lunes, mayo 12, 2025
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Los Campos Elíseos: cuando arde París es mejor irse a vivir al bosque

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“Es la calle más linda de Francia”, me ha dicho mi vecina de Bordeaux, refiriéndose a Los Campos Elíseos, dolida por los ataques que ha venido recibiendo esta avenida de Francia y del mundo, por cuenta del movimiento social auto denominado Gilets Jaunes o Chalecos Amarillos


 

Foto por Martha Alzate

 

Ella, como todos los franceses, exhibe un orgullo poco disimulado en relación a París y las maravillas que alberga.

Seguramente hubiera querido decir, “es la calle más linda del mundo”, pero se abstuvo, porque a la vez que orgullosos, los franceses son educados, y se relacionan con los extraños apelando al uso de fórmulas preconcebidas, manteniendo una firme distancia expectante.

 

Foto por Martha Alzate

 

Para franquear esta barrera se necesita del paso lento del tiempo, único medio para adquirir las suficientes certezas y entrar en intimidad.

Les Champs Èlyseés -que se conectan con el Museo del Louvre a través de los Jardines de las Tullerías y La Plaza de la Concordia-, se extienden hasta el Arco del Triunfo.

Allí tienen asiento las principales marcas del mundo occidental, expresiones tangibles del capitalismo internacional, y muy especialmente aquellas relacionadas con la muy rentable industria de la moda, cuyo epicentro vibra alternativamente en las ciudades de París, Londres, Milán y New York.

 

Foto por Martha Alzate

 

La capital de Francia es una ciudad elitista, que expulsa a quién no esté en posibilidades de pagar por ella, sometiendo a multitudes a condiciones de vida precarias. Son muchos los que estudian o trabajan en la capital francesa habitando pequeños espacios, demasiado estrechos para posibilitar calidad de vida a un ser humano.

Me contaba también mi vecina, que otros viajan de las regiones apartadas del país para beneficiarse de la oferta de empleos y mejores ingresos, permaneciendo en la capital de lunes a viernes, y usando como dormitorio los parques y bosques cercanos, en los cuales se instalan en sus carros casas, vehículos corrientes, o tiendas de campaña.

El espacio público se presenta como una alternativa a los costosos arrendamientos, una forma de ahorro que les permite regresar a sus familias, instaladas en provincia, con la mayor cantidad de dinero posible.

 

Foto por Martha Alzate

 

Es un fenómeno con diversos matices, que se ha dado a conocer al público a través de los reportajes realizados a las comunidades que regularmente ocupan estas reservas forestales, como el Bosque de Boulogne o el Bosque de Vincennes.

Acerca de este último, ubicado al oriente de la capital, en un reportaje publicado en el periódico francés Le Monde, el 1 de noviembre de 2016, que se titula “Dans le bois de Vincennes, les sans-abris que cache la forêt”, se puede leer el recuento de las condiciones de vida de unas 200 personas que estaban establecidas allí, para la época de esta reseña, de manera permanente.

En el mismo escrito, los “residentes” consultados dijeron sentirse mejor en medio de la espesura que en  un albergue temporal, que sería la otra alternativa, ya que rentar un inmueble no es una posibilidad. En todo caso, habitar el bosque es mejor que amanecer cada día sobre un andén. A ese respecto se puede leer en el mismo documento el testimonio de Lucas, de 24 años:

Es mejor que la calle. En París, uno es perseguido cada mañana al amanecer. Está reventando. Incluso ponen productos desinfectantes para evitar que regresemos.

Esta realidad da cuenta del fenómeno de una demanda inmobiliaria muy superior a la oferta, lo que ocasiona que los precios se incrementen cada vez más hasta hacer inalcanzables incluso los espacios precarios.

En esta locura de transacciones inmobiliarias exorbitantes, los Campos Elíseos no tienen parangón.

 

Foto por Martha Alzate

 

Según el artículo “Los Campos Elíseos, la avenida más cara de Europa”, publicado en el diario catalán La Vanguardia en septiembre de 2018, los precios de locales alcanzaban los 100.000 euros/m2 para la venta, y hasta los 23.000 euros/m2 en alquiler. Los valores más altos se cobran del lado par de la nomenclatura, costado soleado y preferido por los paseantes.

Así es el mundo de la especulación: asido a la máquina poderosa del capital que ha buscado asiento desde años atrás en esta zona.

Sin embargo, en los últimos tiempos el sector ha sufrido un cierto deterioro, con la aparición de la prostitución, las salas de juego y la inseguridad. Ello ha obligado a tomar medidas, como emprender recientemente la renovación de viejos establecimientos que habían venido quedando obsoletos o cuyo perfil comercial se vio disminuido frente a otros mejor posicionados como Apple o Nike.

Es tal el ansia por ocupar una plaza en este sector, que incluso se ha llegado a pagar costosas indemnizaciones para forzar la terminación unilateral de contratos pactados a largo plazo: tan oneroso es el canon que pagará el nuevo inquilino, que el propietario se puede dar el lujo de indemnizar a su viejo ocupante.

 

 

A pesar de las iniciativas renovadoras, la tendencia al deterioro está en riesgo de acentuarse, en razón a las protestas que asolan a Francia, y en especial a esta gran vía todos los sábados desde el pasado noviembre, y que aún hoy, 23 de febrero, no se detienen.

Es precisamente porque los Elíseos son un símbolo, que ellos han sido el escenario seleccionados por el movimiento de los Gilets Jaunes para llamar la atención del gobierno y de la ciudadanía del país en general.

Durante las manifestaciones, tanto el mobiliario urbano como los negocios se han visto atacados, principalmente aquellas marcas reconocibles y asociadas al capitalismo financiero internacional, al igual que los bancos: Starbucks o Publicis Drugstore, establecimientos bancarios y sus cajeros electrónicos, los objetivos preferidos, entre otros.

Múltiples destrozos y batallas campales libradas entre las fuerzas del orden y los que marchan: la nueva escena que amenaza con llevar al declive al vecindario de la elegancia y los altos precios, Los Elíseos. Una verdadera disputa entre el esplendor del sistema económico representado en sus productos de alto costo y sus vitrinas rutilantes y la modesta opacidad, ahora encolerizada, de los marginados.

 

Foto por Olivier Ortelpa

 

Unos 8.000 manifestantes se reunieron el pasado 24 de noviembre para desfilar por la avenida intentando alcanzar el Palacio del Elíseo, sede del gobierno. A su paso, iban retirando el adoquinado de las calles para disponer de elementos con los cuales enfrentarse a la policía, rompiendo vidrieras, saqueando almacenes, quemando vehículos, entre otras acciones vandálicas.

Y aunque muchos de los que protestan abogaron por el cese de la violencia, y denunciaron a los casseurs (los dañinos) como los responsables de los disturbios, en la actualidad y de acuerdo a cómo se han venido sucediendo los hechos, es prácticamente imposible separar una cosa de la otra.

