jueves, mayo 15, 2025
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El corrientazo de La Libertad

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En una de las esquinas (carrera 8 con calle 13) donde empieza o finaliza el Parque de La Libertad, se ubica hace alrededor de 8 años la Plaza de La Libertad, un lugar para abastecerse de alimentos, verduras, plantas aromáticas o, si el caso de hambre, desayunos o almuerzos, para los transeúntes o visitantes frecuentes del parque y sus alrededores, el corrientazo de la libertad

Texto y fotografías: Jess Ar


En una de las esquinas (carrera 8 con calle 13)  donde empieza o finaliza el Parque de La Libertad,  se ubica hace  alrededor de 8 años la Plaza de La Libertad, un lugar para abastecerse de alimentos, verduras, plantas aromáticas o, si el caso de hambre, desayunos o almuerzos, para los transeúntes o visitantes frecuentes del parque  y sus alrededores.  


 

Corrientazo

 

Este lugar, cuentan los actuales ocupantes dentro de la plaza, se dio como una solución parcial al desalojo que enfrentaron algunos vendedores ambulantes que antes habitaban el pabellón o la plaza de mercado en la zona que hoy en día se conoce como Ciudad Victoria, calles 16 y 17 entre carreras 9 y 10.
Actualmente la Alcaldía de Pereira paga el arriendo del inmueble, y entre todos los vendedores pagan los servicios.

El sitio, un garaje, por así llamarlo, es amplio, con un techo hecho  por todos a punta de plásticos, tejas, madera, y otros elementos que ayudan a escampar de la lluvia y evitar la fuerza del sol.

 

De los vendedores que resultaron de la reubicación llegó un año después con su familia  don Fauriciano Cañaveral. Montó un restaurante de comida típica con diferentes opciones económicas para los visitantes y comensales: El corrientazo de la plaza.

 

 

Su puesto está ubicado en el fondo, lo llaman “El puesto 1”, porque fue uno de los primeros restaurantes en llegar a la  plaza.

Abre de lunes a sábado, iniciando su jornada a las 5 de la mañana, descargando y recibiendo los alimentos con los que después preparará la comida para sus clientes.

 

 

La atención inicia alrededor de las 6: 30 o 7 de la mañana, y va hasta las 4:30 de la tarde.

 

 

Los desayunos son “tabliados”, como don Fauriciano los llama, una suerte de almuerzo, pero más temprano y no tan grande. Las opciones son varias: caldo de pescado o de costilla, carne sudada o frita, chicharrón o pollo, calentado o huevos pericos. Cada uno con un costo de 4mil pesos, aunque claro, “usted se lo puede armar como quiera, más pequeño  o más grande, ahí el precio puede variar”.

 

 

Para el medio día, en el almuerzo, el asunto es muy similar, las cantidades aumentan, claro, y las opciones más frecuentes son los fríjoles, el sancocho y las lentejas.

 

Corrientazo

 

Entrar al sitio es como comer donde la abuela, en familia. Un espacio que aunque se encuentra fragmentado por el tiempo, tiene una clientela muy frecuente y fiel.  

De los otros sitios (hay dos más)  de la plaza, dicen ellos, es el más decente y aseado, el que tiene mejor sazón y el de la mejor atención: “por algo llevan tanto años”, replica uno de los clientes mientras almuerza con una sonrisa en el rostro.  

 

Nos vemos en el parque

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Serie de especiales multimedia sobre parques de Pereira y sus alrededores


En algunos reinan los músicos y trovadores que van por el mundo diciendo sus canciones. Otros son frecuentados por amantes furtivos que le escamotean besos a los afanes del día. En los de más allá culebreros y loritos de la suerte  nos salen al encuentro como estampas de otros tiempos. En los más céntricos el rebusque se manifiesta en mil oficios inesperados:  fotógrafos ambulantes, jugadores de cartas,  expendedores  de café y vendedores de pompas  de jabón se hacen uno con el paisaje,  regalándonos  postales de la ciudad vieja y la nueva.

Por eso volver al parque es razón de vida, camino hacia distintas formas de explorar los prodigios  y los pesares  de la vida urbana. Así pues, esperamos que ustedes tomen como propia esta invitación : Nos vemos en el parque.


I: Parque de La Libertad

Desde comienzos de siglo pasado el Parque de La Libertad ha albergado una singularidad de  voces y presencias, desde la banda de músicos de Pereira creada en 1917 hasta las palomas que diariamente llegan a escarbar con su pico las migas que quedan. Una de sus visitantes más frecuentes, nos cuenta a sus 82 años, las memorias que aún conserva del lugar.

II: Parque Jorge Eliécer Gaitán

“Todos los caminos conducen al Gaitán”, dicen muchos de los pereiranos que conocen las dinámicas diarias del Parque Jorge Eliécer Gaitán, ubicado sobre la carrera 4 entre calles 24 y 26.

