Erin Donaldson: la “gringa” que se enamoró de Pereira


Erin Donaldson, sumergida en el establishment comercial de Pereira, ha conocido mucha gente, y deja su opinión sobre los pereiranos plasmada en su web. Allí cuenta historias locales, y explica al mundo por medio de su revista, que esta es una ciudad progresiva, una ciudad jovial, muy abierta.


 

Contacto cultural

La primera vez que nos enteramos de Erin Donaldson fue de una manera indirecta. El italiano Giorgio Prandelli, que tiene una pizzería en el parque El Lago, nos contó de ella mientras conversábamos en su local para realizar la nota  “4 restaurantes de comida italiana en Pereira que debes visitar. ¡Te mostramos la ruta!”.

De ahí surgió un interés editorial por conocer a la extranjera que miraba y mostraba Pereira al mundo de una manera diferente, o al menos desde su óptica.

Luego de una serie de llamadas y correos pudimos contactarla. Nos citamos en el hotel “Castilla Real”, diagonal a la reconocida Iglesia Católica de San José,  donde a su vez ella esperaba a dos norteamericanos más para mostrarles la ciudad, porque una de sus funciones, a parte de ser una promotora turística, es recibir algunos de sus compatriotas para enseñarles La capital del eje“.

 

Fotografía: Diego Val.

 

Y hay algo curioso en ella, porque desde su perspectiva o mirada, muestra la ciudad a los demás como si fuera su ciudad. Y no desacierta, porque Pereira con el slogan de “Ciudad sin puertas” acoge como hijo o hija a todo aquel que ame este pedazo de Colombia.  Y Erin, asegura amar a estaQuerendona. Así que el sentimiento es mutuo. 

“Yo escojo el sentido de las entrevistas.  Asegura, refiriéndose al hecho de que, aunque promociona el turismo en la región a través de su página web, los tours, a sus compatriotas en  Pereira, dependen de los lugares que ella determine y no al revés, ya que muchos norteamericanos vienen previamente con una lista de sitios populares para conocer.

Así entonces camínanos con ellos (Erin, un hombre de Carolina del Norte junto con su esposa australiana), inicialmente por el Parque La Rebeca. Allí ella, con cierto conocimiento, señala calles, cuenta algo de historia a sus  clientes o  amigos, mientras ellos asombrados toman fotos y compran  cosas.

 

Fotografía: Diego Val.

 

Pero ¿quién es Erin Donalson y por qué resultó en Pereira?

Vamos por el comienzo, porque su historia no es muy distante del sentimiento de libertad que todos experimentamos alguna vez.  En esa edad temprana donde los jóvenes están decidiendo qué hacer, Erin Donalson, nacida en Reno, Nevada, influenciada por su entorno, pues creció al contacto con la naturaleza y los animales en un rancho,  decide estudiar Agricultura en la University of Nevada-Reno.

Su familia, que se compone de un padre, contratista del gobierno norteamericano, una madre con carrera profesional, y tres hermanos más,  sería decisiva en su vida, pues fueron ellos quienes la incentivaron a desarrollar dos pasiones con las cuales hoy se identifica: viajar y escribir.

Su  mamá, Mary Donaldson le transmite el espíritu de campar y viajar después de ella mismo haberlo hecho por Europa y Centroamérica; y también, como mostrándole un camino para la vida, literalmente le pregunta: “¿por qué no escribes?”.   A lo que Erin jocosamente responde: ¿Es que acaso tengo hambre?.

 

Erin y su madre Mary Donaldson. Fotografía extraída de Facebook.

 

Al contarnos esto suelta una risotada porque lo dice como anécdota, y a su vez confesando que lo que afirmaba su madre es ahora la pasión de su vida y lo que la tiene en Colombia, más exactamente en Pereira.

Sobre su familia, dice con orgullo que no son americanos criollos, sino que sus ancestros son migrantes que vinieron de Europa a principios del siglo XIX como trabajadores.