En un reciente artículo de Le Parisien, publicado el pasado 10 de febrero (Acte 13 Gilets Jaunes: itinéraire d’un casseur dans les rues de Paris), se hace un recuento del perfil de estos individuos destructivos, señalando que ya se contabilizan en decenas de miles de euros los perjuicios ocasionados por sus acciones.

 

Foto por Olivier Ortelpa

 

Aunque los principales voceros del movimiento han denunciado estos hechos como infiltraciones que pretenden desacreditarlos, lo cierto es que, a partir del inicio de estas jornadas, todos los sábados Los Campos Elíseos arden.

Las pérdidas son incalculables, no solo debido a los destrozos, sino a los cierres obligados de los locales, y amenazan con echar por tierra los planes de renovación urbana y actualización de marcas emprendidos por la asociación de Les Champs Èlysés.

Jean-Noël Reinhardt, presidente del gremio que los agrupa, había denunciado ya en los medios de comunicación el pasado diciembre que las marchas de los gilets jaunes eran “catastróficas” para los comerciantes del centro de Paris, y anunciaba que las ventas en el sector se vendrían abajo, y regresarían a los tiempos de su más reciente y grave caída, ocurrida después de los atentados terroristas de Paris del 2015.

Sin que nadie pareciera haberlo previsto, se ha configurado un escenario en exceso complejo para “la calle más linda del mundo”, que se siente amenazada en su integridad y prosperidad, y que tiembla cada nuevo fin de semana, desde el pasado 17 de noviembre.


Galería de los Campos Elíseos y Arco del Triunfo

Día Mundial del Gato ¿Por qué se celebra este día?

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Los gatos a lo largo de la historia han tenido un rincón especial, como lo fue en el Antiguo Egipto, donde eran considerados dioses, hasta las monedas de 1 Lira en Turquía, en honor al gato de Angora


 

Cada 20 de febrero se celebra el Día Internacional del Gato, una fecha que aprovechan los amantes de estas mascotas para mostrar en redes sociales fotos de estos cariñosos animales, que también esconden un gran misterio por su forma de ser.

Se escogió este día ya que fue cuando murió el famoso gato Socks en 2009, quien era conocido por salir en casi todas las fotos de la Casa Blanca, durante la administración de Bill Clinton entre 1992 y 2000.

 

Socks (calcetines en español), gato de la Casa Blanca durante la presidencia de Bill Clinton

 

Sin embargo, alrededor del año hay otras fechas en las que se celebra la existencia de estas adorables mascotas, como es el 8 de agosto, instaurado por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal, al ser este mes su época de fertilidad.

Otro día que se celebra alrededor del mundo es el 29 de octubre, impulsada por Colleen Page, experta en mascotas, con el objetivo de lograr 10.000 adopciones de gatos en distintas partes ese día.

Sin importar en cuál día caiga, las redes sociales se llenan de imágenes, videos y memes sobre estas criaturas, que a lo largo de la historia han tenido un rincón especial, como lo fue en el Antiguo Egipto, donde eran considerados dioses, hasta en las monedas de denominación de 1 Lira en Turquía, en honor al gato de Angora.

 

Galería curiosidades sobre Gatos

 


5 maneras de ser amigo de tus gatos

 

Consejos para educar un gato

 

Por la protección del Oso de Anteojos

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Avistamiento oso andino (Tremarctos ornatus), en el Parque Nacional Natural Chingaza (Colombia). Foto por Parques Nacionales (fototrampeo)

A pesar de su importancia, el oso andino se ha catalogado como especie vulnerable a la extinción según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible


Parques Nacionales

 

Distancia de conservación por el cuidado de los osos del mundo

Conservar algo, cuidarlo o protegerlo, no necesariamente pasa por palpar, agarrar o ver de cerca, lo que queremos conservar. Estamos acostumbrados a entender el cuidado como algo íntimo y próximo, y a pensar aquello que cuidamos como palpable, visitable y asequible.

Sin embargo, el reto de la conservación en Colombia es que logremos entender que, cuidar algo, salvaguardarlo o protegerlo, no siempre pasa por esta proximidad.

Hay lugares, animales y costumbres que sólo pueden ser protegidos a distancia y esta distancia es un beneficio tanto para ellos como para nosotros mismos, incluso, si en ocasiones, no entendemos bien cómo nos beneficia.  Este es el caso de ciertas especies de oso, como el oso andino, que necesitan que aprendamos a apreciarlos a distancia.

 

Avistamiento oso andino (Tremarctos ornatus), en el Parque Nacional Natural Chingaza (Colombia). Foto de Parques Nacionales (fototrampeo)

 

El oso andino (Tremarctos ornatus), también conocido como oso de anteojos, es la única especie de oso que habita Sur América. Vive en la cordillera de los Andes en Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador, entre 200 y hasta 4.750 msnm.

Es considerada como la especie más carismática de la fauna silvestre en Colombia y se considera como el guardián de los páramos y del agua. Esto lo hace una especie sombrilla, lo que significa que su protección conduce a la conservación de otras especies y ecosistemas y es un medidor del bienestar del medio ambiente.

Para que nos demos una idea de la apariencia de este animal, cabe anotar que el oso andino se caracteriza por su  pelaje negro oscuro, con manchas claras en el rostro, cuello y pecho, únicas en cada individuo.

Los machos adultos erguidos sobre las patas traseras alcanzan a medir hasta 2 metros, con un peso de 140 a 175 kilogramos, mientras que las hembras son un tercio más pequeñas alcanzando una altura máxima de 1,6 metros.

 

Avistamiento oso andino (Tremarctos ornatus), en el Parque Nacional Natural Chingaza (Colombia). Foto de Parques Nacionales (fototrampeo)

 

El sentido más desarrollado de estos osos es el olfato, siendo siete veces más potente que el de un perro.

Es importante tener en cuenta que este mamífero se alimenta principalmente de plantas como puyas y bromelias, de frutos dulces como la uva camarona, de animales silvestres como aves, venados e insectos y, ocasionalmente, de vacas y ovejas. El oso andino además, es un animal carroñero que contribuye con la descomposición de animales muertos.

Paradójicamente, a pesar de su importancia, el oso andino se ha catalogado como especie vulnerable a la extinción según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

La amenaza principal a la que se ve expuesta su existencia es la fragmentación de su hábitat natural, como también la cacería como práctica para exhibición, usos tradicionales o medicinales o como respuesta al ataque de ganado o consumo de cultivos de las comunidades aledañas a su hábitat.

Más recientemente, estos osos se han visto amenazados como parte de esquemas de turismo irresponsables que con la promesa “conocer al oso de cerca”  lo acechan y alteran su dieta al ofrecerle carnadas para que los turistas se puedan aproximar a él.

 

Garra del Oso Andino u Oso de Anteojos. Imagen extraída de Wikimedia, foto por Petruss

 

Es aquí donde nos encontramos con la paradoja de la distancia por cuenta de este animal hermoso y carismático, que despierta simpatía y curiosidad, al que queremos cuidar, pero también queremos conocer.

