lunes, diciembre 15, 2025
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Italo Calvino y Roberto Calasso: la edición de libros

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Imagen extraída de Pixabay

…pero finalmente admitió la presencia de  ese “lector perezoso” que ha cundido en nuestros días y que  ya no sabe distinguir entre el valor estético de Mallarmé  y la basura del bestseller de turno.


Texto a ser publicado en el periódico El Mundo de Medellín.

 

Natalia Ginzburg,  la autora de “Léxico familiar” llegó a considerar a Calvino como apenas un escritor promesa, una especie de eterno adolescente. Y si uno se pone a pensar con el debido rigor, la obra de ficción del autor de “El Vizconde demediado”, “El barón rampante” se da cuenta de que el temor de la Ginzburg no era infundado y el ingenio – que de ningún modo es una virtud condenable-  estuvo finalmente por encima de lo que podríamos considerar como la culminación en una obra madura  que estuviera a la altura de la leyenda actual de Calvino.

En estas cartas a otros escritores y editores que escribió a lo largo de  cerca de cuarenta años como lector de la editorial Einaudi, Calvino nos  pone de presente  lo que  llegó a dictaminar  sobre textos presentados para su aprobación o rechazo, lo cual se constituye en un valioso documento sobre  aquellas peripecias, deslices que se esconden detrás de quienes finalmente toman la decisión de dar su aprobación a un texto o de lanzarlo para siempre a las tinieblas.

Lo que nos pone a pensar entre fríos sudores sobre las injusticias que definitivamente conlleva un juicio estético que a veces no es otra cosa que una manifestación de odio, de incomprensión, tal como sucede cuando Calvino se refiere despectivamente hacia la obra de un inmenso crítico como George Poulet  y de un filósofo que nos ha dado muchas luces necesarias para leer poéticamente  la realidad: Gastón Bachelard a quienes despacha de esta manera: “entretanto he leído un libro de él y lo detesto, soy absolutamente contrario a publicarlo. Mi odio por la crítica francesa se está volviendo visceral. He leído también a Bachelard y me he quedado horrorizado de su vacuidad espiritualista disfrazada de positivismo”.

 

Italo Calvino. Foto extraída de Flickr

 

Era el Calvino envuelto en los azares del escenario político  tan perturbado en Italia para entonces,  quien estaba  justificando así, su dictamen.

Dictamen que, de radical, nos lleva a pensar en lo que lectores como Calvino pudieron hacer para impedir  que se editaran textos de tanta importancia, basándose en algo que a mi parecer, constituye un juicio caprichoso y por lo tanto nada objetivo.

El nombre de Roberto Bazlen, reconocido por Calvino y Calasso como paradigma de ese iluminado lector capaz de descubrir a primera vista – un lector por encima del radicalismo político- un gran texto, es traído a cuento por Calasso en una esplendorosa meditación en voz alta, “La marca del editor”, mostrando cómo la erudición no es otra cosa que una inusitada sensibilidad estética para saber escuchar por anticipado un texto que había permanecido disimulado por la ignorancia, que no había sido escuchado por editores  y lectores ciegos y sordos.

Bazlen fue ese maestro silencioso –recuérdense sus cartas a Montale- que sin embargo en el momento de condenar un nombre y su obra no vacila para ello, siguiendo el consejo de Baudelaire de que todo juicio crítico debe ser parcial y apasionado y así se mofa de García Lorca, de Nelly Sachs.

 

La marca del editor de Roberto Calasso. Foto extraída de Flickr

 

Pero Bazlen sólo tuvo el oficio de vida de mantenerse como ese lector perezoso y por lo tanto insobornable, agudo en sus observaciones para el cual vender un libro era una estrategia personal para que cayera en su recomendación la editorial.

Calvino no parece detenerse en consideraciones y menos en escrúpulo alguno y una vez leído el manuscrito emite sin vacilación su juicio: Luigi Malerba autor de una grandísima novela “El serpiente” envió – nada menos que “La invención del alfabeto”- un texto que al caer en manos de Calvino fue tajantemente definido como “Cuentos campesinos”, “bastos y con poca sustancia” .

Avatares de un oficio que con la esclavitud de un horario laboral no se presta para la debida reflexión o sea para la contradicción de arrepentirse de un primer diagnóstico sobre un texto inicialmente incomprendido.

A cambio ¿cuántos pésimos títulos editados no lograron resistir  el paso del tiempo y hoy nadie se acuerda de ellos?

 

Foto extraída de Pixabay

 

Calasso, autor de textos tan decisivos como “La ruina de Kasch”, “Cuarenta y nueve escalones”, “Las bodas de Cadmio y Armonía”, se descubre a sí mismo considerando la edición de libros como un género de la literatura,  en tanto elegir un texto es casi siempre o un afortunado azar  o un deslumbramiento ante un texto largamente esperado, tal como le sucede a Calasso al descubrir a un ignorado Musil en la vitrina de una librería.

“Una buena editorial sería –si se me concede la tautología- la que supuestamente publica, dentro de lo posible sólo buenos libros”, asevera el  director de Adelphi.  Porque en su caso la erudición no es otra cosa que una inusitada sensibilidad para visibilizar estéticamente un texto que había permanecido oculto, un texto que, fulgurantemente, nos habla de inmediato  ya que durante mucho tiempo lo habíamos estado esperando y no es pues la falsa indulgencia que  brota de la actitud caritativa hacia un texto que no se comprende.

