“No por azar el viaje es ante todo un regreso y nos enseña a habitar más libre y poéticamente nuestra propia casa” Claudio Magris
Ana María Llano, es una viajera, una mujer que se mueve entre la ficción audiovisual, el hacer realidad sus ideas, hacer comunidad y aprovechar el arte como camino de conexión y reconexión.
Un día dejé todo y enfrenté el desafío
Esta artista plástica, pertenece al grupo de humanos para quienes el miedo es el motor y no la excusa. Regresó a Pereira en el 2019 después de haber vivido 13 años fuera. Dos años en Bogotá, seis en Buenos Aires y cinco en Montevideo, un tiempo que le permitió conectarse con ella, con otros, y hacer cosas que hoy en día adquieren sentido a través de la realización de proyectos como la Jam de dibujo, un espacio de reunión creado desde Pereira para dibujar y experimentar con otras técnicas y otros modos de habitar la creatividad.
“Me formé como Licenciada en artes plásticas en la universidad pública de mi ciudad y un día, a pesar de tener un trabajo exitoso mudé mi vida a Bogotá. Esta decisión ya la había tomado tiempo atrás, aún sin graduarme. Fue durante la segunda visita a la ciudad (la primera vez que viví Bogotá, sin familia), amé el anonimato, el poder que sentí al estar en un lugar en el que nadie te conocía, el sentir que allí tenía todo por hacer. Y mientras estaba sentada tomando un café sola, sentí que yo iba a vivir allí. En los siguientes años seguí visitando la ciudad solo para reafirmar aquello. Y un día dejé todo y enfrenté el desafío. Viví dos años muy intensos, trabajé, estudié, aprendí, me enamoré y lloré, en fin: viví. Luego de ese tiempo comencé a sentirme ajena, el caos de la ciudad me estaba volviendo una mala persona, desconfiada y sin empatía, no quería seguir avanzando hacia ello así que busqué irme.
Por trabajo había conocido Buenos Aires, y al igual que me pasó con Bogotá, cuando fui, sentí que yo iba a vivir allí. Un año después estaba llegando con dos valijas a estudiar una maestría, la estadía que era por dos años se convirtió en un documento de identidad que decía que era residente permanente y sin planearlo mucho terminé viviendo seis años en la Capital Federal y luego Montevideo se convirtió en mi hogar.”
El amor, el trabajo, el conocimiento, la amistad, la mantuvieron con entusiasmo en el sur de América. Con experiencia en producción audiovisual y especialista en ficción, Ana siguió desarrollando su capacidad creativa con diferentes técnicas y sentires, y desde su condición de inmigrante, habitante en el mundo desde la extrañeza, la fascinación por lo novedoso y la nostalgia por lo que dejaba atrás, fue haciendo su recorrido para regresar a casa a compartir de lo aprendido, de lo creado, de lo experimentado, haciendo eco a lo que el escritor Fernando González escribía por allá en 1915 en su Libreta de notas: “La única filosofía posible es hablar uno de su visión del mundo. Reglas generales, ideas generales, todo eso es falso”.
Así inició Ana su viaje de reconexión con destino a Pereira. Se fue extrañando, regresó extrañando, pero desde esa nostalgia que solo se conoce cuando uno se siente forastero, construye puentes y lazos que la conecten con sus nuevos y viejo mundos, y eso es la Jam, léase bien, LA JAM DE DIBUJO en femenino, porque este proyecto se ha perfilado en clave de mujer.
La Jam
La Jam y no el Jam, es una toma de espacio que Ana hace en su reflexión como artista mujer, no porque no se acepte a los hombres, sino en un intento de ganar espacios e invitar a las mujeres a unirse en el quehacer del proyecto artístico de la ciudad.
Porque sin entrar en muchos detalles, siendo este material para otro texto, en Pereira se gradúan muchas mujeres de bellas artes, pero en el escenario artístico de la ciudad no se ve reflejada esta realidad. Múltiples pueden ser las razones, pero esto es un tema que nos invita a reflexionar, promover proyectos y crear memoria al respecto.
En el “diálogo” que sostuve con Ana a través de mensajes de voz y texto por medio de WhatsApp y el correo electrónico, ella mencionaba que en muchas de las sesiones de la Jam en Armada 62 fue la única mujer, y ella les preguntaba a los chicos por la razón, a lo que ellos respondían que no lo habían notado.
