Calles, reflexiones y verdades de un escritor en la ciudad

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Allí moldea ideas con la verdad cotidiana que ajusta y adelanta saberes y principios para una cuidad tensionada con ficciones y retórica.


 

 

 

 

Calle 25. 

Mi calendario marca 2018, llama a pensar con imágenes del día, hay música en la calle donde el chateo sepultó al dedal, atrás las ideas de gobernantes cuyo cerebro aplasta un presupuesto con contratos, puestos y afán por conservar espacio en el poder con votos.

 

Calle 23.

Necesitamos nuevos ritmos, los códigos del folk que canta al rio Otún y sentados en su orilla reafirmar la vida, abandonar rezos que cambian los estados del alma por diezmos y retornar al cuidado de ese bulto de carne que encarcela el alma, sin maquillajes y apariencias pensar en los derechos de una ciudad, menos ruido y con arte en lugares impensados.

 

Calle 21.

Abandona el bareto y la jeringa, piensa libre sin ser machista o sometido a ladrones que gobiernan. Ven al afecto de grupos vecinales y amistades del parche, perseguimos un lenguaje más allá de  profesores y expertos que se visten con libros de piedra. Sabe pensar, equivocarte y regresar tras lo cierto por más senderos de lenguajes, más allá de mentiras y verdades; detrás de eso, una magia genera mundos de concreto, pavimenta correderos de agua y vida verde de ciudad.

 

Calle 19.

Sacude las emociones ligadas a los medios y políticos, o enviados sacros mal parqueados, ven mira la ciudad desde hechos sólidos que desmoronen una élite que inventa una ciudad ombligo.

 

 

Rayuela tras el tiempo y las verdades.

 

 

Calle 17

Intuye los retazos de verdad que cada quien ve, despojado de trastornos, teclea sentires subjetivos que hacen parte de ese mundo que oye y habla con música, comparte espacios, juega, camina y aroma de café. Allí moldea ideas con la verdad cotidiana que ajusta y adelanta saberes y principios para una cuidad tensionada con ficciones y retórica.

 

Calle 15

Desatar la verdad absoluta que se diluye y hace espuma entre las redes sociales del chat y cuestionar con palabras cara a cara y voz a voz, tecleo tras tecleo, las verdades del estado, del periodismo de los dueños del país y la ciencia de los sabios casposos; revolcar todo, verdades contrarias al poder de la verdad y el no poder de expertos y monarcas, para saber soltar un avispero que pique mil verdades, sotanas y senadores que se choquen en el aire contaminado de la ciudad con las mentiras que fluyen desde la economía digital.

 

Calle 13

Uff, no sé el tejemaneje, ha de emerger una fuerza capaz de demoler los muros de la legitimidad del machismo, poder de patrones y jerarcas, la enfermedad que creen ver en los homosexuales, la educación que fortalece el espíritu y moldea con el trabajo infantil; ahí,  descocotar esas barbaridades que ruedan entre mil y mil verdades absolutas que solo se podrán creer cuando se generen otras redes de hechos que causen mejor vida y nos hagan un poco más felices, con esa pizca de infelicidad que nos pellizca todos los días y nos hace sentir que estamos en un mundo donde ciertas formas de desdicha, enfermedades y problemas insolubles, son sal de una existencia que también transforma eso.

 

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