En este sentido Calvino bien se cuida de aclararnos los contratiempos de su oficio laboral cuando recuerda a Ugo Faccio de Lagarda que “Trabajando en una editorial se le vuelve a uno el corazón de piedra… Uno termina por no sentir nada, por asumir una máscara de cinismo”, algo que ya había confiado a Attilio Dabini. “Llevamos una vida fragmentada en mil ocupaciones y preocupaciones (hace tres años que no consigo escribir para mí”). Lo que deja al descubierto la inmensa estructura industrial de Einaudi, donde los llamados asesores de ventas juegan un papel decisivo a la hora de aceptar una obra, lo cual al menos a mí terminó por producirme una penosa impresión a lo cual hay que agregar la actitud suplicante de muchos escritores importantes rogando para que Calvino intercediera por ellos.

Porque las consideraciones histórico-políticas tomadas en cuenta para rechazar un texto haciéndole caprichosas objeciones  en cuanto a sus contenidos  conceptuales  ya hoy fueron sobrepasadas por el tiempo y lo que queda, por fortuna para nosotros en esta serie de informes de lectura,  es el alcance de un fructífero diálogo con figuras como Elsa Morante, Vittorini, Sciascia, Citati, Anna María Ortese donde aparece su olfato de sabio lector, la observación generosa, el deseo de ayudar al autor a salir de un embrollo estilístico.  Calasso al referirse a Einaudi y a la aparición de Adelphi, esa pequeña editorial que recupera la dimensión aristocrática contra la vulgaridad comercial,  nos dice. “En los años cincuenta la única editorial era Einaudi. Alto nivel, severa selección. Pero entonces todos estaban hartos de la selección. Querían elegir por ellos mismos”

¿Cuál es hoy la presencia de un verdadero editor bajo la maraña de intereses de una trama comercial donde el imperativo del marketing ha puesto a un negociante en el lugar que antes ocupaba un editor o sea ese lector apasionado capaz de extraer perlas del fondo del mar para incorporarlas a la lista de las grandes necesidades espirituales de una humanizad aterrorizada y que necesita de compañía?

 

Imagen extraída de Pixabay

 

“Un poco mercader, un poco empresario de circo –señala Calasso- el editor siempre ha sido señalado con cierta sospecha, como un hábil pregonero. Sin embargo podría suceder que el siglo XX sea considerado, en el futuro, como la edad de oro de la edición”.

Y lo dice por editores como Vladimir Dimitrijevic, Peter Suhrkamp, Roger Strauss y yo agregaría a Carl Seelig caminando detrás de la locura de Robert Walser, fiel a su asombrosa escritura.

Editar, tal como lo concibe Calasso siguiendo los indicios que nos da su catálogo y sus cien magistrales notas de solapa, consiste en editarse a sí mismo como un acto demostrativo de soberbia intelectual o sea de irredimible independencia de criterio.

Baudelaire partió del concepto del “hipócrita  lector mi cómplice” pero finalmente admitió la presencia de  ese “lector perezoso” que ha cundido en nuestros días y que  ya no sabe distinguir entre el valor estético de Mallarmé  y la basura del bestseller de turno.

Por eso reclama la necesidad de ese lector solitario, librepensador, capaz de crear un particular universo de libertad, el lector que es ajeno a los perversos reclamos de la publicidad y el editor que sabe de antemano que un fracaso de ventas de un texto será la comprobación de su valía estética.

 

“Los libros de los otros”  Italo Calvino, Siruela 2014. Traducción de Aurora Bernárdez

“La marca del editor”  Roberto Calasso Anagrama  2014

 

Chau 2018

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Solo basta revisar los diversos acontecimientos de este año para corroborar que la ausencia de certidumbres es la única constante.


 

Algunos podrán recordarte con la gratitud que ofrece una tarde con brisa luego de un día de intenso calor. Otros te recordaran como el año en el que le dieron vuelta a su vida apacible en ciudad intermedia para dar saltos cósmicos persiguiendo sueños envueltos en hojaldre y chocolate. Otros te recordaran como un crédito pendiente, una resonancia magnética, un accidente o quizá un adiós a una tía entrañable.

Hacer un balance de un año puede ser un desafío a la razón porque siempre habrá en ello un acto de injusticia.

Para mí 2018 me ha permitido reconocer muchas piezas de mi rompecabezas personal y poner fichas en su sitio. Me ha permitido encontrar espacios como éste para intercambiar impresiones sobre esta vida que armamos cada día.
Si tuviera que describir en una sola palabra este 2018 diría que en el plano internacional equivale a “incertidumbre”.

Solo basta revisar los diversos acontecimientos de este año para corroborar que la ausencia de certidumbres es la única constante. Por ejemplo tenemos el brexit que sigue sin resolver y que para todos produce un quebradero de cabeza. España cambió a Rajoy por Sánchez en una movida que aun no se sabe si se quiere que se termine porque el presidente encargado es como un Trudeau peninsular, que limpia la imagen de corrupción e ineptitud dejada por su antecesor.

 

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy reunidos en la Moncloa. Foto extraída de Flickr

 

Francia no se resigna a la suerte que eligió con su joven presidente y cierra este 2018 con la duda de si el estado social podrá mantenerse, si la brecha europea entre una élite cosmopolita y pujante frente a una masa más empobrecida y que no recibe los beneficios directos de la globalización pueda cerrarse. Quizás no veremos un movimiento multitudinario y pan europeo de “chalecos amarillos” tomarse a las capitales y a las provincias del continente, pero sin lugar a dudas crecerán las muestras de inconformismo.

