Fernando Pertuz: el artista colombiano de la provocación

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No soy artista, soy un activista

Fernando Pertuz


 

 

En Colombia tenemos nuestra propia versión de Rudolf Schwarzkogler, se trata del artista performance Fernando Pertuz. Ver su página web es todo un espectáculo visual, si acaso no es una entera provocación artística.

Realmente quiero ser honesto, conocí a este compatriota porque el escritor peruano Mario Vargas Llosa lo menciona en su libro: “La civilización del espectáculo” (Alfaguara. 2012), y lo cita textualmente para exponer con desencanto la degradación de las artes plásticas, ahora convertidas, -según él- en falso arte moderno. En esta obra critica ferozmente otro artista como Damien Hirst y continúa:

“Uno de los performances más abyectos que se recuerda en Colombia” la del artista Fernando Pertuz que en una galería de arte defecó ante el público y, luego, “con total solemnidad”, procedió a ingerir sus heces” (Cita textual pág. 38).

Aunque es verdad, se la comió con pan y manzana y frente a todos los espectadores.

 

 

Extraída de: La Casa del Libro.

 

 

Para Vargas Llosa la obra performance de Pertuz es una simple moda sin estética, una provocación generalizada y un escándalo social promocionado por una mafia que controla el mercado del arte, y lo más irónico, según Llosa-, aceptado por críticos carentes de apreciación artística.

¿Pero qué hace que Pertuz produzca reacciones tan dispares en diferentes esferas como lo son la estética, la literatura e incluso en la política?. ¿Por qué este cambio de paradigma en las artes plásticas donde el artista moderno parece ser más un embaucador que un genio?, ¿no será que una especie de sociedad “posmoderna” espera de los artistas no el talento ni las destrezas, sino la pose y el escándalo?

Quizá en la obra y filosofía de este performer bogotano, (si quizás no en su persona) se encuentra la respuesta. Porque en cierta forma un artista de cualquier dimensión cultural representa el pensamiento de todo un colectivo social.

Fernando Pertuz no se erigió artista, sino que una suerte de sociedad lo “eligió” como tal y lo escogió precisamente para convertirse en un exponente de los ideales de una generación líquida, que consume unos valores inmanentes al mejor estilo de la antigua filosofía nadaísta en la Colombia de los 50.

 

Inicios artísticos

 

Aunque no existe una biografía concreta de Fernando Pertuz, su estética performance, que viene desarrollando desde 1992, habla por si misma. Su misión es crear una conciencia social colectiva para arreglar el mundo. Así como suena.

Su primera injerencia en el arte fue con la pieza llamada “Des plaza dos” en 1998, donde simula un éxodo, caminando 75 kilómetros desde Guadalajara de Buga hasta Santiago de Cali, buscando demostrar la cruda realidad de las migraciones forzadas y los desplazamientos que terminan en asentamientos humanos en las capitales.

 

 

Foto extraída: Instituto Hemisférico de Performance y Política.

 

 

En el año 2001 surge su segunda iniciativa y comienza a preguntar a la sociedad colombiana: ¿por qué no se ha ido para Miami? Y habilita una línea telefónica, crea un correo electrónico con la intención de recibir historias de personas que han emigrado del país por temas de violencia.

Y los últimos tres proyectos, finales y controvertidos, es lo que hace de Fernando Pertuz el artista performance más representativo de la provocación en Colombia.

 

La muerte ronda por todas partes

 

En el año 2006 inicia el escandaloso proyecto “La muerte ronda por todas partes”. Viaja a diferentes ciudades del país, se viste de negro y reparte miles de volantes fotocopiados. Con esto pretende invitar a las personas a que registren el nombre de sus muertos que fallecieron en hechos violentos.

Su activismo lo lleva a empapelar los muros de las grandes ciudades, diseñar afiches artesanales, y publicar los correos recibidos, que llama “historias de vida”. Asiste a encuentros de víctimas de crímenes de Estado.  Y en uno de estos eventos conoce y simpatiza con las ideas de la ex senadora Piedad Córdoba.

Como resultado de esta actividad performance, queda una base de datos accesible a todos con miles de nombres de personas fallecidas en hechos violentos.  La dirección web se asemeja más a una lista snuff.

 

 

Extraída de: Liberatorio.

 

 

Evento con el que este artista deja en claro su repudio por la violencia y la muerte.  La convocatoria da su fruto en la internet y pronto colombianos de otras partes del mundo suman el nombre de sus muertos en la lista.

Sin embargo, el proyecto termina cayendo a tierra porque Fernando Pertuz trata de interactuar con los protagonistas del dolor, intentando incluirlos en su obra artística y performance personal.

Según parece, algunos escritores se apropian de sus historias on-line sobre la muerte y la violencia, y esto, en la medida en que seguían apareciendo muertos desde el año 2002 hasta el 2010, durante el gobierno del entonces presidente de la República Álvaro Uribe Vélez.

 

¿Cuál es su propuesta para un mundo mejor?

 

En el año de 2007 preconiza una “Democracia Electrónica Directa” por medio de otra nueva web. Allí intenta promover la participación colectiva, pero esta vez ya no asociando a los espectadores a su performance, sino que tratando -y con cuidado- que cada uno sea el protagonista de su propio show.

El slogan de su campaña “Democracia Electrónica Directa”, que entre otras cosas está traducido a ocho idiomas, es sugestivo: ¿cuál es su propuesta para un mundo mejor?

