El teatro no rescata, aviva el corazón del artista

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“El teatro es la vida, es expresar todo lo que uno tiene… más que el teatro es el arte en general, es un retiro a otras cosas que la cotidianidad no brinda”


 

Esta es la perspectiva de Jorge Humberto Bueno Bueno, un músico en formación de la Universidad Tecológica de Pereira que disfruta de la trompeta y el Teatro como el taita disfruta su Kena. Un hombre indígena de 26 años que vive en Pereira.

Quien lo conoce, sabe que tiene mucha energía para expresarse, moverse y tocar un instrumento. Disfruta además del  compartir y de las enseñanzas que constantemente obtiene del resguardo indígena San Lorenzo, su pueblo natal, en Riosucio, Caldas,

En sus comienzos, Luz Dary,  su señora madre, llevaba en el vientre a Jorge, quien nació en la vereda San Jerónimo, Riuosucio,  y pudo traerlo al mundo gracias a los conocimientos sobre partería que aprendió de su abuela Rosa María Bueno, quien como relata él mismo, fue la que le cortó el cordón umbilical, la partera del territorio.

En el año 1992 Luz Dary Bueno, su madre, vivió los atropellos de la guerra en este territorio.

Históricamente San Lorenzo, que está conformado por las zonas de San José, San Jerónimo y el Centro Poblado, ha sido utilizado tanto por las guerrillas de las FARC, ELN y los mismos paramilitares en su momento, como corredor indispensable para dominar la zona central del país. Por ello de una u otra forma sus más de 11 mil habitantes, organizados en 21 comunidades, han sido hijos de la guerra (Tomado de: unidadvictimas.gov.co)

Toda su familia pertenece al resguardo y por supuesto al municipio, herederos por derecho a los territorios que ancestralmente han pertenecido, han cultivado y han protegido. Actualmente el gobierno efectúa tareas para que los cultivos de caña, plátanos, los naranjales y la yuca que tradicionalmente han hecho parte de su cultura y que fueron testigos de la barbarie, se preserven y hagan parte de la reparación de las víctimas que en las décadas de los 90’s cobijó al sector de estos Embera Chami.

 

Seis o siete meses

A raíz del conflicto su madre viajó a Pereira, con seis o siete meses de embarazo de Jorge. Aquí en la ciudad vino buscando mejores oportunidades y un lugar dónde vivir. Ese lugar fue la “invasión” del barrio La Dulcera en Pereira. Después de identificar el panorama, de trabajar en casas de familia como empleada de servicios y asegurar su estadía en esta ciudad, regresó a Riosucio para que su hijo, ya con casi 5 años de edad, hiciera su primer año de escuela, allí, en la vereda San Jerónimo.

 

Foto por: Diego Val

 

Me quedaba en casa de mi abuelita. Dice. Y realmente aprendía las tradiciones y veía, seguramente, las dinámicas de la población indígena mientras su madre trabajaba en Pereira. Después del primer año de escuela volvió al barrio La Dulcera, y cuando contaba con ocho años de edad, nacería su hermanita Deisy Bueno Bueno. Recuerda que cuidaba de ella en las mañanas o en las tardes, dependiendo de su horario estudiantil, le daba el biberón, cambiaba sus pañales y salía a pasear con ella tranquilamente por el sector.

Cuidarse entre hermanos fue la constante durante años, ya que así, le permitían a su madre cumplir con las extensas jornadas laborales como empleada de servicios en casas de familia.

Primero Deisy, luego Yuliana y ahí se distribuían el tiempo del cuidado entre ellos. Mientras Deisy estudiaba en la tarde, Jorge la cuidaba, y en complemento, mientras Jorge estudiaba en la mañana, Deisy lo cuidaba. Se repitió así con Daniel y Stiven Bueno, sí, son cinco hijos indígenas criados y levantados en la ciudad.

 

Las Escuelas

Vivir en un barrio como La Dulcera por diez años, afirma Jorge, comprometía exponerse a varias cosas.

El expendio de drogas, la delincuencia común, el machismo y sobre todo, la violencia.

“Yo era muy problemático y no duraba en ninguna escuela”.  Estudió en el Deogracias Cardona hasta 8° grado, el mismo colegio del cual es egresado el actual Alcalde de Pereira.

Quizá este colegio tenga algo en particular y es, que fue fundado por el activista Deogracias Cardona Tascón primero con el nombre de Colegio Oficial de Varones. Allí se formaron personajes como Cesar Gaviria Trujillo, el jefe del partido liberal. Pareciera una coincidencia el cómo pueden confluir en un mismo espacio estas diferentes personalidades, que en términos morales para bien o para mal, han hecho parte de la historia de este país. Así, Jorge conoce al profesor Edgar Arguellez, quien pasaba por cada uno de los salones invitando a los jóvenes a hacer parte del grupo de teatro que se formaría durante su último año en el Deogracias.

