El escritor argentino Martín Caparrós definió una vez al buen cronista como “Un gran mentiroso”. Pero no se refería al acto de falsear los acontecimientos, sino a la voluntad inalienable de contarlos a su manera, es decir, con el sello de su estilo.
A pesar de su corta edad- un siglo y medio apenas- son muchos los autores que se han ocupado de contar la Historia de Pereira. Desde profesionales como Jaime Jaramillo Uribe, hasta maestros de la anécdota como Euclides Jaramillo Arango, pasando por cronistas de la índole de Ricardo Sánchez o Luis Carlos González. Todos ellos nos relataron a su modo las transformaciones experimentadas por la ciudad, desde su segunda fundación en 1863 hasta los años setentas del siglo XX. Mientras que al autor de La Ruana esos cambios le generaban una amarga nostalgia por tiempos que consideraba mejores, Jaramillo Arango los interpretaba en clave de ironía. No podía ser de otra manera: su formación y su visión del mundo eran muy distintas.
Entre todas esas voces, destaca una ignorada hasta hace poco. Se trata de la obra de Lisímaco Salazar, rescatada en buena hora con motivo de celebración de los 150 años de Pereira en 2013.Pedacitos de Historia, es el título del libro, precedido de una juiciosa presentación por parte del poeta, ensayista y periodista Mauricio Gómez Ramírez. El prólogo nos ubica en la ciudad que le sirviera de materia y pretexto de escritura a Salazar: aquella que empezó a verse a sí misma en las transformaciones llegadas de otras latitudes entre los años de 1905 y 1930.
Edición de Luz Adriana Carrillo, José Fernando Marín & La Buhardilla, Ricardo Montoya, Mauricio Ramírez, Héctor Salazar, Jován Salazar, Nelson Salazar y Joel Valencia Pereira, 256 páginas ISBN 978-958-46-3545-7
Como el de todo buen cronista, el trabajo de Lisímaco Salazar se soporta en una lucha por conjurar los designios del tiempo cuya única vocación, bien lo sabemos, es el olvido.
Con un lenguaje limpio y despojado de cualquier intención retórica el autor nos lleva, a través de una sucesión de nombres y situaciones, a las pocas calles de una ciudad que, recién fundada, tenía que habérselas con el impacto de las convulsiones políticas y los desarrollos tecnológicos que cambiarían para siempre la visión del mundo de unos hombres acostumbrados hasta entonces a complacerse en la contemplación del propio ombligo.
Pero lo suyo no es un simple inventario de personajes y sucesos. Cada capítulo es un detallado viaje a la entraña de quienes dejaron su impronta en la historia de la ciudad. Hombres como Ignacio Torres Giraldo, cuyas ideas de izquierda sacudieron las conciencias de una aldea conservadora, o el poeta Julio Cano Montoya, piedra fundacional de lo que después sería una tradición: la escritura de versos que con Luis Carlos González Mejía cerraría un ciclo en el quehacer literario de la ciudad, para dar paso a expresiones más propias de la modernidad.
En Pedacitos de Historia recorremos unas calles donde reina la quietud… hasta que irrumpe con su estrépito un monstruo de metal como heraldo de los tiempos por llegar: es un automóvil conducido por el mecánico Colaco, expresión física de un antes y un después. El antes de la aldea de agricultores, mineros y tratantes de ganado y el después de los comerciantes y pequeños industriales, cuyas actividades habrían de marcar algo así como una seña de identidad de Pereira y sus habitantes, hoy cuestionada por quienes ven en ella un concepto bastante estrecho. Son en total 252 páginas a través de las cuales nos asomamos a la aventura vital de hombres como el médico Santiago Londoño o las señoritas Pérez, al tiempo que presenciamos los primeros contactos con la cultura universal- global, le decimos ahora- a través de las presentaciones de ópera en el Teatro Caldas. Con esa materia, con la piel de las calles, se tejieron estos Pedacitos de Historia que hoy nos devuelven a una parte esencial de nosotros mismos
Por si no faltaran suficientes problemas serios en la escuela pública francesa, que debe lidiar a diario con los condicionantes de la pandemia de la Covid-19, un nuevo tema ha irrumpido en el debate educativo: ¿puede un maestro ir completamente cubierto de tatuajes, o una apariencia física tan extrema causa daño a los alumnos, sobre todo a los más jóvenes?
El caso de Sylvain Hélaine, alias Freaky Hoody , está dando que hablar después de que una madre denunciara en el diario Le Parisien que el docente “da miedo a los niños” y debería por tanto ser apartado, al menos, de las clases de parvulario y de primaria. Desde entonces, varias televisiones han entrevistado al personaje, quien sin duda da mucho juego visual en los platós.
Una madre dice que el docente, sustituto, “da miedo a los niños” y debería ser apartado de parvulario y primaria
Hélaine lleva un cómputo muy preciso de lo que ha invertido, en tiempo y en dinero, para conseguir una apariencia física tan original: 460 horas en los estudios de tatuaje y 57.000 euros. El proceso se prolongó durante tres años y no está dispuesto a detenerlo. Poco a poco va a cubrir todos los espacios que aún conserva de piel de color natural. “Seguramente acabaré todo negro a los 80 años”, predice.
Lo más exagerado es que Freaky Hoody ha llegado a inyectarse tinta de varios colores en la esclerótica –la membrana blanquecina de los ojos–, lo cual le da una mirada casi de ciencia ficción o de personaje de cómic. Estas inyecciones oculares se las han administrado en Suiza porque en Francia están prohibidas. Es una técnica invasiva muy peligrosa. El maestro reconoce que se corre el peligro de quedarse ciego, por lo que no recomienda en absoluto que se siga su ejemplo.
El docente se ha tintado hasta los ojos y la lengua, con inyecciones, pese a los riesgos para su salud
El tatuaje de la lengua también fue muy laborioso. Las inyecciones de tinta se la hincharon tres veces su volumen normal. El escozor le duró largos meses. No podía hablar y le dolía abrir la boca. Fue un suplicio que dio por bien empleado, incluso el riesgo de que la agresiva intervención degenere en un cáncer.
Hélaine asegura que, además de ser su pasión, el tatuado completo forma parte de un “proyecto artístico”. Así puede completar su sueldo de maestro con ingresos que obtiene posando en museos o con su participación en películas y vídeos.
El maestro sostiene que la inmensa mayoría de niños no ve problema con su aspecto físico y, tras la sorpresa inicial, que dura pocos minutos, lo aceptan con normalidad y la clase transcurre sin incidentes.
La ley francesa no prohíbe los tatuajes de los maestros, aunque sí la exhibición de signos religiosos como la cruz o un velo islámico las mujeres. El laicismo de las escuelas es un principio muy estricto que debe ser respetado.
Tatuado completo
Seguramente acabaré todo negro a los 80 años”
SYLVAIN HÉLAINE Maestro sustituto
En sus comparecencias televisivas, Hélaine, que se presenta con una camiseta sin mangas, pide que se le trate con tolerancia y se le juzgue por su capacidad didáctica y su rendimiento profesional, y no por su aspecto epidérmico.
En una entrevista con la cadena pública France 3, Freaky Hoody reconoció que, “el tatuaje es algo, en principio, muy egoísta”. “Lo encuentro cool –dijo–. Siempre lo hice para mí. Nunca intenté erigirme en un portavoz de la tolerancia sino que ha sido inevitable. Sufro una discriminación que esperaba sufrir. Quienes me tatuaron me lo advirtieron, que la mirada de la gente cambiaría cuando empezara a cubrirme las manos y la cara. Tuve dudas, pero la pasión fue más fuerte”. Según Hélaine, “el tatuaje es como el amor”, y se quiere estar con él a cualquier hora del día.