De nuevo reparte publicidad (ahora sí a color), viaja por el país, mayormente por las capitales, con una cámara y un micrófono entrevistando personas.  Las aborda con la pregunta y recopila las respuestas más curiosas.

 

Cuál mundo mejor, mijo, esto ya no tiene arreglo. El mundo está volteado al revés.

Y otro

Para tener un mejor mundo, hay que prestarle atención a los ancianos. Cuando los adultos puedan enseñar a los más jóvenes tendremos una sociedad más sabia.

 

 

Extraída de: Instituto Hemisférico de Performance y Política

 

 

Intenta construir una comunidad on-line de dialogantes, con la intención de crear espacios de comunicación directa. Apela a la internet, por ser un espacio -según el- “des jerarquizado” donde los derechos de autor y la propiedad aún no tienen restricciones.

Quiere generar interacciones artísticas en lugar de conflictos y guerras. Guerras, que justifica, son producto de la mala comunicación entre los seres humanos.

La mayoría de sus entrevistados son niños y jóvenes. Los adultos prefieren seguir soñando que lanzar propuestas idealistas.

Ese mismo año la red social Facebook llega a Latinoamérica en castellano y así comienza otra etapa del proyecto performance de Fernando Pertuz, pues lo que él había pensado, esta red lo hizo posible, permitiendo que millones de personas puedan compartir experiencias íntimas por medio del diálogo o chat.

 

Todos somos estrellas

 

Como todo buen artista colombiano emprendedor y filósofo, Pertuz inicia el último proyecto “Todos somos estrellas” en el año 2009.  Iniciativa que en el 2010 ganaría el famoso premio Luis Caballero de la Galería Santa Fe del planetario distrital.

Ahora no camina como un judío errante por las carreteras colombianas; no hace preguntas retóricas a los emigrantes; no recopila nombre de muertos, ni trata de parchar la sociedad con propuestas para un mundo mejor; sino que ahora las estrellas son todas las personas anónimas que se encuentran en las calles, los barrios, los caseríos, las esquinas.

Los que se ganan la vida diaria con el sudor de su frente, los personajes con arte y talento en una ciudad sin rostro.

En sus palabras: “Ellos y ellas nos invitan a reflexionar sobre las problemáticas sociales, locales y globales. Muchos señalan la injusticia”.

Para Pertuz, las verdaderas estrellas están vacunadas contra la insensibilidad, pues han vivido en carne propia la lucha por la existencia y han sobrevivido.

 

 

Extraída de: Liberatorio

 

 

Así que compila videos sobre personas movilizándose entre los espacios urbanos: calles, plazas, esquinas, suburbios, etc., ciudadanos que exponen su cuerpo de forma dramática y política en diferentes ambientes.

Profundiza con este nuevo performance en el arte de la exhibición, y traduce poses, posturas, gestos, expresiones en conceptos cercanos que llama “acciones performativas”.

En sus videos reúne travestis, prostitutas, vendedores callejeros, trabajadores informales, indígenas desplazados por la violencia, transeúntes, políticos caídos., afrocolombianos, hippies, indigentes, gais, lesbianas, antiguos exguerrilleros, vigilantes, cachacos pobretones, costeños, paisas; y extrae frases profundas que para compilarlas y así formar su obra llamada “cuerpos políticos”.

Con estas estrellas forma una constelación social de voces, conciencias, vidas, experiencias que en voz unánime y poética preguntan: ¿para qué seguir ocultando lo que debemos saber?

 

Compromiso socio político

 

Sin duda Fernando Pertuz es el artista de la provocación en Colombia.  Su producción es un híbrido entre estética relacional, performance y teatro de protesta, asumiendo una posición radical de cara al país.

Su compromiso personal y artístico es con la realidad socio política del momento. Así emprende por medio de su vanguardia performance, el mensaje que desea dejar en claro en la sociedad. Mensaje poco entendido por los nacionales y criticado mordazmente por los extranjeros, como ya se habló de la referencia de Mario Vargas Llosa en su libro.

El arte de este bogotano pertenece a un nuevo público, joven en su mayoría, que está descubriendo el mundo estético, no tanto a través de la historia, ni la tradición, sino por medio de la profanación y el rompimiento de la High Culture. Establishment que en otrora era propiedad inherente de las clases altas y las elites aristocráticas.

 

 

Extraída de: Instituto Hemisférico de Performance y Política.

 

 

Y aunque Mario Vargas Llosa en su libro “La civilización del espectáculo” crea que en la búsqueda de nuevos medios de expresión se manifieste una orfandad de ideas, realmente el “que-hacer” plástico sigue teniendo destreza artesanal, autenticidad e integridad porque está ligado a una especie de arte-profético, denunciador de males contemporáneos.

Fernando Pertuz, poco entendido por los siempre clásicos artistas e intelectuales, es una muestra de ello, de un artista convertido en activista cuya misión es retratar y proponer (no entretener) a la sociedad actual, un camino diferente.

Su emprendimiento consiste en mostrar la inconformidad con el estado actual de todo: la cosificación del ser humano, la desvalorización de la vida y el absurdo de un mundo divido en clases.  

Es sabido que en cualquier performance se debe involucrar cuatro elementos básicos: tiempo, espacio, el cuerpo del performer y una relación entre este y el público. En Fernando Pertuz la sociedad le prestó el cuerpo, el espacio y el tiempo, él solo fue la partícula catalizadora de un acto social, como la denuncia.

 

Escritor, Editor, Anfitrión en el portal web La Cebra que Habla. Una vida, una frase: «Quién ya no tiene ninguna patria halla en el escribir su lugar de residencia».

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