Hoy, la realidad en La Villa de los Cerros es bien diferente.
Quinchía está celebrando esta semana sus fiestas folclóricas.
Este es un municipio muy distinto al de mis tiempos de Secretaria de Infraestructura de la Gobernación de Risaralda, a comienzos de este siglo.
De esa época recuerdo el miedo que acompañaba cualquier recorrido por su territorio, pues el paso por las veredas de Quinchía y de allí a Bonafont, corregimiento del municipio de Riosucio (Caldas), era prácticamente vedado por la presencia de grupos armados.
Hoy, la realidad en La Villa de los Cerros es bien diferente. Las veredas son transitables, y existen, por ejemplo, grupos organizados de lugareños que están haciendo visitas guiadas a las maravillas naturales que abundan en este municipio.
Fotografía tomada por: Martha Alzate.
El entorno se aprecia tranquilo y optimista, aunque en la memoria de muchos de sus habitantes afloren los muertos de manera permanente.
Pero, no todo es armonía. La población se percibe pobre, sobre todo en la zona rural, en donde el agro sigue siendo una forma de sustento familiar a partir del trabajo compartido, aunque los ingresos disten mucho de remunerar justamente este esfuerzo colectivo. Adicionalmente, las parcelas son pequeñas, muchas no superan la hectárea de extensión.
De igual forma, existe un fuerte conflicto entre mineros artesanales, propietarios ancestrales de terrenos ricos en oro y otros minerales, y las grandes empresas que tienen interés en explotar estas reservas.
De hecho, dos sucesos llamaron poderosamente mi atención durante esta visita.
Fotografía tomada por: Martha Alzate.
El día que estábamos conociendo un interesante museo arqueológico en la Casa de la Cultura, nos encontramos con la Defensora del Pueblo en Risaralda, la Dra. Elsa Gladys Cifuentes. Ella, en compañía de funcionarios del nivel nacional de la Defensoría, atendían una alarma temprana por posible desplazamiento de la comunidad de la vereda Miraflores. (Para mayor información ver video al final)
El otro suceso significativo es la herida latente en la gente del pueblo acerca de lo acontecido con La Operación Libertad, de la cual la Dra. Elsa Gladys fue protagonista, pues dicha operación se llevó a cabo cuando ella era Gobernadora, en tiempos del primer mandato de Álvaro Uribe Vélez. En desarrollo de dicha operación se capturó al Alcalde, a dos concejales, al comandante de bomberos, y a 84 civiles, por supuestos nexos con la guerrilla. Un reciente fallo del Consejo de Estado condenó a la Fiscalía a pagar 7.300 millones de pesos a 29 de ellos, vinculados en este episodio conocido como un “falso positivo”.
Este acontecimiento permanece latente en los relatos de los habitantes, y en sus representaciones culturales, lo cual da cuenta de la fuerte manera como sigue marcando la vida en el municipio.
A pesar de su relativa tranquilidad y de los vientos de progreso que hoy se aprecian a partir del acuerdo de Paz, existen desgarramientos que deben ser narrados para que puedan sanar.
Fotografía tomada por: Martha Alzate.
Así, en este ambiente, se prepara La Villa de los Cerros para celebrar sus fiestas folclóricas.
En un próximo artículo les hablaré de las maravillas del lenguaje ancestral que es hablado solo por seis habitantes de este municipio, el idioma Umbra.
400 Familias de mineros de subsistencia en peligro inminente de desplazamiento
En el sistema educativo ese poder se expresa en forma de una cadena de citas
El estudiante- de maestría o algo así- tiene el aire compungido de quien acaba de ver como el pan tan anhelado se le quema en la puerta del horno. En este caso se trata de un trabajo de grado pulido con la paciencia de orfebre del que se juega la mitad de su destino a la educación como forma de promoción individual.
Su propuesta reúne las condiciones establecidas en los protocolos pero, al parecer, el aspirante a maestro en algo ha incurrido en una suerte de herejía: por exceso de confianza o simple descuido olvidó citar una autoridad que rige los destinos de esa parcela del conocimiento, y que tiene su sede en una universidad alemana, austríaca o luxemburguesa.
De cualquier forma, uno de esos centros de poder académico donde se inicia una cadena de reciclaje que, por lo visto, no termina ni en el jardín infantil, pues hasta los párvulos se ven obligados a citar teorías enteras resumidas en una frase que nadie acaba de entender del todo.
Foto extraída de: Pixabay.
De modo que nuestro estudiante, ya entrado en la treintena, tiene que volver a empezar su tarea hasta que cite de manera adecuada al gurú, aunque a nadie parezca preocuparle mucho la explicación del porqué.
Así funciona el poder en todas partes: los líderes comunales deben hacer fila ante el concejal o congresista, que a su vez fungirá de interlocutor ante esa entidad todopoderosa llamada Estado. Los sacerdotes hacen las veces de voceros de la feligresía ante los purpurados, quienes en el momento requerido cumplen el rol de intermediarios ante un pontífice que se presenta como portavoz único de la ignota divinidad.
Mecánica similar se aplica en el sector privado, donde los operarios reciben instrucciones desde lo alto a través de unos mandos medios que flotan en una especie de tierra de nadie en la que el miedo a perder el estatus constituye el único móvil.
Foto extraída de: Pixabay.
En el sistema educativo ese poder se expresa en forma de una cadena de citas que funciona más o menos así: Alguien, a través de un crédito, de una beca por méritos o de puro y duro tráfico de influencias consigue llegar hasta el Sancta Sanctorum, ubicado casi siempre en una ciudad centroeuropea o en un pacífico poblado inglés o norteamericano, donde obtiene la patente de iniciado.
Con algunas excepciones, el paso siguiente será replicar, sin ubicarlas en contexto y mucho menos confrontarlas con la realidad, las teorías que lo convierten a su vez en iniciado, aunque con rango menor en la escala jerárquica.
Es por eso que muchas pruebas de grado no se evalúan por los descubrimientos que se dan en el transcurso de esa aventura llamada conocimiento, si no por el número de citas acumuladas.
Foto extraída de: Pixabay.
Con seguridad, ustedes habrán leído esos ejercicios en los que los argumentos, que deben ser el soporte natural de una búsqueda personal, son reemplazados por una sucesión ininterrumpida de párrafos que siempre empiezan así: “Siguiendo a fulano”,“Citando a mengano”,“Retomando a perencejo”,“Para decirlo con palabras de…”.
Al final, uno se queda sin saber qué quiso decir el autor de esa curiosa antología de frases, en la que las ideas dejan de ser miradas al mundo, para reducirse a una colección de referencias sin mucho sentido, porque hace rato la búsqueda solitaria del conocimiento quedó reducida a los confines gregarios y peregrinos que son el santo y seña de toda casa de citas que se respete.
Este especial está pensado en la dinámica de la literatura erótica, el ensayo, la entrevista y otros géneros que permiten ahondar en el tema. La cebra que Habla, en la variedad de propuesta escriturales, presenta una entrevista exclusiva al director y productor de cine para adultos en Colombia, Cristian Cipriani.
