jueves, mayo 15, 2025
cero

El parque y sus satélites: las huellas de la memoria

0
Parqueadero para el monociclo. / Fotografía Jess Ar

Buena parte de la ciudad palpita al ritmo del Parque Olaya Herrera. El ocio, la rumba, el comercio, el rebusque, el placer, son claves de un lenguaje que se reinventa día y noche.



Los lugares también están construidos por sus entornos, dotándolos de sentido y singularidad.

El parque como lugar de esparcimiento y de encuentro se prolonga  por el territorio que lo rodea, y  termina siendo testigo fiel de sus transformaciones.

Por el Parque Olaya ha pasado la historia de nuestra ciudad, y en él, a su alrededor, se han quedado espacios que con el tiempo hacen que volvamos a esos años 40 o 50.

 

Nos hacen sentir que el tiempo no ha pasado, a pesar de la volatilidad del mismo. Pero también, inevitablemente, los cambios no se ocultan y nos revelan el paso de los años, los avances y desaciertos.

Los barrios que bordean el parque, los talleres que no han dejado de acompañarlo y los viejos cines del ocio que persisten, que contienen su sazón de atemporalidad, -acaso evocando la libertad del Olimpo- sus mismos tickets, la misma película por día, los mismos clientes… lo de siempre.

Además, cómo no hablar de las satélites que configuran el parque, si son la prolongación de su paisaje, volvemos a él a través de las formas que lo bordean.

Nuestra memoria se construye con esas huellas, con ese paso que a veces no pareciera cambiar, porque la esencia, es, indudablemente la misma: un viejo barrio con vestigios de ciudad.

 

El parque y sus satélites: las huellas de la memoria

0


Buena parte de la ciudad palpita al ritmo del Parque Olaya Herrera. El ocio, la rumba, el comercio, el rebusque, el placer, son claves de un lenguaje que se reinventa día y noche.



Los lugares también están construidos por sus entornos, dotándolos de sentido y singularidad.

El parque como lugar de esparcimiento y de encuentro se prolonga  por el territorio que lo rodea, y  termina siendo testigo fiel de sus transformaciones.

 

Por el Parque Olaya ha pasado la historia de nuestra ciudad, y en él, a su alrededor, se han quedado espacios que con el tiempo hacen que volvamos a esos años 40 o 50.

 

[sliderpro id=”185″]

Nos hacen sentir que el tiempo no ha pasado, a pesar de la volatilidad del mismo. Pero también, inevitablemente, los cambios no se ocultan y nos revelan el paso de los años, los avances y desaciertos.

Los barrios que bordean el parque, los talleres que no han dejado de acompañarlo y los viejos cines del ocio que persisten, que contienen su sazón de atemporalidad, -acaso evocando la libertad del Olimpo- sus mismos tickets, la misma película por día, los mismos clientes… lo de siempre.

 

[sliderpro id=”188″]


Además, cómo no hablar de las satélites que configuran el parque, si son la prolongación de su paisaje, volvemos a él a través de las formas que lo bordean.

Nuestra memoria se construye con esas huellas, con ese paso que a veces no pareciera cambiar, porque la esencia, es, indudablemente la misma: un viejo barrio con vestigios de ciudad.

[sliderpro id=”189″]


Luna de locos, un festival que se expande a ritmo de poesía

0

_


Esta fiesta de la palabra, que empata con el final de las Fiestas de la Cosecha, llega este año a su versión número 11.

El poeta español Luis García Montero, será en  esta ocasión uno de los  invitados internacionales.


.

“Las palabras son del aire, y van al aire….”, canta Willie Colón.

Así será el aire de Pereira entre el martes 29  de agosto al sábado 2 de septiembre: inundado de palabras que navegarán de tarde en tarde, de sol a sol, con  el inicio del Festival Internacional de Poesía Luna de locos.

.
Las palabras son barcos

y se pierden así, de boca en boca,

como de niebla en niebla.
.

Dice en su poema titulado ‘Amor’,  el poeta español Luis García Montero, que en esta ocasión es uno de los invitados especiales.
.

Fotografía Elkin Londoño, Festival Luna de Locos 2016.

.
Esta fiesta de la palabra, que empata con el final de las Fiestas de la Cosecha, llega este año a su versión número 11.

Esperado con expectativa por la ciudad, el Festival Internacional de Poesía de Pereira se ha posesionado como uno de los encuentros de la palabra poética de mayor relevancia regional y nacional, e incluso de trascendencia internacional.

 

Fotografía Elkin Londoño, Festival Luna de Locos 2016.

.
Con la paciencia del carbonero, los gestores y organizadores del Festival empiezan en mayo de cada año los preparativos, donde los protagonistas son los  estudiantes de colegios de la región.

Los jovencitos empiezan con lecturas guiadas de los poetas invitados.

Luego les escriben cartas o poemas que les entregan a los bardos, o como pasó en una ocasión, en una especie de exorcismo quizá con la intención de ayudar a las ánimas que quedaron pendiendo entre los rieles del viaducto y el suelo al que se lanzaban los suicidas, echaron a volar sus poemas, de los que quizá lograron aferrarse algunos de ellos, para irse más bien enredados entre las letras que atrapaban las manos de los asistentes.

 

Fotografía Elkin Londoño, Festival Luna de Locos 2016.

.
Esta formación de público le ha permitido a Pereira crecer en su oferta  cultural y poética.

Escuchar poesía, pues, será el ‘plato fuerte’ durante estos cuatro días.

Más de 30 poetas, que arriban de ocho países del mundo, irán en esta ocasión desde el teatro Cámara de Comercio y el Parque Olaya, donde se dará apertura a este encuentro de la palabra con dos galas especiales, hasta el Parque El Lago, sitio previsto para la clausura del festival con todos los poetas presentes en un solo golpe de voz.
.

Festival Luna de Locos 2016.


Pasarán por 11 instituciones educativas de Pereira y Dosquebradas
.

Y en funciones de gala, en las que tendrán interacción con el público, viajarán con sus maletines de versos a las Casas de la Cultura de Quinchía, La Virginia, Marsella, Santa Rosa de Cabal, Belén de Umbría y Cartago.

 

Imagen oficial del Festival en su edición 2017

La poesía, que por esos asuntos de los vaivenes del mercado, ha pasado por ser ‘la cenicienta’ de la industria editorial, demuestra en cada Festival, no solo en Pereira sino también en el de Medellín, que sus ecos retumban con fuerza y poder entre los oyentes, ávidos de oír nuevas voces, nuevas rimas, y llevárselas para su casa, tenerlas a la mano en la mesita de noche para escucharlas de nuevo en medio del silencio de la noche.

 


.
Algunas de las galas de poesía que se podrán vivir durante el festival:
.

Fotografía: Festival Luna de Locos 2016.

