miércoles, abril 30, 2025
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¿Por qué de niña nunca fui a Pijao?

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No es Pijao un pueblo turístico como Salento, Filandia o Santa Rosa de Cabal.  La diferencia radica en que Pijao sigue siendo un pueblo en el que vive la gente oriunda del lugar.


 

Los primeros diez años de mi vida transcurrieron una buena parte en las riveras del Río Verde, que se desliza despacioso desde las estribaciones de la cordillera central; montañas que dan forma al Eje Cafetero y que, de la mano de esta y otras corrientes, se van disolviendo hasta convertirse en el Valle del Cauca.

De camino a la finca paterna, la presencia de Pijao era apenas una mención, un lugar prohibido porque en él estaban las guerrillas y no era seguro acudir.

En mi mente infantil Pijao siempre se relacionó con recolectores de café, hombres rudos de facciones indígenas, grandes plásticos al cinto, correa y canasto para recoger el grano cuando el sol ya ha madurado en él.

 

Foto: La Cebra que Habla.

 

Estas personas, que siempre llevaban machete y radio, terciados de esa misma correa, se hacían una idea completa en mí, cuando de representarme gráficamente al pueblo desconocido se trataba.  De seguro que muchos de los que se encargaban de las cosechas en la finca de mi padre eran del pueblo o de las veredas cercanas.

A lo largo de los años, y después de que la parcela familiar fue vendida, Pijao siguió en mi mente catalogado como uno de esos sitios que no se visitan.

Hará solo unos dos años que oí comentar que el pueblo contaba con una intervención urbanística muy interesante en el recorrido de su afluente principal, y que allí se practicaba una filosofía de vida lenta.

 

Foto: La Cebra que Habla.

 

Inmediatamente la inquietud se encendió en mi cabeza, puesto que he sido seguidora de los movimientos slow (lento) en ámbitos como la comida, pero no tenía mucha idea acerca de cómo podía ser que justo en Pijao se encontrara el único pueblo o ciudad de Colombia de vida lenta.

Quise entonces acudir con mi familia, y a través de Booking y Airbnb busqué un posible alojamiento.  A través de estas plataformas llegué a encontrar la referencia de una señora llamada Mónica Flórez que rentaba, prácticamente, las únicas habitaciones recomendadas por estas aplicaciones.

No decidimos en primera instancia a pernoctar, sino que partimos rumbo a Pijao sin más intenciones que conocer el hostal de Mónica Flórez.

 

Foto: La Cebra que Habla.

 

Ya en el pueblo, fuimos averiguando poco a poco lo que había para ver y conocer. Un café, un bar, una casa con una historia particular. Maravillosas fachadas de la arquitectura de la colonización antioqueña, un parque apacible y alguna tienda de recuerdos.  No es Pijao un pueblo turístico como Salento, Filandia o Santa Rosa de Cabal.  La diferencia radica en que Pijao sigue siendo un pueblo en el que vive la gente oriunda del lugar, y que no ha sido desplazada, como en buena parte de los otros que menciono, por los comerciantes y promotores turísticos, o por extranjeros que han ubicado, sobre todo en Salento, su residencia permanente.

No. Pijao sigue siendo un pueblo como aquellos que se consolidaron en las épocas en que el café llegó a ser un producto de gran importancia para la economía nacional.

Me sorprendió su geografía.  Ubicado en lo alto de las montañas, es una especie de meseta que está rodeada y protegida por elevaciones.  Podría decirse, coloquialmente, que es como una “batea”, y desde cualquier calle se pueden observar en la lejanía, esas guardianas que son las colinas más altas.

 

Foto: La Cebra que Habla.

 

En nuestra primera visita a Pijao, caminando con mi familia, en el ánimo de ubicar el hostal de Mónica, y sin más señas que su nombre, de repente me detuve enfrente de una casa, que por su colorido y bonita fachada me dio la idea de que podría ser lo que estaba buscando. Sin pensarlo mucho llamé a la puerta. Me abrió un señor de mediana edad, al cuál interrogué sobre si en esa casa estaba ubicado el hostal que pretendía conocer. El sólo me miró y me dijo: siga.

