lunes, junio 16, 2025
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Por, Barbarias un personaje de Don Fingo

Medio siglo del adiós de la sacerdotisa del rock

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Hoy se conmemoran 50 años de la muerte de la cantante de rock Janis Joplin, por ella este especial.

Iniciamos con la canción Chelsea Hotel, dedicada a Janis por el poeta Leonard Cohen 


JANIS O EL DOLOR

Por, Gustavo Colorado Grisales

I remember you well in the Chelsea Hotel
     You were talking so brave and so sweet
     Giving me head on the unmade bed
     While the limousines wait in the street
     Those were the reasons and that was New York
     We were running for the money and the flesh
     And that was called love for the workers in song

                          Leonard Cohen

                          Chelsea Hotel

Hay seres que cruzan por la vida con alas en los pies. Son criaturas aéreas que parecen tocadas por la gracia.

Otros, en cambio, desde el nacimiento hasta la muerte arrastran pesadas cadenas. El suyo es un destino de penas y olvidos.

Pero existen otros- pocos, en verdad- capaces de volar acarreando su fardo durante un breve tiempo antes de hacerse remolino de fuego y desaparecer en su propia nada.

Para ellos la vida es una herida de muerte. Camino calcinado.

Son como esos insectos que nacen al llegar la noche y mueren al despuntar el alba. En ese tránsito alumbran la trayectoria de otras criaturas minúsculas y a menudo invisibles.

Así ha transcurrido la vida de muchos artistas. Sobre todo músicos y poetas. Rimbaud, García Lorca, Sylvia Plath, John Keats, Percy Bishey Scheller, Mozart y Schubert pertenecen a esa estirpe.

Entrados en el mundo del rock, abundan los músicos que murieron muy temprano, acaso para validar la sentencia aquella de que “los favoritos de los dioses mueren jóvenes”.

Aunque sospecho que, en el caso de Janis Joplin, hasta los dioses se olvidaron de ella.

Se pasó su breve e intensa vida buscando el amor, mientras los hombres sólo querían  “el dinero y la carne”.

Fue una estrella fugaz en el firmamento de esa generación que atravesó los años sesenta en medio de muchas alucinaciones: la del horror atómico, la del sexo sin fronteras, la de la guerra de Vietnam, la de las revoluciones traicionadas, la del ácido lisérgico.

Nacida en Port Arthur, Texas, un 19 de enero de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, a edad temprana conoció la música de Bessie Smith, Ma Rainey y Lead Belly. Ellas la condujeron a las profundidades del cancionero de Big Mama Thornton. Por eso, al despuntar la adolescencia ya estaba dotada de los elementos básicos para convertirse en lo que los empresarios, necesitados de etiquetas, resolvieron llamar “La reina del blues blanco”. Bastante poca cosa para la complejidad y hondura de su vida y obra. Esa fue la personalidad que le tocó llevar a cuestas al frente de bandas con nombres como Big brother and the holding company, Kozmic blues band o Full tit boogie band.

Llora, nena, llora

El día que se estrenó frente a un público el mundo supo de qué materia estaba hecha esa mujer indómita. Sus canciones,   su voz, su manera de moverse eran dolor en estado puro. Las lágrimas que corrían por sus mejillas cuando cantaba no eran simple puesta en escena: eran el lenguaje de su herida, abierta desde el día que nació, allá en Port Arthur y avivada día tras día por todas las formas del desprecio.

Por eso cantaba de esa manera. Para conjurar, para tratar de conjurar unas penas que eran las de su propia generación atormentada. En los documentales de sus conciertos uno puede ver gente en trance, arrastrada por la fuerza telúrica de esta suerte de bacante, de Erinia que encontró en la fusión del blues y el rock and roll el ritmo y las palabras precisas para expresar su desazón.

Para la época, como tantas otras cosas de la vida, la escena rock era controlada por machos alfa enganchados en una orgía perpetua de música, drogas y sexo en la que las jóvenes admiradoras hacían el papel de vírgenes vestales.

Ninguna como Janis supo plantarles cara, y eso le costó lo suyo: el desprecio por ser un patito feo, una intrusa en la horda de los ganadores. De cualquier manera, un crimen imperdonable para una sociedad sostenida en vilo sobre el culto a la imagen del bello y triunfador.

En esa lucha se hizo liviana de alma y cuerpo: al final del camino llegó a pesar sólo treinta y cinco kilos, a fuerza de drogas, desolación y alcohol.

Tiempo de verano

A modo de respuesta Janis se abandonó al vértigo. Sabía que disponía de pocos veranos antes de perderse en las brumas de su invierno- y de su infierno-.

Así que sacó fuerzas del fondo de su alma, es decir, de su historia personal, y se proyectó hacia lo alto arrastrando sus cadenas.

Cincuenta años después de su muerte el resultado de esa osadía todavía nos pertenece: un puñado de canciones como coronas de espinas que nos redimen y hacen menos amarga nuestra propia dosis de dolor.

Eso lo supo muy bien el gran poeta Leonard Cohen, uno de sus amantes de ocasión, cuando, asomado a la desnudez de su cuerpo y de su alma, le dedicó Chelsea Hotel, la canción que le hizo justicia a esa eterna niña asustada, convertida a su pesar en sacerdotisa de los peregrinos del desencanto.


Algunas notas para consulta

Por estos días se cumplen 50 años de las muertes de Jimi Hendrix y Janis Joplin, en 1970, significativas señales de alarma para un movimiento cultural que a partir de los excesos estaría habituado a coquetear con la tragedia. Por Digo Mazzei, lanacion.com
76 años de Janis Joplin
Su excepcional voz
, su enorme personalidad y su temprana muerte a los 27 años la convirtieron en una leyenda.
POR STAFF ROLLING STONE MÉXICO


Canciones para abrazar a Janis, ahora, en la infinitud de su ser

#CiudadaníaActiva. La función representativa de la imagen fotográfica

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Por, Yanoad Flórez Naranjo*. Publicado en Edumedia 3

La noción de fotografiar ha ido cambiando con el transcurso de los años, al igual que las técnicas e instrumentos utilizados para tal fin, recordemos que inicialmente se desarrolló con el objetivo de condensar información, ya que ningún otro medio podía hacerlo con tanta exactitud, por lo cual, podemos decir que fue y es una herramienta de investigación. Por ejemplo, en el trabajo etnográfico para hacer antropología de una cultura, de un ritual o de costumbres de un pueblo determinado, de un fenómeno ambiental o acontecimiento, de soporte o prueba como en el caso de la fotografía forense, al igual que como memoria y como archivo.

Foto por formulario PxHere

Ahora bien, por todos estos usos que se le pueden dar a la fotografía, exceptuando acá los directamente comerciales y centrándonos en ella como herramienta investigativa, ha surgido la pregunta ¿qué tan fiel puede llegar a ser la imagen fotográfica con relación a lo real?

Hablamos aquí de una función representativa, función que fue y es discutible para diferentes autores como Platón, Feuerbach, Foncuberta, Alfres Stieglitz y Susan Sontag, entre otros.

En este sentido, nombraré diferentes aspectos que buscan responder a la cuestión anteriormente planteada.

Inicialmente hay que reconocer la fuerza representativa que tiene la imagen fotográfica, es decir que nos permite representar los signos físicos en signos visuales, evocando diferentes aspectos como el pasado, una realidad, un suceso, etc.

Así pues, es pertinente decir que una imagen fotográfica es una representación de lo real y no la realidad misma, como ya lo dijo René Magritte, no debemos confundir la pipa con la imagen o la fotografía de la pipa.