A diferencia de la mayoría de parques de nuestra ciudad, no cuenta con una iglesia, ha sido reemplazada por puestos de comida que funcionan las 24 horas del día, el sonido tosco de las ambulancias que llegan al hospital, la presencia de la policía  y la persistencia de quienes siempre llegan buscando donde rematar la noche después de unos cuantos tragos.

El parque donde pasa de todo, donde siempre hay alguien, el que espera algo mientras la vida se extingue tras las esquinas de la ciudad.

 

III: Parque Olaya Herrera

Las memorias de uno de los lugares más emblemáticos e históricos del centro de Pereira. Desde la llegada y el paso del tren hasta la celebración de las primeras fiestas aniversarias de la ciudad. Desde los encuentros políticos de antaño hasta la actual activación cultural como lugar de paso obligado entre frondosos árboles y vestigios de lo que ha sido, se ha transformado y ha dado lugar a múltiples dinámicas.

 

” El nombre de este parque rinde homenaje a la memoria de Enrique Olaya Herrera, presidente de Colombia entre 1930 y 1934, cuyo gobierno supuso el fin de la hegemonía conservadora en el país”.

 

I: Palomas y pentagramas

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Texto: Gustavo Colorado / Fotos: Jess Ar


Eucaris Rodríguez heredó la imagen transmitida por sus antepasados de generación en generación, tal como heredó el lunar junto al labio superior y el hoyuelo en el mentón: Nicanor Rodríguez, su bisabuelo, tocaba la trompeta en la banda que amenizaba los fines de semana de quienes frecuentaban el Parque de La Libertad a finales del siglo XIX.


Cuentan que, mientras los músicos interpretaban las piezas de Luis A Calvo, las ventiscas provenientes de La Florida o del Alto del Nudo se abatían sobre los atriles y echaban a volar las partituras al tiempo que los músicos , impasibles, seguían tocando de oídas.

Hoy, más de un siglo después,  las corcheas, fusas y semifusas ya no agitan el aire con sus acordes.  Su lugar es ocupado por bandadas de palomas alimentadas  con migas de pan por la variopinta población de este lugar, ubicado entre las carreras  séptima y octava con calles  trece y catorce de Pereira.

Lustrabotas, pensionados,  jornaleros, desempleados y putas entradas en  años pasan las horas, los días, los años y la vida entera sentados a la espera de un milagro que siempre se desvanece al caer  la tarde.

Entre el vuelo de las partituras y el de las palomas han pasado muchas cosas por el Parque de la Libertad. Entre ellas, ha pasado la Historia de Pereira. 

 

A sus ochenta y dos años,  Eucaris Rodríguez recuerda una masa  enardecida de hombres que recorrían una y otra vez las calles céntricas de la ciudad, blandiendo machetes y apurando tragos largos de aguardiente. En los intermedios amenazaban con cortarles el pescuezo a los godos, en venganza por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

“Nosotros vivíamos en  una casa grande  de la calle catorce con carreras  quinta y sexta.  Una casa comprada por el bisabuelo  Nicanor, el mismo de la trompeta, recién llegado de Rionegro, Antioquia, donde cultivó la tierra durante muchos años, hasta que  vendió  lo suyo y arrancó con su familia y su recua de mulas a probar suerte en esta ciudad recién fundada. Según cuentan, el viejo siempre tuvo gusto por la música. Por eso,  a los pocos días de llegar a Pereira hizo contacto con algunos vecinos, y al  tiempo que palabreaba negocios  se hizo invitar a la banda de músicos que tocaba en una especie de  kiosco  instalado  en todo el centro del parque. Allí llegaban las familias y las parejas de novios a escuchar las canciones de la época: pasillos, guabinas y bambucos que hacían la dicha de niños, jóvenes, mayores y viejos”.

 

La voz de Eucaris, enronquecida por un paquete diario de cigarrillos consumido a lo largo de medio siglo, recupera de entre las cenizas de su memoria las imágenes de un Parque de la Libertad ocupado por caudillos que arengaban a la población a punta de consignas contra un gobierno remoto y unos líderes políticos que se les antojaban la suma de todos los males.

 

 

“Pero no solo es lo de la violencia. Mire, mis hermanos, que en total fuero quince, y yo, nacimos en esa casa de la calle catorce. En mi caso, nací un veintinueve de junio de 1935, día de San Pedro y San Pablo. De modo que puedo hablarle de todo lo sucedido en el vecindario, al menos desde que tengo memoria. Recuerdo, por ejemplo, la novelería que fue la construcción del Pasaje Pulgarín, allá por el año cuarenta y siete. Hoy, con todos esos centros comerciales, a la gente le parecerá  una montañerada. Pero pasearse por esas cafeterías, esos restaurantes, esos consultorios de los dentistas y por algunos almacenes resultaba toda una novedad. Eso fue obra de don José Pulgarín, un señor muy pudiente, con algunas propiedades en la zona”.

