sábado, junio 28, 2025
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Antonio Machado: “Reflexiones de Juan de Mairena”

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No podemos introducir la cuidadosa selección de textos de este volumen que hemos llevado a cabo sin afirmar una diáfana verdad que, con frecuencia, solemos rehuir; a saber: en España se hace- y se ha hecho- filosofía de muchos quilates.


Por Ignacio G. Barbero.

Texto publicado originalmente en Culturamas.es

Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo) es una obra escrita por Antonio Machado y publicada, por primera vez, en el año 1936. El protagonista de la misma, ficticio poeta y docente, heterónimo del autor sevillano, se dedica a meditar con sus alumnos sobre la sociedad, el arte, la cultura, la literatura, la política y la filosofía, temas que son planteados con una encomiable variedad formal y una insobornable originalidad esencial. El desarrollo y estructura de las reflexiones es inclasificable, pues éstas van desde el más clásico aforismo, hasta la más somera sentencia, pasando por el diálogo, la introspección, el comentario erudito o el análisis del refrán popular.

Hablamos, por tanto, de un variopinto escaparate de ideas de todo viso y carácter que, al estar expuestas con ironía, ingenio, preclara inteligencia y buen humor, apelan con hondura a nuestra facultad de inteligir y, no menos, a nuestra capacidad de reír y burlarnos sanamente del ser humano, sus creaciones teóricas y su comportamiento moral y político. Así, el libro está vertebrado por una sopesada y sutil vertiente crítica que fija una incisiva distancia respecto a lo que sabemos, lo que creemos saber, lo que hacemos y lo que consideramos que debemos hacer; nos sitúa en una atalaya desde la que observar(nos) con quietud y retranca.

No podemos introducir la cuidadosa selección de textos de este volumen que hemos llevado a cabo sin afirmar una diáfana verdad que, con frecuencia, solemos rehuir; a saber: en España se hace- y se ha hecho- filosofía de muchos quilates. El volumen que nos ocupa es una excelente muestra de esa reivindicable realidad. Pasen, lean -sin prisa- y disfruten:

– Vivimos en un mundo esencialmente apócrifo, en un cosmos o poema de nuestro pensar, ordenado o construido todo él sobre supuestos indemostrables, postulados de nuestra razón, que llaman principios de la lógica, los cuales, reducidos al principio de identidad que los resume y reasume a todos, constituyen un solo y magnífico supuesto: el que afirma que todas las cosas, por el mero hecho de ser pensadas, permanecen inmutables, ancladas, por decirlo así, en el río de Heráclito. Lo apócrifo de nuestro mundo se prueba por la existencia de la lógica, por la necesidad de poner el pensamiento de acuerdo consigo mismo, de forzarlo en cierto modo, a que sólo vea lo supuesto o puesto por él, con exclusión de todo lo demás. Y el hecho – digámoslo de pasada- de que nuestro mundo esté todo él cimentado sobre un supuesto que pudiera ser falso, es algo terrible, o consolador. Según se mire. Pero de esto hablaremos otro día.

-Nadie debe asustarse de lo que piensa, aunque su pensar aparezca en pugna con las leyes más elementales de la lógica. Porque todo ha de ser pensado por alguien, y el mayor desatino puede ser un punto de vista de lo real. Que dos y dos sean necesariamente cuatro, es una opinión que muchos compartimos. Pero si alguien sinceramente piensa otra cosa, que lo diga. Aquí no nos asombramos de nada. Ni siquiera hemos de exigirle la prueba de su aserto, porque ello equivaldría a obligarle a aceptar las normas de nuestro pensamiento, en las cuales habría de fundarse los argumentos que nos convencieran. Pero estas normas y estos argumentos sólo pueden probar nuestra tesis; de ningún modo la suya. Cuando se llega a una profunda disparidad de pareceres, el onus probandi no incumbe realmente a nadie.

– Al fin sofistas, somos fieles en cierto modo al principio de Protágoras: “el hombre es la medida de todas las cosas”. Acaso diríamos mejor: el hombre es la medida que se mide a sí misma o que pretende medir las cosas al medirse a sí misma, un medidor entre inconmensurabilidades. Porque lo específicamente humano, más que la medida, es el afán de medir. El hombre es el que todo lo mide, pobre hijo ciego del que todo lo ve, noble sombra del que todo lo sabe.

-La vida, en cambio, no es- fuera de los laboratorios- una idea, sino un objeto de conciencia inmediata, una turbia evidencia. Lo que explica el optimismo del irlandés del cuento, quien, lanzado al espacio desde la altura de un quinto piso, se iba diciendo, en su fácil y acelerado descenso hacia las losas de la calle, por el camino más breve: “Hasta ahora voy bien”.

– Uno de los medios más eficaces para que las cosas no cambien nunca por dentro es renovarlas -o removerlas- constantemente por fuera. Por eso – decía mi maestro- los originales ahorcarían si pudieran a los novedosos, y los novedosos apedrean cuando pueden sañudamente a los originales.

– Aprendió tantas cosas -escribía mi maestro, a la muerte de un amigo erudito-, que no tuvo tiempo para pensar en ninguna de ellas.

– Cuando los hombres acuden a las armas, la retórica ha terminado su misión. Porque ya no se trata de convencer, sino de vencer y abatir al adversario. Sin embargo, no hay guerra sin retórica. Y lo característico de la retórica guerrera consiste en ser ella la misma para los dos beligerantes, como si ambos comulgasen en las mismas razones y hubiesen llegado a un previo acuerdo sobre las mismas verdades. De aquí deducía mi maestro la irracionalidad de la guerra, por un lado, y de la retórica, por otro.

– Claro es que la duda que yo os aconsejo no es la duda metódica a que aluden los filósofos, recordando a Descartes. Una duda metódica será siempre pura contradictio in adiecto, como un círculo cuadrado, un metal de madera, un guardia de asalto, etc. Porque el que tiene un método o cree tenerlo, tiene o cree tener un camino que conduce a alguna verdad, que es precisamente lo necesario para no dudar. Cuando leáis la obra de Descartes, el mayor padre de la filosofía moderna, veréis como es la duda lo que no aparece en ella por ninguna parte. Descartes es fe madura en la ciencia matemática, sin la cual es casi seguro que no habría nunca filosofado. Y en verdad que nadie ha pensado en colocar a Descartes entre los escépticos. Pero yo no os aconsejo la duda a la manera de los filósofos, ni siquiera de los escépticos propiamente dichos, sino la duda poética, que es duda humana, de hombre solitario y descaminado, entre caminos. Entre caminos que no conducen a ninguna parte.

– Nunca nosotros hemos de profesar un culto desmedido a las actividades cinéticas, convencidos de que éstas se nos darán siempre por añadidura, mientras no logremos sustraernos al universo físico de que formamos parte. Ni el trabajo por el trabajo, ni el juego por el juego, ni la lucha por la lucha misma, que son maneras de rendir un homenaje- realmente superfluo- al movimiento. La gracia está en pararse a ver, a contemplar, a meditar, en consagrarse un poco a las actividades quietistas. Quiero decir con estos que no pretendo educaros para hombres de acción, que son hombres de movimiento, porque estos hombres abundan demasiado. El mundo occidental padece plétora de ellos, y es su exceso, precisamente- no su existencia-, lo que trae al mundo entero de cabeza.

– Para crear hábitos saludables, que nos acompañen toda la vida, no hay peor camino que el de la gimnasia y los deportes, que son ejercicios mecanizados, en cierto sentido abstractos, desintegrados, tanto de la vida animal como de la ciudadana. Aun suponiendo que estos ejercicios sean saludables- y es mucho suponer-, nunca han de sernos de gran provechos, porque no es fácil que nos acompañen sino durante algunos años de nuestra efímera existencia. Si lográsemos, en cambio, despertar en el niño el amor a la naturaleza, que se deleite en contemplarla, o la curiosidad por ella, que se empeñe en observarla y conocerla, tendríamos más tarde hombres maduros y ancianos venerables, capaces de atravesar la sierra de Guadarrama en los días más crudos del invierno, ya por deseo de recrearse en el espectáculo de los pinos y de los montes, ya movidos por el afán científico de estudiar la estructura y composición de las piedras o de encontrar una nueva especie de lagartijas. Todo deporte, en cambio, es trabajo estéril, cuando no juego estúpido. Y esto se verá más claramente cuando una ola de ñoñez y americanismo invada nuestra vieja Europa.

– El escepticismo pudiera estar o no estar de moda. Yo no os aconsejo que figuréis en el coro de sus adeptos ni en el de sus detractores. Yo os aconsejo, más bien, una posición escéptica frente al escepticismo. Por ejemplo: “Cuando pienso que la verdad no existe, pienso, además que pudiera existir, precisamente por haber pensado lo contrario, puesto que no hay razón suficiente para que sea verdad lo que yo pienso, aunque tampoco demasiada para que deje de serlo”. De ese modo nadáis y guardáis la ropa, dais prueba de modestia y eludís el famoso argumento contra escépticos, que lo es sólo contra escépticos dogmáticos.

– Nunca os aconsejaré el escepticismo cansino y melancólico de quienes piensan estar de vuelta de todo. Es la posición y más falsa y más ingenuamente dogmática que puede adoptarse. Ya es mucho que vayamos a alguna parte. Estar de vuelta, ¡ni soñarlo…!

– Nunca profeséis de graciosos. Porque no siempre hay ganas de reír. Aunque nunca faltan motivos para ello.

– Sería conveniente- habla Juan de Mairena a sus alumnos- que el hombre más o menos occidental de nuestros días, ese hombre al margen de todas las iglesias – o incluido sin fe en alguna de ellas- que ha vuelto la espalda a determinados dogmas, intentase una profunda investigación de sus creencias últimas. Porque todos- sin excluir a los herejes, coleccionistas de excomuniones, etc.-, creemos en algo y es este algo, a fin de cuentas, lo que pudiera explicar el sentido total de nuestra conducta. Sin una pura investigación de las creencias, que sólo puede encomendarse a los escépticos propiamente dichos, carecemos de una norma medianamente segura para juzgar los hechos más esenciales de la historia.

– Suele vivir el hombre crucificado sobre su propia vanidad, literalmente asado sobre las ascuas de su negra honrilla. Es condición humana este cruel suplicio – añadía Juan de Mairena- y no es justo que pierda totalmente nuestra simpatía quien lo padece. Pero también es condición del hombre el afán de mejorar esta condición, y aun la posibilidad de mejorarla, quiero decir, en este caso, de libertarse un poco de la cruz y las ascuas supradichas. Y nuestra mayor estimación irá hacia aquellos hombres que lo intentan, aunque no siempre lo consigan, a saber, hacia los hombres de espíritu filosófico que suelen pensar, más por amor a la verdad que por amor al hombrecillo que todos y cada uno de nosotros llevamos a cuestas.

– Lo corriente en el hombre es la tendencia a creer verdadero cuanto le reporta alguna utilidad. Por eso hay tantos hombres capaces de comulgar con ruedas de molino. Os hago esta advertencia pensando en algunos de vosotros que habrán de consagrarse a la política. No olvidéis, sin embargo, que lo corriente en el hombre es lo que tiene de común con otras alimañas, pero lo específicamente humano es creer en la muerte. No penséis que vuestro deber de retóricos es engañar al hombre con sus propios deseos; porque el hombre ama la verdad hasta tal punto que acepta, anticipadamente, la más amarga de todas.

– Una cosa terrible, contra muchas ventajas, tiene el aumento de la cultura por especialización de la ciencia: que nadie sabe ya lo que se sabe, aunque sepamos todos que de todo hay quien sepa. La conciencia de esto nos obliga al silencio o nos convierte en pedantes, en hombres que hablan, sin saber lo que dicen, de lo que otros saben. Así, la suma de saberes, aunque no sea en totalidad poseída por nadie, aumenta en todos y en cada uno, abrumadoramente, el volumen de la conciencia de la propia ignorancia. Y váyase lo uno- como decía el otro- por lo otro. Os confieso, además, que no acierto a imaginar cuál sería la posición de un Sócrates moderno, ni en qué pudiera consistir su ironía, ni cómo podría aprovecharnos su mayéutica.