“Yo solía robar en las casas de las personas porque tenían prejuicios frente a mí”. Dice que la gente le temía.  El hecho de que sus amigos y  vecinos en el barrio La Dulcera o en otras partes lo discriminaran, tal vez por ser del barrio o indígena, le indignaba tanto que decidía robarlos para que tuvieran una verdadera razón por la cual quejarse.

“A mí me sensibilizó y me puso a reflexionar mucho que mis compañeros de teatro me tuvieran tanta confianza, sentí que servía para algo”.

Nos comenta que alguna vez, ya estando en casas de sus amigos de teatro no llegó a pensar en apropiarse de algo ajeno, en esencia nunca fue así. La circunstancia fue que ellos nunca desconfiaron de él ni lo discriminaron por ser de un barrio popular como lo es La Dulcera. Por lo contrario, le regalaban libros y pasaban mucho tiempo a su lado.

 

Foto por: Diego Val

 

El primer libro que se leyó fue “El atravesado” del escritor caleño Andrés Caicedo. Afirma que se sintió muy identificado con ese chico problemático del libro que le pegaba a todo el mundo y no  simpatizaba en alguna parte.

Igualmente, a Jorge lo expulsaron, por ser muy problemático en el año 2007 del Deogracias Cardona. Posteriormente fue a parar entonces a la Institución Educativa de San Nicolás, perdiendo siete materias. Tanto en el colegio como en casa le aconsejaron cambiar nuevamente de institución.

Su próximo colegio sería el Sur-oriental. Allí estaba asegurada su victoria, si es que de triunfos escolares podemos hablar, puesto que en ese año el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez había propuesto desde el ministerio de educación que absolutamente ningún estudiante podía perder el año, aún así, esto no fue impedimento para que nuestro artista irreverente volviera a cambiar de colegio.

Próxima institución educativa, el Alfredo García.  Caminaba cerca de una hora desde La Dulcera, específicamente desde La Platanera, hasta el Bosque para aprovechar las clases de teatro mientras estudiaba allí. Afirmó que aún así no “dejaba de delinquir” dentro del barrio, teniendo en cuenta que muchas veces la condición económica y el mismo contexto se le presentaba implacable. Tanto que, alguna vez, un compañero de barrio lo invitaría a una fiesta que se realizaría en una finca en el corregimiento de Combia, rumbo a Marsella.

La celebración se presentaba agradable y desbordada en música, alcohol, drogas y personas para compartir todo esto. Sin embargo, había un sinsabor en el ambiente por ciertos personajes de los cuales se desconocía su procedencia. Tiempo después de que a los festejantes se les hiciera poco importante la presencia de estas personas, se detuvo la música y un hombre alzando la voz comentó:

“Ahora si, les vamos a decir porque vinieron a esta fiesta, por favor hombres y mujeres en lados diferentes”

Era un reclutamiento paramilitar, Jorge lo afirma teniendo en cuenta que gran parte de los asistentes que allí estaban, eran habitantes de La Dulcera o de barrios marginalizados. Su primo, quien estaba en la fiesta y al parecer, participe efectivo de este grupo se percató de la presencia de Jorge para decirle a los mencionados personajes, que a nuestro artista irreverente no se lo podían llevar, que no entendía el porqué de su instancia. Entonces, le aconsejaron (a su primo) que se fuera. Jorge como pudo tomó a su compañero, quien lo había invitado para que emprendieran el camino juntos hasta La Dulcera.

“No me importaba la caminata, sólo mi integridad. Eso me generó mucho temor, hasta este día, no sé nada de las personas reclutadas ese día”

 

Un artista irreverente

Las caminatas, su relación con el teatro y las múltiples formas de ser un hombre indígena en una ciudad que aparenta libre pensamiento, empezaron a cambiar sus rutinas. Leía los libros de Fernando Soto Aparicio y Gabriel García Márquez que le regalaban sus amigos. Practicaba sus técnicas de teatro y poco a poco se dedicaba al estudio, así hubiese sido expulsado nuevamente del Alfredo García y del Jaime Salázar Robledo en el primer año de su inauguración por las razones que anteriormente ya hemos abordado. En última instancia, decidió terminar sus estudios en el complejo educativo La Julita.

