Imágenes de opinión: Premonitorio
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Una colaboración del artista visual Ángel Balanta
Fin de semana negro: la confusión de la guerra
Fin de semana negro se inscribe en una tendencia reciente que busca afrontar la violencia colombiana con nuevas miradas y que embisten los hechos sangrientos con visceralidad, y a veces incluso con regocijo.
El relato parece familiar desde el comienzo: un pueblito pequeño y aislado entre las montañas acaba sitiado por una fuerza oscura (y a veces invisible) que desata un torbellino de violencia y confusión.
La trama podría ser la misma de El día señalado, del antioqueño Manuel Mejía Vallejo, o podría ser la de La mala hora, del archifamoso Gabriel García Márquez, o también la de Nieve, esa historia alucinante con la que el premio Nobel turco Orhan Pamuk penetró en los entresijos abisales de la política en su país.
El pueblito es Sonsón, las montañas son las breñas católicas y perfumadas de Antioquia y el autor es Juan Camilo Gallego Castro, un joven periodista que ya había publicado antes dos libros recogiendo la memoria del conflicto armado en el Oriente Antioqueño, una de las regiones del país que más sufrió los estragos de la confrontación en la década de los noventa.

Juan Camilo Gallego viaja a Sonsón para entrevistar a los familiares de las diez víctimas del “fin de semana” negro, como se nombró a la andanada de asesinatos selectivos que un comando paramilitar cometió entre el 24 y 27 de agosto de 1996 contra varios vecinos a los que acusaban de auxiliadores de las guerrillas.
Las víctimas eran gente normal: una cantinera, un acaudalado negociante, un gamín buscapleitos, campesinos, tenderos.
Gallego tropieza con hechos y personajes emparentados por el hecho fatal de la violencia y esa confusión de testimonios y datos se convierte en un torbellino que lo deja en pie con una única certeza: si quiere conservar la potencia de esta historia no podrá hablar él, tendrá que permitir que hablen los sobrevivientes. De ese modo, el libro se convierte en un torrente de voces que entran y salen, que se cruzan y entrecruzan, encajando las piezas del rompecabezas que es una masacre. Así, el libro se torna múltiple, coral, divergente, pleno de incertidumbre.

Un libro que somete al lector, que lo conduce a la confusión de la guerra.
La crítica, tan predecible, no evitó las comparaciones fáciles. Comparan a Gallego con la premio Nobel de literatura Svletana Alexiévich, quien suele emplear una técnica narrativa similar basada en testimonios encadenados. Por cierto, la misma técnica que ya consagraba con maestría a Germán Castro Caycedo en nuestro país durante los años ochenta.
Lo fácil es notar que Gallego acude al relato coral, pero hay cosas menos obvias y quizá más determinantes. Fin de semana negro se inscribe en una tendencia reciente que busca afrontar la violencia colombiana con nuevas miradas, en la que también se inscriben obras como Los ejércitos, de Evelio José Rosero o todas las novelas de la Pentalogía infame de Daniel Ferreira; narraciones que no evitan las descripciones macabras y que embisten los hechos sangrientos con visceralidad, y a veces incluso con regocijo, conservando al mismo tiempo ese mandamiento que alguna vez esbozó García Márquez:
“Probablemente, el mayor desacierto que cometieron, quienes trataron de contar la violencia, fue el de haber agarrado —por inexperiencia o por voracidad— el rábano por las hojas. Apabullados por el material de que disponían, se los tragó la tierra en la descripción de la masacre, sin permitirse una pausa que les habría servido para preguntarse si lo más importante, humana y por tanto literariamente, eran los muertos o los vivos”.
¿Cómo contar una masacre?
Sin duda, evocando el sufrimiento y el miedo y la desesperanza de los vivos, claro, pero también persiguiendo la precisión del disparo y el instante exacto de la ejecución y la imagen desfigurada y sangrienta que queda de un cuerpo inerte en la mitad de la calle, porque los muertos son tan importantes como los vivos.