Por otra parte, veamos la fotografía como un lenguaje visual que también tiene en cuenta aspectos pragmáticos, contextuales, culturales e ideológicos. Es decir, que son de gran importancia las circunstancias y el lugar en las que se realiza la fotografía, al igual que las circunstancias en que es vista, observada, mirada, ya sea en una sala de exposiciones, una avenida, un museo, etc.

Foto por Q000024 formulario PxHere

Otro de los aspectos a tener en cuenta es el fotógrafo, pues tendríamos que cuestionarnos ¿quién realiza la imagen? ¿cuál es su visión de mundo? ¿qué quiere mostrar?

Es decir, el medio es la cámara y el fotógrafo es un mediador entre lo real y la imagen fotográfica, y lo que esta representa es la mediación.

Susan Sontag en su texto El mundo de la imagen dice: “Siempre se ha interpretado la realidad a través de las relaciones que ofrecen las imágenes, y desde Platón los filósofos han intentado debilitar esa dependencia evocando un modelo de aprehensión de lo real libre de imágenes”. Platón desde el mito de la caverna nos habla de la imagen como una mera apariencia de lo real, no lo real en sí, de este modo como lo dijo Michel Melot, una fotografía se asemeja al modelo, y además le rinde homenaje, pero nunca va a ser el modelo mismo.

Asi pues, la importancia reside en entender que una representación varía dependiendo del fotógrafo, del medio, del momento histórico, del público para quien está pensada la imagen, de la técnica, los planos, los ángulos, el color, la composición, etc.

Con lo cual concluimos que, si bien la fotografía sirve como herramienta de investigación, por su alto nivel de veracidad, cuando la usamos como herramienta de recolección de información, de documentación, sistematización y presentación de resultados, debemos preguntarnos qué transformación ha tenido lo real, por el sólo hecho de ser capturada a través de un medio como la cámara y un mediador como el fotógrafo. 

*Integrante del grupo de investigación Edumedia-3, ciclo Dupin

Fragmentos del libro: Palabra de autor. Conversaciones con escritores, Marcos Fabián Herrera

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Por cortesía de Sílaba Editores, compartimos con ustedes la entrevista a Fernando Cruz Kronfly, que viene en el libro: Palabra de autor. Conversaciones con escritores (2017) de Marcos Fabián Herrera.  Cruz Kronfly fue reconocido como Gran Maestro de la Literatura, en el Concurso de Autores Vallecaucanos – Premio Jorge Isaacs, en octubre de 2019.

Descubrí sus libros una tarde en la biblioteca de mi universidad, cuando escapaba del sopor tropical y de las tediosas y vacías prédicas de clase. Algún ingrediente seductor integra su prosa que la hace plena de musicalidad, lejana del cliché y zurcida con precisión de filigrana. Los personajes de sus ficciones están barnizados de una singular universalidad y gozan del halo atemporal de la verdadera literatura; pero, al tiempo, husmean las miserias humanas que siempre se sobreponen a las veleidades de la historia.

Fernando Cruz Kronfly

¿Se proponen sus novelas develar los pliegues ocultos del lustre de gloria que abrigan a los heroísmos y los mitos? 

No es fácil para un autor decir, responsablemente, qué es lo que se proponen sus novelas.

Hay tantas cosas que se atropellan cuando alguien escribe con las tripas puestas en el asador del teclado.

Si su pregunta se refiere a La ceniza del Libertador, posiblemente el resultado final fue develar los pliegues de la gloria que envuelven al héroe hecho piltrafa pero, aun así, vuelto mito. Detrás de los hombres convertidos en mito solo hay la miseria humana que es común a todos los seres humanos por igual. Lo que sucede es que la miseria de los grandes hombres se convierte en paradoja, porque resulta inimaginable. No se trata de “humanizar” simplemente, porque al fin y al cabo el héroe por alguna razón de mérito es héroe. No todo el mundo lideró batallas decisivas para la suerte o la desgracia de esta porción de América Latina. No todo el mundo tuvo el genio de Bolívar. Cuando se develan los pliegues sombríos de la gloria, lo que aparece no es el héroe humanizado solamente, sino ante todo su desgracia. Esa es la paradoja verdadera.

¿La filosofía y la literatura son paralelas que el actual extravío de la novela obliga a que confluyan?

No creo que la novela actual se encuentre en el “extravío” o algo parecido, corregible mediante la convergencia entre filosofía y literatura. Lo que le está sucediendo a la literatura y a la cultura en general es algo simplemente aterrador: que fueron convertidas en mercancía. Lo que convierte en mercancía una cosa no es solo el hecho de que se compre y se venda. En el mundo moderno capitalista, hasta la fuerza de trabajo se convirtió en mercancía, y eso en sí mismo no tiene nada de reprochable. Es algo que corresponde a las lógicas reales del modelo occidental y que incluso permite otra mirada sobre la vida y las relaciones entre las cosas y los seres humanos. En esa dirección no va mi reproche. La mercancía existe desde el renacimiento o incluso desde los tiempos de Platón o quién sabe desde cuándo, bajo el supuesto de que haya una moneda por ahí dando vueltas y de que las cosas tengan un valor de uso y un valor de cambio. Tales condiciones son suficientes. A este respecto, Aristóteles dijo bastante y muy bien dicho en La Política. Lo que es realmente preocupante, aunque no signifique el fin del mundo, es que la literatura y la cultura terminaron por quedar atrapadas en las redes de esa cosa que se conoce como “marketing”, en el sentido de que el cliente siempre tiene la razón y que es necesario escribir para él, lo que él quiere que le escriban en medio de su medianía. De esta manera, las casas editoriales terminaron por tratar las obras literarias como si fueran calcetines o jabones. Y todo esto en un contexto de declive absoluto de la cultura letrada, de predominio de la farándula banal, de absoluta levedad “light”, en fin. La “fuerza estética” de la literatura y las artes, en términos de Harold Bloom, se volvió ripio y estorbo en manos del marketing, puesto que la fuerza estética requiere complejidad de tratamiento en las imágenes, componentes cognitivos fuertes, lenguaje de perfección. Y muy poco de esto le interesa al lector masivo, sumido en la banalidad y la medianía. De este modo, los escritores que lo hacen para el marketing literario, se encuentran atrapados en las exigencias de la clientela banal, y solo escriben para su gusto degradado. Este y no otro es el verdadero “extravío” de la literatura en nuestro tiempo.

Herta Müller  © Annette Pohnert / Carl Hanser Verlag

Una escritora tan inmensa como Herta Müller solo le interesa a las “masas” consumidoras por el hecho de ser Nobel, pero las masas que la compran por esta sola circunstancia para nada entienden de su extraordinaria factura literaria, muy poco percibirán su grandeza de lenguaje y mucho menos su mundo desgarrado. Y puedo apostar hasta mi casa y mi perro a que apenas dentro de un año nadie la recordará, salvo la minoría de los auténticos lectores que seguirán maravillados por una obra que honra a la humanidad. Pero el marketing literario no sabe nada de esto ni le interesa. Cosa muy diferente es la vieja tradición literaria que incorpora pensamiento e ideas a las obras de ficción. Algo así como presencia del ensayo en la novela. Pero esto no es nuevo y no pretende salvar del extravío a la novela.

Carlos Marx infravaloró a Simón Bolívar al cuestionar su mitificada obra emancipadora. ¿Hay ribetes de desproporcionada leyenda en la consagración de la figura del libertador?