“Soy descendiente de migrantes. No soy sangre azul. Vengo de una familia de artistas, músicos, pero también empresarios” y enfatiza entre risas ”somos emprendedores, pero ante todo capitalistas”.

 

 

Fotografía: Diego Val.

 

Sus primeras incursiones en la escritura

Ya dijimos entonces que ella influenciada por su madre Mary Donaldson, empieza a escribir. Como una jovencita que se impresiona de todo, recibe unos diarios para que practique la escritura llegando a rellenar hasta 8 de ellos. También en sus comienzos escribe para su colegio y la universidad sobresaliendo en sus notas, especialmente en materia de escritura.

Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, Erin, inquieta, desea hacer algo grande; algo como ayudar a las personas, pero también, para encontrar un sentido a su existencia. Como una joven formal, después de terminar sus estudios, comienza a trabajar en una corporación, pero eso no llena enteramente sus expectativas.

Solo fue en un día como cualquier otro, que tuvo la experiencia de comer hongos, (así, sin más) y este evento fue el catalizador para comprender una verdad existencial: debía encontrar algo que la hiciera realmente feliz

 

Fotografía: Diego Val.

 

Así que no lo piensa dos veces, y, literalmente, vende todo para irse a vivir a Brasil. Toma un vuelo y llega como profesora de inglés por 6 meses a Salvador de Bahía. Desde ahí viaja por otros lugares del país buscando ese sentido,  pero rápidamente se da cuenta que esa tierra no es su destino final. Mientras pasa el tiempo y como una forma de adaptarse al lugar, aprende a bailar Forró, una mixtura de ritmos y estilos musicales del interior de noreste brasileño y aprende algo de portugués.

Pensativa sobre su situación, vuelve a Estados Unidos intentando comprobar si acaso aquel arrebato de irse a Sudamérica no era precisamente eso, es decir, solo un impulso juvenil, pero una vez en su país comprueba su insatisfacción.  De este modo toma otra  geografía como destino: Perú. País al que finalmente no llega porque a última hora recibe un correo personal e íntimo que por razones del destino, le hace cambiar de parecer y resulta, como dicen, sin querer queriendo, en Bogotá.

En el avión encuentra, por fortuna, al buen colombiano que le ofrece estadía en la capital, y al llegar, siente el clima más frío que en su natal Reno, Nevada. Aún así, disfruta de la gran ciudad. Pero por esos azares de la vida, desde Bogotá parte para Honda, guiada por un instinto de conocer y confiando en las personas que había conocido en el avión, y de allí pasa luego a Ibagué, para finalmente arrivar a Pereira, no sabiendo con qué se iba a encontrar.

 

En Bogotá con su amiga Karen Patricia Attman. Fotografía extraída de: Facebook.

 

Llega acá con  “Una mochila vieja” que le regalaron unos argentinos en Estados Unidos.

Una buena, de esas con estructura de aluminio.   Dice con alegría y pensando en esta maleta como un regalo preciso.

 

Periodismo Local

Erin ve como en Colombia puede desarrollar ese talento de escribir. Ya ha salido de Reno, Nevada, ido a Brasil, pero ahora debe hacer algo como descendiente de familia obrera para ganarse la vida y sustentarse integralmente.

La idea de  “siempre he tenido el talento de escribir”  la conduce por buen camino, porque es en esa confianza en si misma y en su trabajo, (ya que no solo se ve como una norteamericana dedicada al turismo) que funda dos websites o páginas web para iniciar sus labores como escritora: Open Mind Traveler y Pereira City Guide.

El primer proyecto, Open Mind Traveler, es la plataforma virtual con la que se inicia en su tarea de investigar y redactar. Curiosea sobre temas que le apasionan, sobrepasando el turismo local y adentrándose a las llamadas geografías de guerra, desde donde logra escribir  cuentos de la guerrilla” ,  turismo en zonas de conflicto”  y diversos escritos para su revista.

