lunes, mayo 19, 2025
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La herida de Colombia

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Los colombianos nos hemos visto sometidos a una violencia extendida en el tiempo y excedida en crueldad.  Nuestra historia ha sido copada por esta tensión, por lo menos durante el último medio siglo.

Necesitamos una cura masiva, para que la hendidura no se colme de miedo.


Fotografías tomadas de: centrodememoriahistorica.gov.co
Informe BastaYa

 

En días pasados me preguntaba un médico: cuando uno tiene una herida en el cuerpo, ¿qué le echa para que se cierre?

En el caso de afectaciones físicas, todos tenemos una idea más o menos precisa del procedimiento a seguir para sanar (evitando que virus y bacterias las infecten), y ojalá, cicatrizar bien.

Cuando se trata de eventos que han causado un alto impacto emocional, generando secuelas sicológicas severas, bien podríamos hablar, igualmente, de heridas.  El fallecimiento de un ser querido es una de ellas. Algo de la fe en el mundo se pierde, irremediablemente, cuando se enfrenta este suceso, y el individuo empieza a preguntarse, en virtud de la evidencia cercana, ¿cuándo a mí?  

 

 23 campesinos fueron asesinados por las AUC en un recorrido que duró dos días por las veredas del municipio de Yolombo. Días después los habitantes del municipio, rindieron homenaje a las víctimas organizando un sepelio colectivo. Fotografía: Jesús Abad Colorado © 1998.
23 campesinos fueron asesinados por las AUC en un recorrido que duró dos días por las veredas del municipio de Yolombo. Días después los habitantes del municipio, rindieron homenaje a las víctimas organizando un sepelio colectivo. Fotografía: Jesús Abad Colorado © 1998.

 

Es el drama del ser humano, a quien Edgar Morin, sociólogo y filósofo francés, ha denominado un ser para la muerte.  

Si el deceso se nos presenta, además, a través de un hecho violento, un asesinato, por ejemplo, la perplejidad aumenta hasta constituirse en desconcierto vital.  

 

En medio de la disputa territorial entre actores armados ilegales y legales en Urabá fueron asesinados decenas de campesinos y obreros bananeros. Fotografía: Jesús Abad Colorado © septiembre de 1995.
En medio de la disputa territorial entre actores armados ilegales y legales en Urabá fueron asesinados decenas de campesinos y obreros bananeros. Fotografía: Jesús Abad Colorado © septiembre de 1995.

 

Los colombianos nos hemos visto sometidos a una violencia extendida en el tiempo y excedida en crueldad.  Nuestra historia ha sido copada por esta tensión, por lo menos durante el último medio siglo. La misma que se traduce en constante condición de extrañamiento.

Según los datos recopilados por el Centro de Memoria Histórica, entre los años 1958 y 2012, el conflicto armando ha causado la muerte de 218,094 personas, siendo el 81% de estas civiles.  11,751 de ellas fueron asesinadas en masacres: terror ejercido a poblaciones desarmadas, que fueron ejecutadas aplicando a ello el mayor grado de sevicia y crueldad.  

 

Diez meses después de la toma armada de la guerrilla de las FARC que destruyó cerca de 250 viviendas y dejó 5 policías y 18 civiles muertos, la población con apoyo de la gobernación de Antioquia, realizó la marcha del ladrillo para reconstruir su pueblo. Granada, octubre de 2001. Jesús Abad Colorado
Diez meses después de la toma armada de la guerrilla de las FARC que destruyó cerca de 250 viviendas y dejó 5 policías y 18 civiles muertos, la población con apoyo de la gobernación de Antioquia, realizó la marcha del ladrillo para reconstruir su pueblo. Granada, octubre de 2001. Jesús Abad Colorado

 

 

En el mismo periodo se registraron 25,007 desapariciones forzadas.  Entre 1985 y 2012, 5,712,506 colombianos fueron desplazados.  

Estos registros están compilados en el informe denominado “¡Basta ya!, Colombia: memorias de guerra y dignidad”, cuyo capítulo V está dedicado a los relatos de las víctimas.

Necesita uno agarrarse bien a la silla para poder transitar por  estas páginas, y sumergirse en la tragedia que ha significado la guerra, sintiendo, junto con los sobrevivientes, la ansiedad que produce el horror.  En todos los casos, la pregunta permanente, como rajadura psíquica, está concentrada en el ausente.

 

 Una mujer en embarazo que viajaba en ambulancia rumbo a Medellín, murió junto a la enfermera que la acompañaba al caer en la represa de “playas” porque minutos antes la guerrilla de las FARC había destruido el puente que une a los municipios de San Rafael y San Carlos. Fotografía: Javier Agudelo, El Tiempo © 2002.
Una mujer en embarazo que viajaba en ambulancia rumbo a Medellín, murió junto a la enfermera que la acompañaba al caer en la represa de “playas” porque minutos antes la guerrilla de las FARC había destruido el puente que une a los municipios de San Rafael y San Carlos. Fotografía: Javier Agudelo, El Tiempo © 2002.

 

Ausente es, como me fue recordado por una voz lejana, aquel que debiendo estar no está.  Lo es también quien permanece alejado o separado, por imposición, de alguien o de un lugar.

 

Estamos heridos, y nuestra lesión -ultraje y ofensa-, sigue abierta.  

 

¿De qué vamos a llenar el abatimiento para que sane? ¿Cómo, conjuntamente, enfrentar el tiempo por venir, para evitar que el corte se torne llaga?

 

 Habitante de San Carlos señala una mina antipersonal encontrada en una escuela de la vereda La Mirandita. Fotografía: Jesús Abad Colorado, CMNH 2010.
Habitante de San Carlos señala una mina antipersonal encontrada en una escuela de la vereda La Mirandita. Fotografía: Jesús Abad Colorado, CMNH 2010.