Entré a esa magnífica casa, de distribución rectangular (más larga que ancha) como muchas en el pueblo, y que remata con un jardín que se proyecta hacia el río.  Y, en la sala, sentada, estaba Mónica Flórez, tomándose un vino con el propietario de la casa, aquel que me abrió la puerta con una sonrisa y que me invitó a pasar sin conocerme, el escritor Mario Castro.

Así conocí a Mónica Flórez.

 

Foto: La Cebra que Habla.

 

De regreso nos detuvimos en el café Concorde. Es este un establecimiento muy grande, construido en las lomas por las que se accede a Pijao, desde cuya ubicación se puede contemplar un extenso y hermoso valle.  La vista es privilegiada, y debe ser esa la razón que lleva a muchos visitantes, puesto que no obstante estar construido en la mitad de las montañas y rodeado de fincas, dispone de por lo menos ciento cincuenta mesas para atender a los comensales que acuden a disfrutar de la especialidad de la casa, los asados, y de un buen café que lleva el mismo nombre, y que ha sido adecuado como si se tratara de un establecimiento londinense.

Volvimos de Pijao maravillados de poder conocer un “pueblo de verdad”, y no una escenografía sin alma, una feria a cielo abierto atestada de turistas que se aglutinan, ocupando un m2 de espacio cada uno, como en la calle Real de Salento.

Pijao es otra cosa. Y lo es, sobre todo, por el trabajo que ha desarrollado Mónica Flórez. Pero, para conocer en qué consiste lo que ella ha hecho y hasta dónde su propuesta de pueblo lento ha logrado conservar a Pijao como un pueblo real y un “buen vividero”, los invito a recorrer este especial de La Cebra Que Habla, en donde el tema se aborda en los diferentes contenidos multimedia que hemos preparado para ustedes.

Video Mónica Florez habla sobre Citta Slow

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MÓNICA FLÓREZ HABLA DE CITTA SLOW


 

Mónica Flórez Arcila lidera desde el 2006 el proyecto Pijao Cittaslow, con el que trabaja por la conservación y promoción del patrimonio cultural, ambiental y arquitectónico de la localidad cordillerana. Este municipio es el primero de Colombia y latinoamérica que hace parte de la red de Ciudades sin Prisa que tiene su sede en Roma, Italia.

La Cebra que Habla se entrevistó con ella, y hablamos sobre este proyecto que está beneficiando la imagen del lugar y está cambiando para bien, la mentalidad de las personas del pueblo.

 

 

Galería la casa de los recuerdos familiares

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Foto: Diego Val.

LA CASA DE LOS RECUERDOS EN PIJAO


 

La Casa de los Recuerdos es un lugar emblemático y turístico en la localidad de Pijao-Quindío. Las administradoras, quienes son descendientes directas del dueño del lugar,  ofrecen a los invitados artesanías, café, buñuelos de maíz remojado, subidos, una torta llamada de la abuela, aguapanela, además por supuesto del famoso y ya tradicional fiambre montañero.

Este es uno de los lugares que todo el que visita este pueblo quindiano no debe perderse, ya que también, los fines de semana, hay música de cuerda en las tardes y por supuesto, como todo en Pijao, hay más, mucho más.

 

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Ana Milena López de Vélez la escritora que trae una sinfonía para violín de dos cuerdas

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Trece años después Ana Milena es una de las semillas que ha producido el Encuentro de Poetas Colombianas Museo Rayo, ahora en su 34ª edición.


 

Ana Milena López, colombiana, de padre caldense y madre vallecaucana, nació en Palmira en 1954. Ahora se siente hija adoptiva de la ciudad de Pereira por el extraordinario impulso que ha recibido allí su obra poética en los últimos años.

Sus primeras letras las aprendió en Manizales con las Sores Dominicas; pasó a Tuluá con las Madres Franciscanas y terminó en Palmira con las Hermanas Bethlemitas. Todas ellas le enseñaron a leer de todas las fuentes, a gustar de otros idiomas,  a rezar, a bordar, a interpretar instrumentos como el acordeón, el piano y la guitarra y a danzar clásicos como la jota española y el minué francés.