 

Si nos vamos hacia otro lado, a dos cuadras nada más, tenemos la Avenida del Ferrocarril. Recibe ese nombre, porque a la altura de la calle once estaban los rieles del tren que venía desde Manizales.  Aquí muy cerca, por la ruta que del barrio Alfonso López conduce a  La Popa, todavía sobrevive el puente de La Maquinita, como un recuerdo de esos tiempos. Para los vecinos del  Parque de la Libertad, que  ni soñábamos con las diversiones de  la gente moderna, ver pasar el tren  era toda una  aventura completa.  El mero sonido de la sirena y  la máquina echando humo eran algo  que lo transportaba a uno a otro mundo. Conocíamos los horarios y corríamos   a ver  a los pasajeros diciendo adiós con la mano. Ustedes no se imaginan la angustia que se apoderaba de todos cuando, por alguna razón, el tren se demoraba. Uno empezaba a pensar en accidentes, en derrumbes, en descarrilamientos. Por eso, cuando el tren  hacía su aparición después de minutos o hasta horas de retraso,  nos volvía el alma al cuerpo y todo se convertía en una fiesta. Así de simples y de hermosas eran las diversiones de nuestra juventud”.

 

En el tránsito de los años setenta a los ochenta del siglo XX  Pereira experimentaba con mayor intensidad el cambio de pequeña población a ciudad intermedia. Los Juegos Atléticos Nacionales de 1974 supusieron su  presentación en sociedad a nivel nacional. El Parque de la Libertad no fue ajeno a esas transformaciones. Entre ellas, el ensanche de la calle catorce tuvo un impacto definitivo para la vida de sus vecinos. La familia de Eucaris  acusó el golpe en pleno rostro.

“Primero llegaron las cartas de la alcaldía, anunciando que iban a comprarnos unos metros del frente, con el fin de ensanchar la calle de toda la vida. A otras familias- como en el caso de la nuestra- les decían que necesitaban la casa completa. De modo que   de 1979 hacia adelante todo fue  zozobra. Al principio nos resistimos a creer, pero  las peleas  con el gobierno se pierden al final, así que terminamos viviendo aquí donde usted me ve, en la calle doce con carrera quinta, donde volvimos a padecer angustias con el asunto de la construcción del viaducto, pero al final no nos tocaron y creo de aquí solo me sacan con las patas pa`delante. Eso fue muy tenaz, porque se trataba de un sector residencial habitado por profesiones, empleados, comerciantes, profesores: todos gente muy honrada. Pero con el ensanche  todo se llenó de hoteluchos, bares, pensiones  que  trajeron toda clase de problemas, hasta volver las cosas tal como las vemos hoy”.

 

Nuestra  Señora de La Valvanera vigila el vecindario desde  la esquina de la catorce con séptima. En su templo bautizaron a Eucaris del Socorro Rodríguez y a  miles de pereiranos  más. A cincuenta metros de allí, justo en el centro del parque, la artista Lucy Tejada levantó su mural en homenaje a los estudiantes caídos  durante  sus luchas contra  gobiernos como los de Abadía Méndez, Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez o Gustavo Rojas Pinilla.   

 

Desde  1957  ha estado allí recibiendo ofrendas por parte de sindicatos y organizaciones sociales. Pero también  ha sido objeto de  afrentas, como cuando los comerciantes  y contrabandistas de electrodomésticos se tomaron el parque hace  casi cuatro décadas y  convirtieron la obra de arte en orinal público. Cuando le pregunto a Eucaris por Lucy Tejada  responde que no tiene ni idea de quién era esa señora. En su defecto, conserva, nítido , el recuerdo heredado de las hojas del pentagrama revoleteando en el aire  de una tarde remota, igual que las palomas de esta  mañana de  marzo de 2017 emprenden el vuelo después de  recibir su dosis  tempranera de migas de pan.

 

Reportaje gráfico

Descubra el corrientazo de La Libertad, uno de los pocos sitios en Pereira donde almorzar y desayunar barato, bueno y “tabliado”.

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Galería fotográfica

Los parques son hervideros de voces, cotidianidades al paso y múltiples oficios que han configurado la historia de la ciudad. Cada uno de ellos, en el centro o en la periferia, desde lo rural o lo urbano, sin importar estrato social o ubicación son lugares de encuentro, de reposo, de subsistencia y ocio.  Los estamos recorriendo para descubrir en ellos aspectos que nos identifican, esa memoria que escribe nuestro presente y nos da luces sobre el futuro.

#NosVemosEnElParque, viaje con nosotros, volvamos a sus espacios, ellos son parte de nosotros, otras formas de mirarnos.