Cada 21 de febrero se conmemora Día Internacional para la Protección de los Osos del Mundo, y Parques Nacionales Naturales de Colombia nos invita a que asumamos esta celebración como una oportunidad para repensar la conservación, el cuidado y la protección de lo que nos importa, desligados de la idea de proximidad y cercanía.

Esta celebración merece nuestro esfuerzo para volvernos socios y cómplices del entendimiento de todas las dimensiones de la conservación.


Día Internacional de los Osos

 

Día internacional de la lengua materna

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Cada dos semanas, como promedio, una lengua desaparece, llevándose con su desaparición todo un patrimonio cultural e intelectual


Unesco

 

La idea de celebrar el Día Internacional de la Lengua Materna fue una iniciativa de Bangladesh. Fue aprobado en la Conferencia General de la UNESCO de 1999 y se ha observado en todo el mundo desde el año 2000.

La UNESCO cree en la importancia de la diversidad cultural y lingüística para las sociedades sostenibles. En el marco de su mandato en pro de la paz, trabaja para preservar las diferencias de culturas e idiomas que fomentan la tolerancia y el respeto de los demás.

La diversidad lingüística se encuentra cada vez más amenazada con un mayor número de lenguas que desaparecen.

Cada dos semanas, como promedio, una lengua desaparece, llevándose con su desaparición todo un patrimonio cultural e intelectual.

 

 

No obstante, gracias a la comprensión de la importancia que tienen las lenguas maternas, se han alcanzado logros en materia de educación plurilingüe basada en éstas, en particular desde los primeros estudios y el compromiso cada vez mayor de que evolucionen en la esfera pública.

Las sociedades multilingües y multiculturales existen a través de sus lenguas, que transmiten y preservan los conocimientos y las culturas tradicionales de manera sostenible.

 

Mensaje de la Directora General de la Unesco

“Los pueblos indígenas siempre han expresado su deseo de recibir educación en sus propios idiomas, tal como se estipula en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. Dado que 2019 es el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, este Día Internacional de la Lengua Materna está dedicado al tema de las lenguas indígenas como factor de desarrollo, paz y reconciliación. Los pueblos indígenas representan aproximadamente 370 millones de personas y hablan la mayoría de las 7 000 lenguas vivas. Hasta el día de hoy, muchos de ellos sufren marginación y discriminación, extrema pobreza y violaciones de los derechos humanos (…). Por ello, en este Día Internacional de la Lengua Materna, invito a todos los Estados Miembros de la UNESCO, nuestros asociados y las partes interesadas en la educación, a que reconozcan y hagan efectivos los derechos de los pueblos indígenas”. — Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Internacional de la Lengua Materna


 

Yoany Largo Trejos: Lengua Umbra, en Quinchía Risaralda


 

Portadas de cartillas de lectura

Como parte de la celebración de este día, preparamos estas fotografías con las portadas de algunas cartillas que quizás lo regresarán a la infancia y a esas horas en que aprendíamos a leer.

 

Día Mundial de la Justicia Social

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Silueta de un grupo de migrantes. Los migrantes deben tener los mismos derechos que el resto de trabajadores. Foto Organización Internacional del Trabajo (OIT)

La OIT estima que en la actualidad alrededor de 2000 millones de personas viven en situación de fragilidad y se ven afectadas por conflictos, de las cuales más de 400 millones tienen entre 15 y 29 años


Naciones Unidas

La justicia social en el mundo actual

El mundo ha cambiado drásticamente. Ya no vivimos en un mundo deshabitado, con relativamente pocos seres humanos con sus utensilios.

Ahora vivimos en la “era del Antropoceno”, en un mundo de abundancia; en una era en la que la actividad humana está alterando drásticamente sus sistemas ecológicos de subsistencia.

Nuestros conceptos y modelos económicos tradicionales fueron desarrollados en un mundo “”vacío”. Si queremos crear una prosperidad sostenible, si buscamos “mejorar el bienestar humano y la equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y la escasez ecológica”, vamos a necesitar una nueva visión de la economía y su relación con el resto del mundo, una visión que se adapte mejor a las nuevas condiciones a las que nos enfrentamos.

 

Silueta de un grupo de migrantes. Los migrantes deben tener los mismos derechos que el resto de trabajadores. Foto Organización Internacional del Trabajo (OIT)

 

Vamos a necesitar una economía que respete los límites del planeta, que reanude la dependencia del bienestar humano con las relaciones sociales y la justicia, y que reconozca que el objetivo final es el bienestar humano real y sostenible, no solo el crecimiento del consumo material.

La nueva visión reconoce que la economía está integrada en una sociedad y una cultura que a su vez están integradas en un sistema ecológico vital, y que la economía no puede crecer para siempre en este planeta finito.

La celebración del Día Mundial de la Justicia Social busca apoyar la labor de la comunidad internacional encaminada a erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y la justicia social para todos.

La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro los países y entre ellos.

Para las Naciones Unidas, la búsqueda de la justicia social universal representa el núcleo de su misión en la promoción del desarrollo y la dignidad humana.

La adopción por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo sobre la justicia social para una globalización equitativa es un buen ejemplo de este compromiso. La Declaración se centra en garantizar resultados equitativos para todos a través del empleo, la protección social, el diálogo social, y los principios y derechos fundamentales en el trabajo.

El logro de esta justicia social está también estrechamente vinculado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

 

Si quieres paz y desarrollo, trabaja por la justicia social

La justicia social es un principio subyacente para la coexistencia pacífica y próspera entre las naciones.

La OIT estima que en la actualidad alrededor de 2000 millones de personas viven en situación de fragilidad y se ven afectadas por conflictos, de las cuales más de 400 millones tienen entre 15 y 29 años.

La creación de empleo de mayor calidad y un mejor acceso al trabajo para el 40% de los más desfavorecidos podría significar un aumento de los ingresos y contribuir a que las sociedades estuviesen más cohesionadas y fueran más equitativas.

Por este motivo, son importantes para prevenir conflictos violentos y abordar los desafíos posteriores al conflicto.

 


 

Desigualdad en el Mundo

De acuerdo al último informe del Banco Mundial (julio/2018) sobre la repartición de la riqueza en el mundo por países, América Latina no es la región más pobre del planeta, pero sí la más desigual junto con África Subsahariana.

El Banco Mundial utilizó el “Coeficiente Gini” para medir la desigualdad con base a dos variables absolutas: el cero indica que todos tienen el mismo ingreso o perfecta igualdad y el 1 significa que una persona concentra todo el ingreso y el resto no tiene nada o desigualdad absoluta. Entonces, en la medición un país obtiene un número entre 0 y 1 según su nivel de desigualdad.

Según esto, el país más desigual del mundo al finalizar el 2018 es Sudáfrica. En segunda posición se ubica Haití, le sigue Honduras y en cuarto lugar se encuentra Colombia. En quinto lugar se ubica Brasil, le sigue Panamá, luego Chile, Rwanda, Costa Rica y en décimo lugar México; lo que significa que 8 de los países más desiguales del mundo se encuentran en Latinoamérica.

