Escrito por Salomé Hurtado Henao.
La lengua umbra se extendió por los municipios de Belén de Umbría, Anserma, Quinchía, Riosucio, Supía, Marmato entre Risaralda y Caldas. Esta lengua indígena colombiana se ha redescubierto en territorios que hoy ocupa el resguardo Escopetera-Pirza, en este territorio y sus alrededores se encuentran cerca de 100 personas hablantes que la mantienen a flote, ya que se creía extinta desde hace más de 450 años. A pesar de esta hipótesis en el año 1995 los profesores Guillermo Rendón y Anielka Galemur, su esposa, encontraron siete familias hablantes de la lengua umbra gracias a su proyecto “Caldas Rupestre”.
Según el artículo “Umbra: La Lengua que se resiste a desaparecer”, la colonización de los españoles y sus limitantes frente a las costumbres indígenas, fue causante de una pérdida esencial de la historia y especialmente de esta lengua. Puesto que la población de estas tribus fue disminuida de cuarenta mil a mil sobrevivientes; fue la cruel matanza y dominio atroz de los españoles que afectó también hasta nuestra historia patrimonial.
En consecuencia, la lengua y la historia no paso de generación en generación por el hecho de que sus pinturas, jeroglíficos o petroglifos se tomaban como actos diabólicos. Así pues, los caciques y líderes indígenas fueron privados no solo de contar su historia sino también del despojo de sus principios cultures sin poderlas transmitir a sus hijos y estos plasmarlas al castellano a causa de su falta de educación frente a la escritura y lectura.
Ahora bien, esta lengua llamada “Lengua de la montaña” recibe esta descripción según el libro “La Lengua Umbra Descubrimiento: Endolingüística – Arqueoliguista” gracias a que según la referencia esta lengua estaba bajo las sombras “perdida sin dejar rastro, oculta bajo el miedo, oculta bajo el agua, en la magia de las rocas”. Y aunque ya forma parte de la lista del grupo lingüístico del Chokó, es una de las lenguas menos estudiadas en Colombia y dado que aún quedan algunas familias hablantes, son supremamente importantes para nuestro patrimonio histórico y cultural.
Es alta la probabilidad de que muchas lenguas nativas han desaparecido, tomando en cuenta la múltiple variedad étnica que existió y sobrevive en nuestro país. Resaltando la expresión “sobrevive” por el hecho de que el gobierno aún no les da la importancia o el mérito necesario a estas poblaciones. Menospreciando no solo nuestra riqueza cultural, sino también nuestra esencia e historia, demostrando la falta de sentido de pertenencia y hasta la misma indiferencia que mostraron los colonizadores años atrás.
No obstante, por medio del interés colectivo de nosotros mismos y con la ayuda de estas familias ejemplares, se puede lograr que la lengua umbra no quede en el olvido y a su vez sea reconocida por la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia). Logrando así, conservar el vago recuerdo de nuestras raíces y fortalecer el significado de la palabra “umbra: hombre que habla dos lenguas”. De igual manera se deberían tomar en cuenta las otras poblaciones indígenas y cada una de sus creencias puesto que ¿No es una de las principales primicias de nuestra tierra?
Así pues, nuestra diversidad étnica y cultural es la riqueza, el triunfo de una batalla estremecedora de años atrás donde nuestros ancestros quedaron ocultos bajo todas las imposiciones y por ende es indispensable el estudio de nuestro pasado. Empezando por nuestras lenguas nativas como la Umbra, que resiste a perderse en el tiempo y resurge a través de los años sin importar el estigma o la creencia de su extinción. ¿Qué mejor representación colombiana que esta?