Llamaba la atención sobre varios interrogantes que quiero dejar acá para el lector: ¿Cuántas mujeres exponen en Corto Circuito? ¿Cuántas mujeres ganan convocatoria en la ciudad? ¿Por qué las mujeres no muestran su trabajo? ¿Cómo está conformado el inventario actual de artistas locales en cuanto proporciones hombres y mujeres?
Pareciera que la poca presencia de la mujer en la escena local muchas veces tiene que ver con una cuestión de machismo “una cosa no dicha pero que está en el aire”, me expresa Ana.
Fluyendo según las necesidades individuales y colectivas
“Cuando vivía en Montevideo, coincidí con Santi Chiquito (fotógrafo pereirano) que vivió un tiempo también en la ciudad. En algún momento Ricardo Muñoz Izquierdo (artista, también pereirano) pasó a visitarnos, en una de nuestras salidas fuimos a una sesión del Club de Dibujo de Montevideo, tiene este mismo principio de la Jam, reunirse a dibujar mientras se toma una cerveza y se escucha música en vivo de un DJ.
Ahí quedó la idea dando vueltas en la cabeza. Yo por lo menos siempre la quise replicar, me gusta trabajar en grupo, y posiblemente por ser migrante anhelaba generar un colectivo.”
Por ese trasegar y en esas coincidencias que se van tejiendo cuando uno anda en búsqueda, cuenta Ana cómo desde Montevideo, quizás aún no muy segura que iba a volver a Pereira, inician las primeras puntadas de lo que hoy es la Jam de dibujo.
“Aquí ya han existido varios colectivos o encuentros para dibujar. Por ejemplo, hace unos años los chicos del Garaje: Fredy Galviz, Álvaro García, Santiago Chiquito, etc. lo hicieron, y también hubo un grupo que se llamó Dibujo al Parque, un proyecto que comenzó Pilar Angarita con la colaboración de Jennifer Sepúlveda, se reunían en el Parque Olaya o en otras zonas al aire libre. Actualmente en la ciudad están los Urban Sketchers que también es una movida presente en varios países, Los Inmodernos y la Jam de Dibujo.
La Jam surgió hace más de un año a partir de un comentario que hice en una foto publicada por Santiago Chiquito sobre la nueva sede de Armada 62, en esta publicación invitaban al público a proponer actividades. Yo hacía uno o dos meses había llegado a vivir de nuevo a Pereira y tenía muchas ganas de hacer cosas en la ciudad.”.
Y de iniciativas individuales que se acogen en el colectivo surgen las acciones artísticas, como ésta.
El dibujo en vivo en Pereira tiene unos antecedentes, como bien lo dice Ana, Fredy Galvis del Garaje de Artes es una de las figuras claves en la reconstrucción de memoria sobre estos proyectos tipo Jam.
El Garaje, fue un colectivo que se creó en el 2013 con una propuesta artística en varias modalidades: dibujo, pintura, grabado, serigrafía, diseño, fotografía y video. Ellos tenían los viernes de dibujo abiertos a la comunidad en general: artistas, practicantes y aprendices de todas las edades, quienes compartían dibujando con los artistas del colectivo y demás interesados, las tardes de los viernes.
Cambiar miradas
Fredy y su colectivo abonaron un terreno para lo que hoy Anita, como le dicen sus amigos, lidera con otros asistentes del proyecto. Sin duda dio el impulso para el nuevo paso del dibujo en vivo en Pereira. Me cuenta Fredy:
“Luego que el Garaje cerró, Juan Amarillo y Armada 62 continuaron algunas actividades que se realizaban en el Garaje, entre ellas la actividad de dibujo en las tardes, en las instalaciones de Armada 62 ubicada en el parque Olaya Herrera, bajo el nombre de la Jam de dibujo. Espacio que generosamente Juan Amarillo ofrece para la realización de dicha actividad.
Coordinado inicialmente por Santiago Chiquito, luego por cuestiones de agenda y tiempo de Santi, pasamos a coordinar Ana María Llano y mi persona, al igual que otros colaboradores que aún continúan en la Jam. Ya en este escenario o nuevo espacio, se da paso a nuevas temáticas de encuentro en las cuales participé de las primeras”.
