He aquí una radiografía de un cáncer institucional que necesita una seria quimio o radioterapia, para encontrar su sanidad social. ¿y cuál es ese tratamiento en palabras prácticas? ampararse bajo las leyes colombianas que protegen al ciudadano.
Título: Y nos robaron la clínica
Autor: Emilio Alberto Restrepo
Editorial: Sílaba Editores. Medellín.
Colección: Trazos y Sílabas.
Género: Novela
Año: 2018
Pág. 199
Hace años leí el libro “Papelucho en la clínica” de la escritora chilena Ester Huneeus Salas (1902-1985) cuya trama simple es la de un pequeño llamado “Papelucho” quien mientras su mamá y hermanita recién nacida duermen ,se hace amigo de un niño enfermo dentro del pabellón, jugando a intercambiar identidades, para al final ser confundido con el otro niño y operado quirúrgicamente por error. Un drama narrativo no muy distante de la realidad de millones de pacientes en Colombia, que en este caso no son confundidos, sino mal atendidos, y en el peor de los casos, no atendidos por las clínicas u hospitales del país.
Así entonces, “Y nos robaron la clínica”, del médico y ahora escritor, Emilio Alberto Restrepo es la nueva novela que lanza al mercado Sílaba (2018) en su serie “Trazos y Sílabas” y que habla precisamente de esto. De las clínicas y cuidados primarios que por derecho fueron en otro tiempo de los ciudadanos y que ahora por decreto, son de los “otros”, es decir, de los empresarios, esos seres de manos y bolsillos grandes que manejan la salud de millones de pacientes según cifras y no intereses sociales.
Frente a este libro nadie debe asustarse ni caer en pesimismo, (Sí, nos ha robado ¿pero qué podemos hacer? Nada), ya que en realidad este sugestivo título (y contenido) trata de algo que pasó y sigue sucediendo, especialmente en este tiempo donde empresas como Medimás, Audifarma y otras tercerizadoras de la salud están en el ojo del huracán por un lado, y en ojo de la Contraloría General de la Nación por el otro, debido a serias irregularidades económicas, por no decir “desordenes administrativos”.
Pero centrémonos en este nuevo libro, porque este thriller corporativo, o crónica novelada, como la llamó el narrador antioqueño Gustavo Colorado Grisales, retrata por medio de la ficción la realidad de millones de personas que sufren la precariedad de la atención básica en materia de salud. Personas que, sin exagerar, ruegan para que les sea aprobada ciertas cirugías riesgosas, o el obtener medicamentos que los funcionarios de las EPS llaman, “post”, es decir, que no son gratis para ciertos estratos sociales y deben salir del bolsillo del, o los dolientes.
Me llama la atención la prudencia de Emilio Alberto Restrepo al decir que:
“Esta novela está basado en una serie de casos y asuntos que parecen tomados de la vida real, pero son producto de la imaginación del autor”.
Tiene el derecho de incrustar esta señaletica en la entrada de su libro, sin embargo, como dice el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht:
“Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad”. Así de simple.
Aunque al aventurarse a entrar en esta lectura de 199 hojas, uno puede “intuir” sobre qué, o de quiénes trata el asunto sin que se usen nombres reales. Por eso hay que hace dos cosas con este libro: leerlo y releerlo, ya que más allá de entretener, (y un escrito de este tipo busca más que eso) he aquí una radiografía de un cáncer institucional que necesita una seria quimio o radioterapia, para encontrar su sanidad social. ¿y cuál es ese tratamiento en palabras prácticas? ampararse bajo las leyes colombianas que protegen al ciudadano como el artículo 48 de la Constitución Política de Colombia, o el artículo 152 de la ley 100 de 1993, entre otras legislaciones que permiten reclamar lo justo y acceder a un servicio básico universal: el restablecimiento digno de la salud.
Las palabras finales del autor de “Y nos robaron la clínica”, son el bisturí con el que operaron a Papelucho en una sala quirúrgica:
“Después que todo se vino abajo, las cosas nunca volvieron a ser las mismas. Ninguno de los que alguna vez tuvimos que ver con el proyecto de la Clínica salimos intactos del proceso; habían pasado demasiadas cosas… en ese lapso, casi todos perdimos, solo unos pocos logramos ganar algo, pero pusimos mucho en juego durante el camino y dejamos jirones de carne y sangre en el camino”.
Esta nueva novela de Sílaba Editores 2018 no tiene moraleja (y que bueno que no la tenga), pero una frase sacada del Quijote (II 30) y que usamos a menudo en nuestro lenguaje: “Tanto va el cántaro al agua, que a final se rompe”, define muy bien todo: el que juega con la salud, como lo están haciendo los mercaderes de la medicina y los médicos sin ética, finalmente correrán el peligro de tener sendos problemas y serias consecuencias con la ley.
La Contraloría General de la Nación ya tiene su mirada puesta en esta problemática del país, y Sílaba Editores, con este libro de Emilio Alberto Restrepo, se anticipó poniendo la lupa en un delicado asunto que atañe a todos.