domingo, mayo 18, 2025
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La renta del suelo entierra la economía colombiana

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El suelo es un bien no transable en el contexto del comercio internacional, y por ello, cuando una economía concentra su generación de valor en la renta del suelo, limita su competencia y crecimiento a nivel interno; característico de una economía cerrada. ¿Cuál es la realidad en Colombia y nuestra región?


 

Buena parte de la teoría económica se desarrolló a partir de los recursos naturales que se fueron volviendo escasos.

Categorías que determinaron la riqueza en los diferentes momentos de desarrollo social y económico,  tuvieron el suelo como un determinante esencial.

Otra categoría fue el trabajo, con el cual se generó la formación bruta de capital. Carlos Marx fue  el mayor exponente de su desarrollo doctrinario.

Carlos Marx

Otra categoría es el dinero, el papel moneda que se utiliza como instrumento para facilitar el intercambio en los diferentes mercados. Para muchos se vuelve un fin, pero para la economía es una categoría esencial por el valor que incorpora en representación de lo que vale el trabajo, de los recursos naturales, y además, por su valor en el tiempo y su costo de oportunidad que da  vida a la tasa de interés.

El suelo es un bien no transable en el contexto del comercio internacional, y por ello cuando una economía concentra su generación de valor en la renta del suelo, limita su competencia y crecimiento a nivel interno; característico de una economía cerrada.

 

 

 

Este modelo no es muy recomendable en el contexto de la tendencia globalizadora del momento, pues de acuerdo al experto Jefrey Sachs, “a mayor capacidad de transacción en una economía, menores posibilidades de estancamiento en la misma”

Así las cosas, si se quiere tener una economía competitiva y eficiente en el contexto mundial, la renta de tierra debe ser una proporción pequeña dentro de la estructura productiva.

De esta forma puede  convertirse en la base o superficie donde se les agregue mayor valor a los bienes transables, para que sean más competitivos en el comercio internacional.

La realidad es que en Colombia por vía de la especulación con el precio de venta o de la renta, el dueño del suelo se queda con gran parte del valor agregado de los bienes transables, las innovaciones y la productividad.

Uno de los tantos casos que suceden en la actualidad en el suelo risaraldense tiene que ver con una multinacional que definió la zona de La Virginia – Caimalito – Balboa para ubicar sus plantas de transformación y almacenamiento de sus productos de metalmecánica.

 

 

Esta industria para el cierre financiero del proyecto calculó que puede pagar por metro cuadrado hasta 10 mil pesos cuando  el precio más barato en la zona es de 15 mil pesos. Dentro de la zona franca el metro cuadrado de suelo vale 50 mil pesos.

Hoy la estructura económica del país sigue estando altamente soportada en el valor de los recursos naturales.

Para el año 2016, a pesar de los bajos precios del petróleo, el  producto representó el 43% de la canasta exportadora del país.

Esa crisis petrolera llevó a muchas personas a refugiarse en la compra de bienes como terrenos, casas, apartamentos, oficinas, en fin, bienes inmobiliarios (no transables).

 

 

Pero es contradictorio que la economía colombiana que tiene en el centro de su estructura la tierra y sus recursos naturales, no tenga una política sólida para el ordenamiento territorial ni reglas claras para la tenencia de la tierra.

No es explicable que, durante casi 200 años de vida constitucional, no se hayan adoptado instrumentos para hacer de Colombia un país  desarrollado sobre un suelo ordenado que  promueva  la equidad.

Fue solo hasta la constitución de 1991 que se trazan estrategias para abrirse a la economía globalizada, y por ende, se expusieron las diferentes instituciones a la modernización en comparación con otros países con estadios de desarrollo mucho mayor.

Fue solo en 1997 que se expidió la Ley 388 que soporta las directrices para ordenar el territorio en los diferentes municipios de Colombia.

Y apenas hasta el año 2000 una ciudad como Pereira tuvo formulado, concertado y aprobado por acuerdo del Concejo su primer plan de ordenamiento territorial.

 

Foto por Jess Ar

Para ese año la ciudad, como la mayoría en el país, ya tenía consolidado sus problemas y conflictos sobre el suelo. Muchos de estos generados a partir de los impactos socioeconómicos sobre el territorio.

Como el suelo en Colombia (y en Pereira) sigue siendo el mayor vehículo de acumulación y concentración de la riqueza, es muy rentable violar muchas de las normas estipuladas en los planes de ordenamiento.

Sin embargo muchas normas aun no existen o no  han sido  apropiadas por los ciudadanos debido a lo reciente del desarrollo normativo para ordenar el territorio.

La institucionalidad municipal es extremadamente débil en nuestro país y  los principales instrumentos económicos que trae la Ley 388 de 1997 no han sido adoptados.

 

De verdad han sido  muy pocos los que se han dado la pela reglamentando: “la plusvalía, los planes parciales, la valorización, la distribución equitativa de cargas y beneficios, las unidades de actuación urbanística, la gestión asociada a través de reajuste de terrenos, la integración inmobiliaria o cooperación entre partícipes, los sistemas de reparto equitativo de las cargas y beneficios, el derecho de preferencia, la declaratoria de desarrollo y construcción prioritarios y la enajenación forzosa en pública subasta que de ella se deriva,  los procesos de adquisición de inmuebles por enajenación voluntaria, la expropiación administrativa o judicial, los distintos mecanismos de participación pública en plusvalías, la transferencia de derechos de construcción y los mecanismos de compensación”.

 

Vemos que el ordenamiento territorial en lo fundamental es economía, así en lo legal sean prohibiciones, dimensiones y normas que regulan todas las actividades que los seres humanos desarrollan sobre el territorio.

 

 

Es irónico que en la mayoría de los procesos de planificación del territorio, sean  planes de ordenamiento o los diferentes elementos que se trazan como la planificación intermedia, los planes maestros, los planes parciales, entre otros,  la teoría económica se subestime y la participación de los economistas en la construcción, gestión e implementación de dichos instrumentos se margine.

Esos instrumentos se desarrollan con abogados, ingenieros y arquitectos muchas veces sin un análisis sistémico y de complejidad.

Esto puede explicar el porqué muchos planes parciales no se han desarrollado, muchos planes maestros se quedaron en libras de papel y los recursos esperados de la plusvalía o la valorización se hayan quedado en altas expectativas en los presupuestos públicos, pero sin asidero en el sector privado.

No podemos olvidar que muchas de las grandes fortunas en Colombia se acumularon y concentraron a partir de la especulación del valor del suelo.

Lo que nos raya - parques Foto por Jess Ar

Empresarios y personas que se aprovecharon de la falta de ordenamiento de los territorios en las grandes ciudades para apropiarse de zonas verdes, terrenos del Estado, baldíos, comprando barato un suelo rural para valorizarlo con las inversiones del Estado como infraestructura de servicios públicos, vías y equipamientos.

 

Así se formaron las fortunas de algunos de  los hombres más ricos de Colombia: los banqueros Sarmiento Angulo y Jaime Gillinksi y el constructor Pedro Gómez Barrero. Convirtieron la plusvalía del suelo colombiano en activos financieros que generan las mayores utilidades anuales en el país.

                                                              Jaime Gilinski – Foto por León Darío Peláez de Semana

 

Mientras en Colombia los hombres más ricos están en el sector financiero que se sobre beneficia de la renta del suelo (construcción de bienes no transables en el mercado externo), el top 10 de los más ricos del mundo está en empresas de tecnología, comunicaciones, industria y comercio. En su orden de billones de dólares: Bill Gates: $92, Warren Buffett: $72.9, Amancio Ortega: $72, Jeff Bezos: $71, Mark Zuckerberg: $55.6, Carlos Slim: $49, Charles Koch: $46, David Koch: $46, Larry Ellison: $42 y  Larry Page: $41.5.