La controversia protagonizada por Freaky Hoody no es la única que sacude las escuelas francesas sobre la apariencia física. El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, desató otro debate al criticar que los alumnos acudan en atuendo muy deportivo, o como si fueran a la playa o a la discoteca. Según el ministro, “la vestimenta no debe ser un factor ni de discriminación ni de estigmatización”, y advirtió sobre la hipersexualización de las chicas. “Es importante llegar a la escuela vestido correctamente –añadió–. Todos pueden comprender que se viene a la escuela vestido de un modo republicano”.
Ese “modo republicano” recomendado por el ministro es una fórmula ambigua y enigmática. La frase ha sido muy comentada y objeto de bromas. Blanquer no ha aclarado aún cuántos tatuajes admite su código de valores republicano.
Francisco de Quevedo y Villegas escribió cierta vez un soneto perfecto que divisaba los vestigios del Imperio romano, aunque hay quien asegura que más bien se fijaba en otros versos latinos de Giovanni Vitale de Palermo, pues aquel un siglo antes había firmado un poema casi idéntico. Obnubilado por la decadencia que se desplegaba ante sus ojos, con el soneto A Roma sepultada en sus ruinas Quevedo advierte la mella que el tiempo provoca sobre cualquier deseo vano de grandeza monumental:
Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino!,
y en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver son las que ostentó murallas,
y, tumba de si proprio, el Aventino.
***
Yace, donde reinaba, el palatino;
y, limadas del tiempo las medallas,
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades que blasón latino.
***
Sólo el Tibre quedó, cuya corriente,
si la ciudad regó ya sepoltura
la llora con funesto son doliente.
***
¡Oh, Roma! En tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme, y solamente
lo fugitivo permanece y dura.
Dos cuartetos y dos tercetos encadenados con catorce versos endecasílabos de rima consonántica. Quevedo utiliza comas y signos de puntuación para tejer el rígido corsé de la unidad de sílabas correspondiente a las normas monolíticas de los sonetos, toda una proeza bien sea que se trate de un poema original o de una versión en castellano de los versos latinos de Vitale, quien por cierto no invoca la corriente del río por ninguna parte. Las últimas líneas de Quevedo logran un encabalgamiento peculiar. Sin embargo, no es la forma ajustada con solvencia a los cánones lo que me interesa, ni la presunta originalidad del tema en cuestión, sino el fondo de imágenes que hay allí contenidas.
A Quevedo le gustaba el dibujo breve de oposiciones entre sus versos («es hielo abrasador, es fuego helado / Es herida que duele y no se siente»), otras veces prefería la unión de dos oposiciones en una sola línea. Pero el poema a Roma no apela a dicha fórmula, que fue una constante de la estética barroca con esa búsqueda de contrastes abruptos que realzaran la belleza del conjunto. Quevedo prefiere darle consistencia al tema como oposición total renunciando a los enunciados de paradojas ingeniosas. Así elabora una contradicción invisible que engloba al soneto y lo precipita desde adentro. Quevedo, perdónenme la insolencia, era hegeliano sin saberlo.
Las contradicciones y el juego de opuestos fueron recursos muy explorados en su época. Recordamos a Sor Juana («pues sufro en amar, y en ser querida»). Recordemos al propio Quevedo cuando se divierte con ingenio («De olvidar los trabajos olvidarse / entre llamas arder, sin encenderse»). O aquellos bien conocidos:
Tras arder siempre, nunca consumirme;
Y tras siempre llorar, nunca acabarme;
Tras tanto caminar, nunca cansarme,
Y tras siempre vivir, jamás morirme;
Para Quevedo la contradicción parece llevar siempre a la última y única posibilidad, aquella brega esencial de la vida y la muerte, aquel equilibrio tortuoso entre la totalidad y la nada.
Bien se sabe que el autor fue derrotado por las circunstancias harto variables y confusas de su propio devenir. Quevedo había prefigurado en otro poema su final ruinoso cuando escribió que sentía su espalda «vencida de la edad» y no encontraba «cosa en que poner los ojos / que no fuera recuerdo de la muerte». Él mismo podría dar pistas de esa postura fatalista y existencial. La suya fue una vida truncada, con frecuentes oscilaciones entre la corte (la gloria) y la cárcel (la ruina), soportando el desprecio insufrible de Góngora, faro intelectual de su generación, y del Olimpo literario de entonces. Aquello impregnó su espíritu de una desesperanza y una desazón que es obvia en muchas de sus líneas.
Quevedo no fue un simple antagonista de cosas que son diferentes. Digámoslo en otro tono: no se limitó a la apariencia, en tal sentido su poesía adquiere hondura cuando reconoce que los opuestos conviven en un mismo ser. Una cosa es la misma y es otra, porque está compuesta por elementos que se contraponen.
El poeta canta a la grandeza de Roma, que un día albergó al imperio más grande y poderoso del mundo antiguo. No obstante, Roma es una sola, la que no encuentra el peregrino: «Buscas en Roma a Roma… / y en Roma misma a Roma no la hallas». La cosa misma contradicha, la ciudad que se derrumba en sus cimientos con una danza de contrarios que se invocan implícitos: plenitud y decadencia, gloria y miseria, esplendor y ruina. Roma opuesta a Roma.
Los primeros cuartetos se encargan de esbozar el contraste, el relato de la decadencia y la disgregación. El Aventino, una de sus siete colinas, vuelve convertida en tumba del antiguo brillo que reposa en el mismo lugar —el Palatino— donde fuera fundada un día por Rómulo y Remo, los hijos de la loba. La descripción prosigue refiriéndose al «destrozo» y las murallas «limadas del tiempo», que dejan al descubierto los restos de lo que fuera el «blasón latino». Con el esplendor Quevedo ha labrado un cadáver.
Pero son los tercetos los que rematan la carga alegórica del poema.
Sólo el Tibre quedó, cuya corriente,
Si la ciudad regó ya sepoltura
La llora con funesto son doliente.
El río, eterno observador, es el único testigo de aquella transformación. ¿Y qué es el río sino cambio impertérrito, discurrir entre la permanencia, instante breve que es a su vez eternidad? Son los siglos que fluyen, que pasan, pero con su corriente constante permanecen. La relación del río con el llanto es otra metáfora común de Quevedo, presente en sus poemas amorosos como el poema a Isabel: «embrabecí llorando la corriente de aqueste fértil cristalino río…», o el soneto al Henares: «detén tu curso, Henares, tan crecido…».
¡Oh, Roma! En tu grandeza, en tu hermosura,
Huyó lo que era firme…
El lamento final es lapidario. Sin embargo, acá el sentido del terceto supera el paisaje y la simple impresión por la ciudad derruida. Lo que sabemos sobre la vida y obra del escritor quedó grabado allí.
Quevedo fue un hombre de altibajos, de oscilaciones, nada de su gloria como miembro de la corte iba a ser reconocido en su tiempo. A sus textos les llegaría una fama tardía con la posteridad, haciéndoles justicia mucho después de su muerte. Los bienes y riquezas de Quevedo se perdieron o esfumaron —como se pierde todo lo firme— y hoy apenas nos queda la corriente cristalina de esas líneas que ni siquiera su autor vio publicadas. La felicidad, si acaso, fue una nota fugaz, un pie de página.
Quevedo supo pronto que como sucede con cualquier presencia, la suya tampoco iba a escapar a los designios de la fatalidad. Era él quien se diluía en las aguas. Era él reflejado en el Tíber, ese río de emperadores muertos. Era él convertido en ciudad y esplendor, en desmoronamiento y cadáver, en ruinas, en despojos y angustias, constatando el desmoronamiento propio, porque todo lo firme pasa «y solamente lo fugitivo permanece y dura».
EAFIT Pereira y ProRisaralda unidos para generar una reflexión alrededor de la revisión de los planes de ordenamiento territorial.
El conversatorio se realizará de manera virtual este 30 de septiembre.
Septiembre 24 de 2020-. Generar un espacio para reflexionar alrededor de los Planes de Ordenamiento Territorial y su urgente revisión y ajuste para que se adapten a las respuestas que necesitan los municipios, es el objetivo trazado por la Universidad EAFIT Pereira y ProRisaralda al hacer la convocatoria para el conversatorio que sobre los POT se realizará este 30 de septiembre de manera virtual y con fácil acceso a la comunidad.
