Si el discurso sale muy malo, me disculpo de antemano: lo mío son los dibujos

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Caricaturista Mheo, recibió la Orden Cruz de los Fundadores en el campo literario. Este es su discurso de agradecimiento.


 

Hoy he venido a dar las gracias.

Gracias al señor alcalde, doctor Juan Pablo Gallo, y a su ilustre Concejo de Gobierno Municipal por la deferencia de otorgarme esta importante distinción que antes engalanó a personas de muchos más quilates que yo. Gracias a mis padres. Gracias por su buena puntería geográfica al escoger con tino a Pereira, esta maravillosa ciudad donde tuve la fortuna de nacer.

Gracias a mis maestros. Gracias a aquellos que por vocación y afecto y con esmero quisieron enseñarme sobre la hermosura de la lengua, la practicidad de las matemáticas, sobre accidentes geográficos y planetas, de los misterios del átomo y de las maravillas de la química, de las complejidades del cálculo y de la sinfonía celestial de la física. Gracias a todos ellos que quisieron y no pudieron.

Gracias porque me dispensaron su misericordia y soportaron con alcahuetería que mis cuadernos se llenaran irremediablemente de mamarrachos.

 

 

Gracias a mis amigos. A todos: a los de infancia y juventud y que aún son mis amigos; a los amigos de mi madurez. Gracias a ellos, porque en Pereira la palabra amigo está emparentada con la palabra hermano. Mi ciudad me dio la fortuna de tener muchos hermanos, aunque a mis padres solo les dio la fortuna de tener un solo hijo.

Gracias a los inventores de la Internet y del correo electrónico, porque ustedes, señores, sin proponérselo, me permitieron ganarme la vida sin tener que moverme de mi ciudad, para mí el mejor vividero del mundo. Que lo digan tantos hermanos bogotanos que vinieron a vivir a Pereira y ya son pereiranos. Algunos tal vez no se han dado cuenta porque siguen manejando como bogotanos.

Gracias a esta tierra, tierra de tantos ilustres: escritores, deportistas, hombres cívicos, empresarios, políticos, un presidente y hasta un viaducto con nombre de presidente. Gracias porque a mí, que no pude ser escritor, ni deportista, ni hombre cívico, ni empresario, ni político, ni presidente, ni mucho menos viaducto, me dio la oportunidad de ser caricaturista en El Diario del Otún, hoy llamado El Diario, a secas.

 

 

Gracias a mi ciudad, porque en ella la palabra movilidad social no es un concepto lleno de telarañas en el anaquel torcido de un sociólogo despelucado, sino que es una realidad vibrante para muchos. Y si nos lo proponemos, y con la ayuda de los jóvenes liderazgos que ya despuntan, sería una realidad para todos.

Gracias a esta ciudad, mi ciudad de subidas y bajadas, porque fue el escenario feliz donde me casé con una gran mujer, tuve una maravillosa hija y por muchos años disfruté de la ternura y el humor y de mi padre quien hace poco partió a la eternidad y hoy recuerdo con nostalgia y afecto. Hoy agradezco poder seguir disfrutando de la compañía y el amor de mi madre.

Como resumen, permítanme darle las gracias a Dios, el creador, por poder disfrutar hoy de todo lo que les hablé, por este honroso reconocimiento y por poder vivir con ustedes, mi familia y amigos, en este hermoso pedacito de tierra y cielo que soñaron nuestros padres fundadores y él nos dio por ciudad.

 

Algunas caricaturas de Mheo


 

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