Nos persignamos al imaginar el mundo como lo describen los científicos e investigadores ambientales: un Apocalipsis de sequías en las tierras fértiles y de inundaciones en las costas que podrían borrar ciudades enteras del mapa. Pero más allá de horrorizarnos al ojear los titulares, no queremos creerlo y para eso no hay nada mejor que cerrar la pagina donde lo vimos. Es la manera infantil más manida de acabar con un problema: si no lo veo, no existe. Entonces en Katovice [Polonia] casi que no sale el humo blanco hace tres semanas para que nuestros representantes encontraran consensos que permitan darle dientes al Acuerdo de París, para que podamos detener y mitigar los estragos ambientales. Cerramos el año con las dudas de que exista una base común para afrontar de manera global este tema.

 

El calentamiento de la tierra tiene efectos terribles en el cambio climático global. Foto extraída de Public Domain

 

En Hungría se sublevan los jóvenes, en la mayor protesta después de la caída de la cortina de hierro, ante la llamada “ley de la esclavitud” que permite entre otras que las empresas paguen horas extras con un retraso de hasta tres años y que los empleados tengan que trabajar si se requiere hasta 400 horas al año.

Hay incertidumbre en Europa porque no saben cómo lidiar con ese socio trasatlántico lleno de caprichos de niño malcriado. Su defensa entera está en manos de un hombre que poco escucha a los demás, mientras los socios europeos manotean en el aire y resuellan tratando de aplacarlo. Pero todo es en vano. Intentan salvar un pacto nuclear con Irán incluso frente a la incertidumbre de si este país estará violando a escondidas el acuerdo, tal y como afirma Estados Unidos.

Los últimos en sumarse a la lista de las incertidumbres son los kurdos que con el anuncio de (nuevamente) Trump de sacar las tropas estadounidenses en Siria, los empuja a pactar con Al Bashad, cuyas tropas combatían. Un pacto con el dictador les permitiría sobrevivir a los avances de Turquía, quien los quiere combatir a toda costa para evitar la creación de una nación kurda. Una patada al tablero de ajedrez en Medio Oriente le da la vuelta a los 6 años y medio de guerra, y antes de que termine 2018 Al Bashad termina rehabilitado ante los ojos de sus socios de la región.

 

Una niña sirio-kurda patina en la calle en el enclave sirio de Afrin. Foto extraída de Flickr

Y en Colombia seguiremos ante la duda razonable que supone una justicia cuestionada y unas muertes inexplicables en el caso de corrupción mas sonado de la historia y el más pobre en cuanto a resultados. ¿Hacia dónde va la nación colombiana? ¿Cuál es nuestro proyecto común en medio de la polarización y de las acusaciones de bodega a bodega? Perdemos tiempo valioso no por culpa de las discusiones sino por el tenor de las mismas. Nadie sabe hacia donde empujar esta carreta y todos gritan que para el otro lado solo hay un despeñadero ¿será en realidad Colombia un mojón en medio del mar?

Quizás más interesante que elaborar un inventario de incertidumbres pasadas sería el de crear un listado de incertidumbres futuras ¿Qué se trae entre manos este año que ahora despunta?

Mi reino por un caballo que Trump continuará con su provocación a Xi, quien tiene a un buen número de empresas europeas y estadounidenses en su territorio y con una clase social media en China con capacidad de compra, pero además empresas proveedoras que se ahorraron la curva de aprendizaje al copiar y que ahora pueden innovar.

Trump empujará por esta vía a la economía a decidirse a donde lleva su capital, ante que sanciones quiere exponerse, y quizá incluso a hacer un alto para evitar las volatilidades del mercado.

Lo del muro con México se pospondrá un año más, ante las pataletas de Donald y a pesar de que el gobierno vuelva a entrar a un cierre parcial.

Los Amlovers en México añoraran que no les sometan a referéndum o plebiscito cada decisión del gobierno. No se sentirán como en Suiza sino que querrán que el gobierno acabe con tanta impunidad y corrupción. Pero AMLO seguirá con sus rondas de medios televisadas y con sus consultas.

 

Andrés Manuel López Obrador en el cierre de su campaña. Foto extraída de Wikipedia

 

Los brasileños entenderán que la añoranza a la dictadura no es lo mismo que gobernabilidad. Que un hombre que promete la mano dura y promulga el amor cristiano es un caballero de la época de las Cruzadas pero que está lejos de ser un líder en un país diverso como Brasil.

Los europeos seguirán como el personaje de John Travolta en la película de Pulp Fiction…. perdidos, buscando respuestas a su problemas del resurgimiento de los nacionalistas por un lado y la falta de un proyecto de defensa común real.

2019 no será un año de incertidumbres. Será a nivel internacional un año de agudizaciones. Pero también será un año de las resistencias, que permitirán que las confusiones se vayan disipando y las luchas por las libertades individuales y la defensa ambiental no terminen debajo de la alfombra de los líderes mundiales empeñados en sus “bromances” con beneficios personales.

Así que 2019 se escribirá con A. La misma letra de la anticipación, de la alegría, del allanamiento, de lo atómico, del arrepentimiento, pero también de la aventura y de los avances, de los aciertos y de las equivocaciones, aunque no empiecen con A. Porque al final de esto se trata la vida en lo personal y en el plano internacional: de tomar decisiones, de alcanzar metas de tropezar y de volverse a levantar. Como lo ha hecho la humanidad en sus versiones micro y macro. Solo que esperemos que 2019 sea un año que defienda lo que tenemos de ambiente y de bosques y de fuentes de aguas limpias.