 

Necesitamos una cura masiva, para que la hendidura no se colme de miedo; estado conducente a la rabia y a la apatía de vivir.

 

El sujeto acosado por un pavor perpetuo es sicológicamente (y, por ende, políticamente) manipulable, y ese camino no nos guiará al alivio necesario para superar lo sucedido.

 

Bloqueo del ELN a la autopista Bogotá - Medellín. Fotografía: Jesús Abad Colorado © 2000.
Bloqueo del ELN a la autopista Bogotá – Medellín. Fotografía: Jesús Abad Colorado © 2000.

 

 

Es necesario fundar, comunalmente, la ilusión de un porvenir posible, hechura de esperanza que sosiega. Crearnos un nuevo relato, para que por fin cierre la herida, y podamos abandonar tanto dolor.  

 


 

En el punto de mira

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La flora y la fauna colombiana también son  víctimas del conflicto armado. Y aunque el Consejo de Estado exigió la inclusión de los derechos al medio ambiente en el tratado de paz de La Habana, el dimensionamiento de los daños causados por la acción armada en los ecosistemas no ha sido cuantificado.


 

 

Hoy que son tan usuales los vocablos de víctimas y reparación, vemos aparecer en el panorama nacional asociaciones, corporaciones y colectivos que agrupan a las personas que han visto vulnerados sus derechos por parte de los actores del conflicto armado. Aunque puede ser difícil diferenciar quién ha sido afectado de manera directa y a quién, las condiciones de violencia, le han limitado la locomoción, la educación o el trabajo.

 

 

Pero en general, se entiende como víctima del conflicto armado colombiano a las personas que registran vulnerados sus derechos por: secuestros, atentados, desapariciones forzadas, desplazamientos, reclutamiento ilícito o campos minados.

Las víctimas de la guerra se cuentan en vidas humanas. Pero ¿qué pasa con los seres vivos que no reclaman sus derechos a través de la institucionalidad gubernamental?, ¿cuál es la restitución de los ecosistemas dinamitados, destruidos o contaminados?, ¿quién vela por los derechos de los animales a los que se les destruyeron sus condiciones de vida, por la acción de tala indiscriminada o por el derrame de hidrocarburos?

 

 Gráfica 1 Proporción de superficie cubierta por bosque natural en Colombia. Fuente: IDEAM. 2015.
Gráfica 1 Proporción de superficie cubierta por bosque natural en Colombia. Fuente: IDEAM. 2015.

 

 

Aunque el Consejo de Estado exigió la inclusión de los derechos al medio ambiente en el tratado de paz de La Habana, el dimensionamiento de los daños causados por la acción armada en los ecosistemas no ha sido cuantificado.

 

 

Los principales daños ambientales son causados por el aumento en la siembra de cultivos ilícitos y la deforestación vinculada a ello, los impactos de la minería ilegal que financia el conflicto bélico y por los atentados a los oleoductos que han vertido grandes cantidades de crudo, que destruye las fuentes de agua y la vegetación.

Con respecto a este último, la Fiscalía General de la Nación hizo un aproximado de 1.317 atentados a oleoductos y 95 atentados terroristas a municipios.

 

 

Aunque las cifras sean todavía una incógnita, la afectación es innegable.  Es por ello, que pueden surgir propuestas de recuperación ambiental para zonas como el Pacífico, la Orinoquía o la Amazonía Colombiana. Propuestas, que recuperen los ecosistemas y que rememoren esas víctimas, a veces invisibles: la flora y la fauna colombiana.

 

 

Un homenaje a este territorio mega diverso y a los 27.023 secuestrados, a las 23.161 personas que perdieron la vida en asesinatos selectivos, y a las 11.751 víctimas de las masacres.

 

 

Un tributo a través de la siembra de árboles en las zonas deforestadas, porque las verdaderas estatuas de los héroes no sólo se hacen de bronce y mármol, se hacen también  de vida que celebre la paz y dé testimonio de la esperanza que mueve a un país hacia el cuidado y recuperación de su bien más preciado: la posibilidad de renacer por medio de la naturaleza.

 


 

La piel que mostramos es el reflejo de nuestros hábitos cotidianos

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Algunas recomendaciones para mantenerla hidratada, tersa y oxigenada. La buena alimentación es indiscutiblemente uno de los pasos a seguir.


 

 

La piel es el reflejo de nuestro estilo de vida y estado de salud. Para que siempre luzca hermosa influyen los buenos hábitos alimenticios, el cuidado permanente, el uso de productos especializados para cada zona y la actividad física.

La piel es el órgano más grande que posee el cuerpo humano y su función principal es la de proteger los órganos internos de gérmenes, bacterias y los dañinos rayos solares.

 

 

Una alimentación rica en antioxidantes previene el envejecimiento prematuro y evita enfermedades en el cuerpo y problemas de salud, además de ayudar a que el sistema digestivo funcione correctamente y nuestro estilo de vida mejore.

 

El aguacate, los tomates y los esparragos son alimentos ricos en antioxidantes
El aguacate, los tomates y los esparragos son alimentos ricos en antioxidantes

 

El brócoli y las avellanas por ejemplo, ricos en antioxidantes y vitamina C, esta última tiene la capacidad para producir colágeno y mantener la piel más flexible y sana. Frutas como el mango, la papaya, la  fresa, kiwi, albaricoque, melocotón, pera, manzana, melón, tomate también son recomendables para aumentar la producción de colágeno.

El pescado o frutos del mar contienen  ácido graso Omega 3, que mejoran el funcionamiento celular.

Alimentos con alto contenido en vitaminas, aminoácidos, ácidos grasos insaturados, y oligoelementos nos ayudarán a mantener la piel hidratada, tersa y oxigenada.