 

¡Inquieta que no haya ninguna mujer en esta lista!

Los rostros tras cinco productores de café especial en Risaralda.

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Imagen extraída de: Glosario Digital.

A pesar de que somos zona cafetera, nunca había existido como ahora  tanto sentimiento de pertenencia con  este tipo de  café.  Parte de esta evolución nace del esfuerzo de los baristas y productores por educar a las personas de la región en su consumo.


 

 

Del 13 al 15  de Julio se llevó a cabo en el Centro Comercial Pereira Plaza la Feria del Café.

Allí pudimos encontrar algunas  tiendas y productores que vienen trabajando hace años en Risaralda, desde nichos de mercado y motivaciones diferentes.

Este tipo de eventos hacen parte de las estrategias que organizaciones, entidades privadas y caficultores independientes y articulados vienen desarrollando alrededor de la cultura cafetera.

Los asistentes, entre curiosos y amantes del café, pudieron disfrutar de charlas, música y diferentes exhibiciones relacionadas con esta cultura.

La #Ociosa estuvo deambulando por los corredores del lugar, probando diferentes cafés llenos de curiosidades, historias y deliciosos acompañantes.

La #Ociosa estuvo deambulando por los corredores del lugar, probando diferentes cafés llenos de curiosidades, historias y deliciosos acompañantes.

También nos topamos, entre tazas y charlas,  con  Juan David Mendoza, uno de los ponentes invitados. Habló acerca de  la  “tercera ola del café”, haciendo referencia a las nuevas tendencias en el proceso desarrolladas  con fortaleza desde hace más o menos una década.

En el caso de nuestra región  se han ido abriendo espacios donde convergen colectivos, productores, baristas, tostadores, marcas, entre otros.  

A pesar de que somos zona cafetera, nunca había existido como ahora  tanto sentimiento de pertenencia con  el café de origen.

Parte de esta evolución nace del esfuerzo de los baristas y productores por educar a las personas de la región en su consumo.

“Estamos volviendo al café como una fuente de ingresos, confiando nuevamente en nuestras raíces, generando una cadena de producción más sólida donde el trabajo colectivo es más notorio, permitiendo así,  más opciones de consumo para las personas”.

Selección Natural

No fue fácil escoger entre tantas opciones en la feria.

Sin embargo nos dejamos llevar por el instinto y el olor, y tenemos para ustedes las cinco tiendas  que nos cautivaron por su historia, nombre y valor agregado.

Y  aquí están.

LA PIAGGERÍA, la combinación perfecta.

Carlos y Natalia,  esposos, son los dueños de este  reciente emprendimiento con tan  solo 6 meses de creación.

Él  es un apasionado vendedor de obleas que en su época universitaria le decía con tono jocoso a su esposa: “Si la cosa se pone muy dura, yo saco mi tarro de obleas”.

Ella es arquitecta, y  una mujer alta, bella y extrovertida que  tiene siempre una sonrisa para quienes se acercan a su piaggo.

El piaggo o la piaggería es un automóvil ensamblado por Natalia Aristizábal en madera reciclada.

Carlos Andrés era  el encargado de recibir a todos los curiosos que se acercan a su estand una vez habían  leído: “Oblea Santandereana + Café”.


Es el  “casao” que ofrecen,  una mezcla extraña pero bastante generosa al paladar.

Y es que venderlo no es tan sencillo como parece y menos si en principio no eres un verdadero amante del café, y segundo, si los materiales de la oblea no se  consiguen fácilmente  en tu ciudad de origen.

Ahí  es donde radica la magia de La Piaggería.

Arequipe y galleta son traídos desde Florida Blanca, Santander, el lugar con la mejor tradición en obleas, y el café viene directamente de la Hacienda San Roque, un grano  excelso tipo exportación que acompaña de manera mágica la oblea santandereana gracias a su maridaje.

Está combinación luce tan bien como lo son Carlos y Natalia en pareja.

Ellos, una vez entendieron el ritual que rodea la producción de un buen café se quedaron para aprender y disfrutar de la mano de Frank Villada, un experto en la cultura cafetera.  

Él les enseñó a catar, a preparar  y finalmente a disfrutarlo tanto o más como los clientes que se acercan diariamente a su colorido Piaggo.

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¿Dónde encontrarlos?:
La Piaggería está ubicada en la calle 14 No. 19-37, Pereira.

Horarios de atención: lunes a sábado de 2 a 7 PM.

ASORROSA, y la fuerza del trabajo en equipo.

A pocos pasos del estand de  La Piagerría se encontraba ASOROSA, Asociación de Productores de Café de Santa Rosa, que cuenta con 9 años en el municipio promocionando los cafés de los pequeños caficultores.  

Un total de 160 productores trabajan dentro de esta asociación en alianzas con otros agentes para el beneficio de sus integrantes.

Entre los productos que hacen parte  encontramos chocolates a base de café, cascas caramelizadas con panela, café  Verde Excelso escogido manualmente con notas de panela y chocolate y el café característico de la asociación llamado Legado Montaña, con notas cítricas y caramelo.

James William (Presidente de ASOROSA) y Victor Alfonso Cuervo (Asociado)

 

¿Para qué ASOROSA?

La importancia de estas redes radica en su fuerza y perseverancia. Todos los ejercicios de los caficultores que hacen parte de la asociación se han visto volcados en un proceso completo  donde cultivo, elaboración  y venta se vuelven una cadena local que  brinda  más opciones al público, al tiempo que  fortalece  la economía de la región.

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¿Dónde encontrarlos?:
Tercer piso del Edificio Davivienda en Santa Rosa de Cabal.

CAFÉ PEREIRA, una tradición sembrada desde Costa Rica

Rubén Darío Peña y Carolina Ramírez Bueno, esposos, son los encargados de llevar al público la marca “Café Pereira”. Pertenecen a la Asociación Cafeteros de la Montaña y aunque no son los dueños, llevan la tradición cafetera en las entrañas.

El líder, desde los inicios de este producto, es Hernando Ramírez, abuelo de Carolina, yquien trajo las primeras semillas del café desde Costa Rica. Una variedad Arábiga que se instaló en los cafetales de la Hacienda Génova, vereda La Condina.

Con varias décadas  de labor en el negocio, solo hasta hace apenas  12 años se encuentra en el mercado como marca Café Pereira,  y con una producción totalmente propia hecha por Hernando, su familia y los trabajadores , es decir, sin ningún proceso fuera del lugar de origen: siembra, recolección, lavado, secado,  empacado, entre otros.

Con sus trabajadores tiene procesos de formación en inglés, con el fin de vincularlos en las rutas de café e intercambios culturales que ofrece en la hacienda.

Se  reconoce por su grano que es  14% más pesado frente a otros  dentro del mercado.

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¿Dónde encontrarlo?
Pueden comprarlo a través de su página web www.cafépereira.com en su tienda virtual o a los números que allí aparecen.

CAFÉ SÍMBOLO, de la finca a la oficina.

Esta empresa de Santa Rosa de Cabal se caracteriza por tener un café cultivado a una altura de 1.700 msnm, principalmente en la vereda El Español. Sin embargo dentro de Café Símbolo participan caficultores de otras veredas.

Allí se hace todo el proceso, desde el campo hasta la taza,  incluyendo el secado (al sol y en silos)  y la molienda.  

El valor agregado de Café Símbolo radica en su frescura.

Su público objetivo es el corporativo, personalizan el producto de acuerdo a sus clientes para el consumo interno en empresas, en eventos o centros artesanales.

La imagen de café símbolo es llamativa y detallada.

