Hay diferentes tipos de pieles como personas. Por ello es importante conocer qué tipo de piel tenemos para seguir algunas de las recomendaciones que se ajusten a las diversas texturas, formas, y contornos.
“Nuestra piel es el reflejo de nuestros hábitos diarios”, mencionábamos anteriormente en uno de nuestros artículos de #LaOciosa.
Ahora explicaremos cuales son los cuidados que debemos incorporar en nuestra rutina diaria con el fin de tener una piel sana e hidratada.
Desde luego hay diferentes tipos de pieles como personas, y por ello es importante conocer qué tipo de piel tenemos para seguir algunas de las recomendaciones que se ajusten a las diversas texturas, formas, y contornos.
Me atrevo a decir que las pieles no son mixtas. Es falso, y cada persona posee un PH diferente que se refleja en nuestro manto hidrolipidico, una película natural que protege y que es producida por las glándulas sebáceas y sudoríparas.
Este manto no es estable debido a que durante el proceso de crecimiento las segregaciones hormonales provocan cambios propios de la edad como el acné.
El descanso y la buena alimentación favorecen a mantener su estabilidad, así como evitar el alcohol y el cigarrillo que producen alteraciones acelerando la aparición de manchas, resequedad, o incluso determinando así pieles secas, grasas o mixtas.
La piel humana tiene un PH que varía entre 4.5 y 5.9, y podríamos clasificar las pieles en seca, normal o mixta. La primera carece de humedad o agua en el manto ácido, las pieles normales tiene un balance de agua y sebo, por lo que no tienden a ser grasosas o sufrir de acné, y las pieles mixtas, son aquellas que el manto hidrolipidico no es estable y puede generar resequedad en algunas zonas y grasa en otras al mismo tiempo.
Sí nuestra piel pierde humedad o presenta altos niveles de grasa se debe a una afectación que podría generar daños irreversibles y acelerar el proceso de envejecimiento.
Por eso es importante conocer el tipo de piel que tenemos y tener en cuenta el PH de la misma a la hora de comprar algún producto de limpieza, exfoliante o crema facial.
Antes de conocer los “secretos” en el cuidado dermatológico, debemos tener claro cómo funciona el órgano más grande de nuestro cuerpo.
Está compuesto por tres capas: la epidermis (barrera externa de la piel), la dermis (capa subsiguiente a la epidermis donde se encuentran las terminaciones nerviosas, vasos sanguíneos y glándulas) y la hipodermis (es la capa más profunda). Entre las dos primeras se encuentra situado el manto hidrolipídico de la piel, y es aquí donde queremos profundizar, ya que los cuidados de la piel deben estar enfocados en preservar el equilibrio de esta barrera.
Limpiar
Una adecuada limpieza es el primer paso para mantener una piel saludable, existen en el mercado diferentes productos como jabones y limpiadores faciales que ayudan a remover impurezas o el maquillaje.
Es importante, si usas maquillaje, saber que debes removerlo cada noche con algún producto que facilite la rutina.
No debes lavar demasiadas veces tu cara ya que puedes alterar el manto hidrolipídico, provocando resequedad e irritaciones en la piel, se recomienda dos veces al día, en las mañanas y en la noche.
Si tienes una piel grasa es recomendable usar papel de arroz para secar los excesos de grasa durante el día, y evitar el excesivo uso de jabones exfoliantes.
Un buen sindet (un sustituto del jabón que puede conseguirse en tiendas dermatológicas y algunos supermercados) que se adapte a cada necesidad, es el primer paso para mantener un rostro limpio.
Hidratación
Este paso es importantísimo, y sé que muchas mujeres jóvenes no usan ningún tipo de hidratante en el día, debido a que tiende a engrasar la piel. Pero existen hidratantes matificadores que ayudan a seborregular (que no brille) la piel, dejándola con una apariencia más fresca.
Si el caso es la edad, existen bloqueadores solares matificantes, o algunos en colores, que actúan como bases de maquillaje y son el complemento perfecto para que las adolescentes comiencen desde temprana edad a cuidarse la piel.
Siempre digo: “el bloqueador solar es el mejor antiedad a largo plazo”.
Foto protección
Seguimos hablando del uso de bloqueadores solares, pero primero debemos saber que es el SPF (siglas en inglés para el factor de protección solar). Cuanto más alto es el SPF en los bloqueadores, más largo es el periodo que puedes exponerte al sol sin que la piel sufra algún daño.
Es importante que apliques el bloqueador solar en rostro, brazos y cuello cada día, 30 minutos antes de salir de casa, y volver a aplicarlo por lo menos cada 2 o 3 horas dependiendo del SPF que contenga el producto.
SI vas a estar en la playa o expuesto a altas temperaturas solares, asegúrate de comprar bloqueadores resistentes al agua o al sudor, atenerse de la exposición solar a medio día, que es cuando los rayos son más fuertes. También usar ropa adecuada que proteja la piel.