“Estamos atravesando una situación derivada de la pandemia que toca las esferas social y económica y los planes de desarrollo territorial no están ajustados para generar, como instrumentos de planeación, los escenarios que se necesitan para incentivar la recuperación en momentos en los que buscamos la reactivación en medio de la pandemia”, explicó Ana Tulia Gutiérrez, directora regional Eje Cafetero EAFIT Pereira, al destacar la pertinencia de este evento que convoca a la ciudadanía en general.
El escenario de discusión será virtual y contará con la participación de Diana María Cuadros Calderón, Subdirectora de políticas de desarrollo urbano y territorial del Ministerio de Vivienda; Julio César Gómez Salazar, Director de la CARDER; Felipe Mejía Lamprea, Presidente de la Junta Directiva de Camacol Risaralda y Juan Pablo Montoya Roldán, Coordinador de ProRisaralda, con la moderación de Marco Fidel Gambóa Ramírez, docente del departamento de Ciencias de la tierra de EAFIT.
“Es casi imposible pensar en el desarrollo de los municipios si los planes de ordenamiento territorial están desactualizados o no están bien elaborados, pues son la carta de navegación en términos de desarrollo y determinan qué se puede y qué no se puede hacer en los territorios, por lo que resulta determinante la actualización de estos instrumentos de planeación”, explicó Juan Pablo Montoya, Coordinador de ProRisaralda.
Este conversatorio tendrá lugar el miércoles 30 de septiembre a partir de las 10:00 a.m., abierto al público en general; los interesados pueden inscribirse a través del siguiente enlace: https://bit.ly/3hV0ELl
Poco a poco vuelven a reactivarse algunas actividades presenciales, sin embargo, los eventos relacionados con las artes siguen desde la virtualidad, lo que ha posibilitado llegar a públicos más amplios y aumentar la participación y visibilización de algunos proyectos culturales.
Hablemos de BD: club de lectura | 24 de septiembre, 6:30 pm | en vivo por meet, previa inscripción
Esta semana el club de lectores de cómic Hablemos de BD (jueves 24 de septiembre a las 6.30 p.m. en línea, previa inscripción) hablarán del «Diario en historietas de la pandemia», una antología de cómic curada por la Revista Blast.
«Diario en historietas de la pandemia» acopia el trabajo de diez dibujantes nacionales de la región andina que fueron invitados por la revista a crear un relato de tres páginas sobre su cotidianidad y los cambios que enfrentaron durante el confinamiento. El resultado final de este proyecto coral hace parte del fondo de archivos liberados de La MULA delfín (del Mundo), disponibles en: bit.ly/FeriadelaMULAdelfin en la sección «Revista Blast».
Cómic Sin Fronteras se integra a las actividades regulares de La Jam de dibujo y las sesiones de Urban Sketchers Pereira.
La lectura recomendada para esta semana es HEROIKA Subzero #1. Comic escrito e ilustrado por Luis Gabriel Trejos Duque. Historia que se desarrolla el posfuturo donde la biotecnología y el gobierno global igualitario es propietario de la mente humana y de sus ideas por medio de la alucinación colectiva, argumentando que es por el bien común y todo es un engaño.
Sesión 50, organizada en colaboración con Cómic Sin Fronteras. Artista invitado: Luis Gabriel Trejos. Artista plástico risaraldense, graduado de la Universidad Tecnológica de Pereira. Publicista y autor de cómics. Dirigió el colectivo de cómic Leyenda, pionero de los cómics en el Eje Cafetero. Ha publicado en varias revistas y en el 2015 el Cine Club Borges le edita un libro antológico por sus 20 años de trabajo en el cómic y la ilustración. Ha participado en proyectos de animación y actualmente reside en Medellín. Pueden conocer más sobre su trabajo en: https://sites.google.com/site/luisgabrieltrejos/home Día: viernes 25 de septiembre Hora: 4pm hora Colombia. Por Google Meet: meet.google.com/deu-odwa-vtf Las redes de contacto del colectivo son: FACEBOOK: https://www.facebook.com/jamdedibujocolombia/ INSTAGRAM: https://www.instagram.com/jamdedibujo_/
Urban Sketchers Pereira tendrá como invitados a los Urban Sketchers de Bogotá para que compartan sus tips y sus reflexiones acerca de cómo abordan el espacio de ciudad para dibujarlo. Para este encuentro invitaron al colectivo de dibujo del Refugio del arte en Santa Rosa de Cabal. Día: sábado 26 de septiembre Hora: 4pm hora Colombia. Por Google Meet: https://meet.google.com/tkc-hmhc-dco Evento abierto a todo público. Las redes sociales para estar en contacto con Urban Sketchers Pereira son: FACEBOOK: https://www.facebook.com/groups/uskpereira/ INSTAGRAM: https://www.instagram.com/usk_pereira/
Conoce más del evento y la programación de este año en:
Primer Festival Live Revolucionarte que viene con una selección de grandes artistas y exponentes locales, nacionales e internacionales; conciertos, talleres, exposiciones y videoarte relacionados con sonidos alternativos, tendencias de música avanzada y estilos modernos en expansión.
Convocatoria para publicar en el blog Los Inmodernos | “Shock” | Se recibe obra hasta el 3 de octubre
Texto provocador:
Shock
En el encuentro que tendremos hoy con seguridad se detonará la imagen convertida en detritus que representa porque, así nos neguemos a ello, termina por reflejar el sustrato social que somos. La imagen como parte del mundo de la percepción se organiza en campos célibes desde donde miran con curiosidad otras cosas. Entre esas cosas, amigos, aparece el arte.
Es duro, lo reconozco, reconocer la coseidad del arte, pero directamente el tratamiento de cosa que comparte con otras cosas habla de encontrarse al mismo nivel, al menos físico de la experiencia factual del mundo.
La cosa del arte, aunque comparte con las otras cosas del mundo, su espacialidad y temporalidad son diferentes, ya que cada pieza de arte representa un vínculo con el proyecto de civilización donde se inscribe, es decir, es una cosa que contiene, se encuentra cargada de sentido. La cosa del arte tiene la virtud de reunir las diferencias y producir estados de hermandad cultural, con ella hablo no solo frente a frente con lo real, sino que produce transformaciones en su hacer desde sustratos de comprensión muy antiguos y comunes, que ahora vivimos como historia ya sea individual o colectiva.
La imagen del arte consiste en construir un extenso archivo teleológico ya que convoca las primeras imágenes de origen con lo original, con la intención salvífica de ordenar de alguna manera misteriosa y precisa el acontecer simbólico y político que le da valor de época. Tenemos que con la cosa del arte podemos hacer viajes donde se vinculan con presteza la memoria y la mirada testimonial de lo que otros hermanos y otras culturas vivieron y crearon, ellos mismos conectados con el influjo de lo que les precedió y la esperanza del futuro.
Aunque ya sabemos que no existen objetos estéticos (según Schaeffer) sino hechos estéticos, las imágenes portentosas del pasado y nuestro revisionismo descontextualizador nos permite trabajar impostando en las prolijas imágenes de nuestra contemporaneidad situaciones de hecho estético. Extraemos de la historia y la poshistoria el icono, la relación, el bagaje, la forma exquisita y la construcción estable en curiosidad, extrañeza, pero al mismo tiempo shock, ya que la imagen y el arte de hoy, para que tengan la suficiente resonancia necesitan del choque, violencias de despertar, sacudones de interpretación, todos ellos hechos estéticos como acontecimiento.
Si el arte es una cosa la imagen también lo es, pero son cosas maquínicas capaces de anunciaciones basadas en la producción del recuerdo, porque hemos olvidado que antes de la estética sin función humana, existían en pleno organicismo: severa unidad irreproducible. Sé que lo dicho anteriormente exaltará al apropiacionista, al desapropiador de autoría, al sistema conceptual ultra filosófico que extermina la sencillez del contacto con el medio, pero ahora propongo recobrar la potencia sublime de un arte testimonial, único, irrepetible; volver, si es preciso a ese código antiguo de un arte de exudación de libertad.