– Alguna vez se ha dicho: las cabezas son malas; que gobiernen las botas. Esto es muy español, amigo Mairena.

-Estos es algo universal, querido don Cosme. Lo especificamente español es que las botas no lo hagan siempre peor que las cabezas.

– Descansemos un poco de nuestra actividad raciocinante, que es, en último termino, un análisis corrosivo de las palabras. Hemos de vivir en un mundo sustentado sobre unas cuantas palabras, y si las destruimos, tendremos que substituirlas por otras. Ellas son los verdaderos atlas del mundo; si una de ellas nos falla antes de tiempo, nuestro universo se arruina.

– Pero volvamos a nuestras frases hechas, sin cuya consideración y estudio no hay buena retórica. Reparad en ésta: abrigo la esperanza y en la mucha miga que tiene eso de que sea la esperanza lo que se abrigue. La verdad es que todos abrigamos alguna, temerosos de que se nos hiele.

– Vosotros sabéis que yo no pretendo enseñaros nada, y que sólo me aplico a sacudir la inercia de vuestras almas, a arar el barbecho empedernido de vuestro pensamiento, a sembrar inquietudes, como se ha dicho muy razonablemente, y yo diría, mejor, a sembrar preocupaciones y prejuicios; quiero decir juicios y ocupaciones previos y antepuestos a toda ocupación zapatera y a todo juicio de pan llevar.

– Preguntadlo todo, como hacen los niños. ¿Por qué esto? ¿Por qué lo otro? ¿Por qué lo de más allá? En España no se dialoga porque nadie pregunta, como no sea para responderse a sí mismo. Todos queremos estar de vuelta, sin haber ido a ninguna parte. Somos esencialmente paletos. Vosotros preguntad siempre, sin que os detenga ni siquiera el aparente absurdo de vuestras interrogaciones. Veréis que el absurdo es casi siempre una especialidad de las respuestas.

Lo sencillo y lo necio

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Con un profundo  conocimiento de la  condición humana, el autor nos conduce a través del drama de los protagonistas sin utilizar trucos y menos remitirse a las fórmulas que en nuestros días garantizan un caudal de  lectores


 

En un mundo donde la sofisticación y el artificio se volvieron valores de primer orden, la sencillez  representa poco menos  que una tara.

Tal vez por eso  la esencia de los seres y las cosas, que tanto preocupó a  filósofos  y poetas fue suplantada por  imágenes  intercambiables y fabricadas  a criterio de publicistas y expertos en mercadeo, al punto de convertir en norma de existencia una  superstición anclada en la certeza de que lo importante no es ser  sino  parecer.

Todos esos asuntos  se le vienen a uno a la cabeza después de leer  La Herencia  de Eszter, la  novela del escritor húngaro Sándor Márai, un artista que después de padecer los horrores  por parte de los nazis primero y de los comunistas después, acabó  quitándose la vida frente a las  playas de California como una prueba  de que no hay rincón sobre la tierra capaz de brindar sosiego a los desesperados.

La protagonista de la novela es  una  mujer perteneciente a la rama decadente de una familia centroeuropea, que una vez vivió una trunca historia de amor  con Lajos, uno de esos vividores caros a toda una tradición literaria.

 

Foto extraída de: Lahierbaroja

 

La relación siempre estuvo basada en la manipulación física y emocional por parte del hombre, que además  sometió a la familia a múltiples estafas, hasta dejarla en los límites de la ruina.

Veinte años después  Eszter recibe el anuncio del regreso de su antiguo amor, que no tiene un propósito distinto al de culminar su obra de devastación económica y espiritual. A pesar de saberlo y de recibir  advertencias de todos lados, o quizás precisamente por eso, ella sabe que no hay apelación y espera su llegada con un ahínco  bastante parecido al amor.

Histrión como es, Lajos cumplirá al pié de la letra  su cometido  y al final del relato dejará a Eszter sin más recompensas que la reafirmación de su derrota y  a las puertas de una indigencia que  a esa altura del camino parece importarle bien poco.

Con un profundo  conocimiento de la  condición humana, el autor nos conduce a través del drama de los protagonistas sin utilizar trucos y menos remitirse a las fórmulas que en nuestros días garantizan un caudal de  lectores, sin que importe mucho la calidad de las propuestas.

 

Sándor Márai (pronunciado [ˈʃa:ndor ˈma:rɔ.i]; Košice, Hungría; 11 de abril de 1900 – San Diego, California, Estados Unidos; 22 de febrero de 1989) fue un novelista, periodista y dramaturgo húngaro. Foto extraída de: New Splex
El suyo es un intento por develar las claves del destino, esa vieja noción surgida a la lumbre de  las cavilaciones   humanas a través de los siglos, que al final del camino nos devuelve, reflejadas en una  sucesión de espejos enfrentados, las mil caras del absurdo y fascinante asunto de estar vivos.

Tampoco hay florituras ni explosiones del lenguaje. Mucho menos innovadoras técnicas de narración: la tragedia humana por sí sola es suficiente razón para  emprender la aventura de contar una historia, como para estropearla con alardes propios de la pirotecnia y la política.

Y es en ese punto donde la obra de Sándor Márai, como la del italiano Dino Buzzatti, obliga a pensar que todo ese asunto de  estructuras,  claves secretas y  técnicas narrativas que tanto excitan a los editores contemporáneos no es otra cosa que el último recurso de  autores que poco tienen para decir y entonces  optan por desviar   la atención del lector hacia su ingeniosa  manera de contar las cosas: la pura fascinación del vacío que, dicen, obsesiona a los trapecistas.

Para avalar el truco  parecen existir los expertos que interpretan, recomponen  y explican   el sentido de  esas estructuras, olvidando de paso que, como bien se desprende de   la novela de Marai,  el  propósito de la literatura y del arte en general nunca ha sido otro que el de iluminar  las tinieblas del corazón  humano, sin necesidad de hacer malabarismos en esa peligrosa frontera  que separa a la sencillez de la necedad.

Especial semana del Cannabis en Pereira

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Especial semana del Cannabis en Pereira


 

Gracias al proceso de industrialización, investigación y apertura de Colombia al mercado de la marihuana medicinal, el país podrá en unos años tener el 10 % de las exportaciones mundiales del producto, dijo recientemente el rector de la Universidad del Rosario, José Manuel Restrepo. Así es que en Pereira, esta semana se celebran varios congresos  y ponencias sobre la Marihuana y sus efectos medicinales no tanto en personas como en mascotas. Bienvenidos a este especial preparado para todos.

Pueblo Rico es un rumor de aguas

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hombres y mujeres que un día partieron de lugares remotos de la tierra y vinieron a juntarse en este rincón del mundo que con el  transcurrir de los años pasó a llamarse Pueblo Rico.


Selva adentro

En realidad los fundadores de la población no llegaron, como se  insinúa a veces, por esos caminos abiertos a machete limpio por vecinos que un día partieron del suroeste  de Antioquia, con el propósito de tumbar monte y sembrar maíz, plátano y fríjol para  el sustento de sus familias.

Los  protagonistas de esta historia venían, como quien dice, de regreso. Se habían adentrado en las selvas del Chocó siguiendo la ruta de Guática,  Mistrató y Belén de Umbría.

Como tantos otros, acudían al llamado de las riquezas minerales que desde la llegada  de los primeros  conquistadores habían adquirido proporciones de leyenda.

Muchos de ellos se habían asentado en la población de Carmen del Atrato, en el Departamento del Chocó. Era el año de 1884  y las guerras civiles seguían desangrando los campos de un país que-igual que hoy- confiaba más en el poder aniquilador de las armas que en la  facultad creadora de las  ideas.  Algunos fugitivos de esas contiendas  fueron a parar a esas tierras, atraídos por un rumor de aguas. En no pocas ocasiones vadearon el cauce de ríos bautizados con nombres como San Juan, Cuanza, Tatamá, Taiba, Curumbará, Guarato, Lloraudó y Aguas Claras.

Foto Jess Ar.

En la sonoridad de esos nombres anidaba un rumor de voces indígenas, negras y mestizas : las de los  hombres y mujeres que un día partieron de lugares remotos de la tierra y vinieron a juntarse en este rincón del mundo que con el  transcurrir de los años pasó a llamarse Pueblo Rico.

Unos cuantos hicieron fortuna con el oro del Chocó, otros lograron juntar un capital transportando víveres en largas jornadas que incluían todos los medios de transporte disponibles en la época: bestias de carga, canoas y, sobre todo, las piernas de siete leguas que les servían a esos aventureros para recorrer en todas direcciones el mapa de Colombia.

No pocos de ellos dejaban sus huesos en algún desfiladero  o en el recodo de un camino donde algún alma caritativa improvisaba una cruz utilizando ramas y bejucos.

Así que  en ese 1884 le dieron acta de nacimiento  a una población  amasada con sangre indígena, negra y mestiza: las tres etnias que hoy constituyen las señas de identidad de una comunidad  que se despierta bien temprano entre hilachas de neblina y después de un buen trago de café emprende la invención diaria de un destino con los ingredientes  que cada uno de esos pueblos   ha forjado en el camino.

Foto Jess Ar.

Los pedalazos de Ezequiel

El 25 de enero de 1974 el joven Ezequiel Idárraga recibió la noticia que cambió por completo el curso de sus días. Tenía veintidós años y  el último diciembre se había graduado como bachiller en la Normal Nacional. Vivía con sus padres en una finca del municipio quindiano de Montenegro.

¡Mijo, lo acaban de nombrar profesor en una escuela de Pueblo Rico! Exclamó el viejo, orgulloso de su retoño, todavía sin saber muy bien dónde estaba ubicado ese pueblo  bautizado con un nombre que en el  momento se le antojó pretencioso.

Después,  estudiando el mapa, confirmaron que se trataba de una pequeña localidad ubicada entre el Chocó y el recién creado Departamento de Risaralda. Porque  antes de pertenecer a  Caldas, Pueblo Rico había  formado parte del Chocó hasta el año de  1912.

Foto Jess Ar.

“Eran unas cinco horas de carretera las que me aguardaban entre mi casa y ese pueblo del que no tenía idea hasta ese momento. Como había participado en una Vuelta de la Juventud, la que ganó Rafael Antonio Niño, conocía esas carreteras hasta La Virginia y sabía que por allí se desviaba uno hacia Pueblo Rico. Entre alegre y triste mi mamá Elvia me ayudó a empacar en una caja de cartón todas mis pertenencias: tres mudas de ropa,  un par de zapatos, un radio Sanyo, cuatro calzoncillos, tres pares de medias, un diccionario, el catecismo del padre Astete, un libro de Historia de Colombia y un sombrero”.

Pero por encima de todo estaba su bicicleta Monark. La misma  que montó durante todas las etapas de esa Vuelta de la Juventud en la que terminó de penúltimo pero terminó. Viajó bien envuelta en cartones en la bodega de uno de esos viejos buses de Flota  Occidental que recorrían carreteras pantanosas y polvorientas mucho antes de que el asfalto  hiciera presencia por estos lados.

Como sería de entrañable su relación con esa bicicleta que hasta le puso un nombre: Ramona.

Con ella recorrió durante una década las carreteras  rurales de Pueblo Rico hasta convertirse en un portador  ambulante de anécdotas aprovechadas después por los historiadores y cronistas de la localidad.

Foto Jess Ar.

Hoy, a sus sesenta y seis años, radicado de nuevo en Montenegro con su mujer, sus hijos y sus nietos, el profesor Ezequiel hace memoria, apoyándose en uno de  esos álbumes  de fotografías que narran sin necesidad de muchas palabras la historia de las familias  y la de los pueblos donde habitan.