La simpleza y la pertenencia con la región cafetera atrajeron  de inmediato a quienes pasaban  la mirada por la mesa interactiva instalada en La Feria del Café.

Allí se  simulaba el proceso del café desde que está en la “matica” hasta que termina finalmente en la tostión y molienda. Un hermoso proceso con cual todos los colombianos deberíamos estar en alguna medida familiarizados.

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¿Dónde encontrarlo?:
En la Cra. 14 No.  34 -10, sector Italia,   Santa Rosa de Cabal, Risaralda. Pedidos a través de su página web www.cafesimbolo.com

CAFÉ LA CLARISSA, y un cultivo por todo lo alto

Caldas y Risaralda se unen en un producto, Café La Clarisa.

Un café de altura, de origen, especial, cultivado en Risaralda, Caldas, a 1.720 msnm y distribuido en Pereira.

Es un café que tiene un proceso de secado al sol, y  debido a la altura su periodo de maduración es más lento,  aumentando  sus dulzores y sabores en el grano.

La Clarisa además de ser un café de origen garantiza también la producción desde el cultivo hasta la  taza. Se hacen cargo  de recolección, lavado, secado, almacenamiento, trilla, tostión, empaque,  y en ocasiones, lo ofrecen al cliente en degustaciones en  taza.

En cuanto al proceso puntual de tostión es media-suave, al igual que su molienda.

Lo mejor de todo es que semanalmente hay tostión, lo que garantiza a sus consumidores un producto homogéneo y de buena calidad.

La Clarisa ofrece además  otros servicios  como estand y maquila de cafés especiales  para eventos, regalos, entre otros,  y próximamente venta de café verde en grano.

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¿Dónde encontrarlo?:
A través de redes sociales como @cafelaclarisa, servicio a domicilio en todo Pereira sin costo adicional

Expocamello también tiene un lugar para el café, las letras y la cultura.

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En Soneto, ubicado  sobre la carrera sexta entre calles 24 y 25, una taza de café  tiene tanta importancia  como el diálogo que se pueda entablar alrededor de ella.

Sus dueñas aspiran que el lugar sea identificado como un centro de gestión cultural para artistas  de la región y  de otros lugares de Colombia.


Fotografía: Jess Ar

 

 

Son amantes de las letras.

Se trata de Alejandra Isaza y Ana Zapata.

Ana es Licenciada en Comunicación e Informática Educativa.

Alejandra avanza en sus estudios de Licenciatura en español y literatura, que esta vez sí aspira terminar.

En el trasegar de la vida dejó inconcluso el título de abogada aunque culminó el pensum académico, e incluso ejerció, sin tarjeta profesional.

Ahora, ejerce lo que sí la inspira: el arte, la cultura, la literatura.

Todo esto, alrededor de una taza de ‘café de la casa’, como nombran el producto insignia de la región.

El que ofrecen en Soneto Café Cultural “es un café suave”, dice Alejandra, producido en la vereda Altagracia, de Pereira, con altos estándares de calidad  y con certificación de ser cultivado sin químicos.

Es un café especial.

Lo que a Alejandra le cautiva de esta variedad es su “tostión media”.

“En lo que fallan muchos cafés es que suben la tostión y sabe a quemado”, asegura esta innata barista.

Foto Tatiana Toro

 

Así llegó Soneto Café Cultural a Expocamello

 

De pronto, un día una amiga la animó a participar en Expocamello 2017.

Le mandó el enlace vía internet.

Y por estas magias de las nuevas tecnologías, Alejandra vio que el sueño que llevaba construyendo varios meses con Ana, de montar un café diferente, con algo que le diera sentido al negocio, “era un proyecto que podía participar en la convocatoria”.

“Como a los quince días recibí un correo notificándonos que el proyecto había sido preseleccionado. Y ahí empieza todo”, cuenta.

Pasaron los dos filtros exigidos para lograr un cupo y participar en la feria Expocamello 2017.

Tuvieron que asistir a jornadas de capacitación y reuniones para prepararse en manipulación de alimentos, según los requerimientos exigidos por la Secretaría de Salud.

Aprendieron de publicidad y mercadeo, estrategia financiera, gestión humana y emprendimiento, capacitaciones ofrecidas por profesionales de la universidad Eafit.

También conocieron del manejo de los desechos, para disponerlos de una manera que sea solidaria con el medio ambiente.

Y además, les dieron varios tips “de cómo atrapar los contactos, cerrar negocios, manejar la presión”, y así aprovechar al máximo los cuatro días que estarán en esta vitrina comercial.

 


Café cultural

“Usted tiene que pensar que de arte no vive la gente, le dijeron los expertos de Expocamello cuando Alejandra presentó en vivo, sin mucha parafernalia pero sí con mucha energía, el proyecto de Soneto Café Cultural.

Ella les respondió:

“Tampoco es una cafetería. Es un café cultural. Hay que combinar las dos cosas. Por allá los espero. Y sí han venido a las presentaciones”.


El café lleva tres meses abierto al público.

Está ubicado en zona céntrica de Pereira, en la carrera sexta entre calles 24 y 25.

El impacto social ya lo han notado.

“Llega la gente a preguntar sobre la actividad cultural que hay programada para el fin de semana, y eso era lo que pretendía desde el principio”, destaca Alejandra.

Los artistas tienen allí un espacio para mostrarse.

El público decide cuánto paga por el espectáculo cultural, en una especie de ‘lluvia de sobres’ que se idearon estas dos mujeres.

Hay exposiciones rotativas de ilustraciones, pinturas, fotografía, arte digital, y para Expocamello van a estar con Jhon Edison Monsalve, un artista visual egresado de la Universidad Tecnológica de Pereira  que trabaja la madera.

Este trabajo artístico podrá verse en simultánea en Soneto Café Cultural y en Expocamello, donde Jhon Edison además estará pintando en vivo y en directo en carboncillo, con acuarelas  o haciendo caricaturas.

“Lo que queremos es llevar a Soneto en pequeñito. Que la gente cuando lo vea sienta el ambiente que se puede sentir en este sitio”, contó Alejandra.
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Han llevado músicos, poetas, cuenteros, y el pasado sábado presentaron “la primera ‘Varieté’ en Pereira, que es una especialidad de circo”.

 


Sabores de cafés especiales

Movida por la pasión que siente por su tierra cafetera, Alejandra ha promovido además en Soneto Café Cultural charlas educativas que sensibilicen sobre los cafés especiales.

Su proveedora: Deisy Quintero, ya estuvo explicándole al público el proceso del café especial que produce. Con degustación incluida.

Los sueños de Alejandra y Ana van más allá.

Quieren fortalecer cada vez más la producción y consumo de cafés especiales en la región.

 

Emprendimiento, un estilo de vida

Y como una de las características de Expocamello es que los emprendimientos tengan un ‘plus’ o valor agregado que los potencie, para Alejandra las expectativas en esta feria la hacen volar alto.

Aspira que Soneto Café Cultural sea identificado como un centro de gestión cultural para dar a conocer artistas, no solo de la región sino de otros lugares de Colombia.


Así que Alejandra y Ana encajan ‘como anillo al dedo’ en lo que para Luis Guillermo Murillo, gerente de Expocamello, es el emprendimiento:

“Un estilo de vida. No es una actividad puntual. Emprender, como lo dice su acción es comenzar a hacer algo. Emprendimiento es no estar satisfecho y estar permanentemente emprendiendo acciones para mejorar mi entorno y mi vida. Y tiene que servir para hacer del mundo un lugar mejor”.


Además, para que lo tenga en cuenta
: “el emprendimiento no tiene edad, sostiene este joven ejecutivo que conoce de ideas promovidas desde “jóvenes de 15 y 16 años  hasta personas con más de 60. Lo único que necesitas es tener todas las capacidades, toda la intención, toda tu fe y tus fuerzas, encaminadas hacia la materialización de esa idea”.

