Este grupo de arte, estará los días 27, 28 y 29 de julio en el viejo continente, dando a conocer una visión criolla del coloso de la literatura española
El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, España, tiene el presente año como país invitado a Colombia. Especialmente Pereira, en el eje cafetero. Y aquí comienza la aventura artística, ya que destaca las áreas de danza, música y como única delegación de arte dramático, se ha invitado a la Tropa Teatro con su obra Quijote, espejo del hombre.
Este grupo de arte, estará los días 27, 28 y 29 de julio en el viejo continente, dando a conocer una visión criolla del coloso de la literatura española con sus aventuras no contadas que reflejan las múltiples máscaras que puede encarnar el antihéroe. Obra presentada allí donde el castellano ha tenido un destino trascendente teatralmente hablando.
Dicho impulso e iniciativa vuelca sus ojos en el arte dramático de la región. Así entonces el Eje Cafetero vive, sin lugar a dudas, uno de los momentos más representativos al liderar la vanguardia en creación escénica y al ser esta referenciada por los festivales de mayor cobertura a nivel nacional e internacional.
Tropa Teatro inicia su temporada 2018 con un circuito nacional de su obra “Quijote – Espejo del hombre”; un proyecto concertado por la Secretaria de Cultura de Pereira – Beca de Circulación Artística a Escala Nacional y con apoyo del Ministerio de Cultura – Programa Nacional de Concertación Cultural.
Esta es la programación y las giras en el país: Gira Boyacá, Cundinamarca y Valle del Cauca.
24 de marzo
Teatro Itinerante del Sol – Villa de Leyva
27 de marzo
Sala Seki Sano / Festival Alternativo de Teatro. Bogotá
29 de marzo
Parque Nacional / Festival Iberoamericano de Teatro. Bogotá
30 de marzo
Teatro Villa Mayor / Festival Alternativo de Teatro. Bogotá
Frida es un lugar construido, una idea gestada por mujeres
Frida Café Bar es un espacio alternativo en la ciudad de Pereira. Hace un año abrió sus puertas para el público en general. Este lugar se identifica por estar impregnado de arte y cultura, además de ofrecer productos de sabores dulces y nuevas experiencias gastronómicas. Paola Ortega y Juliana Villa Marín son las administradores y fundadores de este innovadora propuesta en la ciudad.
Ambas proceden de campos profesionales muy distintos. Alejadas del mundo empresarial, por ejemplo, Paola Ortega es Licenciada en Educación y Desarrollo Comunitario y Magister en Migraciones Internacionales de Universidad Tecnológica de Pereira.
“Juliana es mi prima, así que cuando le surgió la idea de este proyecto me invitó a participar. Viendo la situación de esta ciudad, que a veces hay trabajo y a veces no, decidí hacer parte del proyecto tomándolo como una entrada adicional. Me pareció muy chévere como Juliana lo planteaba, además la conozco como persona. Sé que es una persona con quién puedo emprender”.
Foto: Stefanny Rodríguez
Así comenta Paola su relación con Juliana y los comienzos del emprendimiento. Ya que Juliana Villa Marín es Diseñadora Gráfica y licenciada en Artes Visuales. Su experiencia previa radicaba principalmente en el mundo de la publicidad; trabajó durante cinco años en un estudio, y es a partir de esa rutina laboral que surge como necesidad el proyecto de crear empresa.
“Trabajar es muy complicado y más en la parte artística porque los espacios son muy reducidos, y muchas veces se ve una obligada a ocupar su tiempo en tareas monótonas que no aportan a un progreso profesional ni como persona. Así que decidí apostar por este proyecto de crear empresa, sin dejar de lado mi profesión como diseñadora”.
Ambas decidieron emprender y fundan un espacio cultural y artístico llamado Frida, que en cierta forma es un referente a la mujer creadora, empoderada y activa, además de rendir homenaje a una figura tan controvertida, talentosa y sensible como lo fue la pintora mexicana Frida Kahlo.
Foto: Stefanny Rodríguez
“Los espacios artísticos en Pereira son muy limitados, de hecho, hasta las propias universidades reprimen en cierta forma. Por eso uno de los objetivos de Frida es ofrecer un espacio abierto para todos aquellos artistas que deseen hacer una propuesta sin marcar un parámetro”.
Frida es un lugar construido, una idea gestada por mujeres. El mobiliario fue construido por Juliana y Paola. Se repartieron las tareas de pintar, lijar, elegir maderas, clavar puntillas. Se preocuparon hasta los mínimos detalles de decoración vintage.
La comida fue toda una experiencia, ya que en la cocina ambas eran principiantes. Al principio eligieron una serie de recetas en la Internet y añadieron detalles propios. Sus primeros degustadores fueron amigos y familia, y entre un aciertos de sabores surgió la carta de Frida.
Foto: Steffany Rodríguez
“Intentamos ser muy prácticas y a su vez innovadoras en el recetario. También la persona que nos ayudan en la cocina han puesto su toque en cada receta. Uno de los platos estrellas es el Sandwich, los Smoothies y la ensalada César”.
Frida abre sus puertas a partir de la 3 p.m (el plan a futuro es tener almuerzos) y cierra a las 11 p.m entre semana y 1 am el fin de semana. Este es un lugar ideal para tomar la merienda de la tarde entre un café y una torta casera, hasta una cena especial y algunas cervezas. Todo acompañado de buena música.
“Los clientes has sido muy receptivos. La mayoría son personas que en su primera visita al local se han enamorado y lo han seguido frecuentando. A muchos les ha pasado que ven la entrada y piensan que es un lugar pequeño, pero cuando entran se dan cuenta que no. Muchos nos han dicho que es un lugar especial, mágico. También ha sido fundamental en nuestro proceso, el voz a voz”.
Foto: Steffany Rodríguez
Desde que Frida abrió sus puertas ha contado con la presencia de diversos artistas emergentes. Muchos proceden de la Universidad Tecnológica de Pereira, otros son independientes.
También se ofrecen espacios de creación y formación. Actualmente todos los miércoles se imparten clases de fotografía por un profesional de la ciudad; y muy pronto empezarán los talleres de pintura guiada a cargo del Colectivo Color y Vino, quiénes dan clases de pintura a partir de una copa de vino.
Todas aquellas personas dispuestas aportar y exponer su trabajo cuentan con Frida, un espacio de difusión y apreciación desde la sensibilidad, la diversidad de lenguajes y estéticas.
El nombre de este barrio, Salamanca, puede ser relativamente desconocido para los pereiranos.
Dos señas de identidad que acompañan desde su nacimiento al barrio Salamanca, y que no sólo nos hablan de su situación geográfica y de las características de quienes allí habitan, sino que marcan de manera irrefutable el resultado que hoy consolida este lugar como uno de los asentamientos urbanos más pintorescos y diversos de la ciudad.
Y sí, como apartamentos construidos con el programa de vivienda gratuita del gobierno, esta urbanización alberga residentes con variadas y muy marcadas procedencias y características.
Foto Diego val
La primera y más definitiva de ellas, ser habitado por una población de bajos ingresos, de carácter mayoritariamente rural, y constituida por variedad de etnias y grupos raciales. Indígenas y población afro descendiente, las comunidades más marcadas entre quienes habitan Salamanca.
Otro rasgo distintivo de este asentamiento es la obligatoriedad de los residentes de acostumbrarse a vivir, para muchos por primera vez en su existencia, bajo el régimen de propiedad horizontal.
