Serie de especiales multimedia sobre parques de Pereira y sus alrededores
En algunos reinan los músicos y trovadores que van por el mundo diciendo sus canciones. Otros son frecuentados por amantes furtivos que le escamotean besos a los afanes del día. En los de más allá culebreros y loritos de la suerte nos salen al encuentro como estampas de otros tiempos. En los más céntricos el rebusque se manifiesta en mil oficios inesperados: fotógrafos ambulantes, jugadores de cartas, expendedores de café y vendedores de pompas de jabón se hacen uno con el paisaje, regalándonos postales de la ciudad vieja y la nueva.
Por eso volver al parque es razón de vida, camino hacia distintas formas de explorar los prodigios y los pesares de la vida urbana. Así pues, esperamos que ustedes tomen como propia esta invitación : Nos vemos en el parque.
I: Parque de La Libertad
Desde comienzos de siglo pasado el Parque de La Libertad ha albergado una singularidad de voces y presencias, desde la banda de músicos de Pereira creada en 1917 hasta las palomas que diariamente llegan a escarbar con su pico las migas que quedan. Una de sus visitantes más frecuentes, nos cuenta a sus 82 años, las memorias que aún conserva del lugar.
II: Parque Jorge Eliécer Gaitán
“Todos los caminos conducen al Gaitán”, dicen muchos de los pereiranos que conocen las dinámicas diarias del Parque Jorge Eliécer Gaitán, ubicado sobre la carrera 4 entre calles 24 y 26.
A diferencia de la mayoría de parques de nuestra ciudad, no cuenta con una iglesia, ha sido reemplazada por puestos de comida que funcionan las 24 horas del día, el sonido tosco de las ambulancias que llegan al hospital, la presencia de la policía y la persistencia de quienes siempre llegan buscando donde rematar la noche después de unos cuantos tragos.
El parque donde pasa de todo, donde siempre hay alguien, el que espera algo mientras la vida se extingue tras las esquinas de la ciudad.
III: Parque Olaya Herrera
Las memorias de uno de los lugares más emblemáticos e históricos del centro de Pereira. Desde la llegada y el paso del tren hasta la celebración de las primeras fiestas aniversarias de la ciudad. Desde los encuentros políticos de antaño hasta la actual activación cultural como lugar de paso obligado entre frondosos árboles y vestigios de lo que ha sido, se ha transformado y ha dado lugar a múltiples dinámicas.
” El nombre de este parque rinde homenaje a la memoria de Enrique Olaya Herrera, presidente de Colombia entre 1930 y 1934, cuyo gobierno supuso el fin de la hegemonía conservadora en el país”.