Por otro lado, el cronista Gustavo Colorado Grisales hace una intervención contándonos esas historias alrededor del ya casi moribundo cine triple equis, esos viejos teatros que ya, por decirlo de alguna forma, han vivido sus tiempos de auge. Y por último, un ensayo reflexivo del escritor Diego Firmiano, o mejor, una aproximación teórica al mundo del sexo desde la antiguedad.
Sin más introducción y como dicen en criollo, manos a las obra, bienvenidos a este especial preparado para sus buenas lecturas en cualquier momento.
“Tras muchos años en los que el mundo me ha brindado innumerables espectáculos, lo que finalmente sé con mayor certeza respecto a la moral y a las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”
Albert Camus
Quizá después de haberse levantado de las guerras Alemania ya no sepa llorar en las derrotas; sin embargo, cuando México le ganó a Alemania, me ericé, y no pensé en Amparo Grisales sino en el escritor Eduardo Galeano, ¿Quién lo diría?. También recordé a Albert Camus, futbolista y escritor, cuya niñez transcurrió en los barrios pobres de Argel. Camus al escribir, rescataba la idea de la libertad individual en su obra, y el desafío que representan los problemas que se plantean en la conciencia humana.
El fútbol nos ayuda a disolver problemas, y él mismo dijo eso que todos sabemos, no sé si los hinchas del Pereira, pero si por Colombia.
Siento un estúpido deseo de llorar en cada derrota. Albert Camus.
Albert Camus -1930- cuando era guardameta del equipo en su colegio. Fotografía tomada del blog de Valentín Roma – Todo lo veo negro.
Descubrí a Albert Camus, premio Nobel de literatura 1957, cuando mi profesor Virgilio Palacio me regaló la novela “La Peste” en los mismos años cuando Colombia empató con Rusia 4 a 4, ese día del gol olímpico de Marcos Coll que añora Gustavo Colorado en el mundial de Chile; en esos días, el portero del equipo en el Seminario, Cristóbal Correa, a quien le decíamos el “Loco”, lo trastornaba el fútbol y en su frenetismo tocaba las manos de Dios; él me dijo que amaba a Albert Camus porque fue portero en el equipo de su colegio y en Francia jugó como guardameta en el equipo de Montpensier, no es el Montpellier donde nos embrujó el fútbol del Pibe Valderrama, quien hacía poéticos los momentos del gol, como lo dijo Pier Paolo Pasolini.
Andy Wharol dedicó este arte a su máximo Pelé ídolo, Pelé
Años después, sentí la majestad del fútbol en Quinchía, doña Otilia Taborda me habló de cuando el hermano José María Torti Soriano, quien nació en San Fernando de Cádiz, España, llegó a la solución de la violencia en que se hallaba este hermoso municipio. El misionero traía un balón y organizó a los hombres, enseñó a reemplazar las armas por el fútbol y generó cuadrillas que dejaran la pelea por un poder teñido de rojo o azul; prefirieron la palabra de Torti, equipos de futbol y vestidos multicolores de uniformes que encarnaron barrios y veredas. La violencia se transformó en el ritual de los equipos que luchan por la defensa de sus territorios en un simbólico campo de fútbol. Los líderes comunitarios que me explicaron aquella realidad me generaron la pregunta. ¿En qué radica la magia sublime del fútbol?, Torti lo sabía porque en 1970 se trasladó a Pelaya, Cesar, donde también es recordado como un transformador social.
Colegas. Fotografía de Marino Soares – educador de Gijón-España
El arte de la guerra se aplica en el fútbol. “cuando se gana una batalla mediante una estrategia, esta nunca se repite, va adaptando su forma a cada circunstancia particular”
Sun Tzu
El ser humano es histórico, territorial y ritual, la guerra es ritual y por eso los guerreros primitivos se disfrazan y visten exóticos para el combate y en la modernidad los ejércitos y grupos alzados se uniforman. El futbol tiene un valor simbólico y ritual, los equipos se enfrentan con atención a reglas y arbitraje, cada quien forma equipo y defiende su territorio. Los aficionados son el pueblo y surgen tanto coros como barras bravas.
El campeonato mundial que presenciamos durante estos días hace olvidar conflictos y toda la tensión del mundo se transforma en una fiesta. Estanislao Zuleta escribió un ensayo sobre la guerra donde asegura que “la guerra es una fiesta” y el fútbol futbol tiene un juego de piernas e inteligencia que humaniza esa fiesta.
Nada más animal, más primitivo, más desolado que un montón de hombres reunidos en una sala porno.
La primera comunión
Los hombres, casi siempre solos y aferrados a un periódico enrollado como si se tratara de un madero en medio de un naufragio, ingresan a la sala de cine con el aire entre culpable y desdeñoso de los que se saben partícipes de alguna conspiración antigua y desgastada.
El olor que flota en el aire es el resultado de la mezcla entre el cloro utilizado para la limpieza y el aroma vegetal, pegajoso, que asciende desde el bajo vientre de varias docenas de feligreses que con una puntualidad posible sólo en los casos de devoción absoluta acuden al culto donde Ella, la hembra yegua, es inmolada una y mil veces para que los sin amor puedan sobrevivir una noche más al acoso de los dientes afilados de la impotencia y la desesperación.
En la primera fila del teatro un cuarentón gordo hasta lo inconcebible hurga entre la bragueta de su pantalón mientras, no de la garganta si no del alma, le salen unos gemiditos de niño grande extraviado en la espesura del bosque, de ese bosque de algas que la cámara implacable explora sin tregua, mostrando lo más secreto de esos vellos trémulos, de esas humedades de musgo perladas con destellos de estalactitas florecidas en la entrepierna de las actrices.
Entre tanto el gordo, el flaco, el adolescente, el septuagenario, el profesor de literatura y el vendedor de electrodomésticos se consagran durante dos horas a ser otro: son el jinete que cabalga esos muslos y desafía el universo con el ir y venir de unas nalgas que ofrecen a la vista, como un escupitajo, el tatuaje de una víbora de tres cabezas.
Nada más animal, más primitivo, más desolado que un montón de hombres reunidos en una sala porno.
De cualquier manera, la imagen es una estampa de otros tiempos, porque las salas de cine X, al igual que las otras, están cada vez más deshabitadas. Lejos están ya los tiempos cuando doscientos, tal vez trescientos fanáticos del sexo imaginado acompañaban a los protagonistas de las historias en su ascenso y descenso hacia el reino de la bestia de dos espaldas: era un coro de suspiros, gritos, jadeos y aplausos, como si estuvieran ante una singular orquesta integrada por músicos vestidos apenas con la propia piel.
En el principio era un rito. Cuando las salas bautizadas con nombres como Karká, Sinfonía, Apolo o Capitol anunciaban el estreno de la última superproducción de Claudine Beccarie, Vanessa del Río, Cicciolina, John Holmes o Rossana Doll, los devotos se aprestaban con semanas de anticipación para recibir la lluvia de semen que los reclamos publicitarios anunciaban en los avances o “ trailers“, como les gustaba llamarlos a los viejos amantes de las películas de acción y, ya lo sabemos, el cine porno es nada más y nada menos que eso: acción.