 

Foto por: Diego Val

 

El grupo de teatro que entonces había empezado con diez personas dentro del colegio, filtró sus participantes con el pasar del tiempo hasta quedar sólo tres. Jorge junto con sus dos compañeros, Cesar Salazar y Mauricio Robledo se inventaron las muestra de teatro en el escenario de La casa flotante del sector El Bosque en Pereira que duró dos años aproximadamente. Eran ellos presentándose a las personas del sector y haciendo invitaciones, por lo demás, utilizaban mucho el espacio para pulirse como artistas de teatro.

El próximo lugar sería el barrio Alfonso López, en donde ensayaban sus obras. Por los años 2011-2012 se presentaban en otros lugares a nivel nacional, tales como Manizales, Medellín y Bogotá.

Como el apoyo es tan efervescente, los lugares tan difíciles de sostener y la economía tan poca, llega el espacio cultural llamado “Sala Estrecha” en el 2012, ubicada en el paradero de buses inter municipales Santa Rosa-Pereira, tras la iglesia Nuestra señora del Carmen. Empezaron a convocar grupos pequeños para que se presentaran, tales como La casa-de la abuela y Cicuta teatro

A partir de estas experiencias y de sus múltiples sensibilidades, surge la propuesta de la muestra de teatro alternativo como iniciativa de apoyo a los mencionados grupos de teatro emergentes, que tenían un alto potencial artístico. Una muestra que acaba de cumplir diez años con un cierre contundente el pasado 03 de Agosto. Después de haber presentado la obra El Jardín de las Víboras, directamente del Carmen del Viboral de Antioquia. Fue un festival que contó con la participación de grupos de teatro de Argentina como Medea73 , de México como el Teatro de los sueños con la obra Crack o el teatro sin nombre y varios grupos a nivel nacional.

Diez años del teatro salido de los lugares totémicos como los espacios institucionales de cultura. Decidieron darle fin, quisieron que fuera itinerante, contundente y bueno, además, la gestión de los recursos es difícil porque no hay apoyo suficiente al teatro, la muestra estaba tomando demasiada fuerza y de repente, se hace necesario generar un apoyo. Con sentida razón, durante la última muestra de teatro se realizó un conversatorio sobre el estado financiero y conceptual del teatro desde la vivencia colectiva de Sala Estrecha y sus vivencias particulares como artistas.

“El teatro es la vida, es expresar todo lo que uno tiene… más que el teatro es el arte en general, es un retiro a otras cosas que la cotidianidad no brinda”

Jorge mantiene su entereza. La vivacidad de sus acciones se manifiesta como las de un artista. Su trompeta lo acompaña últimamente a todo lado. Recordemos que es músico en formación de la Universidad Tecnológica de Pereira y que además, es activista político que participa actualmente de la guardia indígena en el municipio de Riosucio, de su tierra natal, el resguardo San Lorenzo.

 

Foto por: Diego Val

 

Hace algunos días, apoyó la manifestación que reclamaba el derecho a una vida digna junto con habitantes del sector de San Isidro en el corregimiento de Puerto Caldas-Pereira. Julián Motato, compañero contemporáneo de lucha, ha sido una persona muy significativa para él durante su proceso político. Articulado al Centro Comunitario El comienzo del Arco-iris, liderado por Hilda Luz Silva, otra líder social en Pereira. Motato y él contribuyen llevando música y teatro a la comunidad, avivando sus realidades al igual que se avivó la de él con el arte, con el teatro.

Durante la manifestación relucieron muchas cosas. Efectivamente, los lugares de “invasión” re territorializados por comunidades desplazadas por el conflicto están en su mayoría sobre vías férreas, que le pertenecían en la década de los 90’s a Ferrovías, la empresa estatal que rescataría el desfalco económico que dejaría Ferrocariles Nacionales. Un idilio prometió esta estatal frente a los atropeyos económicos de Ferrocariles nacionales pero cuya administración tampoco produjo ningún cambio sustancial. Esos 2.620 kilómetros de vías férreas entregados no fueron restaurados, no se conectaron las periferias ni mucho menos se aumentó la distribución de los cultivos internos en el país.

Jorge lo supo y por ahora apoya la mesa de negociaciones que discute en la Alcaldía este tema. Tocando su trompeta, siendo artista, este joven Indígena nacido el 18 de Abril nos dice que cuando el caudillo es joven el pueblo tiene fe. (Frase: Germán es el man. Santa Rosa de Cabal)

Estudió Licenciatura en Comunicación en la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP). Ha colaborado en distintos medios del país con piezas gráficas y actualmente es el fotógrafo del portal web La Cebra que Habla.

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