Los pensadores europeos decimonónicos, generalmente eurocentristas, tuvieron muchas dificultades en el momento de pensar otros mundos diferentes del suyo. Es que pensaban que la Historia de la humanidad era una sola, la del Centro, y que las demás historias de otros mundos no eran historias realmente sino apenas estornudos de catarros demasiado locales. Por otra parte, el viejo Marx no valoraba suficientemente sino aquellas revoluciones sociales que pretendieran la toma del poder por los oprimidos, y este no fue precisamente el caso de la revolución de independencia liderada por Bolívar, que ni siquiera podía considerarse una revolución burguesa, puesto que para que pueda hablarse de esta manera es condición necesaria que exista burguesía, y nada de esto había detrás del proyecto de Bolívar en la Nueva Granada en 1810. En este contexto histórico tan particular y tan inédito, el viejo Marx no pudo ver sino lo que sus esquemas de entonces le permitían ver. Porque los seres humanos no vemos lo que queremos, sino lo que nuestros marcos culturales de referencia nos permiten ver.

Por otra parte, la premodernidad absoluta de nuestra élite neogranadina puso a Bolívar en un sitio ambiguo y no siempre el mismo. Al principio fue la apoteosis. Luego, Bolívar se convirtió en un estorbo del que muchos querían deshacerse. Fue expulsado. Y cuando ya estaba muerto y no ofrecía peligro, empezó a ser recuperado en estatuas y en exageraciones. Pero es evidente que la obra militar y civilizadora de Bolívar fue inmensa. Aunque también es evidente que la manera como él imaginó el futuro de los pueblos liberados no se parece mucho a lo que después fue de ellos. Todavía andan por ahí algunos presidentes de la región queriendo regresar a Bolívar, de un modo que a Bolívar, francamente, le daría vergüenza.

En La Ceniza del Libertador subyace una urdimbre literaria con notoria familiaridad con La Muerte de Virgilio de Herman Broch. ¿Atesora su novela ecos de esta cimera obra del siglo XX?

La literatura es hija de la misma literatura, ya se sabe. En García Márquez están vivos Rabelais, William Faulkner y los cronistas de Indias como Colón, Cabeza de Vaca, Pigafetta, etcétera. Pero también la visión de mundo de las tribus guajiras. Y no es posible que sea de otro modo, supongo. En La ceniza del libertador, hay al menos la presencia de La muerte de Virgilio, Las memorias de Adriano y La ceremonia del adiós. Esta presencia se debe, pienso, a una cierta desgracia en común de Virgilio, Adriano y Sartre, imagínese usted este trío de cantores. Se trata del declive de la gloria en cada uno de ellos, del descenso a la muerte, del final. Simón Bolívar debió bajar a la misma trampa que la historia les tiende a los grandes hombres: dejarlos inermes, abandonados, enfermos y convertidos en ruina delante de su propia inmensa obra, donde ya ni siquiera se reconocen. Solo con la esperanza de trascender, como Sartre lo predijo, de manera horizontal rumbo a la memoria humana. Este es el contexto, la visión de mundo que está detrás de La ceniza del libertador.

Su vocación pedagógica y empeñada docencia universitaria lo autorizan para hablar de la universidad colombiana. ¿Cómo contrariar esa castrante funcionalidad instrumental que pesa en el profesional colombiano? 

He tenido la fortuna de ser profesor universitario durante cerca de cuarenta años, en una de las tres universidades públicas más importantes de Colombia, como es la Universidad del Valle. Y, ocasionalmente, en otras de la región. Para un intelectual y un escritor sin “pelos en la lengua”, como suele decirse, este no es más que un inmenso privilegio. No soy, entonces, un escritor arruinado que debe mendigar ante las casas editoriales.

He tenido de sobra eso que se llama dignidad humana.

Además de ser profesor universitario, he acompañado como abogado laboralista los derechos y reclamos de los obreros, empleados y hombres humildes del trabajo y he tenido en la universidad un cubículo de profesor, muy bien dotado, que me permite leer en soledad y escribir de manera febril, sin tregua ni descanso. Conozco, entonces, el mundo universitario y sé del compromiso de la Universidad del Valle por ofrecer a los estudiantes de todas las carreras una formación integral de muy buena calidad. Se trata de una tarea de resistencia frente a los modelos educativos profesionalizantes, solo interesados en lo funcional-instrumental. No es fácil, porque esta resistencia lo es precisamente contra el conjunto de la cultura de nuestro tiempo, que en su banalidad solo reconoce como válida la funcionalidad de lo que se aprende. Pero los estudiantes encuentran razón y sentido en esta actitud de resistencia, saben valorar la educación integral y agradecen los esfuerzos que se hacen en esta dirección. Y los estudiantes son la razón de ser del mundo universitario, que es donde la cultura letrada y el espíritu crítico resisten en minoría, tal vez hasta que el neoliberalismo, aplicado a la educación, termine por darle la patada final a la universidad pública, de la que casi no quiere saber nada. Salvo que la sociedad y la resistencia terminen por darle la patada final al modelo educativo neoliberal, como muchos anhelamos y bien pudiera suceder.

¿La escritura de La caravana de Gardel qué envés le posibilitó descubrir de aquel cantor de la lunfa y el arrabal?

En varias oportunidades, de visita por Riosucio y Pereira, escuché la versión según la cual a su paso por los poblados y aldeas del viejo Caldas, ya convertido en cadáver, Carlos Gardel fue objeto de importantes homenajes. Se me dijo, también, que alguien tenía en su poder un pedazo de bufanda del cantor, una mujer bohemia los restos de la fotografía del morocho del abasto quemada por los bordes, el cordón de uno de sus zapatos. Un músico de Riosucio me indicó la casa contigua a la iglesia del parque, donde se había celebrado el homenaje principal, pintado por el delirio. Y todo esto yo me lo creí, porque circulaba por la boca de la gente como una poderosa verdad del pasado a la que nadie había asistido, pero de la que todo el mundo, sin embargo, hablaba con puntuales detalles de modo, tiempo y lugar. Esta verdad popular fue mi punto de partida. Pero cuando, bajo el consejo urgente de Fernando Vallejo, llevé a cabo las entrevistas en profundidad con testigos presenciales del acontecimiento, ya en el borde cada uno de su propia muerte, supe que todo aquello no era más que una invención colectiva, parte sustancial del mito gardeliano.

La caravana de Gardel

La escritura de la novela me permitió descubrir que en realidad Gardel había sido transportado como simple carga, de manera afanosa, para que alcanzara a llegar a Buenos Aires dentro del tiempo previsto para el gran recibimiento que allí lo esperaba. Ante semejante descubrimiento, que en sí mismo arruinaba el proyecto de la novela, tomé la decisión de plegarme al mito popular hasta el punto, incluso, de exagerarlo. Toda la novela, en consecuencia, es pura invención, porque nada de lo que realmente sucedió, salvo las estaciones de parada de la “caravana” y las fechas básicas del calendario, corresponden a la historia real. Fue espléndido ver cómo nada de lo que escribía, nuevamente, era real.

 ¿Goza el ensayo colombiano de mayoría de edad?

Hemos tenido en Colombia muy pocos ensayistas de gran fondo. El género del ensayo se ha venido transformando profundamente desde los tiempos de Montaigne hasta hoy. En las universidades se escriben artículos, apoyados en bibliografías y referencias tomadas del “estado del arte”, pero de ahí al buen ensayo hay mucho trecho. Es increíble, por inaceptable, que las universidades les den más importancia a los artículos que a los ensayos, con el argumento de que en los artículos se observan los soportes bibliográficos y las referencias, mientras que en el ensayo se encuentra ausente esta exigencia. Cuando el género del ensayo nació, la ciencia natural, humana y social prácticamente no existía. Entonces el ensayista era libre de escribir sus puntos de vista, con rigor y belleza, pero sin preocuparse de la vigilancia o de la crítica que sobre su pensamiento pudieran ejercer las “academias o comunidades científicas”, que para entonces mucho menos existían. Pero el desarrollo de la ciencia ha terminado por imponerle al ensayista la exigencia de un rigor que antes era inimaginable. El ensayista hoy, pienso, debe ser una persona absolutamente formada en la ciencia y en la filosofía, capaz de poner en práctica aquello que Max Sheller dijo un día, términos más, términos menos: “La cultura es aquello que a uno le queda cuando se le ha olvidado todo cuanto ha aprendido”. En este caso, desde un profundo y responsable saber científico y filosófico, el ensayista puede, entonces sí, prescindiendo de la cita o de la referencia y sobreponiéndose a sus ataduras, soltarse a pensar “por sí mismo”, en libertad, pero con absoluta responsabilidad, sobre aquellos asuntos que son de su interés.