Salamanca es un proyecto que hace parte del Macroproyecto de Vivienda Gonzalo Vallejo Restrepo, y en su desarrollo se refleja la intención que acompaña al crecimiento de las ciudades a partir de la planeación y construcción de grandes zonas del territorio.
Foto: Diego Val
Precisamente esta forma de llevar a cabo la urbanización en la ciudad, involucrando amplias zonas que se planifican y se gestionan, tiene la virtud de garantizar una adecuada repartición de los costos del urbanismo. El resultado: urbanizaciones que cuentan con amplias áreas de espacio público dotadas con canchas, juegos infantiles y gimnasios públicos; equipamientos como colegios, media tortas o teatrinos; generosas áreas verdes y espacios de parqueo y circulación, como es el caso de este barrio.
Pensando en las prevenciones que pueda suscitar en muchas personas la sola mención de su nombre, al cual identifican con conflictos y afectaciones sociales como delincuencia, expendio de drogas ilícitas, entre otros males, la visita al lugar tuvo en mí un positivo efecto.
Recorrimos sus áreas principales y también las zonas interiores, aquellas que separan a cada una de las torres de edificios que componen el conjunto. Pudimos hablar con sus habitantes y líderes comunitarios, y comprobar cómo existe allí una gran dinámica en cuanto a comercio, actividades culturales y la intención clara de lograr una cohesión social de esta diversa comunidad.
Foto Diego Val
Me llamaron la atención varios aspectos que se pueden observar mientras se realiza un recorrido desprevenido, entre ellos los siguientes:
La presencia casi permanente de jardines que acompañan a los apartamentos de los primeros pisos. Cualquier recodo de la fachada ha servido a los residentes para plantar un jardín o una huerta.
La limpieza de las áreas comunes y de circulación, en donde se encuentran improvisadas canecas hechas de baldes y otros recipientes que la misma comunidad ha ubicado para facilitar el depósito de ciertos desechos, sobre todo en cercanías a las tiendas.
Las mismas tiendas, que usando alguna de las habitaciones, sobre todo de los apartamentos en primer piso, se encuentran atiborradas de mercancías que se ofrecen coloridas a quienes allí concurren.
Las cortinas que adornan las diferentes ventanas en cada bloque de apartamentos. Son un espectáculo bellísimo, en su colorido y variedad, que se me antoja una metáfora de la diversidad de sus habitantes.
El uso que ha dado la comunidad a las áreas de protección. Sobre todo a aquella que separa a la urbanización del sector de Nuevo Sol, el drenaje permanente llamado Corozal. Allí, por bloques (es decir, por grupos de edificios que se agrupan en bloques), los mismos pobladores se han dividido la zona para plantar cultivos de pan coger. Una forma muy válida y útil de dar manejo a estas cesiones que en otras circunstancias se quedan, en el mejor de los casos, vulnerables a todo tipo de invasiones.
La comunicación peatonal que tienen todas las construcciones. Es posible recorrer toda la urbanización haciendo uso de los recorridos peatonales, tanto al interior de las edificaciones como en los andenes perimetrales que comunican adecuadamente los grandes espacios públicos con los que cuenta el barrio.
El colegio, que además de ser una construcción con muy buenas especificaciones, sirve en las jornadas extendidas para que los agentes culturales de la comunidad brinden capacitación y actividades diversas a los residentes más jóvenes.
¡No se ha encontrado la galería!
Estando allí hice varios amigos y amigas. Una de ellas me contó que su presencia en el lugar obedecía a que ella cuida la hija de una sobrina. Originalmente esta señora habita en el barrio Villa Santana, pero se desplaza hasta Salamanca entre semana para cumplir con esta labor. Lo hace en compañía de un pequeño y simpático perro que acompaña a las dos mujeres en las tardes soleadas que frecuentemente pasan en el parque.
Otro que me estuvo contando su relación con el barrio es un señor que reside en una finca cercana, ubicada entre la urbanización y una finca en donde se desarrollará un plan de vivienda que según me relató se llamaría Villa Nubia. Muy amable me estuvo comentando cómo los habitantes de Salamanca acudían a su finca a recoger frutas de los árboles que allí están cultivados. En su imaginación Villa Nubia será una urbanización de más o menos 1.200 viviendas a construir en un predio vecino de unas ocho cuadras de extensión en sendos edificios. Seguramente esta información tiene una imprecisión, no obstante, sería bueno que los potenciales compradores de ese supuesto plan de vivienda se dieran una pasada por el barrio contiguo, y valoraran el hecho de invertir sus recursos en un proyecto formal.
La diferencia entre una urbanización como Salamanca que hace parte de un gran proyecto de ciudad, el Macroproyecto Ciudadela Gonzalo Vallejo Restrepo y un plan de vivienda es, entre otras cosas, la cantidad y calidad del urbanismo. En el caso de los planes de vivienda la experiencia ha demostrado que el urbanismo es absolutamente precario, y que la ilegalidad que ronda a este tipo de iniciativas obliga al Estado, a posterioridad, a llegar a completar lo que los urbanizadores omitieron.
Es importante anotar que cuando poblaciones de escasos recursos y de procedencia mayoritariamente rural se ven obligadas a convivir en edificios bajo la tutela de la propiedad horizontal, cobra especial relevancia la calidad y cantidad del espacio público y de todo el urbanismo. La población con estas características está acostumbrada a una fuerte relación con la naturaleza, y su vida ha sido desenvuelta fundamentalmente en viviendas unifamiliares que se llenan de usos expandidos como huertas, comercio, tenencia de animales, etc. Cambiar la forma de habitar y adecuarse a las restricciones de la propiedad horizontal exige de ellos una modificación radical de sus costumbres, y en ello el espacio público será siempre una forma eficaz (tal vez la única) de mitigar el impacto que este cambio implica en la forma de habitar.
Por último, aunque se perciba como conflictiva esta es una comunidad que, al menos en las entrevistas y recorridos de una tarde de febrero, se nos mostró ordenada y amable.
Foto Diego Val
Llama la atención que los dos únicos espacios disonantes en este orden urbano sean: un remanente de la finca que originalmente ocupaba estos predios, que enmallado insiste en resguardar un pedazo de tierra, una especie de enclave rural en medio de los grandes edificios llamado “la finquita”. Y, los puestos de ventas ambulantes, ubicados en el área de los parqueaderos comunitarios, que autorizó y entregó “a dedo” (según dicen los propios habitantes) esta Alcaldía a algunos propietarios de los mismos apartamentos para que los usufructúen, con mucho éxito a juzgar por el movimiento de ventas que presencié durante no menos de cuarenta minutos que estuve en uno de ellos, mientras muy amablemente me proveían carga eléctrica para mi teléfono móvil.
A este respecto, me quedo con las palabras de uno de los líderes de la comunidad que pude entrevistar. Aunque acostumbrar a la gente a convivir bajo la tutela del reglamento de propiedad horizontal ha sido un reto, hoy día la población se encuentra en su mayoría acostumbrada ya a los límites que implica este tipo de convivencia, pero, según él, el único lunar en esta convivencia son esos puestos informales de ventas estacionarias autorizados por la Alcaldía.
