Hoy hace 54 años, un incipiente departamento cobraba vida jurídica, separándose del Gran Caldas. En las calles se respiraba alegría y miedo, júbilo y pesimismo, y ante todos los pronóstico y con opiniones divididas por doquier, fue el civismo, el tesón y las ganas las que llevaron a Risaralda a ser grande como hoy lo es.
Toda esta semana estaremos en La cebra que habla, reactivando crónicas que hemos escrito años atrás sobre los 14 municipios que conforman a Risaralda.
Iniciamos con dos:
y sobre Belén de Umbría: A la sombra de los guayacanes en flor