A pesar de esta preocupante realidad de la región, el Banco Mundial indicó también en su informe que los latinoamericanos son los que más han avanzado en temas de desigualdad, gracias a las múltiples políticas implementadas por los diferentes países para combatir esta problemática.

 

 

Colombia

El país aparece como el cuarto país más desigual del mundo, a pesar de haber sido catalogado por el mismo Banco Mundial como un país de ingresos medio-altos. Esto significa que en el país el 10% de la población más rica gana cuatro veces más que el 40% de la población más pobre.

A pesar de esto, desde el 2002 el Gobierno Nacional viene haciendo esfuerzos por disminuir la pobreza y desigualdad en el país a través del “Enfoque multidimensional de la pobreza”, que combate este problema desde tres perspectivas: educación, salud y bienestar social; y no solo según los ingresos de la población.

Para el 2022, el Gobierno de Iván Duque se propone aumentar la equidad en el país a través de la reducción de las brechas salariales por empleos, un mejor acceso a la educación y la igualdad de ingreso entre hombres y mujeres, con el objetivo de sacar a Colombia de la lista de los países más desiguales del mundo para el final de su Gobierno.

Al cierre del informe, el Banco Mundial precisa que no siempre se pueden ejecutar las mismas medidas en todos los territorios, ya que se deben adaptar de acuerdo a las necesidades y realidades de cada país, lo cual hace complejo encontrar una solución definitiva a la desigualdad en el mundo.

 


 

Experimento sobre justicia social: una lección para ser más humanos

 

Pejerrey, una delicia especial

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Una vez más, quedé maravillado por la sazón tostada y evocadora de aquella carne que delicadamente se deshacía en los labios, como si fuera alimento de dioses; y que por una extraña razón o alineación de los astros, tocaba en suerte a una familia de mortales privilegiados


 

No cabe duda de que la carne de pejerrey es toda una delicatesen, en todo el sentido de la palabra y más allá.  De carne tan blanca, tan delicada, tan suavecita, tan suculenta que no admite discusiones.

No por nada aseguran que es la mejor materia prima para un soberbio ceviche. Y el mejor ceviche lo he degustado en las calles empinadas de La Paz, de peruanos, por supuesto; cuando ni se me pasaba por la cabeza a atreverme a probar carne cruda.

Fue aquel primer bocado de su textura aterciopelada por el limón, con frescas sensaciones de cilantro, lo que me sedujo. La conexión dulce del camote con ese caldo ácido me dejó atrapado para siempre. Desde entonces, no perdono un ceviche, pero que sea con carne de pejerrey ya es otro cantar, de lo escasa que está.

El sábado pasado alguien pronunció la palabra mágica. Estaba yo absorto en labores de jardinería, cosa de terminar a tiempo para ir a comer fuera de casa. Dudé mucho cuando me dijeron que habría pejerrey para almorzar y con pies ligeros fui a verificar a la cocina.

Evidentemente, los delgados filetes reposando en una bandeja me convencieron.

 

pejerrey a la romana
Foto por José Crespo Arteaga

 

Habrá pasado más de un año desde la última vez que disfruté esa prodigiosa carne. Con lo contaminados y faltos de agua que están los escasos ríos y lagos del altiplano ya no es novedad que el pejerrey -antaño un abundante pescado humilde- se haya convertido en un auténtico lujo en nuestras mesas.

Sacrifiqué mi otro almuerzo que tenía planeado en otra parte, porque bien valía la pena, me decía. Y no me equivoqué. Con el hambre canina que azotaba mis entrañas hubiera aceptado hasta una ensalada de nabos como entrante.

No mostré mucho entusiasmo cuando vi la sopa de fideos como primer plato, de tal manera que me hice servir apenas un par de cucharones. El fideo es cosa de todos los días, porque siempre salva de apuros.

Pero me iba a arrepentir de mi decisión. Porque, carajos, qué bien sabía esa sopa, sabe Dios con qué verduras iba sazonada, y quería más y más, antes de atacar el plato principal.

 

primer plato, fideos
Foto por José Crespo Arteaga

 

Finalmente sirvieron lo más esperado: una generosa y apetitosa ronda de pejerreyes fritos, con abundante limón para acompañar la ocasión.

Y para terminar de redondear el lujo, en un cuenco tentaba un humeante risotto de quinua, un perfecto maridaje que más allá del exquisito sabor -con potentes resabios de queso y crema de leche-, mostraba mucha coherencia temática y cariño por los sabores locales, al resaltar dos productos típicos, cosechados en los agrestes páramos altiplánicos.

Y de paso, a golpe de cocina se revalorizaba una tradición casi perdida.

 

pejerrey con risotto de quinua
Foto por José Crespo Arteaga

 

Una vez más, quedé maravillado por la sazón tostada y evocadora de aquella carne que delicadamente se deshacía en los labios, como si fuera alimento de dioses; y que por una extraña razón o alineación de los astros, tocaba en suerte a una familia de mortales privilegiados.

Faltó el vino blanco para alentar la sobremesa y seguir la costumbre, como mandan los cánones de gastronomía.

Pero ciertamente, no se puede negar que rematamos la faena con altura, pues de ninguna manera íbamos a despreciar un prodigioso tannat tarijeño, concebido y madurado a más de dos mil metros.

Casi tan cerca del cielo, de la mesa de los dioses.

 

vino tannat
Foto por José Crespo Arteaga

 

Green book: la fascinación de los polos opuestos

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Imagen extraída de Green Book Film

Green book es una película clásica, en el sentido de narrar con contrastes, de elegir métodos, de aplicar fórmulas. Aún así se muestra espontánea, sutil, fresca, alegre y con mucha vivacidad


 

Ficha técnica Green book
Año, duración, país 2018, 130 minutos, Estados Unidos
Director/Guión Peter Farrelly / Brian Hayes Currie, Peter Farrelly, Nick Vallelonga
Música Kris Bowers
Fotografía Sean Porter
Reparto Viggo Mortensen, Mahershala Ali, Iqbal Theba, Linda Cardellini, Ricky Muse, David Kallaway, Montrel Miller, Harrison Stone, Mike Young, Jon Michael Davis, Don DiPetta, Mike Hatton, Dimiter D. Marinov, Craig DiFrancia, Gavin Lyle Foley, Randal Gonzalez, Shane Partlow
Productora Universal Pictures / Participant Media / DreamWorks SKG / Innisfree Pictures / Wessler Entertainment. Distribuida por Universal Pictures
Género Drama. Comedia | Basado en hechos reales. Drama sureño. Comedia dramática.Años 60. Racismo. Amistad. Buddy Film. Música. Navidad

 

Green book es una de las películas nominadas a ganar la estatuilla del Óscar a mejor película. Su mérito consiste en ser muy cercana al público; de las nominadas no hay otra que tenga esa forma de relacionarse con tanta gracia y favorabilidad: sujeta al espectador con técnicas para no dejarlo respirar o mantenerlo con sensaciones extremas.