Educada además para la toma de la educación superior por parte de las mujeres, ingresó a la Escuela de Minas de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín en 1970 y en 1977 se graduó como ingeniera agrónoma en la sede de Ciencias Agropecuarias en Palmira. Su profesor de español fue el escritor antioqueño Manuel Mejía Vallejo, quien gustaba de sacarla adelante durante la clase para que leyera en voz alta los textos que él requería y decía: “…ella sabe leer…”.

 

Foto: Archivo Personal de la Autora.

 

Tuvo su primer artículo publicado en 1974 en el periódico El País de Cali. Y comenzó una carrera, que ya ha cumplido 40 años, como analista del sector agropecuario colombiano y columnista de opinión. Es columnista de varios periódicos virtuales de Pereira.

Acompañando a su esposo, Rodolfo Vélez Restrepo, viajó a Brasil por estudios y trabajo. Radicada en Cruz das Almas, Bahía, se encontró con una cultura de gran sincretismo entre los indígenas suramericanos,  África y Portugal.  Cantautores bahianos como Caetano, Gilberto Gil. La gran María Betania y Gal Costa. Los cariocas y gaúchos Chico Buarque, Milton Nascimento, Elis Regina, Joao Gilberto e Nara Leao. Y la poesía con música  atravezó para siempre su corazón. Un hijo bahiano, Rodolfo Filho, estableció la alianza de sangre.

Llegada la familia a Roldanillo, en el año 2005 encuentra el Museo Rayo y a Águeda Pizarro, esposa del Maestro Omar Rayo, gestando acompañada de brillantes poetas colombianas el proceso poético más importante de la poesía de mujer en el mundo contemporáneo. Trece años después Ana Milena es una de las semillas que ha producido el Encuentro de Poetas Colombianas Museo Rayo, ahora en su 34ª edición.

 

Foto: Archivo Personal de la Autora.

 

Ya en el 2007 se establecen en su finca en la zona rural del Municipio de Alcalá en el Eje Cafetero, y esto la lleva a gestar- acompañada por los grupos de poetas locales, las Casas de la Cultura y las correspondientes Alcaldías- el movimiento Poético Musas de la Casa del Virrey en Cartago y el Recital de Velas y Faroles en Quimbaya.

Abren residencia en Pereira pues su hija Manuela ingresa a la Universidad Tecnológica UTP. Lo piensa y en el 2016 se aproxima –decidida- a la ciudad cultural. Sabe que es la oportunidad de hacer crecer su obra  hombro a hombro con los pereiranos. Trae un formato de show poético-musical para Café libro y lo estrena en la Cafebrería compartiendo escenario con el grupo “Son Cubano” dirigido por Edwin Hoyos. Las nuevas amigas invitan importantes gestores culturales de la ciudad. Su poesía de mujer contemporánea sorprende a los asistentes y emocionada y agradecida ve como la ciudad poco a poco le abre los brazos.

Como escritora del Eje Cafetero es invitada al Stand de la Gobernación de Risaralda por el Instituto Municipal de Cultura de Pereira a presentar su libro en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Velozmente, con el Editorial Dóblese deja de ser inédito su libro “Sinfonía para Violín de Dos Cuerdas” y entra a ser parte de la Colección Autores del Eje. Alan González Salazar es su mentor para establecer los lazos con el mundo poético de la región y el país. Se hace parte del Taller de Poesía RELATA que dirige Giovanni Gómez en la Alianza Francesa. Concursa a nivel nacional y consigue ser denominada como ganadora del Premio de Poesía RELATA con un segundo lugar y el poema “Vendas al Viento”.

 

Foto: Archivo Personal de la Autora.

 

Además de otras ciudades, en Pereira ha presentado Recitales en la Universidad Tecnológica de Pereira, en la Corporación Ambiental de Risaralda – CARDER – para el Día Mundial del Agua, en la Biblioteca Ramón Mejía Correa del Instituto Municipal de Cultura, en el Stand de publicaciones de Risaralda en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en la Tertulia “Esperanza Hurtado Mejía”, en “Noches de Poesía” en la Universidad Libre y en la Academia Colombiana de Historia, Literatura y Artes. ¡Hoy… está aquí para ser leída y escuchada por ustedes!

