El sitio funciona como una red animalista que ha realizado más de cien esterilizaciones a perros y gatos abandonados. Una labor a la que se han sumado los clientes y vecinos del sector.
Lugar: “De la kaye”
¿Qué es?: un café cultural que funciona como una red animalista
¿Dónde?: Calle 12 No. 1 3- 39, Santa Rosa de Cabal (Risaralda)
¿Cuándo?: lunes a jueves desde las 2 PM hasta las 12 M / Viernes a domingo de 2 PM hasta las 2 AM.
¿Quién atiende?: Luz Ángela Carmona y su esposo.
¿Por qué ir?: además de su contribución a la protección animal, el lugar presenta una oferta variada de juegos, que pueden disfrutarse entre amigos o familia.
La inspiración
Luz Ángela Carmona, publicista de profesión, junto a su esposo, son personas apasionadas por crear consciencia sobre la necesidad de ayudar y proteger a los animales en situación de calle.
Juntos, hace alrededor de 3 años, abrieron un café cultural en Santa Rosa de Cabal, con el fin de crear consciencia de forma distinta: ofrecer una gran variedad de juegos de mesa y entretenimiento para salir de la rutina y acompañar las bebidas y la música.
Es frecuente ver allí a la gente disfrutando de un café, una limonada, o una cerveza, al tiempo que golpea una bola, hace un gol o aprieta el taco de billar.
Sin embargo el asunto no se queda solo ahí. De la kaye, su nombre, es un homenaje a los animales que están desamparados en la calle, “nació para concientizar a la gente de esa situación”.
A la par que inauguraron el sitio, formaron una red animalista donde, por ejemplo, hasta el 2016 terminaron con un aproximado de 101 esterilizaciones a perros y gatos abandonados. Todas, apadrinadas por De la kaye, es decir, los clientes que van y consumen allí.
Cada martes, desde que iniciaron el proyecto, desde las 12 hasta bien entrada la madrugada, hacen una caminata para brindar alimento a los animales que deambulan sin hogar.
Luz Ángela, junto a su esposo, y los clientes que se han querido sumar a esta iniciativa, recorren las calles de Santa Rosa, con platos y ollas, e inconmensurables deseos de alimentar a quienes no tienen voz y están totalmente indefensos.
“Salimos a las 12 de la noche porque a esa hora sabemos que los animales que estén en la calle en ese momento son los que en realidad viven esa situación como forma de vida, a diario. Además que hay menos riesgo de que los perros puedan ser atropellados”.
Las personas que se han unido al proyecto se convocan a través del bar, quienes lo frecuentan o lo visitan, y estos a su vez le cuenta a otros para que se vayan sumando; un voz a voz imparable y cada vez más grande.
Los lunes en la madrugada, Luz Ángela, en una olla gigante, pone a cocinar las donaciones que carniceros del sector decidieron ofrecer después de que ella les contara sobre su labor.
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Hace la sopa con trozos de carne sin sal y le mezcla varios bultos de cuido. Llega a alimentar hasta 420 perros con ese menú especial.
De la calle permite que sus clientes lleven, si así lo desean, su mascota. En la parte externa brindan de forma permanente cuido y agua: “siempre están pasando animales en busca de algún trozo de alimento o basura.
En la barra tienen una alcancía para ir recogiendo fondos, además parte del porcentaje de las ganancias se destinan a esta labor.
Un juego en el bar
La alternativa es clara: un sitio para literalmente distraerse de las dinámicas diarias que aborda Santa Rosa, entre ellas desprenderse del celular y las redes sociales.
Para eso tienen habilitado una variedad de opciones: juegos de mesa, pimpón, billar pool, sapo, futbolito, entre otros.
De la calle no solo hace referencia a los animales abandonados, su idea es apoyar, en cierta medida, también a los músicos o artistas que para visibilizar su trabajo tocan, cantan o realizan su función en las aceras de cualquier calle donde haya un espacio libre.
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Ahí es donde el escenario que tienen adaptado , y que cuenta con todos los equipos necesarios, les sirve para amenizar cada tanto, al tiempo, que se convierte en una posibilidad para conocer y disfrutar de nuevos artistas, músicos o bandas.
El escenario está abierto para que cualquiera que quiera exponer su arte lo haga: cuenteros, poetas, artistas, entre muchos otros.
Una ventana en la que se visibilizan voces, pero también se le da voz a los que no tienen.