Es una película para festejar, tanto como sus personajes, el público obtiene una dosis de frescura y disfrute memorables. La trama: una pareja disímil. Ese gancho nos tendrá pendientes de lo que pueda ocurrir entre dos mundos y modos de ver la existencia muy diversos: un afroamericano que toca el piano de manera muy virtuosa y una especie de guardaespaldas con vivacidad y carácter para enfrentar las vicisitudes. La técnica: una película de camino, de hacerse en medio de la andanza, un road movie, como lo llaman.

Pero hay más: con ingredientes como el humor, y con modos de narrar en los que, como Sancho Panza y Don Quijote, ambos se entrecruzan y tienen un poco de cada cual. El contexto: una sociedad excluyente, donde los negros no pueden convivir en el mundo de los blancos.

 

Entre las numerosas películas que tratan temas raciales esta temporada de premios, “BlacKkKlansman” y “Green book” de Spike Lee , del cineasta Peter Farrelly , lideran la competencia de premios con seis y cinco nominaciones respectivamente, incluido el Oscar a la mejor película. Imagen extraída de Green Book Film

 

Películas de contrastes sociales existen muchas, una de las más exitosas y recientes del cine francés, fue la premiada Intocable (2011), en donde el de elite se cruza con el “vago” afro que lo va a atender, dada su incapacidad corporal.

En el encuentro suceden los intercambios, ocurre la inevitable simbiosis y los mundos distantes van ampliando sus fronteras.

Ahora, en Green Book, el marco social de referencia aparece, independiente de si coincide o no con lo que sucedió en la historia, con la segregación, con la mirada discriminatoria.

Para empezar, en una escena Lip, un italoamericano, no logra zafarse de su repudio por los  negros, mientras que su compañera los atiende y les sonríe, a él le molesta y le incomoda.

Del otro lado, estamos frente a la figura de un prodigio de la música, Sir Shirley, que interpreta música muy refinada, es afro, vive como cualquier persona con los privilegios de la élite, aunque, su mundo no es de su cultura, sino de su clase social.

 

Tony Lip (Viggo Mortensen) y Don Shirley (Mahershala Ali). Imagen extraída de Green Book Film

 

Hay distancias y cercanías. Como espectadores las experimentamos y vibramos con los puentes que se van estableciendo.

Hablamos entonces de que Green Book es una película aplaudida por quienes la ven y respaldada por críticos, quienes han valorado el guion, lo destacado de las actuaciones y el ritmo narrativo con el que se nos mantiene activos.

Luego, es fortuito que una persona dotada de virtudes y conocimientos avanzados, vaya encontrando alternativas, y al tiempo, alguien más formado de calle, pueda apreciar y concederle valor a unos modos de vida refinados y apreciar lo que podríamos denominar como arte de salón.

El camino traza rutas y al recorrerlo transforma a quienes lo atraviesan. Dos similares compartiendo pueden convivir con gusto, dos diferentes, podrían estar más separados o intercalar esas experiencias y tratos, esos gustos y preferencias, entre los que aparecen complacencias por aprender y desestabilizar las rutinas cotidianas.

Como espectadores vivimos un viaje musical, gastronómico, de sucesos en los que no habría lugar a cercanías, es un trasegar marcado por diálogos entre el que aparece como de arriba y el que está abajo, un ejercicio de confrontación política, un entrelazarse por estar en sintonía con la vida.

 

“Green Book”, una road movie sobre lo cercano de las lejanas clases sociales. Imagn extraída de Green Book Film

 

Green book sacude nuestras estructuras de pensamiento, en aquello que podemos desconfiar, damos un espacio para creer.

Los Óscar se sitúan en un contexto de odios y amores: sabemos de más que no siempre premian lo correcto y lo que en términos de lenguaje cinematográfico es lo elaborado con técnicas innovadoras.

Green book es una película clásica, en el sentido de narrar con contrastes, de elegir métodos, de aplicar fórmulas. Aún así se muestra espontánea, sutil, fresca, alegre y con mucha vivacidad.

Si los polos se atraen, Green book hace gala con una pareja de amigos a quienes recordaremos luego de haberlos visto en pantalla grande.

 

Me sacó de Feijbuk

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De modo que, como una avanzada de divinidades digitales, Facebook, Google, Twitter, Instagram y todas las demás, han venido a cumplir- miren por dónde- el viejo anhelo de Kafka: “Hacerse cada vez más delgado, cada vez más pequeño, cada vez más liviano, hasta desaparecer”


 

Como ustedes saben, mi vecino, el poeta Aranguren, posee una condición fantasmagórica: desaparece y reaparece al ritmo de sus visitas a su Santa Marta natal.

Hace una semana tocó a mi puerta, pálido y sudoroso como un Lázaro de los trópicos. Creí que era por las turbulencias en la frontera con Venezuela, pero recordé que al hombre parecen tenerle sin cuidado esas debilidades tan terrenales.

Para no perder la costumbre traía bajo el brazo una botella de ron Tres Esquinas a medio despachar.

¡Me sacó de Feijbuk, me sacó de Feijbuk! Espetó a modo de saludo. Entonces, caí en la cuenta de que su último viaje al Caribe obedeció al llamado de la piel de cobre de una mujer Wayuu.

 

 

“Quiero verte”, decía el mensaje, antiguo como el sol, enviado a través de la red social.

Y el hombre no lo dudó un instante: tomó su morral y se subió a un bus de Rápido Ochoa.

Resulta que cuando desembarcó en su lugar de destino, por alguna de esas razones misteriosas que anidan en el corazón de las damas, la mujer lo había eliminado de Facebook, lo que en estos tiempos equivale para muchos a ser desterrado al fin del mundo.

Y ahora estaba sentado en mi casa, con toda la carga de su despecho envenenándole la sangre.

 

 

Fue así como advertí que si en el mundo de hoy los canales del enamoramiento son casi siempre virtuales, sus efectos devastadores siguen siendo reales, con todo y su correr de lágrimas y excesos etílicos.

Solo que internet le ha añadido al asunto un elemento metafísico: la gente se desvanece al impulso de un ¡click! sin los golpes de efecto, los gritos, los reclamos, las lágrimas y los desmayos que tan bien supieron explotar algunos autores decimonónicos y que todavía exprimen los libretistas de culebrones mexicanos.

Por eso Aranguren regresó tan borroso esta vez. Y nada como una canción de Gardel para devolverle al mundo su consistencia material. Así que lo invité a escuchar Cuesta abajo, esa suerte de oda al desastre entonada con dejo rioplatense.

Bastaron tres minutos para que todo entrara en ebullición y los rescoldos viles se desvanecieran en el aire. Al punto, el tipo recobró los colores del rostro y, de paso, la lucidez.

Admitió que las redes sociales y sus fieles devotos han forjado una exasperada sensación de consistencia existencial: todo depende de la cantidad de seguidores. Si el número de estos aumenta, uno existe más. Si disminuye, el ser se reduce a su mínima expresión.

 

 

De modo que, como una avanzada de divinidades digitales, Facebook, Google, Twitter, Instagram y todas las demás, han venido a cumplir- miren por dónde- el viejo anhelo de Kafka: “Hacerse cada vez más delgado, cada vez más pequeño, cada vez más liviano, hasta desaparecer”.