Donde anida el recuerdo

“Llegué a Pueblo Rico el último día de enero de 1974, porque tenía que empezar a  trabajar el primero de febrero. Mi primera impresión fue la de todo el mundo: la gran cantidad de niños indígenas, negros  y mestizos que correteaban por entre los toldos de la plaza principal donde se expendían la carne, las frutas y los víveres. En  ese momento tuve conciencia del desafío que me esperaba como educador: comprender, conciliar y aprovechar la diversidad de culturas, costumbres y prejuicios de comunidades tan disímiles. Pensemos nada más en las resistencias  latentes entre ellos mismos y tendremos un panorama de lo compleja que resulta la convivencia. Sin embargo, a pesar de todo eso, creo que la comunidad ha sabido aprovechar esa riqueza material y humana para convertirla en parte del progreso de todos”.

Para aprender eso,  el profesor Ezequiel recorrió a puro pedal los más remotos parajes del municipio. Y cuando ya no podía entrar  con su bicicleta  emprendía largas caminatas en las que aprendió a comer animales de monte y a evitar el verrugoso, la letal serpiente que se ha  cobrado más de una víctima en la zona. También  descubrió el sabor del Viche, ese licor cerrero que parece esconder en sus entrañas el  dolor del Chocó profundo. El de la esclavitud y el de los cimarrones perseguidos por perros de presa.

“Desde el primer día de clase hice  buenas migas con los padres y abuelos de los estudiantes. Fue así  como aprendí a conocer de viva voz la historia  remota de Pueblo Rico. Supe que Tatamá era una de las cuatro provincias del Chocó y que en ese territorio fue fundado el poblado de  San Antonio de Tatamá del Chamí. Aprendí  además que en 1821 ya existía el municipio vecino de  San José de Tadó, donde puede decirse que empezó todo. Fue allí donde se reunió una junta de fundación de Pueblo Rico en el año de 1887. Según los estudiosos, de esa junta formó parte la familia Tascón, de origen Chamí, así como los Ayala, originarios del Cauca y establecidos en Itsmina. También se menciona a los Pinzón, los Chalarca y los Tamayo, estos si llegados desde Arrayanal. De cualquier manera, todas eran familias que habían incursionado en el Chocó en busca de riquezas mineras”.

Foto Jess Ar.

Buscando datos, explorando aromas y descubriendo sabores, el profesor Ezequiel  visitó minúsculos caseríos en Tadó, Bagadó y San José del Palmar. Siguiendo el rastro indígena atravesó el bosque de punta a punta hasta llegar a Mampay y luego a  San Antonio del Chamí en territorio de Mistrató.

A modo de testimonio de esos días guarda en su casa de Montenegro un sólido bastón ritual de pura macana, regalo de los indígenas de Purembará durante su visita a ese resguardo en  1984, poco antes de partir desde Pueblo Rico hacia Belálcazar Caldas , adonde  lo arrastró el amor por Rosalba Marín, la madre de sus hijos.

“De Pueblo Rico solo tengo recuerdos bellos. Para empezar, de la gente que siempre me rodeó con su calidez, sus atenciones… y sus comidas que hoy me vuelven agua la boca cada vez que las recuerdo. Siempre que podíamos nos escapábamos, previa preparación de un buen fiambre, a las aguas del río Taiba, al Cerro  Tatamá en la vía a Santuario,  a la Cascada del Fantasma, a Río Negro, al Alto Amurrapa y a  Santa  Cecilia, donde el componente de las culturas negras sigue teniendo toda su fuerza. Es curioso, desde que partí del pueblo jamás volví, tal vez porque no lo necesito: todo lo bueno que aprendí allí lo conservo vivo adentro.”

Días de plagas

Como todos los lugares de la tierra Pueblo Rico también ha tenido que habérselas con sus dosis particulares de infortunio.  A veces es la naturaleza  con su bramido de aguas turbulentas. En otras es la condición  humana que se abate sobre el prójimo con su furia de fuego y machetes. En  otras  es un bicho  diminuto que arremete en masa y amenaza la supervivencia de comunidades enteras.

Foto Jess Ar.

Una de estas últimas es El picudo. El periodista Jhony Vásquez lo supo documentar en una crónica radial que en su momento le valió un premio de periodismo. El picudo, un cucarrón voraz especializado en la palma del chontaduro, acorraló a unas 250 familias que vivían de ese cultivo en territorios de Mistrató y Pueblo Rico.

Como muchos saben, aparte de sus naturales facultades nutrientes, el Chontaduro está  rodeado de unas creencias  que le atribuyen propiedades afrodisíacas. Por eso el ataque del cucarrón alcanzó a sentirse en el alza de los precios del producto en las calles de Pereira. El asunto adquirió tales proporciones que hasta Putumayo y Buenaventura tuvieron que desplazarse los distribuidores para garantizar el abastecimiento.

Pero El picudo fue una plaga menor, si la comparamos con lo que tuvieron que padecer los habitantes de Pueblo Rico durante los días más aciagos de la guerra.

Omaira  Mosquera, cincuenta y dos años, vendedora de jugo de Borojó y Chontaduro residente en el barrio El Dorado de Pereira, lo recuerda con toda nitidez.

Foto Jess Ar.

“¡Ábrase negra que va a llover candela! Gritó el tipo  que pasó  echando tiros con un fusil en la mano, mientras yo buscaba donde esconderme con  mi hija Noralba y mis dos nietos”.

“Tanto como quiero esta vida, en ese  momento corrí tan rápido desde Santa Cecilia, mi pueblo, que todavía no me acuerdo cómo ni en qué llegué a Pereira. Pudo ser en bus, en jeep, volando o a pata limpia. Pero lo cierto es que, casi veinte años después, estoy con mi familia entera viva y coleando”.

Con su pañoleta roja adornándole la cabeza, Omaira es la expresión palpitante del milagro.

“Eso fue la tarde del 17 de mayo del año 2000. Los que se tomaron a Santa Cecilia fueron los del frente Aurelio Rodríguez de las Farc. Por esos días mi hija tenía  veinte años y mis nietos estaban de brazos. Mejor dicho: mamaban teta de lo lindo. Estábamos en la casa preparando las empanadas para salir a vender cuando el primer estallido y después todo fueron gritos: pedidos de auxilio, ladridos de los perros, gritos de los niños, madrazos de los hombres y llanto de las mujeres. Y las balas zumben que zumben. Después de tres horas de pesadilla  Santa Cecilia quedó con la iglesia en pedazos, un  vecino del pueblo muerto, el comando de policía vuelto nada y un agente secuestrado. Como le digo, todavía no sé cómo me las arreglé para llegar a Pereira”.

Foto Jess Ar.

Fundada en 1895 por  fugitivos de haciendas y aserraderos, Santa Cecilia  ha sido una población clave en el devenir de Pueblo Rico, municipio del que hoy es corregimiento. Su honda raigambre tiene un peso que, además de cultural, es político. De sus tensiones, encuentros y desencuentros con indígenas y mestizos ha surgido una manera de ver el mundo que es en sí misma un aporte a las contradicciones que caracterizan la vida del país. Por eso, ese episodio de violencia y reconstrucción es recordado hoy por muchos como uno de los momentos que marcan un antes y un después en la historia de Risaralda y Chocó, dos departamentos de Colombia atados por unos lazos tanto o más sólidos que las  fuerzas que pretenden separarlos.

Días mejores

Madera, minería, agua, extensiones cultivables. Toda una suma de riquezas  que prometen prosperidad y a la vez son un señuelo para las plagas. Las silvestres y las humanas.

Todo un  cúmulo de energías expresadas en las vidas cruzadas del profesor Ezequiel y de Omaira Mosquera.

Mientras el nudo se resuelve, envuelto en hilachas de niebla, Pueblo Rico  aguarda por días mejores.

Mamás en el rebusque diario

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Galería “Mamás en el rebusque diario”


 

La tarea de la Madre en el día a día es toda una aventura. Ellas tienen en mente, antes que ellas, el bienestar de sus hijos y por eso se esfuerzan, dan todo, creen, emprenden, sueñan. En esta galería, nuestro Ojo de Cebra encontró en la ciudad varios varias mujeres en diferentes trabajos, entre cientos más, que día a día, configuran su feminidad, y su posición como mujeres cabezas de hogar.

Bienvenidos

 

Ser madre: ¡Cuánto me cuesta!

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Y es que tener hijos consiste en mezclar en un solo sentimiento el instinto de conservación, el ego y la incertidumbre de la existencia.


 

No sé si a toda mujer le ha sucedido, que, se espera de ella una única cosa sin lugar a discusión: que llegue a ser madre.

Mi vida estuvo siempre cruzada por esa expectativa, que desde muy pequeña se perfilaba como la obtención de una especie de placer. Recuerdo mirar a los bebés en brazos de sus madres, y experimentar una conmoción interior, algo similar a un llamado que se presentaba en mi muy fuerte y gozoso: ¡quería ser madre!

Luego, cuando fueron pasando los años, esa solicitud esencial se silenció y vinieron los razonamientos. La reflexión relativa a la búsqueda del padre de mis potenciales hijos, por ejemplo, ocupó buena parte de mis inquietudes juveniles.  A veces se perfilaban algunos que intuía podían llegar a ser, y entonces me desplegaba en ese romanticismo adolescente que dibuja hogares plenos de miel y nueces.

 

Foto extraída de: Pixabay.

 

Pensaba cómo sería ese futuro lugar, inasible pero tibio, en el que se cobijarían tantos sentimientos mezclados: la violencia del impulso sexual juvenil, al tiempo del deseo de concebir un ser, producto del pretendido enamoramiento.

Pero la realidad dista mucho de desarrollarse con arreglo a las fantasías infantiles y a los espejismos de la juventud.  Algo de ello es necesario para, como dice mi amigo Gustavo Colorado, apretar los dientes y seguir adelante siendo consecuentes con lo que en su momento creímos “decidir”, en el ejercicio de nuestra pretendida autonomía. Parte de ese eco de ideal romántico se conserva porque, en su ausencia, los días se presentarían fríos y atemorizantes. 

Y es que tener hijos consiste en mezclar en un solo sentimiento el instinto de conservación, el ego y la incertidumbre de la existencia.  Un hijo es dicha y dolor, es ternura y decepción, es sufrimiento y gozo, todo en un mismo acto de afirmación y continuidad de la especie.

 

Foto extraída de: Pixabay.

 

Ningún niño nacido es automáticamente humano, como sentencia lúcidamente mi maestro ausente.  Hay que traerlo a la humanidad a través de la cultura, de la enseñanza de los comportamientos que lo harán un ser social.

Esa tarea en los primeros años es agotadora, hasta amenazar con dejar menguadas las fuerzas con que se nos había dotado para ello.  Es peor cuando se le rodea de mucha reflexión. Porque al meditarlo en exceso, se cae en la pretensión de un imposible: abarcar una innumerable serie de dimensiones y posibilidades que dejan a la madre, que así procede, extenuada en el intento por otorgar “lo mejor” a su criatura.

Los hijos nos beben, nos comen vivas.  Los hijos nos prueban, nos saborean. Recuerdo entonces que mi hijo menor, chupando muy animado mis cabellos, solía decir: “mamá, tu pelo sabe a espagueti”.

 

Foto extraída de: Pixabay.

 

No es solo el esfuerzo físico, que es superlativo para el cuerpo de la mujer. No se trata únicamente de entregar nuestras reservas de energías convertidas en alimento que nos fluye de los pechos.  Yo diría que la valentía  más significativa consiste en pensar. Reflexionar constantemente en el bienestar del hijo.  Ello implica considerar al tiempo todas las dimensiones de la supervivencia: sicológicas, fisiológicas, intelectuales, comportamentales, relacionales, emocionales, vocacionales, etc.

