Los poemas de Félix Ángel: amar en otra lengua

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Félix Ángel es un artista colombiano, radicado hace muchos años en Estados Unidos, quien aún viviendo en el exterior no deja de aportar al arte en Colombia. Presentamos algunos ejemplos de su obra y poemas de su autoría. Destacamos también que es autor del mural “Las palabras” ubicado en la biblioteca pública de Pereira “Ramón Correa Mejía”


 

I

Situarse en otro lugar significa deslocalizarse, abandonar la pesada carga de tradiciones muertas, alejarse de la limitación de tener que escribir para darles gusto a los amigos del colegio, a los críticos provincianos. Y es abandonar las imposiciones de las retóricas de las academias, las cesuras de las versificaciones; es por lo tanto sorprenderse de vivir en un territorio sin bandera, con la ebriedad que brinda la libertad de abandonar las llamadas literaturas nacionales.

Hay en esta elección el esfuerzo purificador que permite que la nueva palabra se busque sin mediaciones fatales ya que la palabra aparece en la aurora original, sin opacidades.

La libertad de abandonar ese fardo de imposiciones que toda lengua nacional conlleva – Conrad, Nabokov, Ciorán- es entonces la libertad de escoger una poética mirándose desde dentro como el esperado desconocido que desde ahora nos servirá de guía. Esta distanciación hacia un pasado personal inmediato es lo que permite otra mirada hacia el mundo. El poema bajo estas desnudas condiciones tiene la oportunidad de negarse a caer en lo literario y a partir de una poética que brotará de una realidad que las nuevas situaciones irán dilatando como un mapa que sólo los ojos del buscador de imágenes lograrán ver: los escenarios y las implícitas simbologías del invierno, del verano, de la primavera y el otoño.

A partir de estas experiencia bajo los territorios de la nueva vida Félix Ángel ha logrado ubicar los sueños en otro territorio, se ha acogido a los espacios de una nueva lengua: el inglés norteamericano, otro ritmo de las imágenes, otra cesura del poema definido por la dimensión de un paisaje urbano, de otras geografías, otra esencialidad gramatical propia de quien se ha sentido instalado en otras habitaciones de las palabras, más justas o exactas para alojar los sentimientos.

II

En estos Veintiún Poemas las imágenes imponen la forma del poema y no al revés. La imagen nace de la capacidad de ver: una atmósfera, un mobiliario, el interior de un bar, una carretera que como se transparenta en la poesía norteamericana son escenarios  salvajes, no referencias históricas, de manera que es un sentimiento el elemento que transfigura poéticamente lo que llamaríamos memoria de la imagen: la carretilla de William Carlos Williams, el temblor del copo de nieve que cae de una rama al paso del potrillo de Robert Frost, la basura en una calle de Lowell.

 

 

Analogías o sea relaciones de imágenes en la retina y no asociaciones de palabras y esto es lo que a un buscador de imágenes como Félix se le establece como un itinerario de sentimientos que la memoria inconsciente va, a partir de cierto momento decisivo, reconstruyendo sin aspereza alguna: duración del instante que solamente se logra desde el flujo del recuerdo amoroso. Aquel hermoso “Cómo era Dios mío cómo era” juanramoniano porque la imagen recupera todas las imágenes en este sólo poema donde la prudencia se transforma en la estética de los sentimientos de quien se asiste a sí mismo en este trance donde lo que parecería efímero se hace durable: el amor es transitivo, escapa por distintos escenarios, por habitaciones de pequeños hoteles, entre el humo de un bar de artistas y esas imágenes dispersas se reúnen momentáneamente en el acto de la lectura, convocadas por esta voz en off de quien se confiesa en voz baja confiriendo su cadencia al poema.

En el idioma español estos poemas nunca hubieran sido escritos con la esencialidad, la captación de los espacios donde hablan los objetos, los cuerpos y con discreción se vuelve una y otra vez al sentimiento del amor que fue, y, ahora enriquece la vida convirtiéndose en una metáfora.

Hermoso libro.

Por, Darío Ruiz Gómez

 

 

Twenty One Poems
Félix Ángel
Tragaluz Editores
2019

 

 

Félix Ángel es un artista plástico colombiano que nació en Medellín y estudió arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia, actualmente vive en Washington donde se ha desempeñado no solo como artista sino como implementador, curador y director del Centro Cultural del Banco Interamericano de Desarrollo.

 

Félix Ángel, tomada del periódico Vivir el Poblado

 

Su obra plática se puede encontrar en diferentes instituciones, entre las que se destacan el Museo Bass de Miami, la Galería Blanton de la Universidad de Texas, el Museo de Arte de San Francisco, el Instituto de Arte de Detroit, el Museo de Arte de San Diego, la Biblioteca Pública de Nueva York; el Museo de Arte de Riverside, el Museo de Arte de las Américas y en el Essex Collection of Latin American Art, en Inglaterra. Queremos también destacar, de manera especial, el mural de la Biblioteca pública de Pereira “Ramón Correa Mejía”, mural en cerámica esmaltada llamado “Las palabras”.

 

Las Palabras, 2007, Biblioteca pública de Pereira “Ramón Correa Mejía”

 

Entre las diferentes distinciones y premios que se le han otorgado durante su trayectoría artística y profesional, mencionamos: premios en las bienales de la Ciudad de México (1980) y Montevideo (Uruguay, 1981); Premio del Alcalde por Liderazgo Visionario de las Artes (Washington DC 2011); y fue honrado por el Museo de Antioquia junto con otros once artistas como “maestros” de su generación (2014).

La trayectoria completa de este artista la pueden consultar su página web felixangel.com

El autor comparte con nuestros lectores tres de sus poemas del libro “Twenty One Poems”. Leerán el poema original y su respectiva traducción al español.

 

“… Este pequeño libro es de autoexamen. Ángel pone al sol el corazón. Está dispuesto a creer en la honestidad después del engaño y la desesperación. Sabe que las relaciones pueden ser difíciles y aburridas, por lo que buscamos a la naturaleza para seducirnos y creer. Ángel cree en la primavera y la esperanza. Sus palabras están dirigidas a un ser amado.

E. Ethelbert Miller
24 de marzo de 2018, Washington, D.C.

Algunas de sus obras (para ver mejor los detalles, visiten su sitio web felixangel.com)

 

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