Esta segunda parte desarrollada a modo de secuela en el año 2049, no deshonra a su memorable antecesora, e incluso es más que digna. Y gracias a los adelantos tecnológicos es más compleja e impactante.
Título original: Blade Runner 2049
USA, 2017, 163 min.
Director: Denis Villeneuve
Guión: Hampton Fancher, Michael Green (Historia: Hampton Fancher/Personajes: Philip K. Dick)
Actores: Ryan Gosling, Harrison Ford, Ana de Armas, Jared Leto, Sylvia Hoeks, Robin Wright, Edward James Olmos.Género: Ciencia ficción
Basada en: Do Androids Dream of Electric Sheep? de Philip K. Dick
Música: Hans Zimmer, Benjamin Wallfisch
Fotografía: Roger Deakins.
Siempre preocupa la secuela de un clásico, de algo que no creemos pueda mejorarse.
Blade Runner, estrenada en 1982, fue en su momento un fracaso de taquilla pero con el paso del tiempo llegó a ser una película de culto, moviéndose entre el cine negro y la ciencia-ficción, recreando un futuro distópico y planteando argumentos audaces para la época, en aspectos como las clases sociales, la genética o lo qué significa ser humano.
Para esta nueva entrega existe una garantía importante, que inspira cierta confianza, para una segunda parte: la dirección de Denis Villeneuve, uno de los autores con más temple en el cine de actualidad.
La producción a cargo del padre de la primera e inolvidable criatura, Ridley Scott, y para completar, coescrita por Hampton Fancher, que fue el guionista de la precuela.
La trama se ubica treinta años después en una versión caótica de la ciudad de Los Ángeles, vigilada por un cuerpo de policía compuesto por replicantes, androides que parecen pensar y sentir, pero que en realidad lo que hacen mejor es obedecer a toda prueba.
Uno de ellos es K (Ryan Gosling), a quién se le encarga una importante misión con el objetivo de develar el misterio relacionado con la posibilidad de que los replicantes puedan reproducirse.
Niander Wallace (Jared Leto), desalmado creador de replicantes y obsesionado con esa posibilidad, decide ir tras K para apoderarse del secreto.
Necesitaría verla al menos una vez más para saber si en realidad me cautivó como nueva creación o tal vez existe cierta devoción nostálgica hacia la primera Blade Runner, que no me permite ver que al final era mucho más sencilla de lo que se cree.
Lo cierto es que la segunda parte, desarrollada en el año 2049, no deshonra a su memorable antecesora, e incluso es más que digna.
En cuanto a estética no falla, y gracias a los adelantos tecnológicos es más compleja e impactante.
Una fotografía espectacular, una vigorosa banda sonora (pese a algunos excesos cacofónicos) y un diseño de arte impecable, hacen de Blade Runner 2049 un deleite audiovisual.
Es una secuela original y delicada: el mundo del 2049 es más limpio e inerme, desiertos anaranjados, espacios vacíos, enormes montañas de basura, cultivos de niños subyugados.
Son escenarios que se mezclan con las luces de neón en calles surcadas por autos voladores. No es fácil distinguir qué rostro es humano y cuál artificial.
El entorno puede ser un holograma con los sonidos y texturas de un verde jardín, o la ternura de una mujer lista para amar.
Lo cierto es que la película de Scott era una obra sencilla, no digo simple, pero si construida a partir de elementos sintéticos.
En la de Villeneuve hay muchos intentos innecesarios de profundizar en la personalidad del protagonista, considero que se excede en las secuencias tipo ‘Her‘, con el holograma interpretado por Ana de Armas, que aunque estén muy bien hechas delatan la minuciosidad con que fue construida su personalidad.
Afortunadamente Gosling, y su típica y magnífica inexpresividad lo hacen muy similar, no solo en vestimenta sino además en soledad y melancolía al mítico Rick Deckard.
Por cierto, la chaqueta verde que luce durante toda la película, diseñada por Renée April, está hecha con algodón laminado y decolorado, pues en un mundo donde la comida es sintética no hay lugar para usar lana ni pieles de animales.
Un detalle que se ha ganado los aplausos de los animalistas sin dejar de lado su influencia en el mundo de la moda como lo hizo en los 80´s su predecesora. Según Jean Paul Gaultier: “nunca volví a ser el mismo después de verla”.
Para esta nueva entrega, hubo una novedosa estrategia de marketing para promocionarla, el lanzamiento de tres cortometrajes que ayudan a conectar las dos películas.
‘Blade Runner Black Out 2022’ que explica el acontecimiento conocido como “El Apagón”, el cual será muy importante en la trama, y nos permitirá entender qué ha pasado desde entonces.
‘2036: Nexus Dawn’, el segundo corto, que en realidad fue el primero en ser publicado, nos presenta por primera vez a Niander Wallace (Jared Leto), que en teoría es el villano de la nueva cinta.
‘2048: Nowhere to Run’, parece ser la última pieza del rompecabezas al conectarnos con la nueva película, ya que se desarrolla un año antes de los eventos de Blade Runner 2049, y nos relata la historia de Sapper, un replicante Nexus 8 que aparece en la última película.
Aunque Blade Runner 2049 tiene una trama compleja donde es fácil perderse, es en definitiva una película que merece la pena tanto como espectáculo visual como secuela de la emblemática película de Ridley Scott.