 

 

 

 

La sombra que nos cobija

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“Un proyecto en Pereira tiene el objetivo de aumentar el número de árboles en espacios públicos. De 21.868, con los que contaba la ciudad en 2015 (1 árbol por cada 18 habitantes), se espera tener  25 mil  más al finalizar  2017, alcanzando un promedio de  6 personas. La cifra sugerida por la Organización Mundial de la Salud es de un árbol por cada 3 habitantes”


 

La Alcaldía de Pereira tiene un proyecto de densificación arbórea cuyo objetivo es la siembra masiva de árboles en espacio público efectivo, esto es, en lugares de libre acceso a todos los habitantes.

Foto por: Jess Ar

Al 2015 la ciudad contaba con 21.868 árboles, lo que nos llevaba a tener un indicador de  un árbol por cada 18 habitantes.

Lo que significa que aún estamos en deuda con el indicador sugerido por la Organización Mundial de la Salud.

Foto por: Jess Ar

Con el propósito de llegar a un indicador de 6 habitantes, a la fecha, en convenio con la Empresa de Aseo, se han plantado alrededor de 15.000 nuevas especies seleccionadas. Y se espera terminar este año sembrando 10.000 más.

Al finalizar esta administración, la meta es haber llegado a las 50.000 unidades adicionales, ubicadas completamente en zonas de espacio público.

Tanto los programas de siembra como los de mantenimiento (abono, poda, fumigación, etc.), están
anclados a dos estudios vitales dentro de la silvicultura urbana: el plan maestro y el manual.


Foto por: Jess Ar

Ambos desarrollados por la Alcaldía en conjunto con  el Jardín Botánico de la Universidad Tecnológica de Pereira, y  con apoyo de la CARDER. 

Todas estas actividades las lidera Gustavo Cardona, director de parques y zonas verdes del municipio de Pereira. Él, consultor en la formulación del plan maestro, desarrolló en asocio con el profesor Juan Carlos Sierra, docente de la UTP, un inventario georreferenciado que incluye una hoja de identificación con características de cada especie,  unas  21.868 que encontraron en ese momento (año 2015).

Este registro se ha venido actualizando casi en tiempo real  con la identificación de cada de las nuevas siembras. El inventario puede consultarse en: sigper.com/arboladop

Foto por: Jess Ar

 

Rosa Lentini o los vaivenes de la memoria

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En  El Soplo del Diablo y otros poemas, como en toda su obra, la función del recuerdo es la constante de la autora española: como salvación de la muerte, como emancipación de la nada en las ruinas de la antigüedad, como dominación del mundo personal, como evocación a los ancestros y a la infancia.


 

 

 

 

 

El Soplo del Diablo y otros poemas (Antología poética 2017 – 1994)
Rosa Lentini
Sílaba Editores
Páginas: 220
2017

 

 

 

 

 

 

 

 

I

En un famoso texto sobre el tiempo, Borges dijo: el presente del pasado es la memoria.

En su obra poética, y en diferentes registros, la función del recuerdo es la constante de Rosa Lentini (Barcelona, 1957).

El recuerdo como salvación de la muerte, como emancipación de la nada en las ruinas de la antigüedad (Cuaderno de Egipto, 2000), donde el silencio enigmático de las pirámides y las tumbas murmura imperceptible ante la intrascendencia de los turistas modernos, que apenas se dejan llevar sin comprender.

 

 

 

Si lo visible sepulta lo invisible, el arte es ese poema, cúpula y centro de otro poema cuyos bordes sostiene

  O como concluye alguien en otro poema en prosa del mismo libro:

Si lo que ya se ha vivido se escribe, se hace historia –dice el primero-, se consigue hacerlo suceder dos veces.

 

Dos veces, pero en distintos planos, pues recordar lo vivido es alterar, recrear, re-vivir.

Pero esto lo sabe de sobra Rosa Lentini cuando escribe, cuando en su obsesión espacio temporal logra trascenderse hacia las mismas fuentes del origen en La Noche es Una Voz Soñada, 1994, en el que la voz poética, al modo de Gaston Bachelard, parece evocar el mundo y sus formas desde el ámbito dominante del sueño y el agua.

 

Como una crin que la noche extraviara

la sombra de un cuerpo que se quiebra

deja el futuro fuera del futuro

 

y el ahora es una lentísima caída hacia el mar

que nadie intenta detener.  

 

La actividad de la memoria domina también el mundo personal, el de sus ancestros y su infancia en Hermosa Nada, 2017, y Tuvimos, 2013 donde la figuras familiares son íconos capaces de sustraerse de la muerte.

Sus  corazones se hallan  unidos en  frascos con formol en los estantes de una alcoba-museo familiar, donde se diría gozan algún deleite evocador.

 

Día tras día invento la historia

de su amanecer y de su ocaso

en una estancia donde, como niños

anhelantes de su tarde de domingo

la espiral de la costumbre

les devuelve en unas pocas horas

sin salir de su estante

control  y memoria. 

 

O bien:

 

Mi abuela materna solía plantarme

en una esquina del jardín,

al pie de dos abetos gigantes

de chorreante resina que brotaban

de la corteza olorosa de su piel,

no lejos de la maraña de hierbas

amontonadas para la quema

 

II

El Soplo del Diablo y otros poemas, Antología poética 2017- 1994, es la más reciente compilación de su obra publicada por Sílaba con un estudio introductorio de Jaime D. Parra en el que el autor a cargo realiza un minucioso recorrido por la evolución poética de Rosa Lentini.

Llama la atención el hecho de que la poeta considera toda su obra como estudio abierto a sucesivas transformaciones.

 

escribir poemas

 

De manera que entre la antología anterior: Poesía Reunida 2014- 1994 y la presente, podemos, casi de hecho, encontrarnos con libros distintos.

Cualquier poema, como una ciudad o una vida, en su caso, está sujeto a notables cambios que no podrían considerarse como correcciones, sino como mutaciones en un organismo vivo.

Vargas Llosa en La Orgía Perpetua nos dice que Flaubert corregía tanto que de haber podido vivir varios siglos habría transformado Madame Bovary en muchos libros.

 

Madame bovaryMadame Bovary

 

En su evolución, Rosa Lentini, ahondó en el conocimiento de autores como John Ashbery, Yves Bonnefoy, Ismael Kadare, Silvia Plath,  y de una argentina universal que la obligó a hacer un alto en el camino: Alejandra Pizarnik, a quién dedica un libro.

Jaime D. Parra describe el profundo impacto ejercido por la autora argentina, la manera en que la poeta española la llevó como una voz de culto por los paisajes de su sensibilidad.

 

pizarnik Alejandra - poetaAlejandra Pizarnik – Foto tomada del portal Educ.ar

 

A su lado otra, enamorada de la niebla, dice no creer

en el cuerpo que nunca existió

Pienso ahora en la eternidad que sus palabras,

en ese estar por debajo, despliegan en mi lectura

 

Rosa Lentini, en su antología El Soplo del Diablo, propone un orden inverso para sumergirnos en su obra, una sugerencia implícita  para seguir su lectura: 2017- 1994.

Comenzar desde el presente para remontarnos al pasado.

Es realmente, nuestra forma natural de percepción, el modo como Papini, en Gog,  nos sugiere abordar las obras literarias: comenzando por los contemporáneos y prosiguiendo en sentido inverso hasta los clásicos.

De todas formas, Rosa Lentini modifica el pasado todo el tiempo, lo interviene con su presencia creadora en el hoy.