 

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Perfil

Felipe Laverde lleva 46 años puliendo zapatos  en una de las esquinas del Parque de La Libertad. Después de trabajar en varias ciudades de Colombia, llega a Pereira y encuentra en este lugar un espacio  ideal para seguir viviendo de su oficio. Ha visto pasar la historia de la ciudad, es testigo de los cambios del parque y sus alrededores, y hoy en día, es el  embolador  más popular del sector.

 

El parque y sus satélites

A parte de punto de encuentro, el parque es a la vez centro de un sistema solar que produce sus propios relatos. En una línea  de tiempo que va de los comienzos de la ciudad hasta la fecha, el vencindaria ha sido protagonista y testigo de las transformaciones de Pereira. Compartimos con ustedes parte de esa ruta.

 

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Crónica Audiovisual

En medio de una ciudad agitada, el tiempo se detiene para un grupo de habituales visitantes del Parque de La Libertad que pasan sus días jugando cartas y dominó. Carlos y Fernando, son dos arduos jugadores que encuentran en el parque un motivo más para darle sentido a su vida. Con jornadas de hasta 10 horas, el parque es para ellos más que un lugar de paso. 

 

Pasos en el tiempo: Parque de La Libertad (1918 – 1987)

Los parques no están ajenos a los cambios sociales, arquitectónicos y económicos de la ciudad donde se encuentran ubicados. El paso del tiempo se refleja en sus senderos, formas de habitarlo y recorrerlo. Desde lugares para la compra y venta de objetos hasta largas jornadas musicales de una banda recién creada. El parque es historia viva de la ciudad, que habla, y vuelve una y otra vez para recordarnos su importancia y protagonismo.

 

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Un monumento de fragmentos

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Con sus manos la artista Lucy Tejada labró una obra original que ha perdurado en el tiempo, a la plenitud del  sol y del agua, de los múltiples usos cotidianos a los que ha sido expuesta: desde ser orinal pasajero  hasta servir de soporte para vender productos o pasar la noche arropado tras su imagen


Información del Mural
Título: A los estudiantes caídos

Año: 1957

Formato: Mural en mosaico

Artista: Lucy Tejada

Ubicación: Parque de la Libertad 

 

El mural A los estudiantes caídos que desde hace 60 años habita el Parque de La Libertad evoca  una metáfora de utopías: una plaza, acaso uno de nuestros puntos de encuentro más populares, que profesa la libertad como un estado natural del hombre, y necesario para este; y un mural que con la acción del silencio revela desde sus fragmentos una petición que no cesa.

La petición es hecha por los  estudiantes universitarios que alzaron su voz  y que pidieron libertad de expresión para denunciar a un gobierno que ha destinado más dinero para la guerra, disminuyendo el presupuesto en educación.

Un clamor  que los  ha aquejado durante décadas: la lucha por el  fin  de las injusticias. Son estudiantes asesinados, encarcelados y desaparecidos que con la ilusión del cambio pedían, sin miedos, ser escuchados.

 

 

 

Con sus manos la artista Lucy Tejada labró una obra original que ha perdurado en el tiempo, a la plenitud del  sol y del agua, de los múltiples usos cotidianos a los que ha sido expuesta: desde ser orinal pasajero  hasta servir de soporte para vender productos o pasar la noche arropado tras su imagen. Ha pasado desapercibido en medio de las dinámicas propias que habitan el  parque, uno de los más concurridos de la ciudad.

El mural fue realizado en formato mosaico, compuesto en tercios, guiado con un lenguaje geométrico propio con el que la artista buscó  representar, en cada fragmento que conforma el mosaico, a los estudiantes en pie de lucha, incesantes y con la convicción en el cuerpo.

Está ubicado entre palmas y una variada vegetación, siendo el testigo principal del paso diario de transeúntes y visitantes, de todas las transiciones  sociales que allí se realizan durante la noche y la madrugada.

Desde comienzos del siglo XX, el parque acogía  retretas musicales  y movimientos obreros, después  llegó el mural para recordarlo, y lentamente ha quedado como homenaje a ese pasado, a esa cultura, a esa voz de protesta.

Es, sin duda, la memoria gráfica que desde su lugar no nos deja olvidar.

 

Galería completa del mural “A los estudiantes caídos” de la artista Lucy Tejada

 

Un monumento de fragmentos

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A los estudiantes caídos
Año: 1957
Formato: Mural en mosaico
Artista: Lucy Tejada
Ubicación: Parque de la Libertad 

 

El mural A los estudiantes caídos que desde hace 60 años habita el Parque de La Libertad evoca  una metáfora de utopías: una plaza, acaso uno de nuestros puntos de encuentro más populares, que profesa la libertad como un estado natural del hombre, y necesario para este; y un mural que con la acción del silencio revela desde sus fragmentos una petición que no cesa.

La petición es hecha por los  estudiantes universitarios que alzaron su voz  y que pidieron libertad de expresión para denunciar a un gobierno que ha destinado más dinero para la guerra, disminuyendo el presupuesto en educación.