.

Poetas Invitados:  Luis García Montero, Raquel Lanceros, Elena Medel, Zoe Skoulding, Fernando Linero, James Byrne,  Mauricio Peñaranda, Lindantonella Solano.
Día: Martes 29 de Agosto
Hora: 7:00 p.m.
Lugar: Cámara de Comercio

Poetas invitados: Luis García Montero, James Byrne, Pedro Arturo Estrada, Mery Yolanda Sánchez, Mauricio Peñaranda, Ernesto Pérez Zuñiga, Juan Arabia, José Luis Díaz Granados, Sara Vanegas,  Emilio Coco, Hermenegilde Chiasson, Juliana Gómez Nieto, Maria del Pilar Amaya.

Día: Miércoles 30 de Agosto
Hora: 7:00 p.m.
Lugar: Parque Olaya Herrera

Poetas invitados: Alejandro Velásquez, Raquel Lanceros, Lindantonella Solano, Jordi Valls Pozo.

Día: Miércoles 30 de Agosto
Hora: 7:00 p.m.
Lugar: Casa  Sede Centro Colombo Americano de Pereira

Poetas invitados: Luis García Montero,  Mery Yolanda Sánchez, Elkin Restrepo, Zoe Skoulding, Juan Felipe Robledo, Maicol Mauricio Ruíz.

Día: Jueves 31 de Agosto

Hora: 7:00 p.m.

Lugar: Universidad Tecnológica de Pereira

Poetas invitados: Luis García Montero, William Ospina,  Emilio Coco, Elkin Restrepo, Ernesto Perez Zuñiga, Sara Vanegas;  Juan Arabia.

Día: Viernes 1 de Septiembre
Hora: 7:00 p.m.
Lugar: Centro Colombo Americano de Pereira

Clausura del festival, todos los poetas presentes

Día: Sábado 2 de Septiembre

Hora: 7:00 p.m.

Lugar: Parque el lago


 

Con el teletrabajo … no voy a trabajar, no quiero ir a estudiar

0
Competitividad / Jesus Saldarriaga / Teletrabajo

 


Es una forma de empleo que crece a pasos agigantados en el mundo. Los jóvenes son los más dispuestos a vincularse. Estudios dan cuenta de sus ventajas en cuanto a movilidad. En Colombia aún falta, y debe prepararse ante este reto de la economía global.


Competitividad / Jesus Saldarriaga / Teletrabajo

 

En 10 años el teletrabajo en el mundo aumentó 115 por ciento. De acuerdo a Virgin Media Business el 60 por ciento de los empleados trabajará desde casa en 2022.

Este año está a la vuelta de la esquina, y si hoy en Risaralda trabajamos 450 mil personas, quiere decir que dentro de cinco años 270 mil estaremos trabajando desde nuestras casas.

Las preguntas que debemos estarnos haciendo desde los sectores públicos, privados y académico, son ¿cómo debemos preparar a nuestros jóvenes?, ¿qué formación deben impartir los colegios, instituciones técnicas y las universidades, que sea pertinente a las necesidades de la nueva economía?

¿Cuáles paradigmas del mundo laboral se deben ajustar? ¿Qué se debe hacer para retener la fuerza laboral de los milenials en las empresas colombianas?

Según un estudio realizado en el año 2016 por el Centro Nacional de Consultoría, en Colombia el teletrabajo aumentó 202 por ciento en los últimos cuatro años. De 2012 a 2016, los teletrabajadores pasaron de 31.555 a 95.439. Las ciudades que más aumentaron los teletrabajadores fueron en su orden: Bogotá, Medellín y Cali.

En estas ciudades se está viendo el teletrabajo como una oportunidad importante para mejorar la movilidad. Esto sumado al aumento del comercio electrónico, ayudará a sacar de las calles muchas personas y automotores particulares y aumentará el número de transporte de carga y trabajadores especializados en la cadena de suministro.

Las autoridades locales y nacionales se verán obligadas a priorizar el ordenamiento del territorio, la infraestructura moderna y los servicios de logística para garantizar que los productos vayan rápido y seguros desde las bodegas, puertos e industrias a los consumidores finales.


El teletrabajo y el comercio electrónico,
que constan de muchas actividades virtuales, necesitan de infraestructuras viales, puertos, aeropuertos, trenes, corredores fluviales.

También se debe desarrollar infraestructura logística especializada como zonas francas, corredores logísticos, puestos interiores de carga, plataformas logísticas, centros logísticos, parques de contenedores, etc.

Es necesario el soporte tecnológico en infraestructura de hardware: computadores personales, smartphones, servidores, supercomputadoras, televisores Smart, cámaras de video y un sinnúmero de electrodomésticos inteligentes, entre otros.

También en el desarrollo de software que comunique dichos equipos entre sí y a las personas con los flujos de información consolidando el bigdata y la minería de datos.

Por ejemplo, en Canadá, en 2016, el 75 por ciento de los trabajadores realizaban al menos unas horas de trabajo móvil, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo –OIT-.

En Colombia, al parecer, muchos empresarios no se han dado cuenta de esta fuerte tendencia, lo cual se refleja en los bajos niveles de productividad.

 

Según el Consejo Privado de Competitividad, Colombia necesita en promedio 4,3 trabajadores para hacer lo que hace uno en Estados Unidos. Algunos empresarios se quejan de no encontrar los trabajadores necesarios, y si logran engancharlos duran poco, generando altos niveles de rotación, entrenamiento y costos de selección.

Sectores de confecciones, servicios tercerizados como Contact center, call center, bpo, kpo, insisten en métodos de trabajo poco flexibles que los trabajadores jóvenes de hoy no están muy motivados en seguir.

Esto refleja el desajuste del sistema educativo colombiano con el mercado laboral, el cual no se ha ajustado a las tendencias del trabajo global.

Nuestro modelo educativo sigue teniendo sus bases en la solución de las necesidades de revolución industrial que un siglo atrás se propuso formar grandes masas de trabajadores para impulsar el crecimiento rápido de la economía en los países desarrollados de hoy.

A Colombia como país en vía de desarrollo, la revolución industrial llegó rezagada y no igual para todas sus regiones. La educación soportada en gran parte en un modelo pedagógico con la religión católica como eje central, formaba gente para el trabajo, pero acentuando la división de clases.

 

Los esclavos no tenían derecho a estudiar. Los trabajadores rurales en un sistema aún feudal no tenían recursos para estudiar. Los habitantes urbanos, políticos, empresarios y comerciantes eran los que tenían más facilidades de acceso y derechos a una buena educación; incluso acceso a universidades en Colombia y en el exterior.

Así crearon un imaginario en la sociedad que el tener un título universitario era el pasaporte para progresar, desempeñar los mejores trabajos, llamarse doctores y tener altos sueldos: “estudia y serás rico y respetado”.