 

Pescado, citricos y verduras ricos en ácidos grasos insaturados, y oligoelementos
Pescado, citricos y verduras ricos en ácidos grasos insaturados, y oligoelementos

 

Recuerda complementar tu dieta consumiendo vitamina A presente en la mantequilla, la leche, el queso, los huevos. La vitamina E presente en hortalizas de hojas verdes como espinacas, grelos, coles, lechuga.  

Entre los minerales, el hierro y el zinc, son esenciales para mantener la piel, el pelo y  las uñas en buen estado

 

 

Para mantener una piel radiante la hidratación es la clave, los expertos recomiendan tomar  2 litros de agua por día, así evitaremos que la piel se reseque o agriete.

Una de las zonas más importantes a cuidar es el rostro, por ser este nuestra carta de presentación, claro está sin dejar atrás nuestro cuerpo

 

 

El cuidado del rostro comienza con una adecuada limpieza, se recomienda el uso de  jabones tipo syndet y exfoliantes suaves que ayudan a la renovación celular. Todo depende de la edad y las necesidades de cada persona. Se recomienda exfoliar la piel por lo menos 1 vez a la semana para mantener las células renovadas y lucir un rostro más fresco.

 

 

 

Otra de las recomendaciones que hacen los dermatólogos es el uso de bloqueadores solares, este producto además de repeler los nocivos rayos del sol es el mejor anti edad a largo plazo.

 

 

 

 

La recomendación es incluir frutas y verduras, agua y ejercicio, además de un buen descanso, como mínimo dormir 6 horas al día para permitir que las células cutáneas se recuperen.

Estos simples pasos son necesarios para mantener una piel radiante, y mantener un estilo de vida saludable.

 


 

Baloncesto, deporte de amores y olvidos.

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Cada vez que Freddy salta a una cancha con sus 1.70  de estatura, asegura que llegan a su mente las palabras del profesor Guillermo Moreno Rumié, seleccionador de Colombia, que cuando chico le dijo: “A mí no me importa que sea grande de estatura, me interesa que sea grande en la cancha”.


 

 

 

Freddy Marín, igual que muchas de las personas que le han sabido encontrar el buen sabor al Baloncesto, comprendió que cada partido se constituye en un asunto arbitrario de victoria o derrota.

Es de aquellos deportes que no admiten al final de la jornada resultados de empate, como el tenis o el golf se juegan cuatro tiempos de 15 minutos en el que se mira cuál de los equipos convierte más puntos. De presentarse igualdad se juega un tiempo adicional definitorio más corto.

Por ese motivo la preparación para competir es ardua y requiere de disciplina, compromiso y voluntad cooperativa (recuerde el resultado es arbitrario), para “echar todos pa´lante o echar todos pa´tras”, como dice Freddy.

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El juego en donde todos defienden y  asumen posturas ofensivas.

Este principio bien valdría la pena llevarlo al entorno social colombiano. Así sería  fácil asumir la postura del otro y apoyarlo, sin una división invisible e impuesta de tareas en donde ahogados en especialidades decimos: eso no me toca a mí, eso es labor de aquel, yo soy defensor no poste, yo soy  abogado y no atiendo público, yo vivo en la ciudad y la dificultad está en el campo.

Y así vamos divididos en tareas y funciones, con la búsqueda de culpables individuales por los malos resultados. Que si el Polo o el Centro Democrático, que si Cambio Radical, que si la U, que los verdes. No nos damos cuenta que estamos en el mismo juego, en el mismo partido, donde el resultado es común a todos.

 

 

 

 

Volvamos al baloncesto.

Cada vez que Freddy salta a una cancha con sus 1.70  de estatura, asegura que llegan a su mente las palabras del profesor Guillermo Moreno Rumié, seleccionador de Colombia, que cuando chico le dijo: “A mí no me importa que sea grande de estatura, me interesa que sea grande en la cancha”

 

 

 

 

Será por eso que se dice que el baloncesto desde temprano en la vida invita a la grandeza tanto física como ética.

Ya en la cancha hay que saber que no hay reto liquidador. Pueden faltar solo 5 minutos para que la chicharra decrete el final del partido e ir por debajo en  más de 10 puntos, y el juego aún no está perdido, aún se puede resurgir de entre los escombros con seguidilla de canastas efectivas.

 

 

 

 

Para ello más que altura, agilidad y fuerza, lo que requiere el jugador de baloncesto es contar con claridad en su propósito, cohesión de equipo y una mente fortalecida en la victoria, para que los brazos no decaigan.

Nosotros en Pereira tenemos asuntos que nos agobian y parece que perdemos el partido.

Los altos índices de inseguridad, la constante  accidentalidad, demasiada gente habitando la calle, trabajo infantil, drogadicción y otras desdichas. Y al igual que en baloncesto en esta ocasión no tenemos posibilidad de empate, y debemos sobreponernos a ello. Estamos en tiempo adicional.

 

 

 

 

Por eso vuelvo a convocarlos para que miremos cada deporte, y en especial éste, como maestros de vida social.

Por desgracia el deporte al igual que la cultura son las cenicientas de los presupuestos públicos.

Y no es raro encontrar Freddys, Carlos o Yeisons, que se volvieron diseñadores gráficos, constructores o vendedores, olvidados de sus sueños de pelota.

 


 

“Cifras & Conceptos, una firma de consultoría que sabe hacer encuestas”: César Caballero

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Foto por: Jess Ar.

 


Los colombianos  escuchamos con frecuencia  el nombre de esta empresa en épocas  electorales, por sus rigurosos y  acertados análisis.

¿Qué hay detrás de su éxito, qué camino recorrió su creador para llegar hasta acá?


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Una ventanita te cambia la vida.

César Caballero es el dueño, gestor e impulsor que está detrás de la firma consultora Cifras & Conceptos.

Se precia de tener un “negocio atendido por su propietario”, elemento que caracteriza las empresas exitosas, al decir de algunos expertos.

 

 

Cifras & Conceptos es reconocida en el país como firma encuestadora, en especial por la realización de estudios electorales.