La pregunta abierta por la ventura del hijo ocupa integralmente la realidad de la madre, y no la abandona jamás, será siempre, desde el instante de la concepción, un instrumento al servicio de la naturaleza y su feroz impulso de supervivencia; la esclava física y mental de sus hijos. El yugo que la sujeta es el peor de todos y el más efectivo con el que la naturaleza haya dotado a ser alguno: el amor.

A propósito de un libro sobre las ejecuciones extrajudiciales o “Falsos Positivos” en Colombia

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Este libro es un estremecedor estudio publicado por la Universidad Santo Tomás, a finales del año pasado con autoría del sociólogo, Omar Eduardo Rojas, Coronel (r) de las fuerzas militares y el investigador Fabián Leonardo Benavides, cuya reseña en el periódico inglés The Guardian, trajo a mi mente la tragedia de Marina, señora que conocí hace dos años, víctima como otras madres de La Virginia, de ejecuciones  extra judiciales o  “falsos positivos”  en la persona de su hijo Fernel de 26 años.


 

 

Foto: Rosa Stella Cano

Marina me contó cómo su hijo y otros amigos vecinos desaparecieron, por varios días después de haber comentado, ilusionados, que estaban pendientes de una oferta de trabajo muy buena en el Quindío.

Pasaron los días, sin saber nada de ellos y muy preocupadas las familias empezaron a buscarlos hasta cuando se enteraron, por el periódico Crónica del Quindío, que en la morgue de Armenia se encontraban cuatro cadáveres que respondían a los datos de ese grupo y que al parecer habían sido dados de baja por el ejército, en combates con el frente 50 de las FARC-EP.

La noticia causó incredulidad y extrañeza. Tenían que estar equivocados, los estaban confundiendo, esos que mencionaban como guerrilleros, no podían ser ellos. Fernel, el hijo de Marina había pagado servicio militar en zonas de conflicto y tenía una lesión producida en combate precisamente con las FARC.

Estos jóvenes eran muchachos tranquilos, muy conocidos en el vecindario, sin problemas y sin antecedentes. Cuando sus familiares los fueron a identificar, los encontraron vestidos de camuflado…  ¿Cómo así? ¿Ah que horas? ¿Cuándo y por qué?  No se cansaban de preguntar las atribuladas madres y sus familias.

El 31 de marzo del 2008 el diario El Tiempo registró la muerte de 14 jóvenes de Risaralda, ocho de La Virginia, que empezaron a desaparecer en el mes de enero en grupos de tres y cuatro, y en situaciones muy similares, lo que llevó a suponer ejecuciones extra judiciales, noticia que fue negada de manera categórica por el Comandante de la Octava Brigada del Ejército. El párrafo del periódico que mencionaba el nombre del hijo de Marina decía:

“El 17 de enero a la medianoche salieron Carlos Arturo Velásquez, Fernel Andrés Londoño Tabares y Juan Carlos López Gaviria. Al día siguiente, la Octava Brigada informó que “después de 15 días de seguimiento e inteligencia fueron dados de baja tres guerrilleros del Frente 50 de las Farc que pretendían secuestrar a un profesional de la región”. Estos hechos se dieron en Calarcá (Quindío).*[1]

Ante la insistencia de las familias y vecinos que negaban alguna vinculación de estos jóvenes con grupos al margen de la ley, y que declararon sobre su comportamiento como trabajadores de la construcción en Pereira y Cartago, que nunca se habían ausentado del vecindario, y que incluso tenían excelentes recomendaciones de los que habían sido sus patrones, el Comandante de la Octava Brigada respondió, en el mismo artículo del  diario El Tiempo citado arriba que:

“ese es siempre argumento de las familias en el sentido de que sus allegados no tienen actividades ilegales. Están todas las investigaciones penales y disciplinarias, estos jóvenes tenían armas, los procedimientos tácticos jurídicos fueron realizados con Policía Judicial, hubo transparencia en las investigaciones, como siempre ha sido nuestra política”*[2].

Marina llora cuando habla sobre las declaraciones del militar porque considera que lo que hicieron con su hijo fue un crimen atroz y la peor infamia fue que, justo quienes tenían la obligación de garantizar la vida y la seguridad de los ciudadanos,  no solo los asesinen sino que para justificar su delito, acaben de esa manera con su buen nombre.

Pues bien, el libro que reseña The Guardian y otras investigaciones como la de la Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos CEEU, han recogido pruebas que demuestran que la tragedia de mi amiga Marina es la que han vivido madres, hermanas y esposas o compañeras, de más de 10.000 jóvenes asesinados bajo esta modalidad de ejecuciones extrajudiciales, perpetradas por agentes del Estado contra jóvenes de estratos populares que, reclutados con falsas promesas de trabajo, los llevaban a zonas de conflicto para asesinarlos y presentarlos como guerrilleros dados de baja en combate, mostrando a la opinión pública resultados en la guerra contra las FARC-EP y obteniendo por ello,  recompensas, reconocimientos, condecoraciones, permisos y otras prebendas.

Esta práctica se dio principalmente en los dos períodos de gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez y en el marco de la “Seguridad democrática” política bandera de su gobierno, como lo demuestra la juiciosa investigación realizada por el Coronel (r) Omar Rojas y su coautor, Fabián Leonardo Benavides a través de un amplio trabajo de campo en distintos departamentos del país, de análisis de fuentes  escritas y orales, de contrastación de informaciones judiciales y periodísticas, y de entrevistas a familiares de las víctimas y a miembros de las fuerzas militares condenados por estos hechos.

Se explica también esta práctica de los “Falsos positivos” en los contextos de:

 

  1. Negar como lo hizo siempre Uribe Vélez, la existencia de un conflicto armado de carácter social y afirmar que lo que existía en el país era una simple amenaza terrorista y criminal contra la población civil.  Así mismo, la negativa a reconocer a las FARC-EP como organización alzada en armas contra el Estado porque esto significaba reconocerles un status de beligerancia de acuerdo con el Protocolo II Adicional a los Convenios de Ginebra.
  2. El convencimiento de que podía vencer a las FARC-EP con la fuerza del Estado, mediante una política de “mano fuerte” y el apoyo militar, tecnológico y de inteligencia de los Estados Unidos.

 

Esa convicción fue desarrollando una ideología guerrerista expresada en formas, slogans, símbolos y actitudes que se fueron popularizando para justificar y legitimar la violencia contra las FARC-EP como causantes de todos los males del país, y de esta manera, invisibilizar las acciones de los paramilitares y las prácticas de los falsos positivos, hasta el punto de que muchos sectores de la opinión pública llegaran a  considerar estas repudiables acciones, como mecanismos válidos para acabar con la subversión, el terrorismo y la delincuencia organizada.  Es lo que Johan Galtung denomina “violencia cultural”.

Por fortuna las cosas cambiaron y la  justicia ha investigado estos crímenes y ha encarcelado a más de mil militares, desde coroneles, capitanes, tenientes, sargentos  hasta soldados, aunque no ha tocado a los generales ni a los altos funcionarios que exigieron dichas prácticas para demostrar que estaban ganando la guerra. La Corte Penal Internacional está investigando esos casos en los que la justicia del país no ha actuado. Al respecto los Articulos 5, 8 y 27 del Estatuto de Roma, dicen sobre estos crímenes de guerra:

“El Estatuto será aplicable por igual a todos sin distinción alguna basada en el cargo oficial. En particular el cargo oficial de una persona, sea jefe de Estado o de gobierno….. en ningún caso lo eximirá de responsabilidad penal ni constituirá per se motivo para reducir la pena.”

El numeral 2 de este mismo Artículo 27 establece: “Las inmunidades y las normas de procedimientos especiales que conlleve el cargo oficial de una persona, con arreglo al derecho interno o al derecho internacional, no obstará para que la Corte ejerza su competencia sobre ella.”

De ahí,  y ante lo que se viene con la Jurisdicción Especial para la Paz y sus componentes de la Comisión de la Verdad y Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, se explica la oposición y el interés del Centro Democrático en

“recuperar la patria y volver trizas ese maldito papel que llaman Acuerdo de Paz”.*[3]

 


[1] Diario El Tiempo, marzo 31 de 2008

[2]  IBIDEM

[3] Palabras de Fernando Londoño Hoyos en Convención del Centro Democrático

¿Es posible más democracia? Una reflexión de Norberto Bobbio

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“No nos representan” fue el grito de guerra más popular entre los simpatizantes del movimiento 15-M en 2011. Desde entonces, este eslogan resume la opinión de una parte importante de la ciudadanía española y una de las claves de la actual crisis institucional y política.


 

Por: Michael Neudecker

Texto publicado originalmente en Sociólogos: blog de sociología y actualidad

Cada vez son más los ciudadanos que se consideran poco o nada representados por el actual sistema parlamentario y que preferirían aumentar su capacidad de decisión directa en detrimento de la llamada “clase política”. ¿Es posible más democracia? Según Norberto Bobbio sí, pero su aumento no depende solamente de si las decisiones las toman muchas o pocas personas, sino sobre todo en qué ámbitos: “El avance de la democracia se medirá por la conquista de los espacios que hasta ahora están ocupados por los centros de poder no democráticos”, escribió.

¿Es posible más democracia? Esta pregunta generalmente se relaciona con el debate entre democracia representativa y directa. La inmensa mayoría de los actuales sistemas políticos democráticos son representativos, es decir, limitan el papel del ciudadano al de elector de una serie de representantes que toman las decisiones legislativas y ejecutivas en su nombre. Por ello las demandas de una mayor democracia suelen estar ligadas a la democracia directa en el que los ciudadanos toman las decisiones en detrimento del papel de los representantes políticos.

A pesar de su actualidad, el debate entre democracia directa y representativa no es reciente. Por ejemplo, hace ya tres décadas, en 1984, el jurista y politólogo italiano Norberto Bobbio publicó un ensayo sobre el “Futuro de la democracia” en el que reflexionaba acerca de las diferentes formas de participación y de representación. Bobbio escribió que “la petición de mayor democracia tan insistente en los últimos años, se manifiesta en la demanda de que la democracia representativa sea acompañada e incluso sustituida por la democracia directa”.

Pero, ¿es la democracia representativa realmente tan poco democrática? Y ¿es la democracia directa la solución para aumentar la democracia?

 

La democracia representativa

Bobbio entró en este debate rompiendo algunos mitos e ideas preconcebidas: “La primera equivocación de la que debemos liberarnos es que democracia representativa signifique lo mismo que Estado parlamentario”, recordó y puntualizó: “Del mismo modo que no todo Estado representativo es un Estado parlamentario, así también el Estado parlamentario puede no ser una democracia representativa”.

El politólogo italiano explicó que “en términos generales la expresión democracia representativa quiere decir que las deliberaciones colectivas, es decir, las deliberaciones que involucran a toda la colectividad, no son tomadas directamente por quienes forman parte de ella, sino por personas elegidas para ese fin; eso es todo”. En otras palabras, según Bobbio “un Estado representativo es un Estado en el que las principales deliberaciones políticas son realizadas por los representantes elegidos –no importa si los órganos donde se efectúan tales deliberaciones sean el Parlamento-, el presidente de la república, el Parlamento junto con los parlamentos locales, etc.”

En concreto, “lo que caracteriza a una democracia representativa es que el representante sea un fiduciario y no un delegado; con respecto al “qué cosa”, que el fiduciario represente los intereses generales y no los intereses particulares (precisamente porque representa intereses generales y no intereses particulares de sus electores rige el principio de la prohibición del mandato imperativo”.

