Entre otros temas: ¿han notado el estado lamentable de algunas busetas zapotes, que nos fumigan con su oprobioso humo mientras circulan por las calles?
No soy usuaria asidua del transporte masivo, aunque me gustaría serlo.
Sin embargo, estoy convencida de que solo un transporte público masivo de calidad, conectado con las diferentes zonas de la ciudad, nos podrá movilizar en virtud de la escasez de vías que tenemos y del aumento vertiginoso del parque automotor.
Recientemente estuve en el barrio Salamanca, en la zona de expansión de la ciudad. Para regresar, subí a un bus alimentador que me llevó al intercambiador de Cuba. Luego, tomé un articulado hasta la estación de El Viajero, y allí un alimentador (la ruta 18). Todo el recorrido amable y sencillo de pagar (con la tarjeta Bancolombia-Megabús), aunque tuve que bajarme en el centro comercial Portal de Cerritos ya que no existe la posibilidad de continuar el viaje hasta mi lugar de residencia.
Si existiera en la zona occidental un buen parqueadero, ubicado en La Villa o Belmonte, sería posible desplazarse hasta allí en carro y luego abordar el transporte masivo y viceversa.
Esta podría ser una alternativa, o habilitar una ruta con frecuencia mínima que hiciera los recorridos a una hora determinada por las entradas que conducen a los condominios suburbanos de Cerritos. Es verdad que en la actualidad el número de usuarios debe ser poco y que esta ruta podría ser deficitaria económicamente. Sin embargo, valdría la pena intentarlo puesto que la oferta también estimula la demanda del servicio.
Estas son propuestas que podrán ser consideradas, postergadas, o desechadas.
Lo que sí no da espera es un sistema de ventilación adecuado en la gran estación del sub centro de Cuba. A pesar de que su funcionamiento en términos del movimiento de buses y pasajeros se observa organizado, a ojos de una usuaria desprevenida como yo, es evidente que la contaminación por emisiones en ese lugar supera cualquier tipo de indicador tolerable. El humo se refleja en las escasas luminarias, y sinceramente da miedo respirar allí.
Otro tema inexplicable es que después de más de diez años de haber implementado el sistema, sigamos usando las rutas troncales, por ejemplo, la Avenida 30 de Agosto, para la circulación de las busetas zapotes, cuando se suponía que los carriles restantes a la intervención del Megabús serían exclusivos para el transporte particular.
¿Qué razones existen para que el transporte masivo no se haya integrado en Pereira? Es una pregunta cuya respuesta se ha dilatado, escudándose en estudios o en la ausencia de recursos para hacer las inversiones que la integración requiere. Pero, pregunto: ¿No sería tan sencillo como cambiar la tecnología de recaudo a las busetas zapotes para que nuestro transporte quedara, al momento, integrado? ¿No es eso lo que alguien denominó “integración virtual”?
Entre otros temas: ¿han notado el estado lamentable de algunas busetas zapotes, que nos fumigan con su oprobioso humo mientras circulan por las calles?
El sistema integrado de transporte masivo, que es nuestra alternativa más fiable de movilidad en el presente y, por supuesto, en el futuro; tiene en relación a lo que nos prometieron muchos compromisos por cumplir.