Prográmese. Estos son los días y los lugares donde se presentará esta artista y poeta. (Ver imagen)

 

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Nuto, un nuevo personaje ilustre en Pereira

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Nuto en bicicleta.

Un nuevo personaje nace en la ciudad, es Nuto, el pez símbolo de la esperanza en la ciudad de Pereira y en la región. Como hobby particular, monta bicicleta.


 

Nuto significa Otún al revés. Este increíble personaje, mitad humano, mitad pescado, nace del golpe del agua con las piedras del río, también de las partículas de H2o que se juntan y a partir de ahí se construye él y todos los demás personajes. Todos con una energía muy potente y cada uno teniendo como símbolo el círculo, que representa el movimiento y la constante metamorfosis de la vida.

Todos los personajes de la “Acuavenida del Río” tienen muy buena vibra, ya que el río les brinda esa energía. Son personajes que implementan los buenos modales; nos enseñan como comportarnos en el río, además de ser muy dinámicos; por ejemplo, Nuto está montando en bici, por que ese punto es muy importante para las bicicletas y esto ha demostrado que ha tenido muy buena acogida por parte del público que hace deporte. La idea es que la gente se identifique con los personajes.

Nuto es un personaje que se creó para la región, para educarnos en cómo comportarnos con el río; Este simpático pez siempre va a tener una sonrisa gigante. Su característica principal es la felicidad. El río Otún es un río que ríe, por eso todo lo que se hace es colorido, y esa sonrisa (la de Nuto) se deja sentir en otros lugares de Pereira. Este personaje transmite un mensaje de esperanza en la región.

La ventaja del río Otún es que, al ir bajando, no está tan canalizado.  Este río tiene peces, incluso en la parte urbana; es un río que se resiste a morir, nos da la vida.

 

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Muestras del diablo para lectores herejes

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Este es un libro, que cualquier lector, tanto académico como entusiasta del esoterismo, y por qué no, un lector ocasional, sabrá disfrutar.


 

Título: Muestras del diablo

Género: Ensayo

Autor: Pedro Gómez Valderrama

Editorial: Sílaba Editores

Año: Publicación octubre 2017

 

 

Este libro editado por Sílaba Editores, en apariencia nos presenta una naturaleza, que a la gente más conservadora resultará, cuando menos, censurable, grotesco o incluso hereje. Es un libro que recopila tres ensayos del autor santandereano Pedro Gómez Valderrama, ilustre y destacado en el panorama cultural gracias a sus diversos proyectos, tales como la fundación de la revista literaria Mito. Personaje que llegó a ser muy influyente en el gobierno, al ser consejero de Estado, y ministro en dos ocasiones (en la cartera de Educación y Gobierno).

En “Muestras del diablo” (Publicado en octubre de 2017), a lo largo de los 3 ensayos que componen este libro, nos habla en detalle acerca del surgimiento de conductas herejes de ciertos personajes durante la época medieval, hecho que pudiera considerarse la base de la quizá, infame tradición hechicera y su proceso de esparcimiento por toda Europa y parte de América.

Esta lectura inicia en el viaje paranoico de aquellos campesinos europeos que escudriñaban el cielo nocturno angustiados en busca de la figura siniestra que cabalga en su escoba; también de los diferentes y más importantes tratados de magia y grimorios, mientras se analiza la importancia de estos con erudición de parte del autor, cuando menos admirables apuntes.

 

Pedro Gómez Valderrama en el medio. María Esther Zemborain de Torres y al lado del escritor argentino Jorge Luis Borges. En la Universidad de los Andes. Julio de 1965. Fuente: Borges Todo el Año.

 

Todo esto, por supuesto, para terminar con un enfoque inusualmente místico concebido por él (Pedro Gómez Valderrama), acerca de la practica esotérica en sí, describiendo magistralmente el Sabbat y la satanización de las creencias o religiones paganas como la griega y la celta, de las cuales se derivan los cultos actuales al diablo en occidente.