Es decir, se trata de democracia representativa cuando un grupo o una comunidad eligen a uno o varios representantes con capacidad para tener flexibilidad y libertad de acción con respecto a los intereses generales de sus representados, y por lo tanto no deben ceñirse a su voluntad concreta como si fuera un guión previo establecido por estos. Pueden ser diputados en un parlamento, un jefe de Estado (como en EEUU o en Francia), o incluso el presidente de un club deportivo o de una comunidad de propietarios. Son estos representantes los que toman las decisiones en nombre del conjunto sin tener que consultar cada paso y el papel de los electores se acaba en el momento que eligen a su representante.

 

La democracia directa

Por otro lado, el argumento principal de los partidarios de la democracia directa es, citando a Rousseau, que “la soberanía no puede ser representada”. Es decir, para que una democracia sea completa, se deben dar las condiciones en las que solamente cada ciudadano puede y debe tomar sus propias decisiones políticas sin intermediarios. Por lo tanto, como escribió Bobbio, “para que haya democracia directa en el sentido propio de la palabra, es decir, en el sentido de que directo quiere decir que el individuo participa en primera persona en las deliberaciones que la atañen, es necesario, en primer lugar, que entre los individuos deliberantes y la deliberación que lo involucra no haya ningún intermediario”.

Sin embargo, Bobbio también advirtió de que “si por democracia directa se entiende estrictamente la participación de todos los ciudadanos en todas las decisiones que le atañen, ciertamente la propuesta es insensata. Es materialmente imposible que todos decidan todo en sociedades cada vez más complejas”. Aunque es cierto que con este modelo aumenta la democracia en el sentido de que el ciudadano ve crecer su capacidad de toma de decisiones, según Bobbio “la democracia directa no es suficiente cuando se considera que las instituciones de la democracia directa, en el sentido propio de la palabra, son dos: la asamblea de los ciudadanos deliberantes sin intermediarios y el referéndum. Ningún sistema complejo, como es el Estado moderno, puede funcionar solamente con uno o con otro; ni siquiera con ambos al mismo tiempo”.

En resumen, la democracia representativa es práctica pero otorga menos capacidad de decisión a los ciudadanos y es menos democrática, y la democracia directa permite al ciudadano participar en mucha mayor medida, pero no es de aplicación práctica. ¿Son incompatibles ambas formas de democracia?

Para Bobbio es posible el compromiso entre ambas formas, ya que “la democracia representativa y la democracia directa no son dos sistemas alternativos, en el sentido de que allí donde existe uno no puede existir el otro, sino que son dos sistemas que pueden integrarse recíprocamente. (…) En un sistema de democracia integral las dos formas de democracia son necesarias, pero no son, consideradas en sí mismas, suficientes”. ¿Por qué no son suficientes?

 

Democratizar los flujos de poder

La clave de la democracia para Bobbio no estaba solamente en quién toma las decisiones, sino sobre todo dónde se toman. Y para ello es imprescindible reconocer lo que denominó “flujo de poder”: “El flujo del poder no puede tener más que dos direcciones”, escribió, “o es descendiente, es decir, se mueve de arriba abajo, o ascendente, es decir, de abajo hacia arriba”.

Por lo tanto, según este autor, “si se puede hablar hoy de un proceso de democratización, éste consiste no tanto, como erróneamente se dice, en el paso de una democracia representativa a la democracia directa, como en el paso de la democracia política en sentido estricto a la democracia social, o sea, en la extensión del poder ascendente, que hasta ahora había ocupado casi exclusivamente el campo de la gran sociedad política”.

Es decir, según Bobbio, para aumentar en democracia se debe pasar “de la democratización del Estado a la democratización de la sociedad”.

¿A qué se refería? A que la democracia debe romper el actual marco político institucional y adentrarse en otras esferas sociales que no funcionan con criterios democráticos pero que son clave para la vida de las personas: “Los dos grandes bloques de poder descendente y jerárquico en toda sociedad compleja, la gran empresa y la administración pública, hasta ahora no han sido afectados por el proceso de democratización; y hasta que estos dos bloques resistan la presión de las fuerzas que vienen de abajo, no se puede decir que la transformación democrática de la sociedad se haya realizado”.

En resumen, según Bobbio “el avance de la democracia se medirá por la conquista de los espacios que hasta ahora están ocupados por los centros de poder no democráticos”. ¿Cómo se consigue?

La solución: la democracia pluralista frente la concentración del poder 

Bobbio lo tenía claro: “La democracia de un Estado moderno no puede ser más que una democracia pluralista. Veamos por qué: la teoría democrática y la teoría pluralista tienen en común el ser dos propuestas diferentes, pero no incompatibles, más aún, pueden coincidir y complementarse contra el abuso de poder; representan dos soluciones diferentes, pero no necesariamente incompatibles, contra el poder excesivo”.

¿Qué dicen ambas teorías?: “La teoría democrática toma en consideración el poder autocrático, es decir, el poder que parte desde arriba, y considera que la solución a este tipo de poder no puede ser más que el poder desde abajo. La teoría pluralista toma en consideración el poder monocrático, es decir, el poder concentrado en una sola mano, y considera que el remedio a este tipo de poder es el poder distribuido”.

Por lo tanto, si se quiere aumentar la democracia no se debe tener en cuenta solamente el duelo clásico entre gobernantes y gobernados, sino, sobre todo, la lucha contra la suma de poder (económico, social, cultural y no solamente político) concentrado en cada vez menos manos. En este sentido Bobbio afirmó que “la democracia de los modernos es el Estado en el que la lucha contra el abuso de poder se desarrolla en dos frentes, contra el poder desde arriba en nombre del poder desde abajo y contra el poder concentrado en nombre del poder distribuido”. 

 

Democracia es poder disentir

Para Bobbio lo fundamental para aumentar la democracia es combatir el exceso de poder concentrado. Ello solamente se consigue haciendo que ese poder se diluya en una sociedad pluralista, y para conseguir una sociedad pluralista es fundamental la libertad de disentir: “El pluralismo permite darnos cuenta de una característica fundamental de la democracia de los modernos con respecto a la de los antiguos: la libertad, más aún, lo lícito del disenso. (…) Una sociedad en la que el disenso no esté permitido es una sociedad muerta o condenada a morir”. En este sentido citó a Franco Alberoni que dijo: “La democracia es un sistema político que presupone el disenso. Ella requiere únicamente el consenso en un solo punto, sobre las reglas de la contienda”.

El problema de una sociedad pluralista es que cada opinión debe ser respetada y por ello resulta muy difícil llegar a consensos en la toma de decisiones. Pero, por otro lado, si se llega a esos consensos, éstos serán más duraderos porque se toman desde una posición de libertad y por lo tanto son reales: “En un régimen que reposa en el consenso no impuesto desde arriba, alguna forma de disenso es inevitable, y que solamente allí donde el disenso es libre de manifestarse, el consenso es real y que, solamente allí donde el consenso es real, el sistema puede llamarse justamente democrático. Por esto digo que existe una relación necesaria entre democracia y disenso, porque, repito, una vez admitido que la democracia significa consenso real y no ficticio, la única posibilidad que tenemos de aceptar que el consenso es real es aceptar su contrario”.

Por todo ello Bobbio afirmó que “solamente en una sociedad pluralista es posible el disenso; antes bien, no es sólo posible sino necesario”.

Es decir, según Bobbio, para que haya más democracia no se trata solamente de que la forma de toma de decisiones sea directa o a través de representantes, sino más bien que el poder que hace posible esa toma de decisiones no se encuentre concentrado en pocas manos. Para ello la democratización debe ir más allá de las instituciones políticas e incluir otros espacios y agentes sociales fundamentales, como por ejemplo los consejos de administración de las grandes empresas que influyen en nuestras vidas. La única manera de evitar la concentración del poder es a través de una sociedad pluralista, y ésta solamente es posible aceptando todas las opiniones y posturas por muy contrarias que sean, con el único requisito de ser capaces de llegar a un consenso sincero en los temas clave. Si se consigue llegar a esta sociedad pluralista se habrá conseguido más democracia.

Así, para la reflexión de Bobbio “todo está completo: caminando el recorrido en sentido inverso, la libertad de disenso tiene necesidad de una sociedad pluralista, una sociedad pluralista permite una mayor distribución del poder, una mayor distribución del poder abre las puertas a la democratización de la sociedad civil y, por último, la democratización de la sociedad civil amplía e integra la democracia política”.

En resumen: es posible aumentar la democracia si somos capaces de respetar todas las opiniones diferentes a las nuestras y construir una sociedad realmente plural capaz de llegar a consensos sinceros que evite la concentración del poder en pocas manos. Solamente así cada individuo se verá políticamente integrado y la forma en la que se tomen las decisiones, ya sea directamente o mediante representantes, no será relevante.

Negarse a la tentación de reinventar el mundo: el programa de Sergio Fajardo Valderrama

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A esta altura de las lecturas de los programas de gobierno (me he leído dos completos) ya me duelen los ojos y la espalda. Este ejercicio es agotador, pero debo confesar que he aprendido mucho sobre el país, y en relación a las problemáticas más importantes que requieren acción por parte del Estado.


 

Por: Martha Alzate

El programa que termino de leer, el de Sergio Fajardo, tiene la virtud de negarse a la tentación de reinventar el mundo, patología muy extendida en el ejercicio del poder público.  Cada cuatro años presenciamos el derroche de la inventiva (en prospectiva), y del descrédito (en retrospectiva). Nada de lo que viene de los gobiernos anteriores parece servir a nuestros políticos, y entonces se ven tentados a destruirlo todo y comenzar de nuevo. O, quieren mostrar a través de su creatividad (retórica en la mayoría de los casos) que ellos sí saben lo que hay que hacer, que son dueños (en exclusiva) de las fórmulas (nunca antes vistas o reconocidas por los que los antecedieron y menos por sus contendores) que mágicamente nos traerán la solución a todos nuestros males.

En ese sentido, siendo el programa de gobierno de Fajardo muy completo, extenso, ambicioso e innovador en algunos aspectos, su mayor virtud es, sin duda, que no borra de un plumazo lo que viene de atrás. Más bien lo reconoce y propone una de varias acciones: revisarlo, ajustarlo, ampliarlo o fortalecerlo.

Pero, sin duda, lo que más me llama la atención y lo que más me gusta de esa actitud, que podríamos denominar sensata, es el sinnúmero de menciones que hay en su programa a leyes que existen y que no han sido debidamente implementadas.

No sé si se debe a una pulsión de orden que abarca mi forma de ver la vida, pero mis sentidos se agudizan cuando leo “Daremos estricto cumplimiento a”, o “Regularemos la ley x que ya se encuentra vigente desde hace tanto tiempo”.

Porque, la verdad, soy de las que tiene el convencimiento de que más leyes no necesitamos. Lo que requerimos es hacer cumplir lo que tenemos, velar porque el Estado sea más eficiente en el ejercicio de sus funciones y, sobre todo, que no se roben la plata del presupuesto nacional.

En ese orden de ideas, la propuesta de Fajardo es disciplinada en la identificación de lo que funciona y puede seguir funcionando, así sea susceptible de ser revisado, adaptado o mejorado. Y es categórica en la lucha contra la corrupción, conteniendo incluso algunas propuestas agresivas e innovadoras como: Reemplazar la actual Comisión de Investigaciones y Acusaciones de la Cámara por una Comisión de Aforados (investigación y acusación a magistrados de las altas cortes, el Presidente y el Fiscal General de la Nación).