 

Vaivenes de la memoria - Rosa Rosa Lentini – Foto tomada del periódico La Crónica del Quindío

Leamos ya El Soplo del Diablo, leámoslo –es lo mismo- en cualquier etapa de su creación, pues por su andadura y talante, lleva años siendo en el panorama de la lengua castellana una poeta esencial.

La historia de los desaparecidos en Colombia retratada una vez más

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El libro Joaquina Centeno, de la bogotana Marbel Sandoval Ordóñez, reencarna el drama de la eterna espera  y simboliza a miles de mujeres que buscan incansablemente, año tras año, a sus hijos desaparecidos por la violencia.

Una Colombia impune, donde el Estado oscurece la vida de los inocentes.


“Los recuerdos acechan
como liebres que duermen
con los ojos abiertos”
A. I. Serna

 

 

Joaquina Centeno
Marbel Sandoval Ordóñez
Colección Trazos y sílabas
Sílaba Editores
Páginas: 176
2017

 

 

 

 

 

Cada vez que buscamos, panorámicamente, algo que nos pertenece, entre criaturas y pasados simétricos, es buscarnos. Miramos atrás y vemos que todo es amplio como el vacío de la música.

Con la precisión de contornos, aparece y desaparece, aquello que huye de nosotros. Porque buscar, ante todo, es entregarnos a un baile, donde dejamos parte de la piel en lo que tocamos: es llenar los cántaros, medio atarantados, con nuestra lluvia.

Ulises, astuto y momentáneo, después de la guerra, entre mares, insinuando otros lugares, buscó por 10 años las orillas de Ítaca, aquella isla donde las arenas amarillas escribían su nombre y las aguas, entregadas a un vaivén, lo borraban desbaratando cada recuerdo.

Aquí, pues, Colombia, semeja aquellas aguas sin tiempo, nos borra a instante.

 

El libro Joaquina Centeno, de Marbel Sandoval Ordóñez, es sobre todo, una  búsqueda solidad de una madre por su hijo.

Un lunes 13 de septiembre inició el drama de Joaquina Centeno. Ella, una madre que llegó a la capital por desplazamiento cuando era niña. Allí, en una ciudad que empezaba a expandirse, construyó su vida.

Desplazados - Colombia

 

De joven conoció a Víctor quien sería su esposo. Se casaron y gestaron la familia Gamez Centeno, conformada por tres hermanos: Rafael, Mario y Joel. Hombres, pues, provenientes de una familia popular que se abrieron camino en la capital.

Joel, amante de las piedras desde niño, estudiante de Geología en la Universidad Nacional, salió ese lunes a clases como de costumbre. Sus padres Víctor y Joaquina esperaron su regreso que era antes de la siete de la noche. Esa noche, Joel no regresó. Ni al día siguiente, ni a la semana, ni a los meses, ni 30 años después. Su desaparición está ligada por ser testigo de un asesinato, días antes, de un docente de derecho de la universidad por parte del F-2.

Joaquina, entonces, día a día emprendió la búsqueda de su hijo. Una mañana, mientras leía la prensa –acostumbrados a su lectura en búsqueda de noticias de su hijo–  vieron la foto que habían entregado meses antes a un agente del F-2 en una noticia publicada en un periódico de Cali, donde Joel integraba una banda de secuestradores.

 

Desaparecidos - ColombiaDesaparecidos Colombia – Foto tomada de Wikipedia

Caso que, de modo sistemático, se convirtió en costumbre por la época del Estatuto de Seguridad y del surgimiento del  narcotráfico. Marbel Sandoval revela, en ciertos momentos, una Colombia impune, donde el estado oscurece la vida de inocentes.

Caso similar, años después, con los jóvenes de Soacha que fueron reclutados y días después aparecieron en diferentes zonas del país, vestidos de camuflados, como  bajas de combate.

Mientras Sandoval nos estremece, reafirmamos la premisa: tantos muertos, tantos desaparecidos, tantos olvidos, revolcándose en el sopor de la historia.

El libro Joaquina Centeno, cuenta con una ilustración de Luz Arango que se cifra en la portada. Se presagia, desde luego,  una ruptura entre dos seres: uno que, poco a poco, se diluye en la nada, mientras otro –la mujer—continua, pero el camino está roto por una mano que sale de abajo utilizando unas tijeras.

 

 

Recuerdo, esta vez, las tres Moiras, las tejedoras del destino. La primera, Cloto, traía en su rueca un ovillo de hilo, mientras Láquesis –la segunda—iba midiendo su longitud de destino. Y la tercera, Atropos, cortaba el hilo de la vida.

Aquí, pues, el encuentro queda detenido, sin ruido, cada vez más empolvado de resignación. Se repite, persiguiendo el camino con una carga, el mito de Sísifo y su enorme piedra cansada de rodar.

Insinúa, desde el primer momento, una búsqueda de la vida, del amor, de un hijo que nunca retornará a casa. Joaquina  reencarna el drama y simboliza a miles de madres que buscan, año tras año, a sus hijos desaparecidos por el Estado.

Mientras que Claudia, una voz que introduce de manera simultanea la autora a través de un monólogo, llora a sus tres pequeños hijos secuestrados y asesinados. Imágenes que, en este caso, exprimen un dolor que suena desordenando los huesos.

Esta obra, convertida en testimonio, es la voz de las madres cuyos hijos la violencia desaparece y asesina. Es, de forma entrañable, el germen para que el recuerdo permanezca y no chorree sobre los desaparecidos el olvido.

 

Foto tomada del portal Hola Ciudad

Y así: dueña de una escritura rápida, Marbel Sandoval, con elementos de la crónica, bajo el ritmo de una prosa que, depurada y precisa, narra la condición humana de buscar lo que nos pertenece. Variando técnicas narrativas nos estremece y reafirma las palabras de Ribeyro, donde una historia debe, singularmente, conmover.

 

Marbel Sandoval OrdóñezMarbel Sandoval Ordóñez – Foto tomada de W Magazin

Zoológico Nazi

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4101_D004_01936_R Jessica Chastain stars as Antonina Zabinski in director Niki Caro's THE ZOOKEEPER'S WIFE, a Focus Features release. Credit: Anne Marie Fox / Focus Features

 

 


La más reciente película de  Niki Caro, relata la historia de los cuidadores del Zoológico de Varsovia,  quienes escondieron en las jaulas a cientos de judíos para salvarlos  del Holocausto.

Centrada en Polonia, nos deja presenciar el proyecto criminal en medio de los animales.


Los que vivís seguros en vuestras casas caldeadas

Los que os encontráis, al volver por la tarde,

La comida caliente y los rostros amigos:

Considerad si es un hombre

Quien trabaja en el fango

Quien no conoce la paz

Quien lucha por la mitad de un panecillo

Quien muere por un sí o por un no.

Primo Levi

 

 


Título original: The Zookeeper’s Wife

USA, 127 min, 2017.

Dirección y guión: Niki Caro

Género: drama.

Protagonistas: Jessica Chastain, Daniel Bruhl, Johan Heldenbergh.

 


Cuando uno cree haber visto lo suficiente sobre el holocausto Nazi, llega un relato que de inmediato vuelve a la carga con algo sin igual.

Esa barbarie fue algo inimaginable, sin embargo, en medio de tanta crueldad algún resquicio se permite  para dar una pequeña  luz.

Primo Levi, ese poeta sobreviviente, se pregunta lo qué es un hombre, y lo hace, porque a partir de cualquier síntoma de violencia contra otro semejante deberíamos al menos reaccionar y alterar nuestra existencia.

Habría que trasladar su pregunta e inquietarnos: ¿Qué es un animal para un fascista?

