Este fenómeno no es exclusivo de los barrios de estratos altos y se extiende por toda la ciudad; es así como en la ciudadela Cuba o el Parque Industrial los que se parquean mal (con mayor intensidad asociados a zonas comerciales) también ocasionan constantes atascos.
El parqueo indebido se ha tomado a Pereira. A pesar de las labores que seguramente se hacen desde la Administración Municipal, entre ellas, por ejemplo, señalizar la recién reparada carrera 3ª, en toda su trayectoria desde la Avenida del Río hasta la zona del barrio Bavaria; y algunos otros esfuerzos, que son burlados o ignorados constantemente por los propietarios de vehículos.
Pereira es una ciudad con pocas vías, y las que tenemos se encuentran invadidas por las zonas azules o por el parqueo en lugar prohibido; y aunque las unas están legalizadas -y de ellas algo se deriva en ingresos al erario público-, y los otros son prohibidos, el efecto en la reducción del área para la circulación de los vehículos es exactamente el mismo.
Esto es un verdadero desastre. Aquí o allá, en las calles 21, 26, 13 o 14; o en las carreras 3ª, 5ª, 9ª, 10ª, 12, 13, 14 o 18.
El peor suplicio lo viven barrios tradicionales como Los Álamos, en donde las entidades educativas o los locales comerciales han hecho de las calles la extensión de sus precarios o inexistentes aparcaderos. Es el caso del bloque L de la Universidad Tecnológica, por ejemplo. Una institución tan prestigiosa no debería permitir, bajo ninguna circunstancia, que los estudiantes que allí acuden ocupen todo un carril de la vía (calle 12) para parquear sus medios de transporte.
Si por Los Álamos llueve, por Pinares o Los Alpes no escampa. Estas zonas, que antaño fueron exclusivamente residenciales, hoy están mezcladas con comercio de manera importante, lo cual no está mal en términos generales. El problema sobreviene cuando se permite transformar antiguas casas de residencia y poner allí locales comerciales que, so pretexto de una licencia de remodelación, se hacen los locos con los parqueaderos que obligatoriamente deberían proveer.
Este fenómeno no es exclusivo de los barrios de estratos altos y se extiende por toda la ciudad; es así como en la ciudadela Cuba o el Parque Industrial los que se parquean mal (con mayor intensidad asociados a zonas comerciales) también ocasionan constantes atascos.
Otro comportamiento problemático lo protagonizan quienes invaden el carril exclusivo de la cicloruta de manera “temporal”, o los que usan las vías principales, como la calle 40 entre avenida 30 de agosto y carrera 12, para parar a comerse un snack, sin bajarse del carro. O aquello locales que, en forma de Jeeps o Food Trucks, se toman las vías públicas de manera permanente para vender café, comestibles, etc.
Así las cosas, nos invaden los carros, no solo por las escasas vías que tenemos para albergar el aumento vertiginoso del parque automotor, sino porque carecemos de los espacios adecuados para guardarlos al momento de prescindir de ellos.
Con recursos de la Alcaldía y FINDETER se contrató con una firma internacional un plan maestro de vías y parqueaderos. Es sabido que los resultados ya se entregaron. Qué bueno sería conocer qué concluyeron estos expertos, y las medidas que va a tomar la administración municipal para evitar el comportamiento indebido de los mal parqueados.