Esa fue una hipótesis cierta que se cumplió hasta inicios del siglo 21. Hoy los jóvenes tienen acceso a mucha información, inmediata, diversa y libre.

Esto les ha dado una visión más amplia a las diferentes generaciones (milenials, generación x, y ó z). Los jóvenes ya se dieron cuenta que no es verdad la promesa vendida por sus padres cuando los mandaron a la universidad para que obtuvieran un diploma universitario.

Este ya no es el pasaporte para tener un empleo bien pago, con buenas prestaciones sociales en una gran industria, donde debe quedarse la mayor parte de la vida hasta lograr una buena jubilación.

Ni las empresas ofrecen ya esos prometidos beneficios ni los profesionales están dispuestos a sacrificar 40 años de su vida, siete días a la semana, y ocho horas al día al frente de un trabajo rutinario con bajos salarios.


Los medios de comunicación alternativos, con el Internet a la cabeza, les han mostrado las millones de opciones que el mundo tiene para los que se arriesguen.

Lo más malo de todo lo anterior es que el modelo educativo colombiano no se ha reinventado con estas necesidades y sigue formando personas para buscar empleo en empresas e industrias que ya no están para cumplirle a los nuevos técnicos y profesionales la promesa que padres, universidades, rectores y profesores les siguen vendiendo cuando apostaron por el sueño de ser profesionales.

 

Un profesional recién egresado no lo contratan porque no tiene experiencia, porque no sabe hablar inglés (la mayoría), o porque está sobre calificado. El desenlace es ofrecerle un trabajo con salario mínimo por un horario completo, y llega así la primera gran decepción. La frustración no se hace esperar.

Hoy las universidades sienten la crisis porque es cada vez más generalizado el razonamiento en Colombia que “invertir dinero en la educación superior no paga”. Muchas personas están estudiando por internet, hacen cursos gratis (los llamados moocs), incursionan en negocios propios, emprendimientos. Muchos están encontrando que pueden ganar más dinero de esta forma que haciéndose contratar en una empresa por un salario mínimo a tiempo completo.

Tengo un sobrino que no terminó el bachillerato. Muy joven fue contratado por Telmex para conducir uno de sus carros. Trabajó allí por año y medio más o menos. Viajó por todo el país y dejaba la familia por largos periodos de tiempo.

Le pagaban un sueldo mensual de unos 800 mil pesos. Se aburrió y se independizó. Montó su propio negocio como proveedor de frutas en Almacenes Éxito.

Cada mes le quedan libres unos dos millones de pesos, como poquito, me dice. Compró una camioneta, a plazos. Es su herramienta de trabajo. Y lo mejor es que le queda una gran cantidad de tiempo para estar con sus hijos y esposa.

Finalmente se reconoce que el teletrabajo no es para todas las actividades productivas ni para todas las personas.


Tampoco es lo mismo implementar el teletrabajo en un país como Japón, donde la cultura de la responsabilidad y el compromiso ético está en la médula de cada persona, y por ser el país más automatizado del mundo, que hacerlo en Colombia, pero es urgente empezar.

Un buen ejemplo para imitar lo tiene la empresa Mi.com.co, empresa colombiana dedicada a soluciones de Internet que se le midió a intentarlo. Uno de sus empleados propuso seguir trabajando desde Madrid, España, mientras cursaba su maestría en Dirección de marketing:

“Mi caso fue excelente. Gracias al cambio de horario entre Europa y América del Sur logré coordinar mis estudios en la mañana de España, es decir la madrugada de Colombia, y luego iniciaba mi jornada laboral para Colombia en la tarde de España, horario laboral en Colombia. Fue uno de los principales aciertos.”


El teletrabajo puede ser una opción excelente. Si los empleados saben aprovechar las ventajas en cuanto a transporte, desplazamiento, abriendo un mundo de oportunidades.

Sin embargo, no parece ser ideal para cualquiera. Depende de la operación y cultura de la empresa. Cada organización debe decidir si lo intenta o si mejor sigue trabajando desde sus instalaciones.

El caso de Mi.com.co fue exitoso, y continúa. Ahora inicia un nuevo ciclo de teletrabajo con uno de sus empleados, quien viajó en enero de 2017 a Milán, Italia, a realizar sus estudios de postgrado y continuará con su vínculo laboral en Colombia.

 


 

Imaginación, innovación, inteligencia, impacto, durante la Semana 5i que se vive en la UTP.

0


La Universidad Tecnológica de Pereira hace entrega de 10 obras de construcción y/o remodelación que permitirán el mejor desarrollo de los procesos formativos, de investigación y extra-clase en el campus.


_

Fotografía UTP


Una semana cargada de solo noticias positivas vivirá la Universidad Tecnológica de Pereira
entre el 22 y el 25 de agosto próximo, en lo que se ha denominado la Semana 5i, haciendo referencia a los conceptos  imaginación, innovación, inteligencia, impacto e inauguración.

Durante estos días se incluye la puesta en servicio de algunas obras pero también de programas que beneficiarán no solo a la comunidad UTP sino a la sociedad pereirana.

 


Las obras representan inversiones que superan los 18 mil millones de pesos, recursos provenientes de distintas fuentes.

La jornada inicia este martes 22 de agosto, con la entrega de certificados por capacitación en emprendimiento y manipulación de alimentos a un grupo de jóvenes que operan los 25 Módulos de Ventas; programa que se puso en marcha hace un año en la UTP, y se convirtió en modelo de organización del espacio público al interior del campus. Un ejemplo para otras universidades del país.

Ese mismo día, se entregarán restauradas las instalaciones del Laboratorio de Oleoquímica de la Facultad de Tecnologías y la sede para  cuatro Laboratorios a la Facultad de Ciencias Básicas.

 


El miércoles 23 de agosto, tres eventos concentrarán la atención, iniciando con la inauguración de las obras de construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales para beneficio de 20.000 personas, y que  
permitirá  entregar a la quebrada La Dulcera, que atraviesa el campus universitario, el agua con una calidad del 90% de DBO (Demanda Bioquímica de Oxígeno).

También se inaugurará el Módulo Central de Estudios, un espacio destinado especialmente al desarrollo de actividades extra-clase, con un diseño arquitectónico amigable y dotado con el más moderno amueblamiento para el disfrute de toda la comunidad universitaria, especialmente, la de los estudiantes.

 

 


Por último, se presentará la remodelación y mejoramiento locativo del Auditorio Jorge Roa Martínez, escenario emblemático de la institución.

La inauguración del Planetario, cuyas instalaciones fueron restauradas y estrena equipos de última tecnología, así como la presentación del ecosistema de investigación UTP, son los eventos centrales del jueves 24 de agosto.

