Un breve recorrido por el pueblo del Cristo que extiende sus brazos a la esperanza.
Entrar por detrás y ver un gran Cristo sobre la pequeña planicie de una montaña, con los brazos abiertos hacia un pueblo golpeado por lo que llamamos “La Violencia” en Colombia lleva consigo una experiencia que aviva las esperanzas y expone los desafíos. Desafíos de un país que atraviesa un periodo transicional hacia la paz, que debe ser táctico y sabio en su proceder para que la guerra no vuelva a ser parte de la historia.
Ahora bien, este Cristo, el Belalcázar mide 45,5 mts, y está ubicado en la colina antes llamada “El Oso”, hoy, “Balcón del Paisaje”. Fue vaciada con alrededor de 1.650 bultos de cemento y casi 7 toneladas de hierro en cada brazo que permite observar los Nevados del Ruíz, el Cisne y Santa Isabel; además de los departamentos de Risaralda, Quindío, Chocó, Tolima y Valle.
Desde allí pareciera una metáfora ver dos ríos que van en sentidos contrarios: el Risaralda de norte a Sur, único en el mundo y el Cauca de sur a norte, atravesando los municipios de la Virginia, Viterbo, Santuario, Balboa, Anserma, Palestina, Manizales, El Águila, Cartago y Anserma Nuevo. Y el cierre con broche de oro (aunque contradictorio), es que este es el Cristo Rey más grande del mundo no registrado en el famoso libro de los Récord Guinness .
La Cebra que Habla los invita a visitar el bello paisaje de Belalcázar Caldas, con este especial fotográfico de Nos Vemos en Mi Pueblo. Bienvenidos.