En sus palabras, además de ocupar irregularmente el área de parqueaderos comunes, “afean la fachada”. Por eso, su proyecto es construir un centro comercial formal, y en ello vienen trabajando, ojalá logrando que la administración municipal negocie los terrenos enmallados de “la finquita”, que hoy parecen los únicos predios donde sería posible llevar a cabo este propósito.
Hoy, asoma la tarde entre llovizna y sol tímido. Con todo, me agrada este clima de tono verdaderamente templado.
Las lluvias que se van pero no quieren irse, como últimos estertores del verano. He almorzado escuetamente, nada que destacar. Pero me tomo revancha con el postre, zampándome un puñado de delicadas uvas tarijeñas, tan dulces que no me lo creo. Tarija, la hija tardía de Bolivia, tan lejos, tan al sur de estos valles que habito. No obstante, cómo se hacen sentir los chapacos (modo coloquial de llamar a los tarijeños) en todos los rincones de Bolivia.
Estos días, las camionetas de frutas recorren el vecindario anunciando con sus megáfonos: “llévese, casera, uva de Tarija”. Así nos entran, primero por el buche, tan rápidamente, que su arraigada fama de lentos es, a todas luces, inmerecida. Hace un montón de años que nos han colado sus maravillosos vinos, de tal manera que se sobreentiende que, para ganar simpatía en cualquier banquete u otro acontecimiento similar hay que llevar vinos de la ‘Andalucía boliviana’, por algo será.
Extraída de webdelgastronauta
Pero es con la música como han sabido ganarse nuestros corazones, no hay guitarreada ni ningún otro festejo donde no se entonen los más que alegres cánticos chapacos. Cuando estamos chupaditos, esto es, embebidos de vino, no queda otra que invocar a los poetas y trovadores del Guadalquivir americano para espantar las penas y conjurar la melancolía.
Sin embargo, la canción tarijeña más chura, más bella, no es tarijeña. Pero cómo la cantan, la adoran, la miman, la beben, todos los chapacos como si fuera entrañablemente suya. Y por contagio, el resto de bolivianos también. Entonces, a disfrutar de esta sublime tonada tupiceña que, por fuerza del destino, se ha apoderado del sentir hondo chapaco y de cuantos quieran, al oírla por primera vez.
Extraída de el Otro.
He aquí las distintas versiones, incluyendo artistas extranjeros:
Fiesta de Reyes (Tonada para Remedios)- Willy Alfaro (versión original, la más entrañable como corresponde)
Zulma Yugar e Enriqueta Ulloa – Tonada para Remedio (mi favorita, esa conjunción de voces no tiene parangón )
Felipe Valencia es una persona apasionada por el café. Lo que se nota en la atención cálida que le da a las personas en su local.
Este cálido lugar, que abrió sus puertas en julio de 2017, hace gala de una especial y potente energía que se siente desde el momento mismo en que Felipe da la bienvenida con una gran sonrisa a los clientes o amigos.
Más que la fuerza que está tomando la cultura del café de especialidad en la ciudad de Pereira, sorprende la pasión de los emprendedores en este sector por ofrecer experiencias diferenciales alrededor de una buena taza de café. Tal es el caso de Koffea Coffe Lab, una tienda de café de especialidad ubicada en el centro de la ciudad que nace como una invitación a conocer una manera diferente de tomar esta bebida.
Felipe Valencia, su co-propietario, llega al mundo del café por una casualidad laboral hace casi una década. Hoy, con bastante experiencia, buena formación en barismo, tueste, catación y con su pasión bien marcada en la piel (literalmente), ha logrado materializar el sueño que visionó por años en aquellos ratos libres en los que se dedicaba a realizar experimentos con café.
Foto: Diego Val.
Este cálido lugar, que abrió sus puertas en julio de 2017, hace gala de una especial y potente energía que se siente desde el momento mismo en que Felipe da la bienvenida con una gran sonrisa a los clientes o amigos. El nombre Koffea honra el género botánico de las plantas de café; la K al principio del nombre se propone como una especie de juego visual para hacer tributo a la forma de la cafetera Chemex, cuyo método de filtrado Felipe prefiere y recomienda al ser, el que según él, permite apreciar mucho mejor las características sensoriales de un café de especialidad.
Cada uno de los elementos del mobiliario y las intervenciones que decoran y ambientan a Koffea Coffe Lab, han sido elaborados por Felipe, quien además de ser un talentoso barista enamorado de los filtrados, es un ingenioso diseñador industrial; profesión que ha sabido aprovechar para levantar a pulso y con cuidado cada espacio de su tienda de café. Su tienda como obra de arte permanece en creación constante y cada día le da una nueva pincelada.
Foto: Diego Val.
La propuesta diferencial que este visionario quiere brindar ,está relacionada con exhibir la versatilidad del café; compartir los múltiples métodos por medio de los cuales se puede preparar esta bebida; y acompañar con sus conocimientos la aventura sensorial de sus visitantes hacia las diferentes cualidades que el café de especialidad puede ofrecer según su origen.
Además de la posibilidad de escoger y aprender sobre la procedencia del café a disfrutar, el cual es preparado con gran maestría en métodos como la Prensa Francesa, la V60, Sifón japonés, Aeropress, Balancín, Moka e Ibrik. En la carta de Koffea también es posible encontrar diversas y deliciosas opciones de acompañantes, como batido de Aguacate, infusiones frías de frutas naturales, donna con helado, sándwich, wrap, entre otros.
Foto: Diego Val.
La bebida de la casa es el Cold Brew de mandarina. Una infusión de café en frío preparada en agua destilada de mandarina y filtrada en Chemex, que ofrece una mezcla sutil y balanceada de sabores, siendo muy aromática, dulce y con notas cítricas. Como buen alquimista del café, Felipe es un inquieto creador de bebidas; sus más recientes propuestas, el Gyn & Coffe y la Coffeerinha, evocan tradicionales cócteles, llevando la experiencia de sabor y aroma a otro nivel.
La propuesta musical del sitio, que mezcla clásicos del rock en español y covers en bossa nova, jazz y reggae, genera un balance perfecto con la atención amable y cercana; la iluminación cálida y el montaje artesanal también logran un estilo único que se traduce en un ambiente encantador.
Foto: Diego Val.
La visita a Koffea Coffe Lab es una experiencia que vale la pena disfrutar con algo de tiempo para poder nutrirse de todos los conocimientos que Felipe, su barista, tiene para compartir alrededor del café más suave del mundo, nuestro café de Colombia y ahora, de origen departamental.
Estos son algunos de los orígenes invitados que es posible disfrutar en Koffea Coffe Lab.
Apía, Risaralda
Cultivado a 1850 msnm.
Mezcla de 10% variedad Castillo con beneficio honney y 90% variedad Caturro con beneficio natural. Este Blend tiene notas de sabor a uva verde, manzana verde, miel y panela, con acidez málica, cuerpo medio y sabor residual acaramelado.
Tolima
100% Variedad Castillo. Lavado. Notas de sabor a frutos secos, avellanas, almendras, nueces, ciruela pasa y frutos rojos, con aroma caramelo y sabor residual panela.