 


Esta película, centrada en Polonia, donde varios crímenes se cometieron,  nos deja presenciar el proyecto criminal en las entrañas de un zoológico
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Allí sus cuidadores   no tuvieron más opción que  volcar su amor por los animales, hacia esos otros secuestrados en guetos.

Algo sucede en nosotros cuando sabemos que un animal  es víctima de esas manos y mentes.

Un escozor nos recorre. Es la vida también, diversa, natural, animal, en peligro; de la que tampoco se   tiene aveces  la más mínima prudencia.

 

Si usted, de casualidad, se conmovió con películas como: En la oscuridad (2011), judíos que  tratan de seguir respirando en los túneles de las alcantarillas; El hijo de Saúl (2015),  un hombre decide adoptar el cadáver de un niño;  Bastardos sin gloria (2009) y su particular propuesta  estética para contar el hecho.

O  yéndonos mas atrás, el clásico de 1959 que da al espectador  la oportunidad de “asimilar” la vida de unos niños nazis que se atrincheran en un puente  para defenderlo.

Con The Zookeeper’s Wife, la  sensibilidad aflora.

Un  bello zoológico que corre el riesgo  de ser convertido en territorio de muerte después de  hacer florecer sonrisas y ser campo de afectos y amor.

 

 

No hay cansancio de los judíos, ni siquiera sentimos saturación por su deber de memoria.

No sabría calcular el número de películas  e historias realizadas para mantener en nuestro recuerdo las huellas de ese proceso vertiginoso de los nazis.

Lo claro  es que han sido  ingeniosos y creativos por remover nuestras emociones.

Seguro tanta producción  no ha dejado de generar repercusiones. No olvidamos pero las masacres no cesan.  Tampoco ha parado el exterminio  ni menos esa selectiva situación de considerarse unos superiores sobre otros.

Con  la narración del zoológico se focaliza el ojo en un hecho fatídico: también los animales pudieron ser arrasados, y otros, por su fuerza y simbolismo ser los portaestandartes de esos hombres descuartizadores de la humanidad.

 


Si bien la película toma de base un bello libro de una escritora recursiva: Diane Ackerman (también escribió Una historia natural de los sentidos en 1992),
es una adaptación que logra mucha verosimilitud.

El realismo no abusa, no nos lleva a un rincón para dejarnos aislados o sucumbir ante la crueldad. La sutileza (sin dejar a un lado la desdicha y desidia) con la que se narra nos lleva hasta lograr  contagiarnos de un halito de esperanza.

Es el retrato de esa capacidad de sobreponerse de los individuos.

Sí, puede existir una luz, derruida, sin mayores trepidaciones, pero que permite respirar.

Unos  individuos logran colocar una gota de frescura en medio de tanta resequedad.

Si los nazis actuaron con toda ferocidad y su idea fue la de arrasar (haciendo ciencia, hechizos, colocando su pensamiento y dominio en ese crimen que duró más de trece años), la de los judíos y quienes estuvieron en la mira de ser borrados de la faz de la tierra fue, y ha seguido siendo,  la de sostenerse.

 

 

Les  asistió la resistencia para sobrevivir y no dejarse apabullar.

Un ser humano puede estar cayendo al abismo y no tener escapatoria en la caída, no obstante, si cuenta con la esperanza de  querer seguir viviendo, quizás lo logre.

Tal es el caso de quienes vencen el temor, el abandono y la presión de esos bastardos asesinos.

The Zookeeper’s Wife es una película que  sin  abusar de la pornomiseria humana, se convierte en otro fenómeno del deber de memoria.

Algo tan  proclamado y reivindicado por los judíos, quienes han hecho la tarea de impedir que olvidemos.

 

 


 

Emerger

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El reciente récord mundial de  Sofía Gómez Uribe, encarna unos elementos que se suman a la singular forma de promover el deporte nacional. Los medios sedientos, hicieron creer que la apnea es un deporte que está a la oferta en las villas olímpicas. Resultamos expertos, en tanto creemos que la deportista nos pertenece y reclamamos derechos sobre ella.


 

Poco se ha dicho sobre el impacto mediático que sugiere la representación triunfal de aquellos deportistas que han sobresalido en algunas disciplinas, a mi juicio, nada conocidas.

Pero así mismo, aquellos deportistas se han visto sometidos a la exclusión de las únicas, por no decir  limitadas,  instituciones que apoyan o deberían hacerlo.

Una vez logran superar los límites de la disciplina que han decido ejercer, se ven enfrentados con el exiguo interés que ofrecen las políticas estatales al deporte en general.

No obstante, la figura no puede entenderse de manera general.

 

                                                                   Yuri Alvear  – Foto tomada de El Espectador

 

Es sabido que la individualización ofrece: la representación singular de la disciplina como la máxima expresión de lo humano, mercantilización de los deportistas, advenimiento de las dinámicas en todo lo que asevere la cercanía al mundo del consumo.

La medida es simple: sobresalir,  figurar, destacar, emerger…

En el medio, en cualquier medio social, sobresalir constituye cierta garantía material, y eso es quizá, lo que empañe la figura misma del deportista.

Ese halo de especulación mísera sobre la vida misma se convierte en la meta máxima, en degeneración de los principios de la competencia deportiva.

En este sentido, pensar en las motivaciones de un deportista naciente, es casi asegurar su miseria material. Su verdadero tesón no es la virtud de la disciplina, sino su doble condición de necesidad.

Nairo Quintana – Foto tomada de Movistar Team

 

Cualquier deporte que se desarrolle en estas condiciones, es equivalente a multiplicar la necesidad al exponente de escasez.

Podríamos sugerir, que si un deportista logra figurar en el medio deportivo gracias a haber sobrepasado la miseria, tiene el valor concedido de ser un verdadero luchador, una excelencia en su disciplina.

Son las formas arbitrarias en que se impone la manera de hacer deporte en un país. (caso de Antonio Cervantes – Kid Pambelé).

 

 

Ahora bien, la deportista de 25 años, Sofía Gómez Uribe, destacada por marcar un increíble récord mundial al bajar a  una profundidad de 84 m en el mar Caribe, en Dominica, sin usar ningún tipo de respirador artificial, en la disciplina apnea dinámica en la modalidad peso constante con bialetas, encarna  unos elementos que se suman a la  singular forma de promover el deporte nacional.

Uno: los diarios resaltaron el origen de Sofía (pereirana), y reluce además, el colegio donde estudió. Sin embargo ella expresa que se siente antioqueña.

Esto se hace bajo el aura de reclamar el producto que ha cosechado una tierra, cafetera por demás, si esto constituyera una verdadera impronta.

Dos: los logros alcanzados no están dinamizados por un verdadero estimulo nacional a la disciplina que ella desempeña. Su abnegación, el buen respaldo de sus entrenadores, y vale decir, su capacidad económica para sobrellevar el desarrollo de sus capacidades deportivas, le valieron el triunfo.

Foto por Camilo Díaz

 

A la oportunidad, los medios sedientos, hicieron creer que la apnea es un deporte que está a la oferta en las villas olímpicas. Resultamos expertos, en tanto creemos que  Sofía nos pertenece y reclamamos derechos sobre ella.

Tres: Gómez nos demuestra el desconocimiento del sin número de deportes y deportistas que batallan por subir a la cumbre de la visibilidad social.

Nos permite alzar  la vista y ver,  en la ausencia de escenarios deportivos, en la baja o nula oferta de nuevas disciplinas  y en el presupuesto irrisorio para el deporte nacional,  una forma más de la muerte colectiva.

“Buena parte de la vida interior se deja ver en la ropa”: Liza Catalina Trujillo.

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Para esta profesora de  diseño de modas en la Universidad del Área Andina, sede Pereira, los objetos son portadores de  muchas historias. No son material inerte, en ellos están materializadas las fantasías de los seres humanos.


