El gobierno colombiano incuba el segundo desastre

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Por, Héctor Hernando Quintero G.* |

Estamos en cuarentena y toque de queda. De acuerdo a ABC empieza el segundo desastre en el sur de Italia, una región con ingresos menores y menor calidad de vida que el norte italiano.

¿Qué medidas económicas tomará el gobierno Duque para que dicho segundo desastre no suceda en Colombia? 

En nuestro caso el caldo de cultivo está más que dado: uno de los tres países mas inequitativos del mundo, con el peor índice de confianza, con uno de los mayores índices de concentración de la riqueza, el robo sostenido de los recursos públicos, una economía informal que supera el 47% del total de la capacidad productiva, una cultura anómica reforzada por la impunidad y la indignación, un modelo de asistencia social de orden caritativo y sin contraprestaciones colectivas, una clase política de espaldas al país, la división entre una Colombia Andina y una Colombia profunda y un pensamiento mítico religioso que aliena las mentes y las acciones de millones.

Eso implica la coexistencia de múltiples Colombias, no como en Italia donde es mas fácil identificar a los ricos del norte y a los pobres del sur. En nuestro caso las miserias, pobrezas, inequidades e injusticias generan un umbral de grupos poblacionales que no se pueden enmarcar en ricos y pobres, quizá la marca característica es la forma como se accede a los bienes y servicios bajo un frágil umbral entre lo legal e ilegal, justo e injusto, acumulativo y distributivo.

Desde las grandes empresas, políticos y agentes financieros hasta el ciudadano mas humilde es posible encontrar dichas formas, que en general han producido un país que ha aprendido a vivir con sus desgracias en un aparente estado de disfrute de los mínimos.

Hasta ahora los decretos de la emergencia económica, social y ecológica, han pautado acciones que tienen en cuenta la permanencia y salvaguarda de los servicios y agentes económicos del país. Sin embargo, no se ha avizorado la futura eclosión del segundo desastre.

Al no pautarse por lo social, entendido como la protección y acompañamiento de los distintos grupos poblacionales del territorio, en una apuesta que implica ingentes recursos económicos, disposición logística, una mirada humanizante y democrática, una moderación por actores, apoyo técnico y un blindaje de las acciones (para evitar que los ladrones corruptos se queden con gran parte de lo dineros), se está enriqueciendo el caldo de cultivo mencionado, reforzándose el abandono social, la práctica anómica, las mentalidades supersticiosas, el animo limosnero y el uso de la fuerza.

Un ejemplo de lo dicho, el decreto 488 del 27 de marzo de 2020 busca proteger a una parte de la población trabajadora, hecho relevante. Sin embargo deja desprotegidos al 13% de desempleados y el 47% de trabajadores informales, sin contar con un porcentaje no definido de población que no cuenta para las tasas e índices, en tanto son aquellos que habitan la Colombia de la penumbra. Dicho en cifras del mismo gobierno hoy la mayoría de los colombianos se encuentran desprotegidos frente a la accesibilidad garantizada a alimentos y elementos de aseo básico.

¿Cuánto tiempo debe pasar para que se dispare el segundo desastre? incluso podría subvertirse la teoría para establecer que subyace allí un tercer desastre: el refuerzo de unas condiciones de inequidad que están institucionalizadas y aceptadas por el conjunto de la sociedad colombiana.

*Médico y docente universitario

*Imagen ilustrativa, mural de la artista colombiana Gleo y Horizontes Project en Wichita, Kansas, Estados Unidos


 

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