 

Especial los mejores textos del 2018 en La Cebra que Habla

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Especial


 

Los invitamos a leer una selección de algunos de los mejores textos publicados en nuestro portal Web La Cebra que Habla durante el 2018.  Aclarando, obviamente, que hay muchas buenas entradas más, y este Especial es una invitación a explorar el contenido que preparamos durante estos 365 días para usted.  Así, con esta selección, nos despedimos del año viejo y damos la bienvenida al nuevo.

Desde ahora, la casa de La Cebra que Habla les desea un feliz y próspero año nuevo. Y no deje de leernos en el 2019, porque venimos recargados de historias, videos, fotos, y mucho más.

 

Bienvenidos


 

 

 


 

 


 

 


 

 


 

 


 

 


 

Don Jaime Osorio y la fábrica para quemar recuerdos

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Muñecos de año viejo


 

Los muñecos, o monigotes, conocidos como Años Viejos, son populares no solo en Pereira sino en todo Colombia. En nuestro recorrido de fin de año por la ciudad, encontramos a don Jaime Osorio y su fábrica para quemar recuerdos. Un artesano que tiene un panteón de diseños que van desde figuras como “Kiko”, hasta de personajes políticos de nuestro país. Bienvenidos a esta galería fotográfica especialmente preparada para usted.

 

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Las manos: desafío al discurso

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Así, iguales a ellos, y que sienten sed, hambre, miedo y calor, que les duelen los pies de recorrer kilómetros.


 

Un éxodo centroamericano hacia Estados Unidos hace vibrar las cuerdas vocales de Trump, como si no tuviera suficiente con sus salidas unilaterales de pactos importantes, o como si estuviera atendiendo sus own business… literal con Arabia Saudita y también de los de su país por cuenta del asesinato (brutal es una redundancia) de un periodista opositor saudita. Trump atragantado por esta realidad.

Pero ni un Putin desconcertado ni un príncipe sanguinario dan o quitan votos en unas elecciones. El éxodo de los centroamericanos rumbo a a Estados Unidos sí. O mejor dicho, el miedo que despiertan estos “bad hombres” en el encuadre de un presidente y de sus electores que ven el mundo entre los blancos buenos y los brown malos. Yes, dude! si no eres blanquito, entérate que we all are brown!

Pero así ganen los republicanos las elecciones parlamentarias de medio término este 6 de noviembre, la causa humana no está perdida.

Así, mientras los políticos siembran el pánico para tratar de mantener el control, la gente del común tiende manos y construye puentes. Los héroes anónimos y cotidianos que resisten. No estamos condenados a repetir discursos y encuadres. Muchos entienden que esa caravana está conformada por seres humanos.

 

Foto: la imagen pertenece a la retrospectiva de Beatriz González en KW de Berlín. Absolutamente recomendable.

 

Así, iguales a ellos, y que sienten sed, hambre, miedo y calor, que les duelen los pies de recorrer kilómetros. Entonces esos seres anónimos se reconocen ahí y comparten la ilusión en alcanzar una vida mejor, y ofrecen a esos que lo han dejado todo atrás, un vaso de agua, un colchón para dormir, alimentos, algún juguete para un niño, un ride para ahorrarles algunos kilómetros bajo el inclemente sol.

La empatía es el antídoto al miedo. Y los voluntarios que comparten lo que tienen (poco o mucho) con esas mujeres, menores y hombres en busca de esperanza, nos invitan a recordar  que no todo está perdido. Esa es la resistencia. Eso es lo que nos hace humanos.

La terquedad de la bondad a lo largo de la vía cerca de las fronteras centroamericanas, los voluntarios que en Alemania enseñan el idioma y las costumbres alemanas a los refugiados árabes, los capitanes de navíos en el Mediterráneo,  que desafían las prohibiciones italianas y francesas para rescatan a seres humanos que naufragan en sus aguas, en su afán de dejar atrás la pobreza y los conflictos bélicos en África, las ONG y la iglesia que brinda asistencia a los más necesitados.

La humanidad se asoma incluso en las peores tormentas de esta vida.

Alumbrados en la Perla

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Lugares que con sus majestuosos vestidos de luz, atrajeron a miles y miles de ciudadanos


 

En esta selección de fotos hemos querido resaltar los alumbrados que adornaron el centro de Pereira, especialmente, el de los tres partes lineales más importantes: La Libertad, El Lago Uribe Uribe y la Plaza de Bolívar. Lugares que con sus majestuosos vestidos de luz, atrajeron a miles y miles de ciudadanos quienes pasaron un rato, un día, o un mes, en familia, rememorando la navidad, y el espíritu decembrino.  ¿Y usted cómo vio o disfrutó esta decoración en la ciudad?

 

Bienvenidos


 

 

Salsa pa la batalla

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Pa la batalla es una invitación, con mucho golpe, para mantener la salsa vigente.


 

Asunto social es el primer disco de la orquesta pereirana Son de Cuba. Es un disco que incluye ocho canciones. Siete de ellas de su autoría y una incluida en el álbum, anteriormente grabada por el ecuatoriano Héctor Bonilla. Todos los temas tienen arreglos originales. El disco fue producido por el reconocido Dewell Narváez, famoso por ser uno de los integrantes de la mítica Orquesta Narváez.

