Plantas en la ventana

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Cada mañana, con lluvia o calor, mi madre saca la misma planta a la ventana. Le dicen “ Oreja de elefante”- a la planta, aclaro- y es su ritual imprescindible de todos los días, junto a  la arepa con mantequilla a la hora del desayuno y las oraciones al santoral católico completo a lo largo de toda la jornada.

deagronomia.com

Tiene un santo para cada problema. Con la pandemia, mi vieja se volvió experta en la hiper especialización del trabajo.

Volveré a esa imagen al cierre de este relato.

Como les he contado antes, siempre me ha gustado escuchar las conversaciones de la gente en  la calle, en los cafés, en los parques, en los bares, en los buses.

Sus palabras  son como migas de pan que me permiten seguir el rastro de los acontecimientos y tomarle el pulso a la sociedad, a los temores, los anhelos, las esperanzas y las ambiciones de la gente.

En estos tiempos de encierro debo seguir ese rastro por otros caminos. Los de internet en general y los de las redes sociales en particular.

Hay de todo allí: desde chistes finos y salidas en falso, hasta las más singulares teorías acerca de lo que nos pasa.

Con el paso de los días, noto que la gente empieza a alinearse.

Por ejemplo, abundan los que, ante la incertidumbre, optaron por convertirse en su propió gurú de autosuperación.

Para ellos, la frase “ Cuando salgamos de esta” se convirtió en una suerte de conjuro frente a la adversidad.

Y claro, siempre se incluyen en el grupo de los que saldrán de esta. Después de todo, vivimos en una sociedad que, contra toda evidencia, como los padres de Buda se empecina en negar la existencia del sufrimiento y la muerte.

En el otro vecindario rondan los escépticos. Los que guiñan el ojo y alzan el pulgar como queriendo decir : ¿Ven? Se los dije.

Ambas especies son inofensivas. Pero por el camino del medio, sin que nadie los note, se multiplican los guías de una cruzada siniestra, capaz de razonamientos como este:

El planeta tierra se acerca hoy a los ocho mil millones de habitantes. Si, en el peor de los casos, el Covid-19 mata a cincuenta millones ¿Qué riesgo representa eso para nuestra supervivencia como especie?

Y añaden: además, está demostrada con creces la  predisposición de la especie  humana hacia la actividad sexual. De modo que, si trazamos una gráfica, encontraremos que a la vuelta de unas décadas los nacimientos sobrepasarán con creces el número de muertos durante la pandemia.

¿Para qué  poner en riesgo entonces la economía del planeta? Si tenemos en cuenta que la mayoría de muertos serán viejos y enfermos, es decir gente no sólo improductiva sino costosa para la sociedad no vemos la razón para tanta alharaca.

Quizás por un residuo de corrección política les faltó decir que, aparte de viejos y enfermos, la mayoría de los muertos serán pobres.

lacapitalmdp.com

Justo en ese momento uno salta de la silla ¿No eran esas las razones invocadas por los nazis para justificar el exterminio?

¿Y no son, en últimas, las mismas ideas defendidas por Trump, Bolsonaro y sus iguales en todos los rincones de la tierra?

Remplacemos la expresión Nacionalsocialismo por capitalismo ultraliberal y estaremos frente a un panorama tanto o más desolador. Porque esa manipulación estadística apunta a soslayar lo más importante: la pregunta por el sentido ético de las decisiones humanas. Como si la importancia de las personas, de una sola persona, pudiera establecerse con mediciones y extrapolaciones macroeconómicas.

Desde luego, ninguna de esas curvas puede dotarnos de elementos para comprender el dolor y la desolación humana.

Y si no entendemos esas cosas estaremos perdidos, por más que el modelo económico se salve y, como ya sugieren algunos, salga más fortalecido, igual que aconteció después de la segunda Guerra Mundial.

Conceptos como los de justicia, solidaridad y equidad- que los cristianos llaman misericordia-desarrollados para proteger a los más débiles, serán arrasados por la noción de supervivencia del más apto, base de los totalitarismos modernos.

Ya lo sabemos: invocando al pobre Darwin, acuñaron la expresión darwinismo social para referirse a ese tipo de aberraciones.

Porque en el fondo de todo esto alienta el concepto de eugenesia, con las consecuencias de todos conocidas.

revistafeyrazon.wordpress.com

Esa es una de las opciones que nos aguardan.

Indiferente a todo eso, mi madre se levanta cada mañana, toma su planta y la pone en la ventana a recibir el sol o la brisa. Es su declaración de principios. Su forma personal de la esperanza. Su manera de probar que ambas, ella y la planta, aún existen.

Foto por formulario PxHere
Contador de historias. Escritor y docente universitario.

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