Ante los reclamos hechos por un importante sector comercial de la zona, la Alcaldía anunció inicio de obras en noviembre de este año, y aspiran concluirlas en junio de 2018.
La canalización por donde corren las aguas, fue construida en adobe entre los años 1935 y 1940.
Una quebrada que atraviesa la ciudad
Un túnel de cuatro mil metros de longitud es el cauce artificial – colector – de la quebraba Egoyá.
Sus aguas bajan silenciosas y desapercibidas por esta canalización, desde el parque La Rebeca, en la calle 4 de la Avenida Circunvalar, hasta lo que hoy es la calle 46, sector Turín, por donde desemboca al río Otún.
Para atravesarla no es necesario un puente de alta ingeniería, ni colgante, ni metálico. Con solo cruzar el paso peatonal que une la Plaza Cívica Ciudad Victoria con el centro comercial allí ubicado, sobre la carrera 12 entre calles 17 y 18, usted pasa por encima de sus aguas.
Allí hay un parque erigido en su nombre, como una manera de recordarle a los pereiranos que están parados sobre el cauce de una quebrada, aunque sea imposible darse un baño en algún charco de aguas frescas formado entre los vericuetos del recorrido del afluente, convertido desde hace 70 años en cloaca citadina.
El cauce subterráneo de la Egoyá recibe las aguas servidas –léase sucias- del centro de Pereira.
Esta señalización es insuficiente.
Comerciantes, vendedores ambulantes y personas que con frecuencia transitan por el sector, no saben que bajo sus pies pasa una quebrada, y mucho menos que por el deterioro de la canalización, construida en adobe entre los años 1935 y 1940, hay un alto riesgo que se cierne sobre este sector céntrico de Pereira, que va desde la calle 16 hasta la 22, sobre la carrera 12, -tramo 3 del colector Egoyá, como ahora le dicen a la otrora quebrada-, considerado el punto más crítico.
Archivo Aguas y Aguas / Tomada de El Diario.
El colector empezó a resquebrajarse. El agua a filtrarse. Y las edificaciones a desestabilizarse.
Alerta para evitar una tragedia anunciada
Otros, sin embargo, encendieron las alarmas.
“En el último aguacero del día 17 de mayo (de este año) se pudo ver cómo el colector envió las aguas a través de las acometidas de alcantarillado de los inmuebles, inundando sótanos y parqueaderos. Esto, más los hundimientos y otro tipo de situaciones que se han venido presentando son un campanazo de alerta de que algo grave está por suceder”, dice uno de los apartes del Derecho de petición enviado al alcalde de Pereira Juan Pablo Gallo, por Martha Lucía Sánchez Pineda, administradora del Centro Comercial y Cultural de Pereira, Fiducentro, que tiene 529 locales, y es la sede del Teatro Municipal Santiago Londoño, sitio emblemático de la cultura pereirana, ubicado entre las calles 18 y 19.
A raíz de este aguacero también se inundaron los sótanos del Instituto INEC, donde tienen los archivos.
Esta preocupación los ronda desde hace cuatro años. Y se acrecienta en cada nueva temporada invernal.
“Hace mucho tiempo estamos asustados por las inundaciones. El agua empieza a devolverse, y son aguas negras. Cuando pasa la inundación, que es en el parqueadero del nivel tres, tenemos que lavar con hidrolavadoras, porque el olor es muy fuerte. Pensamos que es el Egoyá. Sabemos que tiene sus fisuras”, explica Martha Lucía.
El llamado de atención tuvo eco en la administración municipal, que además saca de dudas a Fiducentro. El riesgo sí es por el colector Egoyá.
En carta fechada el 15 de junio, Alexánder Galindo López, director Operativo de Gestión de Riesgo, anuncia que las obras a realizar “para darle solución definitiva al riesgo”, empezarán en noviembre de este año y aspiran concluirlas en junio de 2018, trabajos que harán con la empresa Aguas y Aguas.
En caso de sismo
El riesgo se acrecienta cuando se recuerdan los desastres ocurridos en esta parte céntrica de Pereira durante los sismos de 1995 y 1999.
“Si hay un terremoto, gran parte del Centro Comercial se afectaría, sobre la 12. Son algo más de cien locales por ese sector”, advierte la administradora de Fiducentro, “Incluido el Teatro Santiago Londoño”.
Fotografía tomada de Voceros del Café
Y es que sobre el colector de aguas servidas fue construido un relleno hecho a punta de botarle al cauce subterráneo de la quebrada escombros y residuos de construcción, sin ninguna técnica de ingeniería.
Lo que hace más frágil el terreno y por supuesto más vulnerables las construcciones levantadas a lo largo del colector Egoyá, donde hay establecimientos de comercio, industriales, viviendas, y 55 entidades oficiales.
Y aunque la administración municipal sostiene que el reciente hundimiento en la vía, ocurrido el sábado 24 de junio en la esquina de la carrera 12 entre calles 18 y 19, tiene relación es con una tubería de alcantarillado que se rompió, y que descarga sus aguas a la quebrada Egoyá, lo cierto es que es otro campanazo de alerta sobre el mal estado del sistema que rodea el colector.