Los muertos, y eso lo entendió muy bien Juan Camilo Gallego, definen la existencia de los que quedan: les truncan el camino, les tuercen la existencia. Por eso su libro se convierte además un conmovedor relato de las consecuencias postreras de una masacre. El signo candente de las balas quema una y otra generación mucho después de los hechos.
García Márquez, tan brillante y memorioso como dicen que fue, se olvidó de aquella sentencia de su maestro William Faulkner que parece calcada para el poderoso libro de testimonios que es Fin de semana negro:
“¿Cómo puede asombrarnos que este mundo esté habitado principalmente por los muertos?”.
Fin de semana negro
Juan Camilo Gallego Castro
Sílaba Editores
Páginas: 224
2019
Imágenes de opinión: Polarización
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Una colaboración del artista visual Ángel Balanta
Los poemas de Félix Ángel: amar en otra lengua
Félix Ángel es un artista colombiano, radicado hace muchos años en Estados Unidos, quien aún viviendo en el exterior no deja de aportar al arte en Colombia. Presentamos algunos ejemplos de su obra y poemas de su autoría. Destacamos también que es autor del mural “Las palabras” ubicado en la biblioteca pública de Pereira “Ramón Correa Mejía”
I
Situarse en otro lugar significa deslocalizarse, abandonar la pesada carga de tradiciones muertas, alejarse de la limitación de tener que escribir para darles gusto a los amigos del colegio, a los críticos provincianos. Y es abandonar las imposiciones de las retóricas de las academias, las cesuras de las versificaciones; es por lo tanto sorprenderse de vivir en un territorio sin bandera, con la ebriedad que brinda la libertad de abandonar las llamadas literaturas nacionales.
Hay en esta elección el esfuerzo purificador que permite que la nueva palabra se busque sin mediaciones fatales ya que la palabra aparece en la aurora original, sin opacidades.
La libertad de abandonar ese fardo de imposiciones que toda lengua nacional conlleva – Conrad, Nabokov, Ciorán- es entonces la libertad de escoger una poética mirándose desde dentro como el esperado desconocido que desde ahora nos servirá de guía. Esta distanciación hacia un pasado personal inmediato es lo que permite otra mirada hacia el mundo. El poema bajo estas desnudas condiciones tiene la oportunidad de negarse a caer en lo literario y a partir de una poética que brotará de una realidad que las nuevas situaciones irán dilatando como un mapa que sólo los ojos del buscador de imágenes lograrán ver: los escenarios y las implícitas simbologías del invierno, del verano, de la primavera y el otoño.
A partir de estas experiencia bajo los territorios de la nueva vida Félix Ángel ha logrado ubicar los sueños en otro territorio, se ha acogido a los espacios de una nueva lengua: el inglés norteamericano, otro ritmo de las imágenes, otra cesura del poema definido por la dimensión de un paisaje urbano, de otras geografías, otra esencialidad gramatical propia de quien se ha sentido instalado en otras habitaciones de las palabras, más justas o exactas para alojar los sentimientos.
II
En estos Veintiún Poemas las imágenes imponen la forma del poema y no al revés. La imagen nace de la capacidad de ver: una atmósfera, un mobiliario, el interior de un bar, una carretera que como se transparenta en la poesía norteamericana son escenarios salvajes, no referencias históricas, de manera que es un sentimiento el elemento que transfigura poéticamente lo que llamaríamos memoria de la imagen: la carretilla de William Carlos Williams, el temblor del copo de nieve que cae de una rama al paso del potrillo de Robert Frost, la basura en una calle de Lowell.