 

Fotografía tomada de liceopicolin.com


El viernes 25 de agosto, se hará un recorrido por las obras de escenarios deportivos que se adelantan en la UTP, así como el lanzamiento del Observatorio del Delito,
proyecto que se adelanta con la Alcaldía de Pereira.

Se inaugurará el Edificio de Formación Avanzada, y se abrirá la Exposición: “Ilustraciones científicas de la fauna Universidad Tecnológica de Pereira”.

Todas estas obras y proyectos tienen como objetivo mejorar las condiciones locativas, pero también facilitar la investigación y el desarrollo formativo de los jóvenes en el campus, como un compromiso permanente de la alta dirección.

Fotografía tomada de El Espectador 


Por Nora

0

 


Es una de las tantas víctimas de accidentes de tránsito en la doble calzada Pereira Cerritos. Una vía fundamental para la ciudad pero que debido a los problemas que presenta para los usuarios, se ha convertido en una ruta de muerte. 


Nora, una humilde mujer trabajadora del servicio doméstico, perdió la vida el pasado fin de semana al ser arrollada por un vehículo en inmediaciones del CAI de Cerritos.

La doble calzada Pereira Cerritos, que se ha convertido en una vía llena de vida, comercio y nuevas viviendas, es a la vez, una vía de muerte.

 

Construida por el sistema de concesión, parece increíble que se haya permitido (o se vaya a permitir) prolongarla por algo más de veinte años, sin que se exija la dotación de la infraestructura elemental para hacer seguro su uso.

Entre los problemas que padecen los usuarios, por la ausencia de esa infraestructura adecuada en esta importante ruta de comunicación con el occidente, resaltan los siguientes.

Los vehículos se aglomeran a la espera de precarios retornos, como en el caso del acceso a la poblada zona de Galicia y al parque Consotá. En fines de semana o eventos especiales, es tal la congestión que la calzada de giro se satura (en el sentido oriente-occidente) y las colas de vehículos llegan incluso hasta más allá de la planta de Terpel.

Es una verdadera apuesta contra la muerte intentar cruzar esta avenida, ya que en todo su recorrido cuenta apenas con un puente peatonal a la altura del ingreso a Estación Villegas.

Se ha permitido la proliferación de construcciones ilegales de tipo comercial, que copan a lado y lado los márgenes de la ruta, generando graves riesgos al permitir indebidos parqueos en el perfil vial.

Peatones y ciclistas  no cuentan con un andén o carril seguro por donde circular, deben hacerlo por la berma, lo cual es altamente riesgoso.

Y los que llevan la peor parte son los motociclistas, víctimas frecuentes de los accidentes, en razón, además de todos los problemas mencionados, a la alta velocidad con la que circulan los vehículos.

Lamento la muerte de Nora, a quien no conocí, así como la de todas las personas humildes que día a día arriesgan su vida para llegar a su lugar de estudio y trabajo, cruzando o circulando por vías inseguras.

Los accidentes de tránsito, según las estadísticas, causaron a nivel nacional algo más de 6.800 muertes el año pasado, registrándose 18 por día, una persona fallecida cada 77 minutos.

En Pereira, según la encuesta de cultura ciudadana del año 2005, la Avenida 30 de Agosto y su prolongación en doble calzada Pereira-Cerritos, es la vía que mayor muertes en accidentes de tránsito presentó.

No sé si exista información actualizada, pero es importante partir de ella para poder tomar las acciones requeridas.

¿Será que podemos realizar una campaña de cultura ciudadana, identificando los accidentes, poniéndoles rostro y contexto, y exigir que se mejore la seguridad de la infraestructura vial en Pereira?

Para quienes transitamos cómodamente en nuestros vehículos particulares, los accidentes cotidianos en los que tantos pierden la vida deben dejar de ser apenas un estorbo que provoca trancones.

La indiferencia con el sufrimiento del Otro es no solamente estúpida sino completamente inaceptable.

 

Leo Pinzón, y las vueltas que da el metal extremo

1

 


Esta música ha navegado siempre por aguas subterráneas. Bares, bodegas, parques y sótanos son su cauce natural. En ese  recorrido se forjan mitos. Por ejemplo, el de Pereira como tierra prometida. Para  uno de sus más importantes exponentes,  es  parte de un gran malentendido.


 

Fotografías: Jess Ar

 


Puertas  adentro

No bebe.

No fuma.

Tiene un hogar conformado por su mujer y dos gatas llamadas Úrsula y Anastasia.

 


Atendió a su padre hasta en las necesidades más íntimas en su largo y tortuoso camino hacia  la muerte.

Es profesor de Química en un colegio rural del municipio   risaraldense de Santuario.

 


Le han empezado a gustar las canciones de Camilo Sesto, el legendario cantante de baladas.

Así que…

Si ustedes buscan a un hombre  alejado  de los estereotipos asociados al Heavy Metal ese es Leonardo Pinzón.

 


Nada del metalero bestial, despiadado y pendenciero elevado a la categoría de mito colectivo por los fanáticos y los medios de comunicación.

Tampoco busquen  aquí emociones fuertes: no duerme con esqueletos- salvo el propio- no come murciélagos ni bebe sangre en el escenario, según reza la leyenda negra propagada por divinidades del hard rock del tipo Ozzy Osbourne o Alice Cooper.

 


Leo Pinzón se limita a hacer bien  lo suyo:
cantar y contar los más secretos  anhelos y temores de quienes lo siguen desde que fundara su primera banda.

Llega  a la cita a la hora en punto, después de sortear uno de esos intempestivos vendavales veraniegos que se desatan a veces  por estas tierras.

 

Primera formación de Twilight Glimmer. 

 

Es  miércoles víspera de festivo  y viene ataviado con una camiseta estampada,  bermudas y unos  zapatones  de siete leguas que lo llevan a todas partes.

Sus brazos gruesos sugieren más a un baterista que a un cantante: hasta en eso rompe el molde.

 


Es sólido, moreno y- aquí  sí – luce  una de esas barbas puntiagudas que caracterizan a los de su estirpe: los músicos de
heavy metal que en el mundo entero expresan la desazón colectiva a ritmo de  guitarra, bajo, batería y unas voces desgarradas que parecen viajar desde lo innombrable.

Leonardo Pinzón ha sido  y es vocalista de algunas de esas bandas.

 

La Tarde / Fotografía archivo Memorias del Rock Local

 

Hace memoria mientras  bebe a sorbos lentos una aromática de frutas sentado en un café del centro de  Pereira.

“Nací en 1977, el año en que murió Elvis Presley. No sé lo que quiera decir eso, pero en mi vida no  he sentido pasión por una música  distinta al rock y todas sus derivaciones. Todo empezó porque mi hermano mayor, Luis Fernando,  que hoy tiene cincuenta y un años, coleccionaba  vinilos  de los grandes grupos como Black Sabbath, Deep Purple, Led Zeppelin. De  modo que desde niño mamé las vibraciones de esa música que me ha ayudado a  conectarme con el mundo.