 

En el listado de leyes, normativas o programas vigentes a aplicar regular o fortalecer, se encuentran, entre otros:

  • Programa Todos a Aprender del Ministerio de Educación, que está en ejecución y que busca dar apoyo y acompañamiento a los colegios rezagados en logros de aprendizaje y a los maestros jóvenes en sus primeros años de servicio.
  • Reformar el Sistema General de Participaciones (SGP), mejorando los criterios de distribución y a incorporar atención a primera infancia como un sector autónomo dentro del SGP.
  • Reformar el Programa de Alimentación Escolar.
  • Reformar el sistema de acreditación universitaria (eliminar el sesgo que tiene hacia las entidades de investigación. Establecer criterios e indicadores pertinentes a los objetivos de cada institución –formación, investigación-).
  • Reforma Ser Pilo Paga aplicando el principio de corresponsabilidad (recursos del Estado –valor máximo a subsidiar-, de las universidades que los reciban y del estudiante que hará pequeños aportes).
  • Reforma al ICETEX (no capitalización de intereses mientras el estudiante sigue matriculado, estudiantes pagan sus créditos de acuerdo a su capacidad de pago).
  • Reactivar y fortalecer la Mesa Nacional de Pobreza.
  • Implementar el Sistema Indígena de Salud Propia e Intercultural (SISPI) que fue adoptado por la Decreto 1848 de 2017 y el Decreto 1953 de 2014.
  • Implementar la Política de Atención Integral en Salud (PAIS), Resolución 429 de 2016.
  • Implementación del Programa Nacional Integral de Sustitución Voluntaria de Cultivos Ilícitos, Decreto 896 de 2017.
  • Impulsar el sistema Nacional de Innovación Agropecuaria, Decreto 1876 de 2017.
  • Apoyo a la reforma a la ley 80 que propuso la Misión Rural (La Misión para la transformación del campo colombiano creada por el DNP en 2014 y cuyos resultados se entregaron en diciembre de 2016).
  • Aplicar las Guías Ambientales Agropecuarias, que según dice textualmente en el programa de Fajardo “son documentos CONPES existentes y no aprovechados hasta ahora”.
  • Implementación de la Ley 731 de 2002 (Por la cual se dictan normas para favorecer a las mujeres rurales).
  • Dar continuidad a proyectos como Visión Amazonía (Visión de Desarrollo Bajo en Deforestación para la Amazonia colombiana, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible 2015), y Visión Pacífico (Foro organizado por Revista Semana en mayo de 2016, con la participación de WWF-Colombia y PNUD, en el marco del proyecto GEF “conservación de la biodiversidad en territorios impactados por la minería en el Chocó biogeográfico”).
  • Terminar la reglamentación de la Ley 715 de 2014 (Por medio de la cual se regula la integración de las energías renovables no convencionales al sistema energético nacional).
  • Hacer realidad en Consejo Nacional del Agua (creado en 2017)
  • Revisión y ajuste de la Política Nacional de gestión integral de la biodiversidad y los servicios eco sistémicos, PNGIBSE (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, DNP, Instituto Alexander Von Humboldt, 2012).
  • Continuar con el programa POT MODERNOS
  • Dar cumplimiento a las medidas de protección establecidas en la Ley 1257 de 2008 (sobre no violencias contra las mujeres).
  • Ejecutar la Ley de Circos (Ley 1638 de 2013, por medio de la cual se prohíbe el uso de animales silvestres, ya sean nativos o exóticos, en circos fijos e itinerantes).

 

No sé si es que los gobiernos anteriores, especialmente este último, se dedicaron a promulgar leyes y a crear programas que no se implementaron o se ejecutaron parcialmente. El caso es que es por lo menos reconfortante saber que este programa de gobierno se tomó el trabajo de recorrer lo que existía en términos legislativos e institucionales, y proponer una construcción sobre lo ya construido.

La propuesta de Fajardo abarca 27 tópicos relativos a los sectores tradicionales (Educación, Jóvenes, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Salud, Justicia, Empleo, Desarrollo Económico, Ciencia, Corrupción, Desarrollo Rural, Cultura, entre otros), y entre los cuales destacan algunos especiales:

 

  • Principios
  • Nuestra Forma de Gobernar
  • Proyectos Estratégicos
  • Ciudades Sostenibles
  • Construcción de Paz
  • Propuesta Animalista.

 

Quisiera hablar de estos contenidos que son “novedosos” en esta propuesta de gobierno.

Con respecto a los primeros, destaco la enunciación de unos “Principios” claros que dan el norte y la medida de lo que se puede esperar de un posible gobierno de Fajardo.  Así, manifiesta en su programa NO concebir el debate entre facciones auto denominadas de izquierda o de derecha.  En cambio, plantea su forma de ver el accionar político basado en unos principios, a los que equiparan con los axiomas matemáticos (verdades fundamentales a partir de las cuales se construye una teoría).  Ellos son:

  • El respeto a la vida: respeto por la vida humana y protección del medio ambiente. Rechazo de todo tipo de violencia.
  • El bien común: privilegiar el bien general sobre el particular
  • Pluralismo: trabajar para la inclusión y la equidad
  • Institucionalidad: promover instituciones fuertes, dinámicas y eficientes, blindadas contra la corrupción, la impunidad y el clientelismo
  • Responsabilidad: asumir la responsabilidad del mandato popular, planear, gerenciar, hacer seguimiento y verificación.
  • Deliberación: gobernar sin acallar opiniones. Promover el debate constructivo y plural. Apoyarse en la cultura ciudadana.
  • Movilización: construcción colectiva de proyectos y aprendizajes.
  • Transparencia: Rendición de cuentas, control social y veedurías ciudadanas.

 

En cuanto a “Nuestra Forma de Gobernar”, se refiere a un modelo de gestión diferente al modelo tradicional “clientelista”, y el cual se funda en cuatro componentes:

 

  • Gobernabilidad: se proponen no tranzar cuotas de poder burocrático o económico a cambio de favores políticos, ni durante el proceso de elección ni en el ejercicio de la administración.
  • Priorización: focalizar la inversión a los problemas más profundos del territorio, metas y agendas claras de trabajo de acuerdo con propósitos estratégicos.
  • Multidimensional: visión sistémica del desarrollo, transversal a sectores e instituciones y con enfoque integrador de las capacidades, vocaciones y oportunidades de los territorios.
  • Medición del Impacto: priorizar los proyectos que generan más cambios y progresos. Medir el impacto de la acción pública sobre la vida de las personas a través del levantamiento de información. Seguimiento a metas e indicadores de impacto.

 

Ambos, “Principios” y “Nuestra Formad de Gobernar”, podrían parecer un lugar común, llenos de afirmaciones que en una sociedad civilizada deberían darse por sentadas. Claro que como en nuestro país no hay solo que ser, sino parecer, es importante andar recordando estos principios básicos que deberían acompañar el accionar, no solo de todos los actores políticos sino cualquier ciudadano.

En relación a los Proyectos Estratégicos, me parece muy interesante que se enuncien y se articulen con todas las propuestas sectoriales (aunque con mayor o menor éxito dependiendo de los sectores). Ellos son:

 

  • Biotecnología
  • Ecoturismo
  • Energías Renovables
  • Economía Digital (industrias 4.0)
  • Industrias culturales, artesanales y creativas
  • Agroindustria
  • Ciudades Sostenibles

 

En cuanto al programa de Ciudades Sostenibles, es importante resaltar algunos aspectos y propuestas. La sostenibilidad en este programa de gobierno implica el reconocimiento de la diversidad territorial, y la existente entre pequeñas, medianas y grandes ciudades. Igualmente, propone definir la estructura ecológica principal como eje articulador del desarrollo urbano y el espacio público, en aras de proyectar un país diverso, sustentable e incluyente. Reconoce que se requiere una “narrativa nacional sobre ciudades colombianas sostenibles”, un relato común liderado a escala nacional, que busca un objetivo: “reconstruir un relato urbano más justo e incluyente”. Los problemas a trabajar y/o resolver, son:

 

  • Movilidad insostenible
  • La precariedad de la vivienda y la destrucción del tejido de barrio
  • La baja gestión de la biodiversidad
  • La falta de espacios de encuentro, convivencia e inseguridad urbana
  • Déficit de oportunidades de innovación en la ciudad.

 

Aquí también, las propuestas van acompañadas por unos principios:

-Ciudades para las personas.

-Ciudades Justas.

-Ciudades resilientes.

-Ciudades biodiversas.

-Ciudades innovadoras.

 

Las propuestas más audaces e innovadores, en este aspecto, están representadas por:

 

  • Adopción de medidas para el control de la calidad del aire como impuestos al combustible y a las emisiones, y definición de estándares más estrictos para los nuevos vehículos.
  • Impuestos a la congestión y tarifas diferenciadas en los centros urbanos.
  • Garantizar conectividad y acceso a plataformas de creación e innovación cultural en todos los barrios de las ciudades colombianas.
  • 1000 Planes Urbanos Integrales en 4 años.
  • Creación de un Programa Nacional de Ciudades Más Seguras (en 100 ciudades).
  • Creación de un Programa Nacional de Innovación Urbana (creación de distritos de innovación en 10 ciudades).

 

Es de aclarar que el programa de Ciudades Sostenibles se complementa con el de Vivienda (mucho más corto y poco conceptual), que contiene las siguientes propuestas puntuales:

 

  • Programa de arriendo con opción de compra 200.000 familias enfocado en población informal (la vivienda será subsidiada entre el 25% y el 50% dependiendo de las necesidades).
  • Programa de vivienda rural con un subsidio de construcción y uno de mejoramiento priorizando 400 municipios y beneficiando mínimo a 300 mil familias.
  • Focalización de los subsidios por ingresos familiares así: 1. Arriendo con opción de compra 2. Subsidio para la cuota inicial 3. Arriendo social 4. Subsidio a las tasas de interés para reducir las cuotas mensuales.
  • Programa de mejoramiento de barrios incluyendo alternativas de empleo y proyectos productivos.
  • Aumento del espacio público alrededor de las viviendas. La propuesta dice textualmente “debería ser al menos 10 m2/hab”, pero no explica si este indicador es una meta.
  • Apoyar a los gobiernos locales en la construcción de parques, espacio público de calidad, mejoramiento integral de barrios y consolidación de ciudades sostenibles, modernas, competitivas y amigables con el medio ambiente.

 

En cuanto a las propuestas de Construcción de Paz y Animalista, resalto lo siguiente:

 

  • El programa es enfático y reiterativo en el compromiso explícito de cumplir con los acuerdos de paz.
  • Formación en los colegios de ciudadanos con valores y principios éticos.
  • Continuar con el fortalecimiento de los planes de desarrollo con enfoque territorial (PDET).
  • Implementar el plan de inversiones para la paz en 300 municipios.
  • Realizar la inversión pública de manera transparente, participativa e incluyente.
  • Crear un programa de cultura ciudadana para la convivencia.
  • Fortalecer la seguridad ciudadana y la convivencia en los barrios y ciudades.
  • Incluir en el Plan de Desarrollo una Política Pública para el buen vivir de los animales.
  • Realizar campañas culturales para incentivar el respeto por los animales, y de sensibilización con respecto a la vida de otras especies, la interdependencia asociada basada en la No Violencia.
  • Ejecutar la Ley de Circos no permitiendo el uso en ellos de especies silvestre o exóticas.
  • Apoyo a los municipios para la sustitución de vehículos de tracción animal.
  • Promover el cuidado de áreas con contacto silvestre, control a la deforestación, seguimiento y controles a la explotación minera.
  • Fortalecer a la policía y autoridades en labores de inteligencia e incautación, continuar operativos en plazas de mercados y establecimientos comerciales.