Cultiva la poesía y la novela. ¿En su escritura qué correspondencia se entabla entre estas dos profundas expresiones de la palabra?

He intentado practicar una escritura entre géneros. Sigo pensando que la literatura es, ante todo, trabajo sobre el lenguaje. En la novela la anécdota pesa mucho, a diferencia de la poesía que, en principio, no la tiene, aunque hay poemas que parecen de lejos contar una historia. De hecho, Abendland, cuya escritura inicié en Río de Janeiro en 1982, delante del espejo sombrío de la bahía de Guanabara, y que apenas pude terminar —es apenas un decir— casi veinte años después, podría ser visto como un relato familiar en el que cada poema tiene autonomía pero forma parte, a su vez, de un todo de aproximadamente cien páginas. El desmedido trabajo de orfebrería que llevo a cabo como una fiera encima de mis novelas, encarnizado durante años, es un esfuerzo que siempre se dirige hacia la poesía. Ahora que disfruto del inmenso placer de leer a Herta Müller, como un devoto admirador del lenguaje poetizado, del mismo modo como en otro tiempo lo hice con Guimaraes Rosa, Rulfo, Oneti y Lezama Lima, de nuevo confirmo que la anécdota en la novela importante es apenas el primer piso del barco —hablo de la gran novela—, sobre el cual brillan en la noche de la lectura las luces del lenguaje poéticamente trabajado. Este es el terreno en el que, en mi caso y tal como lo he vivido, se hace posible el puente entre poesía y novela.

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Entrevista en voz alta 

Hiroshima y coronavirus, un curioso paralelo

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Por, Guillermo Ramírez Cattaneo

El pasado 6 de agosto se conmemoró el 75 aniversario del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki. ¿Fue moralmente incorrecta la decisión de atacar ambas ciudades? 75 años después, la pregunta es más difícil de responder de lo que parece. Y se hace aún más difícil si tenemos en cuenta las particulares coincidencias detrás de esas decisiones, y las que se están tomando durante esta pandemia.

Detrás de estas medidas, subyace un concepto que es común en ambos escenarios, tanto para dicho bombardeo, como para el manejo político y epidemiológico de la pandemia en la actualidad: El bien común.

Tomada de publico.es

En ese entonces, según el gobierno de Estados Unidos, a pesar de ser un acto desafortunado, fue absolutamente necesario para el bien común. “El principal objetivo político, social y militar de Estados Unidos en el verano de 1945 fue la pronta y completa rendición de Japón”, escribió el secretario de Guerra de Estados Unidos, Henry Stimson, en 1947. La alternativa, una invasión terrestre, podría haber resultado en la muerte de más de un millón de soldados estadounidenses, afirmó Stimson, y potencialmente muchos más del lado japonés.

Hoy por hoy, sabemos que Shirley Doyen estaba agotada. El asilo de ancianos Christalain, que dirigía con su hermano en un barrio próspero de Bruselas, se estaba derrumbando por Covid-19. Ocho residentes habían muerto en tres semanas. Tampoco llegó ayuda. La Sra. Doyen había rogado a los hospitales que recogieran a sus residentes infectados. Ellos rechazaron dicha solicitud. A veces le decían que se administrara morfina y dejara que llegara la muerte. Una vez le dijeron que orara.

Las infecciones descontroladas por coronavirus, la escasez de equipos médicos y la falta de atención del gobierno son historias lamentablemente familiares en los hogares de ancianos de todo el mundo. Pero la respuesta de Bélgica ofrece un giro aterrador: los paramédicos y los hospitales a veces negaron rotundamente la atención a las personas mayores, incluso cuando las camas de los hospitales no se utilizaban. Bélgica tiene ahora, según algunas medidas, la tasa de mortalidad por coronavirus más alta del mundo, en parte debido a los hogares de ancianos. Más de 5.700 residentes en dichos hogares han muerto.

En los últimos meses, el brote de coronavirus en los Estados Unidos ha dominado la atención mundial. Alrededor del 40 por ciento de esas muertes se han relacionado con centros de atención a largo plazo.

Los fiscales españoles están investigando casos en los que los residentes fueron abandonados para morir. En Suecia, los abrumados médicos de urgencias han reconocido que rechazaban a los pacientes de edad avanzada. En el Reino Unido, el gobierno ordenó que miles de pacientes de edad avanzada en los hospitales, incluidos algunos con Covid-19, fueran enviados de regreso a los citados hogares con el fin de dejar espacio para una esperada aglomeración de casos de virus. Al fijarse en salvar sus hospitales, los líderes europeos en innumerables ocasiones dejaron a los residentes y al personal de los asilos a su suerte.

La política belga tomó forma en una serie de memorandos de especialistas geriátricos: “Los traslados innecesarios son un riesgo para los trabajadores de ambulancias y las salas de emergencia”. Los pacientes extremadamente frágiles y los enfermos terminales deben recibir cuidados paliativos y no ser hospitalizados, decía el memo. El documento ofrecía un diagrama de flujo complejo para decidir cuándo hospitalizar a los residentes de un hogar de ancianos.

¿Qué hay detrás de estas decisiones, tanto en Hiroshima como con la pandemia? Podríamos asociarlas a un reconocido experimento de pensamiento ético, denominado el “problema del tranvía”, propuesto por Philippa Foot en 1967 para desafiar diferentes escuelas de pensamiento moral.

Imagínate que estás parado junto a una vía de tren cuando ves un tranvía que se acerca. Más abajo en la vía hay cinco personas en el camino del tranvía, atadas a los rieles. Una palanca junto a usted le permitiría desviar el tranvía, salvando la vida de cinco personas, hacia una vía con una sola persona atada en ella. ¿Dejarías que el tranvía continúe en su curso inicial y propiciar la muerte de esas 5 personas o tirarías de la palanca para salvarlas a expensas de la vida de esa otra persona?

El problema del tranvía pone de relieve una tensión fundamental entre dos escuelas de pensamiento moral. La perspectiva utilitaria dicta que la acción más apropiada es la que logra el mayor bien para el mayor número. Mientras tanto, la perspectiva deontológica afirma que ciertas acciones, como matar a una persona inocente, están simplemente mal, incluso si tienen buenas consecuencias. En ambas versiones del problema del tranvía, los utilitaristas dicen que debes sacrificar uno para salvar cinco, mientras que la deontología dice que no. El utilitarismo, en su defensa, se presenta a sí mismo como la actitud auténticamente responsable por hacerse cargo de las consecuencias de las acciones, ya que quiere producir efectos beneficiosos globalmente, pero muchas veces desconoce que es asimismo responsable del efecto inmediato de la acción con la que los produce (con otras palabras, es responsable tanto del fin que persigue como del medio que emplea para alcanzarlo).