Así que si a usted, apreciado contertulio, una mujer veleidosa o un amigo envanecido lo borran de Facebook, no desespere: el mundo real sigue ahí, dando vueltas insensatas alrededor del sol. Bastan un trago doble de algún brebaje redentor, una canción o una buena conversación para devolverle a la vida todo su peso específico, su potencial de seducción.

O si no, pregúntele a Aranguren. Vive aquí nada más, a la vuelta de mi casa

 

Bonita Farm: un recorrido por el vuelo de las mariposas

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Se trata de un espacio ideal para vivir una maravillosa experiencia de contacto con la naturaleza: flora y fauna al alcance de las manos y los sentidos. Un sitio privilegiado, rodeado de montañas, árboles y pequeñas quebradas que recorren este sitio paradisíaco en medio del Guadual y los Yarumos


 

Es increíble que a escasos minutos del agite, el tráfico y la contaminación de la ciudad, haya un lugar donde se pueda tener un contacto directo con la naturaleza y respirar un aire totalmente puro.

Se trata de un espacio ideal para vivir una maravillosa experiencia de contacto con la naturaleza: flora y fauna al alcance de las manos y los sentidos. Un sitio privilegiado, rodeado de montañas, árboles y pequeñas quebradas que recorren este sitio paradisíaco en medio del Guadual y los Yarumos.

Hablamos de Bonita Farm, un bioparque situado en el municipio de Dosquebradas, en el cual los visitantes hacen un recorrido, literalmente, al vuelo de 94 especies de mariposas y varias aves.

 

Caligo, conocida comúnmente como Mariposa Búho. Foto por Felipe Ospina

 

Aunque no es un sitio con las comodidades o la infraestructura comercial de un parque temático, es un excelente lugar para aprender sobre la diversidad de especies de este ecosistema y la relación cercana con la naturaleza, sus sonidos, texturas y el tranquilo respirar de un aire puro.

Se encuentra a tan solo 10 minutos del centro de Pereira, en la avenida Variante La Romelia – El Pollo, unos 20 metros por la entrada al Mirador de Las Camelias.

Es un Bioparque establecido como un centro de interpretación y de sensibilización ambiental, desarrollado en una reserva natural donde se promociona el respeto por la naturaleza y su biodiversidad, generando en las personas conciencia y sensibilidad ambiental a través del conocimiento científico de sus especies. – Bonita Farm

El Bioparque cuenta con una granja de zoocría de mariposas el cual se compone de un mariposario para la exhibición de muchas especies de mariposas y donde el visitante podrá vivir la magia de recorrer sus senderos descalzos, porque están desarrollados en arena blanca para tener un pleno contacto con la naturaleza.

 

Danaus plexippus, larva de la Mariposa Monarca. Foto por Felipe Ospina

 

Además cuenta con un laboratorio y varias áreas de cultivos de plantas para la cría de las mariposas que los visitantes podrán conocer. Dos senderos ecológicos rodean todo el Bioparque en un recorrido que dura aproximadamente dos horas.

Además de aprender y ver fantásticas mariposas, en el recorrido se aprende sobre arañas y serpientes, incluso se llega a interactuar con ellas, un contacto que sirve no solo para conocer los beneficios ecosistémicos de estas especies, sino para vencer miedos no infundados que tenemos sobre estos maravillosos animales.

Bienvenidos a esta galería que preparamos del recorrido y algunas especies que encontraremos en el bioparque.

Galería Bonita Farm y sus mariposas

 

“Mincho” Cardona: puntero derecho, una especie que se extinguió.

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El Deportivo Pereira de 1986. Parados de izq a der. Carlos Munutti, Juan Penagos, Rubén Darío Bedoya, "Mincho" Cardona, Pompilio Páez, Jamir Carabalí. Abajo en el mismo orden: Carlos Vanegas, César Cueto, Claudio Mir, Guillermo al Rosa, Rosemberg Bernal. Imagen extraída de Caracol Radio

Diego Armando Maradona dijo que el mejor jugador del equipo rival cuando su equipo Argentinos Juniors enfrentó al Deportivo Pereira en el estadio Hernán Ramírez Villegas había sido “ese número siete (7)”


 

Benjamín “El Mincho” Cardona fue protagonista de una de las más divertidas anécdotas del fútbol mundial. Y sucedió en Pereira y al Deportivo Pereira, un equipo plagado de situaciones inverosímiles.

William Knigth me decía: “Mincho, ¿cuándo será que usted se lesiona?” – él también era puntero derecho. “¡Es que ni una gripa le da a usted!”

“Y un día, don Pancho (Francisco Ormazábal, técnico del Deportivo Pereira) se quedó dormido en la banca, y entonces Knigth pidió el cambio: que sale Mincho y entra William Knight”.

“Ve, tan raro que don Pancho nunca me cambia – me dije -. Entonces salí, y en ese tiempo uno se podía quedar ahí en la banca con los jugadores; de pronto todo el estadio estaba gritando goooolll, y se despertó don Pancho” – goool de Knigth – “y me miró don Pancho y me preguntó: “¿Y usted qué está haciendo aquí?” Y le dije, profe ¿usted no me cambió pues?, y me responde, no ¡yo no lo he cambiado!

¡Pues al negro lo multaron y lo suspendieron!

 

Benjamín el “Mincho” Cardona, campeón con el equipo de las reservas del Pereira, 1977. Imagen extraída de Manizales News

 

Fueron doce años de fútbol profesional en los equipos Deportivo Pereira, Atlético Nacional y Deportes Tolima. Al Pereira llegó en 1977 para integrar el equipo de reservas, y al año siguiente pasó al conjunto profesional. En el primer semestre de 1984 jugó con Nacional, y en el segundo, con Tolima; luego regresó al Pereira; se retiró en diciembre de 1988; un mes después, ya era trabajador de Goodyear en Cali.

Enterró al futbolista pero jamás a su historia.

No es una exageración decir que en su pueblo natal, La Unión, Valle del Cauca, todo el mundo lo conoce. Y todo el mundo lo quiere y lo respeta porque ha sido el embajador de este municipio vallecaucano ante el mundo.

La admiración es tanta, que hace más de 10 años el estadio municipal de La Unión se llama oficialmente “Benjamín El Mincho Cardona”, gracias a la iniciativa del alcalde del momento Osvelio Henao, del concejal Ferney Grajales y del secretario de Deportes, Carlos Arturo Marín.

 

El “Mincho” Cardona recibiendo una placa en homenaje al servicio del club que le vio nacer como futbolista, Deportivo Grajales, hoy La Union Futbol Club, en reconocimiento por su labor como jugador director y mas que nada inspiración para la juventud Colombiana. Imagen extraída del Facebook Benjamín el “Mincho” Cardona

“Como dice la canción del Gran Combo: lo que me vayan a dar, que me lo den en vida”, y con ese mismo argumento agradeció esta entrevista, publicada originalmente en Deporte Risaraldense: “¡es muy agradable que todavía se acuerden de uno!”.