 


Aparte de Luis Fernando, la presencia de Germán Álvarez, más conocido en el medio como “Hueso” fue clave en mi iniciación musical. El me dio a conocer bandas como Slayer, por ejemplo. Germán  fue una de los integrantes de Tránsito Libre, una de las agrupaciones locales más valiosas de los ochenta y noventa, cuando ya había una movida fuerte en bares y sótanos de la  ciudad.

Fue precisamente John César Noreña, líder esa agrupación, quien me dio las primeras clases de guitarra cuando apenas iniciaba mi bachillerato”.

 

Fotografía archivo Memorias del Rock Local
En el centro Germán Álvarez (Hueso) y Jhon César Noreña de Transito Libre.

 

Su padre, Luis Francisco, se pensionó como policía. Después de su muerte temprana María Antonia, la madre, acabó de completar la crianza de sus hijos: tres hombres y una mujer.

Con una obsesión en la cabeza, la música, Leo tuvo el olfato práctico para ingresar  a la Universidad Tecnológica de Pereira, donde  cursó estudios de Química. Más adelante se especializó en educación. Eso le permitió desempañarse como profesor en el Liceo Inglés, una institución privada, y luego formar parte de la planta oficial de profesores en el Departamento de Risaralda.

 

 

“Todos los días, bien temprano, me embarco con otros cuatro compañeros  hacia   la Institución Educativa La Mariana, en  el área rural del municipio de Santuario. Esa es toda una experiencia de vida. Pasar de un colegio privado, donde los estudiantes  de estratos altos tienen todos los medios físicos, tecnológicos  y didácticos para el aprendizaje, a comunicarse con unos chicos de origen campesino, rodeados de limitaciones, obliga a poner a prueba la creatividad para encender en ellos el gusto por algo en apariencia tan lejano como la química. Y digo en apariencia, porque en realidad es lo más cercano: nosotros mismos y todo lo que nos rodea estamos  hechos  de compuestos químicos”.

__

Leo es también un ferviente apasionado de los súper héroes. Tiene una amplia colección de figuras y películas…

[sliderpro id=”187″]

 

 

La  luz crepuscular

Corrían los años noventa. El muro de Berlín y unas cuantas cosas más se habían hecho trizas.

 


Luego de un año de estudiar guitarra empezó  a buscarse un lugar en una escena local   donde bandas como
Etiopía, Wizzard y el mismo  Tránsito Libre habían abierto camino una década atrás. Para entonces, Leo Pinzón había escuchado  todo lo que caía  en sus manos: vinilos y casetes de Rush, Motorhead, AC/DC, Judas Priest o Rainbow.

La frecuentación de algunas vertientes de la literatura fantástica  estimuló  su capacidad para recrear imágenes. Las mismas que le ayudaron a componer canciones como Paradox. Sobre su mesa de noche reposaron durante años los libros de  George Martin, Dan Brown, Tolkien o los clásicos de Edgar Allan Poe.

 


Y entonces  se  instaló bajó esa luz crepuscular  tan amada por los grandes músicos de rock a lo largo del  tiempo. Esa mansión de penumbras  ubicada justo en la frontera entre el día y la noche. Las célebres puertas del  poema de William Blake que inspiraran a  Jim Morrison  para el nombre de  su grupo:
“Hay cosas conocidas y cosas desconocidas/ y entre ellas están las puertas”, escribió Blake

Por eso Leo escogió los vocablos Twilight  Glimmer para el nombre de su grupo.

 

 

“Cuando me sentí con la suficiente preparación tomé el camino y empecé a recorrer el mundo del rock y el metal. En ese viaje pasé  por bandas tan importantes como Belial, Devastate y luego emprendí la aventura de crear Twlight Glimmer, una banda que alcanzó un sonido denso y poderoso de la mano de Edison Sepúlveda, Adrián Holguín, Juan Bulla y Ricardo   Velásquez.

Formar un buen grupo  y  lograr una sintonía con los públicos a través de las  letras y el sonido empieza a abrir una serie de puertas  imposibles de imaginar al comienzo.

 

Twilight Glimmer. “Paradox” (2002)

 


A esta altura del camino, con cuarenta años de vida puedo decir que cuatro discos grabados, giras por varios países de Suramérica,  la posibilidad de abrir conciertos de bandas tan importantes como Vader, Overkill o Destruction, aparte de una participación en Rock al Parque son razones para estar satisfecho con la música y la vida”.

[sliderpro id=”186″]

 

 


Metal fundido

Con el paso de los años uno va dejando de andar a la enemiga por el mundo. Leo Pinzón, que a sus veinte no concebía una música distinta al rock, esa forma del metal fundido  en la que millones de mortales de todas las edades vierten a partes iguales sus afectos y  ansiedades,  ha aprendido a valorar expresiones musicales  que antes abominaba.

“Con lo no que pude nunca es con  en el baile y con la música tropical: supongo que el compás de cuatro por cuatro, sobre el que se soporta la estructura del metal, lo imposibilita a uno para otras cosas. Pero a esta altura del camino disfruto de sonidos que antes no me podían ni mencionar. Por ejemplo, el pop de los ochenta. Me parece que Prince, Cindy Lauper y Billy Ocean desarrollaron propuestas muy importantes”.

 



Y, como le decía, siento que la voz de Camilo Sesto constituye un aporte muy  valioso al género de la balada  y a la música popular en general”.

 


La tierra  de promisión

El metal ha navegado siempre por aguas subterráneas. Bares, bodegas, parques y sótanos son su cauce natural. En ese  recorrido se forjan mitos. Por ejemplo, el de Pereira como tierra prometida para músicos de otras partes. Leo Pinzón cree que eso es parte de un gran malentendido.

 


“En realidad pienso que es al revés.  En Pereira se produce  muy  buena música y surgen bandas importantes, pero el mercado es muy pequeño. Por eso la  gente primero  se forma aquí y luego, si tiene la suficiente calidad, emprende el vuelo  hacia otros países. Por ejemplo, los de Internal Suffering están radicados en España, mientras Head Crusher hacen lo propio en  Estados Unidos. Claro,  también debe entenderse que Internet ha transformado al mundo en general y al universo de la música en  particular.

Fíjese nada más en una cosa: mientras a nosotros nos tocaba comunicarnos por cartas y enviar la música en paquetes, ahora están Youtube y todas las redes sociales. Entonces usted ve que en Pereira hay dos decenas de bandas, unos cuantos bares y unos festivales que congregan gran cantidad de público y se dice ¡Uy, esa sí que es buena plaza! Pero aquí hay  que lucharla duro.