Fotos por: Jess Ar


El viejo legado y una garota

De mis abuelos paternos heredé el gusto por los zapatos bonitos, por sus formas, su colorido, su elegancia y comodidad. Ellos fueron los fundadores de Calzado  Trujillo, toda una institución   durante los años de bonanza de esa industria en  Pereira y Dosquebradas. Y los abuelos maternos y paternos me inocularon una especie de virus: una pasión por la música colombiana que sigo cultivando. Tanto, que cuando alguien me escucha tararear un bambuco y me pregunta  dónde me aprendí esa canción, no dudo   en responderle: esa música me la dieron en el biberón.

La profesora  Liza Catalina  Trujillo  se ve bastante atareada por estos días. Es martes 4 de julio, y a pesar de que la mayoría de los estudiantes anda de vacaciones, los suyos trabajan más que nunca: se preparan para participar en Colombia Moda, un evento con sede en Medellín, que año tras año se consolida como uno de los de mayor prestigio en su género en el ámbito hispanoamericano.

 

 

Blanca, espigada, con un mechón de pelo rosa que sobresale  en un fondo entre dorado y castaño, Liza recuerda que, aparte de su temprano gusto por el calzado, desde muy niña sintió una inclinación por el dibujo que ya en la edad adulta le sirve para plasmar en el papel y en la tela las ideas que le surgen observando las tendencias del mundo, no solo el de la moda, sino del entorno social que alimenta sus propias ideas y las de sus jóvenes estudiantes de  diseño de modas en la Universidad del Área Andina en Pereira.

 

Esto del diseño es algo que palpita dentro de uno todo el tiempo. Está muy relacionado con la creatividad personal y con la capacidad para conectar con las señales del entorno, porque el vestido es un lenguaje a través de cual el mundo nos lee y en el que al mismo tiempo leemos a los otros.

Las inquietudes, las expectativas, los prejuicios, los anhelos y los temores se hacen visibles en una costura, en un corte, en una combinación de colores.Buena parte de la vida interior se deja ver en un traje ceñido o en uno holgado, en una falda corta o larga.

Por lo tanto, el diseñador debe estar siempre atento a esas señales y tendencias para  interpretarlas y traducirlas en prendas y accesorios que satisfagan las expectativas de los consumidores.


Un día ellos regresaron  de unas vacaciones en Brasil y me trajeron un regalo bien particular. Se trataba de una falda larga, ceñida y muy alta. Tanto, que la pretina llegaba hasta el pecho. Los colores eran los tradicionales en la bandera de ese país: verde y amarillo. Además, la prenda venía complementada con una de esas diademas altas y coloridas que caracterizan a  las garotas.

Fue tanta la curiosidad, que mantengo viva esa imagen. Una de las razones debe tener relación con las claves del diseño de ropa: la prenda debe desencadenar siempre, de manera consciente o inconsciente, una serie de reacciones físicas y mentales en el portador.

 

 

El misterio de los objetos

Uno de los libros de cabecera de Liza, graduada en Diseño Industrial en la Universidad Católica de Pereira es el ya clásico Cómo nacen los objetos, del artista y diseñador italiano Bruno Munari.

Al contrario de lo que algunos creen, los objetos no son material inerte. En ellos están materializadas las fantasías y en ellos anida la respuesta a las necesidades humanas. Por eso todo objeto es portador de  muchas historias. Las de quienes los crearon y las de quienes se apropian de ellos  y los transforman para insertarlos en la vida cotidiana.

 

 

De ahí que  tanto el diseño industrial como el de modas sean en principio el resultado de un acto creador. Y en este último tienen tanta importancia los factores prácticos como los estéticos. Utilidad y belleza se tornan aquí indisolubles.

A contrapelo del escepticismo inicial de mis padres, ingresé a estudiar Diseño Industrial en la Universidad Católica de Pereira. Lo aprendido en la academia pude ponerlo en práctica en mis primeros trabajos para la empresa privada. Primero para una fábrica de calzado infantil y luego como diseñadora de interiores. Eso fue muy importante, porque de entrada lo aterrizan a uno en el mundo.


En la universidad a todos se les ocurren ideas muy voladas, pero el mercado y  los empresarios plantean otro tipo de exigencias. Por ejemplo,  diseñar empaques implica  tanto pensar en éstos últimos como el vestido  físico del producto, pero también en los conceptos  que lo rodean. A partir de sus mensajes el consumidor  debe imaginar cosas que lo lleven a la compra del objeto o del servicio. No por casualidad en el medio se dice que el empaque es un vendedor silencioso.

Por eso en el  programa de Diseño de Modas  cobran igual importancia las ideas más geniales y los preceptos básicos de cualquier  sastre o modista. El manejo de la máquina plana, la fileteadora, la plancha, las tijeras constituyen parte fundamental de la profesión, pues son los que permiten traer las ideas de la  mente al mundo.

 

Amante de todos los géneros musicales, Liza Trujillo es una  virtuosa bailarina. Tanto, que formó parte de la compañía de ballet de Ana María, de larga y reconocida tradición en Pereira.  Puesta a escoger, dice que no tiene problema en pasar de  El viejo farol, de El Caballero Gaucho, a Master of Puppets, de Metallica o algún clásico del grunge de los noventas.


Así como soy abierta para la música lo soy para la comida: no le hago ascos a nada. Esa actitud ante las cosas también me viene de la familia. Es lo que quisiera transmitirle desde ahora a mi pequeño hijo Pascual. Apenas cuenta con dos añitos, pero como todos los niños del mundo es una  esponja que lo absorbe todo. Como  madre quiere que ese todo sea, en la medida de lo posible, bueno.

 

De vuelta a las raíces


Para la edición 2017 de Colombia Moda, la Universidad del Área Andina, sede Pereira,  se fijó el propósito de explorar con los estudiantes seleccionados el diverso y fértil territorio del acervo cultural latinoamericano para expresarlo en las prendas diseñadas.  Fue así como fluyeron tanto el mundo de la magia y las leyendas, como los infortunios sin cuenta que han marcado la historia de este lado del mundo.

El complejo sistema de símbolos  tejido alrededor del pájaro Alicanto de Chile o ese tributo a la diversidad que es el Carnaval de Barranquilla se hicieron prenda, color, accesorio. La ropa  devino así parte de un patrimonio cultural  que se expresa tanto a través de lo clásico como en los objetos de uso cotidiano.


Desde mi ingreso al programa de Diseño de Modas en 2010 he intentado siempre equilibrar mis convicciones con la filosofía y la misión de la universidad. En esa medida queremos formar diseñadores con sensibilidad y  sentido de observación, capaces de proponer un diseño  con capacidad para dialogar con lo universal  desde  lo local.

Que conozcan, desde luego, a grandes del mundo como  Dior, Saint Laurent o Yamamoto, pero que también vuelvan los ojos a nuestras tradiciones, al profundo simbolismo de los trajes indígenas y a las expresiones de autonomía de las tribus urbanas

Es muy bello lo que   ha venido sucediendo con el cuerpo humano  a partir de los cambios vividos en los años sesenta. El cuerpo dejó de ser instrumento para el trabajo y la reproducción para convertirse en hecho estético. Aún estamos en mora de reconocer todo lo que el movimiento  jipi aportó en esa materia. Baste un ejemplo: hoy es corriente ver profesores en el aula con partes de su cuerpo tatuadas o con piercings   y otro tipo de intervenciones.

 Eso es posible porque el cuerpo se liberó de la mera condición funcional. En ese punto, el diseño de modas se convierte  en intérprete y narrador a la vez de todas esas tendencias que subyacen en las transformaciones económicas y culturales de la sociedad.