Un clamor  que los  ha aquejado durante décadas: la lucha por el  fin  de las injusticias. Son estudiantes asesinados, encarcelados y desaparecidos que con la ilusión del cambio pedían, sin miedos, ser escuchados.

 


Con sus manos
la artista Lucy Tejada labró una obra original que ha perdurado en el tiempo, a la plenitud del  sol y del agua, de los múltiples usos cotidianos a los que ha sido expuesta: desde ser orinal pasajero  hasta servir de soporte para vender productos o pasar la noche arropado tras su imagen. Ha pasado desapercibido en medio de las dinámicas propias que habitan el  parque, uno de los más concurridos de la ciudad.  

El mural fue realizado en formato mosaico, compuesto en tercios, guiado con un lenguaje geométrico propio con el que la artista buscó  representar, en cada fragmento que conforma el mosaico, a los estudiantes en pie de lucha, incesantes y con la convicción en el cuerpo.

Está ubicado entre palmas y una variada vegetación, siendo el testigo principal del paso diario de transeúntes y visitantes, de todas las transiciones  sociales que allí se realizan durante la noche y la madrugada.

Desde comienzos del siglo XX, el parque acogía  retretas musicales  y movimientos obreros, después  llegó el mural para recordarlo, y lentamente ha quedado como homenaje a ese pasado, a esa cultura, a esa voz de protesta.

Es, sin duda, la memoria gráfica que desde su lugar no nos deja olvidar.  

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En la cumbre del mundo

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Ana Maria Giraldo nació y creció entre montañas. Desde muy joven empezó a escalar los nevados y páramos más cercanos que tenía. Actualmente ha logrado alcanzar la cima de 5 de las 7 cumbres más extremas del planeta, incluyendo el Everest,  ha llegado a lugares recónditos  y tocado el techo del mundo desde varios continentes.  Esta manizaleña, madre, gestora y empresaria, es un ejemplo a seguir de una  vida en ascenso,  equilibrando su pasión por el montañismo y el amor por su familia.

La Pastelería, amor e innovación

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Lugar: La Pastelería, César Restrepo
¿Qué es?: Un lugar donde puedes disfrutar de una gran variedad de pasteles de diferentes épocas y países. Pastelería, restaurante y café bar
¿Dónde?carrera 14 # 13-55 Santa Rosa de Cabal
¿Cuándo?: Lunes a domingo de 8:00 am a 10:00 pm
¿Por qué ir?: es un sitio de encuentro donde la gastronomía y la historia se reúnen en un solo lugar, la casa de los fundadores, la más antigua de Santa Rosa de  Cabal.


La Pastelería nace de la necesidad de satisfacer los deseos y gustos de habitantes y visitantes de Santa Rosa de Cabal por  un sitio en el cual se pudiera disfrutar de una oferta amplia en pastelería  o postres. Cesar Restrepo, santarosano y amante de las buenas tortas, comenzó un sueño en el patio de su casa. Era  primero de marzo de 2012.


Desde entonces, el lugar que ahora es punto de referencia, ha ido creciendo de manera acelerada. En un comienzo, Cesar vendía a través de su ventana los pasteles que hacía en su propia casa, otros los regalaba a sus amigos y vecinos con la intención de recibir sugerencias para mejorar sus recetas.


Tanta fue la demanda para el espacio que había que la pequeña pastelería que funcionaba de manera doméstica tuvo que trasladarse a un local. Entre recetas y pasteles, los pedidos podían llegar  hasta a 50 tortas en un fin de semana, más de lo que hasta ese momento podían producir. La pastelería dejó  de ser un pequeño negocio a puerta cerrada para convertirse en un lugar abierto con servicio completo al público.

Fotografías


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Tras cinco años de trayectoria, La Pastelería Cesar Restrepo cuenta con más de 70 empleados entre meseros, panaderos, pasteleros, administradores profesionales en barismo y  gastronomía, entre otros, que día a día trabajan con amor e innovación en el que hasta ahora es uno de los sitios más concurridos de Santa Rosa de Cabal,  y que actualmente ocupa una de las casas coloniales más antiguas del municipio.


 “La Casa de Los Fundadores” data del año 1875 y está construida en madera, guadua y bahareque. Su decoración es un llamado a la evocación: muebles, cuadros, repisas, lámparas, relojes y demás objetos del lugar no solo son antigüedades que su dueño ha ido coleccionando sino que hacen parte de los productos de La Pastelería, una especie de boutique que complementa la experiencia de un destino turístico que parece detener el tiempo.

Vídeo

Recomendado

 

Recordando a Gabo y Rulfo en el mes del idioma.