Fue lanzado bajo el sello Hit Musical Records en formato CD y LP. Además, tuvo la colaboración de músicos de la talla de José Mangual Jr. y el peruano Renzo Padilla.

Son de Cuba es una orquesta creada en la periferia. Las letras de sus canciones las parieron en las calles. Cada verso entrevé vivencias y dolores. Pedazos de vida. De ese sentir aislado, lejos del centro “mongo”, nace su primer disco. Asunto social. Un disco con un viaje al universal microcosmos, el barrio. El mismo que hizo famoso a Lavoe y a la industria.

El mismo lugar que hizo unir al pueblo latino con mayor contundencia que cualquier movimiento político. Asunto social es un regreso a lo que no pega en las emisoras. Es un paseo por guajiras, guaguancós y montunos. Es brindarle al oído sonidos aguerridos, violentos, vigorosos. Es un regreso a los años 70 en Nueva York.

La orquesta nació en Cuba. La ciudadela ubicada al sur de Pereira. Este lugar tiene la particularidad de cultivar los ritmos africanos que cautivaron la masa latina el siglo pasado. Además, al estar en los suburbios, los barrios crearon sus imaginarios desde lo popular y lo marginal. Uno de esos lugares es conocido como Los 2500 Lotes. Una especie de gran terreno constituido por barrios que se confunden entre sí.

 

Foto por: Jorman Lugo

 

Una amalgama de calles y callejones que suenan a salsa. En uno de esos cosmos, Ferney Clavijo, junto a otros apasionados, decidieron armar una orquesta brava. Montar un grupo que hiciera la música que les gustaba escuchar.

El primer tema de la producción, que le da el nombre al disco, empieza con unos trombones que estremecen. Un sonido amplio y oscuro. La canción hace un llamado a la conciencia, a que, como humanos, asumamos la responsabilidad de nuestros actos y a cambiar la forma de pensar. Un tema con mensaje: que se baila y se piensa, se reflexiona. También, incluye un solo de piano por el mismo Ferney.

Una muestra de la calidad del disco.

 

La cosa se ha puesto dura

El barrio caliente está

Donde quiera que tu vaya

Se nota la desigualdad

 

Están velando por ti

Esperando ese momento

Y cuando tú te descuides

A perder ellos te pondrán

 

Debemos hacer conciencia

Vivir en la realidad

Pa que esto ya se termine

Debe haber más igualdad

 

No más niños abandonaos

Hay que cuidar nuestros viejos

No maltratar las mujeres

Que nos dan su amor sincero

 

 

Salsa al barrio es salsa protesta: música con sentido colectivo. En la letra hay una fuerte crítica a la sociedad actual: los robos, la corrupción, la “payola”, la pasividad del pueblo. Hace una radiografía donde enumera problemas pero va más allá y proponen, para acabar ese letargo, la salsa al barrio.

Además, en sus primeras frases, apunta contra la industria musical, que ha encasillado a la salsa en una especie de pop, y le ha dado la espalda a orquestas como esta. La fórmula rememora a la Perfecta de Eddie Palmieri a finales de los 60’ donde tocaba temas sociales con firmeza, pegando temas como Vámonos pal monte o La libertad lógico.

 

Oye, la salsa viene buscando su espacio en la sociedad

y aunque nos vengan tirando no podrán tumbarlo ya

Mira, atiende y cuídate bien

que si no eres de su agrado te pueden hacer perder

Ya nos tienen enredados los que dirigen la sociedad

se roban todo el dinero que es pa la comunidad

Venimos manifestando este abuso y este agravio

y para que nos escuchen les traemos salsa al barrio

Oye, despierta de ese letargo en que te has dejado meter

mira que te están tumbando despierta y cuídate bien

Mira, no sufras más el calvario

y para que nos escuchen les traemos salsa al barrio

 

Salsa al barrio, es salsa al barrio

 

Y es que venimos gritando que nuestra plata se la están robando,

Todos buscamos un mundo mejor y nuestra farsa que nos van dejando

Equivocados elegimos mal el hambre y la miseria nos quieren matar

Porque yo quiero que todos griten, ¡viva la salsa al barrio!

 

Oye, oye bien, ya no difunde mi salsa porque su cuota yo no quiero pagar

Están matando mi rumba con ritmos importados que están de moda

Con teja y cemento nos quieren comprar, del arte y la cultura se quieren burlar

Y es por eso que te lo digo, con esa mafia no trabajo yo

Oye, si no te ponen mi música yo te la llevo al barrio

Están matando mi rumba, ¡que viva la salsa al barrio!

 

 

Son de Cuba, antes de sacar al mercado su primer álbum, había lanzado algunos sencillos. Será y Qué muera de pena son los más destacados antecedentes. En el segundo tema mencionado se nota la línea que va a construir la identidad del grupo. La influencia de la Orquesta Narváez y la Dicupé.

Agrupaciones neoyorquinas que encontraron su nicho en los coleccionistas. (Han realizado homenajes a estas orquestas en lugares como Medellín y Pereira). Además, la particularidad de sacar Asunto social en LP, no es simple capricho comercial, porque ese formato, a fin de cuentas, los ayuda a conectarse de forma directa con el mundo del coleccionista.

