Colombia ocupa el puesto 61 en competitividad entre los 144 países medidos en 2016. ¿A qué se debe esto?
El informe de competitividad nacional para Colombia entregado por el Consejo Privado de Competitividad -CPC-, refleja un estancamiento de nuestro país al compararlo con otras 144 economías del mundo.
Mientras Suiza, Singapur y Estados Unidos hacen el 1,2,3 como líderes en competitividad en el mundo, Colombia apenas ocupó el puesto 61 entre los países medidos en 2016.
Esos resultados se construyen con la metodología del CPC que adjudica puntos de 0 a 10 en diferentes factores, pilares y variables sumado al enfoque del Foro Económico Mundial –(WFE por sus siglas en ingles).
En ese informe Colombia obtuvo 4,28 puntos frente al 4,1 puntos que logró en el año 2007.
Desarrollo del mercado financiero es el pilar que más puestos ganó frente a otros países en los últimos 10 años (47 puestos).Se ubicó para Colombia en el puesto 25 de 144 economías en el mundo.
El segundo pilar -aunque sigue quedando rezagado en el puesto 64- fue el de “capacidad tecnológica”.
Otros progresos menos significativos estuvieron en “ambiente macroeconómico” con mejora en 10 puestos, “sofisticación” con 6 puestos e “infraestructura” con 2.
Al contrario de lo anterior, siete de los 12 pilares mostraron progreso en los diez años que evaluó el CPC en 2016.
Esto quiere decir que son componentes de la competitividad los que quedaron estáticos o retrocedieron.
Empecemos por “educación superior y capacitación” que retrocedió un puesto, seguido por “tamaño del mercado” con cinco puestos menos.
El de “eficiencia del mercado laboral” con menos siete puestos muestra las dificultades que ha tenido Colombia para generar empleo productivo en la última década.
La “innovación” igualmente retrocedió siete puestos, y “eficiencia del mercado de bienes”, quince.
Y finalmente los pilares campeones en destrucción de valor de la competitividad en Colombia fueron “salud y educación primaria” con un descenso de 26 puestos e “instituciones” con un retroceso de 33 puestos.
Si comparamos el pilar con el mejor desempeño, “desarrollo del mercado financiero” frente a los de peor desempeño, “instituciones” y “salud y educación primaria”, las conclusiones empiezan a aflorar y las hipótesis tenebrosas a comprobarse: ¿los bancos en Colombia están logrando una mayor efectividad y eficiencia a costa de los recursos que se pierden del sector público por corrupción de sus instituciones?.
¿Los recursos del sector salud de Colombia se está utilizando para alimentar los abultados beneficios del sector financiero colombiano?.
¿El sector financiero colombiano es el único que en Colombia (a partir del lobby político e infundado temor como la de la crisis del UPAC en 1998) ha logrado la reglamentación y seguridad jurídica, concentrando la riqueza en unos pocos colombianos?.
¿El modelo de educación de Colombia no está generando las competencias necesarias en las personas para convertir el dinero en un medio para generar riqueza y no en un fin como lo es hoy?.
Sería bueno que los colombianos conociéramos a dónde fue el dinero de los grandes hechos de corrupción en Colombia como: Agro ingreso seguro con 12.700 millones, Empresa de Energía de Pereira con 64.700 millones, Coomeva EPS con 146.900 millones, Transmilenio calle 26 con $156.000 millones, vía Bogotá Girardot con 170.800 millones, recursos parafiscales de la salud por 224.000 millones, recolección de basuras de Bogotá 348.000 millones, Caprecom con 559.500 millones, IPS no habilitadas que según el Ministerio de Salud no aparecen en sus registros como habilitadas por 943.900 millones y Saludcoop EPS por 1,7 billones de pesos.
Foto tomada de Revista Semana
Los diez casos de corrupción mencionados anteriormente suman 4,3 billones de pesos. La mitad de los casos son del sector salud.
Esto muestra una de las causas del retroceso de la competitividad del país en el componente de “salud y educación”, y que hace metástasis en el pilar de “instituciones”.
Otra de las causas menos visibles del retroceso del pilar de instituciones está explicado por el clientelismo de las instituciones públicas y privadas.
El clientelismo como lo analiza el ministro de salud Alejandro Gaviria: “en las finanzas públicas, la corrupción es el problema más conspicuo, pero no es necesariamente el más grave. O el más importante. El problema de fondo es el clientelismo. Cuando el clientelismo predomina, el Estado deja de ser un instrumento para el desarrollo y se convierte en una herramienta para el mantenimiento de ciertas redes políticas y de ciertas lealtades regionales”.
Esa es una realidad de apuño como la describe con precisión el ministro.
Hoy el clientelismo es el problema más grave en la vida institucional colombiana porque es una cultura socialmente aceptada desde la Guajira hasta Nariño, en el sector público y privado, y trasciende varias generaciones.
Hablaba el año pasado con un funcionario público de Uribia en el departamento de la Guajira y me decía que la campaña del actual alcalde había costado 6 mil millones de pesos, y cuando pregunté de donde salió todo ese dinero, sin ruborizarse contestó: pues de esta misma alcaldía.
Y el gobierno nacional no es muy diferente. Se le entregan puestos y contratos a los congresistas en los diferentes ministerios a cambio de apoyo con las leyes. Y se financian campañas con las coimas de los grandes contratistas estilo Odebrecht.
Este es el gran problema, el reto es que la sociedad colombiana deje de ver el clientelismo como normal.