Aguijoneada por esa convicción, Liza no dudó en sumarse  al proyecto de la profesora Patricia Martínez, quien se planteó un trabajo de investigación  basado en las transformaciones de los uniformes escolares femeninos en Risaralda entre 1926 y 1970.

Como tiene una relación directa con algunas de mis reflexiones, me integré a ese equipo de trabajo. Muy pronto, pudimos constatar lo que ya intuíamos: que los uniformes son una forma de control del cuerpo femenino y, por lo tanto, portan un mensaje de censura moral, bastante fuerte en el período investigado.

Los cortes, la altura de la falda, el largo de las mangas, el cuello, todo está enfocado en la misma dirección: preservar a  la mujer  de la mirada masculina. Allí aparece otra vez  la noción del diseño de modas como lenguaje, que es una de mis grandes inquietudes.

exposición del proyecto de los uniformes escolares.

 

 

 

Las entrañas del taller

 

 

Máquinas de coser Juki,  Zoje o  Yamata. Maniquíes desnudos o vestidos. Planchas. Tijeras. Reglas. Retazos. Son los elementos imprescindibles  de las viejas modistas, solo que trasplantados al aula, al taller donde los estudiantes  de diseño de modas en la Universidad del Área Andina libran su propio diálogo con los materiales.

Aquí se convierten  en prenda muchas fantasías atrapadas al vuelo.


Es  aquí donde la profesora Liza- zapatos rojos, uñas pintadas de violeta- enhebra su diálogo diario con un puñado de muchachos decididos a confeccionar  un traje a la medida de los anhelos de quienes van por las calles  utilizando la ropa como lenguaje cifrado.

 

Y  son  tantas las cosas que se dicen a través de ese lenguaje.

Los animales y los centros energéticos del hombre

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Los seres humanos hemos aprovechado a los animales para nuestros propósitos y beneficios, pero: ¿hemos conservado el equilibrio en manifestación de lo que disponen las leyes universales? Seguramente queda mucho por hacer para equilibrar esa relación, y es tiempo, de empezar a hacerlo.


 

El ser humano a través de los tiempos ha involucrado en su cotidianidad a los animales. Son muchas las razones: tomarlos como alimento,  abrigarse con sus pieles, protegerse con su grasa,  transportarse en busca de alimento, comercio o conquistas, o simplemente, para demostrar su poder ante sus propios congéneres de la especie humana.

De cualquier manera, todas las especies animales han contribuido al desarrollo evolutivo del ser humano al servir como “herramientas” necesarias para alcanzar, lo que ahora es, su mayor grado de evolución.

Toda esta interacción, hombre – animal, que en un comienzo fue armoniosa, respetuosa y con fines de supervivencia, se fue transformando con el paso del tiempo, conforme el  hombre pasaba por cada uno de sus estadios evolutivos en sus centros energéticos.

Animales - Hombre
Fue más hábil el hombre en responder a su necesidad de alimentación que el animal responder a su instinto de protegerse, aunque éste, como especie, siempre lograba conservarse por su natural capacidad de adaptación para la reproducción y supervivencia.

Mientras el hombre ascendía a través de sus centros energéticos e iniciaba su proceso en el segundo chacra, en ese estado la supervivencia humana se veía fortalecida por su despertar (conciencia) a  la reproducción que multiplicaba el número de individuos, las especies animales seguían su instinto de supervivencia reproduciéndose de igual manera, pero concentradas en grandes grupos, permitiendo así que esos humanos que ya eran más gregarios y convivían en clanes o grupos sociales, encontraran más alimento con menos gasto de energía para su especie.

Sigue manifestándose la superioridad del ser humano sobre los animales.

La evolución continúa su proceso igual, tanto para humanos y animales, con la diferencia del aprovechamiento de la intención y capacidad mental más desarrollada en los primeros, que permitía relaciones humanas incipientes para buscar y consumir el alimento.

 

Los animales y el hombre

Aparece entonces un desarrollo del centro emocional, en el tercer centro energético humano, que hace que aparezcan caracterizaciones de esas relaciones incipientes, que hasta ese momento se habían dado.

Se inician entonces disputas por satisfacer de mejor manera sus necesidades de supervivencia, y esas mismas diferencias hacen que unos se unan en contra de otros, apareciendo las ansias de poder económico y político.

Y ese humano que hasta al momento había guardado el equilibrio con la especie animal y había respetado su naturalidad instintiva, ahora se aprovecha de su conocimiento de esas  especies inferiores.

Provoca su domesticación, confinándolas a espacios y costumbres menos naturales, que hace que los animales sean explotados en su máxima expresión para obtener rendimientos mayores que benefician a unos pocos, en términos económicos y políticos, sometiendo socialmente a otros. Lo que finalmente daría aparición a las diferencias de clases en la especie humana.

Foto tomada del portal History

 

En este momento se hacen importantes los animales para el ser humano, no solamente por el alimento, sino también como demostración de poderío y sometimiento a otras regiones, ciudades y grupos de individuos.

Se da uso a animales de extremada belleza y características exóticas, traídos de lejanos lugares. Los reyes y emperadores los mantienen en jaulas para que sean observados por sus súbditos y ciudadanos, demostrando que son dueños de otras tierras y que sus alcances de poder son muy amplios. Eso sin contar con el uso de los felinos para el sometimiento de esclavos y prisioneros para la diversión de los jefes y reyes.

Un ejemplo típico de aprovechamiento de la especie animal lo marcan los caballos. Estos équidos fueron, y aun son, utilizados por el hombre para conquistar territorios enemigos o desconocidos,  dada su capacidad de facilitar el transporte y de “agrandar” a quien lo monta, tanto en lo literalmente físico como en lo emocional.

Es la especie equina la que ha facilitado la manifestación de poder del hombre por el hombre en las diferentes etapas del desarrollo social: revoluciones, conquistas, guerras, exposiciones, etc.

 

Conquista América

 

El ser humano también despierta su compasión a través de la apertura de su cuarto centro energético, chacra cordial, y vuelca sus sentimientos hacia algunas especies animales que condicionan su vida confinada o doméstica a dar compañía y servicio a sus amos.

Pero esta apertura de sentimientos es realmente relativa, pues no siempre ese sentimiento es por los animales, pues detrás de una mascota casi siempre habrá una necesidad por satisfacer desde el tercer centro energético.

Hay que considerar que cuando se hace una activación del centro corazón, desde la luz, hacia los animales, aparecen las mejores condiciones de protección de éstos en su medio natural, contribuyendo así al equilibrio energético de la tierra en beneficio de los animales, y por ende, conservando el entorno ambiental del humano.

Los centros energéticos superiores se ven manifestados en el ser humano cuando imita sus sonidos para comunicarse, crea movimientos similares a las de algunas especies animales para el ejercicio, defensa personal o integración hombre espíritu, activando su quinto centro energético.

 

Delfín

El sexto y séptimo centro energético humano busca resonancia con el mundo animal cuando invoca los poderes de estos, mediante rituales o elementos chamánicos, para comunicarse con los elementales de la naturaleza o con la fuerza y la energía del Creador.

Vemos entonces como los seres humanos hemos aprovechado a los animales para nuestros propósitos y beneficios, pero: ¿hemos conservado el equilibrio en manifestación de lo que disponen la leyes universales?

Seguramente queda mucho por hacer para equilibrar esa relación, y es tiempo, de empezar a hacerlo.

Si todo lo que existe en el universo tiene un mismo origen, entonces, debe de igual manera responder a las mismas leyes, y como tal el hombre, debe cumplirlas o al menos sentir el efecto de no haberlo hecho.

Pues el universo no hace juicios, simplemente actúa a través de sus leyes.