La desconocida intérprete británica está en el centro de un trío amoroso que ha hecho dimitir a Kevin Tsujihara y Ron Meyer, responsables de Warner Bros y NBC Universal respectivamente.
Por Carlos Megía publicado en El País
El auge imparable de las plataformas de streaming, el cierre de las salas de exhibición de todo el mundo a causa de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y la incursión en la industria de gigantes tecnológicos como Apple o Amazon han puesto en la encrucijada a los estudios cinematográficos de Hollywood, sumidos en una crisis estructural sin precedentes en las últimas décadas. De todas estas circunstancias se han escrito ríos de tinta en los medios de comunicación, pero existe otro motivo menos mediático que está haciendo tambalear –más incluso que el fracaso en taquilla de una superproducción multimillonaria– los cimientos de los despachos de los grandes popes en las colinas de Los Ángeles.
Charlotte Kirk es una actriz desconocida hasta para los más cinéfilos de clase. Esta intérprete británica de 28 años lleva algo más de un lustro luchando por hacerse un lugar en Hollywood sin demasiado éxito. Hasta la fecha no ha pasado de algún secundario con lustre en filmes de acción con vocación de ruido ambiental durante la sobremesa y pequeños cameos en un par de producciones de mayor lustre. Sin embargo, pese a su discreto currículo, su nombre es el más repetido hoy en los mentideros y publicaciones periodísticas de la meca del cine después de la defenestración de dos de los ejecutivos más poderosos de la industria.
El pasado 18 de agosto la industria recibía atónita la noticia de que Ron Meyer, vicepresidente del conglomerado NBC Universal, abandonaba su puesto de manera súbita después de casi cuatro décadas siendo una de las figuras claves del sector. A sus 75 años, el responsable de éxitos como Gladiator, El caso Bourne o Fast & Furious y que en su rol como agente (fundó en los ochenta la agencia de representación CAA) llevó al estrellato a Meryl Streep o Tom Cruise, comunicó su renuncia inmediata. ¿El motivo? Una relación extramatrimonial, “breve y consensuada”, con Charlotte Kirk. Fue en 2012, cuando ella tenía 20 y el 67. Según Page Six, Meyer pagó durante años a la actriz para que mantuviera el secreto, pero una vez el caso llegó a oídos de Universal el estudio exigió que lo pusiera en conocimiento del FBI y renunciara a su cargo.
La web especializada The Wrap sostiene que los supuestos extorsionadores son los directores Neil Marshall y Joshua Newton, pareja actual y expareja de Kirk respectivamente. Durante el transcurso de un año, ambos habrían pedido a Meyer grandes sumas de dinero o luz verde como productor a algunos de sus proyectos personales con tal de no desvelar su pasado romance con la intérprete. Marshall, reconocido cineasta responsable de películas como la reciente Hellboy o The Descent y episodios de televisión tan celebrados como Aguasnegras en Juego de Tronos, ha negado unas acusaciones que tilda de “maliciosas e hirientes”. “No hay un grano de verdad en esta historia (…) Estamos ante una caza de brujas, simple y llanamente, perpetrada por hombres privilegiados en posiciones de poder”, corroboró en un comunicado. Además de su prometida, Charlotte Kirk también es la protagonista de su próximo filme, The Reckoning, que todavía busca distribuidora para estrenarse en salas.
Kirk se vio envuelta en un caso de similar eco mediático. En este caso, el gran estudio que vio caer a su máximo responsable fue nada más y nada menos que Warner Bros. En marzo de 2019, The Hollywood Reporter desveló que Kevin Tsujihara (55), CEO de la compañía, había sido presionado para buscar papeles a la actriz, con la que mantuvo una relación sexual en 2013, coincidiendo en el tiempo con su relación con Meyer. “Sé que estás muy ocupado, lo sé, pero cuando estábamos en aquel motel practicando sexo me dijiste que me ayudarías y cuando me ignoras como ahora haces que me sienta usada. ¿Me vas a ayudar como dijiste que harías?”, le preguntó Kirk a Tsujihara pocos meses después en un mensaje de texto desvelado por la publicación. El ejecutivo le consiguió decenas de audiciones y dos pequeños roles en proyectos de su estudio –a la postre los más importantes en la filmografía de Kirk–, Ocean’s 8 y Mejor solteras, y se vio obligado a dimitir. Se desconoce todavía si Ron Meyer también ha ejercido estos años presión sobre directores de casting o productores para que ofrecieran trabajo a la joven de 28 años.
Aunque estas revelaciones han visto la luz en pleno #MeToo, movimiento que se ha cobrado las carreras de otros grandes nombres de la industria como Harvey Weinstein o Les Moonves, Kirk ha negado haber sufrido algún abuso o comportamiento inadecuado de cualquier tipo por parte de Meyer o Tsujihara. “No me considero una víctima porque fue mi decisión. Nadie me forzó a hacer nada, hice lo que quise ya fuera bueno o malo”, explicó al Daily Mail.
Sus relaciones con grandes nombres de Hollywood no acaban ahí, ya que medios como Variety la sitúan además como expareja del productor de películas como El renacido James Packer (quien se la habría presentado a Tsujihara) y del CEO de Millennium Films Avi Lerner (Los mercenarios, Loving Pablo), que también habría sido coaccionado por Kirk para conseguirle audiciones. La mujer que ha puesto en jaque a dos de los hombres más poderosos del cine internacional todavía no se ha pronunciado respecto a las acusaciones contra ella en el caso de Ron Meyer y varios tabloides confirman que pide ser remunerada económicamente a cambio de sus anheladas declaraciones. ¿Cuál será el próximo capítulo de la novela que hace temblar la industria cinematográfica?