Encuentros de la Jam de Dibujo en Armada 62. Junio 2019 | Imágenes cortesía Ana Llano
En ese encuentro de miradas, la Jam ha pasado del dibujo libre en las tardes de Armada 62 a encuentros rurales y sesiones lideradas por alguno de los asistentes en los que se privilegia lo que Ana llama el conocimiento circular:
“Soy una convencida que las ideas crecen en el diálogo con el otro.
Es por eso que propuse un encuentro abierto sólo para hablar sobre cómo podríamos cambiar esto y escuchar las percepciones de los otros. Fue en este encuentro que surgió la idea de tener una dinámica de conocimiento circular, consistió en una sesión dirigida por una persona del grupo que nos contaba su proceso creativo y nos planteaba un ejercicio.
Fue super variado y enriquecedor, nos permitió conocernos y generar vínculos. Creo que eso fue un éxito para crear comunidad. En medio de las sesiones quincenales de los viernes hicimos sesiones que denominamos Jam Rural, visitamos talleres de artistas que viven a las afueras y compartimos tardes dibujando juntos rodeados de naturaleza.
La Jam rural | Imágenes cortesía Ana Llano
Esta dinámica hizo que la Jam se convirtiera en un colectivo, con diálogo horizontal e intercambio de opiniones, compartiendo los proyectos y procesos artísticos.
Al finalizar el año (2019) hicimos la muestra de cierre en el lugar que yo aún hoy considero la casa de la Jam: Armada 62.”.
Laberintos de tiempos y espacios
Muestra de cierre 2019 en Armada 62 | Fotos cortesía Ana Llano
Así terminó el 2019 para Ana y para la Jam, tiempos favorables, llenos de ideas concretadas y más proyectos por emprender, y en ese tejido de entusiasmo, nuevos retos se atravesaron en el camino y se tuvo que sortear la realidad del Covid-19 y adaptarse a otros espacios para el encuentro.
“…la idea del año era trabajar en el primer semestre sobre un tema macro que era “Identidad” y en cada sesión uno de nosotros desarrollaba un punto que estuviera contenido dentro de este tema y que estuviera vinculado además con su quehacer artístico. Queríamos hacer un trabajo de exploración e investigación desde lo conceptual, que cada uno lo aplicaría a su trabajo para construir o reforzar los proyectos personales desde el colectivo.
Para esta etapa un integrante del colectivo, Ronny Ospina nos ofreció su terraza como sede de la Jam, entre varios hicimos adecuaciones para mejorar la luz y teníamos planes para hacer actividades y reunir dinero para comprar mesas de trabajo. El año estaba lleno de planes.
Pero llegó el Covid-19 y los planes deberían ser modificados. Creo que estuvimos una o dos semanas sin sesión. Convocamos y fue hermoso encontrarnos. Pasamos de encuentros quincenales a hacerlos semanales y abrimos de nuevo la convocatoria a quien quisiera estar, llegaron personas inclusive de otros países. Ha sido muy positivo esta virtualidad.
Principalmente la motivación era encontrarnos, acompañarnos, luego nos dimos cuenta que debíamos volver a generar una programación con actividades y ejercicios propuestos para cada sesión y convertir a la virtualidad en aliada.
Es por esto que desde el 29 de mayo comenzamos una nueva temporada, consiste en invitar un artista local, nacional o internacional a las sesiones, para que nos cuente sobre su obra, su proceso creativo y nos proponga un ejercicio de creación. La idea es hacerlo por tres meses. Ya tenemos junio y julio cubiertos, con unos invitados maravillosos. Todo esto sin un peso de por medio, contamos con la generosidad de los artistas que decidieron aceptar la invitación y del colectivo de la Jam que está ahí apoyando cada paso. Aunque yo inicié y he estado liderando el proyecto desde su génesis, pero éste siempre ha sido pensado para ser un proyecto colectivo.”.
No por azar el viaje es ante todo un regreso y nos enseña a habitar más libre y poéticamente nuestra propia casa
Claudio Magris en el libro El Infinito viajar narra sus crónicas de viaje por diferentes lugares a su paso; en el epílogo hace una reflexión muy personal sobre lo que significa esta travesía, ese ir y venir más allá de cruzar fronteras físicas, en ese entender que no somos únicos y que no visitamos países si no personas, es decir, construimos relaciones y ampliamos nuestra visión de mundo en cada contacto con otro, sabiéndonos no tan distintos en las búsquedas personales y sí diferentes en los caminos y las técnicas para encontrarnos en la exploración.
