En el barrio Las Brisas, un grupo de jóvenes y niños enseña a los más adultos a cuidar el vecindario.

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En la Cebra Que Habla, nuestro portal web de historias, iniciamos un proyecto que queremos mucho, La Cebra en Tu Barrio.  Les compartimos las vivencias de nuestra primera parada en la comuna Villa Santana, en el barrio Las Brisas.  Lo que nos dijeron, lo que encontramos, y lo más importante, lo que buscamos.  


 

Fotografías por Erika Valencia Toro

 

 

Y lo queremos porque va a ayudarnos a afianzar lo que constituye nuestra manera de hacer periodismo.  Desde La Cebra Que Habla hemos afirmado que nos interesan Otras Formas de Mirarnos.  Hemos apostado por una narrativa basada en las personas, como seres individuales que tienen una historia propia para contar.


Lo que nos interesa de ellos son sus vivencias,
más allá de si pertenecen a algún tipo de poder, ocupan un cargo importante, hacen política o han cometido actos ilícitos.  No es eso lo que buscamos, y no privilegiamos en nuestro contenido el formato noticioso.  

Lo que hacemos son historias de la gente,  ya sean habitantes del campo o de la ciudad.


Otras Formas de Mirarnos significa un punto de partida, que busca centrar la atención en lugares y personas, entenderlos de una manera distinta, y tratando de mostrar cómo
contribuyen a la construcción de sociedad y a la convivencia desde su cotidianidad.  

La idea con estos recorridos, que pretenden ser semanales y a través de los cuales esperamos visitar los barrios de las ciudades cercanas, es ampliar nuestros horizontes de comprensión y de información.  

Cada uno de nosotros está instalado en un mundo acotado.  Esta delimitación depende de su nivel social, educativo y cultural.  Incluso, de su localización geográfica y de sus creencias.

Cuando trabajamos, interactuamos con otros o proponemos alternativas que relacionan grupos amplios de población, lo hacemos  desde  nuestro lugar de localización.

Fotografía por Jess Ar

 

Empezar a recorrer los barrios, nos ayudará a entender mejor el lugar de los Otros, aquellos de los que nosotros queremos hablar.  

Allí, fuimos a dos instituciones educativas (el colegio Jaime Salazar Robledo y el Compartir Las Brisas) y a una especie de equipamiento colectivo, la Escuela Taller Las Brisas.


Este último está ubicado en la antigua casa de la hacienda, terreno en el que progresivamente se inició a construir esta comuna.  
En ella, la fundación Enraizarte trabaja con al menos 50 niños y jóvenes. Quieren formarlos para que se conviertan en promotores sociales.  

Dos días a la semana trabajan en temas como el reconocimiento del lugar en el que viven, de sus núcleos familiares y en el conocimiento de ellos mismos. Usando la metodología de cartografía social, han ubicado más claramente su lugar de habitación, que es igual a identificar desde donde sus existencias se abren al mundo.

 

Colectivamente, en una especie de tormenta de ideas que ellos denominan con el hermoso nombre de “Mingas de Pensamiento”, seleccionan los aspectos prioritarios que afectan su calidad de vida, haciendo especial énfasis en aspectos relacionados con la convivencia.  A partir de este proceso, llegaron a la conclusión que reciclar y apropiarse de su entorno era una prioridad.  

Hoy, trabajan haciendo reciclaje y convenciendo a los demás habitantes del sector de que cuiden el vecindario.  

Igualmente, tienen la expectativa de mejorar los espacios exteriores de esa casa, allí donde reciben formación a través de los talleres impartidos, para convertirse en hombres y mujeres conscientes de su presencia en esta tierra y en su comunidad.  

Han ideado una campaña muy emotiva para recibir donaciones de flores.  Así como suena.  Quieren llenar de flores las zonas verdes de su casa taller y convertirla de esa manera en un bello jardín.

Inmediatamente el equipo de La Cebra manifestó su disponibilidad de colaborar en lo que estuviera a nuestro alcance.

 

 

Igualmente, en nuestras redes sociales, daremos a conocer mayor información al respecto de esta campaña.

En todo caso, se reciben rosas, claveles, margaritas, heliconias, no me olvides, y todas las plantas o semillas de flores que se den en estos climas.

Y no es solo por el hecho de sembrar un jardín.


Además, valoramos
el gesto de querer rodearse de belleza natural, como un acto profundamente simbólico que refuerza el trabajo que desarrolla la Fundación Enraizarte, la gestora territorial Adriana Delgado, y la fundación Taller de Vida.  

Y es que, plantar una floresta no es solo un acto exterior. Estar motivados para cultivar plantas que producen flores, en un ambiente social que a veces puede ser hostil, es sin ninguna duda un acto de transformación colectiva e individual de grandes magnitudes.

Y esta acción seguramente rendirá muchos frutos de cara al resto de la comunidad.  Es un acto simbólico que lleva consigo un poderoso mensaje que pretende transformar la profunda indiferencia que caracteriza a las zonas habitadas por ciudadanos de escasos recursos.

Fotografía por Jess Ar


Estos chicos de las Brisas (llenos de energía y de firmeza en sus convicciones), no solo aspiran a rodearse de un vergel, además de una huerta comunitaria.  Buscan además  llenarse de honra, para poder, a partir de este proceso tan definitivo en el devenir de una sociedad,
irradiar a su comunidad.  

Su propósito es formarse como promotores sociales, pero, a partir de esta formación sus vidas han cambiado. Es un hecho notorio en la manera que tienen de expresarse, en las opiniones sobre temas de actualidad (como el proyecto del cable aéreo o la cultura ciudadana), y, además, se les nota en la simple manera de mirar: de frente al interlocutor, dejando atrás esa postura retraída que caracteriza a quienes durante generaciones han estado sometidos a todo tipo de violencias.  

 

La formación que reciben en la casa taller, les ha permitido reconocerse, a ellos mismos, a sus compañeros, y a sus vecinos, como seres humanos con dignidad. Y a pesar de las dificultades que su situación social pueda presentar, se encuentran inmersos en un fuerte proceso de construcción de amor propio, que les permitirá avanzar por el mundo de una manera afirmativa.

Alejando la resignación, el pesimismo, la indiferencia y el resentimiento como motivadores, se están preparando para albergar el anhelo. Esta población seguramente ejercerá un liderazgo muy positivo en su comunidad.  

Fotografía por Jess Ar

Restablecidos de su condición de oprimidos, por lo menos desde el punto de vista mental, recuperada una voz, sin temor a expresarse y abiertos a todo lo que la vida está en capacidad de ofrecerles, será muy probable que logren desarrollarse en la plenitud de sus potencialidades.  

Así que, en este primer recorrido, encontramos motivaciones para vincularnos a la construcción de un jardín como lo que será, ojalá, un bello parque florecido, y lo que también constituye un “jardín interior”, que está poblando muchas almas de niños y jóvenes en el barrio Las Brisas.  

Barrio las brisas

 


 

Contamos historias desde otras formas de mirarnos.

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