Encontrarnos con la música es una posibilidad de reconocer una tradición. En el teatro Comfamiliar el tercer viernes de cada mes trascurre la música. Difundir, pues, nuevos interpretes, nuevas propuestas, donde la música puede ser una forma profunda de reconocernos
La música nunca se acaba, solo se abandona. Apenas se abandona reaparece y a veces un poco antes. Puebla el tiempo y todas sus formas. En fin, nos habita.
Butes apenas escuchó el canto de las sirenas se arrojó al mar siguiendo la música. Marchó vagamente satisfecho, casi humillado por la belleza.
Cuando Bach componía nos insinuó la fragilidad del hombre porque nos musicalizó lo más hondo. No nos dijo todo, pero trazó el camino para que otros, con cierta reticencia, lo dijeran.
Cabe nombrar, esta vez, el personaje de Yourcenar: Alexis. Mientras toma distancia y nombra su ausencia con retazos de pasado, designado muchas veces por su presencia, y aún sin merecerlo, escribe:
Un montón de cosas insospechadas bullen dentro de nosotros al amparo de ese silencio y nunca podemos saber lo que va a decirnos una música que acaba”
Esta sentencia, donde la música acaba y el mundo comienza, es la sensación que me acompaña después de escuchar pasajes desde Beethoven hasta un solo de Clifford Burton. Si algo se acaba, escribió Rudolf Steiner, debemos pensar que algo empieza.
Hacia el año pasado se abrió la Sala de conciertos Siente la música en la ciudad de Pereira. Encontrarnos con la música es una posibilidad de reconocer una tradición. El teatro Comfamiliar es el lugar. Allí, el tercer viernes de cada mes trascurre la música. Difundir, pues, nuevos interpretes, nuevas propuestas, donde la música puede ser una forma profunda de reconocernos.
Nació bajo la idea de regresar a la escena musical un piano de media cola después de años silenciado.
Vuelto el piano nace la sala de conciertos. Solistas, cuartetos, sextetos, pasaron durante el primer año por la sala de conciertos. Una de las intenciones de Siente la música es crear una pedagogía musical con el público: un encuentro acorde entre artista y asistente.
El hábito de escuchar música es una reciprocidad de diálogos entre personas mediadas por el silencio, por una complicidad.
La temporada de conciertos de 2019 tuvo en su apertura la participación de la compositora Jacqueline Ocampo Cruz.
Con obras donde los sonidos naturales se dan crédito en el pentagrama y narran nuestras raíces. Narra, en resumidas cuentas, todo el andamiaje que nos construye como latinoamericanos. Declara que la música es un encuentro con el espíritu. Su música conmueve con lo mínimo.
Aquella vez, su amigo León Fabio Salcedo interpretó piezas para guitarra: pasajes donde la poética musical se expande y el sonido se aprehende como un pájaro asustado: tembloroso, vivo. Diríase que con pocos arpegios abarca el mundo y sus formas. Sus cadencias inspiran la sensación de tocar lo lejano, lo natural y los despojos que deja el paso del tiempo.
En el mes de marzo Incidental Ensamble y la música cinematográfica tuvo lugar. Una mezcla de cine, poesía y música: elementos que el público recibe con suma reflexión hacia la construcción de raíces culturales.
Incidental Ensamble se conforma por instrumentos andinos colombianos, percusión y contrabajo. Aprovecha, a lo largo de sus interpretaciones, la polifonía para lograr una sonoridad orquestal, minuciosa. Ese día el público lo logró abstraer.
La agrupación de la ciudad de Armenia Cafeto Blues estará en el mes de abril.
Viene, entre tanto, con una propuesta musical que explora los ritmos del blues y los une a sonoridades de la región. Es imposible escucharlos y no imaginar las tierras del Mississippi y los recolectores de algodón, bajo un sol desnudo.
En mayo la agrupación Big Band del departamento de música de la Universidad de Caldas, traerá los compases del jazz. Los ritmos andinos estarán en el mes de junio en un concierto conversado: música, pedagogía y tradición se conjugarán en una puesta musical para el público.
En la temporada de conciertos de 2019 se cuenta también con el componente de talleres y clases magistrales. Intercambios que, sin duda, permiten una construcción panorámica de la música y permite conocer su lectura desde contextos diferentes. Por lo demás, toda música es una construcción con el otro.
El maestro Franz Joseph Haydn, más allá de todo el genio de su aprendiz, influenció en las composiciones del joven Mozart. Sin embargo, Mozart todo lo narra, o casi, con la música genuina del mundo. Así pues, en las novedades de este año en Siente la música, añadimos la participación de la Banda Sinfónica del Municipio de Albán Cundinamarca, bajo de la dirección del maestro John Salamanca.
Será, entonces, una temporada para el encuentro y para la música.