Como todos los ritos, la aventura pornofilmica exigía una rigurosa y paciente preparación; definición del día, hora y lugar para la incursión en esa tierra de nadie y de todos donde, de una manera más cierta y brutal que en una cadena de montaje, el cuerpo es a la vez herramienta, producto y desecho y todo lo que se quiera, menos escenario de placer. Si alguien lo duda le bastará con recordar el fulgor de odio y desprecio que chispeaba en los ojos de John Holmes, uno de los grandes mitos del porno duro, cada vez que se disponía a horadar con su descomunal instrumento de combate las exhaustas entrañas de una diva incapaz de disfrazar tras un gesto de placer mal calculado, el hastío infinito que dejan como resultado mil cópulas enhebradas a las puertas del infierno.
John Curtis Estes (8 de agosto de 1944 – 13 de marzo de 1988), más conocido como John Holmes o Johnny Wadd (por el protagonista de una serie de películas relacionadas), fue uno de los actores porno más famosos de todos los tiempos al aparecer en alrededor de 2500 películas para adultos en las décadas de 1970 y 1980, películas que incluían escenas gays. Fotografía extraída de: Culturizando.
Sin embargo, la mascarada bastaba para que los cien, los doscientos prosélitos de esa diáspora de hombres solos hermanados por la figura tutelar de un Príapo desangelado sintieran que estaban de algún modo accediendo a una forma remota y vaga de la redención.
Esa redención ameritaba todos los sacrificios: hacer la fila y exponerse a la mirada inquisidora de transeúntes y conocidos, dispuestos a comprender y perdonar todos los vicios y gustos, menos el de esa forma suprema del egoísmo y la renuncia que es el onanismo y peor aún si se trataba, como en el caso de quienes asistían a salas X que agotaban la boletería, de una suerte de onanismo en comunión.
Era también escaparse del trabajo en mitad de la tarde y correr el riesgo de encontrarse, cuando se prendieran las luces del intermedio, con los ojos asustados de un compañero o del mismísimo jefe en persona y sobre todo enfrentar el sentimiento de desprecio que la mayoría de las mujeres profesan por esos seres que parecen preferir una cópula de mentiras en la oscuridad pegajosa de una sala de cine, a la tibieza y humedad que son expresión física de la dosis personal de infierno y paraíso que un dios loco reservó para los hombres.
Era tan cierta la mentira que hasta se supo de historias de amor entrañables como la del viejo jubilado de una compañía dedicada a importar cigarrillos, que asistió durante dos semanas seguidas a tres funciones diarias, sólo porque había quedado prendado del lunar marrón que la protagonista de una película que ostentaba el obvio título de ” Noches ardientes ” lucía como un señuelo, justo a mitad de camino entre la ingle y el pubis.
Pero, ya lo dijo el poeta del Río de la Plata: “La dicha es un castillo con un puente de cristal “ y los vientos del mercado se fueron llevando los viejos teatros donde se proyectaban dobles en jornada continua, que con precisión de equilibrista eran capaces de armonizar un western protagonizado por Lee Van Cleef y Franco Nero con los misterios milenarios popularizados por las películas de Bruce Lee.
Esos vientos no tuvieron piedad con el hombrecito que apuntalaba su dignidad con una corbata raída y unos zapatos protegidos por varias capas de betún Beisbol como una coraza contra el desastre. Todos los jueves aguardaba a que se corrieran las persianas metálicas de un teatro situado en la carrera Bolívar de Medellín para abandonarse durante cuatro horas a la buena merced de unos cuerpos casi siempre estropeados por el uso y el abuso, que lo mantenían suspendido en el tiempo y el espacio, para devolverlo al caer la tarde a los remolinos del río de rostros y sudor que se precipitaba entre ilusiones y ansiedades hacia el reino de sombras donde habita el olvido.
No podían tener piedad por supuesto, porque, para empezar, como bien lo había dictaminado un puñado de profesores alemanes y franceses, los tiempos que se avecinaban no eran los del colectivo sino los del individuo y las calles dejarían de ser lugar de encuentro y reconocimiento para dar paso al miedo y la desconfianza. En ese panorama poco tenía que hacer el cine como alternativa frente a la irrupción de los deportes de riesgo, las discotecas multiusos y menos frente a ese monumento al autismo que son los dispositivos digitales como opción de uso del tiempo libre para las nuevos ciudadanos.
A esos vientos les tiene sin cuidado por ejemplo que existan en el mundo legiones de hombres expulsados del disfrute de los asuntos esenciales de la existencia , entre ellos, claro está, el sexo, simplemente porque no pudieron o no quisieron hablar el lenguaje del yo me vendo, yo te compro y al final del camino no les quedó otra salida para aliviar en algo los furores del deseo que abandonarse en los brazos de esas novias de celuloide que ni prometen ni ofrecen nada distinto a la extensión de sus caderas , sólo alcanzables a través de la mirada durante los noventa minutos que dura la función.
Fotografía extraída de: actuextereo.blogspot
Así, uno a uno, se han ido cerrando los viejos teatros que en los barrios o en el centro de las ciudades representaban algo parecido a un oasis de penumbras donde los estudiantes escapados de la clase de historia, los vendedores que ya habían tomado los pedidos del día, los mensajeros, los ayudantes de notario y miles de desempleados podían hacer un alto en sus afanes y ansiedades para dejarse llevar por el sartal de ilusiones nacidas al ritmo machacoso de un viejo proyector Samplex de 35 milímetros .
¿Quién y con qué instrumentos podrá medir cuánto ha aumentado la desesperación de esos hombres desde la tarde en que llegaron a las puertas de su teatro favorito, tanteando en los bolsillos con dedos sudorosos un arrugado billete de dos mil pesos y se encontraron con el palmo de narices de un aviso escrito con pésima caligrafía, que resumía en tres palabras una suerte de sentencia cifrada? ” Cerrado por derribo“ decía la escueta frase pero era suficiente para dar inicio a una interminable secuencia de preguntas sin respuesta, que apuntaban todas a tratar de dilucidar qué hacer con lentas y tortuosas tardes de hastío que de allí en adelante transcurrirían entre partidas de billar, lecturas de periódicos viejos y caminatas sin rumbo por callejuelas ajenas y hostiles porque, entre otras cosas, los clientes de las salas X no son los mismos que alquilan películas en formato de vídeo para ver en casa.
Hogar dulce hogar
“The times they are all changing” cantaba con su voz nasal el viejo Bob Dylan, por allá a mediados de los sesentas, y sí que cambiaron los tiempos, hasta el punto de que se puede decir que la especie humana entera salió del sur y dio un rodeo por el norte, para volver al fin al punto de partida con la ilusión de que ya lo sabía todo sobre el universo y sus asuntos.
Las utopías adquirieron el tono sepia que es la impronta del fracaso. El mercado y sus azares (que los economistas llaman “leyes”) invadieron todas las esferas de la vida pública y privada, mientras los grandes amores pasaron a ser tema de canciones trasnochadas, al tiempo que el hombre concreto, inquieto y asustado en el bosque de sus descubrimientos y tribulaciones, como los chicos de las fábulas de Grimm sentía, más que nunca, el apremio de sus pulsiones esenciales y entre ellas el sexo, como garante supremo de la perdurabilidad de la vida en el planeta.