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La Biblioteca Pública Municipal “Ramón Correa Mejía” realizará esta semana una serie de actividades en conmemoración al mes del idioma. El colombiano Gabriel García Márquez y el mexicano Juan Rulfo serán protagonistas en esta ocasión

Idioma


La Biblioteca Pública Municipal “Ramón Correa Mejía” realizará esta semana una serie de actividades en conmemoración al mes del idioma. El colombiano Gabriel García Márquez y el mexicano Juan Rulfo serán protagonistas en esta ocasión.


 

En 2017 se cumplen  100 años de nacimiento del escritor mexicano Juan Rulfo y los 90 de nuestro único nobel de  literatura Gabriel García Márquez. También es tiempo para recordar los 50 años de publicación de la obra más conocida del colombiano: Cien Años de Soledad.

Hechos literarios importantes que vale la pena destacar y tener en cuenta para esta conmemoración universal.

Por esta razón #LaOciosa les comparte la programación completa y los invita a disfrutar de este  pequeño especial con los dos escritores protagonistas.

100 años de soledad 50 años después

Gracias al prodigio literario del hombre más benemérito de Aracataca Magdalena, los nombres de Amaranta, Aureliano, Úrsula; y las mariposas amarillas, dejaron de ser un elemento urbano regional para llegar a trascender las fronteras del idioma, la religión o la geografía, desgajándose en las páginas  que este autor creó durante más de una década.

Un marco resplandeciente de realismo mágico y maravilloso que, sin renunciar a las maneras y los usos costeños, permitió que millones de personas de todos los continentes y en más de 12 idiomas, lograran conocer el infinito ingenio de García Márquez a la vez que construían una radiografía de nuestro país, universalizaba  las pasiones, los miedos y las costumbres con las que el ser humano lucha, padece, sufre y se deleita.

Publicada en junio de 1967, hoy, cincuenta años más tarde, esta pieza sobrevive a su creador cuya prolífica autoría literaria enriqueció la narrativa mundial.

Cien años de Soledad en 10 frases:

  1. Y el gozo que le produjo esa mujer, le había permitido entender por qué los hombres tenían miedo a la muerte”
  2. “Ansioso de soledad, mordido por un virulento rencor contra el mundo”
  3. “Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón”.
  4. “Tenía la rara virtud de no existir por completo sino en el momento oportuno”.
  5. “El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad”.
  6. “El prolongado cautiverio, la incertidumbre del mundo, el hábito de obedecer habían resecado en su corazón las semillas de la rebeldía”.
  7. Preguntó qué ciudad era aquella, y le contestaron con un nombre que nunca había oído, que no tenía significado alguno, pero que tuvo en el sueño una resonancia sobrenatural: Macondo.
  8. Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás.
  9. Un minuto de reconciliación tiene más mérito que toda una vida de amistad.
  10. “Y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Obra recomendada: libro sobre la faceta periodística de Gabriel García Márquez.

“Gabo, periodista es un volumen de 512 páginas que reúne los mejores textos periodísticos de Gabriel García Márquez seleccionados y comentados por maestros como Héctor Feliciano, Maria Teresa Ronderos, Gerald Martin, Jon Lee Anderson, Alma Guillermoprieto, entre otros. Además, el libro es una oportunidad para destacar las facetas de García Márquez como educador, periodista  y empresario de medios.

Este proyecto fue desarrollado por la FNPI (Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano) a lo largo de tres años, en el marco de su estrategia de fortalecimiento institucional, bajo la dirección editorial del periodista puertorriqueño Héctor Feliciano, maestro de la fundación”.

 

Ver más: http://www.fnpi.org/es/fnpi/gabo-periodista

 

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Programación cultural para vivir la literatura

Un café con Óscar Pantoja.
Autor de las novelas gráficas de Gabo, Juan Rulfo y José Eustasio Rivera.
Martes 18 de abril. Entrada Libre.
Lugar: auditorio Biblioteca Pública “Ramón Correa Mejía”.

“Viaje por la literatura latinoamericana desde la novela gráfica”
Encuentro con taller literario
Hora: 4  pm

“50 años de cien años de soledad, 100 años de Rulfo”
Conversación entre los escritores Rigoberto Gil Montoya y Oscar Pantoja
Hora: 6:30  pm

Idioma

Escritores en las bibliotecas
“La lectura como intromisión a otros mundos.
Conversatorio con Paul Brito, autor del libro “Los intrusos” y ganador del Premio Nacional de Libro de Cuentos.
Miércoles 19 de abril.
Hora: 6 pm. Entrada Libre.
Lugar: auditorio Biblioteca Pública “Ramón Correa Mejía”.

Presentación obras literarias ganadoras de la Convocatoria Estímulos 2016
Jueves 20 de abril
Hora: 5:00 pm
Lugar: auditorio Biblioteca Pública “Ramón Correa Mejía”.Entrada libre

Juan Rulfo un siglo después

El Boom Latinoamericano constituye el mosaico literario más denso de genios y piezas maestras  de nuestro continente. Una de sus estrellas más recordadas es Juan Rulfo, de quien estamos a punto de festejar el primer siglo de su nacimiento. 