Con tiempo suficiente para expresarse en su obra sobre la inquisición en América tras el choque cultural, que desembocó, inevitablemente, en la fusión de religiones indígenas, africanas y el catolicismo, el autor nos narra cómo influyó la jerarquía de las colonias foráneas en la brujería americana.

Así como el fracaso que significó llevar a cabo la inquisición con toda su maquinaria de crueldad, en este nuevo continente, tal como se hizo en Europa. Y en la propuesta final de su obra, la narración cierra con un resumen y explicación de varios mitos de la cultura universal.

 

La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos. Extraída de: José Guadalajara.

 

En “Muestras del diablo” (Sílaba Editores 2017), el erotismo tiene cabida, y se plantea como un lazo intrínsecamente unido a la naturaleza de la hechicería; un erotismo que se nos presenta como un acto de rebeldía y liberación; un erotismo que nos recuerda a Georges Bataille.

Este es un libro, que cualquier lector, tanto académico como entusiasta del esoterismo, y por qué no, un lector ocasional, sabrá disfrutar. No solo por la narración limpia y la claridad de su redacción, sino también por la precisión de las consideraciones del autor acerca de los hechos históricos en torno al tema.

Tema con el cual podemos entender la creación por vía de la religión de ese personaje llamado satanás, y las diferentes referencias a la cultura popular en las que este ser toma forma, hasta el enfoque sexual desde el cual se explican actos de brujería como el Sabbat y los enigmáticos aquelarres.

 

El shabat — también escrito sabbat 2​ (en hebreo: שבת: shabbath, ‘cesar’) o su variante en yidis, shabbos (שאבּעס)— es el séptimo día de la semana, siendo a su vez el día sagrado de la semana judía. Extraída de: UCG

 

Si el lector gusta de algo un poco más objetivo y digno de psicología de masas, se deleitará en la pasión y el profesionalismo que, Pedro Gómez Valderrama, utiliza para hablar acerca de la tradición del matriarcado, profundamente ligado a la hechicería, que es por supuesto, una de las mayores cualidades de este buen libro.

De humintas y tamales

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Antiguamente, en torno a su elaboración se desarrollaban complejas relaciones sociales (sano cotilleo, según mis fuentes), mientras las mujeres se distribuían la faena.


 

Si algo identifica y hermana a todas las culturas ancestrales del continente americano es el cultivo del maíz. Seguramente, no hay país, región o pueblo donde no se lo consuma. Múltiples teorías y leyendas hablan de su milenario origen, algunas apostando por el norte y otras, por el contrario, abogando por sus raíces sureñas. En cualquier caso, mejor quedémonos con la dulzura de sus huiros (tallos que de chicos chupábamos hasta cansarnos) y con los centenares de variedades y colores que han llegado hasta nuestra época para disfrute de nuestros sentidos y para alimentar de posibilidades las gastronomías de todas las latitudes.

Y siguiendo con esa maravillosa coincidencia, cabe detenerse en uno de los productos más comunes y representativos, elaborados con la esencia de este mágico grano, y cuyos antecedentes de elaboración no se pueden rastrear en el tiempo, salvo su cálido y humeante aroma que muy poco ha de haber cambiado desde aquellas cocinas primitivas. Me refiero a esas delicias delicadamente envueltas, conocidas como tamales, humitas, humintas, chumales, hallacas, etc., según la denominación de cada región.

Humintas al horno (arriba) y a la olla. Extraída de Web del Gastronauta.

 

En la parte amazónica de Bolivia, tienen por costumbre llamar ‘tamal’ a cualquier preparado envuelto, sea de arroz, plátano, yuca o maíz. En esas tierras tan calientes utilizan mayormente hojas de plátano para las envolturas. Los sureños, especialmente los pobladores de Tupiza y alrededores, tienen su forma peculiar de elaborar la humintas (que ellos también denominan tamales), con choclo o a partir del maíz pelado y sazonándolas con ají y charque (carne seca) y, en vez de envolverlas, lo que hacen es amarrarlas formando una bola con las hojas del maíz, incluso secas.

