Viviendo al día

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Hoy en el Día Internacional del Trabajo, presentamos un rastreo por algunos medios nacionales e internacionales sobre la situación del empleo con la pandemia.

Una evaluación inicial del impacto de COVID-19 en el panorama laboral mundial, indica que los efectos serán de gran alcance. En ingresos, las pérdidas de los trabajadores debido a la pandemia del COVID-19 oscilarán entre los 860.000 y los 3,4 billones de dólares, lo que llevará a muchas personas a la pobreza. Una respuesta política adecuada puede mitigar los efectos. La Organización Internacional del Trabajo ha hecho una serie de recomendaciones para ello. Adjuntamos el archivo de dichas recomendaciones. Consúltalo haciendo clic aquí .

Al día

“Estoy viviendo el día a día. Estoy sola; tengo que sufragar esto sola. Sé que hoy tengo dinero para pagar las próximas dos rentas y comer. Y ya. Después de eso, no sé”. Eso le dijo Carolina Malagamba a la BBC Mundo, una mexicana que vive en New York, una educadora de museos quien desde que estalló la crisis sanitaria por el coronavirus en Estados Unidos, todas sus clases, tutoriales y tours se cancelaron.

 

Carolina Malagamba. Foto BBC Mundo

 

Al no tener contrato fijo en ninguno de los dos museos donde enseña -el Museo del Barrio y el New-York Historical Society-, Carolina se quedó sin trabajo de un día para otro.

“Sé que por lo menos hasta mayo no tendré ingresos. Aunque en el New-York Historical Society quedaron de pagarme lo que tenía en agenda, a los diez educadores independientes del Museo del Barrio nos dijeron: ‘Suerte, bye’. Claramente no aprecian mucho a sus educadores”, señala en su conversación.

En una semana normal, Carolina dice que da entre cinco y ocho tutoriales. “Ahora no daré ninguno; perdí mi trabajo”, afirma.

Esta situación se repite en prácticamente todo el mundo, sobre todo con quienes no tienen empleos estables y contratos indefinidos. Y para los jóvenes este es un duro golpe según afirman investigadores de la Organización Internacional del Trabajo:

“Las crisis golpean más duramente a las personas más vulnerables. Uno de esos grupos es el de los jóvenes, que está particularmente expuesto al impacto socioeconómico de la pandemia provocada por el virus.

La transición hacia el empleo decente representa un desafío enorme para las personas jóvenes, incluso en tiempos de máxima prosperidad económica. Así lo indican las cifras de 2019  (previas al brote del virus), según las cuales una de cada cinco personas menores de 25 años (el equivalente a 267 millones de jóvenes a nivel mundial) se contaba entre los “nini”, esto es: quienes no trabajan, no estudian ni reciben formación.

El aumento del desempleo juvenil no solo perjudica a los interesados, sino que acarrea también un elevado costo a largo plazo para las sociedades. Incorporarse al mercado de trabajo en una recesión puede provocar en los jóvenes una pérdida de ingresos significativa y persistente capaz de prolongarse durante toda su carrera. Si se ignoran los problemas específicos de los trabajadores jóvenes se corre el riesgo de desperdiciar talento, estudios y formación, por lo que las consecuencias del brote de COVID-19 podrían prolongarse durante décadas.”

Economía de plataformas

Actualmente vemos en redes sociales muchos emprendedores que pagan promociones para impulsar la venta de sus productos y enviarlos a domicilio o por paquetería. Los emprendimientos de alimentos son los más comunes, pero hay otros sectores también muy sensibles, los que viven del trabajo ambulante, por ejemplo.

 

Tomada de scielo.org.co

 

Al respecto, Juan Ortega, columnista de semana.com se refiere a las medidas poco exitosas que están adoptando los gobiernos para cuidar la economía, sobre todo en países con economías subterráneas como Colombia, es decir, donde coexiste la economía formal e informal:

“La economía formal colombiana está entrelazada con la economía informal; no es un mundo aislado, sino parte de un mundo conveniente que permite vender sin IVA y licuar las utilidades dejando de reportar todos esos ingresos. Esas entregas que no se reportan como ventas, sino como traslados de mercancía que luego dizque se los ‘roban’ o se ‘pierden’ son la economía que atiende buena parte de nuestros barrios populares; o esas prefacturas a personajes en las sombras que piden la factura final se expida a números de identificación tributarios (RUT) robados o de personas pobres que nunca estarán obligadas a declarar son el submundo que al reactivarse el país puede, desde las sombras, amenazar la salud de todos.

Traer a la luz este 40 ó 50 por ciento de la economía es más urgente que nunca. La trazabilidad de contagios, la pronta intervención del Estado, depende de que todas estas actividades en las sombras se puedan verbalizar sin temor a sanción. Esta economía sin IVA, con contrabando e ilegalidad es la manera como muchas personas vulnerables llegan a tener acceso a artículos de primera necesidad. El mundo informal, donde prima el efectivo, es el ideal para mover con libertad los productos del contrabando, fortaleciendo así redes de lavado, corrupción y violencia; es un mercado en el que no manda la mano invisible sino la mano que empuña un arma y ejerce la violencia. Este es el esqueleto en el clóset que tenemos que enfrentar si no queremos vivir la tragedia del Ecuador.”

La Organización Internacional del Trabajo estima que en todo el mundo entre 8,8 y 35 millones de personas más estarán en situación de pobreza laboral, frente a la estimación original para 2020 (que preveía una disminución de 14 millones a nivel global).

Se prevé, además, un aumento exponencial del subempleo, puesto que las consecuencias económicas del brote del virus se traducirán en reducciones de las horas de trabajo y los salarios.

Este es un de los tantos panoramas que tenemos actualmente sobre el trabajo, al parecer el futuro para muchos será el crecimiento del trabajo online. No se trata solo de los sectores medios profesionales, sino también de los trabajadores de la llamada «economía de plataformas».

 

Tomada de IEBS

 

En consecuencia, la crisis del Covid-19 está llamada a incluir el trabajo digital precario dentro del ámbito de la protección social. Pero, ¿qué pasará con los trabajadores que no tienen internet, no manejan las redes sociales o personas que tienen que compartir el computador con todos los miembros de su familia?

Este es parte del panorama mundial que vivimos actualmente con la precariedad laboral, la brecha digital y el sistema económico que particularmente en Colombia, reporta en cifras oficiales del DANE una taza de desempleo en marzo de 12.6%, el más alto en 10 años.

 

Fuentes para este especial:

Organización Internacional del Trabajo: https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_741746/lang–es/index.htm

BBC Mundo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-51965582

Organización de las Naciones Unidas: https://news.un.org/es/story/2020/03/1471412

Semana.com: https://www.semana.com/opinion/articulo/coronavirus-en-los-submundos-de-la-economia-colombiana-por-juan-ricardo-ortega/666041

nuso.org: https://nuso.org/articulo/digitalizacion-trabajo-coronavirus-futuro-capitalismo/

eltiempo.com: https://www.eltiempo.com/economia/sectores/coronavirus-tasa-de-desempleo-en-colombia-en-marzo-la-mas-alta-en-10-anos-490430

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