Estas películas son el resultado de la diversidad de los narradores, que imprimen en sus personajes un reflejo de nosotros mismos
Existen muchos premios de gran categoría en la industria del cine, unos se entregan en el marco de festivales de cine como el Oso de Oro del Festival de Berlín, la Concha de Oro del Festival de San Sebastián, la Palma de Oro del Festival de Cannes o el León de Oro del Festival de Venecia; y están los premios otorgados por las academias de cine de diferentes países, como los Premios BAFTA, de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión, los Premios César, de la Academia de las Artes y Técnicas del Cine de Francia, los Premios Goya, de la Academia Española de Cine, el Globo de Oro, que entrega la prensa extranjera acreditada en Hollywood y los Oscar, de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood que sin duda alguna, se ha convertido en el premios más representativo de la industria.
Los Oscar se entregan desde hace 90 años para premiar la excelencia de la industria cinematográfica. La Academia de Hollywood está formada por alrededor de 6000 miembros, quienes votan en las 24 categorías y cada año un determinado número de invitaciones son enviadas a distintas personalidades de esta industria. Los nominados y ganadores son invitados a ser parte de sus filas de forma directa. Desde el 2010 empezaron a premiar hasta 10 películas en la categoría de mejor película y no 5 como había sido la costumbre. Pero ¿qué hace que después de tantos años –y tantas críticas– sigan siendo importantes?
Por estos días en que la industria está enfocada en sacar secuelas y generar franquicias que conquisten al público adolescente (el segmento que más gasta en entradas de cine), el espectro de películas “de autor” o independientes es cada vez menor. Es muy probable que las nueve o diez películas nominadas al Oscar sean las únicas en las que los grandes estudios hayan arriesgado presupuesto para estrenar en el año. El Oscar se convierte, en muchos casos, en el redentor de las películas de “presupuesto medio”. Una nominación al Oscar significa para estas apuestas, estrenos en mercados que ni por casualidad iban a tener la oportunidad de mostrarse. “Call me by your name” (llámame por tu nombre) es un buen ejemplo, la película de Luca Guadagnino en la que se invirtió un total de US$ 4.9 millones –un poco más de lo que cuesta un episodio de House of Cards-, tenía poco chance de estrenarse en Colombia, pero gracias a las nominaciones a los Premios de la Academia, pudimos verla incluso antes de la ceremonia.
Extraída de: K Magazine MX.
Si nos fijamos en otras categorías, como “Mejor Película Extranjera”, es mucho más notable. Recibir la nominación hace que una película de Chile pueda tener reconocimiento internacional o un director como Juan José Campanella tenga chance de trabajar en Hollywood y pequeñas productoras reciban mucho dinero por los derechos para hacer remakes en otros idiomas.
No pretendo decir que las películas que ganaron el Oscar son las mejores, todos podemos tener nuestras reservas y pensar que están politizados, como he escuchado decir de otros premios como el Nobel, pero sí puedo decir que están entre las mejores y pone a las producciones que están en competencia, en boca de todos y desde luego en nuestra lista de imperdibles.
No solo los premios son importantes, la ceremonia en si se ha convertido en una buena plataforma de protesta social y política. Si el año pasado casi todos los discursos estuvieron permeados por el recién elegido presidente de los Estados Unidos, este año fueron las películas las que, en mi opinión, lo tuvieron como inspiración. Me atrevo a decir que es la primera vez que la lista de nominadas a mejor película es tan políticamente pertinente; y es a causa de Donald Trump. Su presidencia ha sacado a la luz muchos de los cánceres de la vida estadounidense y los largometrajes nominados lo evidencian.
Elenco de “Una Chica Maravillosa”. Extraída de: La Prensa Austral.
Desde el año pasado que ganó “Moonlight” creo que la Academia ha cambiado significativamente su enfoque y ha empezado a mirar hacia fuera, recuerden que antes las películas que ganaban normalmente eran aquellas que relataban hechos históricos o basados en personajes reales (La lista de Schindler, Titanic, El Discurso del Rey) o temas relacionados con la industria cinematográfica (The artista, Birdman, La la land). Este año tuvimos un listado en el que prácticamente cualquiera se lo hubiera podido ganar y sí reunimos estas películas en una sola, tendríamos una cátedra completa sobre los Estados Unidos en la actualidad.
No es tan fácil de verlo en principio, justamente estos filmes cuentan historias tan particulares que nos hacen preguntarnos por qué fueron nominadas en primera instancia, lo que encontré al verlas todas, es que en su particularidad, unas más que otras, exploran relatos que son universales y logran llegar completamente hasta el corazón del espectador.
En Tres Anuncios por un Crimen, el personaje de Frances McDormand, exige justicia para su hija asesinada y con una obstinada actitud no deja que nadie en el pueblo la ignore; es el papel que habitualmente juegan los hombres en las películas; hay momentos de racismo y misoginia, pero vemos a Mildred con su brutal sinceridad y su masculina actitud y por extraño que parezca en un principio, terminamos estando de su lado. Es ciertamente más como una comedia negra, con personajes que no podemos creer que existan en la vida real, pero aquí es donde comprobamos que la realidad supera la ficción y esto sí que describe a la sociedad estadounidense. Recuerdo que cuando vi esta película por primera vez pensé: “seguro en ese pueblo, todos votaron por Trump”.
Extraída de: Data Infox.
“The Post” es una emocionante historia real que además fue uno de los hechos más sobresalientes del periodismo en los Estados Unidos en el siglo XX. Meryl Streep hace una interpretación precisa de Katharine Graham, que muestra su fuerza al reclamar su papel como una líder que toma decisiones, a pesar de estar rodeada de una cantidad de hombres que piensan que no lo puede hacer solo por ser mujer. Es la historia de un despertar y un símbolo perfecto para un año en el que tantas mujeres rompieron el silencio. Recuerdo que en algunas escenas de la película exclamé para mi: “vamos habla, eres Meryl Streep” y es donde entendí lo maravillosa actriz que es al ser capaz de sobrepasar su poderosa personalidad y meterse en el papel.
Película The Post. Extraída de: PCM Variety.
Lady Bird también aborda el género, pero lo más impresionante es la manera astuta en que trata el tema de clase. Ella es una estudiante de último año de preparatoria en Sacramento, que toma ese apodo extravagante como una manera de rebelarse contra el lugar que tiene en el mundo. Todos hemos pasado por ese instante en el que quisimos encajar en un mundo que parece no tener espacio para nosotros. Podemos verla como una película plagada de los clichés que vemos en todos los filmes de adolescentes pero esta maravillosa opera prima, con su agudo sentido del humor, va más allá y de verdad se convierte en algo único que vamos a querer ver una y otra vez.
Película: Lady Bird. Extraída de: The Week
Déjame Salir (Get Out), que pasó sin pena ni gloria por la cartelera en Colombia (ni siquiera llegó a Pereira), nos trae otra opera prima, Jordan Peele dirige y escribe este film en el que exhibe, con muy buen tino, una radiografía del racismo embebido hasta estos días en la sociedad blanca de Estados Unidos. La trama nos presenta a una pareja interracial que debe pasar la prueba de una reunión familiar y de repente se convierte en un genial y entretenido filme que podría encajar en el género de horror -casi dejo de verla por este detalle-, pero que se vale de un audaz sentido del humor para enmascarar una cruda crítica a la sociedad, justamente en la era Trump. La película se vive como una montaña rusa divertida pero a la vez inquietante. Es diferente a todo lo que he visto.
Película: “Get Out”. Extraída de: Medium.