 

Ya está muy largo este escrito, pero, no puedo dejar por fuera los que considero son los ejes centrales de la propuesta de Fajardo, sus apuestas más robustas y centrales. Ellas son:

 

  • Educación
  • Jóvenes con Futuro
  • Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible
  • Cultura

 

La educación es el eje central de la propuesta de gobierno del candidato de la Coalición Colombia; es, en sus palabras: “El proyecto país que nos convoque a todos”, “El motor de la transformación de Colombia”. Estos objetivos se propone lograrlos a través de convocar un “Gran Pacto Nacional por la Educación”, vinculando activamente este sector a otros como la ciencia, la tecnología, la innovación, el emprendimiento y la cultura. Las propuestas concretas más sobresalientes en este aspecto, son:

 

  • Aumento sostenido de los recursos para la educación durante el período (crecer el gasto en educación cada año como mínimo un 10%)
  • Destinación del 10% de las regalías a inversión educativa, aumento de los presupuestos educativos con recursos propios mínimo del 10%.
  • Hacer el Plan Educación Colombia por la Calidad Educativa, convocando a la cooperación internacional con los países líderes en calidad educativa.
  • Olimpiadas del conocimiento (para jóvenes talentosos y maestros destacados).
  • Crear los Premios Educación Colombia (maestros, rectores, proyectos educativos, municipios y departamentos destacados por sus resultados).
  • Cobertura universal en atención integral a la primera infancia (6 millones de niños de 0 a 5 años. Atender a 1 millón de niños adicionales con atención integral al 2022.
  • Construcción y adecuación de 10.000 aulas nuevas en el período.
  • Vinculación laboral de medio tiempo alternada con estudio de módulos. Iniciará con 150.000 jóvenes.
  • Fortalecer la educación con enfoque étnico y cultural: enseñanza de lenguas y tradiciones culturales propias (formación docente, contenidos pedagógicos con enfoque territorial y acceso preferencial a la universidad de comunidades indígenas y afrodescendientes).
  • Aumentar el número de colegios con jornada única con énfasis en el desarrollo de competencias transversales (duplicar el número de niños que asisten a jornada única).
  • Promover la inclusión de la educación artística con la participación del sector cultural.
  • Dar continuidad al Plan Nacional de Bilinguismo.
  • Continuar con MÁS FAMILIAS EN ACCIÓN (buscando aumentar su impacto en los municipios con mayor deserción).
  • Realización del Censo Docente.
  • Incentivos a Maestros para trabajar en zonas más vulnerables del país (vivienda, garantía de acceso a oportunidades de formación).
  • Crear un Fondo de Becas de Maestría (posgrados de calidad en instituciones acreditadas).
  • Crear las Redes del Conocimiento (para intercambio presencial y virtual de experiencias y contenidos).
  • Reforma al Sistema General de Participaciones (SGP), mejorando los criterios de distribución e incorporar atención a primera infancia como un sector autónomo dentro del SGP.
  • Crear la Superintendencia de Educación Superior.
  • Aumentar la oferta de docentes orientadores en las instituciones educativas (docentes vocacionales, pasar de 4.500 a 9.000 docentes).
  • Fortalecer la Universidad Pública, alcanzar una cobertura de 65% al 2022.
  • Crear Fondo de Emprendimiento para los emprendimientos de estudiantes universitarios y técnicos. Concursos públicos “Quién Se le Mide”, se invitará a estudiantes, profesores e investigadores a resolver problemas del sector público y privado.
  • Ampliar los programas de becas (más subsidio de sostenimiento y transporte) a otras poblaciones (no solo los pilos) y focalizar en población vulnerable (como parte de las Olimpiadas del Conocimiento –reconocimiento nacional-)
  • “El SENA será la entidad más importante de nuestro gobierno” (conectada con el sistema universitario y con mayor presencia en la ruralidad, meritocracia, combate a la corrupción, pertinencia en formación articulada con los intereses locales, mejora en la calidad, modernización tecnológica y de metodologías pedagógicas, experiencias en formación tecnológica internacionales).
  • Construir el Marco Nacional de Cualificaciones para facilitar el encuentro de la formación educativa con la demanda laboral.
  • Articulación de las instituciones de Educación Superior (movilidad estudiantil entre los niveles técnico, universitario, público y privado).

 

En este aparte las propuestas son muchas más pero no están detalladas: mal que aqueja a todo el programa de gobierno, que es extenso en afirmaciones de buenas intenciones que no están cuantificadas ni tienen unas metas claras establecidas.

 

En relación al Programa “Jóvenes con Futuro”, cabe resaltar:

  • Ofrecer oportunidades educativas, culturales, deportivas, de acompañamiento psico- social.
  • Se implementará en una primera etapa en 250 municipios (mayor incidencia en deserción escolar y violencia)
  • Atención a jóvenes entre 16 y 24 años que hayan culminado la educación básica (grado noveno) y estén por fuera de los grados 10 y 11 (educación media).
  • Proceso de selección: puntaje del SISBEN que se definan para este fin.
  • Prioridad en jóvenes atendidos por el ICBF.
  • Foco del programa: crear oportunidades de formación laboral, entrenamiento para acceder a empleos de calidad de manera rápida. Incluir a los 170 municipios incluidos por el gobierno nacional en Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial.
  • Estructura del programa: módulos de entrenamiento de dos meses en formación para el trabajo y el desarrollo humano por un periodo máximo de dos años. Vinculación de los estudiantes a empresa privada aliada trabajando medio tiempo mientras estudia.
  • Formación: mezcla entre habilidades para el trabajo, habilidades blandas (liderazgo, trabajo en equipo, etc.), cursos enfocados a validar el bachillerato.
  • Entidad principal para las capacitaciones será el SENA sin que esto incluya la vinculación de otras entidades.
  • El sector productivo a través de las Cámaras de Comercio, Comisiones de Competitividad, definirá las necesidades de formación que recibirán el Min. Educación y el SENA para definir los programas.
  • Primera etapa: 150.000 jóvenes, invirtiendo $525 mil millones de pesos anuales.

 

Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Este es otro eje central de la propuesta de gobierno de Fajardo, que está definida por 13 objetivos, que son:

 

  1. Controlar la deforestación neta y llevarla a 0% al año 2030.
  2. Incrementar el número de hectáreas en proceso de restauración y reforestación a 600.000 en 2002 (línea base son alrededor de 200.000 en 2017).
  3. Reducción de extracción ilícita de minerales en el territorio nacional, en especial del oro pasando a un 40% de la producción total en la ilegalidad de este mineral en el 2022 (línea de base 80% producción actual en la ilegalidad). Prohibición total del mercurio al 2022.
  4. Energías limpias y renovables no convencionales: al 2050 Colombia tenga capacidad instalada para generar 100% de su energía eléctrica a partir de fuentes renovables.
  5. Fortalecer la capacidad del Sistema Nacional Ambiental (SINA), articulando el Min Ambiente con Parques Naturales, Agencia Nacional de Licencias Ambientales (AMLA), institutos de investigación del SINA y las Corporaciones Autónomas Ambientales (CAR).
  6. Protección efectiva de páramos, humedales, manejo integral de cuencas abastecedoras de agua, revisar los POMCAS (planes de ordenamiento y manejo de las cuencas) fortaleciendo la participación social y comunitaria.
  7. Garantizar la conservación del 17% del área del territorio nacional en cumplimiento del convenio de diversidad biológica, sistema nacional de áreas protegidas (la meta es aumentar este porcentaje).
  8. Desarrollar una agenda de innovación científica y tecnológica para promover el conocimiento, conservación y uso de la diversidad.
  9. Integrar la gestión ambiental en la educación de escuelas, colegios y universidades para apropiar la sostenibilidad.
  10. Compromiso con la meta de reducción de gases efecto invernadero con un mínimo de entre el 20% y el 30% (compromisos adquiridos por Colombia en el Acuerdo de Paris).
  11. Priorizar la adaptación al cambio climático a partir de estudios técnicos científicos precisos (reubicación de barrios y viviendas en condición de mayor vulnerabilidad no mitigable).
  12. Construir, desarrollar y dejar en marcha los siete proyectos estratégicos del país cimentados en la educación, la ciencia, la tecnología, la innovación, el emprendimiento y la cultura, cuatro de ellos con fuerte carácter ambiental: energías renovables, movilidad más limpia, biotecnología y ecoturismo.
  13. Modelo de crecimiento verde para la generación de 1.500.000 nuevos empleos.

 

Por último, si han llegado conmigo hasta aquí, permítanme contarles sobre la propuesta que el candidato de la Coalición Colombia tiene para el sector cultural.

En este programa, la cultura también tiene sus “Principios” individuales, los cuales son:

 

  • Democracia: acceso a la experiencia cultural, pensamiento y prácticas culturales; y generación de condiciones para el reconocimiento y libre ejercicio de la diversidad y las diferencias culturales (descentralización, proximidad y participación de todos).
  • Diversidad: respetar y promover la diversidad en las expresiones culturales, formas de pensar, de sentir y conocer. Valorar el diálogo cultural. La diversidad cultural hace parte de la biodiversidad.
  • Libertad: principio fundamental de los derechos humanos culturales. Velar por la construcción de políticas concertadas. Autodeterminación, posibilidad de transformación y superación de la discriminación.
  • Sostenibilidad: sostenibilidad del sector y capacidad de convertirse en proyecto de vida.
  • Derecho: cultura como derecho fundamental a ser garantizado.
  • Transversalidad: lo cultural es una construcción social con repercusiones multidimensionales.

 

Entre las propuestas planteadas, destaco las siguientes:

 

  • Formulación de una nueva Ley General de Cultura. Cultura Viva Comunitaria (CVC).
  • Cultura Ciudadana: abordar cuatro problemáticas: cultura de la ilegalidad, la violencia, los problemas de movilidad y ausencia o asimetría de la información.
  • Plan Nacional de Cultura Escrita y Tradiciones Orales: lectura, escritura, libro y bibliotecas, y librerías. Apoyar toda la cadena de valor de la industria editorial.
  • Programa La Imagen en Movimiento pasar de 28 largos a 50 en 2022.
  • Plan Cultura nuevos medios: tv., radio y webs.
  • Red de Distritos, Municipios Creativos, Territorios priorizados posconflicto.
  • Establecer una Ley del Mecenazgo o la Filantropía.
  • Los Ecosistemas se implementan a partir de: alianzas entre ministerios, ciudades capitales, universidades, cámaras de comercio, cajas de compensación, SENA, y min TIC.
  • Regalías dedicadas a la innovación.
  • Colectivos Creativos Colaborativos: créditos flexibles o condonables a través de convocatoria pública para involucrar a pymes de otros sectores económicos con proyectos y organizaciones de sectores creativos (innovación, investigación y desarrollo).
  • SENA Creativo: las economías creativas necesitan una oferta educativa pertinente.
  • País Memoria: Plan Nacional de Memoria y Cultura.
  • Turismo Cultural: Plan Nacional de Paisajes Culturales.

 

Si el lector dedicado quiere conocer un resumen más detallado de todos los programas sectoriales y propuestas, así como un resumen de la hoja de vida y trayectoria del candidato, lo invitamos a seguir este link: Hoja de Vida de Sergio Fajardo Valderrama.

En general y a pesar de lo excesivo,  el programa se percibe articulado, con una visión de desarrollo clara e integral. Contiene algunas propuestas concretas (no muchas) en diversos sectores, y se afianza en la institucionalidad existente para proyectar sus propios objetivos. Sin embargo, se queda corto en la transversalidad de las propuestas. Un ejemplo claro de esta insuficiencia es la propuesta de cultura ciudadana que, conectada con el eje central del programa –la educación-, olvida articularse con temas tan importantes para alcanzar la visión de nación planteada como el medio ambiente, el posconflicto y el espacio público.

Gracias por acompañarnos en estas extensas lecturas y ¡que siga el debate

Reflexiones sobre el proceso de paz en Colombia

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Desde hace poco más de tres años se inició en La Habana el proceso de paz más histórico y puntual que jamás allá existido entre las guerrillas de las FARC-EP y el Gobierno Nacional, que en eventos anteriores, ambas partes, han fracasado por intentar llegar a una victoria total frente al oponente.


Por: Santiago Cardozo Correcha

Texto publicado originalmente en: Gestiopolis

 

No es fácil decir que un conflicto que lleva más de medio siglo y más de un millar de víctimas directas va a acabar de la noche a la mañana y que todos vamos a quedar totalmente felices con el resultado, lo que se podría detallar es que sí bien la guerra de esta nación ha dejado en claro que a la victoria no se llega por las armas, y al contrario se terminan autoexcluyendo sectores de la población, es necesario el proceso de paz que sea efectivo y que en su conclusión final no se decrete ni victorias ni derrotas, porque lo único que deja la guerra son víctimas y mucho, mucho dolor.