Analogías o sea relaciones de imágenes en la retina y no asociaciones de palabras y esto es lo que a un buscador de imágenes como Félix se le establece como un itinerario de sentimientos que la memoria inconsciente va, a partir de cierto momento decisivo, reconstruyendo sin aspereza alguna: duración del instante que solamente se logra desde el flujo del recuerdo amoroso. Aquel hermoso “Cómo era Dios mío cómo era” juanramoniano porque la imagen recupera todas las imágenes en este sólo poema donde la prudencia se transforma en la estética de los sentimientos de quien se asiste a sí mismo en este trance donde lo que parecería efímero se hace durable: el amor es transitivo, escapa por distintos escenarios, por habitaciones de pequeños hoteles, entre el humo de un bar de artistas y esas imágenes dispersas se reúnen momentáneamente en el acto de la lectura, convocadas por esta voz en off de quien se confiesa en voz baja confiriendo su cadencia al poema.
En el idioma español estos poemas nunca hubieran sido escritos con la esencialidad, la captación de los espacios donde hablan los objetos, los cuerpos y con discreción se vuelve una y otra vez al sentimiento del amor que fue, y, ahora enriquece la vida convirtiéndose en una metáfora.
Hermoso libro.
Por, Darío Ruiz Gómez
Twenty One Poems
Félix Ángel
Tragaluz Editores
2019
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Félix Ángel es un artista plástico colombiano que nació en Medellín y estudió arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia, actualmente vive en Washington donde se ha desempeñado no solo como artista sino como implementador, curador y director del Centro Cultural del Banco Interamericano de Desarrollo.

Su obra plática se puede encontrar en diferentes instituciones, entre las que se destacan el Museo Bass de Miami, la Galería Blanton de la Universidad de Texas, el Museo de Arte de San Francisco, el Instituto de Arte de Detroit, el Museo de Arte de San Diego, la Biblioteca Pública de Nueva York; el Museo de Arte de Riverside, el Museo de Arte de las Américas y en el Essex Collection of Latin American Art, en Inglaterra. Queremos también destacar, de manera especial, el mural de la Biblioteca pública de Pereira “Ramón Correa Mejía”, mural en cerámica esmaltada llamado “Las palabras”.

Entre las diferentes distinciones y premios que se le han otorgado durante su trayectoría artística y profesional, mencionamos: premios en las bienales de la Ciudad de México (1980) y Montevideo (Uruguay, 1981); Premio del Alcalde por Liderazgo Visionario de las Artes (Washington DC 2011); y fue honrado por el Museo de Antioquia junto con otros once artistas como “maestros” de su generación (2014).
La trayectoria completa de este artista la pueden consultar su página web felixangel.com
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El autor comparte con nuestros lectores tres de sus poemas del libro “Twenty One Poems”. Leerán el poema original y su respectiva traducción al español.
“… Este pequeño libro es de autoexamen. Ángel pone al sol el corazón. Está dispuesto a creer en la honestidad después del engaño y la desesperación. Sabe que las relaciones pueden ser difíciles y aburridas, por lo que buscamos a la naturaleza para seducirnos y creer. Ángel cree en la primavera y la esperanza. Sus palabras están dirigidas a un ser amado.
E. Ethelbert Miller
24 de marzo de 2018, Washington, D.C.
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Algunas de sus obras (para ver mejor los detalles, visiten su sitio web felixangel.com)
Imágenes de opinión: Y en las noticias
“Si te preocupan las noticias, recuerda que sin tormenta no hay arcoiris”
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Una colaboración del artista visual Ángel Balanta
Con música se derriba el muro entre Tijuana y San Diego una vez al año
Al noroccidente de México, en el muro que divide a México de Estados Unidos (entre Tijuana y San Diego), se hace una actividad cultural denominada el Fandango Fronterizo, un evento de música popular campesina de Veracruz, frente al muro por ambos lados, y desde allí se demuestra que la música derriba las barreras que ponen los hombres.
Jorge Francisco Castillo, es el director del Fandango Fronterizo, un evento que se realiza en la frontera entre Tijuana y San Diego desde el año 2008, Francisco cuenta cómo nació el evento:

“El Fandango Fronterizo surgió del interés por reunir a todos los jaraneros de la frontera en un lugar y sin tener que preocuparse por la falta de pasaporte, visas o permisos, situación totalmente relacionada con la cotidianidad fronteriza.