Así lo supieron entender con certera sagacidad los publicistas y expertos en mercadeo. Por eso, enfilaron todas sus baterías a exacerbar esos impulsos como motores de consumo a través de un bombardeo incesante de imágenes en las que traseros, espaldas, muslos, tetas y coños constituía el primer y último fin. “¡No importa cuán bella e inaccesible sea o parezca: tu puedes!” es en últimas el resumen de esa manera de tomarse por asalto la mente, el alma y el cuerpo de los hombres, en tanto que consumidores reales o virtuales del producto más sofisticado y costoso que haya podido caer en manos de los mercaderes: el cuerpo femenino.
Por esa vía, la marea del mundo no tardó en sacar a flote el hecho de que en relación con el sexo estaba claro que existían en todas partes multitudes de hombres que por pobres, por tímidos, por feos o por sucios se quedaban por fuera de las posibilidades de consumo de cuerpos.
A ellos estarían destinadas las salas X, que son lugares menos de placer que de escarnio. Para los más sofisticados, que utilizan las imágenes pornográficas como tentempié o a lo sumo como aperitivo, se había inventado esa especie de animalito doméstico que se pasea por alcobas, salas, cocinas y hasta baños, salpicando el tedio de los ciudadanos modernos con el destello luminoso de su estela omnipresente: el video.
Anclados en su condición de mortales estrato cuatro, cinco y seis, gracias a la movilidad social dinamizada por el acceso a la educación, los mercados abiertos y las economías emergentes, los hombres de las clases medias (ansiosos por saber cada vez menos de sí mismos, y por esa vía, del mundo) encontraron primero en El Betamax y luego en el VHS el sortilegio para exorcizar cada noche la dosis de pánico y fascinación que les subía pierna arriba.
Fotografía extraída de: actuextereo.blogspot
Fue así como la sala , el sacrosanto lugar donde el muy serio ejecutivo se solazaba con noticias de defraudaciones y masacres, los niños con los dibujos animados ( Tom y Jerry ayer y Pokemón hoy), las señoras con dramatizados sobre la idiosincracia de las regiones y las criadas con telenovelas lacrimógenas, se vio de repente tomada por asalto por la presencia de damas fogosas llamadas Ginger, Rossana, Valeria o Cicciolina, dispuestas a llevar hasta las últimas consecuencias las posibilidades del cuerpo, ejerciendo una forma de santidad al revés, orientada a redimir de alguna manera a la familia de esa forma gris de existencia que el poeta Joaquín Sabina llama “El sexo con amor de los casados” .
La nueva situación plantea de entrada un problema: Al hacerse doméstico y recibir la bendición institucional, el porno pierde lo poco que le quedaba de fuerza transgresora. De ahí en adelante pasará a formar parte de la interminable lista de objetos destinados a estimular la vida de los individuos a través de una fugaz permanencia como elementos de uso y desecho.
Tanto es así que en la galaxia de la televisión digital los clientes pueden elegir entre una sesión de aeróbicos, el partido de la liga italiana de fútbol, la NBA, la misa dominical o la última superproducción del canal Playboy. De ese las parejas podrán al menos disimular el tedio de los fines de semana mientras ensayan posiciones sexuales cada vez más enrevesadas, como si en lugar de un intento de comunión se tratara de una competencia gimnástica cuyo fin último es exaltar el ego de los practicantes..
El proyecto de desacralización del mundo, tan caro a la ideología del consumo y a las modernas teorías del mercado, cierra pues su ciclo, como una serpiente que se muerde la cola, al intervenir con su poder devastador un territorio que por ser consustancial a la supervivencia misma de las especies estuvo rodeado desde la aparición de la criatura humana de todo un tejido de eventos rituales. Entre ellos la invención del concepto del amor y sus muchas derivaciones. Despojando de su hálito poético el sexo deviene pues droga y en el mejor de los casos , terapia, para estar acorde con esa percepción instrumental de la existencia , en la cual las cosas y los seres no serán nunca más hermosos o buenos: tendrán que ser de cualquier forma, útiles.
El mundo, el demonio y la carne
La escena tuvo lugar en una sala X situada en el centro de la ciudad de Medellín, pero igual pudo suceder en cualquier rincón de la tierra. El cuarentón, gordo hasta lo inconcebible, metido a la fuerza en una camisa estampada con motivos tropicales y sentado en la primera fila, jadea al compás de la pareja que se deshace en la pantalla entre gruñidos felinos.
De repente, en el momento mismo en que los actores simulan un clímax perfecto, de la garganta del hombre sale un aullido desgarrador que saca de su embeleso a los asistentes que a esa hora, tres de la tarde de un miércoles de ceniza, suman medio centenar. La linterna del acomodador se pone en funcionamiento y cuatro policías bachilleres se levantan de sus asientos mirando en todas direcciones, como si fueran un bloque de búsqueda de lo sacrílego y pecaminoso.
Con un aire entre indignado y reverencial se acercan al hombre que todavía no atina a comprender la causa del alboroto desatado en la sala. Las luces se encienden, los asistentes silban y el acomodador lo conmina a que se abroche el cinturón y abandone el lugar si no quiere ser denunciado por ofensa a la moral pública.
Ahora las cosas están claras: el tipo se ha convertido en chivo expiatorio, esa vieja figura de las ceremonias sacrificiales, tan antigua como la humanidad y siempre necesaria para restablecer el precario equilibrio entre la bestia y la civilización. Por esa tarde al menos, los asistentes al teatro podrán sentirse inocentes, gracias a que alguien ha perdido sus mecanismos de control y ha dado rienda suelta a lo más crudo y por lo tanto más cierto de su condición. De algún modo el gordo ha sido tocado por el aura de quienes aprendieron muy temprano que la única manera de vencer la tentación es caer en ella.
Fotografía extraída de: Realidad360
Ese tipo de situaciones resultarían no sólo imposibles, sino imperdonables en el ambiente aséptico, al menos en apariencia, de una sala familiar. Allí el sexo ha sido pasteurizado por el lenguaje elusivo de los terapeutas de pareja,especializados en hablar de estabilidad, claridad y responsabilidad en el centro mismo de un territorio donde todo es caótico, oscuro y casi siempre irresponsable.
A diferencia de las salas de cine, marcadas por el hálito que caracteriza las cuevas y sótanos donde según la leyenda se reúnen los renegados, en las casas y apartamentos cualquier visitante podrá reconocer, perfectamente alineados, los videos porno – suave y duro– al lado de las colecciones de Discovery Chanel, las grabaciones de las conferencias de Deepak Chopra y títulos tan dispares como Se busca novioyEl Silencio de los Inocentes.
Hasta la abuela, si así lo determina la vigencia de sus hormonas y mientras consume botellas y botellas de diet Coca Cola acompañadas de palomitas de maíz bajas en grasa, podrá deleitarse con las acrobacias de una reina holandesa del hard-sex o con las incursiones de un sodomita impenitente en las sinuosidades y estrecheces del reino animal.
La tristeza después del coito
Como ya lo sabemos, todos los juegos, incluidos los del cuerpo, conducen al hartazgo y a no ser que se esté dispuesto a incursionar más allá de los límites de la piel, los sentidos acabarán pasándole cuenta de cobro a la curiosidad.