En la actualidad ocupa “el cuarto o quinto lugar de las primeras empresas del mercado que hay en este tema en Colombia”, dijo este bogotano que se enorgullece de su negocio.

 

 

Decidió embarcarse en esta empresa en el 2007 después de retirarse del DANE –donde fue director en el 2004, en los tiempos del mandato del ex presidente y actual senador Álvaro Uribe Vélez-.

Haberse trenzado en una pelea con el presidente más popular de la historia de Colombia no lo amilanó, aunque sí le cerró las puertas del sector público.

 

 

 

“Tengo una característica: cuando a uno se le cierra una puerta siempre se abre una ventanita. Y uno es el que escoge si se que queda mirando la puerta cerrada o se mete por la ventanita. Decidí meterme por la ventanita”.

El consejo de dos amigos que ‘le hablan al oído’: el ex gobernador Diego Patiño, y Fernando Sarama, su asesor tributario, lo convencieron de que podía montar una empresa de consultoría, por el prestigio con el que salió del DANE.  

“Por cierto tipo de pudor, en ese tiempo decidí no hacerlo. Me dediqué a otras cosas”, contó César Caballero en conversación sostenida en la sala de redacción de La Cebra Que Habla.

 

 

 

Fue decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Empresariales de la Universidad Autónoma de Manizales. Se codeó con los medios de comunicación, como trabajador de RCN.

Hizo otras cosas, hasta que por fin le hizo caso a los amigos

 

 

 

 

Trabajaba como consultor de Naciones Unidas cuando le dio vida a Cifras & Conceptos.

Era el director del proyecto de Objetivos de Desarrollo del Milenio –ODM-, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Pnud, que en el 2016 se concretó en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.

Combinaba las dos actividades, hasta que en el 2010 decidió retirarse del Pnud y dedicarse por completo a su empresa.

 

 

 

El arte de preguntar

 

En estos días estuvo en Pereira, invitado por Universidad Tecnológica de Pereira , “para mirar la manera de cómo recolectan una información estratégica para ellos”, dijo, sin dar más detalles.

“Es parte del ejercicio que hacemos. Ayudar a los clientes a saber preguntar. Cómo hacer una pregunta para obtener la respuesta que uno quiere y los distintos métodos que existen para eso”, acotó.

 

 

 

 

No es para menos. Para una firma encuestadora, el arte de preguntar es uno de sus componentes esenciales. En Cifras & Conceptos “es una de las cosas que creemos que hemos desarrollado”, dijo con contundencia  César Caballero.

“Sabemos preguntar, cómo, cuándo, dónde y sobre todo para qué es útil hacerlo”, se lee en el portal de Internet de  la firma consultora, cuando definen  la pregunta como  “detonador del diálogo”.

 

 

 

Crecimiento empresarial

 

La empresa empezó a crecer.

“Hoy es mi sustento y modo de vida”, aclara.

Con sede principal en Bogotá, Cifras & Conceptos tiene 27 empleados de nómina, en su mayoría mujeres; 23 coordinadores regionales, “y podemos tener entre 200 y 1.500 a 1.600 personas en operativos de campo, según el volumen de trabajo que haya”, comentó.

 

“Esta empresa de manera permanente genera el sustento de 70 a 80 hogares, y de forma esporádica, a otros 500”.

 

 

 

 

Entender los datos

 

En consonancia con una idea que hace apenas algo más de una década rueda por el mundo: la minería de datos, César Caballero proyecta su empresa hacia el saber científico, con el desarrollo de lo que él considera “un nuevo tipo de saber: la Ciencia de los Datos”.

Eso sí, no se trata de datos escuetos, aislados de una realidad social, política y económica.

 

 

 

 

Su firma se especializa en el análisis y comprensión de las estadísticas que recogen a través de las encuestas.

“En un mundo donde la gente habla mucho de big data, yo trato de evitar ese término, hablo más de data analitic. Cogemos bases de datos, pueden ser pequeñas, grandes, o medianas, y con base en esa información, tratamos de ayudarle a la gente para que pueda tomar decisiones. Porque el grueso de la gente toma decisiones por intuición, a pesar de que tiene información disponible.

El grueso de la gente en Colombia tiene datos que no usa. El grueso de las organizaciones recoge información que no usa, que no sabe cómo usar, y es parte del trabajo que nosotros hacemos”, explicó.

 

 

 

 

Ahora, a través de una alianza con Caracol radio y Red Más noticias, Cifras & Conceptos “hace una medición trimestral de lo que está pasando con la economía colombiana y a los colombianos, no solo en periodos electorales, sino en no electorales”.

De su paso por Pereira dijo que también vino a “visitar gente que quiero y aprecio. Creo que a mí me cayó la maldición del padre Cañarte: el que a Pereira viene, a Pereira vuelve”, dijo con su característico buen humor.

 


 

 

Emprendedores que trabajan por la buena alimentación y la salud en Colombia

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Buena parte del país estuvo representada en la feria que se realizó el jueves 21 de septiembre en la Plaza Cívica Ciudad Victoria en Pereira.

Fue a la vez una Rueda de negocios, distinguida con el slogan Compra colombiano.


Fotografías: Jhon Edgar Linares 

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Afanados, y a la vez organizados, entre varillas de hierro y lonas, desde inicios de la semana, un grupo de obreros instalaba en la Plaza Cívica Ciudad Victoria, en Pereira, la carpa donde a primera hora del jueves 21 de septiembre se realizó la Feria Comercial y de Emprendimiento Compra Colombiano.

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Al entrar, una refrescante bebida de guarapo o jugo de caña, ofrecida por Rafael Noriega y su esposa Johana Esther Berrío, dio la bienvenida a quienes llegaron a la feria.

Luego, el registro de visitantes.