Yo no podía comprender cómo era posible que no pudiéramos reunirnos alrededor de una tarima como en Veracruz, siendo que eso era lo que me había acercado al son, lo que me había enamorado de su particularidad, llena de una magia y un misticismo campesino que se podía transportar a mi mundo urbano.
En el verano de 2007, Daniel Watman me invitó a uno de los eventos del Grupo Border Encuentro o Border Meet Up, que se reúne en Friendship Park (Parque de la Amistad) en la parte fronteriza de Estados Unidos. Allí empezó a forjarse nuestro primer fandango. Le propuse a Daniel la idea de hacer un fandango como una de las actividades mensuales de su grupo. Después de platicar un poco cuadramos la fecha para febrero de 2008. Nunca habíamos tenido un fandango en la frontera de Tijuana-San Diego. Salí de ahí con entusiasmo, totalmente convencido de que era posible. Después, con el grupo de jaraneros de San Diego ‘El Otro Son’ hicimos los planes.

El entusiasmo creció y poco a poco se hicieron todos los preparativos. Luego incorporamos a algunas personas de Tijuana para que nos ayudaran a pasar la voz en esa ciudad hermana. Se mandaron correos de invitación a todos los jaraneros de la región en ambos lados, y se enamoraron de la idea. Cuando llegó el día del fandango, del lado de San Diego tuvimos que caminar tres kilómetros sobre la arena y el lodo para llegar al Friendship Park.
Algunos iban tocando las jaranas y otros cantando, pero todos con la misma intención: llegar al parque a formar parte de la fiesta en comunidad. El sentimiento y la emoción que corrían por nuestros huesos eran maravillosos, y tener de fondo el Océano Pacífico como escenario de tan majestuoso evento era de ensueño. Nunca imaginamos que al estar ahí, compartiendo los sones, fuera posible olvidarnos de que había un muro entre nosotros. Pero así fue, éramos y somos una sola comunidad cultural.
Así pues el sábado 22 de febrero de 2008, a la una de la tarde, se dejaron escuchar las jaranas en la frontera por primera vez en la forma de un fandango colectivo. El evento fue todo un éxito y terminó cuatro horas después cuando los agentes de la patrulla fronteriza se acercaron a decirnos que solo una canción más y nunca se esperaron que La Bamba duraba treinta minutos.
Ellos preguntaban por la duración de la canción mientras los versos volaban de un lado a otro de la frontera sin parar. Al Fandango llegaron jaraneros de San Diego, Los Angeles, Santa Ana, Tijuana, Mexicali, Ensenada y Sonora. De ahí nos fuimos a la casa de Jodi Cilley, en playas de Tijuana, a continuar la fiesta hasta la madrugada del domingo. Así se escribió la historia del primer Fandango Fronterizo San Diego-Tijuana. Gracias a todos aquellos que creyeron y amaron la idea, y de esa manera la hicieron posible.”

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Para mas detalles e información del evento, pueden consultar el facebook o el instagram, buscando @fandangofronterizo
Montar en bici me hace feliz y al planeta también
“Montar en bici me hace feliz y al planeta también”. Un mensaje de conciencia ecológica del equipo artístico de Quimbaya Studio, y una invitación para que sigan buscando sus ilustraciones cada mes aquí en La Cebra que Habla. Recuerden visitarlos en instagram @quimbayastudio
Esta imagen es un ejercicio creativo en versión flat design, con colores planos y pasteles que hace alusión al empoderamiento, la consecución de objetivos y el ir hacia lo alto en conexión con la naturaleza, la luz y la armonía, tomando como referente el ciclismo, un deporte muy practicado en Colombia y en el eje cafetero.