De la pluma de este mexicano emergieron pocas obras (unas tres en total), sin embargo las recordamos por su impactante creación;  aún hoy la literatura universal se ilumina con su Llano en llamas y nos ayuda a penetrar en lo  recóndito del ser humano y las agobiantes penurias de la religión en Pedro Páramo.

Frases para retomar a Rulfo

  1. “Hacía tanto que no alzaba la cara, que me olvidé del cielo.” (Pedro Páramo)
  2. “El día que te fuiste entendí que no te volvería a ver. Ibas teñida de rojo por el sol de la tarde, por el crepúsculo ensangrentado del cielo. Sonreías. Dejabas atrás un pueblo del que muchas veces me dijiste: ‘lo quiero por ti; pero lo odio por todo lo demás, hasta por haber nacido en él”. (Pedro Páramo) 
  3. “Tengo paciencia y tú no la tienes, así que esa es mi ventaja. Tengo mi corazón que resbala y da vueltas en su propia sangre, y el tuyo esta desbaratado, revenido, y lleno de pudrición. Esa también es mi ventaja”. (El llano en llamas)
  4. “Pero es peligroso caminar por donde todos caminan, sobre todo llevando este peso que yo llevo”. (El llano en llamas)
  5. “Me haré a la idea de que te soñé –dijo-. Porque la verdad es que te conozco de vista desde hace mucho tiempo, pero me gustas más cuando te sueño. Entonces hago de ti lo que quiero. No como ahora que, como tú ves, no hemos podido hacer nada.”  (Un pedazo de noche)
  6. “Sólo las lagartijas buscan la misma covacha hasta cuando mueren. Di que te fue bien y que conociste mujer y que tuviste hijos, otros ni siquiera han tenido eso en su vida, han pasado como las aguas de los ríos, sin comerse ni beberse”. (Paso del Norte)

Obra recomendada: telenovela colombiana adaptada a partir de una de las obras literarias de Rulfo.

El gallo de oro,  novela corta (o cuento) que Juan Rulfo escribió  entre 1956 y 1958, y  publicada por primera vez en 1980. Cuenta la historia de apasionado amor entre Dionisió un “gallero” y de la Caponera, cantante de palenques, mientras vagan de feria en feria por el centro del país.

En 1964 sirvió  como base a Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes para el guion de la película homónima dirigida por Roberto Gavaldón.  La historia fue adaptada nuevamente al cine en 1986, con el título de El imperio de la fortuna, y dirigida por Arturo Ripstein.

Finalmente fue  adaptada para  televisión en 1982 por R.T.I. Televisión de Colombia. En el año 2000  la misma productora hizo otra versión  con el título de La Caponera 

Ciudad que nos quitan

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Foto por: Diego Val

Ciudad 2

Durante años Pereira, en sus periferias, ha sido abordada por los vendedores ambulantes, motos,  carros y cantidad de cosas que han hecho que el espacio que es de todos se convierta en uno de uso particular.

 

En el centro de la ciudad vemos zonas, desde el parque La Libertad  hasta El Lago, por plena séptima y octava, prácticamente inundadas por los  puestos de vendedores ambulantes. En ese sentido, para la reorganización de los espacios, la Secretaría de Control y Vigilancia ha destinado unas “marquillas amarillas” donde se distinguen los espacios delimitados para que ellos trabajen, además  se les brinda el Capital Semilla ( ver Capital semilla: ¿para todos? ), una cantidad de dinero que les sirve como primera entrada para tener un negocio formal.

 

Y aunque muchos no han hecho uso de las líneas divisorias o del Capital Semilla, la Alcaldía  insiste en querer mejorar el uso del espacio público. Una de sus próximas campañas será dar talleres para la concientización del espacio para todos y no de uso particular.


En las zonas periféricas de la ciudad, el asunto es distinto. Según vendedores de sectores como el  Parque Industrial y Dosquebradas, el  Plan Semilla no aplica para ellos, y las líneas divisorias para el respeto del espacio y uso mutuo del mismo solo se encuentran trazadas en el centro de la ciudad.


Además de los vendedores ambulantes, hay otros factores que han sido una constante dentro de lo que se podría llamar uso inadecuado del espacio público o apropiación particular por una o varias personas de un lugar que debería ser para todos.  Los parqueaderos indebidos en las calles que  impiden el paso  de transeúntes sobre los andenes,  dificultando por lo tanto  en ocasiones  el flujo masivo en las vías; y  el irrespeto a los parques que son utilizados como botaderos de escombros, impidiendo su uso como zona común de esparcimiento y compartir.  

 

Pereira es una ciudad en constante  crecimiento en movilidad,  comercio y  economía, sus espacios cada vez nos quedan más pequeños. Son más los nuevos pereiranos, los nuevos comerciantes.