 

 

Tanto, que es mejor tener a mano otra profesión para ganarse la vida y la de la familia. Salvo algún caso excepcional, en el medio es imposible vivir de la música. O al menos solo de la música”.

 

A punta de chatarra

Veinte años después de haberse echado al camino, Leo Pinzón lidera una nueva banda: The Victory. Con ella explora otros ritmos y lenguajes en un género que no para de evolucionar. Aparte de eso está  su tarea como organizador de conciertos y festivales. En medio de ese ajetreo queda poco tiempo para alimentarse bien,  o al menos como mandan los catecismos de la comida saludable.

 

Leo Pinzón con su actual agrupación The Victory.  / Foto cortesía 


“De forma paralela a mi trabajo como  músico y profesor,  he sido parte de   colectivos dedicados a promover los distintos géneros del rock y el metal en sus muchas denominaciones: trash, death, core, brutal. En esa tarea hemos traído a la región  grupos tan importantes como Obús, de España y a Cradle of  Filth, del Reino Unido.

Ahora estamos pedaleando duro con Fuerza Rock en la organización de Eje Rock, que tendrá lugar el 20 de agosto, en el Obelisco de la Villa Olímpica de Pereira. Por eso, porque no hay mucho tiempo de salir a buscar una sopa, me  volví adicto a las hamburguesas  y a lo que llaman comida chatarra en general. El problema es que a los cuarenta eso empieza a notarse en la panza”.

 

Eje Rock 2016


En  
Eje  Rock tendrán como invitado central  a Gilman, el  músico  venezolano fundador de la legendaria agrupación Arkangel. Con el estarán en el escenario, entre otros, Trash or die, de Estados Unidos; Decapited, de Chile y Sobredosis, de  México.

 


Trabajar fuera del escenario es una empresa dura y gozosa a la vez. Tan dura y gozosa como el camino recorrido  por Leonardo Pinzón desde el día de hace más de treinta años cuando su hermano le entregó una suerte de objeto mágico: un vinilo en el que aparecían cuatro tipos  oscuros, sumos sacerdotes de una curiosa religión. Se trataba de Tony Iomi, Ozzy Osbourne, Bill Ward y Geezer Butler, los creadores de
Black Sabbath.

Con ese talismán apretado contra el pecho, Leo emprendió la aventura de su vida. Y a fe que le ha dado buenos frutos.

 

 

The Victory. “Pride”. Del álbum:  In The Name of Rockandroll (2017)

 

 

Twilight  Glimmer. “Self-inflicted fear”. Del álbum: Indignation (2013)

 

 

La UTP estrenará espacio al aire libre para estudiar y descansar

0

 

 


La Universidad Tecnológica de Pereira está por concluir la construcción del Módulo Central de Estudios, cuya obra avanza a un lado del popular Galpón. 




La obra está en un 90 por ciento de ejecución.

Tiene capacidad para albergar alrededor de 150 personas, entre estudiantes, docentes y administrativos.

El Módulo Central de Estudios está concebido para el desarrollo de actividades extra-clase, y amplía la oferta con que cuenta la UTP en su campus universitario.

Cuenta con un área de 240 metros cuadrados, distribuidos en dos plataformas cubiertas y una zona intermedia de terraza con parasol.

La comunidad universitaria notará el cambio. A partir de fines de este mes podrán llegar a estudiar o descansar a este nuevo Módulo, que hará también las veces de ‘zona de alimentación’.

 

 

Además, tendrán a su disposición todas las comodidades y exigencias en materia de tecnología y conectividad.

Su arquitectura se ejecutó adaptándose a su entorno y generando el menor impacto posible en la zona.

Bajo la sombra y la brisa de los árboles, en un espacio de aprendizaje e intercambio, la comunidad universitaria disfrutará del paisaje, con gran confort climático.

La UTP invierte en el Módulo Central de Estudios un monto que supera los 423 millones de pesos, entre obras civiles e interventoría.

Para el amoblamiento que requiere el lugar, la inversión supera los 62 millones de pesos.

 

 

Daniel Zuluaga, creador de Uno Hotel: la casa en Pereira donde pasa de todo

0

 

 


Rodeada por ferreterías, depósitos de granos, cigarrerías, parqueaderos y distribuidoras de pintura,  es a la vez restaurante, cafetería, bar, galería de arte, hostal y Cineclub. Se encuentra en el sector de  la antigua Galería  Central de la ciudad.



 

Fotografías: Jess Ar

 

 

 

El sabor de la dicha

Pepino cohombro.

Tomates verdes.

Tomates rojos.

Zanahorias.

Remolachas.

Cebollas.

Pueden ser los ingredientes de una ensalada.

O la materia  prima para un bodegón.

De las dos cosas hay en este lugar.

A la entrada se instalan varios vendedores de verduras, sobrevivientes de la antigua Galería  Central de Pereira, que durante años reinaron en el sector con la algarabía de sus pregones, el colorido de las frutas y la embriagante mezcla de los aromas.

 

 

Ahora,  luego de una década de  cambios derivados del Plan de Renovación Urbana del Centro de Pereira, y rodeada por ferreterías, depósitos de granos, cigarrerías, parqueaderos y distribuidoras de pintura florece una casa que es a la vez restaurante, cafetería, bar, galería de arte, hostal y Cineclub.

Todo en un  mismo lugar, justo frente a la sede de la Secretaría de Cultura de Pereira, en la carrera novena entre calles quince y dieciséis.

Podríamos llamarla simplemente así: La casa

Pero Luz Elena y Daniel decidieron que se llamaría  Uno Hotel.

 

Ellos son los forjadores de esta empresa que en solo un año ha contribuido a cambiar la percepción que muchos  habitantes de Pereira todavía tienen sobre una zona que una vez albergó la Plaza de Mercado, con todo y la suma de cosas buenas y malas propias de esos sitios cuyo origen se remonta a muchos milenios atrás.

A mucho antes de los mercados persas.

 

Fotografía tomada de El Tiempo 

Vete con cuidado que por allí medran los rateros, les decían.

Eso es un eterno desfile de putas y maricas, les advertían otros, jugando a policías de la moral.

Muchas personas en la ciudad se refieren al sitio como La Galería, resumiendo así la potencia de las expresiones artísticas  y la memoria de lo que el sector significó en la historia de la ciudad.

Pero se llama Uno  Hotel.

Daniel Zuluaga es uno de los artífices de lo que apenas un año atrás era un proyecto dándole  vueltas en la cabeza.

 

 

A él y  a Luz Elena,  su madre, que lo ha respaldado de manera incondicional en la aventura.

Cuenta apenas con treinta años de edad pero ha visto mucho mundo.