Desde Quimbaya Studio nos interesa incentivar el uso de la bicicleta como alternativa de transporte que es amigable con el medio ambiente; también incentivar el deporte y promover la práctica del ciclismo que genera armonía con el medio ambiente. Cuerpo, alma y su conexión con la madre Tierra.
Especial: Día de la no violencia contra las mujeres
El 25 de noviembre de cada año se evoca este día para sensibilizarnos sobre los actos violentos que aquejan de manera cotidiana a las mujeres en el mundo. La cebra que habla realiza este especial con cifras y algunos contenidos recomendados al respecto.
Desde 1981 se conmemora el Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer o Día internacional de la no violencia de género. Este año la ONU lanza la campaña Generación Igualdad y propone 16 días de activismo contra la violencia de género escuchando y compartiendo los testimonios de acoso sexual y violación con consentimiento de las afectadas.
Iniciamos este especial con la reseña del libro “A mi no me iba a pasar” de la activista y escritora Laura Freixas, un libro que habla sobre la violencia sicológica y es reseñado por la directora de La cebra que habla, Martha Alzate.
Pueden ver la reseña haciendo clic en este título: “A mi no me iba a pasar” o las otras formas de violencia
A mi no me iba a pasar
Laura Freixas
Ediciones B
Páginas: 240 (versión digital)
2019
Continuamos, haciendo mención a la campaña que la Organización de las Naciones Unidas ha lanzado para la evocación de este día a nivel mundial, por eso este especial se va a centrar sobre todo en testimonios en video sobre el tema y reseñando algunas cifras de feminicidio en México y en Colombia. Recuerden que ustedes como lectores nos pueden ayudar a enriquecer la información presentada mandándonos sus contenidos a [email protected]
En este enlace pueden encontrar detalles de la campaña que les mencionamos al inicio del Especial:
#pintaelmundodenaranja
Estas son algunas imágenes que presenta este año la ONU para denunciar las violaciones y el acoso sexual a las mujeres:
Un solo caso de violación es demasiado. Es la conciencia que se debe crear y denunciar.
No se puede vivir en sociedades igualitarias mientras exista la violencia en contra de las mujeres (niñas y adultas). #Ecuador
El 71% de las víctimas de trata son mujeres y niñas. 3 de cada 4 son utilizadas para la explotación sexual. #México
25 de noviembre un día para conocer y socializar la violencia contra las mujeres, pero no es el único día, es todo el año #Colombia
#todascontamos
Testimonios en Colombia:
Balance mensual sobre feminicidios en Colombia. Agosto 2019: Descargar haciendo clic aquí
Dieciséis maneras de enfrentarse a la cultura de la violación
La cultura de la violación es omnipresente. Está grabada en nuestra forma de pensar, de hablar y de movernos por el mundo. Y aunque los contextos pueden diferir, la cultura de la violación siempre está arraigada en un conjunto de creencias, poder y control patriarcales.
Encuentra las 16 maneras de enfrentarse a esta cultura en el siguiente link: Maneras para enfrentarse a la cultura de la violación
Terminamos esta presentación de algunos contenidos relacionados con la violencia de género con pensamientos de Eduardo Galeano:
Hay criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’, así no más, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer. Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar ‘la maté por miedo’, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo.
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La extorsión, el insulto, la amenaza, el coscorrón, la bofetada, la paliza, el azote, el cuarto oscuro, la ducha helada, el ayuno obligatorio, la comida obligatoria, la prohibición de salir, la prohibición de decir lo que se piensa, la prohibición de hacer lo que se siente y la humillación pública son algunos de los métodos de penitencia y tortura tradicionales en la vida de familia. Para castigo de la desobediencia y escarmiento de la libertad, la tradición familiar perpetúa una cultura del terror que humilla a la mujer, enseña a los hijos a mentir y contagia la peste del miedo.
Las canción escogidas para acompañar este especial son:
Nunca más a mi lado, un tema realizado por diferentes artistas para una campaña de violencia doméstica.
y Rómpeme, Mátame de Trigo limpio, una canción de los años setenta.