EXPOSICIÓN: ¡ Necropsias Domésticas ! exposición individual de Cuauhtémoc Rodríguez| Del 21 de septiembre al 5 de octubre | Jardín de artista de la Universidad Tecnológica de Pereira
“…En las obras de Rodríguez lo que en realidad percibimos es un gusto terrible por el respeto a lo escultórico, ese desing contemporáneo para la recreación con escasa profundidad de urdimbres muy pobladas de experiencia. Sus fotomontajes exponen la poética ahora añorada por lo retro cultual, pues la observación pasa a la ligera a través del barroco hasta llegar a los trasfondos epopéyicos de lo escenográfico teatral. Se trata de dispositivos del gusto aburguesado superado a fuerza de estética pura, refinada dirían algunos, pero a la vez carbonatada por pretender una suciedad más bien ecléctica, celebración metafísica petrificada, daño de uso, al insistir una y otra vez en la confiada belleza de lo sublime necrótico.”
Lunes con las artes | 28 de septiembre, 2 pm | organiza la Universidad del Valle | Por zoom: https://us02web.zoom.us/j/87448537368 – ID de reunión: 874 4853 7368
El Departamento de Artes Visuales y Estética de la Universidad del Valle invita a su actividad de extensión formativa denominada: “Lunes con las artes”. Se trata de un espacio de diálogo, encuentro e intercambio en torno a las artes visuales que busca promover la participación y el intercambio de conocimientos y saberes de estudiantes, profesores, graduados y profesionales pertenecientes a las distintas comunidades creativas y académicas nacionales e internacionales.
Compartimos una entrada de la empresa Alegra.com, un negocio que opera desde Medellín y se encuentra presente en diferentes países de manera virtual, ellos nos compartirán información acerca del trabajo remoto, un tema del que tienen mucha experiencia por su naturaleza operativa.
En un equipo remoto las reuniones son mucho más exigentes, porque además es menos probable que se vean si se está usando el celular, chateando o quizás navegando en otra pestaña, lo que va a requerir un mayor compromiso y concentración de todos. Las aplicaciones de videoconferencia a menudo tienen límites de tiempo en los planes gratuitos, lo que significa que cada minuto vale y se debe ser más efectivos con el tiempo. Cuando no se puede leer el lenguaje corporal y lo no verbal, se puede empezar a hablar fuera de turno y perder información muy valiosa. Adicional, las pequeñas conversaciones pueden consumir más del tiempo presupuestado.
El trabajo remoto exige un mejor orden en las reuniones. Al poner en práctica esto se podrán ejecutar reuniones remotas más efectivas, liberar tiempo y hacer que todos sean un poco menos gruñones.
Éstas son algunas buenas prácticas para reuniones exitosas a través de videollamadas
Preparación:
Preparar una lista con los temas que se van a exponer, el orden y el material o documentos que se necesitarán.
Asegurar que la conexión de internet sea estable. De lo contrario es mejor que avisar que se llegará un poco tarde o que no se puede asistir.
Probar antes la plataforma, conocer cómo se usa, tener el link correcto, la cuenta, clave y la aplicación instalada.
Empezar y finalizar a tiempo:
Ser puntual no es llegar ni antes ni después, es estar a la hora indicada. Cuando se llega, no solo se está dando una mala imagen, sino que también puede verse como una falta de respeto con el equipo. Además, gestionar el tiempo en el trabajo remoto es muy importante, y se pierde tiempo al tener que repetir de nuevo la información. Finalizar a tiempo es muy importante, respetar la agenda y los horarios ayudará con la productividad y efectividad de las reuniones.
Tips que se deben tener en cuenta para empezar y finalizar reuniones a tiempo son:
Si se va a llegar tarde, ya sea por algún inconveniente técnico o por obligaciones anteriores, lo mejor es comunicar, enviar un mensaje a tiempo antes de que inicie la videollamada a alguien que estará en la reunión y que pueda informar al equipo. Es muy incómodo entrar a una reunión remota tarde sin previo aviso, especialmente porque la aplicación podría reproducir un sonido anunciando a los demás la llegada.
Si se va a llegar tarde y se debe liderar la reunión, lo que se debe hacer es asignar la responsabilidad a otro miembro del equipo para que se haga cargo, o aplazar la reunión.
Automatizar los recordatorios de las reuniones, no solo en el calendario del correo, sino que también se puede integrar en el celular o inclusive en la herramienta de mensajería. Así se estará al tanto a través de las notificaciones.
Utilizar siempre cámara:
Nada reemplazará el contacto físico con las personas, pero usar la cámara permite disminuir esa brecha de no tener a la persona cara a cara y poder tener una comunicación más directa. La posición correcta es mirando hacia el frente, siempre hacia a la cámara. Tener contacto visual al igual que se hace en persona, genera un vínculo de confianza y puede ser irrespetuoso estar en una reunión con la cámara encendida pero estar mirando hacia otro lugar.
No hay nada más incómodo que estar hablando y escuchar ruidos en el ambiente. Silenciar el micrófono cuando no se esté hablando permite que el emisor pueda estar concentrado y asegura que el mensaje se entregue con claridad.
Buscar un lugar tranquilo
Si en el espacio de trabajo elegido hay bastante ruido, buscar otras alternativas que no afecten la productividad. Asimismo, avisar a las demás personas que se tiene cercanas, que se estará trabajando para evitar interrupciones.
Crear reuniones cortas
Tratar en lo posible que las reuniones sean solo de 30 minutos para que sean concretas y eficientes. Para saber la importancia y cómo programar reuniones en Google Calendar da clic aquí.
Enfocarse en el objetivo de la reunión
Siempre debe de haber líder claro, alguien que oriente la conversación y tenga definido el propósito de esta. Evitar tocar temas que no estén dentro de la temática de la reunión. Hablar de los temas que fueron planeados, y si llegan a surgir otros dejarlos al final, o bien programar otra reunión para abordarlos.
Crear reuniones dinámicas
En un espacio virtual la comunicación se hace más exigente, por lo cual hacer uso de los siguientes recursos logrará una reunión más fluida, participativa y entretenida:
Si se tiene programada una reunión larga (más de 90 minutos), programar un IceBreaker (una pequeña actividad de no más de 5 minutos para romper el hielo). De esta forma los invitados a la reunión participarán de forma más fluida.
Preparar una presentación o algún material didáctico para exponer las ideas y que queden más claras.
Hacer un mapeo de cómo está el equipo a modo de introducción, es un buen momento para preguntar como van todas las cosas.
Generar un ambiente constructivo y de aprendizaje permite que todos los participantes opinen para hacerlo dinámico. Hacer preguntas, brindar espacios para hablar a diferentes personas y permitir pausas para saber si se está siendo claro con la información.
Cuidar la presentación personal
Así sea una empresa con un lenguaje informal, la idea es que en reuniones no descuidar el aspecto físico, ya que es una carta de presentación.
Comportarse como en una reunión presencial
No tapar la cara, ceder la palabra, no hablar al mismo tiempo que otro.
Crear reuniones periódicas con todo el equipo
Crear un espacio para reunirse con todo el equipo, donde tengan la oportunidad de conocer a los nuevos integrantes, reconocerse entre todos, un espacio para compartir un chiste antes de iniciar y comunicar novedades, dificultades o noticias. En Alegra, por ejemplo, nos reunimos dos viernes al mes, cada 15 días.
Crear oportunidades para reuniones presenciales
La flexibilidad de un equipo remoto es una gran ventaja, pero las reuniones presenciales ayudan a construir y mantener buenas relaciones empáticas con los compañeros. Crear una oportunidad para reunir a todo el equipo puede crear sentido de pertenencia, compañerismo y saber cómo es esa persona en vivo y directo.