No se trata, entonces, de atender o no a las consecuencias, sino de qué consecuencias son responsablemente aceptables, por su naturaleza o cualidad, y cuáles no. Esta es la verdadera cuestión a la que el utilitarismo pretende siempre escapar, pues carece de criterio para un discernimiento cualitativo y se empeña constantemente en cálculos cuantitativos, ya sea al estimar el número de vidas salvadas al usar las bombas, o al tasar el número de muertes por la pandemia cuando se reabra la economía.

El problema del tranvía desconoce la perspectiva de las personas que están atadas a la vía, bajo amenaza de muerte y privadas de cualquier medio para alcanzar la palanca. No tiene en cuenta al “otro” en todo su contexto e individualidad. En la discusión del problema del tranvía, tenemos muchos argumentos y análisis hechos desde la perspectiva del conductor o de un espectador que es capaz de decidir si girar o no la palanca, pero nunca podemos escuchar las voces de las personas que están despiadadamente atadas a los rieles y privadas de sus opciones. Por supuesto, en este problema seguramente se tiene en cuenta a las personas en la vía, pero se las incorpora a la discusión solo como vidas humanas formales (valores estadísticos) para salvarlas o dejarlas morir, no como personas de carne y hueso que son capaces de pensar, tener emociones y tener grandes expectativas sobre la elección que hará la persona en la palanca. Ambas partes están bajo amenaza de muerte, pero mientras la primera tiene la libertad de elegir si gira o no la palanca, la segunda está completamente privada de tal libertad. Todo lo que puede hacer esta última es seguir atada a los rieles y esperar a ver el resultado de la decisión tomada por otro.

¿Acaso se les preguntó a los ancianos y a sus familiares por parte de las autoridades belgas si querían morir para no ocupar innecesariamente las camas de los hospitales? ¿O fueron advertidas las 200,000 personas muertas por los destellos, tormentas de fuego y radiación y las decenas de miles más heridas con un legado intergeneracional no cuantificable de radiación, cáncer y trauma en Hiroshima y Nagasaki, de que su sacrificio salvaría miles de vidas de americanos? La posición utilitarista eclipsa de entrada las historias individuales de madres e hijos, de sacerdotes y médicos, de vidas cotidianas transformadas en un fugaz y pavoroso destello atómico.

La próxima vez que escuche a las políticas oficiales argumentando a favor de salvar la economía, o cuando los editoriales de prensa digan que la industria, el comercio y servicios requieren medidas de apoyo y de levantamiento de las restricciones, lo que están realmente diciéndole es que no importa si usted fallece o no, lo que importa es que su muerte no hieda o estorbe.

(fuentes de los informes sobre coronavirus: David Kirkpatrick y Selam Gebrekidan en Londres, Julia Echikson y Koba Ryckewaert en Bruselas, y Christina Anderson en Estocolmo. Traducción y adaptación libre del artículo de Richard Fisher, periodista de BBC Future, sobre Hiroshima. Reflexiones destacadas acerca del problema del tranvía del filósofo japonés Masahiro Morioka)

(*) Guillermo Ramírez Cattaneo: Magister en Filosofía de la Universidad Tecnológica de Pereira. Master en Ingeniería de la Universidad de la Florida (Gainesville, E.U.A). B.S en Ingeniería Civil de la misma Universidad.

El árbol de las brujas

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Cuando releí por tercera vez El árbol de las brujas, el libro de Ray Bradbury, hace unos cinco años, me vino de golpe a la memoria una imagen de la infancia:

Estoy acurrucado en la cocina de la casa de mis abuelos Martiniano y Ana María en su pequeña finca de una vereda llamada El Tigre.

A la lumbre de una vela de parafina, que se me antojaba infinita y mágica, los viejos se turnaban para contar historias de duendes, brujas, diablos y espantos que nos enviaban a la cama poseídos de un dichoso pavor.

Foto por formulario PxHere

Una de ellas tenía como escenario un enorme y pródigo árbol de aguacate ubicado a un costado de la casa, justo enfrente de una pared encalada en la que mi tío Ever había dibujado un tigre al acecho desde el ramaje de un arbusto.

En fin que, según los abuelos, el árbol de aguacate era tomado por las brujas en noches de plenilunio.

  • Se ríen a carcajadas, decía Ana María, animada por el timbre de su propia voz.
  • Además se cagan en las ramas del árbol, agregaba Martiniano, alzando su dedo índice de contador de historias silvestre.

Según el viejo, esa era la prueba irrefutable de la visita de las brujas: la ofrenda de mierda que aparecía al otro día entre las ramas.

Pastor Romero, un curtido agricultor que vivía con ellos en la finca, creía que eso explicaba la milagrosa fertilidad del árbol: en tiempos de cosecha nos alimentábamos mañana, tarde y noche con esos frutos abonados con estiércol de bruja.

Más de una noche de luna llena montaba guardia en compañía de mis primos Miriam y José Roberto a la espera del prodigio, pero los viejos, mañosos como buenos campesinos, nos sorprendían en el último momento y nos obligaban a acostarnos bajo amenaza de azote con un rejo de enlazar potros.

Así eran los métodos educativos en esos tiempos.

Desde entonces hasta hoy me han asaltado dos preguntas: ¿De qué o de quién se ríen las brujas? ¿En quién se cagan?

Pues en nosotros. O mejor dicho: en el orden del mundo. Expresado de otra manera: en el poder, en todos los poderes, sobre todo el religioso, expresión de todos los demás y empeñado en aplastar lo que de instintivo y animal alienta en los humanos.

Es decir, en el cuerpo.

Foto por formulario PxHere

No por casualidad, en la imagenería cristiano católica la bruja es amiga y amante del diablo, esa fuerza telúrica personificada en la figura del macho cabrío con su falo siempre enhiesto y listo para el asalto.

De hecho, la palabra vasca aquelarre lo ilustra con precisión: en esos ritos, oficiados de forma clandestina en la alta noche y en la espesura del bosque, se renuevan las bodas milenarias entre las brujas y el diablo.

A lo mejor por eso mismo los freudianos, obsesionados con la figura del falo, creen ver en el palo de la escoba que les sirve de transporte a las brujas un símbolo del órgano sexual masculino.

Según eso, las brujas vuelan de una dimensión a otra de la existencia utilizando como vehículo un macho de la especie humana.

El órgano sexual masculino, ese símbolo de poder que solo puede ser domado por otro poder aún mayor: el del sexo de la mujer.

Desde el principio, las brujas son pues grandes rebeldes, criaturas indómitas que aparecen en la mitología clásica en las figuras de Circe, Ariadna y Medea.

Shakespeare apela a ellas en varios de sus dramas, entre ellos Macbeth.

Mucho más atrás, versiones apócrifas del Antiguo Testamento sugieren que un demonio femenino- un súcubo- habría sido la primera mujer de Adán, antes del relato del Paraíso Terrenal.

Pero vuelvo a mi árbol de las brujas, definitivo y eterno como todas las visiones de la infancia.

Porque en realidad hay más preguntas. Por ejemplo: ¿por qué las brujas sólo salen de noche?

La respuesta más obvia es que el mundo duerme y así ellas pueden volar y reinar a su antojo. Pero sospecho que el asunto  tiene matices más sutiles: las sombras de la noche suponen siempre una liberación de las cosas que nos esclavizan durante el día. De la colección de máscaras que nos imponemos para velar nuestra condición más esencial.

En la noche se caen las máscaras del buen ciudadano, del padre ejemplar, del pastor de almas, del empleado obsequioso. La vieja encrucijada del Dr. Jekill y Mr. Hyde.

La ordalía del vampiro luminoso.

La bruja se levanta contra ese mundo. Por eso se hace objeto de persecusión y es condenada a la hoguera.

Pero, igual que otro gran mito, siempre resurge de sus cenizas: está protegida por las fuerzas primordiales de la vida.