La pornografía, como quintaesencia de lo que hay más allá y más acá del cuerpo, no podía escapar a esa condición y al agotarse sus posibilidades- al fin y al cabo son sólo unos cuantos centímetros de piel y no más de tres orificios los que madre natura nos proporcionó para el ejercicio del placer– acabó colonizando territorios que poco o nada tienen que ver con la sexualidad como promesa de comunicación entre los seres humanos.
Las relaciones que veremos de allí en adelante serán entre mujeres y caballos, perros o serpientes, hombres y botellas o cualquier objeto que presuma una oquedad, para no hablar de producciones donde los protagonistas son niños o ancianos, mujeres embarazadas, cuarentonas gordísimas, machos con labio leporino y enanos o jorobados, como si en el límite de la desesperación sexual- y por lo tanto existencial- intentáramos forzar al máximo las fronteras trazadas de manera conjunta entre la naturaleza y la civilización, en un fallido intento por tocar, aunque sea de manera fugaz lo más esencial, vale decir, lo más primigenio de nosotros mismos.
Es en ese sentido, en su capacidad para gritarnos a la cara las motivaciones últimas de nuestros actos que el porno asquea y cansa, y como al despuntar el nuevo siglo le estamos diciendo adiós a la idea del amor romántico, el último de los grandes mitos que nos ayudaban a soportar la certeza del absurdo, ni siquiera Rossana Doll, con sus jugosas nalgas dispuestas como un melocotón en su punto, podrá seguir siendo la novia de todos los desairados bajo el desamor.
Ya pasó también el tiempo de la hembra yegua que con sólo mover las caderas los salvaba de las garras del animal informe que se aposenta en el pecho cada mañana antes de que cante el gallo, como una forma del olvido de Dios. Pero qué le hacemos si ya lo supo decir el poeta: Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.
Hay una frase irresponsable de Simone de Beauvoir citada alguna vez en vida: “Ninguna mujer puede ser violada por un solo hombre si ella no quiere”. El punto de inflexión de esta declaración estriba en que el sexo ha sido un arte y un deleite a través de la historia y carece de conceptos como violación, perversión y palabras afines que como se sabe, fueron introducidas por las religiones y los sistemas de moral. Por eso, este texto promete ser un breve bosquejo del sexo como elemento natural dentro de la historia.
“¡La vida! ¡La vida! ¡Erecciones!”
Gustave Flaubert
Sería pertinente partir citando las palabras de Lord Bertrand Russell cuando dice que “orgía” y “teoría” significan en su origen la misma cosa, a saber, “divina borrachera”. Una curiosa etimología que tiene que ver, en antecedente, con las bacanales y las orgías dionisíacas de hombres y mujeres entregados a los excesos de la bebida, la comida y la lujuria en Atenas. Aquellos bacanales que eran ritos de iniciación muy bien organizados y orgías o juegos de exploración sexual que, curiosamente, solo tenían una regla fijada: “Nada prohibido, todo permitido”.
Estas festividades, que además de lúdicas era culturales, tenían dos versiones anuales: Leneas, celebrada en el mes de Gamelión o diciembre-enero; y las Grandes Dionisias, en el mes de Elafebolión o febrero-marzo. Consistían en que la mayoría de ciudadanos se disfrazaban de sátiros, ninfas o bacantes, y oficiaban la procesión de la Phalleforia, donde llevaban un pene enorme por toda la ciudad (hoy esas procesiones se han reemplazado en la figura de llevar a la Virgen María en hombros por la ciudad o el pueblo) y de forma individual cada uno llevaba una figura en forma de falo entre sus manos.
El ambiente de tales festividades se cargaba de erotismo y el pueblo entero se entregaba a los inéditos caminos de la sexualidad que en circunstancias normales nunca hubieran soñado recorrer. Así se daba rienda suelta a las orgías, pero no con el tono de perversión como lo vería Occidente más tarde en la historia, sino más bien como una celebración de antiguos ritos neolíticos que propiciaban la fecundidad.
En el mundo griego y romano, las bacanales (latín: Bacchanalia) eran fiestas en honor a Baco (dios mitológico romano del vino, del que procede el nombre) o Dioniso (su equivalente griego), en las que se bebía sin medida. Las sacerdotisas organizadoras de la ceremonia se llamaban bacantes y el nombre ha quedado asociado a las orgías romanas. Fuente: Miguel Ángel Muñoz Romero. Fotografía extraída de: http://chalemadame.com/
Eran los festivales del amor, celebraciones donde se realizaban catarsis sexual de hombres y mujeres reprimidos, y los jóvenes completamente desnudos podían acceder a competencias y juegos en la llamada gymnopaidia.Así como dice Nilsson:
En rasgos generales, el éxtasis dionisiaco puede ser descrito del modo siguiente: las mujeres son presa del delirio, aunque a veces empiezan oponiendo resistencia; abandonan sus ocupaciones y van por las montañas danzando y agitando antorchas y tirsos.
De la tierra manan leche y miel; rara vez se habla de vino ( … ). A nosotros nos basta con considerar el orgasmo dionisíaco como una manifestación explosiva de la tendencia al delirio violento que está en el fondo de muchas almas, que algunas veces estalla por razones que no conocemos y que se extiende con rapidez vertiginosa, pues el éxtasis es contagioso ( … ). Recordemos las epidemias de danza en la Edad Media y otros fenómenos semejantes de tiempos más recientes.
En la Antigua Roma, las fiestas lupercales, también llamadas simplemente lupercales o incluso lupercalia (en latín), se celebraban ante diem XV calendas Martias, lo que equivale al 15 de febrero. Su nombre deriva supuestamente de lupus (lobo, animal que representa al dios Fauno, que tomó el sobrenombre de Luperco), y de hircus (macho cabrío, un animal impuro). Fuente: Tapufat.org
Y es en esta línea que, con el pasar del tiempo, se efectúa un traspaso de estas fiestas griegas a la cultura romana, celebrando las Lupercalias y los Ludi, fiestas campestres de contenido orgiástico, donde se practicaban las doce posturas del amor egipcio y griego, entre ellas incluida la symplegmata, la misofilia y otras; sin embargo, los romanos, como buenos hijos de Occidente, se acostumbraron solo a cuatro posiciones, que nos ha llegado hasta el día de hoy: la del misionero, cara a cara; la more bestiarum llamada coitus a tergo o A la pompeyana; la del caballo de Hermes con la mujer a horcajadas sobre el hombre vuelto boca arriba, lo que aseguraba una penetración profunda hasta “la séptima costilla”; y por último la de costado, apta para compensar erecciones insatisfactorias.
Debido a la abundancia de mujeres, la alta sociedad romana practicaba la poligamia sucesiva. Así es que aparece en la línea del tiempo, Valeria Mesalina, no la primera furcia de la historia, pero sí la primera ninfómana conocida, además de ser apodada Licisca (Mujer-loba). La historia de sus orgías es descomunal.
Mesalina, que, a decir de Robert Graves, era:
Una muchacha hermosísima, esbelta y de veloces movimientos, de ojos tan negros como el azabache y masas de rizados cabellos negros. Apenas pronunciaba una palabra, y tenía una sonrisa misteriosa.