No es para menos. Benjamín “El Mincho” Cardona fue “bueno entre los buenos”, dijo el periodista Danilo Gómez Herrera, quien refuerza su frase advirtiendo que Mincho coincidió en el fútbol y estuvo a la altura, por ejemplo, de Willington Ortiz y Ángel María Torres, unos monstruos.

“Fue un fuera de serie; sus pases significaban medio gol”, anotó el comentarista Fredy Rúgeles; Álvaro Covelli comentó que “Mincho” levantaba la tribuna, y Henry Carvajal Castro, también veterano periodista de Pereira resumió su apreciación en seis letras: ¡figura!

Diego Armando Maradona dijo que el mejor jugador del equipo rival cuando su equipo Argentinos Juniors enfrentó al Deportivo Pereira en el estadio Hernán Ramírez Villegas había sido “ese número siete (7)”. Estos validadores tienen tanta razón como la de su amigo “Peyer” (Albeiro Rengifo), quien consultado en el parque de La Unión sentenció: “¡fue el mejor de este país!”.

 

Mincho Cardona disputa el balón con otra gran leyenda del fútbol colombiano, Willington Ortiz. Imagen extraída del Facebook Benajamín el “Mincho” Cardona

 

Para quienes no lo vieron jugar y para quienes lo recuerdan aún, “El Mincho” fue el clásico puntero derecho. Tenía tres características, que sumadas, lo catapultaron a la historia del Deportivo Pereira y a la del fútbol profesional colombiano.

La primera de ellas era su velocidad, que desplegaba con técnica y con fortaleza en las piernas. Su segunda cualidad, su capacidad pulmonar. Y antes de hablar de la tercera, no se puede dejar pasar inadvertido un dato:

Por la época en la que Mincho jugaba en el Pereira, en la ciudad entrenaba el equipo de atletismo de las Fuerza Armadas, orientado por Valentín Gamboa, quien anonadado por su velocidad, le dijo: “venga hagamos una prueba”.

“Corrí los 100 metros en un poco más de 10 segundos, y el récord mundial estaba en 9.9, y entonces él me insistía para dejar el fútbol y pasarme al atletismo: “vea, es que el récord mundial está en 9.9 y usted está cerquita”, me decía, y yo le contesté: “es que a mí lo que me gusta es el fútbol”.

 

Mincho, goleador y figura. Imagen extraída de Manizales News

 

Y la tercera cualidad era que centraba el balón en medio de la carrera. De sus dos primeras habilidades comenta que “nacieron con él”, pero de la tercera tiene una explicación.

“Yo me iba solo para la cancha Argemiro Escobar (En La Unión), y así tuviera que ir a recoger el balón, me quedaba toda una tarde haciendo centros”.

Cardona era de esos jugadores que centraban con el empeine; “hoy los centros son englobados y el arquero ya sabe cómo salirles, en cambio a mí me gustaba centrar templadito. Y con esa estrategia se hicieron famosos “Mincho” Cardona, Jairo “El Chiqui” Aguirre, quien también hacía diabluras por la banda izquierda, y los centro delanteros que esperaban la habilitación de ambos: Hugo Horacio Lóndero, Oswaldo Pancracio, Villa, Vilarete, Gentil Serpa, entre otros.

“Yo me acuerdo de un partido Pereira – Nacional, en Medellín. Yo hice un ocho (8) al revés; me salí a la pista, me pasé el juez de la línea por detrás, volví a la cancha y centré, y llegó Lóndero y tenga (gol)”. ¡Usted se imagina! Don Pancho Ormazábal me decía: “uy mijo, uy mijo, usted se pasó este día”.

 

El Deportivo Pereira de 1986. Parados de izq a der. Carlos Munutti, Juan Penagos, Rubén Darío Bedoya, “Mincho” Cardona, Pompilio Páez, Jamir Carabalí. Abajo en el mismo orden: Carlos Vanegas, César Cueto, Claudio Mir, Guillermo al Rosa, Rosemberg Bernal. Imagen extraída de Caracol Radio

 

Don Pelagio Cardona fue su papá biológico, pero “Mincho” reconoce a Ezequiel Sarria como su papá, entre otros motivos, porque le daba lo que necesitaba para el colegio y se apersonó de él en lo deportivo y en lo afectivo, en una época de juventud en la que “Mincho” había perdido a sus padres.

Don Ezequiel fue quien lo presentó primero  en el América, pero allá no se quedó porque querían los papeles gratis.

Entonces “Mincho” hizo parte de la selección Valle del 74, en los nacionales de Bogotá, en donde fue segunda, detrás de Antioquia. “Allá me vio el profesor López Fretes (César) y me dijo que fuera a entrenar al Pereira.

Impulsado nuevamente por “papá Ezequiel”, que lo había formado en el equipo aficionado de Grajales Hermanos, llegó solo a Pereira; aquí estudió los grados quinto y sexto de bachillerato en el Deogracias Cardona. “Salía de entrenar con el Deportivo Pereira y me iba a estudiar desde las 6:00 de la tarde hasta las 10:00 de la noche”.

Ahí empezó su historia con el fútbol profesional, pero fue su mamá, Graciela Gordillo, su mentora para el fútbol.

“A mi papá no le gustaba que yo jugara fútbol, ¿y sabe qué hacía mi mamá?, lo hacía dormir. Ella me decía, espere yo lo hago dormir y sale por la ventana para que vaya a jugar. Esa era la única forma, porque a él no le gustaba que yo acabara los zapatos; salía por la ventana a eso de las 7:00 de la noche y regresaba a las 9:00, después de jugar con los amigos en una cuadra cercana a la casa”.

1979 fue su mejor año futbolístico; era su tercera temporada en el Pereira y la segunda en el equipo profesional, porque en el primer año jugó con las reservas, equipo que quedó campeón. “Aún estoy esperando a que don Hernán (Mejía Castrillón) nos pague el premio”.

Según el periodista y estadístico Hugo Ocampo Villegas, consultado para esta semblanza de “Mincho” Cardona, el jugador nacido en La Unión (17 de julio de 1957) “jugó con el Pereira 271 partidos en 10 temporadas: de 1978 a 1983 y de 1985 a 1987 (está en el top 5 de los que más ha jugado con el cuadro matecaña). En el 84 fue al Nacional y a Tolima.  Convirtió con el Pereira 60 goles. Su mejor temporada anotadora fue 1979, con 15 tantos”.

 

Cuadro informativo y estadísticas del “Mincho” Cardona. Imagen extraída de Futbolete

 

Esa temporada le dio dos premios: que el técnico Eduardo Retat lo llevara a los Olímpicos de Moscú 1980 y que hiciera parte de amistosos con la selección Colombia de Carlos Salvador Bilardo para las eliminatorias al Mundial de España 82, de la que finalmente no hizo parte porque disputaba el puesto con dos “desconocidos”: Willinton Ortiz y Hernán Darío Herrera.