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Sólo que en una época tan empecinada en disfrazar su locura de racionalidad como la nuestra, ha sabido hacerse de otros ropajes y emigró del mundo rural al urbano. En lugar de árboles frecuenta rascacielos, volando en avión de Nueva York a Hong- Kong y de París a Islamabad en un eterno viaje de ida y vuelta.

Se ríe de todos los poderes establecidos. Su carcajada adopta forma de canción, de baile, de orgía, de melodía de arrabal. Es su particular forma de afirmarse.

Ah… y lo mejor: sigue cagándose en todo y en todos.

Las 15 Frases de Mafalda que están más vigentes que nunca

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Publicado por Página 12

Joaquín Salvador Lavado, universalmente conocido como Quino, falleció a los 88 años. Entre 1964 y 1973 creó una de las tiras cómicas más famosas del mundo: Mafalda.  “Su vigencia es algo que no puedo entender”, confesó en 2014, tras recibir el Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades.

15 frases de Malfalda, más vigentes que nunca.

1- Nunca digas “de este agua no beberé”; porque al precio que están las gaseosas…

2- ¡Sonamos, muchachos! ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!

3- ¿No sería hermoso el mundo si las bibliotecas fuesen más importantes que los bancos?

4- Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre.

5- No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta.

6- El problema de las mentes cerradas es que siempre tienen la boca abierta.

7- ¿Qué habrán hecho algunos pobres sures para merecer ciertos nortes?

8- El problema es que hay más gente interesada que gente interesante.

9- Yo no quiero a mi inflación, ¿Y usted?

10- Lo ideal sería tener el corazón en la cabeza y el cerebro en el pecho. Así pensaríamos con amor y amaríamos con sabiduría

11- ¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?

12- Los diarios inventan la mitad de lo que dicen. Y si a eso le sumamos que no dicen la mitad de lo que pasa resulta que los diarios no existen.

13- Tenemos una moneda sana, no fuma, no bebe…

14- Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante.

15- ¿No sería mas progresista preguntar dónde vamos a seguir, en vez de dónde vamos a parar?

Cómo liderar un equipo remoto

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Compartimos una entrada de la empresa Alegra.com, un negocio que opera desde Medellín y se encuentra presente en diferentes países de manera virtual, ellos nos compartirán información acerca del trabajo remoto, un tema del que tienen mucha experiencia por su naturaleza operativa.


Foto por formulario PxHere

Liderar un equipo remoto no es tan diferente a liderar un equipo que está en un lugar físico. Ambos tipos de líderes trabajan para apoyar a su equipo de trabajo, buscar el desarrollo profesional, motivar y velar por buenos resultados de su empresa. Sin embargo, el desafío para un líder remoto conlleva a usar metodologías y herramientas diferentes de relación y seguimiento.

Valores principales para lograr un liderazgo con éxito:

Crear una relación fuerte

Al trabajar de manera remota no se tienen ‘momentos de pasillo’, o de caminar hasta una sala de reunión. Es por esto que se deben crear estos espacios que permitan conocer al equipo y generar empatía. Saludar, enviar artículos de interés, preguntar al equipo cómo les fue el fin de semana, etc.

Cuando se trabaja remoto las preguntas deben ser un poco más específicas y se debe ir más allá para no caer en la cordialidad de: ¿cómo estas? Muy bien, gracias. Preguntar al equipo sobre su mascota, sus hijos, sus últimas vacaciones etc. O qué tal proponer alguna actividad para conocerse mejor entre todos.

Por otro lado, es importante que el equipo sienta que puede hablar de estos temas, por lo que iniciar ese tipo de conversaciones está bien. Hablar sobre el fin de semana, alguna anécdota puede hacer que el equipo se sienta abierto a contar cualquier cosa. Es importante no caer en tener conversaciones forzadas lo que se busca es que el equipo conozca el interés genuino por saber de ellos. 

Estar presente

Como líder es importante que el equipo sienta que se está ahí así no se esté físicamente. Estas pequeñas acciones fortalecen la relación que también generan confianza. Crear una forma de seguimiento, puede ser la metodología Scrum que se utiliza en Alegra u otra de seguimiento. En esta reunión realizar seguimiento diario / semanal. Crear reuniones por videollamada y contar sobre avances, proyectos y responsabilidades. 

Conocer el horario del equipo

Muchas veces las personas dicen que trabajan más de manera remota porque no saben poner límites. Cuando se tienen a cargo personas es muy importante no caer en esto. Es elemental tener presente las horas de trabajo del equipo y no llamarlo, ponerle reunión o escribirle en momentos diferentes a su horario habitual a no ser que se trate de una emergencia. Respetar sus momentos de almuerzo y de descanso. 

Participar en el desarrollo profesional del equipo

En Alegra utilizamos las reuniones 1a1, que es una metodología sencilla de encuentros cada cierto tiempo entre el colaborador y su líder, tiene como prioridad dar seguimiento a las expectativas, motivación y ajuste a la cultura de cada uno de su equipo.

En estas reuniones es importante identificar fortalezas y oportunidades de mejora de cada uno de los colaboradores y crear un plan de acción para trabajarlas. Adicional, empoderar al equipo y dar proyectos para que lideren sirve mucho.

Crear consciencia de lo importante que es la lectura y el autodinamismo, enseñar al equipo a leer y compartir artículos, libros, ver videos para estar siempre actualizado y seguir usando la tecnología y la información a favor.

En Alegra cada equipo comparte artículos diarios de interés. 

Definir expectativas y dar Feedback efectivo

Ser claro en las expectativas que se tienen con cada colaborador, identificar fechas y formas de entrega. Recordar dar feedback positivo (si es en público mejor) y de oportunidad de mejora (especificando el momento preciso, la actividad que se realizó y que es lo que se espera de él o ella).


Si les interesó el tema del trabajo remoto y/o quieren más información sobre asesorías contables, visiten el blog de Alegra: https://blog.alegra.com/

La cebra que raya: la imagen como reflejo del sustrato social que somos

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En la agenda de esta semana, el cómic, los videojuegos, la pintura, el dibujo, la fotografía, la caricatura, la música electrónica, el trabajo en colectivo, la ilustración y el medio ambiente, son algunos temas y estilos que estarán presentes en las actividades.

Es una agenda que invita a que se unan a la movida cultural a través del mundo virtual, pero también es una agenda que lleva a reflexionar a través de estos espacios de ocio creativo, sobre la imagen como reflejo del sustrato social que somos. Esta frase es extraída del texto provocador de la semana, propuesto por Oscar Salamanca en la convocatoria de los Inmodernos: Shock (lo encuentran más adelante).


Hablemos de BD: taller de creación | 1 de octubre, 6:30 pm | en vivo por el canal de youtube de la Alianza Francesa de Pereira

Eduardo Villacís, imaginador compulsivo. Así es el artista ecuatoriano invitado a los talleres de BD de la Alianza Francesa de Pereira para esta sesión.

Un maestro que enmarca su obra en los campos del dibujo, la pintura y las narraciones gráficas en general, e incluye novelas gráficas, animación 3D y arte secuencial a su trabajo. 
Gracias a una beca Fulbright obtuvo una Maestría en Artes Visuales en California y es profesor de la Universidad de San Francisco de Quito en Ecuador desde 1994.

En el año 2011 estuvo en Pereira dando un taller para estudiantes de la Fundación Universitaria del Área Andina en el marco del evento Cómic Sin Fronteras y para los 17 años de éste evento, fue el encargado de la imagen promocional de la XVII Cómic Sin Fronteras.
No se pierdan esta gran oportunidad de charla con él desde su estudio, de manera virtual a través del canal de youtube de la Alianza Francesa de Pereira.