O al menos el suficiente para abrir la mente y desatender las admoniciones de los descreídos.

“Ustedes van a enterrar la plata en ese lugar. Por ahí transitan puros malandrines y nadie les va a entrar a ese sitio, nos decían. ¿Quién va a invitar a la novia a un negocio donde  uno tiene que entrar por entre vendedores de frutas y verduras?  Ninguno se detenía a pensar que ese podría ser uno de los atractivos: en lugar de alfombra roja uno avanza  en medio de un tendido de tomates  y naranjas”.

 

 

La  firmeza de su voz está amasada con la  vieja materia de que están hechos los sueños. En  el negocio va miti miti con María Elena, quien después de las dudas iniciales no deja de sorprenderse con la ávida respuesta de la ciudad.

Delgado, moreno y de una calidez natural, durante  su año de intercambio en Inglaterra contrajo tres vicios bien británicos: la puntualidad, el sentido de la organización… y la ginebra

Recién iniciados sus estudios de  Ingeniería  Industrial  en la Universidad Javeriana de Bogotá, en un rapto de furor juvenil juró- como tantos otros- que solo volvería a Pereira- ya viejo- a cuidar de sus nietos y su heredad.

 

 

Sin embargo está aquí, liderando uno de los emprendimientos culturales  y turísticos más representativos en las nuevas dinámicas de la ciudad.

“Nunca me sentí a gusto en mis trabajos como  Ingeniero Industrial, a pesar de haber tenido muy buenos cargos y mejores sueldos durante mi paso por empresas públicas y privadas. Así que un día cuando estaba a punto de viajar a Brasil con el propósito de adelantar una especialización me dije: si hago eso, no conseguiré nada distinto a engrosar los eslabones en la cadena de mi desdicha. Entonces empecé a pensar en alternativas que me permitieran conjugar mis grandes pasiones y a la vez  contribuyeran a resolver la  parte económica.”

 


Pensarlo y regresar a Pereira fueron una sola cosa. Traía a cuestas un alijo completo de ilusiones, alimentado  con sus experiencias de Bogotá y Londres.

Con ellos y-como no- con el respaldo de María Elena  se dio a la tarea.

Corría el año 2012.

 

Fotografía tomada de  Booking.com

 

Si el centro no viene a mí…

El primer paso fue en la finca heredada de los abuelos, en el sector de  Cerritos. Se llamó  Apaporis, en un intento por conjugar el espíritu del río  Apaporis, que discurre por la Amazonia, y los poporos quimbayas.

Quería  centrar allí una amplia diversidad de actividades que comprendieran lo cultural, lo musical, lo plástico y lo ambiental. La idea era congregar  una población deseosa de nuevas alternativas para el uso de su tiempo libre.

 


“Sin  embargo, no contaba con un factor: Pereira sigue girando alrededor del centro y a la gente Cerritos le parecía demasiado lejano. Acostumbrado como estaba a los ritmos y distancias de  Bogotá y Londres no contaba  con ese detalle  y la  idea no funcionó del todo. Pero no se trataba  tanto de eliminarla como de darle un giro. Entonces nos pusimos manos a la obra”.

 


Cosas de sibaritas

“En esas andaba cuando, en medio de una charla familiar, surgió la idea de aprovechar  el  local donde mis abuelos maternos, los Giraldo Arango, y luego mis tíos, atendieron durante varias décadas una  próspera distribuidora de arroz cuyas marcas son recordadas  cuando el clan se reúne: Maravilla, Castilla y Siam.

¡Pero si eso está en plena galería! Exclamaron en coro, olvidando de paso que el Plan de  Renovación Urbana del Centro de Pereira hacía rato había pasado  por allí”.

Tan  hondo calan esas cosas en la  memoria de los pueblos.

 


“Sin embargo, no di mi brazo a torcer. A pesar de  que lo mío era un asunto de búsqueda de dicha personal, después de todo, mi formación  es de Ingeniero Industrial. Así que llamé en mi ayuda a los números y con argumentos técnicos convencí a mi madre de las bondades de la idea. Hoy es la persona más comprometida.  Tanto, que puede aparecerse en Uno Hotel a cualquier hora para fijarse en todos los detalles necesarios para que los visitantes estén siempre contentos”.

Por eso, desde   que abrió sus puertas en 2016 Uno Hotel  es, a pesar de lo que sugiere el nombre, un lugar para no dormirse. Es algo de lo que el visitante queda advertido luego de leer la conocida frase del escritor norteamericano Mark Twain, escrita con letras grandes en una pared junto a la cocina:


“La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta y hacer lo que preferirías no hacer”.

Como quien dice, el  Padrenuestro de los sibaritas.

Para alcanzar ese propósito dividieron la vieja  bodega de los abuelos en varias naves recorridas desde las once de la mañana por los públicos más dispares.

 

Fotografía tomada de  Booking.com

 


“En un mismo lugar concentramos oferta de restaurante, bar, cafetería, hospedaje, cine, exposiciones de artes plásticas y áreas sociales para eventos, además de escenario para espectáculos artísticos y culturales. Por ejemplo, este fin de semana tendremos música electrónica en vivo. Ese es otro de los capítulos de mi vida. Mejor dicho: una de las cosas que me mantienen vivo”.

 

Fotografía tomada de  Booking.com

 


Eso dice, y se queda contemplando su bicicleta, colgada de un clavo en la pared como una obra de arte más.

[Conoce más del Uno Hotel Gastro Bar]

 

Fotografía Hotel Uno 

Y   en la sexta década el hombre creó  el Moog.

El hombre era el ingeniero Robert Moog, nacido en   1934 y muerto en 2005. A él  se le debe el germen del primer instrumento electrónico, conocido como el  Moog.

A lo largo de los años sesenta del siglo anterior, durante el reinado de la sicodelia, el instrumento experimentó una rápida evolución hasta que alcanzó su versión compacta a finales de esa década: El  Minimoog. Es decir, el sintetizador.

 

 

Con él en sus manos hicieron maravillas las más importantes bandas de rock de ese momento,  etiquetadas después por la industria del disco con el nombre de rock sinfónico o sicodélico.

Yes, Emerson Lake & Palmer, King Crimson, Pink Floyd y Tangerine Dream  son parte de esa extensa lista.

En esas fuentes abrevaron los músicos y experimentadores que en los setenta  impusieron el sonido disco y a partir de los ochenta, sin abandonar las bases del rock, le dieron carta de nacimiento a la música electrónica en sus múltiples vertientes.

 

Fotografía David Monroy


Cuando Daniel Zuluaga llegó a este mundo en 1987  el sonido electrónico   estaba en su punto de madurez.

Así que durante sus días de colegio en el Calasanz y La Salle estiró la mano, probó el fruto y se  abandonó a sus delicias.