La Jam de dibujo viene a ser un viaje personal y colectivo donde se deja ver el arte como expresión de vida construida en el diálogo y en el aprender y desaprender los caminos andados y por andar. Testimonio de esto lo dan algunos de los integrantes permanentes a la Jam, quienes para este texto mandaron sus definiciones de lo que este espacio significa para ellos, ese habitar poético de su casa.
Termino la entrada con las opiniones del colectivo:
“Encuentro creativo interdisciplinar en el que puedo compartir ideas y recibir feedback frente a algunos de mis procesos creativos que decido emprender.”
Edwin Morales
“Es un espacio expandido de personas con gustos e iniciativas similares para crear y explorar cualquier tema por medio del dibujo”
Judy Cubillos
“Ni la cuarentena pudo acabar con el empuje creativo del colectivo de apasionados por el dibujo. La entrega desinteresada y proactiva de Ana María Llano evitó el colapso definitivo, pasando a ser la misma actividad de manera virtual, enriquecida con el aporte de artistas locales, nacionales e internacionales. Durante el aislamiento social obligatorio, vigente aún, para mi, mayor de 70, la JAM es el cordón umbilical que me une socialmente con la colectividad. Gracias grupo.”
Edilberto Vargas
“La Jam es mi espacio personal de interacción con artistas de diferentes áreas y formas de expresión; que me conectan con mi Yo más creativo y retador, y me enseñan que toda exploración artística es el resultado de la dedicación y el amor por lo que se hace y lo que se és.”
Carolina Zapata
“La jam es un tratamiento contra la procastinación puesto que la sinergia del colectivo me impulsa a trabajar y sobre todo explorar”
Mauricio Marín
“Compartir”
Héctor Castrillón
“Para mí el jam de dibujo me ha ayudado a explorar más allá de la creatividad a través de diversas formas de ver el arte visual por conceptos más complejos que yo no conocía y lo de cada uno de mis compañeros esa gran disciplina, el compromiso y dedicación que se tiene al momento de crear y explorar nuevas formas, eso es para mí el jam, es la enseñanza de ser auténticos, mis felicitaciones a todos. Aunque yo no esté en las videoconferencias de las cuales me gustaría participar, los sigo y los apoyo, mil gracias a todos”
Germán Darío Hoyos
“Para mí, la Jam de dibujo es un espacio hermoso que me permite explorar el proceso creativo sin ningún tipo de limitantes. Creo que lo más bonito de pertenecer a un grupo como este, es la calidad humana con la que uno se encuentra, me he sentido acogida y escuchada desde el primer día. Cada sesión es una nueva oportunidad de crecimiento artístico y personal, para compartir y aprender del otro. La Jam me ha permitido ponerme en contacto con visiones del mundo y del arte extremadamente enriquecedoras, que, para mí, aun estando en medio del proceso de formación, son increíblemente valiosas e interesantes… ¡Qué alegría ser parte de esto!”
Sara Franco
“Para mí la Jam era el Jam hasta antes de empezar a asistir, hace un buen rato me había generado inquietud por participar, sin embargo, por mis dinámicas de vida, no había coincidido para poder asistir… Pude llegar en esta cuarentena, por invitación de Ana y la participación de este nido virtual de creativos ha resultado muy interesante, es una oportunidad para explorar, compartir, conversar, rayar, meter las patas, incluso jugar con nuestra zona de confort que resulta también tan problemática y con mayor razón en un tiempo que nos pide proponer más y reproducir menos… Ha sido una experiencia interesante”
Alejandra Muñoz
Más claro no canta un gallo como decía mi’apá. Felicitaciones Diana Lorena por hacerlo entender tan fácilmente con tu amena redacción. Gracias Anita nuevamente por tu dedicación y entrega apasionada a la JAM, donde me siento tan cómodo y creativo.
Mi estimado Edilberto, gracias a ti por tomarte el tiempo de leer y acompañar estos procesos. Tenemos una cita pendiente, hay una historia que tengo para contar sobre ti. Ya te estaré buscando para una buena charla con café en ese jardín tan bello que tienes en el balcón 🙂