Evento realizado con el apoyo de Cómic Sin Fronteras.

Conoce el club de lectores de Hablemos de BD en sus redes:

Facebook: facebook.com/hablemosdebd 

Instagram: https://www.instagram.com/hablemos.de.bd/

Twitter: visitando la etiqueta #hablemosdebd


La Jam de dibujo | 2 de octubre, 4:00 pm | en vivo por Google Meet: meet.google.com/deu-odwa-vtf 

Sesión para dibujar, pintar, bordar, recortar, mientras se conversa.

La Jam de Dibujo está dirigida a artistas, diseñadores o interesados en explorar los temas que cada semana se propone en la Jam.

Ilustración de Julián Martínez  – Instagram: @julian.sombrilla

“Son sesiones para crear y compartir nuestros procesos y proyectos con el resto de asistentes de forma libre. La intención es aprender e inspirarnos con nuestros compañeros en un ambiente de Taller virtual.

Por eso queremos que vengas a nuestra sesión este viernes, trae los materiales con los que quieras trabajar y si quieres nos cuentas sobre el proyecto en el que estés trabajando.

Los encuentros son libres y gratuitos.”

Las redes de contacto del colectivo son:

FACEBOOK: https://www.facebook.com/jamdedibujocolombia/

INSTAGRAM: https://www.instagram.com/jamdedibujo_/


Lanzamiento del libro: Relatos desde la incertidumbre, primer libro del Laboratorio de Historietas Intangibles | 2 de octubre, 6:30 pm | en vivo por los canales de facebook de: @ejemula y @comicsinfronteras

Relatos desde la incertidumbre es una producción editorial del Laboratorio de Historietas Intangibles, construido entre diciembre de 2019 y marzo de 2020 en sus reuniones en @SALAestrecha. Un proyecto editado por el equipo de @capibaralibros y ganador del programa Cultura en casa 2020 de la @secreculturapereira


Conozca más del Laboratorio en la siguiente nota: Nace en Pereira el Laboratorio de Historietas Intangibles: un espacio horizontal de investigación independiente y permanente de la narrativa dibujada

Los invitamos a seguir al Laboratorio en sus redes sociales y sigan también a la editorial CAPIBARA libros dibujados, porque desde allí se concretarán muchos proyectos de cómic en la ciudad.

Redes de Historietas Intangibles

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Eventos XX Cómic Sin Fronteras. Festival pereirano en torno a la caricatura, el cómic, el humor gráfico, urban sketchers y la ilustración 

Gracias a la iniciativa de Korobeiniki, un proyecto pereirano que se encarga de divulgar información sobre cultura digital, cultura Geek y cultura Pop: cómics, videojuegos, gadgets y mucho más, Cómic Sin Fronteras abre de nuevo el espacio a los videojuegos en el evento. Por eso tendrán un directo del Marvel Vs Capcom. Infinitive en su modo historia, a través del perfil de facebook de @Korobeiniki.co para conocer un poco el amalgama que se crea en esta última entrega de la saga de videojuegos.

Una tarde de dibujo en vivo con los Urban Sketchers Pereira, con dos invitados: al maestro de la caricatura, Luis Eduardo León y el grupo de dibujo del municipio de Santuario, Risaralda.

“León” es uno de los caricaturistas que domina todas las ramas del humorismo gráfico y para esta ocasión compartirá un particular ejercicio de perspectiva. Conéctense por Google meet: https://meet.google.com/ajr-jyyy-pcc

Conoce más del evento y la programación de este año en:

muestradecomic.blogspot.com   

Y en redes sociales:

Facebook: @muestradecomic

Instagram: @comicsinfronteras


Festival LIVE Revolucionarte | Finaliza el 2 de octubre | En vivo por https://web.facebook.com/revolucionatuarte

Primer Festival Live Revolucionarte que viene con una selección de grandes artistas y exponentes locales, nacionales e internacionales; conciertos, talleres, exposiciones y videoarte relacionados con sonidos alternativos, tendencias de música avanzada y estilos modernos en expansión.

Más detalles en sus redes sociales:

Facebook: https://www.facebook.com/revolucionatuarte

Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCFcgIIqDuLntboG36R5ideg

Instagram: https://www.instagram.com/revolucionartecolombia/


La caricatura y el cómic como herramientas de divulgación | Charla en vivo por facebook del Jardín Botánico de la Universidad Tecnológica de Pereira | 2 de octubre, 2 pm

El movimiento ambiental en Colombia nos ha enseñado que puede haber múltiples formas para acudir en la defensa de los Recursos Naturales, haciendo convites, trabajo social, divulgación de información, entre otras cosas.

Para aquellos que aún leemos las tiras cómicas de los periódicos y analizamos con jocosidad o tristeza las caricaturas de temas actuales, hemos visto que este arte es otra forma de socializar e introspectar al lector en una problemática que a todos nos llama a ser actores.

Cómic Sin Fronteras ha surgido como un espacio para educar, promover y difundir el cómic como medio de comunicación, herramienta didáctica, forma de expresión, fuente de conocimiento y alternativa de diversión y cultura. Un programa de la Corporación Cine Club Borges que para el viernes 2 de Octubre nos trae la charla: “La caricatura y el cómic como herramientas de divulgación”.

Una charla que muestra alternativas de resistencia ambiental con inteligencia y cero violencia. Pueden verla a través del facebook live: https://web.facebook.com/jardinbotanicoutp

O por Zoom: https://renata.zoom.us/j/84313148717 | ID de reunión: 843 1314 8717


Convocatoria para publicar en el blog Los Inmodernos | “Shock” | Se recibe obra hasta el 3 de octubre

Texto provocador:

Shock

En el encuentro que tendremos hoy con seguridad se detonará la imagen convertida en detritus que representa porque, así nos neguemos a ello, termina por reflejar el sustrato social que somos. La imagen como parte del mundo de la percepción se organiza en campos célibes desde donde miran con curiosidad otras cosas. Entre esas cosas, amigos, aparece el arte.

Es duro, lo reconozco, reconocer la coseidad del arte, pero directamente el tratamiento de cosa que comparte con otras cosas habla de encontrarse al mismo nivel, al menos físico de la experiencia factual del mundo.

La cosa del arte, aunque comparte con las otras cosas del mundo, su espacialidad y temporalidad son diferentes, ya que cada pieza de arte representa un vínculo con el proyecto de civilización donde se inscribe, es decir, es una cosa que contiene, se encuentra cargada de sentido. La cosa del arte tiene la virtud de reunir las diferencias y producir estados de hermandad cultural, con ella hablo no solo frente a frente con lo real, sino que produce transformaciones en su hacer desde sustratos de comprensión muy antiguos y comunes, que ahora vivimos como historia ya sea individual o colectiva. Texto completo de Oscar Salamanca aquí.

Redes de contacto con Los Inmodernos:

FACEBOOK: https://web.facebook.com/inmodernos

BLOG: inmodernos.blogspot.com 

CORREO: [email protected]


EXPOSICIÓN: ¡ Necropsias Domésticas ! exposición individual de Cuauhtémoc Rodríguez| Hasta el 5 de octubre | Jardín de artista de la Universidad Tecnológica de Pereira

“…En las obras de Rodríguez lo que en realidad percibimos es un gusto terrible por el respeto a lo escultórico, ese desing contemporáneo para la recreación con escasa profundidad de urdimbres muy pobladas de experiencia. Sus fotomontajes exponen la poética ahora añorada por lo retro cultual, pues la observación pasa a la ligera a través del barroco hasta llegar a los trasfondos epopéyicos de lo escenográfico teatral. Se trata de dispositivos del gusto aburguesado superado a fuerza de estética pura, refinada dirían algunos, pero a la vez carbonatada por pretender una suciedad más bien ecléctica, celebración metafísica petrificada, daño de uso, al insistir una y otra vez en la confiada belleza de lo sublime necrótico.”