Sin embargo, la belleza es otra verdad dentro del sexo, y así dentro de sus pasatiempos, esta dama, esposa de Claudio, el emperador, convocaba a juegos de tipo sexual proponiendo al gremio de prostitutas de Roma el reto de quién podía atender más hombres en una noche, siendo ella la principal contrincante.
Valeria Mesalina (en latín: Valeria Messalina) (25 d. C. – 48 d. C.) fue hija del cónsul Marco Valerio Mesala Barbado Mesalino y de Domicia Lépida. Fue célebre por su belleza y las constantes infidelidades a su esposo, el emperador, con miembros de la nobleza romana, así como con soldados, actores, gladiadores y otros, como el orador Marco Vinicio, cónyuge de Julia Livia. Fuente: Wikipedia.
Así se da inicio al certamen y el gremio acepta el reto enviando al palacio romano a una representante llamada Escila para competir contra Mesalina. En el desafío, Escila consta que fue poseída por 25 hombres, pero rendida, le cede el mérito a Mesalina, quien había estado con 70 hombres ininterrumpidamente; luego, para borrar la increíble orgía, se daba un baño y vestida de lino blanco se presentaba delante de su esposo Claudio. Escila diría con frustración sobre este evento y sobre ella “esta infeliz tiene entrañas de acero”.
Pero no hay que tratar a la ligera el término prostitución, ya que no tenía que ver con mujeres tanto como con hombres, y en tiempos antiguos era un arte muy preciado y desarrollado bajo dos categorías: las Hetairas, o prostitutas sagradas y las Aulétridas, ambas conocedoras del arte de la orgía. Las primeras se relacionaban con el sexo sin limite entre los políticos, filósofos y artistas, que incluso Demóstenes (385-322) diría:
“hay que tener tres clases de mujeres: la hetaira para la voluptuosidad del alma; la palara para distraer los sentidos y la matrona para que nos proporcione hijos de nuestra raza”;
y las segundas daban fiestas orgiásticas que contenían cantos, bromas, concursos de nalgas, el arte del insulto. La orgía entonces es concebida como una fiesta perpetua, o un Partuze, practicado tanto en la isla de Egina como en el puerto de Corinto y cualquier lugar.
Recordemos que el legislador ateniense Solón oficializó la prostitución, dotando de uniformes a las furcias: vestidos color azafrán-purpura; consolidando casas de prostitución o Dicteriones, cuyo signo de identificación eran penes en relieve en la puerta de entrada de la casa; y por último, puso un gravamen sobre el oficio llamado Pornicotelos.
Solón (en griego Σόλων) (c. 638 a. C.–558 a. C.) fue un poeta, reformador político, legislador y estadista ateniense, considerado uno de los Siete Sabios de Grecia. . Fuente: Pcanal.uned.es
Era común entre los alto círculos intelectuales y políticos consultar el Anis El-Uschak, o tratado de la descripción literaria del cuerpo de la mujer, y en algunos grupos (más selectos, íntimos y refinados) se observaban los secretos de alcoba oriental o Fang-chong che-fa (del que tengo una copia en mi anaquel). En el decurso de la historia y en desarrollo de una sexualidad sin tabúes, poco a poco se recurre, en la práctica sexual, a un nuevo lenguaje derivado de palabras griegas como: Anilinctus, el arte de acariciar el orificio anal y sus alrededores; la scoptofilia, satisfacción al mirar las practicas sexuales; escatofagia, comer excrementos para sentir erotismo; Fellatum, o el arte del sexo oral, entre otros términos más agudos y de libre uso en las fiestas y orgías en Occidente.
Ya en el ocaso de la cultura griega, y por qué no, la romana, la moral cristiana se impone sobre el cuerpo y la carne, pero no por ello dejan de practicarse en secreto los cultos mistéricos iniciáticos de Baco, Eleusis, la Phalephoria, el culto a Príapo y más, buscando la posibilidad de placeres en la multiplicidad de explorar el cuerpo y disfrutarlo. Ya que cada pueblo entiende, según el tiempo, que sin sexo no hay cultura, no hay placer, no hay orgía perpetua.
Nosotros hemos grabado con más de 4.000 chicas y muchas de ellas están viviendo en Europa y trabajando allá. Somos la puerta al verdadero negocio para adultos de Latinoamérica para el mundo.
Cristian Cipriani es venezolano. Llegó a Colombia hace 15 años y conoció a la paisa Andrea García y juntos emprendieron una productora de porno llamada Santa Latina, bajo el sello 1726 media.
Desde que iniciaron, literalmente, no han parado ni un minuto, pues trabajan cada hora, cada día, cada mes, los 365 días del año, para producir cine adulto para empresas como Playboy, Penthouse y Cláxon de Argentina.
Su estilo de vida es la de unos empresarios normales. Son jóvenes, y como tales, se ejercitan para lograr un buen cuerpo, les encanta viajar y son aficionados a las redes sociales. Como pareja resalta el que sean ese tipo de personas que piensan todo el tiempo en dar a los demás. ¿Y qué dan? Energía, felicidad, oportunidades laborales, y lo más importante, su amor a los otros.
Cristian Cipriani y Andrea García son más que una pareja sentimental, son empresarios a todo dar. En tan solo 15 años que llevan juntos, han fundado una productora pornográfica en el país. Imagen extraída de: Facebook.
Recalcamos esto último porque este mes andan promocionando el Festival del Amor en el Edén. Un evento, en Isla privada – el Embalse el Peñol, Antioquia, que promete amistad, libertad, y una nueva forma de entender, o llevar a plenitud la vida sexual. Así que quien vaya allá debe tener claro tres palabras: Bailar, Vivir intensamente y Amar. Pero más que palabras son consejos para disfrutar la estadía en el lugar, porque Cristian Cipriani, y Andrea García tienen en mente que el sexo es algo tan normal como un deporte cualquiera.
En exclusiva, Cristian Cipriani, conversó amablemente con La Cebra que Habla donde se abordan temas de su empresa, y algunos asuntos de personajes como Nacho Vidal, Amaranta Hank, Esperanza Gómez, y más. Así que bienvenidos a ese reportaje especial desde Medellín.
D.F ¿Cómo fueron los comienzos en el mundo del porno?
Cristian Cipriani: Hace 15 años cuando Andrea García ya estaba manejando el primer canal de cine para adultos. Ella fundó el primer programa que habló de sexo en Colombia llamado Sex Magazine en un cable local. Y de ahí recibió una propuesta de un inversionista para montar un canal de televisión llamado Kamasutra.
Entonces se creó una franja de programación de 24 horas, 365 días al año. Donde ella montó más de 10 programas propios con un elenco de trabajo que rellenaba la franja de contenido del canal Kamasutra.
D.F: Tengo entendido que eres venezolano ¿ya estás nacionalizado?.
Cristian Cipriani:Sí tengo doble nacionalidad porque mi mamá es colombiana, y así tuve la residencia muy fácil.
D.F: ¿Cuáles fueron esos primeros obstáculos que tuvieron al empezar la industria?
Cristian Cipriani:Bueno no fueron obstáculos, fue el procedimiento porque al principio fuimos los primeros en crear contenidos, hacer páginas web, procesar tarjetas de crédito, en conseguir actrices, en vender contenido, en ir a las ferias a otras partes del mundo. Fuimos los primeros en todo. Dimos en primer paso para la industria en Colombia.
Los obstáculos todo el tiempo los hay, económicos, legales, laborales, con los bancos manejar el tema del dinero. En la parte legal fue difícil porque no sabíamos cómo se manejaba el asunto. Pero conseguimos un equipo de abogados y un equipo de trabajo con el que paso a paso logramos hacer producciones y venderlas en otras partes del mundo.
Conseguimos contratos importantes y grandes como el de Penthouse en el año 2012. Y nos contrataron para trabajar con ellos.
D.F: El número de su productora “1726” media, ¿tiene que ver con la edad de las chicas que postulan al casting?
Cristian Cipriani: No nada tiene que ver. Es como un número personal de nosotros, como un número de suerte. Lo apropiamos cuando estábamos registrando la empresa. Sucedió un día cuando estábamos haciendo el registro comercial y le pusimos ese número de la suerte.
El amor en el Edén se lanza oficialmente como el Festival Open Mind Trascendental mas importante, en donde se espera la participación de parejas de todo el país. Nace como resultado de años de experimentación, espiritualidad y búsqueda de la verdadera felicidad y el placer a otro nivel. Imagen Extraída de: El Andén.
D.F: ¿Usted y Andrea tienen una filosofía de vida?, es decir, algo que los mueva cada día a hacer lo que hacen.
Cristian Cipriani: Somos muy apasionados por lo que hacemos. Muy espirituales. Nos gusta mucho conocer, aprender. De hecho, ahora estamos haciendo una fiesta en el Embalse del Peñón, un evento solo para parejas. Es una fiesta transcendental. Nosotros le metemos muy buena vibra a lo que hacemos, muy buenas energías. Tenemos mucho cuidado al Karma, a las cosas que hacemos. Y tratamos de estar bien nosotros para reflejar al exterior esa energía. Que la gente llegue automáticamente, porque quiere y es su sueño trabajar con nosotros. Entonces nuestra filosofía de vida es primer estar bien, ser persona primero y luego trabajar.
D.F: El festival del que habla, ¿es el Festival del Amor en el Edén?
Cristian Cipriani: Sí.
D.F: ¿Es una convocatorio nacional o internacional?
Cristian Cipriani:Viene gente de Estados Unidos, Bucaramanga, Bogotá, Cali, gente de todas partes. Porque son parejas que quieren compartir con nosotros esa misma energía sexual que tenemos. Entonces quieren irse a un casting durante un día seguido en una isla al natural.
D.F: Ya me hablaste que Penthouse y otras productoras norteamericanas han contratado con ustedes. ¿En Latinoamérica que alianzas o con qué otra empresa colabora? O eso está muy crudo.
Cristian Cipriani: Nosotros producimos para Claxon de Argentina. Aunque en realidad Playboy es dueño de Claxon, así que ellos son como el Playboy en Latinoamérica. Nosotros hace muchos años trabajamos para ellos produciendo contenido para el canal Venus. Playboy hace 4 años hizo un concurso para definir quiénes eran los mejores productores de cine para adultos en Latinoamérica, muchos se postularon y nosotros ganamos como mejores productores de contenido. Entonces a nivel latinoamericano hemos sido la empresa número uno en producción de contenido.
Producimos en lote todos los meses, todos días, hace 15 años. Somos una empresa que ha hecho tal vez el 80% del porno que hay en Latinoamérica.
D.F: La sección llamada “La Carne del Mercado” ha pegado mucho en el público que consume sus contenidos. ¿quién se ideó esa estrategia tan criolla?.
Cristian Cipriani: La Carne del Mercado hace parte de uno de nuestros sitios de internet, porque tenemos varios dominios. La Carne del mercado punto com, Santa Latina punto com, Tu venganza punto com, Narcos X punto com, operación limpieza punto com, Andrea García punto net. Cada sitio hace parte de nuestro catálogo de productos que ofrecemos.
El libro “El amor en los tiempos del porno” toca de manera picante, honesta y divertida temas que normalmente levantarían ampollas entre las parejas tradicionales. Los tríos, las drogas, la infidelidad, la monogamia, las fantasías sexuales, los orgasmos, el sexo oral, la masturbación, el mundo swinger, los videos caseros y las redes sociales son solo algunos de los temas revelados en sus historias. Imagen extraída de: Pulzo.Com
D.F. El libro Personalidades Morbosas, el amor en los tiempos del porno. Hablemos de esa obra.
Cristian Cipriani: Ese ha sido uno de los libros más vendidos en Colombia.
D.F: ¿Qué editorial les lanzó el libro?
Cristian Cipriani:531 de Bogotá y ese libro se agota en Panamericana y en la Librería Nacional todos los meses.
D.F: Nacho Vidal. conversemos sobre él, porque cuando vino al país, me parece que la productora tuvo mucha visibilidad mediática.
Cristian Cipriani: De hecho, llevamos 10 años de amigos. Somos amigos personales. No solo trabajamos, sino que somos compañeros, amigos, colegas. Él viene a la casa, comparte con mis hijas, nos vamos de paseo; yo voy a la casa de él, comparto con sus hijos. Somos grandes amigos hace mucho tiempo.
D.F: hay una serie de actores y actrices conocidos en el mundo del porno, lo que llaman las estrellas de la industria. En Colombia y en España hay muchas personalidades de ese tipo. A parte de Nacho Vidal, ¿con quién más tienen relaciones importantes?
Cristian Cipriani: Pues nosotros llevamos 15 años en el porno y viajamos 7 veces al año a diferentes festivales. Así que trabajamos con una larga lista de actores hombres de Estados unidos y Europa. Entonces somos amigos de mucha gente en la industria.
D.F: ¿Conoce a Rocco Sifreddi?
Cristian Cipriani:Si claro, él hace parte de ese combo de Nacho Vidal. Y muchos actores famosos más.
Rocco Tano, más conocido artísticamente como Rocco Siffredi, es un actor, director y productor de películas pornográficas de nacionalidad italiana. En la industria del porno se lo conoce como «El Semental Italiano». Imagen extraída de: Facebook.
D.F: ¿A qué festivales han ido usted y Andrea como productores de cine adulto?
Cristian Cipriani: Pues todos los años está el festival de Las Vegas AVN (Adult Video News), que es el Óscar de los Porno, vamos todos los eneros cada 15 años. Y de ahí en adelante vamos al festival de Miami; Berlín que es donde dan los premios Venus; Barcelona, Madrid, México, en fin, hemos ido a muchas partes del mundo.
D.F:¿Y han sido nominados alguna vez?
Cristian Cipriani: Muchas veces hemos sido nominados y hemos ganado premios. Acá en Colombia siempre ganamos en Cali; y en la única feria que se hace de Webcam y en contenidos para adultos ganamos como productores. Tenemos varios premios de varios eventos.
D.F En cuanto actrices nacionales ¿Amaranta Hank graba o grabó con ustedes?
Cristian Cipriani: No, ella no ha grabado con nosotros, precisamente porque nosotros escogemos con quién trabajar. Ella es un rollo aparte.