La confianza, la transparencia y la comunicación, son unos de los valores más importantes de la cultura remota. Los resultados e información se deben compartir en donde todo el equipo esté al tanto, así se garantiza la transversalidad de la información.
Buenas prácticas para saber dónde y cómo comunicar:
Especificidad
Al trabajar en una plataforma de comunicación, recibimos muchos mensajes en todo momento, por tal motivo es muy importante ser claro y conciso. ¿A quién va dirigido? ¿cuál es el mensaje? Dejar claro si es solo para comunicar o si se espera algo de los demás.
Claridad
Entre más claro sea el mensaje más personas lo leerán. Intentar no usar acrónimos o palabras muy específicas, si se hace identificar qué quieren decir. Esto asegura que la gente entienda y siga leyendo el mensaje.
Buscar el momento indicado
Tener presente la hora al momento de enviar un mensaje, ya que éste tendrá mucha más afluencia en algunos horarios específicos y también juega un papel relevante en el estado de ánimo de las personas. Por ejemplo:
El lunes al inicio del día es buen momento para enviar mensajes de seguimiento o algún proyecto que está empezando, lo mejor es no enviar nada al mediodía. Tampoco al final del día. Los viernes a las 6:00 pm ya es muy tarde para enviar un mensaje.
Buscar el mejor canal para comunicar
En las herramientas de comunicación instantánea como Slack, Skype, Microsoft teams, chat de Google entre otros, la comunicación debe ser muy rápida y clara, pero además debe ser corta y su resultado debe ser inmediato. Si es en un canal donde hay muchas personas, es probable que el mensaje se pierda y no lo lean todos.
El correo es una mejor opción cuando se tiene un mensaje que debe llegar a todas las personas. También es recomendable cuando debe ser muy específico con las ideas o propuestas.
Si se quieren comunicar avances de tareas, se deben usar herramientas como Asana, Jira, Monday.com, entre otras. Esto permite una gestión ordenada del proyecto y un seguimiento colaborativo.
Otra forma de comunicarse de manera remota es por medio de las herramientas colaborativas. Ejemplo, en Google Docs se pueden mencionar a personas para que hablen sobre un escrito en particular, revisen un valor en Google Sheets o estructuren mejor un comunicado.
Por ejemplo, en Alegra nos limitamos a usar las herramientas que tenemos para trabajo y evitamos en la medida de lo posible whastapp o llamadas telefónicas entre el equipo. Esto permite separar la vida laboral de la personal.
No suponer
Si no quedó claro el mensaje, preguntar las veces que sea necesario hasta que se entienda, no proceder a responder si aún se tienen dudas. Se puede parafrasear el mensaje que fue recibido: “lo que me quieres decir es…” , “lo que entiendo es que…” Esto permitirá mucha más velocidad y menos reprocesos.
Cuidar la forma en la que se escribe
Realizar un resumen extremo de lo que se quiere comunicar, procurar mostrar más datos que adjetivos, cambiar palabras como “muchísimos, significativamente..”. Especificar con exactitud el valor o la cantidad. Nunca enviar el primer borrador, revisar hasta que quede claro y bien resumido. Si quedan dudas compartir el mensaje primero al equipo para que comenten y asegurar que sí hayan entendido, luego compartir a las personas involucradas. Responder con un sí, no, datos, no sé, o responder en x fecha. Ser impecable con las palabras, no olvidar revisar ortografía, por un signo de puntuación que falte o que esté mal ubicado en una oración se puede distorsionar la comunicación.
*Importante reconocer la función de cada uno de los canales de comunicación antes de enviar mensajes.
Si les interesó el tema del trabajo remoto y/o quieren más información sobre asesorías contables, visiten el blog de Alegra: https://blog.alegra.com/
“Camaradas, amigos y hermanos, la lucha que se ha librado ha sido grande, desde que pasamos por aquellos malos momentos que llamamos la edad oscura hasta que tocamos las más altas notas de una sinfonía de poder; juntos desatamos algo que solo una hermandad entendería; con nuestra sangre, nuestra carne y hueso, nuestras almas y voluntades logramos crear una leyenda; ¿Hasta dónde se extenderá?, eso es algo que todos queremos ver…”
Un legendario
20 años después el grupo Leyenda se ha convertido en uno de los referentes más importantes de la ilustración y el cómic en Pereira. El párrafo anterior es un extracto que aparece en el sitio de Leyenda, donde se pueden encontrar algunas de sus memorias como colectivo.
Imágenes: cortesía archivo histórico de la Corporación Cine Club Borges
El grupo Leyenda fue uno de los primeros colectivos de ilustración y cómics que salieron de los cursos de cómic de la Corporación Cineclub Borges. Gracias a su disciplina tuvieron su propio espacio en la sede del Cineclub y consolidaron un trabajo dedicado que dio forma a proyectos como Ciudad Sin Puertas, la historia de Pereira contada a través del Cómic; la revista Leyenda, una publicación que comenzó una labor educativa respecto al cómic, además del entretenimiento y la posibilidad de un espacio para mostrar las primeras creaciones de estos chicos; y el evento Cómic Sin Fronteras, que ha sido una plataforma para visibilizar el talento local y sobre todo traer referentes nacionales e internacionales para que compartan con los jóvenes de la ciudad.
Cursos de Cómic en la Corporación Cine Club Borges
“El saloncito de atrás, junto a la cocina, era el salón legendario”, recuerda Nelson Zuluaga director de Cómic Sin Fronteras e integrante de la Corporación Cine Club Borges, al acordarse de los chicos que conformaban el grupo de guardianes de Leyenda en la sede de la Corporación que en ese entonces se ubicaba en la carrera octavo con calle 28 en Pereira.
En sus comienzos Cómic Sin Fronteras era una muestra de trabajos de los estudiantes de dibujo del Cineclub; luego se empezó a llamar Muestra de Cómic Ciudad Pereira y con el tiempo fue migrando a Cómic Sin Fronteras. Hablar de Leyenda es encontrar los principios no solo del evento, sino también de la ilustración y el arte secuencial en la ciudad.
La historia
En una conversación por mensajes en redes con Luis Gabriel Trejos y Alejandro Cujabanty, integrantes del grupo, construimos esta memoria sobre lo que fue el grupo.
Luis Gabriel Trejos: Leyenda fue el equipo de trabajo más activo y el padre de mucha de la movida underground en torno a la ilustración y la creación de cómics en Pereira. El grupo nació en el año 1999 luego de un par de cursos de cómics que yo dictaba en la sede de Comfamiliar centro, con apoyo con del Borges, liderado por Jaime Andrés Ballesteros.
Gracias a estos cursos conocí a varios ilustradores y escritores, jóvenes que estaban muy motivados con la lectura de cómics, los videojuegos, el cine, los juegos de rol, el anime.
Paralelamente a los cursos, el Cineclub prestaba un espacio para exhibir películas de Anime. Ese espacio se llamó Ciname, allí muchos fanáticos que conformaban ese semillero hicieron nuevos grupos en la ciudad de Utakus y Frikies.
En el año 2000 decidimos hacer la primera muestra de comics de Pereira, una exposición colectiva en El Corredor del Arte de Comfamiliar.
En esa época el internet no era como hoy, era algo muy innovador y se salía de la línea de los artistas más “institucionalizados” que había en la ciudad por ese entonces.
La muestra fue un éxito y decidimos crear el equipo de ilustración y creación de cómics LEYENDA.
El objetivo era crear, dibujar, escribir cómics y publicarlos. No estaba de moda el Fanzine, por eso fuimos más ambiciosos y creamos una revista formal con el nombre Leyenda.
► Cómic Sin Frontera en sus inicios se hizo como una exposición de trabajos de los estudiantes de dibujo del Cineclub, como parte de las actividades de un evento nacional que se llamaba Sin Formato. Bajo este evento se realizaron las dos muestras de piezas de los estudiantes, en el 2000 y el 2001. Para el 2003 el evento fue organizado ya directamente por el Cine Club Borges y el grupo Leyenda y se llamó Muestra de Cómic Ciudad Pereira.
