La difícil vida fácil. Fragmentos del libro

130
0

Antojos |

Cada sábado tenemos la sección Antojos, un espacio para leer fragmentos de libros publicados por Sílaba Editores y reseñados en La cebra que habla.

 

Trabajadores del sexo (así en España como en Colombia): mucho más que víctimas 

Pedro Adrián Zuluaga

Por los mismos días en que escribía estas líneas, la representante a la Cámara Clara Rojas radicó en el congreso colombiano un proyecto de ley para sancionar con multas económicas a los usuarios de los “servicios sexuales”. Esta ley busca, según la representante, “crear en el imaginario colectivo, de manera progresiva, una cultura que desincentive esta práctica”. Asimismo, quiere crear conciencia del vínculo entre prostitución y vulnerabilidad social, al reconocer a las personas “en Situación de Prostitución” como víctimas.

Es fácil desestimar como ingenuos o regresivos los argumentos de la representante Rojas. Pero hacerlo, para fungir de progresistas, sería otra forma de tapar el sol con los dedos. Porque sí, por supuesto que el oficio (y cuando digo oficio hay que pararse a pensar en lo poco reguladas que están estas prácticas, lo que no hace sino aumentar la vulnerabilidad de quienes se dedican a ellas) de la prostitución en Colombia está, no pocas veces, asociado a contextos y realidades como la pobreza, el desplazamiento por el conflicto armado o la falta de acceso equitativo al trabajo y la educación. Sin embargo, reducir la prostitución a este sesgo sería desconocer el profundo arraigo social y psicológico que explica su permanencia en el tiempo y la manera como en cada época la prostitución, femenina o masculina, ha sobrevivido transformándose.

En el que es tal vez el más sentido testimonio que recoge este libro de Iván Zaro, acompañamos a Mario en su recuerdo de algunos encuentros que lo han impactado en su trabajo, al punto de dejarlo con “un sentimiento de pena enorme”: con un anciano de noventa y un años, un chico con polio u otro más, discapacitado y con la espalda rota en once trozos. Todas estas experiencias cambiaron la visión de Mario sobre su sexualidad y la de los otros, y le permitieron abrirse, desde su propia vulnerabilidad, al desamparo de otras personas. Mario reivindica su trabajo como una función social, un encuentro entre subjetividades lastimadas –y adultas– que logran un intercambio convenido: “Siento que puedo darles placer y, con ello, ayuda. Porque yo puedo ligar en cualquier sitio, en cualquier momento, y la mayoría dispone de sus herramientas para hacerlo, pero hay gente que por la razón que sea no puede. No disponen de estas oportunidades. Y no solo personas con minusvalías físicas, existen personas muy tímidas, muy retraídas, sin habilidades sociales y para las cuales también resulto necesario”.

Como el de Mario, los otros testimonios de La difícil vida fácil están hechos de la verdad de la experiencia y no del frío deber ser de la razón. Zaro aporta sus herramientas de trabajador social, una metodología de escucha atenta, para que estos hombres cuenten lo que han vivido, los sentimientos que los asedian, sus frustraciones más agudas y sus sueños más persistentes. Las muchas veces difíciles condiciones en las que trabajan, no han destruido su humanidad. El mismo cuerpo que se entrega al comercio, casi siempre mecánico o instrumental, con otros cuerpos, es el que sueña futuros mejores, el que ama, el que entrega, en otras ocasiones y a otras personas, los dones gratuitos –y abundantes– de la vida.

Este libro no presenta una visión universal de la prostitución. Llamar a este oficio “el más viejo del mundo”, como suele hacerse, es una forma encubierta de banalización, esa frivolidad de ver el mundo como un hecho dado desde siempre, que el optimismo de la voluntad no podría llegar a cambiar. Por el contrario, el de Zaro es un libro sobre el presente, sobre un paisaje actual y particular: el de la España de los últimos años, con sus crisis y altibajos. Pero también es un libro imposible de imaginar sin inscribirlo en otro tipo de tradiciones y transiciones. Una de ellas es el concepto de autodeterminación y las prácticas sociales que se derivan del mismo. La autodeterminación es una promesa fundadora de la modernidad, que le entrega al sujeto la gestión y responsabilidad sobre su propio destino, y es la base filosófica de conquistas centrales del mundo contemporáneo como el derecho al aborto, la eutanasia y el uso despenalizado de las drogas, entre otras. Sin nombrarla así, muchos de los testimonios reunidos en el libro reivindican el poder de decisión sobre el propio cuerpo, sus usos y placeres, y las múltiples formas del cuidado de sí y del cuidado del otro.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.