Los vallunos, que somos medios vuelteros, diríamos que es-tá-mal la cosa, mal dicho para ser exactos. Siendo privilegiados herederos del quechua, jamás se nos ocurriría confundir tamal con huminta, como hacen los orientales y tupiceños. La huminta (originalmente jumint’a) está en nuestro cerebro antes de que nazcamos, ya sabemos desde el vientre materno que tiene que ser exclusivamente de choclo o maíz tierno, ese que deja brotar su leche cuando se lo aplasta con el dedo. Así que sobra decir huminta de…, tal vez a un desubicado se le vaya la olla al pronunciar tal cosa. Por lo demás, no nos hacemos problema con que hagan tamales de frijoles o habichuelas mágicas. Pero que no se metan con nuestra sacrosanta huminta.

 

Tamales tupiceños. Extraída de Correo del Sur.

 

Naturalmente, las humintas sólo varían en la forma de prepararlas. La más sencilla de todas, pasa por cocinarlas en olla. No hay mejor combinación posible que degustarlas a media tarde acompañadas de un soberbio café. También se puede optar por cocerlas en horno, ya sea en su propia chala (hoja) o en una bandeja a semejanza de una torta. En mis tiempos de escolar, se solía hornearlas en el hoyo de tierra o p’ampaku con su inconfundible sazón ahumada algo terrosa. Otro dulce recuerdo que se esfuma dolorosamente. Eso sí, al que se le ocurra anotar ‘pastel de choclo’ en un recetario, merece una patada en el culo, por amaneramiento.

Antiguamente, en torno a su elaboración se desarrollaban complejas relaciones sociales (sano cotilleo, según mis fuentes), mientras las mujeres se distribuían la faena, unas pelando las mazorcas, otras rallando el grano a punta de cuchillo, las más recias lo molían en el batán o en su defecto en el molinillo de mesa. Generalmente, la jefa de familia era quien tenía la delicada tarea de juntar dos hojas ayudándose hábilmente con una mano mientras con la otra distribuía la pasta previamente sazonada con manteca, sal, azúcar, anís y otros ingredientes.

 

Monumento al Tamal, Tupiza. Extraída de Web del Gastronauta.

 

Según las familias, varían los acompañamientos para dar el toque final al sabor. Hay quienes prefieren añadir ají colorado o amarillo a la pasta para darle un tono picón. En mi familia se acostumbra ponerle un par de retazos de locoto, verde o rojo para los comensales adultos, junto al queso. Lo que nunca debe faltar es una generosa rebanada de queso fresco o quesillo, que al fundirse con la masa sabrá a impagable manjar. Sabe también auspicioso que se ponga un par de aceitunas del color que prefieran. Pero suena delictivo que arruinen la huminta insertándole pasas de uva cual si fueran horribles lunares. Siempre hay gente para amargar la mesa, debo reconocer.

Entre cuarenta y cinco minutos y una hora, ya estarán listas nuestras humintas a la olla que, como aconseja la tradición, deben cocerse únicamente con el vapor que resulta de anteponer marlos y restos de chala parcialmente cubiertos por el agua. El fuego moderado hará el resto mientras esperamos con ansias que el apetitoso aroma que desprende al hervirse se haga por fin realidad. Ya no les cuento sobre el placer que me significa embriagarme con el olor de la chala quemada cuando se recalienta la huminta en seco sobre la sartén, al día siguiente, a la hora del desayuno. Placer de dioses, con eso lo digo todo.

 

Monumental manjar, según mi boca agradecida. Extraída de Web del Gastronauta.

Herencia, cultura y amistad en el barrio Salamanca

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Equipo de fútbol femenino El Ingenio Risaralda.

Cada año se celebra entre la comunidad afrocolombiana, la cultura, legado y herencia africana que ha alcanzado, hasta estos tiempos, derechos y deberes, sobre los cuales están fundados los ideales de esta comunidad.


 

La Cebra que habla presenta en esta galería las actividades deportivas, gastronómicas y conmemorativas en el Barrio Salamanca de la ciudad de Pereira durante la celebración de la Afrocolombianidad en el mes de la herencia Africana a nivel mundial.

 

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Conversación entre Jaramillos

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Familia de don Emiliano Botero de Sonsón, 19 hijos y 200 nietos. Extraída de: Legado Antioquia.