La revista Leyenda
Para la cuarta edición de la muestra de cómic se decidió publicar una revista que fuera un medio para mostrar los trabajos legendarios y para educar a las personas sobre el noveno arte.
Con la dirección de Gabriel Trejos y la producción de la Corporación Cine Club Borges salió a la luz la edición No. 0 de la revista y magazín de cómic: Leyenda, el camino hacia el noveno arte. Una publicación que giraba alrededor de la ilustración y el cómic (o la historieta o narración gráfica como también se conoce); publicaron varios números entre el 2004 y el 2007 (Leyenda #0, #1, #2, #3 y #4).
El magazine se dividía en dos partes: “Acción Ilustrada” que se dedicaba a mostrar los trabajos de cómic de los ilustradores en la ciudad; eran historietas originales de los integrantes y, la segunda parte, el “Magazín de cómics” donde se presentaban hechos importantes del arte secuencial y la influencia de éste en la sociedad y sus artes.
Magazín de cómics
Luis Gabriel Trejos: La revista estaba conformada por ilustraciones de ciencia ficción y fantasía heroica (eran los pilares de la revista), al igual que los cómics que eran cortos y totalmente originales; también traía artículos escritos por nosotros mismos, donde se trataban temas sobre autores, personajes, otras historietas y otros géneros. Realmente estábamos muy entusiasmados y no sabíamos que estábamos creando tanto contenido sin ganar ni un solo peso.
Era una época en Pereira, recuerda Alejandro, en la que la cultura era floreciente y los artistas y creativos pereiranos giraban alrededor de las estéticas contemporáneas a principios de la primera década del S. XXI, con tendencias de contracultura que venían del lenguaje popular y allí es donde Leyenda incursionó. En su mayoría eran muchachos de colegio cuando empezaron y él era uno de de esos creadores que le dieron forma a una de las primeras publicaciones de este formato en la ciudad.
Acción Ilustrada
► Una de las inspiraciones principales eran los magazines de comics europeos y norteamericanos de cómics como Heavy Metal, publicaciones que por un lado exploraban asuntos de interés sobre la ilustración y la historieta, y por el otro, el talento de nuevos creadores de cómic. Esa fue la inspiración. De allí nació la primera publicación. Leyenda #No. 0, recuerda Alejandro.
Ciudad sin puertas
Para llegar a Ciudad Sin Puertas, hubo unos ejercicios previos. Alejandro Cujabanty menciona a Gustavo Colorado, director de Cultura de Comfamiliar Risaralda, quien en ese entonces estaba muy entusiasmado junto a Jaime A. Ballesteros en avivar el lenguaje del cómic en la ciudad.
Dice Alejandro que Gustavo les daba pautas para desarrollar una primera historia, una fábula moderna sobre el zoológico Matecaña. Ahí se ensayaban como dibujantes, entintadores, guionistas; pieza que les sirvió como piloto para contar la historia de la ciudad.
El aprendizaje que tuvieron haciendo novela gráfica estaba muy anclado a su creatividad como artistas y su interés de hacer historias locales, con personajes propios y con una identidad precolombina.
Alejandro Cujabanty: luego otra prueba de estilo fue con una historia de ciencia ficción, más larga, en tintas, y la desarrollamos todos los miembros del equipo con un estilo de dibujo diferente en cada capítulo, un proyecto variopinto, que nos permitió aprender mucho sobre una expresión artística que en ese entonces en Pereira lo conocían muy pocas personas y había poca información. La guía eran libros de algunos amigos, revistas y la información que intercambiábamos entre nosotros.
A partir de estos ejercicios crearon la historia de Pereira en cómic a través de cuatro números: Ciudad sin puertas 1 “Primeros Pobladores” (2004), Ciudad Sin Puertas 2 “El descubrimiento del salado” (2005), Ciudad Sin Puertas 3 “Quimbayas y españoles, encuentro de dos mundos” (2005) y Ciudad Sin Puertas 4 “Nuestra historia” (2006).
Gracias a la revista Leyenda, Ciudad Sin Puertas recibió apoyo del sector cultural de la ciudad. Para llegar a este proyecto ya se habían hecho acreedores al reconocimiento regional y trabajaban constantemente en la técnica, la investigación sobre el tema y haciendo ejercicios; el proyecto fue financiado por el entonces Instituto de Cultura de Pereira dirigido por Jorge Eliécer Sabas y contó con la asesoría histórica de la Academia Pereirana de Historia
► Los referentes bibliográficos que tenían eran El arte secuencial de Will Eisner, unos diccionarios de novela gráfica internacional y el libro Héroes de papel; además de revistas de la época porque el internet en ese momento aún era muy reciente.
Cómic Sin Fronteras o Muestra de Cómic Ciudad Pereira
Cómic Sin Fronteras se crea alrededor del cómic, la ilustración y la caricatura. Organizado por Leyenda y producido por la Corporación Cine Club Borges, su primera edición se hace acompañando el evento Sin Formato, una muestra del trabajo audiovisual de los jóvenes en Colombia; luego pasa a ser Muestra de Cómic Ciudad Pereira, con una periodicidad de una semana al año; poco a poco fue variando, hasta llegar a dos meses de actividades por evento.
Inicialmente el equipo que trabajaba en la revista empezó a exponer y a preparar charlas y talleres. Hablaban de los superhéroes, en ese entonces no había películas de cómics y se acuerda Alejandro que la información se sacaba de las revistas. Las exposiciones eran arte gráfico de ellos mismos. Todo era dentro del Cine Club Borges y el hall de exposiciones era para promocionar el trabajo del colectivo.
Con la consolidación del evento fueron involucraron a otros artistas y grupos regionales, sobre todo de Manizales, y luego se realizó contacto y alianza con el festival Calicomix. Desde entonces se hicieron las conexiones para traer talento nacional e internacional.
Menciona Alejandro que gracias a la alianza, pudieron traer a Pereira al profesor Bernardo Rincón, quien dirigió la revista de cómic Acme.
Andrés Segovia y Gabriel Trejos en Calicomix
En Calicomix con Ana Von Rebeur, escritora e ilustradora argentina
Grupo Leyenda en la ciudad de Cali
► El grupo Leyenda acompañó la organización del evento hasta la muestra número seis; a partir del 2007, quedó bajo la dirección de Nelson Zuluaga y el apoyo esporádico de algunos de Leyenda. Debido a compromisos académicos, laborales y viajes que algunos de los integrantes del grupo fueron teniendo el colectivo se dispersó.
Recuerdos
Luis Gabriel Trejos: la revista salió en una nueva versión de la muestra de cómics que nosotros organizábamos. Ese día fue muy activo y fantástico, la anunciamos por radio y prensa, y llegado el momento de abrir la muestra el impresor nos quedó mal. Imprimió los ejemplares, pero no los organizó, ni les puso los ganchos.
Las teníamos desarmadas en la bodega del Cineclub y la gente ya estaba mirando la apertura de la Muestra en la sala, en ese momento organizamos la bodega como sala de producción y nos pusimos a armar las revistas una por una.
Yo hacía dibujos en la sala de la Muestra y cada vez que alguien compraba una revista prácticamente se le armaba y se le entregaba con un dibujo. Esa noche hice unos 200 dibujos en solo 3 horas.
Pero estábamos tan felices que no importaban todos los infortunios y el cansancio. La gente que acudió al evento y compró la revista apoyó cien por ciento el producto y recibió con mucho agrado los resultados
El Papel del Cine Club Borges
Fue en la sede de la Corporación Cine Club Borges, en El Borges, como conocíamos al Cineclub, donde el grupo Leyenda pudo explorar la creatividad, y con el apoyo de la corporación y el entusiasmo de sus miembros, allí contaban con un lugar para reunirse y un hall para exponer sus obras.
