La construcción de ciudad es un proceso que se hace entre todos, desde el ciudadano anclado en su diario vivir y habitante del territorio hasta los expertos en cada uno de los aspectos que intervienen en esta llamada planificación urbana.
Existen Municipios colombianos que han sido planificados durante años, mediante la zonificación de actividades y asignación de normas sectoriales, que se derivan del reconocimiento de las tendencias y vocaciones generales de las diferentes zonas de la ciudad.
Pereira no ha sido ajena en las transformaciones propias de su espacio.
Desde el momento en que se empiezan a realizar planes urbanos para el municipio, se plantea la idea de asignar una misma vocación a grandes zonas dispersas en toda la ciudad, partiendo del reconocimiento de las tendencias y características generales que presentan cada una de ellas.
Esas grandes zonas constituyeron la base para que dichas vocaciones se tradujeran en la asignación de una misma norma a diferentes sectores del área urbana.
Este método de planificación es uno de tantos, que de cierta manera ha cubierto los requerimientos urbanísticos de las ciudades, amparado bajo un marco legal. Aunque paradójicamente ha traído consigo la aparición de una ilegalidad muy alta en el desarrollo urbano, dado que esa norma asignada a diferentes zonas, desconoce las particularidades que pudiesen existir en los diferentes sectores del territorio.
Para entender un poco el marco legal y técnico, que a veces puede ser muy confuso para las personas que recorremos y hablamos todos los días de ciudad, los instrumentos de planificación de un territorio se pueden resumir en tres fases: de mayor escala, de escala intermedia, y de menor escala.
Foto por Jess Ar
El POT y Planes Maestros son instrumentos de planificación de mayor escala que proporcionan lineamientos y directrices generales para todo el municipio.
La Planificación Intermedia permite planificar porciones del territorio municipal a través de instrumentos como los Planes Parciales, Planes Locales y Unidades de Planificación.
Y finalmente, los instrumentos de planificación de menor escala están relacionados con el desarrollo puntual de proyectos arquitectonicos y urbanisticos como los Planes o Criterios de Implantación, Planes de Regularización y Planes de Mitigación de Impactos, permitiendo ordenar elementos específicos del municipio.
Con la entrada en vigencia de la Ley 388 de 1997 de “Desarrollo Territorial”, los municipios incursionan en la formulación y puesta en marcha de una nueva forma de planificación, orientada a promover procesos más detallados y a realizar un constante seguimiento.
Pereira desde años anteriores reconoció que desde la escala municipal no se puede estudiar en detalle las variables de mayor impacto en el territorio y que a pesar de que la formulación y ejecución del POT fue muy positivo en términos generales, se cometieron errores en su construcción e implementación dada la novedad del proceso.
A partir de ese momento se pudo concluir que las dificultades de aplicación identificadas en el POT, tienen que ver en gran medida con la norma específica y los usos de suelo, elementos que poseen gran dinámica en el desarrollo de la ciudad, ya que es la comunidad la que lo aplica con su diario accionar sobre el territorio.
Tomada de Caracol Radio, Pereira Cómo Vamos
Por esa razón se ha planteado desde entonces, iniciar con procesos de participación y acción, con el fin de que los distintos actores de ciudad se involucren, propongan y evalúen las alternativas posibles que lleven a la configuración de un desarrollo de ciudad viable, competitivo, armónico y dinámico, reconociendo factores en cada una de estas piezas.
Es el ejercicio de la Planificación de detalle, que busca precisar sobre porciones específicas del territorio, la aplicación de los atributos urbanos de carácter local y sus posibilidades de ejecución, basados en el reconocimiento de las realidades físicas, sociales, ambientales, económicas y culturales que se presenten en el Municipio, y articulados a las directrices generales definidas por el POT; sin perder de vista 3 aspectos que considero importantes:
La Realidad: situaciones que se presentan actualmente en el sector.
Las Tendencias: dinámicas sociales y económicas presentes en la zona.
Las Intenciones: objetivos de ordenamiento para cada zona en particular mejorando sus condiciones territoriales y socio-económicas.
Y al involucrar a la comunidad en los procesos de planeación y ordenamiento territorial, se convierten en instrumentos de participación directa, donde cada uno pueda expresar su sentir de ciudad y proponer acciones que lleven a la construcción de un territorio más ordenado y equilibrado en su desarrollo.
Sería el deber ser: “como cuando quiero hacer la casa de mis sueños y contrato a un arquitecto para que la diseñe”, pero aquí, se trata no solo de un arquitecto, sino de un grupo de profesionales especialistas , que escuche a la población y se base en estudios de carácter histórico, físico, social y económico, con los que se pueda identificar la forma en que viven los ciudadanos, establecer sus dinámicas productivas y como se relacionan entre sí.
Lo anterior con el fin de descubrir las múltiples facetas que presenta el territorio y a partir de las cuales se pueda construir una estrategia territorial que si bien debe responder al modelo de ocupación propuesto por el Plan de Ordenamiento, igualmente debe ser consecuente con el potencial real que ofrecen cada una de ellas, para desempeñar un papel específico dentro de la ciudad.
Todo un rompecabezas, pero si no participamos entre todos, solo quedarán regadas piezas sueltas…
Foto por Jess Ar