 Pero las diferencias entre un proceso de paz efectivo –como el que se pretende- y un simple desperdicio de tiempo y fuerza histórica, son la verdad, la justicia y la reparación. Sin estos preceptos no puede conseguirse la paz, ni tampoco la concientización de una tregua perpetua del conflicto que tanto daño le hace a este país.

Y, aunque cueste aceptarlo, lograr la paz tiene más complejidad que seguir en una situación de violencia y caos militar.

Este proceso de paz es tan importante como los otros, porque igual persigue un fin, la paz, pero hay varias características que lo diferencian de los anteriores. En primer lugar la creación de una Ley de Restitución de tierras, por la cual el ejecutivo busca la reparación integral de las víctimas, regresándoles las propiedades hurtadas por la insurgencia.

En segundo lugar, la negociación en una país ajeno, que si bien ha apoyado a la insurgencia armada, da garantías parciales para una neutralidad, como es la salvaguarda a la guerrilla de estar en un territorio fuera de la jurisdicción nacional, y más importante fuera de la jurisdicción norteamericana, que si bien podría pedir su extradición en cualquier momento por los delitos de narcotráfico, lavado de activos, entre otros, que dependiendo del Estado serían una eternidad para la cúpula de la organización criminal.

Por otro lado, la creación de instituciones como la Comisión Histórica del Conflicto y la Comisión Asesora para el Postconflicto de la Presidencia, la cual incluye la mayoría de los sectores de la sociedad colombiana, es tan trascendental para darle más confianza a las negociaciones y legitimidad para que en un futuro se aprueben los acuerdos de La Habana. Por último, la inclusión de víctimas, de militares de alto rango, de empresarios, ofrece la visión de un consenso en la población nacional para que de verdad exista la paz.

Lo anterior no quiere decir que el proceso sea perfecto, porque le hace falta cosas estructurales y muy importantes, que podrían hacer fracasar el dialogo.

 

La efectividad de la Ley de Victimas

De un error tan grave como el paramilitarismo no se puede hacer borrón y cuenta nueva. La ley de Victimas tiene una buena intención a la vista pero las consecuencias son tan perjudiciales que desde ahora se están observando. A continuación se detallará la verdadera finalidad de la Ley de Victimas, que de ser bien utilizada podría ser una herramienta para la reconstrucción nacional, pero si es politizada, como está ocurriendo en parte, es solo un pretexto más.

Empezamos por entender que la Ley de Victimas es una normatividad expedida por el Congreso de la República, por iniciativa de la Presidencia, que en principio busca que se restituyan los títulos de propiedad real a las personas que fueron despojadas de los mismos por la violencia de grupos insurgentes como los paramilitares, las guerrillas de izquierda y las nuevas bandas criminales, rastros de los desmovilizados de paramilitares y guerrilla y narcotraficantes. En síntesis, la ley crea una Unidad Nacional de Restitución de Tierras y Jueces que decretan la titularidad de la propiedad a sus antiguos dueños, que desean gustosos volver al lugar donde nacieron y nacieron sus padres, sus hijos, etc.

Pero si nos fijamos detalladamente, se está regresando a la gente, víctima del conflicto, a las mismas zonas en donde operan estos grupos armados, y se podría pensar que entonces el problema está en realizar proyectos de desarrollo social productivo para que estas comunidades, afectadas por la violencia y que ahora tratan de reponerse, tengan más garantía.

Lamentablemente la verdad es otra.

Iniciando porque más allá de este sistema de reparación, existe en la mayoría de las zonas donde se está realizando el proceso sectores, dueños de esas propiedades, que formalmente son los propietarios mediante escrituras públicas, pero que en verdad utilizaron a los paramilitares y grupos de izquierda para hacerse legítimos dueños. Y es un hecho, que muchos de esos dueños están en la más alta cúspide del poder, como el Sr. Pretelt, presidente de la Corte Constitucional, o de personas que en este momento se encuentran en cargos como alcaldes, gobernadores, congresistas y jueces de la república.

Entonces, el sistema puede sonar muy bueno, pero la eficacia del mismo resulta en destapar esa olla podrida que está en las corporaciones del Estado.

Es más aterrador el hecho que esta ley, curiosamente está estrechamente vinculada a la Ley de Baldíos y a otras normas que si se entran a analizar resultaran en una nueva ola de desplazamiento, pero esta vez, aunque suena contradictorio, un desplazamiento legal.

Lo anterior se fundamenta en el hecho, que las personas propietarias también son grandes multinacionales, empresas que han construido un emporio económico y que aunque no lo reconozcan también tuvieron vínculos con paramilitares y grupos de extrema izquierda. Es el caso de Sicim, una multinacional que hasta este año había pagado al ELN millones de pesos, para continuar con el progreso de su propio interés comercial. Otro caso citado por la prensa nacional y que se ha ido olvidando es el de la multinacional Perenco que apoyo y se benefició de paramilitares, especialmente de alias “Don Mario”, jefe cabecilla de una agrupación criminal. Por supuesto, hay casos de más empresas que no se han denunciado o se denuncian pero se pierden los expedientes.

Entonces, si uno es curioso y mira más allá resulta que el proceso de restitución esta paralelo al hecho de que aún existen estas compañías y personas con gran poder que fueron las autoras intelectuales del desplazamiento y aún siguen ahí, sin que nadie haga algo más que guardar silencio.

Pero ¿En dónde entra la ley de baldíos y esas normas que se hablaba antes?, Es aquí, la ley de baldíos, impulsada por el actual gobierno busca ampliar las UAF (unidades agrícolas familiares), para que una sola persona tenga derecho a adquirir más tierra de la permitida. Pero hecha la ley, hecha la trampa, algunas empresas crean sub-empresas o sociedades independientes, que en la pura verdad son propiedad de las grandes industrias pero en papel son autónomas, y se hacen a más tierra y más tierra. El caso del “ingenio” Riopaila, por ejemplo.

Esto descrito, penetra tanto en la Ley de Restitución de Tierras, en razón a que las personas que regresan a las zonas de conflicto, ahora van a tener que vender muy barato sus propiedades a estas magnificas empresas que ya encontraron la forma de armar su complejo de finca raíz. Adivinando para donde van las personas que salen de allí, resulta que terminan en las grandes urbes, como Bogotá, pero ya no como desplazados de la violencia, sino con un poco de dinero extra, sin embargo siguen siendo una carga al sistema, porque se teme de que se vuelva a repetir lo de los años 1940 con las Bananeras o se rebosen aún más las ciudades capitales.

Como primera conclusión, la ley de restitución, no garantiza totalmente que la población víctima del conflicto no vuelva a las ciudades si continua la propuesta de entregar esas mismas propiedades devueltas a sus dueños, a las grandes multinacionales, que a razón de nada van a seguir desplazando gente, pero esta vez de manera legal y sin tanta violencia, o sea más barato.

 

El temor de una doble mesa

Negociar en país extranjero da garantía para las partes, porque se sienten más seguras. Nada como no estar pensando en un operativo militar sorpresa para ser capturado, y tener la tranquilidad de tener plenas condiciones para negociar. Pero la verdad, es que la propia cúpula militar del Estado Mayor, el sector minúsculo de investigadores independientes y algunos que no están muy de acuerdo con este proceso, han declarado abiertamente que existe una doble mesa. Con esto no significa que existen dos mesas en La Habana, como se sabe en todo el mundo, una trata temas importantes y las otras buscan la solución a otros temas. Cuando se habla de doble mesa, se habla de dos países, dos grupos negociadores, dos acuerdos, dos condiciones, pero la diferencia es que una es pública y la otra privada, tal como no lo quieren reconocer.

¿Por qué una mesa privada? ¿Acaso es tan importante lo que tratan que no puedan hablar en público? Resulta paradójico, pero el máximo jefe de las FARC no ha salido como lo realizaba antes Tirofijo, lo cual lo pone en cierta distancia al proceso.

Pero más allá resulta que en Venezuela -y ya hay registros de varias fuentes fiables, como el general (R) Javier Rey- se están realizando conversaciones paralelas que incluyen temas muy espinosos, pero que el Estado se niega a reconocer, simplemente porque no le conviene aceptar que la guerrilla tendrá una cierta ventaja, militar y económica, porque los dineros, la información de inteligencia y sobre todo sus vínculos cuesta mucho más que un proceso de paz.

Si un civil, normal, campesino, fuera guerrillero de izquierda, se hubiera juntado con el narcotráfico y tuviera mucha plata, por más guerrillero marxista-leninista que se crea, no va a devolver el dinero ni va a difundir información clave que es su salvavidas en la vida común.

 

¿La inclusión de la Sociedad?

La verdad no hay una inclusión en el sentido extenso de la palabra en el proceso de paz, sencillamente basta con ver el comportamiento del presidente Santos, al delegar solo empresarios como negociadores y gente de las elites y castas sociales, que en muchos casos, son actores peores del conflicto, es decir, solo ricos van allá a La Habana y negocian, n-e-g-o-c-i-a-n sus intereses, se colocan al mismo nivel del Estado y todo para defender sus propiedades y riquezas que no en todos los casos, pero se puede asegurar que un gran número, la obtuvieron a costa de violencia armada.

¿Dónde están los campesinos? ¿Dónde están los estudiantes universitarios –que gracias a ellos tenemos constitución? ¿Dónde están los representantes de la ciudadanía común y silvestre, de ese ciudadano de a pie que ni siquiera sabe quién está en el Congreso, y no por ignorancia, sino por falta de legitimidad de las instituciones jurídicas? ¿Dónde están los docentes, que sería interesante involucrarlos en las decisiones del Estado? No se ven, simplemente porque este proceso es una broma para el que cultiva, para el que enseña, para el que gana un mínimo, porque los empresarios -que son también políticos, como el ministro de defensa, Luis Villegas, ex presidente de la ANDI- son los que van a ganar, los que van a dejar atrás una piedra en el zapato.

¿Por qué no se incluyen estas personas, los estudiantes, los campesinos, docentes, el ciudadano de a pie? Simplemente porque la vida de estos es vista como la materia prima del consumismo, los que seguirán consumiendo del sistema que por un acuerdo no va a cambiar.

 

No va a ver paz

Si es tan legítimo este acuerdo y la guerra va a finalizar, ¿Dónde están los fabricantes de armas, diciendo: “cerramos”? primero cerro Chiclets Adams, y despidió a sus trabajadores.

¿Se ha anunciado el fin del Plan Colombia, por ejemplo, que tanto daño le ha causado a la soberanía de la nación? O mejor, ¿El ejecutivo ha decidido finalizar la cooperación militar con otras naciones? La respuesta es obvia, antes aumentan el número de efectivos extranjeros en territorio nacional.

La paz no se va a lograr solo con un papel firmado, eso es utópico, de ser así ya tendría Colombia paz desde 1991 con la Constitución. Así se firme la paz con las FARC en La Habana, así sea de muy buenas intenciones, no habrá paz efectiva.

Sencillamente todo se reduce a que la guerra es un negocio que deja mucho dinero, muchas ganancias a gente de poder, y que tristemente, así la guerrilla se desmovilice, los paramilitares entreguen las armas, se legalice la droga, siempre va a existir un nuevo conflicto, porque la educación de paz, esa cátedra que se debe dar, no para explicar los acuerdos, sino para crear la paz desde las casas, los colegios, las universidades, está lejos de darse.

Mirar cinco minutos las noticias y ver que este país no tiene más salida que la que dicten las elites del poder, es tan absurdo que dan ganas de llorar y de airar el espíritu.