía a la economía a decidirse a donde lleva su capital, ante que sanciones quiere exponerse, y quizá incluso a hacer un alto para evitar las volatilidades del mercado.
Lo del muro con México se pospondrá un año más, ante las pataletas de Donald y a pesar de que el gobierno vuelva a entrar a un cierre parcial.
Los Amlovers en México añoraran que no les sometan a referéndum o plebiscito cada decisión del gobierno. No se sentirán como en Suiza sino que querrán que el gobierno acabe con tanta impunidad y corrupción. Pero AMLO seguirá con sus rondas de medios televisadas y con sus consultas.
Los brasileños entenderán que la añoranza a la dictadura no es lo mismo que gobernabilidad. Que un hombre que promete la mano dura y promulga el amor cristiano es un caballero de la época de las Cruzadas pero que está lejos de ser un líder en un país diverso como Brasil.
Los europeos seguirán como el personaje de John Travolta en la película de Pulp Fiction…. perdidos, buscando respuestas a su problemas del resurgimiento de los nacionalistas por un lado y la falta de un proyecto de defensa común real.
2019 no será un año de incertidumbres. Será a nivel internacional un año de agudizaciones. Pero también será un año de las resistencias, que permitirán que las confusiones se vayan disipando y las luchas por las libertades individuales y la defensa ambiental no terminen debajo de la alfombra de los líderes mundiales empeñados en sus “bromances” con beneficios personales.
Así que 2019 se escribirá con A. La misma letra de la anticipación, de la alegría, del allanamiento, de lo atómico, del arrepentimiento, pero también de la aventura y de los avances, de los aciertos y de las equivocaciones, aunque no empiecen con A. Porque al final de esto se trata la vida en lo personal y en el plano internacional: de tomar decisiones, de alcanzar metas de tropezar y de volverse a levantar. Como lo ha hecho la humanidad en sus versiones micro y macro. Solo que esperemos que 2019 sea un año que defienda lo que tenemos de ambiente y de bosques y de fuentes de aguas limpias.