La ciudad les abría un espacio para explorar su trabajo individual y colectivo, en un recinto que también se había creado por jóvenes que buscaban lo mismo: una sede para hacer lo que les gustaba.
Sala de proyecciones del Borges
Porque el Cineclub también tuvo su nacimiento en otro lado, fue en Comfamiliar Risaralda donde vio la luz y luego se independizó volviéndose una Corporación, de la mano, recuerda Alejandro, de Gustavo Colorado, director de Cultura de Comfamiliar quien los acompañó y animó para que el cómic en Pereira fuera parte de la cultura.
Luis Gabriel Trejos: el apoyo del Cine Club Borges fue fundamental, por eso, años después cuando el Cineclub entro en recesión económica, Leyenda y la muestra de cómics también fueron decayendo, y la llegada de internet, twitter, Facebook…, fueron haciendo que los jóvenes (ya más adultos) dejaran de lado los cómics y tuvieran otros intereses (las novias, la tecnología, sus profesiones, el dinero). Alrededor del año 2006 el grupo aunque seguía activo se fue difuminando y se convirtió más en un grupo de amigos.
Apuntes finales para seguir la movida de la gráfica en Pereira a través del cómic
La gráfica a través del arte secuencial en Pereira, se ha movido en paralelo con otras expresiones artísticas. Dice Alejandro Cujabanty que es quizás por ser una propuesta no tan ligada a las tendencias convencionales y museísticas, ya que bebe de otras fuentes de inspiración y puede mostrar caminos más frescos, menos acartonados.
Los cómics, la animación japonesa, la ilustración y el diseño gráfico, hicieron que surgieran las inquietudes sobre las tendencias alrededor del dibujo.
Dentro de la historia de la gráfica en Pereira, hay que recordar los cursos de cómic y manga del Cine Club Borges, CINAME: Cine de Animación Japonesa, el GRUPO Leyenda, Ciudad Sin Puertas (la historia de Pereira en cómic), el evento Cómic Sin Fronteras, el Raya-Jam, El Garaje, taller de artes y oficios, los talleres de cómic de la biblioteca del Banco de la República, Hablemos de BD de la Alianza Francesa de Pereira, Urban Sketchers Pereira, la Jam de Dibujo y el Laboratorio de Historietas Intangibles.
También hay que tener en cuenta a los miembros del grupo Leyenda: Luis Gabriel Trejos Duque, Andrés Segovia, Alejandro Cujabanty Villada, Diego Alejandro Hincapié Martínez, Geovanny Osorio Betancurt, Héctor David Betancurt, Hugo Alejandro Daza, Cristian Malaver, Carlos Moscoso y Nelson Zuluaga Hernández. Un grupo que llegó a ser mencionado en la biblia Shock del cómic en el año 2005 como referente de colectivos nacionales.
Luis Gabriel Trejos: para los compañeros de LEYENDA y para mi, la revista y la muestra de cómic fueron creados con un fin de rebeldía (cultural) y eso se puede leer en los cómics y en los artículos escritos. El proyecto nos permitió sembrar una semilla desde adentro de la cultura de la ciudad de Pereira. Reírnos de los políticos corruptos que eran y son dueños de los apartados culturales de la ciudad y dejar una huella impresa. Creo que muchos grupos culturales actuales en la ciudad, nacieron luego de la publicación de LEYENDA.
*Los datos aquí consignados fueron corroborados por Nelson Zuluaga Hernández, uno de los fundadores del Cine Club Borges, actual director de Cómic Sin Fronteras y el guardián de las memorias de Leyenda.
Cerca de Los Pinos y La Presa, en el este de la ciudad, se encuentra el inicio de Río Tijuana, mismo que parte por la mitad esta ciudad fronteriza de pisadas fugaces y memorias indecentes e injustas.
No es aventurado imaginar que el río Tijuana, allá por los tiempos del rancho Tía Juana, (que a decir de algunos, puede ser el origen de la palabra Tijuana), fue un gran ecosistema con mucha fauna y flora endémica de la región. Este cauce natural ha sido testimonio de tragedias provocadas por la voracidad e irresponsabilidad del gobierno (Cartolandia, 1970) y por las inevitables lluvias (El Niño, 1993). Por lo que se decidió que sería necesario alterar su forma silvestre, salvaje y primitiva al grado de convertirlo en un canal, recto, parco y gris.
En los años noventa aún se veía lejos que se concluyera la tercera etapa de la “canalización” del Río Tijuana. Justo en este lugar, existía un pequeño oasis que era utilizado por las familias tijuanenses como refugio en vacaciones de verano para mitigar el calor y tener contacto con la naturaleza. Había árboles, arbustos, carrizos, juncos de grandes y verdes hojas, con unas varas largas y delgadas, que en la punta traían algo que parecía una salchicha esponjosa y café, que al agitarla al viento se desbarataba, lo cual provocaba risas y alegría. A nuestro modo éramos felices. También había carrizos; mi padre cortaba algunos y con papel de china y engrudo (mezcla de harina con agua) nos hacía papalotes multicolores que se alzaban tan alto como queriendo llegar al sol.
Las lluvias dejaban charcos y pequeñas lagunas verdosas, nada profundas, que eran albercas refrescantes de agua dulce, en las cuales, desde los más pequeños hasta los abuelos, se metían a descansar de los trajines de la cotidianidad y a lavarse un poco el alma. Todo era verde en aquel paraje, se veían ardillas, liebres, topos, dragonfly, mariposas, gorriones pecho colorado, que con su canto y las risas de los niños formaban un binomio perfecto en ese paraíso. El viento era fresco, acariciaba y desempolvaba la alegría y el amor de los corazones tristes.
Ahora en retrospectiva… creo que solo le faltaba un león a aquel “lienzo feliz” (Bob Ross), para ser una perfecta portada de esa revista que los domingos, misteriosamente, se abría paso hasta llegar a la mesa de centro de la casa: La Atalaya.
La frescura y naturaleza de este maravilloso lugar cada día era amenazado por la canalización, poco a poco iba siendo invadido por el cáncer del concreto.
Mi familia descubrió que en las pequeñas lagunas que se formaban existían mojarras y lobinas. Lo que invitó a los más osados a pescarlas. Era tan buena la pesca que en ocasiones íbamos preparados para freír y comer el pescado que sacábamos ahí. Un sartén, aceite, cerillos, sal, pimienta, limones, salsa valentina y una pequeña pala de madera, eran los utensilios básicos que debíamos llevar.
A unos metros de aquel oasis había un terreno baldío tan grande, que era usado como campo deportivo, conocido como: “Los campos del García”. Había unas seis canchas de fútbol y una béisbol. Este fue un punto de convivencia deportiva, familiar, de relajación y con un poco de suerte y alcohol, se podía aflojar un corazoncito, que quizás en la semana se “apretó” pero ya con el ambiente más relajado, no decía que no.
Los días viernes después de las cinco de la tarde estos campos comenzaban a llenarse de gente. Muchos eran trabajadores de las “maquilas” cercanas que iban a jugar “fut”, otros eran los compañeros que iban apoyarlos. Estos encuentros deportivos eran el pretexto perfecto para “pistiar”, oír música y olvidarse de las órdenes del “pinche” supervisor de “línea” o del gerente de la planta. Se platicaban los chismes y anécdotas de la semana: quién andaba con quién, que si el supervisor se metió con la de humanos, que si al “jotito” de ensamble lo cacharon con el de repujado, que si la “caderas” ya agarró un batillo bien culero, que si ya vieron quién recoge a la “chichona” en un camaro negro.
Cosas así.
Ahí terminaban tiradas, al igual que botes vacíos de cerveza, las frustraciones, el cansancio, el corazón roto, alguna amistad y el dinero de la semana.
Cuando apremiaban las carencias y nos alcanzaba la sombra del desempleo y en la estufa solo se escuchaba el hervir del agua para el café, que calentaba el alma y despertaba el corazón triste de hambre, era necesario hacer la expedición al oasis y los campos. Estos dos lugares representan para mi familia la salvación y el As bajo la manga.