 

 

 

 

 

 

En el recorrido nos encontramos con una variada oferta de productos agroindustriales, de textiles y hasta calzado especial para los niños.

 

 

 

 

Llegaron compradores, empresarios, curiosos, y por supuesto, medios de comunicación de la región.

Todos, con los sentidos dispuestos a conocer, apreciar y degustar la variada oferta expuesta por las pequeñas y medianas empresas.

 

 

 

 

Buena parte de Colombia estuvo representada en esta feria, que fue a la vez una Rueda de negocios, distinguida con el slogan Compra colombiano.

Los empresarios arribaron del Urabá antioqueño y Medellín; de Circasia, Quindío; Popayán, Cauca; Dosquebradas, y claro, Pereira, entre otros lugares de la geografía nacional.

 

 

 

 

El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en asocio con Propaís, invitaron de manera especial a esta Rueda de negocios a 40 grandes compradores, que luego de recorrer la feria, iban concretando negocios con los emprendedores.

 

Esta iniciativa promueve la innovación empresarial desde el 2011, con  alcance en 27 departamentos.

 

 

 

 

Deliciosa y saludable gastronomía

 

 

 

 

 

 

Embutidos cien por ciento vegetarianos, que trajo como novedad a la feria su oferta navideña. Sus fabricantes aseguran que sus productos son una alternativa nutricional para quienes prefieren nutrientes proteínicos distintos a las carnes tradicionales.

 

 

 

 

Desde Apartadó, municipio del Urabá antioqueño, llegó la empresa Banatortas, con deliciosas tortas y deshidratados de banano, cultivo característico de esta región.

 

 

 

 

Especializados en productos integrales, los emprendedores de Komersano ofrecían frutas y frutos secos.

 

 

 

 

Paladares que prefieran gustosos sabores exóticos, encontraron en los productos Frucer la opción ideal.

 

 

 

 

La diferencia, como dice el slogan de su marca, la exhibieron Nubia Arias Galvis y su esposo Willy Charles Jeanmond, con las dos variedades de café con que salen al mercado: Café Cristales, cultivado en la finca del mismo nombre, y Café Poesía, recolectado en distintas fincas de la región.

“Es un café que pagamos con un sobreprecio, a los pequeños caficultores. Los seleccionamos por sus buenas prácticas agrícolas: limpieza en la finca y sobre todo en el proceso del café”.

 

 

 

 

De Popayán estuvo Luz Estela López Goyes, con la iniciativa ‘Peter Artesano’.

“Es un proyecto de población vulnerable, en especial madres cabeza de familia”, dijo la gerente de este emprendimiento, respaldado por el programa Fe en Colombia del Batallón del Ejército de esa parte del país.

 

 

 

 

Cada una de estas frutas artesanales puede costar entre 15.000  a 30.000 pesos por unidad.

En esa labor estaba Luz Stella, mientras hablamos y hacía la fila para ingresar a la rueda de negocios, donde aspiraba concretar varios de ellos, no solo de las frutas artesanales, sino también de frutas frescas.

 


 

De bruces a la sima: el punk en Colombia contado desde sus raíces.

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Uno de sus protagonistas, Carlos Alberto David Bravo,  baterista   e  integrante fundador del grupo DesadaptadoZ, nos conduce  en esta crónica al corazón roto del barrio Castilla en  Medellín, una de las ciudades donde surgió este género musical en el país.


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Medellín, Colombia. Años cincuenta del siglo XX. Miles de inmigrantes llegan de todos los rincones del país. Muchos de ellos huyen expulsados por la violencia entre liberales y conservadores que sembró los campos de sangre y pavor. Otros arriban atraídos por el trabajo ofrecido por la creciente industria textil que, con el edificio Coltejer como máximo fetiche, devino símbolo y resumen de la ciudad durante medio siglo.

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Así se formaron barriadas enteras habitadas por obreros y empleados: Manrique, Aranjuez, Antioquia, Zea, Florencia, Pedregal y Castilla destacan entre decenas de asentamientos  levantados con cemento y ladrillo a la vista.

Tres décadas después, a lo largo de los años ochenta, los hijos y nietos de esas familias vieron cómo la promesa se resquebrajaba. Las fábricas quebraron y lanzaron una legión de desempleados a las calles.

 

 

 

 

Sin formación académica alguna, los padres habían tenido más oportunidades que sus hijos, muchos de ellos egresados de universidades públicas. A modo de telón de fondo los grupos de izquierda se hicieron voz de un malestar cuyas facetas violentas no tardarían en manifestarse.

Justo en ese momento, el narcotráfico emergió como opción de vida y legitimidad para una amplia franja de esa juventud que se sentía excluida.

Otros se vieron empujados a las filas  de la insurgencia y volvieron al campo abandonado por sus antepasados. Las armas fueron de hecho su manera de enfrentarse a la sociedad de la que se sabían marginados.

 

 

 

 

Unos cuantos- una minoría, en realidad- echaron mano de cuanto desecho encontraron, fabricaron precarios instrumentos  musicales y se arrojaron a las calles con sus ritmos ruidosos a decirle al mundo las razones de su desgarradura: abuelos desplazados y despojados, padres ausentes, madres explotadas, hermanas abusadas, pan escaso, discriminación en el aula… y allá al fondo, una ciudad de oropel que los ignoraba.

Tal como sucedió en los extramuros de Manchester o Nueva York, fue en esos barrios donde nació el Punk en Medellín. Al principio, las bandas trataron de imitar a The Ramones, Sex Pistols, The Clash y otras hordas de energúmenos  furiosos con el establecimiento que se aprestaba a pasar del estado benefactor al egoísmo despiadado de  la era  de Thatcher y Reagan.

 

 

 

 

Esos muchachos no tardarían mucho en comprender que podían  contar la historia desde la propia herida, sin necesidad de préstamos. Después de todo, el dolor, la violencia y el abandono abundaban en esas calles empinadas desde donde se divisaba la ciudad del poder, la ciudad de los otros.