Pa la batalla es una invitación, con mucho golpe, para mantener la salsa vigente. Pero no cualquier “ritmito” que quieran vender así. Es un llamado a la salsa vigorosa e irreverente, donde las tumbadoras se sienten en los pies de los bailadores y el piano quema. En la letra se nombra a personas que, desde diversos espacios, siguen luchando por mantener la salsa viva.

Uno de ellos es Guillermo Narváez, el propietario de la Puerta de Alcalá, una taberna que no solo pone música, sino que hace reuniones de coleccionistas, promociona el talento local y genera espacios de aprendizaje de la música. Además, conforman un batallón para defender la salsa donde las armas son los instrumentos y la pólvora es un guaguancó. La canción la interpreta el reconocido vocalista peruano Renzo Padilla, quien le imprime el talante de un artista de su peso.

 

Oiga, que alguien me busque

A Jota o a don Guillermo el de la Puerta de Alcalá

Vine fue a divertirme con todos los conocedores de la salsa a rescatar

Me acompañan Carlos Márquez y Alex Gómez

Harold Suárez y también Carlos Van Van

Fabián Marín, Carlos Arias, ‘Fercho’ Restrepo. ‘Mono’ Vergara, Steven Meza, el sonero Hugo Gil

Alex Hurtado, y Yare allá en Medellín, Edison Loaiza y don Escudero y también ‘Juanca’ Madrid

 

Abra la puerta Don Quique, venimos Pa’ la batalla,

 

Con tumba y bongó todo vamos a pelear y a bombardear con güiro y maracas

Venimos armados hasta los dientes para el rescate de la salsa

Más refuerzos van llegando con ansia y con muchas ganas

Ya el batallón está en el campo, lanzando un misil de guaguancó.

 

Dieron la orden de atacar, en el campo nadie nos va a parar

La victoria se aproxima, no hay tiempo para descansar

Pero ven a luchar que la unión hace la fuerza

Escuchen William, Guillermo y Dewel Narváez nuestra gente está que arrasa.

 

 

En el disco se incluye una guajira, que para mí, es la mejor canción del disco. Un tema muy afincado, que tiene como prólogo un solo de trompeta. Aunque corto, nos lleva por Cuba, la isla, y nos deja en Cuba, la ciudadela, con un sonido más oscuro, mezcla entre piano, tres, trombón y clave.

El tres es interpretado por Dewell Narváez quien deja un solo de antología. En la parte vocal, el cantante, a pesar de no tener una voz potente, que le permita matizar todas las notas que brinda la guajira, presume de picardía y hace una interpretación aceptable.

 

Pa mí negrita

 

Hoy yo quiero dedicarte

Las líneas de mi canción

Porque me brindas tu amor

Y me cuidas a cada instante

 

Tú eres lo más importante

Que dios ha puesto en mi vida

Eres mi esposa querida

Y yo solo quiero amarte

 

Si tuviera que dejarte

Preferiría morir

Que dejar de compartir

Lo que tengo para darte

 

Oye este canto mi negra: guajira con amor

 

¡Ay! Mi negra

Mis hijos contigo, son una bendición

Yo quiero darte las gracias, por este hermoso amor

Pasan los días, pasan los años y aquí estamos los dos

 

 

En definitiva, el trabajo de Son de Cuba es una apuesta por consolidar la identidad de su orquesta. Asunto social los ayuda en esa búsqueda del sello propio: los aciertos son evidentes. Además, el viaje al barrio, a los orígenes de la salsa, lo celebran los salseros que están cansados del pop que suena en la radio. Así, como primer disco, deja la sensación de aventurar qué será lo nuevo que vendrá.

Surreal, una revista fuera de lo común

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No será el miedo a la locura lo que nos obligue  a bajar la bandera de la imaginación

André Breton


 

Gracias al impacto del mundo digital, La Astilla en el Ojo ha construido una red de creadores a nivel latinoamericano que hoy suma más de 300 creadores en áreas como la literatura, el audiovisual, las artes visuales y plásticas, la fotografía, entre otras. Su participación ha permitido la publicación colectiva y colaborativa de 9 revistas digitales hasta el 2018 y un catálogo artístico.

Después de esta 9 ediciones digitales, pudo salir a la luz, la primera publicación impresa como resultado de la Temporada Creativa 2018: Surreal, un proyecto concertado con el Ministerio de Cultura de Colombia, y la Secretaría de Cultura de Pereira, con el apoyo de diferentes aliados.

En este libro se realizó un recorrido por los principales momentos de la Temporada 2018, desde una recopilación de las mejores obras participantes de la convocatoria artística, hasta las memorias del ciclo de formación, pasando por contenidos que destacan las empresas que hicieron posible este proyecto. Resaltando que el colectivo multidisciplinar  Alien Lines ganó la convocatoria de publicación digital de la revista Surreal.

 

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El vino de los años

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No por casualidad miles de melómanos eligieron   a  Mediterráneo como la canción más bella  cantada en lengua castellana..


 

La poesía anda de cumpleaños por estas fechas. Un  27  de diciembre de  1943, cuando medio planeta se  desangraba en la Segunda Guerra Mundial, nació en el Poble Sec, barriada obrera de  Barcelona, un niño a quien bautizaron como Joan Manuel Serrat i Teresa, hijo de  Ángeles y de Josep.

España atravesaba la oscura noche del franquismo, alimentada con los mitos forjados por el régimen para mantener adormecida a la muchedumbre: la cantante y bailarina Sarita Montiel, el torero Manolete y el niño protagonista de la película Marcelino pan y vino. Los juegos  entre el Real Madrid  y el Barcelona ya eran para entonces  una suerte de metáfora de la radical confrontación entre la tenaza de los fascistas y las aspiraciones libertarias de los republicanos.

