Somos un país garantista en leyes, pero poco efectivo para hacer cumplir las normas y sancionar a los que cometen faltas.
Un billón de pesos por semana le estaría costando a Colombia la corrupción, según estimativos de la Contraloría General de la República.
La Sociedad de Economistas hizo un cálculo aproximado entre 1991 y el 2000 y concluyó que podrían ser 189 billones lo que se devoró el agujero negro de la corrupción en ese período.
Y eso que solo hablando de la plata perdida por contratos interrumpidos. Pero al sumarle las pérdidas en desarrollo y competitividad, educación, salud, etc., la cifra es superior.
Saúl Cruz – Foto tomada de Revista Semana
Ahora bien, la posibilidad de que esa corrupción, la que están demostrando servidores públicos, personas en cargos de elección popular y con responsabilidades políticas o administrativas quede en la impunidad, es altísima.
Y esa sí es preocupante. Somos un país garantista en leyes, pero poco efectivo para hacer cumplir las normas y sancionar a los que cometen faltas.
El subsecretario del Congreso comete un “falso positivo” de una agresión en su contra y lo mandan de vacaciones, para luego suspenderlo mientras lo investigan.
Un concejal de Santa Rosa de Cabal dice que las normas y las mujeres se hicieron para violarlas y mañana puede estar muy sentado en su curul, sin que nada ocurra.
Ramón Cardona – Concejal / Tomada de Blu Radio
Dos casos recientes, y aquí no ha pasado nada.
Un presidente firma un decreto que literalmente le hace “lavado” de activos a dineros recogidos ilícitamente por unos ex delincuentes (con secuestros y extorsiones), y ante el escándalo solo se les ocurre decir a sus asesores que no supimos interpretar la norma, o en resumidas cuentas, que no sabemos leer.
Con ese argumento, van a tener que lavar todas las fortunas hechas de manera ilícita, como las cucarachas de panadería.
El acueducto de Quibdó lo han financiado 23 veces; la EPS Risaralda se la robaron (el edificio de la Avenida Sur en Pereira, es su mejor obra, podría estar en el catálogo de algo a llamarse: “por sus obras los conoceréis”).
Acueducto Quibdó – Tomada de Portafolio
La lista es interminable y aquí como decía el comediante español, pasamos de todo.
Las normas se siguen haciendo para evitar a toda costa que los responsables de sus violaciones paguen por sus delitos.
La seguridad jurídica es lo que menos tiene hoy en día el país. Dilatar, dilatar, que de la dilación queda bastante.
A mí me decían cuando era chiquita que todo acto (positivo o negativo) tenía consecuencias, van a tener que aprenderse otra frase los padres, porque esa ya no aplica.