Un rápido examen a  los nombres de esas bandas nos revelan la esencia de lo que  se gestaba: Mierda, Pichurrias, Los  Dementes, Semen, Pne, Tóxico Social o Relleno Sanitario. Incluso se concedieron licencias para hacerle un guiño iracundo al matriarcado antioqueño: Cuidado con las begonias,  era el nombre de uno de los grupos.

 

 

 

 

Desde luego, no todos eran Punk. En la naciente escena convergían el rock and roll, el metal, el hard rock y  el blues. Pero de esa suerte de magma surgió un vigoroso movimiento que, a través de letras elementales y un inédito despliegue de energía, dio cuenta de las ilusiones y la frustración de los muchachos en una sociedad cada vez  más desigual: por definición, el punk fue desde sus comienzos  un hecho político.

 

Sus letras nos dicen cosas como estas: “Nunca triunfé/ yo siempre perdí/ y sin embargo sobreviví/ siempre nacido para perder/  Y hasta mi muerte ¡eh (sic) de perder!”.

A modo de bebida litúrgica esos chicos despachaban botella tras botella de  un brebaje  llamado “Tres patadas”,  capaz de prodigar en pocos minutos al oficiante  y  los feligreses el impagable don del olvido.

 

 

 

 

Uno de esos sacerdotes  era Esteban, baterista y fundador de una banda llamada DexKoncierto. Lo conocí  a finales de los ochenta en el municipio de Bello, donde vivía en una cueva desde la que desafiaba al mundo con proclamas que conmovían con su sencilla desnudez. Aún hoy, moviéndose entre Latinoamérica y Europa,  Esteban sigue animando la movida punk que circula por los subterráneos con sus discos en vinilo y sus fanzines.

De  a poco se armaron parches en las esquinas, en  parques, en canchas, en lotes abandonados. Grababan sus canciones en casetes y las echaban a rodar de mano en mano. Así nacieron leyendas que alcanzaron algún nivel de notoriedad cuando el director de cine Víctor Gaviria invitó a varias agrupaciones para la banda sonora de su película Rodrigo D No Futuro.

 

 

 

 

Un detalle: siempre  y en todo lugar las mujeres han estado presentes en la escena punk. Patricia Arenas, Yaneth Arias, Sandra, Natacha y  Constanza se contaban entre ellas.

Con estas y muchas otras cosas está tejido el libro Mala Hierba: el surgimiento del punk en el barrio Castilla, escrito por Carlos Alberto David Bravo, con prólogo de Fabio Garrido, bajo el sello editorial Desadaptadoz.

 

 

 

 

Entre la crónica, el poema y el análisis sociológico las 177 páginas del libro nos conducen al corazón roto de una ciudad que por un lado encandila con la promesa del consumo sin límites y por el otro  atiza la frustración y la angustia entre quienes no pueden entrar a la fiesta.

A través de una cuidadosa pesquisa que les sigue el rastro a los conciertos, las voces de los músicos, los lugares de encuentro, las  grabaciones y las notas  de prensa, el autor nos ayuda a descifrar algunas de las claves de esta música que les  sirvió a muchos jóvenes  para  lanzarse de bruces y con temeridad no exenta de ternura a la sima de su propia desazón.

 

 

 

 

 

No sé si estos muchachos- hoy ya no lo son tanto- hayan leído a León De Greiff. Pero nadie puede poner  en duda que se bebieron hasta el fondo el zumo de  aquellos versos del poeta: “Juego mi vida/ cambio mi vida/ de todos modos la llevo perdida”.

 

 


 

Generación esperanza

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Generación esperanza

 

 


“Contrario a las apariencias, nuestra generación no está en crisis, somos la generación de la ESPERANZA y estamos aquí para salvar el mundo”.


Por:  Sanquive  (Santiago Cardona Quintero).

 

 

 

 

Para mí el medio ambiente, el arte y la paz son fundamentales para tener una buena cultura ciudadana, entendiendo que ninguna de estas es posible sin una educación adecuada que nos permita no solo entender la realidad si no también llegar a transformarla.

Muchas veces me he cuestionado si es verdad lo que dicen algunos adultos, “que nuestra generación está en crisis”, y yo me pregunto, ¿Quiénes son los que nos están criando?

 

 

 

 

Somos la generación de los padres cada vez más ausentes, ausentes en su presencia física, y peor aún, cuando están “presentes” están más pendientes de sus redes sociales que de sus propios hijos.

Padres  cuyos hábitos de consumo los lleva a cumplir largas jornadas laborales y estar más alejados de sus hijos, como si la felicidad tuviera precio y se comprara con cada quincena.

 

 

 

 

Somos la generación de niños entretenidos a punta de aparatos electrónicos, como si un video juego remplazara una divertida guerra de cosquillas, el tacto, el contacto, la necesidad de afecto.

Somos la generación de niños criados por una caja mágica, que lo único que tiene de mágico es alienarnos y llenarnos la cabeza de conceptos materialistas.

 

 

 

 

Somos los hijos de un sistema educativo que nos deshumaniza, convirtiéndonos en números, calificaciones y estadísticas, dividiéndonos en mejores y peores. ¿Alguna vez le han preguntado a un niño como hiere sus emociones recibir una carita triste?

Yo ya lo hice, y la respuesta me rompió el corazón pues dicho niño me respondió:

– Siento  que soy malo.

 

 

 

 

Ya, para contextualizar y no derramarme en prosa como dice la profesora Edel, es triste que en este momento las artes sean vistas como formación complementaria, obviando que el arte es la principal herramienta de la educación, porque a través de estas fortalecemos nuestra identidad, creamos conciencia, expresamos nuestros sentimientos y nos volvemos más humanos.