“En realidad, lo que me empujó a tomar la guitarra y cantar fue la ilusión de que así podría tocar con mayor  facilidad el culo a las muchachas”.

Le dijo una vez al periodista  Juan Carlos Pérez Salazar en una entrevista concedida al suplemento cultural del periódico El Mundo de Medellín, en una muestra más de ese humor suyo que derrama a partes iguales en la conversación y en las canciones como un vino generoso.

 

Imagen extraída de: nnhotels

 

Con la esperanza de   mitigar las angustias económicas de la familia se tituló de perito agrícola, en una especie de decisión premonitoria: en la etapa tardía de su carrera  musical se convirtió  en propietario de viñedos que cuida, según sus amigos más cercanos, con la misma dosis  de rigor y ternura que siempre  consagró a la composición de sus canciones.

De  ternura y rigor están hechos esos versos suyos que varias generaciones convertimos en banda sonora de   la propia vida.  Aunque  se niega al calificativo de poeta – “Solo soy un artesano de la canción”, dijo en una oportunidad- la belleza de  cientos de poemas crónicas está allí para refutarlo.

No por casualidad miles de melómanos eligieron   a  Mediterráneo como la canción más bella  cantada en lengua castellana.

Una ironía, si nos atenemos a su empeño temprano en cantar en catalán. Lo vi por primera vez en compañía de Juan Carlos un   7 de noviembre en el Teatro Metropolitano  de Medellín. Había una calidez en el aire, una manera de darse al público que marcaba un notable contraste con el  engreimiento tan corriente en el mundo  de la canción, donde  muchos no piden audiencias sino adoradores.

 

Imagen extraída de: ecestaticos

 

Esa noche, cuando interpretó  Aquellas pequeñas cosas, una mujer entrada en los cuarenta se rompió en fragmentos diminutos, como  si estuviera hecha de porcelana. Así son sus canciones: siempre pulsan una cuerda  esencial de nosotros mismos, ya se trate del ideario sentimental o de las convicciones políticas, porque sus intereses creativos siempre  han gravitado en esos dos terrenos.

Un himno generacional de la índole de  La mujer que yo quiero se ve complementado enseguida por la  indignación acumulada en una canción como Disculpe el señor. En el universo serratiano la vida íntima  y la política habitan cuartos contiguos.

Son  muchos los seres humanos con  los que he tendido puentes a través de sus canciones: Juan  Carlos, Rigoberto, Julio César, Alberto Verón, Diego Jaramillo, Edison Marulanda, Guillermo Constaín, Germán Gómez, Maurier Valencia.

Y  pesar de que la vida, como es su obligación, nos ha puesto a transitar por caminos distintos y a veces irreconciliables, cada vez que escucho   al poeta  catalán  experimento un sentimiento de gratitud por la manera en que cada uno de ellos me ha ayudado a estar vivo.

Al  fin y al cabo

“Decir amigo/no se hace extraño/ cuando se tiene/ sed de veinte años/ y pocas pelas/ y el alma sin media suelas”.

 

Imagen extraída de: elindependiente

 

Cuentan los cronistas que muchos argentinos sintieron que la  horrible noche de la dictadura había cesado cuando el Nano volvió  a cantar en su país. La verdad es que el hombre había hecho méritos para ganarse el odio de tipos tan siniestros como Franco, Pinochet o Videla y eso le costó su buena dosis de exilio. Por un pelo se escapó de nacer el 28 de diciembre, el día  en que los católicos honran la memoria de los  Santos Inocentes.

No importa, ahora que  cumple setenta y cinco quiero escanciar el vino de los años, el vi de l´any, por la dosis de belleza que le ha regalado a mi vida y a la de tantos coetáneos.

 

Nací en el Mediterraneo


 

La mujer que yo quiero


 

Disculpe el señ0r


Papá Noel es en realidad San Nicolás

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Foto por: Juan Antonio Escobar

En el barrio San Nicolás se siente con mucha fuerza la navidad.


 

Los olores de San Nicolás

Hice mi primaria en un colegio católico. Recuerdo, como si hubiera sido ayer, que a uno de los padres del colegio no lo hacía muy feliz la relevancia de Papá Noel en las fiestas navideñas colombianas. No veía con buenos ojos que el niño Dios tuviera que compartir protagonismo con un viejo bonachón y aliado incondicional de la mercadotecnia gringa.

Con el paso de los años, lo que parece que hubo en realidad fue una especie de negociación entre el niño y el viejo. Ambos aprendieron a convivir en las casas de este país. Muchos Papás Noel no parecen incomodar a aquel niño que casi siempre es guardado con celo en uno de los cajones de la casa hasta el 24 de diciembre. Ese día alguien ubica al niño en un pesebre en el que las personas suelen ser más grandes que las viviendas y cuya topografía accidentada no recrea el camino hacia Belén sino hacia el Himalaya.

 

Foto por: Edison Fabian Osorio

 

Dicen los entendidos en la materia que Papá Noel es en realidad San Nicolás de Bari. Fue un señor que nació por el año 310 después de Cristo y que era famoso por su generosidad. Cuentan además que heredó una gran fortuna y la repartió entre los más pobres. Luego de muchas vueltas del destino, sería elegido obispo. De allí su indumentaria roja.