Pero  no podremos olvidar que la ciudad es de todos, todos la disfrutamos, todos la debemos respetar  y todos ocupamos un espacio que  también es de otro, de cualquiera que también  lo respete y valore.

Es por eso que debemos propiciar desde nuestras acciones diarias un #EspacioPúblicoPara  

 

 

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Simbiosis urbana: Comunidades Mixtas

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Las relaciones humanas de todo tipo, llevadas a cabo en el espacio público, poco a poco van configurando las ciudades. Una entramada simbiosis urbana que va de lo físico a lo humano, y viceversa

Las relaciones humanas de todo tipo, llevadas a cabo en el espacio público, poco a poco van configurando las ciudades. Una entramada simbiosis urbana que va de lo físico a lo humano, y viceversa


Las relaciones humanas de todo tipo, llevadas a cabo en el espacio público, poco a poco van configurando las ciudades. Una entramada simbiosis urbana que va de lo físico a lo humano, y viceversa


 

En las ciudades dialogamos con todo. Comunidades mixtas de orden social, económico, ambiental y cultural, que a través de su relación ecosistemica urbana van generando una equilibrada redensificación física y social de las estructuras urbanas. Esto conlleva al florecimiento de nuevas demandas y motivaciones culturales del espacio, en los centros urbanos en proceso de consolidación.

Esa heterogeneidad e hibridación provocadas por la continuidad de construcciones y modos de organizar el espacio, iniciados en distintas etapas históricas, se multiplica con la coexistencia de migrantes de zonas diversas del mismo país y de otras sociedades.

Estos migrantes incorporan a las grandes ciudades lenguas, comportamientos y estructuras espaciales surgidos en culturas diferentes. Se observa este proceso con rasgos semejantes en las metrópolis y en los países periféricos, anulando hasta cierto punto las diferencias que el evolucionismo marcaba en otro tiempo entre ciudades de regiones desarrolladas y subdesarrolladas.

En el caso del centro de Pereira, busca interpretar y relacionar los nuevos espacios residuales que se afectan con la renovación urbana. Aquellos “lugares complejos”, o “zonas pericéntricas”, pueden llegar a soportar el papel de articuladores y generadores de las Comunidades Mixtas, y emprender así una visión futurista del entorno urbano por medio de esquemas coherentes y autosostentables que puedan soportar un habitat en perfecto equilibrio con el medio ambiente.

 

 

Allí donde hay una mezcla de “posesión estática” y “posesión en movimiento”, nos encontramos con la que podríamos denominar Simbiosis Urbana: grupos de personas  conversando, tiendas de planta baja, gente que compran periódicos o flores, etc. Los colgantes toldos, el espacio que queda dentro del pórtico y el sinuoso recorrido de la calle, como la del “Tuvo”, proporcionan un ambiente adecuado.

La simbiosis no se alcanza simplemente dejando caer en un lugar una buena cantidad de actividades varias. Para que funcione bien es necesario que entre ellas se apoyen.

Algunas actividades (usos primarios) actúan como motores, atrayendo gente al lugar. Las viviendas o lugares de trabajo son actividades primarias; casi todo el mundo tiene que ir a casa o al  trabajo a intervalos frecuentes.

El comercio tiene un efecto similar, mucha gente va a ellos con bastante frecuencia, con poca atracción, pero viven de la gente atraída al lugar por las actividades primarias. Por lo tanto, los usos primarios apoyan a los secundarios, irrigándolos con los flujos peatonales necesarios para su supervivencia.

 

simbiosis

 

El factor tiempo es importante en este sistema de apoyo mutuo. Algunos usos secundarios, generalmente los que implican una mayor convivencia, por ejemplo, restaurantes, bares, etc, necesitan muchas horas de trabajo, algunos funcionan desde media mañana hasta altas horas de la noche.

Obviamente se ven beneficiados por los de actividad primaria, si atraen gente al lugar durante largos periodos de tiempo. Por lo general, esto requiere una mezcla de usos primarios, la mayor parte de la gente reparte su tiempo entre su casa y el trabajo, por lo tanto, una mezcla de ambas actividades funcionará bien. La ciudad demasiado zonificada fracasa, desvirtuando el concepto urbano del Zonning”.

Este tipo de modelo de usos despierta un gran interés, particularmente entre aquellos que tienen algún tipo de poder en el entorno,  ya que representa la base del comportamiento económico como la clave del control de la planificación.

Al proponer una variedad de actividades, incitamos a todos aquellos que tienen algún poder en el esquema, promotores, comerciantes, residentes y autoridades locales, a separarse de sus normas usuales y generar proyectos que den vida a los sectores de ciudad. Posiblemente nos hace falta mas entusiasmo y motivación para continuar vitalizando sectores como San José y Ciudad Victoria.