 

Fotografía: Diego Val.

 

En su osadía, escribe una crónica en dos partes  Dentro de las cocinas de la cocaína”. Un texto periodístico agudo, cuyo resultado después de la publicación, dejó comentarios  buenos y otros no tanto, a raíz de la sensibilidad del tema.  Pero ella rápidamente entiende la dinámica de este tipo de periodismo en el país y no da ocasión para mal interpretaciones de su estadía en el país.

Por eso es que decide enfocarse en su última página web, Pereira City Guide, donde actualmente está más activa, concentrando sus fuerzas en mostrar el turismo local e interactuando asiduamente con sus lectores y compartiendo opiniones.

 

La ciudad sin puertas

Ya en Pereira, lo que más le impresiona es la gente, el clima, los lugares. Al llegar acá entiende que su destino está resuelto. Idea en la cual se sostiene desde hace 5 años, porque esta  “Querendonacomo la llama plácidamente, la enamora. Y es tanto el sentimiento que incluso al hablarle de ella a su madre Mary Donaldson, hizo que se viniera hace dos años desde Estados Unidos  y también ella encontrará una forma de vida al lado de su hija y de una ciudad amable.

 

Fotografía: Diego Val.

 

Erin, sumergida en el establishment comercial de Pereira, ha conocido mucha gente, y deja su opinión sobre los pereiranos plasmada en su web. Allí cuenta historias locales, y explica al mundo por medio de su revista, que esta es una ciudad progresiva, una ciudad jovial, muy abierta, a diferencia -aclara- de Manizales que es, o tiene,  una cultura cerrada y muy conservadora”.

Aquí hay un espíritu de emprendimiento y la gente es muy creativa,  y bajo este concepto es que le gusta relacionarse con los pereiranos. Habla con quien se encuentra, lee cosas de nuestra cultura, y eso, según ella, le ha permitido aprender más y más sobre la ciudad.

A raíz del emprendimiento de sus páginas web, o sus revistas, y enfocada en Pereira, declara que su misión es ayudar gente, porque antes que el lucro, está su deseo de ayudar a las personas, y el dinero, cree, viene como consecuencia. aquí hay gente que vale la pena apoyar, y (este lugar) tienen cosas que mostrar al mundo. Y así Erin quiere mostrar esa otra Pereira al exterior.

 

Fotografía: Diego Val.

 

Proyección de Erin Donaldson

Mi sueño es  tener escritores que me ayuden en mi página a redactar sobre otros temas de ciudad. Un anhelo en el cual trabaja haciendo contactos, moviéndose de un lugar a otro. Así en su deseo de ayudar y mantener activa sus publicaciones, mientras está sola en el medio, lo que no conoce lo investiga.

Erin Donaldson está obsesionada con lo que hace, porque le gusta, y es un sentido para si misma. Una frase que dice parece resumirlo todo: Vivo lo que hago y hablo lo que digo”.

Antes de despedirnos asegura que en cuanto a  turismo prefiere otros lugares menos conocidos. Por eso, aunque ha visitado Salento y otros parajes clásicos, opta por ir, por ejemplo, a Cartago, Apía, Chocó, a ver lo que otros no ven o ya han visto, y no han explicado con encanto.

 

Fotografía: Diego Val.

 

Las personas acceden a su web para conocer los lugares que ella recomienda. Aunque su plataforma no solo menciona ciudades, sino que también contiene listas de bares, hoteles, tipos de café gourmet, viveros  y más.

Erin hace todo esto y más, porque desde su llegada a Pereira, desde Reno, Nevada, en Estados Unidos, le gusta ser amistosa, retratar lugares, y expresar la mayor alegría posible a los demás. Claro, confiando en nuestra cultura y nuestra gente, aunque como dice: Entre otras cosas, aprendí que no hay que dar papaya”. Es decir, aprendió el onceavo mandamiento que la mantiene alerta, pero no prejuiciada sobre Pereira, su gente y su belleza.