Oscar Salamanca

Texto completo en: http://jardindeartista.blogspot.com/

Redes de contacto con Los Inmodernos y el Jardín de artista:

BLOG:  jardindeartista.blogspot.com

INSTAGRAM: https://www.instagram.com/jardindeartistautp/


Lunes con las artes | 5 de octubre, 2 pm | organiza la Universidad del Valle | Por zoom: https://us02web.zoom.us/j/87448537368 – ID de reunión: 874 4853 7368

El Departamento de Artes Visuales y Estética de la Universidad del Valle invita a su actividad de extensión formativa denominada: “Lunes con las artes”. Se trata de un espacio de diálogo, encuentro e intercambio en torno a las artes visuales que busca promover la participación y el intercambio de conocimientos y saberes de estudiantes, profesores, graduados y profesionales pertenecientes a las distintas comunidades creativas y académicas nacionales e internacionales.

La sexta invitada es la Maestra en Artes Visuales de la Universidad del Quindío, Erika Orozo Lozano. Su charla se titula “Repeticiones: traducciones de obsesiones, gestos y listas indecibles”.

El crimen de ser ‘fea’ en México

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Una de las agresiones más comunes hacia las mujeres es en referencia a su aspecto. Esas descalificaciones, que podrían parecer menores, tienen un impacto real en el nivel económico y la desigualdad.

Por, Viri Ríos. Publicado en The New York Times

Una mujer camina por una calle del centro de Ciudad de México en septiembre de este año. Rebecca Blackwell/Associated Press

CIUDAD DE MÉXICO — En México hay pocas cosas más sancionadas que ser “fea”. El insulto más común hacia la mujer —no importa su ocupación, nivel educativo o actividad— suele ser uno referente a su aspecto físico.

A las feministas que a principios de este mes tomaron la Comisión de Derechos Humanos (CNDH) —para exigir soluciones a la incesante violencia contra las mujeres en el país— se les acusó, entre muchas otras cosas, de ser feas. A la esposa del presidente de México, Beatriz Gutiérrez Müller, se le hizo tendencia en redes sociales por un vestido que usó para la celebración del Día de la Independencia y le han llamado “bruja”.

Cualquier mujer puede dar testimonio de las agresiones que sufre por su apariencia. Es mi caso también. He hecho periodismo de opinión desde hace diez años. Cuando mis colegas hombres enfrentan animadversión por parte de sus lectores, reciben insultos por sus supuestas tendencias ideológicas, quizás por la falta de argumentaciones o credibilidad. Pero a las mujeres se nos insulta con una frecuencia inusitada por ser “feas”. Los ámbitos del periodismo y de la opinión pública no son los únicos en los que sucede.

La obsesión patriarcal con el físico de las mujeres es tóxica no solo para la manera en que convivimos como sociedad, sino también tiene consecuencias económicas nocivas y tangibles. Los estudios de Raymundo M. Campos y Eva González han mostrado que una mujer con sobrepeso tiene que mandar un 37 por ciento más aplicaciones de trabajo para obtener el mismo número de entrevistas que una mujer con un cuerpo más delgado. En el caso de los hombres, el peso o apariencia física no demostró ser un factor decisivo en su contratación. No solo eso, las mujeres que cumplen con ciertos estándares estéticos en México tienen mejores salarios.

Esta discriminación basada en la apariencia de las mujeres, y normalizada por la cultura patriarcal mexicana, debe detenerse. Por muchas razones, pero también por dos factores que deben importarnos a todos: no erradicar la constante “penalización” laboral y social a las mujeres por cómo lucen, implica fuertes pérdidas económicas para México y un ensanchamiento de la desigualdad en país tan desigual.

Las pérdidas económicas son evidentes en el mercado laboral femenino. Se estima que las mujeres con sobrepeso tienen un sueldo 16 por ciento menor que las mujeres que están en un rango supuestamente “normal” de peso aún si cuentan con las mismas credenciales. Para un país como México, donde dos de cada cinco mujeres presenta obesidad, las consecuencias para el nivel de ingreso son ominosas. Una buena parte de la pobreza en mujeres de bajos ingresos bien podría explicarse por burdas discriminaciones por apariencia.

La discriminación por la apariencia física también ensancha la desigualdad sobre todo porque en México, un país todavía muy racista; la belleza parece estar asociada con tener un color de piel claro. Y tener un color de piel claro conlleva un mayor nivel socioeconómico. Esto afecta a la sociedad en su conjunto, pero especialmente a las mujeres, cuya situación laboral ya es precaria: las mexicanas realizan buena parte del trabajo no remunerado, que representa alrededor del 23 por ciento del PIB de México. También crea un círculo vicioso donde las ocupaciones y los trabajos con más altos ingresos tienden a otorgase a mujeres blancas que son, en promedio, quienes menos los necesitan.

La preferencia por un tipo de piel refuerza desigualdades que se han gestado y retroalimentado desde el sistema de castas colonial. Es momento de independizarnos de ese esquema de pensamiento que afecta a todos los mexicanos y que las mujeres padecemos con enorme crudeza.

Detener la misoginia física requiere solidaridad femenina y demandas concretas a los gobiernos federal y locales y al sector empresarial. Los liderazgos femeninos son menos susceptibles a discriminar por apariencia. Si las mujeres que ya tienen puestos de mando ayudan a otras a obtenerlos, la cultura de contrataciones cambiará.

Más allá de acciones afirmativas para fomentar los liderazgos femeninos es importante cambiar las reglas del juego del gobierno y el sector privado. Debe ser ilegal solicitar currículos con fotografías y deben encontrarse formas de evidenciar los sesgos racistas de empleadores. Toda empresa o gobierno debe entrenar a su personal para comprender sesgos de género y de discriminación racial y crear mecanismos —como mesas de deliberación independientes— para evitarlos.

Una activista posa frente a un mural después de la toma de las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para reclamar soluciones a la violencia contra las mujeres. Sashenka Gutierrez/EPA vía Shutterstock

Desde las trincheras del feminismo movilizado en México hay también una lucha importante que dar. La falta de éxito del gobierno mexicano por eliminar la creciente violencia contra las mujeres ha causado la protesta de colectivas feministas. La labor de estos grupos, hasta ahora, se ha enfocado mayormente en la protesta pública. Aunque es una herramienta cívica legítima y celebrable, no es suficiente.

Es momento de articular el clamor público y la solidaridad de la sociedad en reclamos tan concretos como se puedan para que el gobierno se vea presionado a actuar con urgencia y diseñar políticas que reduzcan la violencia física contra las mujeres. Y, en el terreno cultural, debemos trabajar colectivamente para generar los cambios hondos necesarios para que las mujeres no seamos juzgadas por cómo nos vemos.

El camino es largo. Muchos hombres mexicanos todavía no entienden nada sobre discriminación física por género. Cuando en la semana tuitee una crítica a la discriminación por apariencia que sufren las mujeres, un actor reconocido me contestó sarcásticamente si me sentiría mejor con que se hablara también del físico de los hombres. Esa equivalencia falsa, que es tan común, es parte del problema.

Que cambiemos (y reconozcamos) nuestras maneras de juzgar a las mujeres por su apariencia es quizá un gran paso hacia cambios más urgentes y necesarios que podrían conducir a una reducción de la violencia contra las mujeres.

Solo mediante la creación de más conciencia social, incluyendo en los hombres, México podrá transitar hacia ser un país más justo.

Viri Ríos es analista política y colaboradora regular en español de The New York Times. @Viri_Rios