Hay un barrio en Pereira que se llama igual que este personaje y que comparte una frontera difusa con el barrio Centenario. Se trata del barrio San Nicolás. Allí todas las personas están vendiendo algún producto o servicio. Frutas, arepas, empanadas, cubiertos desechables, pan, buñuelos o cualquier artículo de papelería. También si lo desea, le planchan el pelo por 15 mil pesos, le hacen un cambio de aceite a su vehículo o incluso, le abren la puerta de su carro si tiene usted la mala fortuna de dejar las llaves dentro de este.

Cada casa es un negocio. Algunos parecen llevar allí toda la vida, como una peluquería en cuyo interior pueden verse afiches de modelos con cortes noventeros; otros, dan la impresión de haber llegado hace muy poco como algunas barberías atendidas por afrocolombianos que, para promocionar sus servicios, se pavonean con las rayas dibujadas sobre sus cabezas.

 

Foto por: Edison Fabian Osorio

 

Cuando la tarde comienza a caer, el humo se toma las vías. Una señora agita con maestría una china sobre el carbón ardiente y a veces se ayuda de un ventilador desvencijado para descansar el brazo. Lleva como una directora de orquesta la cuenta de más de 15 arepas que se empiezan a quemar y que puede voltear con una mano que parece inmune al calor.

Algunas cuadras huelen todas a aceite de cocina y otras a pan recién hecho. Todos son los olores de un comercio gigantesco, del rebusque y del agite cotidiano, en un barrio en el que todos son vendedores y clientes.

 

San Nicolás en San Nicolás

En el barrio San Nicolás se siente con mucha fuerza la navidad. Docenas de personas se toman el trabajo de adornar las fachadas de sus casas con guirnaldas de Papá Noel. Se trata de adornos discretos puestos con todo cuidado y que se nota que llevan muchos años entrando y saliendo de las casas.

 

Foto por: Edison Fabian Osorio

 

Los íconos navideños de San Nicolás son los norteamericanos. Papás Noel en todas sus presentaciones saludan desde cada una de las puertas y muñecos de nieve que no están hechos de nieve sino de vasos desechables o neumáticos toman por sorpresa al peatón.

Sobre una de las vías hubo una parranda épica patrocinada por una emisora. Sobre la vía hay pintado un Grinch con un traje de papá Noel que seguramente estará allí todo el año. Sobre los muros las personas se tomaron el trabajo de dibujar con todo detalle las botellas de aguardiente de la marca que estaba auspiciando la verbena.

Arriba, de un lado a otro de la cuadra, hay colgandejos sostenidos por cuerdas que van de casa a casa y que se utilizan desde tiempos inmemoriales. Cuentan los vecinos que una vez se ganaron el marrano que sortea la emisora a la cuadra más vistosa y alegre.

 

Foto por: Edison Fabian Osorio

 

Un purista, como el padre del colegio, pudo haber visto con desagrado tal invasión de íconos de navidades de otros lados. Sin embargo, se llevaría una sorpresa al ver que fueron los íconos los que tuvieron que adaptarse al barrio. Los papás Noel de las puertas parecen más paisanos de nosotros que el mismo niño Dios. Lo mismo pasa con aquellos muñecos de nieve que al lado tienen un aviso que dice: Cambio de aceite.

Néstor García Canclini autor que leí en mis tiempos de universitario, postulaba un concepto que al día de hoy tengo grabado: La hibridación cultural. Esta no es más que la coexistencia de símbolos de varias culturas en un mismo espacio. Eso es precisamente lo que parece haber en San Nicolás por donde seguramente Canclini se pasearía gustoso.

Continuamos nuestro recorrido. Nos topamos con una familia sentada en un andén. La señora que dice llamarse María Luz Mila, dice que de navidad quiere un “pollo” bien querido para ella. María luz Mila se mudó hace cuatro años a aquel barrio, se queja de que no ha habido plata para hacer nada esta navidad. Reconoce que el barrio se ha crecido mucho, que ya parece un municipio y que ahí se vive muy bueno porque:

 

Desde que uno no se meta con nadie, nadie se mete con uno.

 

Foto por: Edison Fabian Osorio

 

Al frente, en la escuela del barrio, la alcaldía de la ciudad les celebra la navidad a los niños. Para ello han montado un acto cultural y alrededor de un bus colorido funcionarios carnetizados van de aquí para allá. Se escucha un señor con un micrófono repetir cada tanto que el alcalde de Pereira es el mejor del país. Los niños repiten la arenga política, tal vez sin entender mucho de estos asuntos.

Afuera del colegio se ven músicos. Algunos han salido a fumar y parecen estar reservando sus sonrisas una vez se presenten ante los niños. Hay varios jóvenes disfrazados de duendes. Hablamos con una mujer que está totalmente adueñada de su personaje a pesar de no estar en el escenario. Un papá Noel al que le faltan algunos kilos y algunos años para ser el verdadero San Nicolás, nos saluda con cierta timidez.

Por último, llegamos a la iglesia del barrio. Una construcción de un solo piso que da la impresión de jugar un papel muy importante en la vida comunitaria. Los carros que van hacia la avenida Sur pasan presurosos por el frente y hacen casi imposible cruzar la calle. En este sitio, tal vez el más emblemático del barrio San Nicolás, el niño Dios y el resto de la iconografía cristiana se la tiene ganada a Papá Noel. Curioso, pues el barrio tiene el nombre del viejo.

 

Foto por: Edison Fabian Osorio

 

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