“En Cloe, gran ciudad, las personas que pasan por las calles no se conocen. Al verse imaginan mil cosas las unas de las otras, los encuentros que podrán ocurrir entre ellas, las conversaciones, las sorpresas, las caricias, los mordiscos. Pero nadie saluda a nadie, las miradas se cruzan un segundo y después huyen, buscan otras miradas, no se detienen. Pasa una muchacha que hace girar una sombrilla apoyada en su hombro, y también un poco la redondez de las caderas. Pasa una mujer vestida de negro que representa todos los años que tiene, los ojos inquietos bajo el velo y los labios trémulos”.

De las ciudades invisibles de Ítalo Calvino


 

Siglo XX.

Venimos de tiempos idos que no reconocemos, Siglo XX y cambalache. Somos hijos de los tiempos de la familia extensa

 

Decía Toño Bonilla Jaramillo, arquitecto constructor de dieciocho iglesias y treinta edificios emblemáticos; soy Jaramillo de Sonsón, uno de los tantos descendientes del semental de Sonsón. ¡El tata Jaramillo!.. ¡Un padrazo!..  Dejó regados ochenta y siete hijos. Las manos de ese viejo tenían el agarre del acero y jamás las estrechamos, lo vi arrojar una herradura que voló como una bala, sus dedos tenían el trinque de un halcón y las habilidades de un serrucho.

 

Familia de don Emiliano Botero de Sonsón, 19 hijos y 200 nietos. Extraída de: Legado Antioquia.

 

Siglo XXI.  Y preguntaba a otro arquitecto amigo suyo;

—vos que, ¿también sos Jaramillo de los de Tata, el semental?… O acaso sos hijo del otro Jaramillo.

 

Pensaba y pensaba el otro:

—No sé, debo ser del otro, no reconozco bien de donde viene mi apellido—

—Yo si lo sospechaba ya, venís  de la ralea de los hijos del cura Jaramillo, ese salía del altar para la cama y oficiaba.

 

Fotografía de la colección Casa de los abuelos, museo folclórico de Sonsón. Autor Amanda Villegas Escobar. Extraída de: Legado Antioquia.

 

En estos días aún puede ser vigente el tango “Cambalache” como expresión de una contracultura. Vivimos los tiempos de extinción de la familia extensa tradicional. Es fuerte el individualismo. El mundo es fragmentado y los consensos duran tan poco. Pereira ya no es un pueblo de colonos, cada día las noticias nos asaltan desde los hechos divisorios que dan sentido a una fragmentación tormentosa.

 

Y decía Toño Bonilla:

—deshazte de tus dos bestias, esa ambición y esa ansiedad, ¡mírate! tenés la marca de esas dos herraduras en la calva. Ya,  puedes deshacerte de tu carro y los cacharros. Deshazte de todos los dispositivos electrónicos, si lo haces, recuerda que esos son unos cocos, son de esos que nos asustaban en la niñez, no sabíamos que era eso pero ya sí. ¡Tranquilo!… no te seguirán. O te seguirán seguramente cuando tú mismo les pones un alma que te ata a ellos. Eso se verá muy feo entre tu ataúd.

 

Y decía el otro:

—No me diga eso, Usted no conoce Bonilla, entre esas redes de contactos cuyas palabras llegan a mí; ahí está un diluido de puntos de vista, pensamientos y lenguajes, es probable que renazcan aglomerados de contactos humanos despedazados,  en algún momento volverán a emerger como tribus regionales o incluso globales; y, como son tan agresivos, podrán ser   semejantes a las tribus que se enfrentaban con la agresión de tiempos primitivos, como la edad de hielo de los homos que se tragó a los dinosaurios y neandertales, sería una destrucción de pueblos y especies sobre otros como ha sido siempre. ¡Vea pues!… quiero hablar de lujo y vida y pienso en decadencia. Son mis cosas de viejo.

 

Ítalo Calvino, Las ciudades invisibles, Ottavia: interpretaciones
Jane Krejberg, estudiante danesa de arquitectura  janekreijber. Extraída de: El Blog de Farina.