Sé que muchos piensan que Llámame por Tu Nombre (Call me by Your Name) es una película acerca de un romance homosexual, pero considero que en realidad nos trae una historia universal del primer amor, que va más allá del genero o las preferencias sexuales. Puedo imaginar que durante la maravillosa charla que sostiene Elio con su padre, se imaginaron que en verdad él hubiese querido tener una amor gay, cuando de hecho anhelaba la intensidad y la pasión de su “más que una amistad” con Oliver. No me detendré a describir más acerca de mi percepción de este filme, dado que escribí una reseña al respecto y podría tornarme repetitiva.
Película: “Call me by your name”. Extraída de: Revista GQ.
Finalmente quisiera detenerme en La Forma del Agua, la película que ganó el premio Oscar este año. Esta si que fue una sorpresa para muchos, creo que es una obra con diversas maneras de mirarla, desde el enfoque romántico algunos la ven como una “la bella y la bestia” un poco más sofisticada pero igual llena de clichés y ahí es donde considero que se pueden quedar muy cortos y que hay que ver más allá de lo evidente –como la Espada del Augurio-,porque puedo decir que es una de las películas más políticas que he visto. Es tan oportuna y relevante, aún estando ambientada en 1962, al retratar a una mujer invisible que no necesita ser rescatada. La historia de amor –con todo y clichés- está inmersa en un mundo donde la fantasía y la realidad pierden sus fronteras. Hablemos de la realidad (ya que la fantasía puede resultar más obvia) enmarcada en el grupo que representa a los buenos y que es más bien un “club de los marginados”.
Película: “La forma del agua”. Extraída de: Vulture.
La protagonista muda es la más evidente y nos presenta a su mejor amigo, un publicista homosexual que vive en la tristeza y la frustración de no poder expresar su sexualidad libremente. También está la compañera de trabajo, Zelda una mujer negra que se enfrenta a la discriminación, en la época del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos; o el científico ruso que no es más que un inmigrante que se siente excluido y no ve más remedio que esconder su verdadero origen. Decía Michel Foucault, el filósofo francés, que llamamos “monstruos” a aquellos individuos que alteran el orden social y nos inquietan al no poder catalogarlos o nombrarlos; por eso los marginados se sienten tan cómodos en presencia del monstruo (que además es suramericano).
El villano puede parecer caricaturesco y casi inverosímil, (y volvemos a los discursos racistas, xenófobos y misóginos) pero tiene la misión de encarnar lo peor de una sociedad –me encanta la relación que hay entre los dedos podridos y su paulatina perdida de humanidad-.Sin hablar de la maravillosa banda sonora de Alexandre Desplat y la impecable cinematografía. Esta película es un homenaje al cine puro que tiene mil formas de contar historias que incluso ya conocemos y aún así logra sorprendernos.
Estas películas son el resultado de la diversidad de los narradores, que imprimen en sus personajes un reflejo de nosotros mismos y por esa misma razón logran reforzar el impacto emocional que al final nos hace disfrutar tanto del séptimo arte.
Quiero reiterar que sólo tengo agradecimientos para quienes allí laboran, que nos atendieron de la mejor forma, tanto por su amabilidad como por el profesionalismo de todo el personal.
En días pasados estuve con mi hijo pequeño hospitalizado en el San Jorge.
En medio de la emergencia presentada, pude apreciar una institución potente, dotada con una cantidad considerable de quirófanos, UCI de adultos y pediátrica, un nutrido grupo de enfermería, equipos médicos, personal logístico, y estudiantes en rotación que pasan guiados por sus maestros, puesto que es también hospital universitario. En general, una experiencia muy positiva acerca de la cual tengo los mayores agradecimientos.
Durante mi estadía en este lugar, pude observar varias cosas que me llamaron la atención y quiero compartirlas.
Foto: Diego Val.
En el cuarto de enfrente, una niña indígena que de sus siete meses de vida lleva seis hospitalizada. Un cuarto de aislamiento, y una madre desesperada. Una joven mujer que no come, poco duerme, no descansa. Un día llegaron hasta allí unas mujeres, supongo trabajadoras sociales. Le hablaron de las dificultades que se creaban debido a que ella no cumplía con los protocolos de higiene y seguridad, relativos a la grave afección que padece su hija, con potencial de expansión y contagio. No pude dejar de notar la dificultad que implicó el idioma en toda esta comunicación. Las profesionales poco entendían lo que la madre indígena decía, y a su vez ella no les comprendía nada.
Yo pensaba cómo sería el desconcierto de esas madres, de todos los indígenas que son remitidos a esta institución, puesto que su construcción de mundo es tan diferente a la nuestra, y, además con la barrera del idioma todo se dificulta enormemente. Tal vez una manera de abordar el problema fuera capacitar a algunos profesionales en el idioma de los embera-chamí, labor en la cual la Universidad Tecnológica podría colaborar.
Lo otro que me llamó la atención en los cinco días que estuve allí internada, fue la presencia de políticos, todos los días sentados en la cafetería y recorriendo los pasillos. Vi concejales de Pereira, y otros. Quisiera creer que ellos también estaban allí visitando algún familiar. También mi hijo, muy inquieto con los temas de la política, preguntó a todos los que pudo por quiénes habían votado a Senado y Cámara: en las respuestas se repitieron sin excepción los mismos dos nombres. Luego supe que, en una reciente reunión del Comité Intergremial, un funcionario del hospital estuvo exponiendo los graves problemas financieros que hoy aquejan a esta entidad.
Foto: Diego Val.
Quiero reiterar que sólo tengo agradecimientos para quienes allí laboran, que nos atendieron de la mejor forma, tanto por su amabilidad como por el profesionalismo de todo el personal.
Pero como esta entidad es, de lejos, el mejor centro asistencial con el que contamos en la ciudad y la región, no puedo dejar de decir que es deber de todos nosotros ocuparnos de su suerte. No sea que mañana, al tener necesidad de acudir a sus servicios, encontremos que estos se han perdido o deteriorado de manera importante. El Hospital San Jorge es un tesoro, y desde esta columna hago un llamado a que cuidemos lo que ya tenemos y que tanto nos ha costado construir.
El drama es de tal magnitud que en los últimos diez años se han creado unas doscientas organizaciones, a las que se suman miles de voluntarios, consagradas a seguirles la pista a las organizaciones criminales, así como a ubicar los lugares donde retienen a las personas y a denunciarlas ante las autoridades.
Nathalia, treinta años, delgada, ojos color de almendra y el pelo lacio teñido con rayitos color ceniza, está sentada frente a un pocillo de café sin azúcar en uno de esos sitios de cafés especiales que se han multiplicado durante los últimos años en el centro de Pereira.
En la pantalla del teléfono los ojos grandes y luminosos de una niña de siete años se asoman al mundo y lo dejan inundado de preguntas: Es Manuela, su hija.
Por ella lo hice todo, dirá Nathalia unos días después, cuando la fuerza de su propio relato se le haya convertido en catarsis.
Por ahora examina una y otra vez las palmas de sus manos en un gesto que al principio parece un tic, pero más tarde se revela como el síntoma de otra cosa.
Foto: Diego Val.
Un sorbo de café y vuelve a mirarse las palmas de esas manos finas y bien cuidadas.
Por una caricia de esas manos los viejos árabes y japoneses están dispuestos a pagar una fortuna, recuerda que le dijo un par de semanas después el hombre elegante y bien parecido que se le aproximó una tarde de sábado en un centro comercial de Pereira.
Un nuevo sorbo de café y otra vez se concentra en las líneas de las palmas de sus manos.
A lo mejor cree que algún día podrá descifrar las claves de una vida que se le salió de madre, justo el año en que iba a terminar sus estudios de contaduría.
Foto: Diego Val.
Sería el fin de muchos años de trabajo como secretaria en una empresa de confecciones.
Estaba hasta aquí de deudas, dice a modo de justificación mientras un cuchillo imaginario hace un tajo de mentiras alrededor de su cuello.
Pero desde esa tarde de sábado de 2013 su vida empezó a llenarse de heridas de verdad.
Ahora Nathalia se consagra de vez en cuando a lamerse las cicatrices.
Casi siempre con un pocillo de café sin azúcar al frente.
Foto: Diego Val.
Era lo único capaz de darle algún sosiego cuando se enfrentaba a la inminencia de su propia desnudez frente a un desconocido en un burdel de Tokio, de Dubái, de Ankara, de Marsella, de Ibiza o de Mallorca.
Ese fue el trazado de su viaje de ida y vuelta a los infiernos de la trata de personas, un delito que no para de crecer, a pesar de las muchas advertencias de las autoridades y de las fundaciones que trabajan en pos de rescatar a miles de personas atrapadas en las redes de peligrosísimas mafias con tentáculos en todos los rincones del planeta.
“Hemos encontrado mujeres secuestradas en barcos anclados en el extremo sur de América”, dice Miguel, un investigador que trabaja como voluntario en equipos de apoyo a las policías de Colombia, Ecuador y Perú.
Fue él quien primero tuvo noticia de lo que le había pasado a Nathalia y a otras cinco mujeres contactadas en Pereira, Armenia, Manizales, Cartago y La Virginia.
Foto: Diego Val.
“Lo que le pasó a Nathalia es el modelo típico de aproximación a las potenciales víctimas”, afirma el hombre, sentado en el Terminal de Transportes de Pereira mientras espera un bus con destino a Anserma, Caldas. Ha recibido información de que una estudiante de dieciocho años desaparecida una semana atrás podría estar en poder de una organización que opera en el circuito de poblaciones mineras ubicado en los límites entre Caldas y Risaralda.
“Los hombres y mujeres encargados de contactar a las chicas siempre son del tipo ejecutivo: mucho traje sastre, relojes costosos y cadenas bien exhibidas. Antes del primer acercamiento han adelantado un detallado trabajo de investigación del que recogen datos sobre la actividad que desempeñan sus víctimas, así como acerca de sus necesidades, aspiraciones o deudas. Esto no es así no más. Cuando se deciden a acercarse es porque ya tienen un diagnóstico claro y preciso de la víctima”.
Un sorbo de café amargo, un vistazo a las palmas de las manos y el relato empieza a colarse por entre las grietas de la memoria de Nathalia.
“Puede sonar a justificación, pero el padre de mi niña nunca respondió ni con un vaso de leche. Por eso un día me prometí que haría hasta lo imposible por sacar a mi bebé adelante. He pasado por las cosas más terribles, pero aquí estoy de nuevo con ella. La dejé cinco años al cuidado de mi mamá, pero nunca les fallé con la plata para el sostenimiento.
“A mí me sucedió una cosa muy curiosa ¿sabe? A medida que avanzaba en los estudios universitarios más dudas me entraban de que ese no iba a ser el camino para brindarle lo mejor a Manuelita. Cómo le explicara: veía a mis amigas con un título profesional en la mano y seguían llevando los mismos trabajos de recepcionistas o de impulsadoras en los supermercados. Fue así como me fui llenando de temores sobre el futuro de la niña”.
“Entonces se me acercó José Roberto esa tarde de sábado.
Infografía: trata de personas a nivel mundial y departamental
Infografía: Diego Val.
Nathalia dice que no la sorprendió que el tipo dispusiera de tanta información sobre su vida. Unos amigos comunes que se interesan por tu bienestar me han hablado muy bien de ti. Por ejemplo, que eres una madre extraordinaria,dice Nathalia que le dijo el hombre cuando se ofreció a pagarle la cerveza. Después se sucedieron varias invitaciones a cenar y a la vuelta de un mes vino la propuesta directa: “¿No te gustaría conocer mundo, ganar buen billete y, de paso, asegurarle el futuro a tu hijita?”
“Parece increíble, pero los seres humanos somos más ingenuos de lo que parece. Basta con una dosis de necesidad por allí, otro tanto de frustración por acá, un trago de desesperación más acá más una cucharada grande de ambición y tenemos otro caso de víctimas de trata de personas”,asegura Miguel, desplegando en la pantalla de su computador portátil las fotografías de un centenar de mujeres en edades entre los dieciocho y los veinticinco años, captadas por las mafias de trata de personas con fines de explotación sexual.
En el catálogo de fotografías hay rubias genuinas, morenas, indígenas, negras, rubias teñidas, altas, bajitas, flacas gruesas o esbeltas como Nathalia.
“Otro café, por favor”. Su solicitud se acerca casi a la súplica y de golpe todo se revela: este ritual de apurar un sorbo y mirarse las palmas de las manos es en realidad un reloj: cada vuelta es un viaje de regreso a la memoria.
Foto: Diego Val.
“Como le dije, había prometido hacer todo lo posible por el bien de Manuelita. Cuando José Roberto me dijo que el trabajo consistía en servirle de dama de compañía a cincuentones millonarios en Japón, Dubái y otros lugares y que mis ingresos podían alcanzar hasta los ocho mil dólares mensuales, todo se me nubló. Solo pensé en mi niña viviendo como una princesa. Además, esos ingresos estaban libres de pasajes, alojamiento y alimentación.
“El paso siguiente fue decirle a mi madre que había conseguido un trabajo como ejecutiva internacional, que tendría que viajar por muchos países, que tendríamos que hacer el sacrificio de no vernos, pero que al final todas viviríamos a cuerpo de reinas. Con esos sueños locos en la cabeza me subí a un avión en Bogotá. De allí volamos a Chile, luego a Australia y finalmente a Japón ¿Alguien podía pensar en un sueño mejor?”
Bueno, a los funcionarios de entidades como Migración Colombia, la Organización Internacional para las migraciones, Aesco, la Fundación Esperanza y a voluntarios como Miguel les toca ver las cosas de otra manera. A ellos les corresponde asistir al momento justo en que ese sueño se convierte en pesadilla.
“Para empezar, la Trata de personas tiene muchas ramificaciones y especialidades”,asevera Álvaro, médico y abogado cooperante de la Organización Internacional para las Migraciones en estos asuntos.
“Aunque un porcentaje alto de los delitos está relacionado con fines de explotación sexual, ya se trate de prostitución, pornografía o pederastia, también está la trata de personas para la explotación laboral, una figura que convierte la antigua esclavitud en un auténtico paraíso, tan aberrantes son las condiciones a las que se ven sometidas las víctimas”.
Foto: Diego Val.
Cuando habla, Álvaro mueve las manos dibujando espirales en el aire: es su manera de ayudarse a entender las terribles manifestaciones de este delito.