De los Olímpicos de Moscú lo recuerda todo: el incómodo viaje en Aeroflot por la estrechez de las sillas; las 24 horas de vuelo saliendo de Bogotá con escalas en México, Cuba, Irlanda del Norte y Moscú; los juegos de cartas con los que se distraían en el vuelo y los chistes del “Chato” Velásquez (árbitro colombiano) que no los dejaba dormir con su carácter dicharachero; recuerda también el frío de Leningrado que contrastaba con el calor con el que nació y se crió en La Unión; recordó a su compañero de habitación Henry Viáfara, con el que jamás se volvió a ver o a tener noticias suyas.

“El primer juego fue frente a Checoslovaquia; perdimos 3-1, y ahí lesionaron de la tibia y peroné al “Cheché” Hernández (José). El segundo lo empatamos con Kuwait, y en el tercero le ganamos a Nigeria con un gol mío; el único gol de tiro libre que convertí como profesional: se abrió la barrera y por ahí lo puse; estuve hasta de buenas”.

Esos Olímpicos marcaron un punto de inflexión en su carrera deportiva, porque allá sufrió de pleuresía. “Me comenzó un dolor de cabeza cuando jugué el primer partido; en el segundo estaba maluco, pero lo jugué bien, y en el tercero no podía más, aunque hice gol”.

 

Benjamín el “Mincho” Cardona en el aeropuerto El Dorado en Bogotá preparándose para el viaje a Moscow. Imagen extraída del Facebook Benjamín el “Mincho” Cardona

 

No solo era el dolor de cabeza; la fiebre subía y bajaba, y entonces fue necesario consultar en una clínica de Moscú, y ya en Colombia someterse a un tratamiento de 32 días en la Clínica Risaralda, que complementaba con idas a Bogotá en donde le sacaban un líquido del pulmón izquierdo. La convalecencia le duró seis meses.

“Ya no era lo mismo respirar; no aguantaba los 90 minutos de un partido”.

Esa circunstancia y la lesión en la rodilla que le produjo Américo Quiñónez en 1982, y que lo hizo marginarse del fútbol por otros seis meses, fueron socavando el talento del “Mincho”.

“El Sordo” Ramírez, un ex jugador del Cali que se había negado a ir a los Olímpicos y se puso a trabajar en Goodyear lo ayudó a entrar a esa empresa, en Cali. Lo hizo con doble intención, así como les había abierto las puertas a otros exfutbolistas, a los cuales los ponía a jugar en el Campeonato Industrial. “Trabajábamos en la empresa, entrenábamos martes y jueves y jugábamos sábado y domingo”.

Esa rutina le hizo más llevadera su vida fuera de las canchas del fútbol profesional colombiano, ahora dedicada a manejar un montacargas.

Aprendió tan bien el oficio, que seis años después trabajó con baterías Mac, y finalmente estuvo 12 años con la Alcaldía de La Unión, como monitor de fútbol; todo ese tiempo le ayudó para conseguir la pensión, de la que vive.

En su pueblo natal el fútbol tiene que ver con “Mincho” Cardona: los torneos, el estadio, los uniformes, los partidos de “rodillones”, los de los jóvenes. Es toda una celebridad en La Unión.

En los 75 años del Deportivo Pereira (fundado el 12 de febrero de 1944) habrá siempre un espacio para este jugador, cuyo primer contrato fue de 1.500 pesos mensuales; la historia recordará siempre a este delantero que jugaba con la número 7, que llegaba en carrera casi hasta el banderín para soltar un centro que era medio gol, mientras los aficionados se paraban en la tribuna porque sabían que algo bueno saldría de esa jugada.

 

Deportivo Pereira 1979. Imagen extraída de Ídolos FPC

 

Solo una vez jugó de diez, para reemplazar al paraguayo Crispín Verza; lo hizo bien pero no se sintió cómodo. Solo una vez, ante Brasil, cambió su forma infalible de patear penaltis, cuya fórmula era darle duro, siempre a la mano derecha del arquero; en esa ocasión lo puso al palo de mano izquierda. Tampoco falló. Por eso era siempre el primer cobrador en el Pereira y en la selección Colombia.

En ese partido, en Cali, Colombia humilló 5-1 a Brasil, con tres goles de Pedro Sarmiento, uno del Vallenato Agudelo y otro del “Mincho”.

Aunque era un puntero derecho, manejaba bien la izquierda. “Mi mejor gol lo hice con la zurda; a Gay (Carlos Alfredo), del América; el Chiqui Aguirre centró, y desde afuera de las 18 lo cogí de media volea y se lo puse en toda la te a Gay”.

Su memoria lo lleva a recordar muchas anécdotas, con las que aún goza: los palillos que Sergio Cierra le metía a los panes de mesa que en el hotel el paraguayo Oswaldo Pangrazio acostumbraba a “mandárselos” a la boca de una sola vez.

El alacrán que “El Chiqui” Aguirre le escondió debajo de la almohada a Carlos Arturo Toro, en un partido en la Costa. Toro siempre dormí bocabajo con las manos entre la funda.

Y la vez que el avión debió sobrevolar más de una hora y media a Pereira, y luego regresar a Bogotá para sobrevolar otras dos horas, gastándose el combustible porque el tren de aterrizaje no salía y entonces debían aterrizar de barriga.

En el último intento del piloto, se desatoró el mecanismo y descendieron sin novedad, pero eso sí, asustados y alegres, y “muertos de la risa” con tres monjitas que, asustadas, empezaron a tomar güisqui en el avión, hasta que se emborracharon. “Sin mentirle, esas monjitas tomaban más que nosotros”.

De los ocho hermanos del “Mincho” (ahora quedan solo 6 por la muerte de dos de ellos), él no solo era el menor, sino el que avanzó en el fútbol, no obstante a que Néstor y Óscar eran buenos marcadores.

Y avanzó tanto, que tuvo el privilegio de ser testigo y protagonista de un partido al lado del mejor del mundo: Diego Armando Maradona. “Hace un tiempo lo escuché y dijo que en ese partido había convertido el mejor gol de su carrera deportiva; para mí, fue mejor el del Mundial, porque Mundial es Mundial”.

 

Maradona y “Mincho” Cardona. Imagen extraída del Facebook Benjamín el “Mincho” Cardona

 

En ese partido – recuerda “Mincho” – “Maradona se sacó a 7 jugadores de nosotros y le metió el balón por el espacio más estrecho, el que quedaba entre el poste y el “Moño” Muñoz, que estaba parado en la línea intentándolo evitar.

Al “Moño” aún le da rabia cuando piensa en esa jugada.

Ese partido entre Deportivo Pereira y Argentinos Juniors se jugó el 19 de febrero de 1980, un martes en la noche, y terminó 4-4. Su promoción se hizo anunciando el duelo de los dos mejores jugadores: Maradona y “Mincho” Cardona. Y no decepcionaron: Ambos hicieron de a dos goles; en penaltis, el Pereira abatió al equipo de Maradona.

De ese momento quedó una frase popular que dimensiona lo que fue Benjamín Cardona Gordillo para el fútbol:

“Si Brasil tenía a Pelé y Argentina a Maradona, La Unión tenía a “Mincho” Cardona”.