 

Bonilla:

—No jodás. No hables mas barbacha, esa gente solo mira sus pantallas; míralos, ahí están las copas de los árboles arriba de ti, allá vuelan pájaros, esta ciudad es un éxtasis de seres vivientes que están por desaparecer. Pero ahora se multiplican y se harán más vivos esos aparatos inventados. No sé si por ahí se podrán oler las hojas húmedas con aroma de naranjo.

 

El otro:

—Mirá Bonilla, habrá mucho que ver. Nuestra pequeñez es tan basta que uno no se da cuenta de su propia oscuridad. Ya lo decía mi abuela, que sus huesos eran hechos de luces de estrellas. Y, ¿acaso no somos hijos de la luz?… Y vos ahí, encorvado. ¡Porque a mí!.. Me levanto, tomo cafecito, hasta me doy cuenta, lo que me hace levantar es el peso de mis expectativas. No te das cuenta, no estamos tan viejos, si a nosotros nos anima es la luz. Así caminemos a veces como un cangrejo entre el agua turbia bajo la lluvia.

 

Todavía nos falta

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Extraída de: The Global Observatory

Es un hecho que a este país se lo tomó la corrupción, y que la única manera en que la gente considera que puede expresar su impotencia respecto a este hecho es castigando a los partidos y políticos tradicionales.


 

Pasadas las elecciones al Congreso de la República inician, ahora sí, las campañas por la Presidencia de la República. Hasta ahora, se barajaron consultas interpartidistas, alianzas, y muchas especulaciones provenientes de los resultados mostrados en las diferentes encuestas.

De todas maneras, el miedo será el gran elector, y es casi seguro que las diferentes alianzas que habrán de llevar a dos contendores a la segunda vuelta se ubicarán en una de las dos orillas que van marcando la intención de voto de los colombianos: la extrema izquierda y la extrema derecha.

Es una lástima que así sea. Se ve que el recién alcanzado proceso de paz todavía requiere un tiempo largo para que se refleje en la convivencia cotidiana, en la forma de pensar de los ciudadanos, en la manera en qué concebimos nuestra política.

 

Extraída de: Static Iris

 

Trabajar para consolidar las instituciones, único camino posible para alcanzar un proyecto colectivo de sociedad no parece preocupar mayormente a los votantes.  Aquí, lo que está en discusión no es en qué tipo de país queremos vivir, sino lo que queremos evitar, que dicho sea de paso son, en su mayoría, males elaborados desde el discurso.

El tema es que estos pronósticos catastróficos encuentran terreno fértil en una sociedad apabullada por realidades padecidas y comprobadas hasta el hastío. Me refiero a la inequidad en la repartición del ingreso, la impunidad y la corrupción.

La mayoría de la población está cansada de la exclusión en el acceso a los bienes de la sociedad, en la falta de castigo de quienes se han dedicado a saquear el erario público, en la precariedad de los servicios sociales (salud, educación, vivienda, servicios públicos, etc.).

 

Extraída de: The Global Observatory

 

Es un hecho que a este país se lo tomó la corrupción, y que la única manera en que la gente considera que puede expresar su impotencia respecto a este hecho es castigando a los partidos y políticos tradicionales con un voto disidente, por llamarlo de alguna manera.

Por otro lado, existen unas élites empresariales y algunos sectores de las clases altas y medias, que sienten amenazada su posición económica y social de privilegio, y cabalgan en el temor (posiblemente válido) de la posible caída en un populismo de izquierda.

Es bien conocido que la alternativa de quienes detentan esta postura ideológica es robustecer el Estado en detrimento de la iniciativa del sector privado.  El problema no es la forma sino el fondo: que ese camino tampoco garantiza eliminar la corrupción, y más bien ha sido demostrado en países cercanos como Venezuela y Cuba, que esta forma de proceder termina arruinando la economía de un país, privilegiando solamente a la camarilla que orbita alrededor del gobernante, que en este modelo se enriquece y se eterniza en el poder.

 

Extraída de: Panam Post.

 

Así pues, por más racional que sea el votante, por falta de solidez de nuestras instituciones y de madurez del electorado, la elección del próximo presidente estará indefectiblemente motivada por el miedo.  Y es que, para ser sinceros, razones para temer a un bando u a otro sobran.