“Fue Miguel quien me contó la historia de Nathalia y me mostró fotografías de su madre y de su hija. En la Semana Santa de 2015 recibieron su última llamada desde Turquía y desde ese momento perdieron todo contacto con ella. El método es el siguiente: Una vez llegan al primer país de destino, despojan a la persona de todos sus documentos y la enfrentan a la brutal realidad. Para empezar, nada de damas de compañía. Lo suyo será prostitución pura y dura. Tendrán que aceptar a los clientes que les pongan y someterse a todos sus caprichos. Y de pagos nada, antes de que salden los gastos de pasaporte, pasajes aéreos y manutención en el país de llegada.
“A ese ritmo el cuerpo se deteriora pronto y a las mujeres las van trasladando de país en país, en ambientes cada vez más degradantes hasta que las desembarcan de vuelta en algún prostíbulo del caribe, donde las abandonan a su suerte. Si corren con buena fortuna podrán reunir el dinero para volver a casa.
“En el caso de Nathalia, la rescatamos con ayuda de Miguel en un antro de Mallorca y la trajimos de vuelta a casa. Este Miguel es una de monje consagrado en cuerpo y alma al rescate de las víctimas de esas mafias. Y todo en el más completo anonimato. No quiere fotos, ni premios ni siquiera reconocimientos de las personas que ha contribuido a salvar. Lo suyo es lo más parecido a una misión que he conocido en la vida”.
Foto: Diego Val.
Siempre hay una esperanza
El delito de trata de personas con distintos fines y que incluye a niños de muy corta edad, registró en el año 2015 unos quince millones de víctimas en el mundo. El drama es de tal magnitud que en los últimos diez años se han creado unas doscientas organizaciones, a las que se suman miles de voluntarios, consagradas a seguirles la pista a las organizaciones criminales, así como a ubicar los lugares donde retienen a las personas y a denunciarlas ante las autoridades. En no pocos casos ellos mismos se encargan de rescatarlas, arriesgando incluso la propia vida.
En ese sentido, el diario digital ecuatoriano El telégrafo.com registró en su edición del 24 de febrero de 2017, que un hombre identificado como “Gabriel” contactó a tres mujeres y tres hombres y los convenció de viajar a Chile. Él supuestamente los ayudaría con los trámites para ingresar y además les conseguiría trabajos en los que ganarían $1300 cada mes. Las personas, que fueron enganchadas en las ciudades de Guayaquil y Milagro, en la provincia de Guayas, debían pagarle 206.400 pesos y cubrir los gastos del traslado en bus a Santiago.
Según la investigación adelantada por el OS-9 de Carabineros, las personas aceptaron la oferta y emprendieron el viaje. Una mujer ecuatoriana identificada por los carabineros con las iniciales N.V.F .G, los recibió en Chile y los acompañó durante los primeros días en la capital.
“A las mujeres las dejaron en una vivienda con un hombre, quien las encerró y les dijo que tendrían que trabajar en el comercio sexual. Asustadas, emprendieron la huida y, gracias a la colaboración de uno de esos voluntarios anónimos, lograron ponerse a salvo. Según el capitán Renato Cárdenas a los hombres los llevaron a trabajar en condición de esclavos en una ladrillería, de donde lograronescapar gracias a la colaboración de las tres mujeres que los contactaron por teléfono celular”,anotó el diario.
“A mucha gente le parece increíble que en pleno siglo XXI, cuando todo el mundo habla de libertad, democracia y derechos humanos, existan millones de personas sometidas por las mafias a distintos tipos de esclavitud. Y por eso, por increíble, los delincuentes pueden moverse a sus anchas. Los enganchadores están en todas partes donde existan víctimas potenciales: en las universidades, en los centros comerciales, en las iglesias, en las fábricas, en las discotecas, en los restaurantes y en los colegios. Hemos tenido casos en los que profesores y compañeros de estudio de las muchachas son el primer contacto con los traficantes. Hace tres años conocimos el caso de una adolescente muy bella, cuyos padres habían tenido una quiebra económica, que fue entregada por su propio novio a las redes de trata de personas”, Sentencia Yolanda, acodada en la barra de un Café al paso en el centro de Armenia
Diego Val.
A pesar de vivir en permanente contacto con este tipo de situaciones, a Yolanda se le contrae el rostro cuando recuerda el drama de esa chica, vendida a carteles especializados en oferta sexual para cruceros de lujo enfocados a un público de hombres ricos mayores de cuarenta años. Desde que una sobrina oriunda de Armenia fue raptada por una de esas redes, decidió consagrar el resto de sus días a ayudarles a las familias víctimas de ese delito. Fue así como se convirtió en voluntaria y entabló relación con personas como Miguel o con funcionarios de Migración Colombia, la Organización Internacional para las Migraciones o la Fundación Esperanza.
“Aunque todos son muy importantes, La Fundación Esperanza merece una mención aparte, porque se han consagrado de manera metódica, integral y constante a la atención de las víctimas de la trata de personas y a sus familias. Su campo de acción incluye desde la identificación de casos, el acompañamiento a las autoridades y las denuncias, hasta la investigación de fondo que permita tener un panorama de los territorios y las condiciones en que se da ese delito atroz. La fundación fue una de las primeras organizaciones que empezó a denunciar la presencia de fuertes y bien organizados grupos criminales que tienen su epicentro en el Eje Cafetero y en especial en Pereira. En ese recorrido me enteré de la tragedia de Nathalia y acompañé cada uno de los pasos de su regreso al hogar, con la vida medio desecha, pero ahí va, recomponiéndose pedacito a pedacito”.
El rostro de Nathalia es un entramado de diminutas arrugas que el maquillaje no alcanza a ocultar del todo. Cada una de esas arrugas puede equivaler a un día transcurrido desde que decidió embarcarse en un avión, convencida de que estaba comprando un seguro para la dicha eterna de su pequeña Manuela.
“Pero ya que estoy en casa, no quiero convertir el resto de mi vida y menos la vida entera de mi hija en un llanto eterno. A mis treinta años solo puedo pensar en el futuro de las dos. Eso es lo único que cuenta. Tengo una profesión y con eso voy a defenderme”.
Dice, y apura el quinto pocillo de café amargo de la tarde.
Antes de despedirse examina una vez más las palmas de sus manos.
Realmente hay un interés por saber más del grano y la bebida que nos caracteriza como región, hablando en términos de agro turismo.
Nunca antes había visto tanta gente joven reunida en un evento de café, cata y barismo en Pereira. Todos estaban entusiasmados, mientras el organizador, un instructor del SENA llamado Carlos Echeverry, exhibía sus cafeteras artesanales en la mesa delantera del auditorio, en el tercer piso del Banco de la República en Pereira.
Momento que el profesional parecía disfrutar, ya que cada paquete de café que abría, lo aspiraba como si fuera una rica y fresca flor. Con sus manos gruesas de constructor, dejaba caer los granos dentro del molino de café, que ruidosos, llamaban la atención de la gente.
Así entonces, este instructor, de casi un metro ochenta de estatura, gorra militar, camisa roja, jean azul y tenis Adidas, aperturó la charla hablando del programa de café que tenemos en Risaralda. Resaltando el producto insignia de nuestro departamento que poco a poco comienza a emerger, con el boom de los bares y cafés artesanales que hay por todo el centro de la ciudad y sus alrededores.
Foto: Diego Firmiano
Mientras Carlos Echeverry toma la palestra pública para discursear, su ayudante se concentra en la parte trasera, vertiendo agua caliente en los filtros de las cafeteras para preparar la cata. Luego surgen preguntas dirigidas al público como ¿qué sabemos del café? O afirmaciones como: ¡Lo que usted toma no es café!. Los adultos mayores están atentos, como si el que hablara fuera su propio hijo. Y los jóvenes, curiosamente, no están conectados a Whatsaap o jugando Candy Crush, sino receptivos.