La educación debería estar enfocada en educar para la paz y no para la competencia y la separación, la paz, debe venir desde nuestro hogar, debe ser infundada desde nuestra primera infancia, entendiendo por paz el respeto hacia el otro, hacia su individualidad y sobre todo a sus propias realidades, dejar de juzgar y escuchar.

 

 

 

 

Qué podría yo decir del medio ambiente. La tierra es la obra de arte más bella, la naturaleza siempre estará en paz,  solo sé que la tierra es nuestra madre y ella nos lo ha dado todo, debemos tomar conciencia de que hacemos parte de un todo, todos somos uno y uno somos todo.

Generación esperanza, somos nativos tecnológicos y vemos esto como una herramienta, tenemos un sentido de responsabilidad  desarrollado, somos emocionales, humanos, saludables, conscientes e independientes, somos menos consumistas, confiamos más en los individuos, dejamos de idolatrar a las empresas, nos preparamos física y mentalmente para lo que venga, nos regimos bajo la idea (solo hazlo) acción no ficción.

 

 

 

 

Poseemos conciencia ambiental, buscamos ser reconocidos no para ganar fama, sino para ser inspiración para los demás, vemos menos televisión, nos importa poco estar a la moda, cuidamos más lo que publicamos en redes sociales.

 

Tenemos todo a nuestro favor, llegó nuestro momento:

“los niños y los jóvenes no somos el futuro del mañana, somos el presente, estamos aquí y ahora para transformar el mundo”.

Hago un llamado de urgencia para que los adultos nos ayuden a cumplir nuestra misión.    

 


 

 

 

La historia tras “Bahareque”, panadería artesanal y saludable que abrirá nuevamente sus puertas en Pereira.

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La historia tras “Bahareque”,  panadería artesanal y saludable  que abrirá nuevamente sus puertas en Pereira.


 

Una pareja de emprendedores pereiranos  y amantes de la alimentación saludable, viene trabajando desde hace algunos años en la producción de pan hecho a partir de masa madre, rústico y con fermento natural. Iniciaron con una pizzería en el corregimiento de La Florida, y actualmente trabajan en la apertura de un nuevo espacio en otro sector de la ciudad.

Una pequeña ventana de madera era el portal para observar el sol saliente  cada mañana. Las montañas, un pequeño guayabo  y los terneritos alimentándose siempre hacían parte de ese amplio plano. El frío era tan común y seductor  que todo el que habitaba el territorio no deseaba volver a la ciudad.

 

 

Fotografías: Archivo particular de Juliana Arias

 

El misticismo   envolvía  este lugar: sus ríos, la diversidad de flora y fauna, la laguna del Otún bendiciendo con abundantes aguas, las luces de las luciérnagas en la noche, el sonido de los pájaros en la mañana.

Allí en la casita con la ventana, la misma que acogió a tíos, abuelos y primos en el pasado; la misma que fue vecindad y hogar, incluso espacio vacío y habitad para animales, se volvió después de un tiempo hogar de Juan Bedoya. Un valiente viajero que vio tras sus paredes de estiércol y barro, y las arrugas que las mismas delataban, la belleza, a veces incomprendida por muchos.

 

 

Fotografías: Archivo particular de Juliana Arias

 

Esta casa era tan acogedora, que los amigos  entraban y salían. Las tertulias, los cafés, el vino, y claro está, el amor de Juan por la cocina, hacía que cada persona que entrara a este lugar se sintiera en un hogar, no solo por la calidez que refugiaba del frio, sino por la deliciosa comida que nunca faltaba.

Siempre salían de allí las barrigas llenas y el corazón contento. Y así, de diálogo en diálogo, de amigo en amigo fue surgiendo bahareque como idea.

 

 

Fotografías: Archivo particular de Juliana Arias

 

La necesidad se sintió más fuerte cuando llegó la noticia de una nueva integrante en la familia. Ahora debíamos  hacernos responsables de una economía, pues nacía un nuevo hogar.

Surge en el 2014 Bahareque, que en principio  fue el pretexto para hacer de  esta magia un lugar dónde trabajar con el propio talento.

Todo auto-gestionado. Caminatas largas para conseguir el material reciclado necesario,  que coincidiera con la estética y la idea de decoración y cocina que teníamos. Muchos ayudaron: física, emocional, económica o materialmente.

 

Fotografías: Archivo particular de Juliana Arias

 

Se empezó con un horno pequeño a gas, el cual nos permitía hornear pequeñas pizzas y rollos de canela que Juan iba  a vender de noche en las veredas cercanas, canasto en mano, baguette y rollos, para los habitantes de La Florida.

Un viajero argentino junto con Juan construyen el horno de barro, insignia de bahareque, era lo que se quería. Las puertas se abren y desde el primer día llegaron clientes atraídos por lo particular del lugar.

 

 

Fotografías: Archivo particular de Juliana Arias

 

Aparte  de esa experiencia multisensorial, estética y gourmet ¿Qué era lo que encontraban?: pizzas, rollos de canela, pan. Todo  elaborado artesanalmente con materiales frescos y de la mejor calidad.

Había también variedad de bebidas, jugos naturales,  acompañantes; hechos principalmente con productos de la región y  naturales, rescatando una identidad cultural y permitiéndole a los agricultores  dar a conocer sus productos o sembrados.

 

Fotografías: Archivo particular de Juliana Arias

 

Bahareque empezaba a ser reconocido en la ciudad.

Después de un año de arduo trabajo  la casa debió cerrar sus puertas,  su vejez no le permitía seguir acogiendo a las personas. Legalmente no podía ser remodelada ni fortalecer su estructura, ya que, en la parte de atrás de dicho lote ya existía una casa,  alguna de las dos debía  desaparecer, ya sabrán cuál fue la elegida.

A pesar de los años, las personas siguen preguntando y recordando a Bahareque, y  la respuesta es siempre la misma, Bahareque es un sueño vivo. Ahora regresa con más fuerza: nuevas ideas, otras proyecciones y más profesional.