D.F: ¿Las oportunidades laborales que ofrecen están abiertas para todo público en el país?
Cristian Cipriani: Si, hombres, mujeres. Hay muchos cargos todo el tiempo que se van abriendo en la empresa.
D.F: ¿La idea de ustedes es solo filmar, hacer producciones porno o descubrir estrellas?, porque sabemos que en el mundo del espectáculo hay una industria, pero también hay unas estrellas que sobresalen. En Colombia hay este tipo de personas que ustedes proyectan.
Cristian Cipriani: Nosotros hemos grabado con más de 4.000 chicas y muchas de ellas están viviendo en Europa y trabajando allá. Somos la puerta al verdadero negocio para adultos de Latinoamérica para el mundo. Lo que pasa es que Colombia es un circuito muy cerrado.
Mira que usted me pregunta por Amaranta Hank. Ella es una chica que ha hecho varias escenas, pero ya. Ha hecho bulla en medios de comunicación, pero no es ninguna experta. No tiene experiencia. Nada. Pero ¿cuál es la trayectoria de ella? Hizo una escena con Nacho Vidal, pero yo se lo presente por medio de unos amigos.
Pero de resto no es una chica que sea significativa, que no tiene una carrera. En cambio, hay chicas que llevan 10 años haciendo porno y precisamente no les interesa el circuito colombiano porque es muy cerrado.
Primero Amaranta Hank no es la más guapa; segundo que no es la más perfecta. Entonces la conocemos en el país porque hace escándalos, como: me voy a comer a un virgen o a un paramilitar. Entonces, los medios de comunicación, sin pensar, ponen una noticia de: esta chica se va a comer un virgen o un paramilitar, la gran actriz porno.
No, eso no es ser una actriz porno. Porno es trabajar con muchas empresas, tener experiencia, un recorrido, un portafolio, una historia, un reconocimiento. Pero no un reconocimiento de: me voy a comer al Faustino “Tino” Asprilla. No, de eso no se trata, ni de hacer bulla.
Se trata de hacerlo bien todo y que la gente reconozca el trabajo por el trabajo, y no por hacer esos escándalos. Por eso es que es de nuestro interés trabajar con ella, porque no es lo que nosotros queremos proyectar con nuestras actrices.
Esperanza Gómez es una actriz pornográfica colombiana, que se inicio en la industria en 2009. Antes de realizar películas para adultos, fue modelo de lencería, participando en desfiles en su país natal para marcas de de ropa muy conocidas. Imagen extraída de: Caracol.com
D.F: Y ese es el mismo concepto que tienen de Esperanza Gómez.
Cristian Cipriani: No, Esperanza Gómez, ella si tiene cancha. Es una actriz que ha trabajado con muchas empresas a nivel internacional. Que lleva toda una vida. Es diferente que Amaranta Hank, quien apareció de la nada y que se va a comer un paramilitar.
D.F: El trabajo con las webcams, eso es, hace parte de la industria pornográfica, o es una industria aparte.
Cristian Cipriani: Hace parte del entretenimiento para adultos. Son diferentes ramas. Es como los deportes. Y el porno es un deporte, la webcam otra, y así. Y nosotros siempre tenemos de todos.
D.F: ¿y los guiones quién los elabora?
Cristian Cipriani: Andrea y yo los hacemos. Somos productores, directores, guionistas. Tenemos un equipo de trabajo, pero todo está dirigido por nosotros.
D.F: Por último, Cristian, ¿cómo se proyecta usted como persona, con su esposa Andrea García, con la productora?
Cristian Cipriani: Siempre en crecimiento, con nuevas cosas, nuevos proyectos, nueva evolución. Todo el tiempo avanzando y adaptándonos a los nuevos mercados. Estamos desde el Beta, El VHS, Cedés, Internet, desde las redes sociales. Entonces siempre hemos cambiado y evolucionad al ritmo de la tecnología, los gustos y las tendencias.
Este especial contiene una recopilación de textos sobre los parques y espacios de Pereira. Esos ambientes que no son familiares pero que tienen una historia bella, compleja, curiosa y actual. En esta entrada encontrará crónicas y reflexiones que muestran esos lugares que nos identifican como ciudad.
Bienvenidos
Entrevista completa al documentalista y contador de historias Wilmer Soto en Juntos pero no revueltos
El fútbol, esa pasión que une a la familia y los amigos.
El deporte más universal del mundo, el fútbol, inicia este año con el Mundial Rusia 2018. Así las familias, la ciudad y el comercio, comienzan a festejar con la intención de unir a las personas con el deporte. En esta ocasión, visitamos el Fan’s Cave, en el Centro Comercial Arboleda y para sorpresa nuestra, todos los asistentes estaban animados, y como niños, no querían perderse un momento allí. Un espacio que estará abierto el mes de junio para todo público, donde se podrá ver los partidos en pantalla grande, disfrutar de cerveza artesanal, y participar de los juegos como futbolín, hockey de aíre, y mucho, mucho más.
Presentamos una nuestra fotográfica de lo que está sucediendo en el Centro Comercial Arboleda, porque el Fan’s Cave, es un evento que no puede perderse. Vaya con sus amigos, o con su familia y disfrute de una buena tarde en Pereira.
Cine, Música y Alegría: La fiesta de la música en Pereira
Con el solsticio del 21 de junio comienza oficialmente el verano. El mundo se prepara para recibir este cambio de estación con hogueras, festivales y celebraciones musicales en honor y gratitud al cosmos. Por ello en Pereira, la Alianza Francesa y todo su componente cultural, también se prepara para la 12º versión de la “Fête de la Musique” y con ello dar la bienvenida a ese nuevo ciclo mundial.
Así que desde ahora le anticipamos: prepárase, porque se viene una celebración a lo grande con cine, música, y más en la ciudad.
Hablamos con Freddy Ríos, el coordinador de comunicación de la Alianza Francesa de Pereira y nos contó que para la convocatoria de los participantes en la “Fête de la Musique” 2018, se trazaron tres líneas directrices: escuelas de música, nuevos proyectos musicales en la ciudad y bandas con mucha trayectoria.
Por eso han sido invitados grupos locales como Tránsito Libre, Oshún Big Band, Savia Reggae, Adrian Alzate, y otros; e internacionales como Middle Tennessee State Jazztet, Pablo Killombno y otros más. Esta fiesta, inicialmente francesa y europea, promovida en Pereira gracias a la Alianza Francesa, tiene un plus: se contextualiza en cada país y adopta la cultura local. En el caso de Pereira, el evento promete mostrar lo más representativo de nuestra región.
Para situarnos un poco en el contexto, La Fiesta de la Música, como evento cultural, empieza en 1982 en París, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura francés. Celebración que se ha ido replicando a través de cientos de ciudades en el mundo (más de 120 países) con total éxito. Los elementos característicos de esta fiesta son: celebraciones en espacios abiertos, exploración con ritmos alternativos y el lograr reunir artistas locales y bandas, que con su intervención buscan surgir y darse a conocer.
Así que a celebrar y no se pierda la programación, porque igual que el solsticio de verano, promete renovación, comienzo y nuevas energías.