Realmente hay un interés por saber más del grano y la bebida que nos caracteriza como región, hablando en términos de agro turismo. Por eso Carlos, que es el personaje principal en la escena, comienza a despotricar contra la Federación Nacional de Cafeteros, al proferir que no es justo que como país produzcamos buen grano, pero no sepamos, o alcancemos a probarlo de calidad en el interior, solamente tomándonos la pasilla.
Así, mientras las personas esperan catar el café, continua la charla que ahora versa ahora sobre economía, análisis político, y las preguntas que le formulan no se dejan esperar: ¿cuál es el mejor café? ¿dónde se puede comprar una calidad así? ¿Cuál es el éxito de Juan Valdez o Starbucks?
Foto: Diego Firmiano
Respuesta que surgen directamente de Carlos Echeverry, que aparte de ser instructor de café, es un orador carismático que entretiene y hace que la gente le preste atención. Sus palabras para justificar aquello es: “es que fuera de ser instructor soy persona”.
Los que están presentes, esperan probar la variedad de café, que previamente él ha mostrado en varios colores, olores y sabores, preguntando con carisma a los presentes sobre cuál es el mejor color, o si creen que el tono tiene que ver con el sabor. En esta idea, pide ayuda al público para servir las muestras de la bebida y de entre de ese grupo compacto sale Andrea Murillo, la administradora y esposa del poeta Hernán Mallama Roux quienes tienen un café céntrico llamado “Boutique Maria Antonia Café”.
Ya mientras bordea la hora, y algunos comienzan a irse, y otros degustan el café con diferentes gestos en sus rostros, el instructor, suelta dos frases para finalizar: “No les he podido hablar algo concreto” y la estocada final, que entretuvo el auditorio:“El café molido es como las muñecas finas, hay que adicionar poco para que te de lo mejor, sino queda amargo todo”.
Sin embargo, ya los originales Pijaos, dejaron hace tiempo de hablar el idioma original Panche, Yalcón, Yaparogue y Pijao, para comenzar a dialogar con otro idioma internacional, el del turismo.
Antes de llegar a Pijao, un pueblo a 32 kilómetros de Armenia, emplazado en la región andina (cordillera central) del Quindío, sabía tres cosas del lugar: que era la ciudad más lenta de Colombia, que la iglesia central parece un jabón y que la gente quiere irse a vivir o a morir allí.
Sobre lo último, la turista bogotana Diana Ospina, proveniente de Porland Oregon, arrobada ante los vientos, las calles tan limpias, y la amabilidad de la gente dijo: “Quiero que mis huesos descansen acá”. Lo que nos llevó a comprobar una intuición básica: que la gente prefiere este lugar por su clima, su belleza intrínseca y porque este es uno de los municipios que más cuida su identidad, en comparación con Salento, otro municipio del Quindío, que aupado por el auge del turismo, y promocionado por el billete de 50.000 mil pesos, ya es otro Salento con otros dueños de tierras y con un turismo absorbente y extraño.
Foto: La Cebra que Habla.
Igualmente, alemanes, norteamericanos, suecos han comprado tierras para cultivar su propio café en Pijao y así hacer sus huertas caseras, con hierbas que producen infusiones tan ricas como las que usan los ingleses en su Tea Time. Esta es la motivación inicial, porque en este pueblo no hay mega hoteles, ni, lugares exóticos para pasar un fin de semana exhaustivo. Hay varias tiendas que producen café sembrado, cosechado y procesado con esfuerzo y amor.
Como el café Bionativa cuyo slogan de “Futuro Natural” refrenda que las personas extranjeras se han enamorado de este lugar, cual segundo paraíso sobre la tierra. Y no es exageración, porque si algo conserva Pijao es la fuerte influencia por el DIY (hágalo usted mismo) ecológico que ha llevado a que esta ciudad sea preferida por canadienses, chilenos, coreanos y personas de otras latitudes del mundo que quieren sentir este especial pedazo de mundo como una experiencia de vida.
Foto: La Cebra que Habla.
Ya que en efecto es una experiencia con mayúscula, y ante la expectativa de la gente que va al pueblo y se queda, o que lo visita y sale al mundo exterior a hablar de el, se puede comprobar que el lugar deja un síndrome peculiar en las personas: el de renacer de nuevo o el de pasar sus últimos días en paz y con salud. El sentir que la altura de 1600 msnm de Pijao es tan saludable como otros parajes como por ejemplo el de Anapoima en Cundinamarca o Tinjacá en Boyacá. La gente ve algo más que un bello y tranquilo lugar, ven el futuro ahí, porque como reza una estrofa del himno del municipio: “Es la cuna de recias matronas. Que al futuro dijeron que sí”. Quien va a Pijao, cree encontrar un futuro y un propósito para su vida.
Sin embargo, ya los originales Pijaos, dejaron hace tiempo de hablar el idioma original Panche, Yalcón, Yaparogue y Pijao, para comenzar a dialogar con otro idioma internacional, el del turismo. Y no precisamente ese de fin de semana o de mochileros de todas partes del mundo que arriban a un lugar hasta absorberlo, sino todo lo contrario, el del turismo lento. Ese que pertenece a la red Citta Slow (Palabra italiana la primera, e inglesa la segunda) y que a su vez se deriva de otro movimiento que también está presente en Pijao: El Slow Food, o comida lenta y que en esencia tiene que ver con mejorar la calidad de vida de los lugares adscritos a este convenio, además de otra idea de fondo más especial: la de contrarrestar el fenómeno de que las ciudades cada vez más (y esto se comprueba en cualquier pueblo) se estén homogeneizando y que esto suponga un peligro para la identidad singular de cada lugar.
Foto: La Cebra que Habla.
Así entonces Mónica Flórez, activista, y representante del movimiento Citta Slow en Pijao, se refiere a este evento (pertenecer al convenio Citta Slow) como lo mejor que le pudo pasar al pueblo, ya que eso implica rescatar la diversidad cultural, celebrar lo folclórico, consumir lo local, y en este caso puntual, que la imagen de Pijao sea resaltada exteriormente con lo que los habitantes pueden producir con tesón, sin caer, en la tentación de poner discotecas o franquicias, u otros lugares para atraer el turista.
El atractivo de Pijao sigue siendo el café, indudablemente, pero también la iglesia en el parque central, que los pueblerinos no dudan en decir con jocosidad, que se parece a un jabón. Sin embargo, la duda de esto último estaba ahí. ¿Por qué un jabón? Respuesta que vino después de visitar el Museo Casa de los Recuerdos, y de conocer que el primer diseño de la iglesia original era especial, pero lastimosamente se perdió a causa del terremoto de 1999 en el eje cafetero.
Foto: La Cebra que Habla.
Igual, la gente sigue yendo a misa, atendiendo sus negocios, viviendo, y recibiendo a los turistas, donde más que ofrecerles un comercio salvaje y desenfrenado, los invitan a que vean Pijao como una experiencia de vida, y si alguien quiere comprar una parcela o una casa allí, puede hacerlo para irse a vivir o morir allí, si lo desea. Porque Pijao es un síndrome que todo el que visita el lugar, jamás se cura.