 

Fotografías: Archivo particular de Juliana Arias

 

Después de cerrar en La Florida, Juan viaja a Villa de Leyva- Boyacá, a estudiar panadería artesanal en una de las mejores panaderías artesanales de  Colombia, Astral. Allí aprende el arte de hacer pan, el verdadero pan.

Hoy en día, y después de dar a conocer nuestros primeros panes, que tuvieron una gran  acogida, trabajamos en la apertura de nuestra  panadería artesanal acá en Pereira.

 

Fotografías: Archivo particular de Juliana Arias

 

Ahora no estamos debajo de la montaña, pero buscamos traer esa magia al nuevo lugar dónde nos encontraremos. La calidez, la atención, la estética  seguirán estando presentes en esta idea viva, porque aquí no solo hablamos de productos, sino de toda una experiencia.

El pretexto ahora es el pan, el que no falta en la mesa de cada hogar en la mañana, un pan saludable y delicioso, esto lo permite la labor ética, respetuosa tanto del que hacer de la panadería como de la salud de nuestros consumidores.

Pronto les estaremos contando sobre este nuevo lugar de encuentro, y esperamos seguir contando on cada uno de los  que han hecho posible este quehacer amoroso y apasionado.

Hagamos un trueque por el bien del planeta.

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¿Qué cambios estamos  dispuestos a enfrentar para contribuir con la humanidad y la naturaleza?.


Existen  pruebas abrumadoras:  las actividades humanas  están afectando al clima mundial, con graves repercusiones en la salud pública.

El calentamiento global tiene consecuencias que nos ponen en riesgo, de cara a los fenómenos meteorológicos y catastróficos;  la variabilidad de los climas que afectan los suministros de agua y alimentos; los desordenes  de la distribución de los brotes de enfermedades infecciosas o  emergentes relacionadas con los cambios de los ecosistemas.

 

 

 

 

Parece que la tierra responde a nuestras actitudes y acciones, así como  los seres humanos devuelven lo que reciben.

Mientras el mundo se sacude y la apatía se toma la sociedad, la tierra se estremece y reembolsa nuestras acciones: “La naturaleza devuelve lo que le hemos dado”.

Esas  acciones con el tiempo han sido parte del diario vivir, y nos hemos acostumbrado a dar y recibir, a brindar pero esperando algo a cambio.

 

 

 

Hemos vivido la mayor parte del tiempo pensando cómo ser mejor que el otro, sin importar el cómo y las diferencias, y sin pesar que tan especial soy o que me hace diferente y único de los demás.

Llegamos  de esta manera  a comportamientos inadecuados, tanto para la naturaleza como para las relaciones humanas.

La envidia, el rencor, la falta de autoreconocimiento, el olvido de lo inolvidable, la apatía, la negatividad, la falta de amor propio, el egoísmo, la adquisición desmesurada, el poder, la competencia y la vida desmedida, contribuyen a tener un planeta desbalanceado en lo humano y lo natural.

 

 

 

La indiferencia ha poseído a la humanidad, por eso la tierra pide a gritos la reconexión con la naturaleza y con el ser humano.  La humanidad necesita de las buenas prácticas comunicativas y ambientales.

Es nuestra decisión de contribuir a la naturaleza y la sociedad, las acciones más pequeñas son mejores que las grandes intenciones.

Los invito al equilibrio, al pensamiento positivo, a pensar en el otro, a ayudar al vecino, todo eso, encaminado  a contribuir con el hogar de todos  y a incrementar la acción en cadena. 

 

 

 

 

La unión y la comunidad son necesarias para afrontar un planeta golpeado, y  una sociedad carente de valores para enfrentar la vida y los nuevos  fenómenos a causa del cambio climático.

Solo por hoy es posible pensar para  enfocarse en cómo mejorar una actitud y una acción, puesto que el  mundo carece de amor y de las buenas prácticas ambientales.

 

 

 

Debemos  pensar en acciones en cadena que  fortalezcan lazos familiares y de amistad para que en nuestros pequeños círculos puedan  generarse cambios cargados de acciones que contribuyan al mejoramiento del planeta.

 

 

 

 

Hagamos un trueque: cambio odio por amor,  rencor por perdón, enemistad por paz, intención  por acción, envidia por amor propio, apatía por conmiseración.

Cambio la pereza por el deporte, la basura por separar residuos, juzgar por investigar, tristeza por alegría, indiferencia por solidaridad, dar limosna por ofrecer un plato de comida.

 

 

 

 

Cambio el dolor por la sanación, mi actitud negativa por pensamientos positivos, mi carro por la bicicleta, mis malos hábitos por buenos hábitos,  ignorar la naturaleza por admirar la belleza que me rodea,  miradas por abrazos, oscuridad por la luz, destrucción por  restauración, la indiferencia por creer en el prójimo, cambio de canal por un atardecer, el trueque lo haces tú.

Cambio la critica por la admiración, la intolerancia por la paciencia, la terquedad por la tolerancia, el rencor por la reconciliación, horas digitales por horas análogas en familia, el whastapp por un café contigo, el silencio por un te quiero, mis miedos por la libertad, mis comentarios negativos por flores.

 

 

 

 

Hagamos un trueque con lo natural, con los seres humanos, que donde allá odio brille el perdón.

Este es un grito de auxilio humano y natural, la indiferencia toca el planeta y la apatía golpea las sociedades.

El planeta y el ser humano necesitan de acciones en cadena, para que cesen los hábitos destructivos entre las personas , los animales y  las redes sociales.

 

 

 

 

¿Solo por hoy: que cambio estás dispuesto hacer?  

Déjanos tu comentario y escribe con un #Hashtag que estas dispuesto a cambiar.

Ejemplo: #YoCambioOdioPorAmor