A su regreso a Pereira se convirtió en uno de los más reconocidos organizadores de eventos de ese género en la región.

“Pereira es una ciudad que da para todos los gustos musicales. El problema es el estigma que rodea  a algunos de ellos, entre los que se cuenta el electrónico. Por lo menos eso lo he vivido  en mi  condición de  organizador de tres grandes eventos, entre los que se cuentan el Sunshine Piknik  y Entre los árboles. Tanto que son más los prejuicios sociales y los obstáculos burocráticos a superar que la organización y logística del evento.

 

Fotografía Andrés Sossa


Basta con recordar que en uno de los festivales, con la gente tranquila y bien instalada en el campamento, nos cayó la policía con una orden en la que se me acusaba, entre otras flores, de  producción, distribución y comercialización de drogas. Todo eso, a pesar de que el secretario de gobierno de ese momento  nos había prometido garantías. Por fortuna los policías no encontraron lo que buscaban.

Con las cosas de ese tamaño,  en diciembre de 2017 si nos dejan  haremos el festival Hombre en Llamas  en Pereira. Si no es así, nos iremos para Cartago o La Virginia, lugares donde los alcaldes han mostrado receptividad, porque ven en el evento una oportunidad para atraer visitantes, sobre todo extranjeros”.

 

Fotografía Andrés Sossa


Para probarlo, Daniel Esgrime datos y cifras.

Al menos el ochenta por ciento de asistentes a fiestas electrónicas son extranjeros.

En promedio cada uno gasta  USD 200,  es decir, alrededor de seiscientos mil pesos durante su estadía.

Como complemento a la  fiesta musical esos visitantes recorren los lugares ya reconocidos en la región: Termales, Salento, Montenegro, Panaca,  Ukumarí, Tatamá, entre otros.

También nombra los niveles de consumo en hoteles, restaurantes y sitios de comercio.

 

 

“El problema reside en que donde nosotros vemos una oportunidad para el turismo y la cultura, los prejuicios de la gente solo ven putas, bulla  y drogas sintéticas. Pero eso se resolverá. Algún día tendremos que aprender a coexistir, así como en nuestro restaurante conviven los carnívoros y los vegetarianos como yo”.

 

Humor de retrete.

Al fondo, muy al fondo del patio está el baño de los hombres. Escrito en las paredes se lee este epigrama que resume todas las formas de la presunción masculina: “My dick is bigger tan yours”, se advierten al unísono los rostros de Donald Trump  y Kim Jong-un, el  presidente de Corea del Norte.

 

 

Como los rostros están a la altura del orinal  el usuario mea- como quien dice- directamente en sus bocas.

Hasta para eso hay un lugar aquí.

Hace unos veinte años, las criaturas de la noche que reinaban en la zona se escabullían por pasillos oscuros y reptaban hacia el segundo piso de las residencias haciendo chirriar   el maderamen de las escaleras.

 


Hoy, en el mismo vecindario, el local de Uno Hotel se  ofrece como un licor bien dispuesto para aliviar  con distintas fórmulas el cuerpo y el alma de las nuevas generaciones de citadinos.

Cosas de sibaritas.

 

 

 

Pereira, la tercera ciudad más electrónica en Colombia.

0

Colectivos, Dj’s, promotores, asistentes, festivales y lugares underground con eventos permanentes, han ayudado a consolidar esta escena musical en los últimos años.  


 

El pasado viernes 11 de agosto en Uno Hotel – Gastro Bar se llevó a cabo el conversatorio sobre música electrónica en Pereira. El objetivo principal era generar un espacio de intercambio de ideas y reflexiones alrededor de esta  escena musical  de la ciudad.

Hasta allí llegó La Cebra Que Habla para registrar los instantes más importantes de la noche.

El conversatorio inició con la presentación de Daniel Zuluaga, luego  Felipe Varón, integrante del colectivo pereirano Technosis,  tomó la moderación del conversatorio y abrió la noche con la pregunta: ¿Cuál ha sido el éxito de la escena electrónica pereirana?

Apreciaciones de promotores, artistas, asistentes y fotógrafos se hicieron sentir durante toda la noche.

De lo dicho podríamos concluir los siguientes aspectos:

  1. Pereira ha aportado bastante a la cultura electrónica de Colombia, especialmente desde el Techno,  género de la música electrónica que nació a mediados de 1980.
  2. La escena pereirana se ha ido re-construyendo desde la clandestinidad. Es decir gracias a espacios y gestiones independientes.
  3. Los lugares para rumba electrónica en la ciudad migraron de grandes pisos con un espacio para 1.500 a 2.000 personas, hacia lugares mucho más  underground o más pequeños. Algunos de ellos son: Garden Underground club, Parallel, High Club entre otros.

Algunos de ellos: 

  1. Parte del éxito de la escena local se debe a los esfuerzos de colectivos, clubes y gestores como: Dynamik, Bass Factory, Family House, Technosis, Garden Underground, High Club, Parallel y Uno Hotel Gastro Bar administrado por Daniel Zuluaga quien ha gestionado festivales como: Entre los árboles, Sunshine Piknic, Burning Man y el Picnic Musical que se llevará a cabo mañana en el marco de las fiestas de la cosecha.

Exposición del mes en Uno

Como parte del conversatorio ofrecido, se dio apertura en el lugar  a la exposición del mes: “Nostalgia Electrónica”. Estará disponible hasta finales de agosto.

#LaOciosa te recomienda:

Un lugar: Garden Club
Sector La Badea

 

“El antro más pequeño del mundo”, así lo bautizó recientemente El portal VICE que también lo clasifica de primero entre los diez clubes de música electrónica en el país.

Es un reconocido sitio de rumba electrónica. En tan solo 80 metros cabe todo el furor y la fascinación de la fiesta de los colores y los sonidos  electrónicos.

 

Tomada de las redes sociales de Garden – Foto por David Monroy

 

Sus primeros Dj’s permanentes  fueron Fabián Castellanos y Andrés Gaviria, quienes dejaron en el lugar parte de su esencia.

El éxito de Garden y de la escena electrónica de la ciudad se debe a la urgencia del público pereirano por “devorar” en los mejores términos la música electrónica.

Esfuerzo y pasión han sido los detonantes para que hoy este tipo de música esté al alcance de todos.

Un evento: Morena Festival

 

Como parte de las propuestas alternativas para la música electrónica, se encuentra el Morena Festival  en el marco de la plataforma cultural Ciudad_Es, varias versiones se han realizado en el Parque Olaya Herrera y sus alrededores.

Este año se llevará a cabo el 09 de diciembre de 2017 de nuevo en el Parque Olaya Herrera.

Compartimos con ustedes fragmentos del Morena en su versión del año 2015

 


“La Morena Festival 2015” – Cortesía Volátil Creativa.