Antes de que fueran las cinco de la tarde preparaba mi bicicleta y unas cuantas bolsas de plástico. Me iba a los campos a esperar que llegaran los de las maquilas. Al terminar el primer partido comenzaba mi ronda de pepenar los botes de aluminio dejados por la concurrencia, tenía que ser rápido porque había competencia: en mi nombre llevaba la penitencia, José Nava, “Pepe Nava”. En una buena tarde podría llenar un costal, pero para asegurar una buena entrada de dinero, me iba también sábado y domingo desde las doce del mediodía.
Entre semana, muy temprano, íbamos a vender los botes a la planta recicladora. Los “chelines” que nos daban no eran muchos, pero alcanzaba para comprar aceite, sal, cerillos, salsa valentina, y una “coca” familiar. Ya con esa despensa, el sartén y los precarios utensilios de pesca: hilo de nailon y anzuelos, nos subíamos en las bicicletas y nos íbamos al oasis.
Para mis hermanos menores aquellos era un paseo, un día de campo, un “picnic”. Para mí y mis padres era una victoria que le ganábamos al hambre y a las vacas flacas.
Un día el ruido de motores y metales me hizo despegar las pestañas. Me levanté de la cama, me puse pantalón, camisa y tenis. Salí del departamento que rentábamos, tomé la bicicleta y fui a ver qué pasaba. Atravesé por los patios de unas casas y llegué a los campos. Vi como una máquina, con un largo brazo metálico, cavaba una zanja que atravesaba una de las canchas de futbol. Los campos habían sido invadidos por gigantes amarillos de metal, el “Kraken” urbano los alcanzó y se los empezaba a tragar. Se acabaron los botes, la convivencia, las grandes victorias deportivas, las “pistiadas” épicas, las historias de las “maquilas” y los amores de viernes por las tarde.
Nos volvían a desplazar. No había mucho que hacer contra los nuevos desarrollos urbanos, que anunciaban casas de “lujo” que podían ser compradas por “cualquiera”.
Después de algunos meses de la “invasión metálica”, tuvimos que dejar el departamento, ya no había para pagar la renta. Nos vimos en la necesidad de seguir a un “líder” social (Ricardo Montoya Obeso) que nos prometía un “terreno” donde poder vivir. Lo único que había que hacer era invadirlo.
Después del ir y venir de juntas y mítines, se organizó la invasión al cerro. Fue un día 3 de octubre de 1991, en el que “los olvidados”, unas 300 familias, subimos como “chivas” por las laderas del cerro en busca de un pedazo de hogar.
Tuvimos la suerte de que nos tocara en la punta del cerro, desde donde podíamos ver el oasis de nuestras alegrías y salvación. Pero también podíamos ver la desaparición lenta de “Los campos del García”.
Mientras pasaban los meses y nuestro nuevo hogar iba agarrando forma; al principio y hasta la fecha, parece una casa hecha al estilo cubista de Picasso, con cuadrados, rectángulos, rombos, trapecios, paralelogramos, de madera, cartón, lamina, etc. El oasis seguía siendo nuestra salvación, recurrimos a él por los menos los fines de semana.
Pero llegó el día en que mi familia y yo vimos desde nuestra carpa, como la canalización llegaba al oasis. Máquinas y una flota de hombres con chalecos anaranjados destruían los carrizos, los juncos, los arbustos, árboles; todo aquel pintoresco cuadro verde y lleno de vida se transformaba en montones de tierra, piedra y lodo. La expresión de los rostros de mis hermanos y de mis padres era una mezcla de asombro y nostalgia.
Ya habíamos perdido “Los campo del García” y ahora mirábamos cómo se desvanecía el oasis, nos lo arrancaban a la mala. Sentí pena por las mojarras y las lobinas que alguna vez fueron parte de nuestra dieta salvadora.
En unos meses fuimos despojados de nuestras fuentes de sobrevivencia. Ya no había botes que pepenar, ni mojarras que pescar. El río Tijuana había sido embalsamado de concreto, ahora lucía “moderno”, muerto y frío. Terminó por ser una columna “larga” e inerte y fosa clandestina utilizada por los delincuentes para deshacerse de la “basura”.
Por, Eduardo Hernández de la Rosa, publicado en Edumedia 3
Todos hemos leído textos sobre tecnologías, sin embargo ¿Cómo vivenciar desde la virtualidad? ¿Qué metodologías nos ayudan en esta contingencia? ¿cómo las vinculamos con nuestras necesidades pedagógicas o andragógicas? Esas preguntas, pueden atenderse con metodologías humanistas.
La educación humanista puede entenderse como el conjunto de metodologías del aprendizaje que contribuyen a que nuestros estudiantes puedan reconocer los elementos que los integran desde un aspecto socio-cultural e histórico, pero también son aquellas que permiten mirarnos como un agente más dentro del mundo y el universo.
En estos tiempos fue complejo adaptarse a una realidad de riesgo abrumante, sin embargo, pensar en la educación humanista ha sido la clave para combinar procesos relacionados con la revolución tecnológica y el iLearning, puesto que la distancia no fue un impedimento para que se efectuara una docencia extendida. Si bien las escuelas o instituciones educativas no son espacios únicamente formativos, sino también que ayudan a aprehender procesos que solo se dan entre pares como la construcción de valores sociales y diversión, muy pocos padres de familia, instituciones y docentes comprendieron esto, por lo que el cambio hacia contextos virtuales se minimizó en muchos sentidos.
Es justamente este punto sumamente importante de rescatar, hablar de la docencia extendida como una práctica para promover metodologías de aprendizaje humanistas fue una alternativa viable para muchos docentes que pudieron comprender estos procesos por los que se extraña la escuela.
Las metodologías de aprendizaje que comprenden la relevancia de las relaciones humanas y de la construcción de escenarios simulados donde intervienen los sentidos han sido desde siempre bastante efectivas en cualquiera de los niveles educativos, esto se debe a que contribuyen al logro de aprendizajes, mostrando en los estudiantes ideas claras su aplicación.
Sabemos que la aplicación de metodologías de aprendizaje y el uso de ecosistemas digitales será clave para acercarnos al futuro mediato de la educación, sin embargo, ¿De qué formas puedo combinar las metodologías activas con recursos digitales? ¿Cuáles son las herramientas disponibles?
En el cuadro 1 mostramos justo una propuesta que contribuya a nuestros colegas encontrar herramientas que sean funcionales para el desarrollo de su praxis docente, estas metodologías activas buscan promover la vivencialidad apoyándose de la virtualidad, generando procesos horizontales de aprendizaje, este tipo de metodologías se consideran humanistas debido a que ayudan a promover experiencias que fortalezcan las competencias de cada uno de quienes las desarrollan generando aprendizajes geométricos.
Sin duda alguna, generó interés la primera de las opciones que comparto sobre metodologías. Bueno, en mi opinión el mindfulness es una metodología de aprendizaje por que ayuda a reorientar los esfuerzos de la energía de nuestras personalidades a atender una en particular, nuestra consciencia, a través de la cual potenciamos la creatividad y la innovación y con ello podemos establecer cualquier tipo de retos.
Justamente una de las características transversales de todas las metodologías que he compartido arriba, es que integran las relaciones intrapersonales e interpersonales en una circunstancia específica, promoviendo con ello la integración de los padres de familia, hermanos o abuelos en pro del aprendizaje, borrando las brechas tecnológicas.
Hablar de metodologías humanistas consiste en pensar desde la virtualidad la vivencialidad, dejando en claro las oportunidades que existen para impulsar en nuestros estudiantes razones para aprender sin dejar de lado el contexto real o en tediosas conferencias magistrales.
La educación al ser un acto creativo, deberá ocupar sus recursos para seguir continuando con su finalidad principal, promover las facultades integrales de los individuos, nuestra vivencialidad será clave para entender la virtualidad.
Enlaces de las herramientas digitales que se referencian en el cuadro: