domingo, junio 29, 2025
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Por quién votar

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En La Cebra Que Habla venimos haciendo el estudio detallado de los planes de gobierno, y hemos publicado en nuestra sección Política y Gobierno el resultado de este recorrido.


 

No voy a caer en la tentación de revelar por quién voy a votar. Mi opción personal me parece irrelevante, en el propósito de contribuir al debate y al fortalecimiento de la opinión.

En cambio, considero sustancial que quien vaya a votar se informe previamente. La manera más sencilla de enterarse sería leyendo los programas de gobierno. La dificultad reside en que estos documentos son extensos, la mayoría de las veces, llenos de tecnicismos, y bastante retóricos. Es por estas razones que, supongo, pocos los leen.

El sufragio, en general, es más emocional que racional; situación que se ha exacerbado en la contienda electoral que estamos viviendo, polarizada entre dos extremos en arduo enfrentamiento.

 

Foto extraída de: Eldefinido.cl

 

Los seguidores de uno y otro bando no necesitan razones para ratificar o dudar de su voto: lo traen prefabricado. El aspirante de su preferencia (y/o el movimiento que lo acompaña) representa un compendio más o menos amplio de sus gustos, anhelos, fobias, miedos, y prejuicios. En realidad, es el candidato quien se ha amoldado a estos requisitos; no los votantes, que así obran, al candidato.

A estas personas no se les puede hacer entrar en razón, sustentando posiciones a partir de argumentos, mucho menos pretender que inviertan tiempo y esfuerzo en conocer las propuestas de los otros candidatos (tal vez ni siquiera conozcan las del propio).  Sencillamente, lo que piensan hacer el próximo 27 de mayo lo tienen decidido hace mucho tiempo: se comportan como “perfectos seguidores”.

En Colombia, el porcentaje de votantes indecisos rondaba el 12%, (en un estudio del Celag –Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica-, de febrero de 2018), y el porcentaje de quienes no están seguros de votar, o que están seguros que no votarán, en ese mismo estudio, era igual al 44,9%. La sumatoria de estas cifras constituyen el electorado a “conquistar”, aquel que es posible inclinar por una u otra candidatura dependiendo del manejo mediático, el resultado de las encuestas, y/o el análisis de los planteamientos (así sea superficialmente a partir de lo dicho en entrevistas o debates).

 

Foto extraída de: Tedideas

 

En ese orden de ideas es comprensible, más no admisible, que algunas campañas hayan omitido la elaboración de un esquema riguroso, basado en un diagnóstico serio, y que incluya un mínimo de compromisos específicos y fácilmente verificables. Su actitud sigue al pie de la letra la estrategia usada por los promotores del NO en el plebiscito por la paz: es mejor indignar que explicar.

En La Cebra Que Habla venimos haciendo el estudio detallado de los planes de gobierno, y hemos publicado en nuestra sección Política y Gobierno el resultado de este recorrido. Esto nos confiere la autoridad para recomendar que, a la hora de sufragar, se tomen las decisiones a partir del análisis de promesas objetivas y comparables.

La democracia funcionaría mejor si despersonalizáramos el debate, y nos acostumbráramos a discutir sobre planes y programas. Evitaríamos, no sólo el riesgo del populismo, sino de los mesianismos de derecha o izquierda (que son su correlato), tan inconvenientes los unos como los otros.

 

Foto extraída de: Pacifista.

La alquimia de los espejos en una novela norteamericana

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Porque  Stone Junction  no es un simple divertimento  escrito en clave lisérgica y ocultista. En realidad es  un puñetazo feroz asestado en la mandíbula de la sociedad de  su país…


 

Volta, una suerte de guía espiritual anclado entre  la sicodelia, el budismo zen y los residuos de la sociedad posindustrial,  ha sido elegido por la sociedad secreta conocida como AMO para iniciar a Daniel Pearse en el arte de volverse invisible.

El  propósito es robar  el Diamante apenas entrevisto en sueños y encriptado en lo profundo de una montaña custodiada por los cuerpos de élite del gobierno de los Estados Unidos de  América. El muchacho nació en 1966 y su madre Annalee,  habituada a cambiar de compañero de  cama entre una noche y otra, no puede darle  la menor pista acerca de quién es su padre.

De entrada asistimos pues a  la clásica pregunta por la identidad personal.

Los métodos utilizados  para alcanzar la invisibilidad son tan diversos como peligrosos: la exposición a fieras sangrientas en bosques solitarios, las armas de fuego,  milenarios ritos chamánicos, sustracción de  Plutonio  de un laboratorio y  explosivos cócteles de LSD , entre  otros productos de un amplio catálogo.

 

Más que una novela de formación, Stone Junction, una epopeya alquímica es una actualización moderna de la leyenda de los caballeros de la Mesa Redonda y el Santo Grial. Foto extraída de: Todocoleccion

 

Esas son las puntas de la madeja de Stone Junction, la novela de Jim Dodge, traducida  al español con el subtítulo de Una  epopeya alquímica.

Cuando uno tira de alguna de esas puntas, se despliega ante su  mirada la  vasta amalgama de los antiguos viajes iniciáticos  que son a la vez los del descubrimiento del mundo y por lo tanto de los más recónditos pliegues del propio ser.

Allí encontramos entonces la dolorosa partida de casa,  las pruebas tortuosas, el descenso a las tinieblas, los combates con los guardianes del  Gran Secreto, que en este caso son las huestes infernales de la CIA, los  avistamientos de la  locura  y el regreso ascendente hacia la lucidez y el conocimiento.

“No se trata de atravesar el río, sino de conseguir que el río lo atraviese  a uno”, reza de una de las muchas sentencias que  sostienen esta novela de quinientas treinta  y siete páginas, que no por  casualidad está precedida  de un  prólogo de Thomas Pynchon, ese viejo experto en incursiones  al mundo desquiciado que es en últimas la auténtica cara del sueño americano.

 

Jim Dodge, nacido en 1945 en Santa Rosa (California), es un novelista y poeta estadounidense. Ha publicado tres novelas y una colección de poesía. Foto extraída de: El Ojo Crítico.

 

Porque  Stone Junction  no es un simple divertimento  escrito en clave lisérgica y ocultista. En realidad es  un puñetazo feroz asestado en la mandíbula de la sociedad de  su país, fundada en falacias como  la defensa de la democracia y las oportunidades para todos,  superstición que se desploma  cuando una mente  atenta empieza a  formular preguntas incómodas.

Para probar lo anterior  basta la reflexión de uno de los protagonistas: “Un gobierno nacional ya es bastante malo; pero esta administración es la mayor  colección de canallas y subnormales  de la  historia reciente, y tal vez de toda la historia”. La invectiva puede estar dirigida contra Richard Nixon, Bill Clinton  o  Barack Obama. Al  final da lo mismo.

En el universo  forjado por Dodge, los caminos  del conocimiento personal  conducen así  a la  claridad política, en una sociedad   invadida hasta los huesos por el evangelio del capitalismo.  “No se trata de  poseer el Diamante sino de verlo: allí radica la diferencia entre la codicia y la sabiduría”, nos dice  el narrador en una de  las fases de su viaje al fondo del misterio.

Es  allí donde cobran dimensión esos dos símbolos tan caros a la filosofía,  el mito, la literatura, el rito y las teogonías: el espejo y la alquimia. En el fondo de azogue del primero nos buscamos y en el matraz de la segunda intentamos transmutarnos. Búsqueda y transformación son los catalizadores  de esta historia que nos empuja a través de aguas turbulentas hacia  una orilla en la que no hay respuestas: solo un montón de preguntas para  reiniciar el tránsito, como corresponde   a  todo  camino de conocimiento digno de ese nombre.

 

El capitalismo es un sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del capital como generador de riqueza y en la asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado. Imagen extraída de: Capitalismmagazine

 

“Si lo imposible tuviese sentido, no sería imposible”, le espeta  Volta a Daniel en momentos de duda  y desaliento. Acto seguido lo inmoviliza con doble estocada:

“Hemos nacido para sorprendernos. Cuando necesitas tener esperanzas, tienes motivos para preocuparte”.

Al final, casi sin aliento, asistimos como testigos  necesarios a un diálogo entre los protagonistas, que bien podría ser el comienzo de otra historia“Yo no creo en fantasmas” le dice  Daniel Pearse,  desafiante,  a su guía Volta.  Este le replica entonces, sereno y lapidario: “Eso no me lo digas a mí: díselo a  tu fantasma”.

 

Frank Sinatra está resfriado. 2ª entrega

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Lo que tienes ahí —dijo Sinatra, indicando con un ademán su propia imagen cantando en la pantalla— es un hombre resfriado.


Por: Gay Talese

 

La escena cobraba visos ridículos, y tal parecía que Sinatra hablaba sólo medio en serio, y reaccionaba quizás por puro aburrimiento o desesperación. En todo caso, tras otro corto cruce de palabras, Harían Ellison abandonó el sitio. A esas alturas el rumor del encuentro entre Sinatra y Ellison ya había llegado a oídos de los bailarines de la pista, y alguien fue a buscar al gerente del club. Pero otro dijo que el gerente ya se había enterado… y había salido disparado, entrado en el coche de un salto y arrancado para su casa. Así que el subgerente fue a la sala de billar:

—No quiero a nadie aquí sin chaqueta y corbata —exigió bruscamente Sinatra.

El subgerente asintió con un gesto y regresó a su oficina.

Era la mañana siguiente. Comenzaba otro día de nervios para el agente de prensa de Sinatra, Jim Mahoney. Mahoney tenía dolor de cabeza y estaba preocupado, pero no por el incidente Sinatra-Ellison de la víspera. En este momento Mahoney se encontraba con su mujer en una mesa del otro salón y a lo mejor ni siquiera se había dado cuenta del pequeño drama. Todo había durado apenas unos tres minutos.

Y a los tres minutos de acabarse Frank Sinatra probablemente lo había olvidado para el resto de sus días…, como Ellison probablemente lo iba a recordar para el resto de los suyos: había tenido, como otros cientos de hombres, en un momento inesperado entre el ocaso y el alba, un altercado con Sinatra.

Más le valía a Mahoney no haber estado en la sala de billar. Para hoy ya tenía bastante en la cabeza. Estaba preocupado con el resfriado de Sinatra y preocupado por el polémico documental de la CBS, que, pese a las protestas de Sinatra y el retiro de su permiso, saldría por la televisión en menos de dos semanas. Los periódicos de la mañana estaban llenos de insinuaciones de que Sinatra pensaba demandar a la cadena, y los teléfonos de Mahoney sonaban sin parar, y ahora hablaba con Kay Gardella, en Nueva York, del Daily News:

—Es correcto, Kay…, tenían un pacto de caballeros para no hacer preguntas sobre la vida privada de Frank, y entonces llega Cronkite y va derecho: «Frank, cuénteme de esas asociaciones». Esa pregunta, Kay…, out! Esa pregunta nunca ha debido hacerse.

Mahoney hablaba echado hacia atrás en su butaca de cuero, sacudiendo lentamente la cabeza. Es un hombre de treinta y siete años y un físico poderoso; tiene un rostro redondo y colorado, una mandíbula fuerte y ojos estrechos de color azul claro; y parecería pendenciero si no hablara con tan clara y suave sinceridad y no fuera tan meticuloso con la ropa. Sus trajes y zapatos hechos a medida son espléndidos, una de las primeras cosas que Sinatra reparó en él; y en su espaciosa oficina, frente al bar, hay un limpiabotas eléctrico con un manguito rojo, y un perchero de madera sobre el cual Mahoney ajusta sus chaquetas.

Cerca del bar hay una fotografía autografiada del presidente Kennedy y, sólo en esta oficina de la agencia de Mahoney, unos cuantos retratos de Frank Sinatra: una vez hubo una gran fotografía suya que adornaba la recepción, pero parece que dañó los egos de otras estrellas de cine clientes de Mahoney y, en vista de que Sinatra de todos modos no iba a la agencia, la fotografía fue retirada.

Con todo, Sinatra parece estar siempre presente; y si Mahoney no tuviera razones legítimas para preocuparse por él, como las tenía hoy, igual podría inventárselas; y como la preocupación ayuda, se ha rodeado de pequeños recuerdos de ocasiones pasadas cuando de veras estuvo preocupado. En su estuche de afeitar hay una caja de somníferos que tiene dos años, preparados por un farmacéutico de Reno: la fecha en el frasco señala el secuestro de Frank Sinatra Jr. En una mesa de la oficina de Mahoney hay una reproducción en madera de la nota de rescate de Frank Sinatra escrita en dicha ocasión. Una peculiaridad de Mahoney: cuando se sienta preocupado en su escritorio, se entretiene con el trenecito de juguete que siempre tiene a la vista. El tren es un souvenir del filme de Sinatra El coronel Von Ryan; es a los hombres allegados a Sinatra lo que los broches de corbata del PT-109 2 son a los hombres que fueron cercanos a Kennedy…, y entonces Mahoney se pone a rodar el trenecito adelante y atrás sobre los quince centímetros de vía; adelante y atrás, adelante y atrás, clic-clac, clic-clac. Es su tic estilo capitán Queeg.3

La secretaria le avisó a Mahoney que había una llamada muy importante en espera, y éste apartó

rápidamente el trenecito. Mahoney contestó y su voz sonaba todavía más suave y sincera que antes:

—Sí, Frank —decía—. Bien… Bien…, sí, Frank.

Tras colgar el teléfono sin hacer ruido, Mahoney anunció que Sinatra había salido en su jet privado

a pasar el fin de semana en su casa de Palm Springs, que está a dieciséis minutos de vuelo de su casa en Los Ángeles. Mahoney estaba otra vez preocupado. El Lear jet que el piloto de Sinatra estaría pilotando era idéntico, según Mahoney, al que se acababa de estrellar en otra parte de California.

Al lunes siguiente, un día nublado e inusitadamente fresco para California, más de cien personas se reunían en un estudio blanco de televisión, un recinto enorme dominado por un plato blanco, paredes blancas y decenas de luces y reflectores colgantes que lo hacían parecer una gigantesca sala de cirugía. En este espacio, dentro de aproximadamente una hora, la NBC tenía programada la grabación de un especial de una hora que sería emitido a color el 24 de noviembre por la noche y que iba a realzar, hasta donde fuera posible en tan limitado lapso, los veinticinco años de vida artística de Frank Sinatra. No trataría, como supuestamente iba a hacer el próximo documental Sinatra de la CBS, de investigar el área que Sinatra considera privada.

El programa de la NBC sería principalmente una hora de Sinatra cantando algunos de los hits que lo llevaron de Hoboken a Hollywood, espacio que sería interrumpido sólo muy pocas veces por algunos extractos de películas y comerciales de cerveza Budweiser. Antes del resfriado Sinatra se había mostrado muy entusiasmado con el show. Veía en él la oportunidad no sólo de agradar a los nostálgicos sino también de comunicar su talento a los aficionados al rock and roll: en cierto sentido, combatía a los Beatles. Los comunicados de prensa que preparaba la agencia de Mahoney subrayaban esto anunciando: «Si está cansado de esos chicos cantantes con greñas que servirían para esconder una caja de melones… sería refrescante probar la capacidad de diversión del especial titulado Sinatra: un hombre y su música».

Pero ahora en aquel estudio de la NBC en Los Ángeles reinaba una atmósfera de expectativa y tensión por la incertidumbre sobre la voz de Sinatra. Los cuarenta y tres músicos de la orquesta de Nelson Riddle habían llegado ya y algunos habían subido a la blanca tarima a calentar. Dwight Hemion, un director juvenil de pelo rubio rojizo que había recibido aplausos por su especial de televisión sobre Barbra Streisand, aguardaba sentado en la cabina de vidrio que dominaba la orquesta y el plató. Los equipos encargados de las cámaras, los técnicos, los guardias de seguridad, los anunciadores de Budweiser esperaban también entre los focos y las cámaras, al igual que las diez o doce damas que trabajaban como secretarias en otras partes del edificio y se habían escabullido a presenciar todo el trajín.

Faltando unos minutos para las once corrió la voz por los pasillos del gran estudio de que Frank Sinatra había sido visto caminando por el aparcamiento rumbo a su destino con muy buen aspecto. Hubo caras de gran alivio entre el grupo allí reunido; pero cuando la figura esbelta y elegantemente vestida del hombre se fue aproximando, vieron consternados que no era la de Frank Sinatra. Era su doble, Johnny Delgado.

Delgado camina como Sinatra, posee la figura de Sinatra y desde ciertos ángulos faciales se parece de veras a Sinatra. Pero da la impresión de ser un individuo bastante tímido. Hace quince años, en los comienzos de su carrera como actor, Delgado se presentó para un papel en De aquí a la eternidad. Lo contrataron, y descubrió más adelante que estaba hecho para ser el doble de Sinatra. En la última película de Sinatra, Asalto a la reina, en la que Sinatra y sus compinches tratan de secuestrar el trasatlántico Queen Mary, Johnny Delgado reemplaza a Sinatra en algunas de las escenas acuáticas; y ahora, en este estudio de la NBC, su trabajo consistía en situarse bajo los calientes reflectores de televisión, marcando los spots que Sinatra ocuparía en el plato para los equipos de cámara.

A los cinco minutos el Frank Sinatra real hizo su entrada. Tenía el rostro pálido y los ojos azules llorosos. No había podido librarse de la gripe, pero de todas formas trataría de cantar porque la agenda estaba apretada y llevaban miles de dólares invertidos en el montaje de la orquesta y los equipos y el alquiler del estudio. Pero cuando, de paso hacia la salita de ensayos para calentar la voz, Sinatra se asomó al estudio y vio que el plato y la tarima de la orquesta no estaban lo suficientemente juntos, como había pedido expresamente, apretó los labios y fue evidente que estaba muy molesto. Un poco después pudieron escucharse, provenientes de la sala de ensayos, los golpes de su puño contra la tapa del piano y la voz de su acompañante, Bill Miller, diciéndole en tono suave:

—Trata de no enojarte, Frank.

Más tarde entraron Jim Mahoney y otro hombre y hablaron de la muerte de Dorothy Kilgallen en Nueva York por la mañana temprano. Ella había sido durante muchos años una apasionada enemiga de Sinatra, y él por su parte se acostumbró a vilipendiarla en su número escénico; y ahora, a pesar de estar muerta, él no atemperaba sus sentimientos.

—Dorothy Kilgallen está muerta —repetía saliendo de la sala hacia el estudio—. Bueno, creo que tendré que cambiar todo mi número.

Cuando, con paso lento, entró al estudio, todos los músicos al tiempo echaron mano de los instrumentos y se enderezaron en sus puestos. Sinatra carraspeó unas cuantas veces y, tras ensayar unas baladas con la orquesta, cantó Don’t Worry About Me a su completa satisfacción. Pero, inseguro de cuánto le duraría la voz, se impacientó bruscamente.

—¿Por qué no grabamos esta matriz? —llamó en voz alta, elevando la vista hacia la cabina de vidrio que ocupaban el director Dwight Hemion y sus asistentes. Se les veía agachar la cabeza, concentrados en el tablero de control.

—¿Por qué no grabamos esta matriz? —repitió Sinatra.

El director de escena, que pasaba cerca de la cámara con los auriculares puestos, repitió textualmente las palabras de Sinatra por el cable que lo comunicaba con la cabina de control: «¿Por qué no grabamos esta matriz?».

Hemion no respondía. A lo mejor tenía apagado el interruptor. Era difícil saberlo, por los reflejos de la luz en el cristal.

—Por qué no nos ponemos la chaqueta y la corbata —dijo Sinatra, que tenía puesto un pulóver amarillo de cuello alto—, y grabamos esta…

La voz de Hemion sonó de repente por el amplificador de sonido, con gran calma:

—Okay, Frank, te importaría volver a…

—Sí, me importaría —gruñó secamente Sinatra.

El silencio del lado de Hemion, que duró un segundo o dos, fue interrumpido de nuevo por Sinatra:

—Cuando aquí dejemos de hacer las cosas como se hacían en 1950, tal vez podamos… —y la

emprendió contra Hemion, condenando también la falta de técnicas modernas para montar este tipo de espectáculos; y de repente, acaso por no querer emplear la voz sin necesidad, se interrumpió.

Y Dwight Hemion, muy paciente, tan paciente y tranquilo que uno creería que no había oído nada de lo que Sinatra acababa de decir, le esbozó la primera parte del programa. Y a los pocos minutos Sinatra leía sus comentarios introductorios, que vendrían después de Without a Song, en los letreros de apuntes que sostenían cerca de la cámara. Hecho esto, se preparó para hacer lo mismo con las cámaras rodando.

—Show de Frank Sinatra, acto I, página 10, toma uno —anunció el hombre de la claqueta, saltando enfrente de la cámara, ¡clac!, y saltando fuera nuevamente.

—¿Alguna vez se han detenido a pensar —entró a decir Sinatra— cómo sería el mundo sin una canción?… Sería un lugar bastante aburrido… Te da que pensar, ¿verdad?

Sinatra se interrumpió.

—Perdón —dijo, y añadió—: Chico, me hace falta un trago.
Entonces volvió a intentarlo.

—Show de Frank Sinatra, acto I, página 10, toma dos —gritó el saltón de la claqueta.

—¿Alguna vez se han detenido a pensar cómo sería el mundo sin una canción?…
Esta vez Frank Sinatra lo leyó todo sin parar. Luego ensayó otras cuantas canciones, cortando una o

dos veces a la orquesta cuando algún sonido instrumental no salía tal como él quería. Costaba saber cuánto le iba a aguantar la voz, pues el programa apenas comenzaba. Hasta ese punto, sin embargo, todos los presentes parecían satisfechos, en particular cuando cantó una vieja canción sentimental muy solicitada compuesta hacía más de veinte años por Jimmy van Heusen y Phil Silvers: Nancy, inspirada por la primera de los tres hijos de Sinatra cuando era una niñita de pocos años.

If l don’t see her each day I miss her…
Gee what a thrill

Each time I kiss her… 4

Mientras Sinatra cantaba estas palabras, y por más que en el pasado las había cantado una y mil veces, a todos allí se les hizo patente que algo muy especial debía de estar sucediendo dentro del personaje, porque algo muy especial salía de él. Con o sin gripe, cantaba ya con fuerza y calidez; se abandonaba y su arrogancia pública se había esfumado; el lado íntimo estaba en esta canción sobre la chica que, se dice, lo comprende mejor que nadie y es la única persona delante de la cual él puede ser como es con todo desparpajo.

Nancy tiene veinticinco años. Vive sola, habiendo terminado en divorcio su matrimonio con el cantante Tommy Sands. Su casa está en un barrio residencial de Los Ángeles y ella ahora rueda su tercera película y graba para la compañía discográfica de su padre. Se ven todos los días; si no, él la llama por teléfono, no importa si es desde Europa o Asia. Cuando la voz de Sinatra se hizo popular en la radio, excitando a sus fans, Nancy lo oía en casa y se echaba a llorar. Cuando el primer matrimonio de Sinatra se deshizo en 1951 y él se fue de casa, Nancy era la única de los hijos con la edad suficiente para recordarlo en calidad de padre. También lo vio con Ava Gardner, Juliet Prowse, Mia Farrow y muchas otras, pues han salido con él en citas de dos parejas…

She takes the winter And makes it summer… Summer could take

Some lessons from her. 5

Nancy ahora también lo ve cuando decide visitar a su primera esposa, Nancy Barbato, hija de un albañil de Jersey City con la que se casó en 1939 cuando ganaba veinticinco dólares por semana cantando en el Rustic Cabin cerca de Hoboken.

La primera señora de Sinatra, una mujer llamativa que no ha vuelto a casarse («Cuando has estado casada con Frank Sinatra…», le explicó alguna vez a una amiga), vive en una magnífica residencia en Los Ángeles con su hija menor, Tina, de diecisiete años. No hay amargura, tan sólo un gran respeto y cariño entre Sinatra y su primera mujer, y desde tiempo atrás él es bienvenido en su casa e incluso se sabe que aparece por allí a cualquier hora, atiza la chimenea, se echa en el sofá y cae dormido.

Frank Sinatra puede caer dormido en cualquier parte, algo que aprendió cuando solía recorrer las más abruptas carreteras con los buses de las orquestas; y en esa época también aprendió, sentado y vestido de esmoquin, a prensar los pliegues de los pantalones por detrás y remangar la chaqueta por debajo y hacia fuera, para echarse a dormir perfectamente planchado. Pero ya no viaja en bus, y su hija Nancy, que en años más tiernos se sentía rechazada cuando él se dormía en el sofá en lugar de prestarle atención, acabó dándose cuenta de que el sofá era uno de los pocos lugares que le quedaban en el mundo a Sinatra para poder disfrutar de un poco de privacidad, donde su famoso rostro no sería objeto de miradas ni causaría una reacción anormal en los demás.

Se dio cuenta, también, de que las cosas normales siempre han esquivado a su padre: su niñez fue solitaria y necesitada de atención, y desde que la obtuvo no ha vuelto a estar seguro de estar solo. Cuando miraba por la ventana de una casa que tuvo en Hasbrouck Heights, Nueva Jersey, solía toparse con los rostros de adolescentes que lo espiaban; y en 1944, cuando se mudó a California y compró una casa rodeada de una valla alta en Lake Toluca, descubrió que la única manera de escapar del teléfono y demás intromisiones era subir a su bote de remos con algunos amigos, una mesa de juego y una caja de cerveza, y pasar toda la tarde a flote. Pero él ha intentado, hasta donde es posible, ser como cualquier otro, dice Nancy. Lloró cuando ella se casó; es muy emotivo y sensible…

—¿Qué demonios haces allá arriba, Dwight?
Silencio en la cabina de control.

—¿Andas de fiesta o algo allá arriba, Dwight?
Sinatra se plantaba en el plato con los brazos cruzados, lanzando una mirada feroz por encima de las cámaras hacia donde se hallaba Hemion. Sinatra había cantado Nancy con todo lo que probablemente le daba la voz en ese día. Los números siguientes incluyeron notas rechinantes y en dos ocasiones la voz le falló por completo. Pero en ésas Hemion se hallaba aislado en la cabina de control, hasta que al fin bajó al estudio y se dirigió al sitio donde Sinatra estaba. A los pocos minutos dejaron juntos el estudio y subieron a la cabina de control. Pusieron la cinta para Sinatra. El la vio durante cinco minutos a lo sumo antes de empezar a sacudir la cabeza. Le dijo entonces a Hemion:

—Olvídalo, simplemente olvídalo. Pierdes tu tiempo.

Lo que tienes ahí —dijo Sinatra, indicando con un ademán su propia imagen cantando en la pantalla— es un hombre resfriado.

Acto seguido abandonó la cabina de control, ordenando que borraran la actuación de ese día y aplazaran cualquier futura grabación hasta que se hubiera repuesto.

Pronto el rumor se esparció como una epidemia emocional entre los empleados de Sinatra, se propagó luego por todo Hollywood, después se supo de él al otro lado del país en la taberna de Jilly y también al otro lado del río Hudson en las casas de los padres de Frank Sinatra y otros parientes y amigos de Nueva Jersey.

Cuando Frank Sinatra habló con su padre por teléfono y le dijo que se sentía fatal, Sinatra el viejo le informó que él también se sentía fatal: tenía el brazo y el puño izquierdos tan tiesos por un problema circulatorio que a duras penas los podía usar, y añadió que el mal podía ser resultado de los muchos ganchos de izquierda que había lanzado en sus días de peso gallo hacía casi cincuenta años.

Martin Sinatra, un siciliano colorado, pequeño, tatuado, de ojos azules y oriundo de Catania, boxeaba bajo el nombre de «Marty O’Brien». En esos días, en esos sitios, cuando los irlandeses mangoneaban en los estratos inferiores de la vida ciudadana, no era raro que los italianos acabaran con nombres como ése. En su mayoría, los italianos y sicilianos que emigraron a América a finales del siglo XIX eran pobres e incultos. Se les excluía de los sindicatos de la construcción dominados por los irlandeses, y se sentían un tanto intimidados por los policías irlandeses, los sacerdotes irlandeses y los políticos irlandeses.

Una excepción notable era la madre de Frank Sinatra, Dolly, una mujer grande y muy ambiciosa traída a este país cuando tenía dos meses de edad por la madre y el padre, un litógrafo de Génova. Años después Dolly Sinatra, con su cara redonda, rubicunda y de ojos azules, a menudo pasaba por irlandesa y sorprendía a muchos la velocidad con la que descargaba su pesado bolso a cualquiera que la tratara de wop.6

Merced a habilidosas jugadas políticas con la maquinaria del Partido Demócrata del norte de Jersey, Dolly Sinatra llegaría a convertirse, en su apogeo, en una especie de Catalina de Médicis del tercer distrito de Hoboken. Se podía contar siempre con que en las elecciones pondría 600 votos de su barrio italiano, y en eso cimentaba su poder. Cuando le dijo a un político que quería que su marido ingresara al cuerpo de bomberos de Hoboken, y éste le respondió: «Pero, Dolly, no tenemos ni una vacante», ella le contestó: «Pues hagan una».

Así fue. Años después pidió que nombraran capitán al marido, y un día recibió una llamada de uno de los jefes políticos, que le dijo:

—¡Felicidades, Dolly!
—¿Por qué?
—El capitán Sinatra.

—Ah, por fin lo nombraron…, muchas gracias. Y enseguida llamó a los bomberos de Hoboken:

—Póngame con el capitán Sinatra —dijo.

El bombero llamó al teléfono a Martin Sinatra, diciéndole:

—Marty, creo que tu mujer está chiflada.
Cuando éste se puso al aparato, Dolly lo saludó: —Felicidades, capitán Sinatra.

El hijo único de Dolly, bautizado Francis Albert Sinatra, nació y por poco muere el 12 de diciembre de 1915. El parto fue difícil, y en su primer momento sobre la tierra él recibió las marcas que llevará hasta el día de la muerte: las cicatrices del lado izquierdo del cuello son producto de la torpeza del doctor con el fórceps, y Sinatra decidió no disimularlas con una cirugía.

Tras cumplir los seis meses se crió principalmente con la abuela. La madre tenía un trabajo de tiempo completo como experta en baños en chocolate en una empresa importante, y era tan hábil que la firma le ofreció un día enviarla a enseñar a otras en la sucursal de París. Si bien algunos en Hoboken recuerdan a Sinatra como un niño solitario que pasaba largas horas en el porche de su casa mirando al vacío, Sinatra nunca fue un barriobajero, nunca estuvo preso y siempre se vestía bien. Tenía tantos pantalones que algunos en Hoboken lo apodaban «Pantalonudo O’Brien».

Dolly Sinatra no era una de esas madres italianas que se aplacan con la mera obediencia y el buen apetito de su niño. Era muy severa y exigente con su hijo. Soñaba con que se graduara de ingeniero aeronáutico. Cuando una noche descubrió los retratos de Bing Crosby que él había colgado en las paredes de la alcoba y se enteró de que su hijo anhelaba ser también cantante, se enfureció y le arrojó un zapato. Después, al comprobar que no podría disuadirlo («Se parece a mí»), lo animó a cantar.

Muchos jóvenes italoamericanos de su generación apuntaban a lo mismo: eran fuertes en el canto y débiles con las letras, no había un gran novelista entre ellos; ni un O’Hara, ni un Cheever, ni un Shaw; pero podían pronunciarse en bel canto. Eso caía más dentro de su tradición, no se requería un diploma; podían, con una canción, ver sus nombres alumbrando algún día las marquesinas…, Perry Como…, Frankie Laine…, Tony Bennett…, Vic Damone…, pero ninguno lo podía ver mejor que Frank Sinatra.

 

Banda Sonora de esta 2ª Parte

https://www.youtube.com/watch?v=ljrFQyE1hAg

Iván Duque no tiene programa, solo una lluvia de ideas

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Pero, señores del Centro Democrático, señor candidato Iván Duque, con el respeto que me merecen, una candidatura necesita un programa de gobierno, escrito, integral y publicado en la red, para que los ciudadanos preocupados como yo puedan leerlo…


 

Traté de encontrar un programa estructurado del candidato a la presidencia por el partido del Centro Democrático: no lo logré.  A diferencia de ello encontré un corto documento (una especie de “paper”), que se llama “Construyendo País, propuestas para el futuro de Colombia”.  ¡Intenté en la red, imposible! En la página web solo están las mismas 162 propuestas que aparecen en el corto documento, así, sueltas, sin diagnóstico ni contexto, sin líneas de base ni metas.

Una cosa de no creer, tanto que, como ya me había pasado con el programa del candidato Sergio Fajardo (que tampoco estaba disponible en la red), pedí ayuda. Escribí un trino en mi cuenta de Twitter pidiendo orientación al público y hasta a los mismos candidatos –etiquetándolos-. Vana ilusión. Me respondieron del programa “Pereira Cómo Vamos”, diciéndome que en la página de su proyecto “Yo Voto, Yo Sumo”, estaban las propuestas destacadas y los programas completos. Ingresé al portal indicado, pero nada, allí estaba el documento que he mencionado, únicamente.

Queriendo no darme por vencida, consulté a los parlamentarios electos por el Centro Democrático en Risaralda.  Hasta le pregunté a la encargada de las comunicaciones de la campaña. Ella me contestó, muy atenta. Me dijo que buscara el libro lanzado por Iván Duque en abril del 2017, titulado “IndignAcción”. Le pregunté si ese libro hacía parte integral del programa de gobierno, pero solo me dijo que el libro era un compendio de su programa de gobierno, pero que las propuestas las encontraba en la red.

Así las cosas, busqué el libro, pero antes leí algunos comentarios sobre él en la red. Encontré, por ejemplo, lo que dijo la Revista Semana, a propósito de su lanzamiento el año pasado:

Iván Duque lanza su libro IndignAcción, que pretende combinar los conceptos de protesta y soluciones. Su libro anterior, La economía naranja, fue bien recibido con su teoría de que las industrias creativas (música, arte, cultura, etcétera) representan más en el PIB que el café o la minería. El nuevo libro, más que económico, es una reflexión política sobre los riesgos del populismo. Los allegados a Duque están entusiasmados con el triunfo de Macron en Francia, con el argumento de que es de su misma edad e igualmente ajeno a la política tradicional. (Revista Semana, Confidenciales, 2017/04/29).

Entonces, perdí toda esperanza y por completo la motivación. Sobre todo, porque después de leer los programas anteriores (De La Calle, Fajardo y Vargas Lleras), que son completos en todo sentido -en los diagnósticos y en las propuestas-, mi expectativa era grande: quería conocer el programa del candidato del Centro Democrático para sorprenderme, para dudar, para contemplarlo como posibilidad aún a sabiendas de que hace parte de un movimiento político que me genera profundas distancias. Pero, siempre albergo la posibilidad de cambiar de opinión a partir de la consideración de buenos argumentos.

Entonces, les ruego que comprendan mi desánimo porque, además, soy alérgica a las superficialidades, a las guías para dummies o, peor, a los resúmenes de libros.

Yo estaba deseosa de leerme el universo completo de la visión del candidato acerca de las problemáticas del país, y las propuestas que en consecuencia de esa mirada (la de él, y la del movimiento que representa) se estaban presentando a consideración del electorado. Una cosa no puede ser independiente de la otra, porque entonces las proposiciones se aparecen pre fabricadas o, más malo aún, sacadas de la manga sin relación alguna con una reflexión seria de la realidad acerca de la cual pretenden derivar.

En ello, el programa de Vargas Lleras es, tal vez, el mejor, porque posee un sólido diagnóstico que no se extiende innecesariamente, sino que sirve para recrear exactamente las problemáticas que el candidato aspira a abordar (trabajar, mejorar) con sus propuestas. Señalarlo no pretende desacreditar los otros programas (De La Calle y Fajardo) que también hicieron su esfuerzo por condensar una visión de país, basándose en un diagnóstico estructurado de problemáticas para las cuales proponen diferentes soluciones.

Pero en esta campaña, nada de nada. Sólo un listado, que además va antecedido por una fórmula que parece querer exculpar al Candidato del nivel de elaboración de su propuesta:

“Estas propuestas son el comienzo de una agenda para la construcción de esa nación que soñamos y espero seguirla enriqueciendo con la visión de ustedes.

El listado de las 162 iniciativas, o, mejor esta colección de afirmaciones de buena intención sin ningún contexto, línea de base, consideración de antecedentes, marco regulatorio, o meta (qué decir de indicadores de resultado), la pueden leer ustedes directamente, no les tardará mucho, y la anexamos a este escrito.

 

Fuente: Caricaturista Mheo.

Ver las propuestas de  Iván Duque.

De todas maneras, y a pesar de mi frustración, que se exacerba considerando las grandes posibilidades que tiene este candidato de llegar ser Presidente, leí los 162 tópicos, y a continuación les comparto mis impresiones al respecto:

El texto inicia con una declaración de principios:

Soy creyente en Dios, tengo una familia de la que me siento orgulloso por los valores que vivimos y compartimos”.

Un párrafo que configura una posición en el mundo completamente tradicional y que refiere a una creencia en particular y unos valores que la sustentan, algo que, ya comenzando, excluye a una gran cantidad de colombianos que son ateos, o que tienen opciones de vida y género diferentes a los “valores de familia”, valga decir, la familia tradicional que se deja intuir en este preámbulo.

Continúa con un manifiesto, estas constituyen ser las razones, que, a decir del candidato, resulta ser el estado de indignación de los colombianos. Un discurso sin cifras ni estados del arte, sin un contexto que dé alguna credibilidad a esta retórica, sobre impuestos, dificultades para crear empresa o el empleo, impunidad, y un disparo directo a un tema: la paz. Dice textualmente:

Nos afecta ver que la justicia premia a quienes han cometido los peores crímenes de nuestra historia bajo el abuso de la palabra “paz.

Corrupción y agenda social “débil” (Esto me hizo preguntarme: ¿débil? ¿con la cantidad de subsidios de todo tipo que han entregado este y los anteriores gobiernos?). Informalidad de la economía y sus efectos sobre el sistema de salud y pensional.

Entonces, así sin más, después de haber esbozado en breves brochazos verbales la supuesta indignación, se concluye que Colombia necesita un cambio.  Afirmación efectista y electorera que, a juzgar por los resultados, les ha salido bien.

Un cambio, ¿para qué? Pues obvio, para revertir el dramático panorama esbozado en el párrafo largo que sustenta la indignación. Indignación y Cambio, ¡qué pareja tan rendidora en época de elecciones!

Y, obvio, un salvador, que tiene el:

deber de transformar la indignación en acciones de cambio, para evitar que el populismo prospere en nuestro país.

En este “tríoque es la propuesta de campaña de Duque, populismo es el tercero involucrado.

A reglón seguido se remite al lector al libro IndignAcción, Ideas para la Colombia de Futuro. Pero, señores del Centro Democrático, señor candidato Iván Duque, con el respeto que me merecen, una candidatura necesita un programa de gobierno, escrito, integral y publicado en la red, para que los ciudadanos preocupados como yo puedan leerlo, encontrando un fácil acceso a él. Sí, ya sé que somos pocos los “nerdos” que nos queremos leer los 27 pdf por 40 hojas/pdf de los programas tipo, como el de Vargas Lleras, y que electoralmente explicar mucho  las cosas no agrega votos, y sin embargo…

Luego se ponen poéticos y nos remiten a una metáfora, la de un árbol, cuyas semillas son la libertad y el orden; las raíces profundas, el progreso social;  un tronco fuerte (la economía dinámica con sentido social -¿con qué se comerá esto?-), unas ramas largas y flexibles (crecimiento y desarrollo),  y un follaje (el de la sostenibilidad ambiental. ¡Ah! Y claro, los frutos de la equidad.  ¡La promesa de todo un paraíso en la tierra!, en la tierra del banano y el café.

De aquí en adelante inicia la enumeración de afirmaciones que pretenden ser propuestas sin llegar a serlo en estricto sentido por la ausencia, como he dicho, como mínimo de líneas de base (diagnóstico) y del planteamiento de algunas metas concretas.

 

Algunas páginas del libro “IndignAcción”

 

 


  1. Seguridad y Justicia, del cual, se podría destacar:


 

  • Prohibir en la Constitución la existencia del narcotráfico como delito político conexo. El narcotráfico no podrá ser un delito amnistiable en Colombia (3).
  • La erradicación de cultivos ilícitos será obligatoria, no voluntaria (4).
  • Restaurar el honor y la moral militar con: Seguridad jurídica (independencia de la Justicia Penal Militar); Capacitación universal y de calidad en Derechos Humanos; Beneficios, apoyo y reconocimientos especiales para uniformados y reservas, por sus servicios y compromiso con la paz y la seguridad de la sociedad (10).
  • Erradicar las zonas de miedo y tolerancia en las ciudades (12).
  • Reforzaremos la Acción de Tutela, para que haga más de lo que le corresponde (proteger derechos vulnerados o en riesgo) y menos de lo que debe hacer el resto de la justicia (resolver aquello para lo que existen mecanismos idóneos) (17).
  • Tendremos la férrea voluntad de actuar de manera decidida contra la impunidad (18).

 

Aquí he consignado 6 de los 18 ítems que acompañan la sección de Seguridad y Justicia. Como nada está definido, todo queda abierto a la especulación, por ejemplo en relación a las bonificaciones a las fuerzas militares (¿de cuánto serán? ¿por qué acciones se obtendrán? ¿bajo qué parámetros se vigilarán?), o, Reforzar la Tutela (¿es una modificación constitucional? ¿cuáles de los derechos que hoy salvaguarda la tutela serán eliminados?).

Cuando no se trata de afirmaciones que implican un cambio completo de la legislación y los acuerdos previos. Es el caso de la afirmación (3):

“Prohibiremos en la Constitución la existencia del narcotráfico como delito político conexo”.

Este es un tema que ha suscitado extensa polémica en el país por cuenta de la negociación y el posterior acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc. En la Constitución Política de 1991 el delito político es contemplado como una excepción a la extradición (art. 35), en el 150, donde se dice que el Congreso puede

conceder, por mayoría de los dos tercios de los votos de los miembros de una y otra cámara y por graves motivos de conveniencia pública, amnistías e indultos por delitos políticos”, y en el 179, donde se deja expreso que no podrán ser congresistas “quienes hayan sido privados de la libertad (…) excepto por delitos políticos”.

No obstante, ya desde el 2014, en plena negociación del acuerdo de paz, el negociador en jefe Humberto de La Calle puso nuevamente el tema en discusión, puesto que la financiación de la guerrilla provino en las últimas décadas del narcotráfico.

(Ver: El narcotráfico como delito político: ¿desatino o condición para el posconflicto?)

En todo caso, en la implementación del acuerdo de paz, a través del Congreso, se tramitaron proyectos de ley que a la postre se convirtieron en leyes y decretos reglamentarios. Los temas de delitos políticos conexos y amnistías, quedaron consignados en la Ley 1820 de diciembre de 2016.  El punto es que desmontar estas normas, aunque sea parcialmente, podría echar abajo todo el andamiaje del Acuerdo de Paz, pues los decretos y leyes promulgados por el Congreso en el marco de la implementación del acuerdo final de La Habana (como la JEP, Medidas para la Reincorporación Social Económica, Acceso a Tierras, etc.), constituyen una integralidad que da soporte y operatividad a lo pactado.

Es decir, esta afirmación podría entenderse como echar abajo los acuerdos.

 


  1. Austeridad y Honestidad en la administración del Estado:


 

  • Las campañas para cuerpos colegiados legislativos del orden nacional y territorial serán financiadas por el Estado, y en listas cerradas, y los partidos que gasten recursos adicionales perderán personería jurídica. Fallar un mínimo de votos implica devolverle los recursos a la Nación (19). (Aplica igual para las las campañas presidenciales (21)).
  • Ninguna persona podrá estar en un cuerpo colegiado legislativo de elección popular por más de tres períodos, consecutivos o no (20).
  • Campañas a Gobernaciones y Alcaldías solo podrán recibir aportes de personas naturales con un monto máximo por persona (23).
  • Las empresas, representantes legales, miembros de junta, gestores e intermediarios de empresas que sobornen, no podrán volver a contratar con el Estado u ocupar cargos públicos (27) (Aplica también para funcionarios que reciban sobornos (28)).
  • Cambio de uso de suelo en los POT serán solo posibles bajo inspección pública rigurosa, de manera que no sean para beneficiar amigos, familiares o a cambio de favores (32).
  • Realizaremos una campaña nacional de rescate de valores éticos, acompañados de socialización masiva sobre el uso de las herramientas de seguimiento, denuncia y control ciudadana a los funcionarios y el presupuesto (33).
  • Eliminaremos la mermelada en el presupuesto (39).

 

Interesante la financiación estatal a campañas, lástima que no se extienda a las elecciones de gobiernos territoriales pues es allí donde se negocian los presupuestos. Recordar que el legislativo se ocupa de las leyes, mientras que los mandatarios locales son quienes ejecutan los recursos del orden nacional (transferencias) y local. 

Igualmente, loable limitar los periodos de los congresistas, falta ver si el trámite en el Congreso (directamente afectado con esta iniciativa) lo permite. Afirmarlo no es hacerlo, ni prometerlo lograrlo, máxime que no se establecen plazos ni compromisos concretos.

La prohibición a contratar con el Estado para empresas y funcionarios públicos o privados involucrados en actos de corrupción debe comprometerse con una trazabilidad estricta de socios, inversión y aportes de capital, puesto que es relativamente fácil crear nuevas personas jurídicas que no es vean afectadas por la sanción impuesta a quienes han obrado de manera ilegal en materia de sobornos y corrupción.

 

Foto extraída de: Wradio.

 

Sobre la Campaña Nacional de Rescate de Valores, es tan relativo como definir cuáles serán los valores a defender y difundir. La política de inclusión, por ejemplo, no es un “valor” sino una obligación del Estado por orden Constitucional, igual que el reconocimiento de la diversidad y su efectiva protección.

Ahora, decir “eliminaremos la mermelada” parece más una sentencia jocosa que una intención seria. No es posible dar rigurosidad a un programa cuando se usan eufemismos de este tipo para disfrazar fenómenos y prácticas corruptas que han desviado recursos para la inversión en desarrollo y social, robando (ese es el término más exacto) los impuestos de los colombianos y por ende sus esperanzas de progreso.

 


  1. Instituciones Independientes:


    • Los altos cargos públicos, ministros, magistrados, embajadores, etc., serán confirmados mediante procedimientos de audiencia pública en las comisiones constitucionales correspondientes del Senado de la República (43).
    • Muralla China entre poderes públicos. Familiares de magistrados de las Altas Cortes o de congresistas que hayan intervenido en la nominación o en la elección de cabezas de organismos de control no podrán ser nombrados en entidades de control frente a las cuales participaron o intervinieron (46).
    • Defenderemos el sistema interamericano y la integración comercial pero no seremos cómplices de la indiferencia de UNASUR con lo que acontece en Venezuela (48).

 

La propuesta para los altos cargos del Estado me parece perversa. En términos prácticos se trata de, en vez de reforzar la meritocracia, legitimar las cuotas burocráticas, introducir de facto un componente político en la selección de los funcionarios de alto nivel. Ya sea en el aparato ejecutivo o en el judicial es un crimen disfrazado de buen propósito.

En cuanto a “Muralla China”, ¿qué quiere decir eso?, se explica a reglón seguido este juego de palabras que corresponde a algo que debería ser acatado sin necesidad de ser reglamentado. La experiencia demuestra que la sanción social y política es mucho más efectiva que la saturación de leyes inútiles que no conjuran lo que la ética per se no gobierna.

En cuanto a la postura sobre UNASUR y Venezuela, más allá de la retórica no encuentro ningún sentido concreto a esta afirmación.

 


  1. Educación:


    • La educación preescolar se centrará en el desarrollo de capacidades cognitivas y no cognitivas de los niños […] Nuestros mejores profesores deben concentrarse en la educación preescolar, y una porción importante de las regalías se enfocará a crear un fondo que haga de esto una realidad sostenible (50).
    • La educación preescolar se centrará también en el desarrollo de capacidades. Implementaremos el plan 1.000 preescolares públicos y público-privados en asociación con proveedores privados y asociaciones de profesores (51).
    • No existirán en Colombia estudiantes de primera y de segunda. Jornada única para todos (52).
    • La educación media tendrá en los últimos tres años de formación, titulación técnica en competencias afines con la vocación económica de cada región (53).
    • El Icetex condonará parcialmente la deuda de aquellos estudiantes que luego de recibir el crédito, obtengan en sus carreras grados, Magna Cum Laude o promedio de honores. Adicionalmente, se identificarán nuevas y mejores ofertas de plazo y tasa de interés para los estudiantes de menor ingreso (56).
    • Fomentaremos el ahorro programado accesible para la educación superior, para que la clase media garantice la culminación de sus estudios (57).

 

Casi es imposible hacer comentarios: “Nuestros mejores profesores” (¿medidos a partir de qué parámetros?, ¿se proponen hacer una modificación al sistema de evaluación docente? “Una porción importante de las regalías” ¿cuánto? ¿cómo?, crear un fondo ¿en qué dependencia? ¿con qué objetivo? ¿reduciendo qué otros rubros del sistema de regalías?).

Lo del Icetex es una presión indebida: no todos los estudiantes, por necesitados que sean, pueden o lograrán ser Magna Cum Laude. Ahora, la afirmación relativa a “nuevas y mejores ofertas de plazo y tasa de interés” es una vaguedad. Solo para ilustrar, a este respecto el programa de Vargas Lleras contiene propuestas mucho más concisas (los préstamos del Icetex con intereses del 1% real, con un período de gracia de 2 años), que también se pueden encontrar en el programa de Fajardo (no capitalización de intereses mientras el estudiante sigue matriculado, estudiantes pagan sus créditos de acuerdo a su capacidad de pago), o incluso en el de De La Calle (Icetex será transformado en el Banco de la Inteligencia, intereses no capitalizables, cuotas en función de la capacidad de pago y no del monto adeudado, tasas blandas con subsidios del Estado se pagarán los créditos educativos solo cuando los deudores ya estén establecidos laboralmente).

En cuanto a “fomentar el ahorro programado”, es lo que las familias que pueden ya vienen haciendo, sin necesidad de que el Estado se invente “el agua tibia”. El problema es que existen muchas familias, incluso de clase media que NO tienen o tienen poca capacidad de ahorro.

 

Foto extraída de: El Heraldo

 

A esta altura del programa me digo que no quiero parecer o sentirme sesgada, ¡quiero encontrar algo que me parezca realmente sensato y muy bueno! Tomo aire, y continúo leyendo.

 


  1. Salud:


  • Enfocaremos la salud principalmente en la prevención estructural de enfermedades transmisibles y no transmisibles, y actuaremos para reducir la peligrosa expansión de las enfermedades cardiovasculares y respiratorias en todo el país (61).
  • Todo el sistema de salud (EPS, IPS y agentes gubernamentales) estarán en línea y será coordinado y evaluado mediante el uso del Big Data (63).
  • Las EPS tendrán que reducir la deuda a más de 90 días con prestadores del servicio (64).
  • Las historias clínicas serán 100% digitales (66).
  • La integración vertical será revisada con lupa para castigar abusos (68).
  • Desarrollaremos una agenda de buenos hábitos en salud que prevengan el sobrebpeso y la obesidad en la población, principalmente en niños y adolescentes (69).
  • Propenderemos por la equidad para la mujer, con especial seguimiento a condiciones y oportunidades laborales, con medidas para corregir situaciones de discriminación y sancionar su persistencia (75).

 

Interesante enfocarse en desarrollar una agenda de buenos hábitos en salud, y preocuparse por la equidad para la mujer.

 


  1. Cultura:


 

  • Crearemos 1.400 centros SACUDETE (salud, cultura, deporte, tecnología y emprendimiento) como puntos de encuentro para jóvenes, en los cuales buscaremos crecer y consolidar las habilidades base, para participar en los beneficios de la Economía Naranja. A la vez que se construye ciudadanía y se previenen situaciones de embarazo adolescente, pandillas y vandalismo, entre otras (76).
  • Incentivaremos el desarrollo de talentos con la expansión de programas musicales como Batuta, y la creación de iniciativas similares en otras disciplinas creativas. Además velaremos por la existencia de protección social efectiva para artistas y gestores culturales con un sistema funcional de acreditación (77).
  • Activaremos y fortaleceremos alianzas entre las comunidades y las fundaciones culturales, con respaldo desde el Estado, articulando una oferta cultural local en todo el territorio (78).
  • Acceso temprano a la cultura, conectando las bibiliotecas existentes con un programa nacional de bibliotecas itinerantes, y la entrega y acompañamiento en el uso de kits culturales para que los padres lean con sus hijos desde la primera infancia (79).
  • Nuestros festivales y carnavales serán respaldados como patrimonio cultural para fortalecer su oferta ante el mundo (80).

 

En sus propuestas culturales el programa mejora, sin llegar a ser contundente. No obstante, se percibe que el conocimiento del sector es mayor y la solvencia de los enunciados lo reflejan.

 


  1. Economía:


 

  • Simplificaremos el sistema tributario para empresas y personas naturales, con tarifas competitivas, mínimas distorsiones y digitalización total en las plataformas tributarias, con autorización de procesos de devolución (82).
  • Impulsaremos la factura electrónica, empezando por bienes raíces y luego extendiéndola a todas las transacciones, ahorrando costos, generando trazabilidad y con transparencia absoluta (83).
  • Racionalizaremos el gasto público y crearemos herramientas para su clasificación y ejecución transparente, privilegiando la inversión, generando alertas tempranas para evitar despilfarro y proyectos desfinanciados (85).
  • Redefiniremos el sistema tributario territorial, buscando generar mayor autonomía fiscal por la vía del fortalecimiento de los ingresos locales y de las capacidades administrativas de departamentos y municipios (87).
  • Profundizaremos el sistema de capitales … (88).
  • Diversificaremos los socios comerciales y la oferta exportable… (89).
  • Crearemos garantías de estabilidad jurídica y de incentivos a la inversión …(91).
  • Buscaremos un crecimiento sostenido de la economía …(92).

 

Y otra serie de afirmaciones vagas y de lugares comunes sin precisar ningún mecanismo o meta. Uno lee esto y sinceramente le dan ganas de decir: De la política económica de Iván Duque y otros “bla, bla, bla”.

 


  1. Innovación Social:


 

  • Proponemos la expansión de cobertura de servicios públicos y sociales en zonas remotas y marginales, aprovechando nuevas tecnologías, para lograr alcantarillado en más del 70% de los hogares rurales, 100% de energía eléctrica y de agua potable, y activación de programas especiales de salud (vacunaciones), deporte y cultura en los municipios de mayor vulnerabilidad (93).
  • Implantaremos una estrategia para el mejoramiento de 600.000 viviendas (baños, cocinas, suelos dignos, con servicio de gas y refuerzos estructurales) (94).
  • Adelantaremos una reforma pensional que se concentre en la equidad para focalizar los subsidios en los más vulnerables, eliminando distorsiones y competencias innecesarias entre el régimen de prima media y el ahorro individual (100).

 

Algo es algo, y por lo menos en agua potable, alcantarillado energía eléctrica y mejoramiento de viviendas, existe un intento, aunque tímido, por comprometerse con unas cifras concretas.

 


  1. Campo con progreso:


 

  • Al menos 50% del presupuesto agrícola se invertirá en la provisión de bienes públicos como distritos de riego, vías e infraestructura digital, entre otros, potenciándolo con APP para el crecimiento del sistema de mediana y gran escala (102).

 

Foto extraída de: as-coa. Org

 

Lo único concreto de la propuesta para el campo.

 


  1. Emprendimiento:


 

  • Buscaremos recursos de capital para el emprendimiento, fortaleciendo fondos como Emprender, Innpulsa y el uso de las regalías regionales, de la mano de universidades y el sector privado para promover fondos ángel potenciados con acompañamiento técnico y mentoría práctica (111).
  • Crearemos una Red de pequeños exportadores, apoyada en simplificación de trámites acompañamiento técnico y plataformas digitales que agreguen la oferta para abrir mayores y mejores mercados internacionales. Adicionalmente le apostaremos a la profundización del turismo con: Mantenimiento por 4 años de los beneficios tributarios en hotelería. Impuso del turismo vivencial, ecológico y de aventura. Desarrollo de capacidad y oferta turística en el sur del país y nuestras costas (114).

 

En términos de emprendimiento y turismo las demás propuestas de gobierno son fuertes, amplias, detalladas. Recomiendo consultar los resúmenes sobre estas propuestas publicadas con anterioridad en este mismo portal.

 


  1. Ciencia y tecnología:


 

  • Acceso amplio a la tecnología con Internet móvil que conecte al menos al 70% de los colombianos, con cobertura total del territorio en 4G, independencia efectiva de un regulador convergente (no más conflictos de intereses por la propiedad pública en operadores de telecomunicaciones, ni contradicciones entre agencias), y adopción temprana con rápida expansión de 5G (117).
  • Le apostaremos a la adopción temprana en profundidad (marco regulatorio limitado a la protección del consumidor) y el liderazgo regional (exención de renta por 5 años por generación de empleos formales permanentes en nuevas industrias) en: Internet de las cosas. Inteligencia artificial. Big Data y datos abiertos. Impresión 3D. Desarrollo de apps (119).
  • Aumentaremos la inversión en I+D+a mínimo el 1,5% del PIB, con incentivos para la iniciativa privada, el registro de patentes y los doctorados, con énfasis espacial en: Medicina. Genómica de última generación. Biotecnología. Agricultura (122).

 

En este aparte la propuesta mejora algo, por lo menos se compromete con temas más concretos.

 


  1. Economía naranja y deporte:


    • Crearemos el viceministerio de Economía Naranja en el Ministerio de Cultura para articular las acciones institucionales del Consejo Nacional de Economía Naranja en la generación de información, desarrollo de infraestructura, formación especializada, impulso industrial, inclusión social y cultural, apertura y consolidación de mercados internacionales, y conectividad (123).
    • Nos proponemos la meta de duplicar el PIB basado en el sector creativo al 2025 y el impulso internacional del sello “Creación colombiana” (124).
    • Nos proponemos la meta de triplicar las medallas y reconocimientos en competencias internacionales en una década.

 

 


  1. Infraestructura:


 

  • Concluir, concluir y concluir… Todas las obras planificadas y en curso, que hacen parte de los corredores estratégicos deben terminarse bien y pronto, y cualquier modificación deberá ser objeto de monitoreo público y especial por parte de los organismos de control (132).
  • Visibilizaremos a los contratistas de grandes proyectos, con evaluaciones públicas periódicas de progreso en la ejecución de las obras y el presupuesto (131).
  • Aprovecharemos las nuevas tecnologías para la agilización de procesos … (132).
  • Impulsaremos la ingeniería nacional con mecanismos de control y transparencia que incentiven la participación de firmas pequeñas y medianas y condiciones de equilibrio (acreditación de patrimonio en el país) para empresas internacionales (133).
  • Realizaremos planeación y mejoras logísticas constantes para la competitividad, con base en expansión de redes, interoperabilidad multimodal y transformación digital de empresas y procesos. Las vías terciarias serán una prioridad estratégica y contarán con esquemas asociativos y cooperación con las comunidades para su construcción (134).

 

Si me tomé el trabajo de copiar todo esto es porque les sugiero (como ya lo hice) leer las propuestas detalladas -hasta legar incluso al nivel de las fuentes de recursos- de, por ejemplo, el programa de Vargas Lleras. En el aparte de Infraestructura, en este programa, además de un nutrido diagnóstico, se puede leer su plan para Corredores Logísticos Nacionales, Corredores Regionales, Acceso a Ciudades, Vías Secundarias y Terciarias, Puertos (de mar y de agua dulce y navegabilidad del Río Magdalena), Aeropuertos, etc.  Les recomiendo, solo por el ejercicio de la sana comparación (para eso es la campaña, ¿o no?), que lo lean también en este portal.

 


  1. Ciudades Inteligentes y creativas:


 

  • Crearemos bancos de tierras y expansión anticipada de redes de servicios públicos como base de un crecimiento bien pensado (135).
  • Movilidad y calidad del aire con infraestructura de señalización inteligente, sistemas de monitoreo en tiempo real, y cultura ciudadana para el uso responsable y eficiente de las vías, vehículos y transporte público… (136).
  • Conectividad y acceso gratuito a banda ancha … (137).
  • Manejo transparente de residuos… (138).
  • Consolidación de zonas verdes y pulmones urbanos estandarizados, para la convivencia, la recreación y la sostenibilidad. Nuestra agenda de vivienda tendrá dos elementos centrales: Subsidios a los más vulnerables y la clase media. Incentivos para la segunda vivienda y la vivienda rural. Titulación masiva de vivienda. Congelamiento de impuesto predial por 36 meses (139).

 

Aquí si llegamos a la “tapa” de la improvisación y las afirmaciones sin fundamento: ¿congelamiento del impuesto predial por 36 meses?, ¿de qué tipo de inmuebles? ¿nuevos, usados?, ¿con qué autoridad jurisdiccional, bajo qué análisis de marco fiscal de mediano plazo, puede el gobierno nacional imponer una suspensión de tributos locales?

 

Foto extraída de: RCNradio

 

¡Esto sí es politiquería, pura y dura! Para que puedan tener otras consideraciones sobre una propuesta sesuda de ciudad, recomiendo leer el aparte de “Ciudades Sostenibles” de la propuesta de Sergio Fajardo (puede consultarse también en este portal).

 


  1. Sostenibilidad Ambiental: no vale la pena tomarse el trabajo de transcribir nada. Puros lugares comunes, catálogo de buenas intenciones sin el más mínimo rigor, afirmaciones vacías y redundantes, sin mediciones, sin diagnósticos, sin metas. Hasta la propuesta de Vargas Lleras (cuyo aparte más flojo es el ambiental, tiene compromisos más precisos en términos de cumplimiento de metas específicas).


 


  1. Empleos dignos y estables. Nada puntual que resaltar.


 


  1. Ingresos Justos. Nada puntual que resaltar.


 


  1. Nada puntual que resaltar.


 


  1. Aquí llega algo risible, plantear la felicidad como una meta de políticas públicas que debe ser medible y evaluable. Esto me recuerda que somos: ¡Colombia, el país más feliz del mundo!


 


  1. Transparencia:


 

  • La transparencia empezará por un gobierno de excelencia guiado por los siguientes principios: Ministros de 4 años para tener un equipo estable en la ejecución de las políticas públicas. Presentación rigurosa de la agenda del gobierno y su contratación. Presentación pública de todas las agendas del Presidente y los miembros del gabinete. Gobierno en línea con indicadores de desempeño y ejecución. Rendición de cuentas a la ciudadanía. Creación en la Presidencia de la República de la Unidad de Desempeño y Ejecución que monitoreará el cumplimiento de todas las metas gubernamentales (161).
  • Se realizarán semanalmente los talleres Construyendo País para escuchar las preocupaciones y las ideas de las comunidades, creando un sistema de seguimiento a los compromisos que se suscriban … (162).

 

Dos cosas finales:

 

  1. Subrayé la frase que habla de información en línea e indicadores porque dudo que logren hacerlo, o por lo menos me genera sospecha que no lo hagan ya desde el programa de gobierno, ya que este no tiene ningún tipo de indicadores y no está “completo” en la red –según lo recomendado por los asesores y políticos de Risaralda del movimiento que acompaña al candidato, hay que leerse sus dos libros (de 3 que ha publicado), Economía Naranja e IndignAcción, para tener el panorama completo del programa de gobierno y sus bases.

 

 

Foto extraída de: HSB Noticias

 

A este respecto quiero anotar lo siguiente: los compré en el ITunes Store, y me los voy a leer, pero, no puede ser que se someta a la ciudadanía a ello. Además, que no suena coherente que las bases de un programa de gobierno estén en unos libros publicados con mucha anterioridad al proceso de campaña presidencial.

 

  1. El programa, de manera significativa, inicia y cierra con dos tributos a la política del Expresidente y Senador Álvaro Uribe. Inicia poniendo en cuestión los acuerdos de paz de La Habana por cuenta de anunciar una reforma constitucional al delito político como delito conexo. Y cierra con la reedición (con otro nombre  -en este documento se llaman talleres Construyendo País-, lo cual no le quita la filiación de fondo y de forma) de los Consejos Comunitarios de Gobierno: instrumento de política permanente a través del cual el expresidente Uribe desconoció y debilitó gravemente la institucionalidad regional, bajo el pretexto de “tener contacto directo con los ciudadanos”.  Dos hechos elocuentes que nos dejan entrever lo que nos espera en el probable gobierno de Iván Duque.

 

Para terminar, declaro:

Que me simpatiza Humberto de la Calle, pero no me gustó su programa: me pareció vago y con pretensiones de inventarse toda la institucionalidad desde cero.

Me gusta Fajardo y su programa, pero no hago parte de esa ni de ninguna otra campaña política.

NO me gusta Germán Vargas Lleras a título personal, pero no puedo dejar de reconocer que su programa es serio y robusto, muy preciso en varios sectores, con una visión muy concreta de país (que uno puede compartir o no, pero no puede dejar de reconocer).

Así las cosas, mi ilusión es la siguiente:

Que, en la segunda vuelta de la elección presidencial, en virtud de los acuerdos políticos, y si todavía el Doctor Iván Duque es el candidato con mayor opción de llegar a la Presidencia (como hasta ahora se perfile en múltiples encuestas y sondeos de opinión), esa campaña acoja los programas de sus posibles aliados, para subsanar la carencia inocultable de que en la actualidad NO CUENTAN con lo que puede denominarse un programa en estricto sentido.

Espero que mis reflexiones, que parten de la disposición de hacer un ejercicio de cultura política y democrática (al estudiar de manera detallada los programas de gobierno de los candidatos) para un voto informado, no se tomen como ataques personales: No tengo nada a favor o en contra de ningún candidato, solo quiero hacer bien mi labor de ciudadana activa, y ayudar a la formación de la opinión pública con criterios y fundamentos concretos, para enriquecer de esta manera el debate democrático.

Iván Duque puede ser un buen candidato que no tiene un buen programa de gobierno, y, en estricto sentido ello no es insubsanable ni es una falla que se le deba endilgar exclusivamente a él.

Crónicas desde la mitad del mundo: mi visita a la nueva Quito

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De esta manera concluimos nuestro viaje a Quito, no sin antes comprobar de mi parte, los grandes avances y transformaciones que ha sufrido esta capital en los últimos quince años.


 

Quito guarda para mí sentimientos encontrados. Acudí a ella desde comienzos de siglo cuando, estudiante de la Maestría en Administración de la Universidad de Los Andes, estuve en esta ciudad realizando unas prácticas empresariales en Editorial Norma, empresa del grupo colombiano Carvajal.

Mi regreso a Quito estuvo marcado por la novedad de una ciudad completamente cambiada, plena, de nueva y abundante infraestructura vial.  Desde mi arribo, al Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, recién inaugurado en el año 2013, se abrió un panorama que a duras penas si me permitió conciliar la imagen que guardaba de la capital ecuatoriana con lo que ella es hoy.

Esta nueva terminal aeroportuaria está inmersa en un gran desarrollo ubicado al costado nor-este de la ciudad (centro tradicional), en los valles que rodean a esta capital (específicamente en el valle de Tumbaco, a 1300 msnm) y en ubicación cercana a la parroquia de Tababela (razón por la que el Aeropuerto es también conocido por este nombre).

Para conectar de allí a la ciudad, que está muchos metros más arriba, a los pies del volcán Pichincha, en lo que se denomina la hoya de Guayllabamba (a 2700 msnm), tomamos el conector Alpachaca para después transitar por la denominada ruta Viva, que distribuye el tráfico de quienes hoy pueblan, de manera abundante, los valles de Cumbayá y Tumbaco.

 

Foto: Martha Alzate

 

Tanto la reforma de la ruta Viva, con sus extensos túneles, dentro de los cuales destaca el que lleva por nombre Oswaldo Guayasamín (de 1.304 metros de longitud, el más grande del país), como la vía Collas, son infraestructuras adecuadas para la conexión del nuevo aeropuerto con los distintos sectores de Quito.  Son vías de hasta seis carriles (tres por cada sentido), con amplitud de separadores, interconexiones a nivel y desnivel, y cruces peatonales (Siete vías interconectan y acercan a Quito con Los Chillos y Tumbaco)

Un equipamiento de primer orden que poco se ve en mi país, pensé.

Los valles están totalmente cambiados. Cumbayá era, a comienzos de este siglo cuando me alojé allí en casa de mi hermano, apenas un suburbio con un pequeño centro comercial en el que destacaba una panadería y una pista de patinaje.  Hoy, se encuentra completamente poblado, y sus vías principales alojan grandes superficies comerciales.  Fue casi imposible para mi reconocerlo en los recuerdos que no hallaban consistencia entre la imagen de viviendas semi urbanas con la realidad de hoy: un agitado espacio urbano plagado de urbanizaciones.

Al llegar a Quito, nuestro alojamiento fue en un pequeño hotel, ubicado en la calle Finlandia, en cercanías al parque La Carolina y a la avenida de Naciones Unidas.

Recorriendo los sectores aledaños se puede caminar por amplios andenes, no sólo los que bordean el parque que es, él mismo, un espacio muy importante (de 64 ha (Hectáreas) de área, ubicado en el sector de Iñaquitos, centro financiero de la ciudad, Parque La Carolina), sino al tomar la Avenida de Naciones Unidas. Este bulevar conduce a varias zonas importantes, desde el Estadio Atahualpa, hasta el moderno edificio construido para ser sede del gobierno.

 

Foto: Martha Alzate

 

Sus amplios andenes, producto de una reforma llevada a cabo en el año 2013, sirven además como escenario a frecuentes representaciones culturales.  Su conexión directa con el parque La Carolina, por el costado norte, se ve interrumpida por estos días por la construcción de una de las estaciones del metro de Quito.

En nuestro recorrido por las inmediaciones de este paseo peatonal, arribamos al mercado de Iñaquitos, todo un referente de productos frescos. Vegetales y frutos de mar, conservas y yerbas, y todo tipo de artículos típicos, constituyen la oferta de este mercado popular, que destaca por la limpieza, el orden, y la gama de colores que ofrece al visitante.

Allí, probamos las delicias de las “Doñas” que ofrecen en cada uno de sus puestos las preparaciones típicas de la región. Al igual que los jugos y zumos que se ofrecen en varios locales, como el de Pilar Llano “La popular”.

Belleza es una palabra que puede ayudar a dar cuenta de la experiencia de colores, olores y sabores que acompañó nuestra visita al mercado de Iñaquitos, y, al mismo tiempo, la calidez de las personas, mujeres en su mayoría, encargadas de las ventas. Como doña Teresita, que tiene en este lugar su local hace ya 38 años. Ella vive en Hacienda Ibarra, al sur de la ciudad, y todos los días se desplaza hasta aquí en transporte público, un recorrido que le toma hora y media. Inicia temprano su jornada para poder estar a las 7 am. abriendo el puesto en el que ofrece desde panela, hasta huevos y miel de abejas. Allí compramos unos frascos de un condimento tradicional llamado Achiote.

 

Foto: Martha Alzate

 

De regreso, pudimos observar algunos espacios públicos, aledaños a las edificaciones, y nos detuvimos en el edificio de la nueva sede de gobierno.

Ubicado en el retiro posterior de una generosa plazoleta pública, impresiona por su tamaño y las características de su arquitectura (cuyos edificios están interconectados y a la vez separados por sendos vacíos).  La plaza está animada por la presencia de un juego de chorros de agua, que operan como fuente. Allí, los niños jugaban divertidos a atrapar el líquido que se vierte intermitente.  El edificio aún no estaba completamente habitado, puesto que la obra no había sido concluida en su totalidad, pero desde ya se puede apreciar la magnitud y el impacto que la obra tendrá en las zonas aledañas.

 

LA CASA GUAYASAMÍN Y LA CAPILLA DEL HOMBRE

Al día siguiente emprendimos camino a la casa Guayasamín.  Ubicada en el barrio Bellavista, domina sobre este lugar una amplia visual de la capital ecuatoriana.

Se ingresa a la casa a través de un recorrido que incluye traspasar los muros de tapias que la aíslan del exterior.  Es un lugar alto dentro del sector, y la construcción está rodeada por hermosos jardines ubicados en forma de terraza que se proyectan hacia la ciudad.  En un rincón del empradizado está situado un pino “El árbol de la vida”. Allí, en un pequeño mausoleo, reposan los restos del pintor.

 

Foto: Martha Alzate

 

Fue su deseo que así fuera, pues desde este emplazamiento podría seguir dominando las cumbres de los Andes, a las que se orienta directamente este lugar de la casa. Su obsesión fue pintar una y otra vez los paisajes de Quito, pinturas que, a decir suyo, reflejaban su estado de ánimo interior. Así, hay unos paisajes en los que Quito es rosa, otros gris, negros o azules, o terribles Quitos rojos que se derramaron en el despliegue de sus sentimientos expresados a través de nítidos brochazos.

Acompañando el jardín se extiende una generosa alberca.  Su color azulado contrasta con los verdes del empradizado y la vegetación. A un costado se puede observar una instalación que descansa en una parte baja del lindero este.  Es una escultura denominada “Descuartizamiento” en donde cuatro caballos halan cada uno por su lado el cuerpo agonizante de Túpac Amaru.

Algunas otras esculturas adornan los exteriores de la vivienda, 3.000 m2 de construcción que constan de una sola habitación, un gran taller de pintura seguido por una biblioteca, sala y comedor generosos en los que se aprecian los muebles originales, algunos de los cuales fueron construidos y tallados por el mismo artista.  En general, la madera es abundante en todas las estancias de la casa y la habitación principal, al igual que el baño que la sirve, son de una luminosidad y generosidad impactantes.

Algunas habitaciones adicionales están dispuestas en la planta baja, a lo largo de lo que hoy son corredores donde se ubican las tiendas de souvenirs del museo.  Un patio empedrado enmarca el recorrido que distribuye a las habitaciones adicionales de la casa, que en general fue dispuesta para servir a un solo y gran cuarto principal.

 

Foto: Martha Alzate

 

La arquitectura de la casa es majestuosa.  De techos en picos, como las montañas y las mismas cubiertas de las construcciones de la ciudad que Guayasamín podía observar desde su alta ubicación.  Los materiales fueron escogidos para dialogar entre ellos y son una mezcla de piedra, arcilla y madera.  La umbrosa atmósfera interior se decanta en las luminosidades que abren paso a los jardines exteriores.  Todo es amplitud, juego de luz y sombra, y una gran frescura en esta extraordinaria vivienda.

La casa hoy convertida en museo alberga otros tesoros. Cuadros de reconocidos artistas como Picasso, Chagall, entre otros artistas de culto adornan las paredes en parte importante de su recorrido.  Al ingresar a su estudio de trabajo se puede apreciar allí un video en el que da cuenta de cómo pintó su famoso cuadro de Paco de Lucía. La fuerza de los trazos que van configurando la expresión que refleja más el carácter artístico del músico que su propia fisonomía. Es una pintura que parece sonar más que ser una representación hecha para atraparla con los ojos.

Desde las terrazas se puede vislumbrar, abajo, La Capilla del Hombre. Monumento elevado al ser humano en una expresión de exacerbada laicidad.  Es una construcción enorme, con una cúpula que la proyecta al cielo, al mejor estilo religioso, que pretende poner al hombre en el centro de la simbología y la representación. Son espacios monumentales, de grandes alturas, materiales pétreos combinados con algunas maderas.

Un gran escenario para representar la historia del hombre latinoamericano, sus sufrimientos, los vejámenes a los que ha sido sometido, y un fuego (La llama eterna por los derechos humanos y la paz) que se proyecta como incandescencia-ofrenda al cielo de ningún dios, puesto que es una capilla terrenal, no divina.

 

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En general la visita a la casa Guayasamín es paso obligado para quienes acudan a la capital ecuatoriana. Por su belleza arquitectónica (concebida, diseñada y dirigida en su construcción por el propio pintor), por la riqueza de las obras que exhibe y la oportunidad que brinda al visitante de representarse la intimidad de la que fue la morada del artista durante sus últimos veinte años, este lugar es un imperdible entre los destinos más destacados de la capital del Ecuador.

 

LA RAZÓN PRINCIPAL DE NUESTRO VIAJE

Volví a Quito en compañía de mi familia política, pues se daba la ocasión del matrimonio de una prima.  Vale destacar que tanto la ceremonia como la recepción se llevaron a cabo en el valle de Los Chillos. En la región de Armenia, en una hacienda colonial llamada La Siria, se llevó a cabo una reunión social para festejar la unión de la nueva pareja.  Desde allí destacaba la imponente vista del volcán Cotopaxi, y la atmósfera colonial de la Hacienda.  Lindo lugar para unir las vidas de dos jóvenes a quienes el cielo de Quito augura buenos vientos, frescos como los que susurran por los valles que rodean esta bellísima ciudad.

 

EL CENTRO DE QUITO

Llegamos luego al centro de la ciudad, su recorrido inicia por la Plaza Grande.  Rodeada por el Palacio de Gobierno (Carondelet) y la Catedral Metropolitana, es la más chica de entre las tres bolivarianas (Bogotá, Quito, Lima).  Está poblada de árboles y plena de una gran agitación. Entre predicadores de ocasión, que gritan sus creencias a los cuatro vientos, hasta músicos que acompañan su interpretación de bailes espontáneos de los transeúntes que se unen al jolgorio colectivo.

De todo este espectáculo callejero y folclórico destaco la presencia, en el costado sur oeste de la plaza el hotel Plaza Grande (Palacio de Pizarro, antiguo hotel Majestic).  Hermosa construcción de arquitectura ecléctica, tiene en su planta baja un maravilloso bar y salón de té.  Allí tomamos un delicioso refrigerio acompañado de higos servidos con dulce de leche.  Las maderas del lugar son exquisitas, y el amoblamiento en general muy cómodo y suntuoso.  Es bueno el servicio y a pesar de estar en el marco de este agitado espacio público, las vidrieras separan el bullicio y al interior puede sentirse un ambiente neoclásico.

 

Foto: Martha Alzate

 

Ese mismo día acudimos a un centro comercial que tiene por nombre Palacio Arzobispal. Un colorido bazar que se desarrolla en los niveles de una casona colonial con patio central, y en cuyos corredores se pueden disfrutar comidas típicas servidas al mejor estilo ecuatoriano.

Las iglesias del centro de Quito son su máximo atractivo, puesto que el casco histórico, extenso y aún en pie, se encuentra en regular estado de conservación. Algo se ha trabajado para dar una unidad a los avisos que acompañan los diferentes negocios que hoy ocupan las antiguas casonas.  Un bus turístico se esfuerza para recorrer las estrechas callejas cuyas iluminaciones exteriores también han sido renovadas y homologadas.

De entre las iglesias coloniales visitamos la Compañía (hay fotografías en este blog, pero el fotógrafo advierte que las tomó con una autorización especial porque no permiten hacerlo, seguro están sujetas a derechos de autor, igual les mandaré algunas que tomamos de contrabando), famosa por su cubierta en pan de oro puro (52 gr en total).  Demoró 160 años en terminar de ser construida, y pasó por el abandono entre los años 1767 (año en que Carlos III expulsó a los jesuitas de España y sus colonias) hasta 1862 (año en que regresaron los jesuitas a Quito).

Su estilo es barroco, adornado en exceso con representaciones de santos y de sus obras y milagros a lo largo de las paredes y el techo.  En el acceso tiene dos escalinatas. Una es real, la otra es pintada, pero a la distancia se confunden, dando visos de realidad a los dos tramos de escaleras.  Esto se hizo para conservar la simetría, preocupación dominante en la arquitectura de la época.  El órgano que acompaña a la iglesia fue hecho en New Orleans y contaba con 1.200 tubos.

 

Foto: Martha Alzate

 

Cada costado está compuesto por un total de nueve retablos desarrollados por artistas de distintas cofradías (cofradía es un grupo que comparte un santo en común).  En ella se encuentran los restos de Mariana de Jesús al igual que un cuadro con la imagen de la virgen de La Dolorosa, cuya imagen al parecer parpadeó en varias ocasiones en 1906, a decir de los alumnos y frailes del colegio de San Gabriel, quienes presenciaron el milagro, decidiendo trasladar la representación de la Santa a esta iglesia.

En el intermedio de la visita al Centro Histórico, hicimos una parada para almorzar en el tradicional restaurante Vista Hermosa.  Como su nombre lo indica es un lugar emplazado en un edificio alto, con terrazas desde las que se pueden observar diferentes ángulos de la ciudad.  Para ascender sus cerca de tres niveles, es preciso tomar un ascensor de rejas, antiguo, decorado con unos simpáticos espejos de marco dorado.

Un ascensorista cumple con el ritual llevado a cabo por largo tiempo de cerrar las compuertas y conducir a los visitantes hacia los niveles altos de esta simpática construcción del centro quiteño. Allí, es posible disfrutar variados platos tanto de la cocina ecuatoriana como de carácter internacional, en un ambiente agradable y tradicional.

Otra de las iglesias que visitamos fue La Basílica del Voto Nacional (De la Consagración de Jesús o la Basílica de San Juan). De estilo neogótico, deslumbra por sus torres, a las cuales es posible ascender y desde allí tener maravillosas vistas a los cerros que bordean la ciudad de Quito.  (Ver Basílica del Voto Nacional)

 

Foto: Martha Alzate

 

Por sus torres, las cuales pueden ser escaladas, y en las que se encuentra incluso una agradable cafetería, las vistas a la ciudad y al cerro del Panecillo que se ven desde allí, por el adorno de su fachada, lo impresionante de sus naves, una de las cuales está consagrada al Sagrado Corazón, incluyendo un corazón en la fachada desde el que puede enfocarse perfectamente la Virgen del Panecillo o Virgen de Quito; por la escultura en relieve de Juan Pablo II que adorna la fachada norte; por sus jardines y plazas exteriores, por sus vitrales y los decorados repujados de sus grandes puertas, entre otras muchas razones, visitar este majestuoso templo se convierte en un paso inevitable para cualquier visitante de la capital ecuatoriana.

Para finalizar el recorrido por las iglesias del centro, una visita rápida a la iglesia de San Francisco, en cuya plazoleta de acceso se construye, actualmente, otra de las estaciones del metro subterráneo de Quito.

 

VISITA AL PANECILLO

Panecillo (Ver)

Para finalizar el recorrido por el centro tradicional, acudimos al cerro conocido con el nombre de Panecillo, bautizado así en la época colonial por los españoles que arribaron a este valle del Pichincha debido a que asemejaba a un pequeño pan.  En su cúspide se yergue una singular virgen construida en 1976 por el español Agustín de la Herrán Matorras (copia de la virgen de Legarda, una escultura de 30 cm realizada en el siglo XVIII por el quiteño Bernardo de Legarda, obra cumbre de la escuela quiteña colonial), compuesto por 7000 piezas diferentes de aluminio y cuya altura es de 41 m.

Esta imagen de la Virgen María es alada, y lleva entre sus manos unas cadenas con las que sujeta y reprime a una serpiente que tiene también bajo sus pies.  En el recorrido por la estructura de concreto sobre la cual reposa la escultura, es posible ascender a un mirador desde el que se contempla una estupenda vista de la ciudad de Quito.

 

Foto: Martha Alzate

 

ULTIMO DÍA, RECORRIDO POR EL BARRIO LA MARISCAL Y SU MERCADO ARTESANAL

Mariscal Sucre (Ver)

El viaje de regreso a la capital ecuatoriana va llegando a su final, e invertimos los últimos días en visitar el barrio La Mariscal, una colorida zona rosa en donde, además de variedad de restaurantes, galerías de arte, tiendas de cafés especiales y cacao local, se puede visitar un surtido y ordenado mercado artesanal.

Ubicado en el centro norte de la ciudad, este fue un barrio exclusivo de residencias aristocráticas estilo campestre a comienzos del siglo XX.  Abandonó su carácter residencial para convertirse en un distrito comercial a finales del siglo pasado. Hoy día, es posible encontrar allí todo tipo de servicios: oficinas, hoteles, restaurantes, tiendas de souvenirs, cafés y todo tipo de negocios que ofrecen entretenimiento diurno y nocturno.

En cuanto al mercado artesanal, se pueden encontrar allí todo tipo de productos hechos a mano, en diferentes materiales: cuero, alpaca, cacho, tejidos de la conocida región de Otavalo, manteles, etc. Y, comestibles, chocolatería artesanal y cacaos del ecuador, bebidas, y todo tipo de productos oriundos del país.  Destaca por su limpieza y orden, y por una buena variedad de productos, algunos de muy buena factura y con diseño, que harán que los visitantes no se vayan sin comprar alguno de ellos.

Recorriendo, finalmente, las calles de La Mariscal, dejándonos llevar de las horas del atardecer a los agites de su vida nocturna, pudimos comprobar la gran actividad que hay en este lugar, pleno de oferta gastronómica, de sitios que ofrecen diferentes tipos de entretención y esparcimiento.

 

Foto: Martha Alzate

 

De esta manera concluimos nuestro viaje a Quito, no sin antes comprobar de mi parte, los grandes avances y transformaciones que ha sufrido esta capital en los últimos quince años.

Elecciones 2018: Democracia y Presidencia

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Elecciones 2018 en Colombia


 

En esta tercera entrega, La Cebra que Habla trae reflexiones, artículos, opinión política, videos y más en el especial Elecciones 2018 en Colombia. La democracia somos todos, y todos somos sujetos políticos. El destino del país depende de nuestro buen análisis de los candidatos, de su plan de gobierno, de su buena gestión para los millones de colombianos que votan en confianza por uno de los opcionados para la Casa de Nariño en la capital. Bienvenidos.

 

 


 

Por si se perdió el Debate Presidencial Económico de Portafolio 2018.

 

Un mandato que se lleva en la sangre. #MejorVargasLleras

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Las propuestas del candidato Vargas Lleras están divididas en secciones (como las de los programas de gobierno de Fajardo y De La Calle, y, supongo, como las de todos, aunque me faltan por leer los programas de los candidatos Petro y Duque).


 

El candidato presidencial Germán Vargas Lleras es lo que podríamos llamar un “Delfín”. Su abuelo materno fue el ex Presidente Carlos Lleras Restrepo, en cuyo periodo (1966 a 1970) se crearon varios departamentos e institutos descentralizados, entre ellos el de Risaralda, Sucre y Cesar; y quien a finales de su mandato tuvo que enfrentarse a los seguidores de Gustavo Rojas Pinilla, en un intento golpista que surgió como reacción a las elecciones en las cuales este general perdió con Misael Pastrana Borrero (el padre de Andrés Pastrana Arango).

El movimiento que intentó desestabilizar el gobierno aquel lejano 19 de abril de 1970, a la postre culminó con la conformación del grupo insurgente M19 (al cual perteneció el rival de Vargas Lleras en la actual contienda electoral, Gustavo Petro).

Es simbólico, por decir lo menos, cómo la historia de las dirigencias políticas en Colombia se entrelaza, no solo en sus personajes, hechos, familias y movimientos partidistas, sino, incluso, en los nombres de los personajes, en un relato de evocaciones macondianas que es más elocuente sobre nuestra historia reciente que muchos tratados académicos.

Sin embargo y para ser justos, en la vida pública de Germán Vargas Lleras, ser nieto de ex presidente se ha convertido en un dato, como la fecha o el lugar de nacimiento, puesto que su trayectoria y ejecutorias superan con creces esta condición.

Con una amplia hoja de vida en el Estado, Vargas Lleras ha estado activo en el ámbito político desde sus años universitarios. Inició su carrera como Concejal, pasando después al Congreso, en el que fue Senador por cuatro períodos. Su periplo continuó, en el Ministerio de Interior y Justicia, quedando a cargo de la cartera de este Ministerio cuando estas competencias fueron asignadas en dos ministerios separados. Posteriormente, fue Ministro de Vivienda, en donde adelantó un amplio plan de construcción de viviendas en todo el país (100.000 de interés social), destinadas a brindar, gratuitamente, techo a los colombianos en condición de vulnerabilidad y pobreza.

Su ejercicio profesional en el sector público culmina, hasta ahora, en su periodo como vicepresidente del segundo mandato de Juan Manuel Santos, liderando un ambicioso plan de infraestructura, del cual las vías 4G son uno de los proyectos más destacados.  De allí, se retira para iniciar su campaña como candidato Presidencial. No obstante, lo que se lleva en la sangre difícilmente puede llegar a negarse.

Es así como, en uno de los apartes más importantes de su programa de Gobierno, el de Agricultura, se halla un hilo conductor que induce a comparar la situación actual del sector agropecuario en Colombia con aquella que dejó su abuelo al terminar su paso por la Presidencia de la República. Y es que, en este aparte, todas las cifras comparativas se remiten al año 1970.

Esta evocación puede ser o no intencional, pero conduce a una reflexión más profunda al lector atento: Carlos Lleras Restrepo fue el último Presidente que intentó, en serio, realizar una Reforma Agraria profunda en el país.  Aunque su intención resultó a la postre fallida, en el Plan de Gobierno de su nieto es notoria la intención de hacer notar cómo la situación del agro colombiano poco se ha transformado desde esa época hasta nuestros días, llegando incluso deteriorarse de manera notable en algunos indicadores, como la producción de alimentos, el número de hectáreas cultivadas o la rentabilidad de los productos. (Ver: Lleras, el último reformista agrario.)

 

El Programa: “Mejor Vargas Lleras”

Las propuestas del candidato Vargas Lleras están divididas en secciones (como las de los programas de gobierno de Fajardo y De La Calle, y, supongo, como las de todos, aunque me faltan por leer los programas de los candidatos Petro y Duque).

El documento, obedece a una estructura homogénea que plantea al inicio de cada texto un diagnóstico de la situación actual en cada área, y luego se remite a los pilares que guiarán la ejecución del gobierno, para seguir con las acciones propuestas con metas específicas (mejor detalladas y más ordenadas que en los programas que ya he leído). De allí, pasa a plantearse la manera de lograr lo propuesto.

Un aspecto llamativo es la inclusión de los impactos esperados como resultado de la aplicación de cada una de los planteamientos, aunque estos están deficientemente cuantificados, es decir, en su mayoría no se encuentran asociados a indicadores medibles relacionados con las líneas de base del diagnóstico o el alcance de los objetivos a partir de la gestión a realizar.

En general, este programa está muchísimo mejor estructurado que los dos anteriores, es conciso, no se extiende innecesariamente en retóricas ni en colecciones de enunciados de buenas intenciones, sino que va directo a los propósitos.

Algo a destacar es que cada documento está bien (yo diría perfectamente) diagramado: visualmente el diseño es impecable, lo que lo hace más sencillo de leer y de comprender.

Logrables o no, las propuestas se encuentran bien enlazadas y argumentadas, sin acudir a discursos o información redundante.  Las metas están definidas, aunque de manera más precisa en algunos sectores, y la consideración de los impactos agrega un factor diferencial en términos de la evaluación de resultados.

Sin embargo, es evidente que este es un plan de gobierno del empresariado, casi podría decirse de los gremios de la producción. Es claro que las propuestas más fuertes y concisas están en relación al desarrollo económico, y en sectores tradicionales de la economía como la minería, la vivienda, el transporte, o la industria; y que sus postulados fueron consultados con sectores fuertes como el agro, los industriales, la construcción o la infraestructura. También, resalta la importancia dada al Turismo que, siendo un sector promisorio, se encuentra bien agremiado y cuenta con grandes jugadores empresariales, nacionales o extranjeros, cuyos intereses y problemáticas han sido bien recogidas en este plan de campaña.

En los sectores mencionados, el programa es detallado, da cuenta de un conocimiento riguroso de la situación actual y de una visión del desarrollo bien estructurada, permitiendo que el candidato asuma compromisos muy concretos.

Resalta el caso del documento dedicado al desarrollo de la economía, especialmente en el aparte que hace referencia a la Reforma Tributaria.

La precisión con la que se definen las propuestas nos enfrenta ante la novel situación de estar ante una reforma tributaria anunciada desde la candidatura, en todas sus connotaciones y extensión. Y no, como tradicionalmente ha sucedido, ante un indeterminado “se deberá adelantar una reforma”, que usualmente suele acompañar a las propuestas de los candidatos en lo que a este tema se refiere, cuando no la negación tajante de lo que después, de todas maneras, se habrá d emprender.

Basta recordar la contienda de hace ocho años cuando el Presidente en ejercicio Juan Manuel Santos aseguró que podría “firmar en piedra o sobre mármol” que no subiría los impuestos en su mandato (Ver: El día que Santos prometió que no iba a subir los impuestos). Ello le valió dos cosas: enfrentar la sinceridad políticamente incorrecta de Antanas Mockus -quien afirmó la necesidad de subir los impuestos- y derrotarlo en las urnas, al tiempo que, en sus dos períodos de gobierno, haciendo gala de una gran desfachatez, llevó a cabo SIETE reformas tributarias.

En cuanto a los sectores sociales y transversales, como Salud, Educación, Empleo, Justicia y Seguridad, el programa es sólido en términos generales, bien documentado y con propuestas concretas y que pueden entenderse necesarias y articuladas. Es más fuerte y contundente en Empleo que en Educación, cuya apuesta, comparada con las de otros candidatos (por ejemplo, Sergio Fajardo) se muestra poco ambiciosa y algo deslucida; en cambio la propuesta de Salud conserva ese toque empresarial que acompaña a las de los sectores tradicionales de la economía, en lo que se deja entrever que este será un programa orientado más a concebir la salud como empresa que como servicio social. Y, en cuanto a la de Seguridad, es robusta y detallada, con énfasis en acciones para mejorar la seguridad y la percepción de seguridad en los ambientes urbanos.

Si bien es cierto que este aparte del programa está dedicado a un fortalecimiento de la institucionalidad para la seguridad y la convivencia, en cabeza de la Policía Nacional, también se orienta a un fortalecimiento de los elementos judiciales que contribuyen a la impunidad y a la reincidencia en la comisión de actos criminales, y un fortalecimiento del apoyo ciudadano en la observación y el reporte de situaciones potencialmente peligrosas, por ejemplo con la creación de Centros de Educación y Prevención Ciudadana (Cepec).

En este aspecto, el programa incluye la referencia a una acción controversial: revivir los Frentes Locales de Seguridad y crear frentes en el área rural junto a redes de apoyo ciudadano en el área urbana y rural. Una proposición que guarda un eco demasiado fuerte a ciertos malos recuerdos del pasado reciente de Colombia en relación con las Asociaciones Comunitarias de Defensa Rural, Convivir, autorizadas por el gobierno nacional en 1994, y su posterior derivación en el grupo armado ilegal de los paramilitares (Ver: Así nacieron las Convivir ).

Finalmente, tanto para la Economía (incluida la Reforma Tributaria), como para los demás sectores, es transversal y muy importante el sector de Justicia. Por supuesto que el programa alude a los grandes males que padece hoy nuestro orden judicial, en términos de sobrecarga de procesos (descongestión y acceso), impunidad (efectividad) y corrupción del sistema (para lo cual se propone un Control Integrado que hace énfasis en el seguimiento fiscal, al tiempo que se propone reformar el marco normativo de los abogados y crear seguros para funcionarios responsables de altos presupuestos del Estado, entre otras consideraciones); pero aborda como un tema principal la Seguridad Jurídica, con lo que se siente nuevamente el eco empresarial que contiene todo el proyecto de gobierno.

Y es que, tanto para los PINES (Proyectos Interés Nacional y Estratégico) se propone hacer una reforma Constitucional que les garantice protección, se pretende reformar todo el sistema de consultas previas en materia ambiental, así como temas relacionados con la seguridad y estabilidad laboral, la participación de la inversión privada en proyectos públicos, la ley de tierras, y el régimen de contratación pública, entre otras. En este orden de ideas la Seguridad Jurídica pretende garantizar la propiedad y las inversiones, dos temas fundamentales en el sistema de producción empresarial.

Por otro lado, las propuestas más débiles están en el ámbito del medio ambiente y la cultura.

En el primero, se habla de generalidades y no se muestra un compromiso decidido en la lucha por controlar los grandes frentes que afectan los ecosistemas, excepción hecha de la calidad del aire, donde esta propuesta está ligada a los modos de transporte con medidas mucho más precisas. Una gran ausente es, por ejemplo, la gestión ambiental en ciudades (Propuesta muy fuerte y central en el programa de Fajardo). Se habla poco de la conservación de la fauna y la flora en los suelos urbanos, no se menciona la prevalencia de la estructura ecológica principal en el modelo de desarrollo urbano, ni mucho menos se contempla el espacio público como un tema fuerte y articulador de ambos sistemas (el urbanístico y el ecológico).

Más bien, el medio ambiente es en esta propuesta de gobierno un elemento a gestionar para dar soporte al desarrollo de otros sectores: la vivienda (con el acceso propuesto a redes de agua potable y saneamiento básico) la minería y en general al sector energético (en relación a las dificultades que implica el licenciamiento ambiental y la presión social en términos de la seguridad jurídica de las inversiones), y el transporte (con controles y restricciones a los vehículos y sus emisiones, pero también como la apertura al desarrollo económico de nuevas fuentes de energía).

La protección de la fauna se resuelve con una afirmación: “Crear el Instituto Nacional de Nacional de Protección y Bienestar Animal”, lo que recuerda las salidas a las que se acude cuando no se conoce bien el problema y la solución se perfila en términos de un etéreo “después”.

En cuanto a la cultura, la propuesta se vincula fuertemente al turismo, y los emprendimientos culturales o lo que se ha dado en llamar “economía naranja”, dejando por fuera el propósito de dar un impulso fuerte a la reflexión nacional, en términos de construcción de identidad y reconocimiento de la diversidad, en función de los nuevos retos que afronta el país, especialmente en el ámbito del posconflicto.

Aunque, hay que resaltar la intención de llevar la formación en artes como parte de las competencias básicas y ciudadanas a las instituciones educativas, y el reconocimiento de nuevas narrativas al incluir en la propuesta grupos emergentes, denominados “prácticas artísticas urbanas” como: rap, grafitti, dance hall, breack dance, o Street dance; y  “deportes urbanos y nuevas tendencias” como: kateboarding, roller, BMX, park, flatland, dirt jump, Street, longboarding, roller derby, parkour, capoeira, bike, polo, futbol, freestyle, softcombat, o escalada muro artificial.

No obstante, queda la sensación de un vacío, de algo importante que falta, de un desentendimiento (puede ser aparente) de lo que es y significa la cultura, más allá de la validez de que ciertos contenidos y productos culturales puedan promoverse como emprendimientos particulares.

Otro aspecto interesante de la lectura del programa “Mejor Vargas Lleras” es el uso del lenguaje.  Recorriéndolo, permanentemente tuve necesidad de recurrir a la búsqueda de diferentes términos técnicos especializados que, por momentos, pude entender como la necesidad de ocultar las intenciones que en relación a ciertas materias se quieren llevar a cabo.

De esta manera, es significativo que para habla de la modificación de los programas Familias en Acción, la Red Juntos y los Programas de Asistencia Escolar, se hable de “Mantener los programas de Transferencias Condicionadas ampliando las condiciones a buenas prácticas laborales”. Y es que, si se lee con buen juicio, se entiende que estas propuestas, incluidas en el aparte de Empelo y Protección a la Vejez, están en relación con una sentencia categórica: “El empleo será un objetivo de la política económica y social”. Ambas afirmaciones deben leerse en conjunto: se mantendrán los programas asistencialistas siempre y cuando se orienten hacia la estabilidad de las familias en la búsqueda de empleos, de los cuales derivar de manera estable y permanente su sustento.

Otro de estos “ocultamientos” está en la propuesta del sector Minero-Energético. Al referirse a la explotación de Minería se habla de: “disminuir el goverment take de la industria”. Obviamente, este es un tema de especialistas que, traducido a palabras castizas quiere decir disminuir la participación del Estado como socio en los proyectos de exploración y explotación (participación en el flujo de recursos del proyecto). Así las cosas, a la poca lectura de estos programas por parte de los votantes (seguramente debido a su gran extensión –un promedio de 1.000 páginas por programa), se suma la barrera de los términos técnicos que se usan en la descripción de las diferentes tentativas de gobierno.

Y sigo, en el mismo documento, en el aparte dedicado a Petróleo, Gas y Biocombustibles, se lee: “Duplicaremos las reservas de petróleo y gas a través del uso de tecnologías no convencionales y costa afuera”, léase: fracking y explotación de reservas en el lecho marino, entre otras técnicas que han generado controversias por los efectos en el medio ambiente.

O esta otra, en el documento dedicado a la Transparencia: “Hacer obligatorio el uso de acuerdos marco e instrumentos de agregación de demanda a todas las entidades del país”. Lo anterior, traducido, quiere decir: hacer sumatoria de demandas de diversas entidades en la búsqueda de eficiencias en las compras –lo cual se ha venido haciendo efectivo a través del programa Colombia Compra Eficiente-.

En fin, lo cierto es que aprendí mucho y también perdí tiempo valioso: ¡gracias equipo de Vargas Lleras!, me han sacado de la ignorancia en varios temas, a pesar del desgaste en el tiempo que se hubiera evitado si el programa estuviera escrito para legos y no para expertos.

Este candidato, tampoco se sustrae a la tentación de la “creacionitis” de Programas, Altas Consejerías, Ministerios. Entre los más destacados, resalto los siguientes:

 

 

  • Alta Consejería para PINES (Proyectos de Interés Estratégico de la Nación).
  • Alta Consejería Presidencial para la Competitividad Sostenible
  • Agencia Nacional del Agua (ANA)
  • Centro de Excelencia Fitosanitaria de Colombia (CEF-COL)
  • Fondo de capital semilla para emprendimientos científicos
  • Plan Nacional de Fomento y Apropiación de la Lectura
  • Plan de Activación y Sostenibilidad de los Espacios Culturales
  • Superintendencia de Educación
  • Ministerio de la Familia
  • Dirección de Juventud y Adolescencia+
  • Alta Consejería Presidencial para la Competitividad Sostenible
  • Plan Nacional de Recuperación Forestal
  • Agencia Nacional de Permisos y Licencias Ambientales
  • Instituto Nacional de Protección y Bienestar Animal
  • Centros de Educación y Prevención Ciudadana (Cepec)
  • Comisarías para el manejo contravencional y de convivencia (pequeñas causas)
  • Tribunal de Cuentas (para el trámite de procesos fiscales)
  • Tribunal de Aforados Judiciales Independientes (encargados de investigar y juzgar a los magistrados)
  • Programa Colombiano Compra Agro Colombiano
  • Programa Nacional de Vivienda Rural
  • Programa para Mentoría y Emprendimiento
  • Programa Nacional de Gestión del Suelo Urbanizable (para habilitar 13.000 hectáreas de suelo para vivienda)
  • Agencias Municipales de Seguridad Vial
  • Programa Especial: “Ruta del Patrimonio de la Humanidad en Colombia”
  • Centros de Vida (mejorar la convivencia).

 

Pero, la tentación es más grande cuando se trata de reformas, algunas de las cuales son verdaderas amenazas al orden legal que consagra los derechos ciudadanos; razón por lo cual, sin llegar a discutir la validez y necesidad de modificarlas, se debe tener especial cuidado en el contenido propuesto, para evitar perjudicar o retroceder ganancias democráticas que el país ha logrado en los últimos años.  Ellas son, entre otras:

 

  • A las Consultas Previas en Materia Ambiental (“Reforma Reglamentar las consultas previas mediante una ley estatutaria para que sea una excepción y no la regla general con términos ciertos y predecibles y estableciendo mecanismos de cierre”),
  • Al régimen laboral de Estabilidad Reforzada (estabilidad laboral para los trabajadores con pérdida de capacidad laboral que no tienen incapacidad)
  • A la Tutela (aunque en otro de sus esguinces característicos no la llama por su nombre sino “Modificación al artículo 86 de la Constitución Política”)
  • Al Sistema General de Regalías: incrementando la participación de los municipios y departamentos productores de 20% a 30%. Eliminar los OCAD municipales. Pasar de 24 sectores y 42 tipos de gasto a infraestructura en 5 sectores (transporte y logística, educación, agua potable, energía y salud). Excluir de las regalías a los municipios que prohíban la actividad extractiva. Disminuir el government take de la industria.
  • Al Sistema General de Seguridad y Salud en el Trabajo para reducir exigencias a Pymes
  • A la Ley 1508 de 2012 (Régimen Jurídico de las Alianzas Público Privadas), eliminar restricción del 30% de recursos públicos para las iniciativas privadas de proyectos sociales y edificaciones públicas, eliminar limitación de uso del suelo como parte de la remuneración a iniciativas privadas, incentivar acceso a ciudades eliminando parcialmente las restricciones de aportes públicos para iniciativas privadas.
  • A la Ley 1448 de 2011 (atención, asistencia y reparación integral a víctimas del conflicto armado), eliminando las facultades judiciales para suspender y anular los títulos mineros dentro de los procesos de restitución de tierras.
  • Definir el alcance de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) y de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) en aras de preservar la seguridad jurídica de los propietarios de buena fe.
  • Limitar las competencias de los municipios sobre el subsuelo vía una Reforma Constitucional.
  • Protección Constitucional para proyectos PINES.
  • Modificación de la Ley 1682 de 2013 en aspectos sociales, ambientales, predios, obras de emergencia (Disposiciones Generales, Principios y Políticas de la Infraestructura de Tranpsorte).

 

En aras de ser precisos, hay que decir que también se incluye ampliamente el fortalecimiento a leyes o programas existentes, y que la tentación de inventarse todo desde cero es mucho menor a la que se encuentra, por ejemplo, en el programa de Humberto De La Calle. Algunos de los programas, entidades o leyes a los que se dará continuidad o se pretenden fortalecer, son:

 

  • Fortalecer la Parafiscalidad Agropecuaria (Ley 222 de 1995).
  • Fortalecer las Comisiones Regionales de Competitividad (que de hecho juegan un papel protagónico como entes articuladores de las políticas nacionales con los territorios).
  • Fortalecer Bancoldex y Finagro.
  • Fortalecer el Fondo Nacional de Garantías.
  • Fortalecer los Conpes.
  • Fortalecer el PTP (Programa de Transformación Productiva).
  • Fortalecer el Comité Nacional de Logística (CNL).
  • Fortalecer las Unidades Técnicas de Logística del DNP, Min. Comercio y la DIAN.
  • Fortalecer el portal Colombia Travel.
  • Fortalecer los Centros de Desarrollo Tecnológico y de Negocios existentes (y crear 15 centros nuevos siguiendo el ranking de competitividad por departamentos establecidos en el Consejo Privado de Competitividad).
  • Fortalecer el Programa Vigías del Patrimonio Turístico (colegios).
  • Fortalecer el Plan Nacional de Lectura.
  • Fortalecer la Agencia de Defensa Jurídica del Estado (ANDJE).
  • Fortalecer el Instituto Nacional Cancerológico.
  • Fortalecer las Casas de Justicia y Unidades de Mediación.
  • Fortalecer (con mayores recursos) el Plan Nacional de Concertación y Estímulos (sector cultura).
  • Apoyar el Metro de Bogotá (24 km 19,5 km operacionales y 5 km de patio técnico).
  • Ley APP (Ley 1508 de 2012).
  • Ley 820 de 2003 (Régimen de arrendamiento de vivienda urbana).
  • Ley 546 de 1999 (vivienda, financiación, ahorro, impuestos y costos de construcción).
  • Ley 388 de 97 (modificarla para que incluya riesgos asociados a cambio climático en los instrumentos de planificación territorial).
  • Ley 99 del 93 (modificarla para incluir protección de cuencas hidrográficas).
  • Modificación y reglamentación de la Ley 1774 de 2016 (Ley de castigo al maltrato animal).
  • Reestructurar la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG).
  • Asignar los recursos necesarios para la implementación del CONPES 3797 (Política para el Desarrollo Integral de la Orinoquía, Altillanura a Fase I).
  • Dar correcta aplicación a la Ley 361 de 1997 a través de los inspectores del trabajo (integración social de los trabajadores en condición de discapacidad).
  • Implementar la Ley 1622 de 2013 (Estatuto de Ciudadanía Juvenil).
  • Dar continuidad a los programas de apoyo a las empresas (PTP-INNPULSA).
  • Implementar la Ventanilla Única de Licencias Ambientales (Vital, art. 46 del Decreto 2820 de 2010 reglamentario de la ley 99 de 1993).
  • Poner en funcionamiento la Comisión de Regulación de Transporte (CRT) separada del Min. Transporte.
  • Implementar las recomendaciones del Estudio Tras la Excelencia Docente (fundación Compartir).

 

Todo ello acompañado de la promoción de nuevas normas y leyes, como:

  • Ley Antitrámites
  • Simplificar el orden jurídico (compilar por sectores, por rango de leyes, expidiendo una ley para cada sector) y eliminar normas obsoletas.
  • Ley Integral de industrias creativas y culturales.
  • Ley para reglamentar el crowfounding y Ley de Mecenazgo.
  • Promover leyes y decretos que permitan la contratación estacional de personal habilitando pagos proporcionales (sector turismo y agro).
  • Crear un marco claro y transparente para la fijación de los precios de combustibles (fórmula, ajuste de precio, Fondo de Estabilización).
  • Eliminar restricciones de arrendamiento (en el Plan Nacional de desarrollo o en un proyecto de ley) para los beneficiarios de subsidios (poder vender o arrendar las viviendas que han adquirido por subsidio, siempre y cuando el propósito sea adquirir nueva vivienda).
  • Promover por ley las competencias en empleo de cada nivel: municipal, departamental, nacional.
  • Presentar un Proyecto de Ley que incluya un programa de ingreso rural por objetivos (tonelada o cabeza producida), incentivos fiscales y financieros para el uso del riego, apoyo a los productores en almacenamiento y producción de sus productos, incentivos tributarios para la producción local y exportación, fortalecimiento técnico del ICA, revisar la UAF (Unidad Agrícola Familiar), promover modelo de arrendamiento de tierras para pequeños productores, garantizar seguridad jurídica en la tenencia de la tierra para proyectos productivos (duración mayor a 15 años), eliminar las modificaciones a los POT que afecten el suelo destinado a actividades rurales.

 

Por otro lado, esta propuesta se propone la creación de varios fondos:

 

  • Fondo de capital semilla para emprendimientos científicos.
  • Regular y generar incentivos a los fondos de capital privado enfocados en emprendimiento.
  • Crear un fondo gubernamental de ahorro en el exterior (con recursos petroleros en épocas de aumento de precios) para prevenir la “enfermedad holandesa”.
  • Crear un fondo de inversión de $200.000 millones para apoyar empresas con potencial innovador.
  • Generar estrategias de ahorro programado para crear Fondos de Educación Superior.

 

Y la reglamentación de Zonas Especiales o Distritos para inversión y operación de proyectos:

 

  • Reglamentar y poner en funcionamiento las Ziders (Zonas de Interés de Desarrollo Rural) de, Económico y Social.
  • Promover inversión extranjera a través de las Zonas Francas Uniempresariales para inversiones en infraestructura turística.
  • Estructuración de Mega Distritos Culturales a través de APP
  • Generar incentivos para la relocalización empresarial en Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Cali y Buenaventura (líneas de crédito y beneficios fiscales y de impuestos prediales).

 

Y también se proponen cosas extrañas o delicadas (en términos de la ética de los procesos, el desmejoramiento de las condiciones laborales de algunos sectores, y el potencial de aprovechamiento político o de grupos de presión –económica o ilegal-), como:

 

  • Titulación masiva de 500.000 viviendas urbanas y 200.000 minifundios
  • Adjudicación de 3 millones de hectáreas de predios baldíos de la Nación.
  • Implantación de examen nacional para el ingreso a especialidad médica.
  • Definición de condiciones de remuneración y reconocimiento homogéneas para los médicos.
  • Proyectos de preparados magistrales y medicina tradicional.
  • Crear el Voluntario Ciudadano en seguridad ciudadana (personas entre 50 y 60 años) para monitorear la cuadra, el barrio, el cuadrante y educar a la comunidad (2,2 millones de hombres y 2,6 millones de mujeres), aunque no especifica educar en qué materias.
  • Establecer un sistema de información (memoria local y topográfica) de los residentes por barrios y cuadrantes.

Ver: Listado de algunas propuestas en varios sectores del plan de gobierno de Germán Vargas Lleras


Angela Davis y la democracia de la abolición

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Angela Y. Davis pone al descubierto la relación estructural entre los procesos de acumulación del capital y la dimensión racista del poder relacionadas con el sistema industrial-penitenciario.


 

Por: Helios F. Garcés

Texto Publicado Originalmente en: Diagonal Periódico

 

Democracia de la abolición; prisiones, racismo y violencia constituye una oportunidad imprescindible para retomar contacto con el núcleo nervioso de los apremiantes debates en torno a la existencia de lo que los abolicionistas llaman “el sistema industrial-penitenciario”. El libro, editado por Eduardo Mendieta con el respaldo de la Editorial Trotta, reúne en su primera parte dos textos fundamentales de Angela Y. Davis escritos en 2003 y 2005, “¿Están las prisiones obsoletas?” y “La democracia de la abolición: más allá del imperio, las prisiones y la tortura”.

La segunda parte del texto la ocupan varias entrevistas realizadas por Mendieta a la filósofa y militante histórica afroamericana. En ellas, la autora sigue ahondando en las relaciones entre racismo, clasismo y sexismo a partir de los análisis realizados sobre la función de la cárcel como dispositivo de control y represión social, así como de acumulación del capital en las sociedades globalizadas. Las torturas de Abu Ghraib, los encarcelamientos masivos de personas migrantes procedentes del Sur global, el incremento exponencial de mujeres encarceladas y la demencial extrarrepresentación de personas negras en las cárceles de todo el mundo guían las preguntas y propuestas que conforman esta obra de Angela Y. Davis traducida al castellano en 2016.

“Asumimos que las prisiones son inevitables, pero a menudo tenemos miedo de enfrentarnos a las realidades que producen. Éste es el papel ideológico que juega la prisión; nos exime de la responsabilidad de enfrentarnos seriamente con los problemas de nuestra sociedad, especialmente con aquellos producidos por el racismo y, de manera creciente, por el capitalismo global”. Tal es parte de la aguda crítica que Davis lanza sobre la cuestión naturalizada de la cárcel como campo de concentración en el que se deposita al indeseable. Es posible que para los activistas de la abolición en Europa esto no constituya novedad alguna. Sin embargo, lo realmente sugerente de dicho análisis es la manera en la que se atiende a la intersección de raza, sexo y clase que atraviesa a los sujetos predominantemente encarcelados. No se trata de un simple efecto de los prejuicios dominantes. Se presenta como prueba de la institucionalidad del racismo, una dimensión poco explorada del poder por los sectores racialmente privilegiados de la izquierda radical blanca.

Todo ello adquiere mayor relieve al situar frente al foco de atención el evidente hilo rojo que conecta la historia de la institución de la esclavitud, la segregación racial y el sistema industrial-penitenciario como parte de la persistente estrategia desplegada desde la dimensión colonial del poder moderno. El encarcelamiento no fue utilizado como forma predominante de castigo hasta el siglo XVIII en Europa y el XIX en Estados Unidos con la Revolución americana pasando igualmente a formar parte importante del sistema colonial europeo en Asia y África.

Según los estudios del icono del Black Power, la consolidación del capitalismo tardío y a la aparición de una nueva clase social emergente influenciada por las ideas ilustradas hizo que el encarcelamiento se convirtiera en una pena en sí, en lugar de representar parte del proceso que desembocaría en el castigo final. Con la influencia de la Ilustración, se comenzaba a pensar que el criminal era “reformable”, por lo que quizás, tras un tiempo de soledad tras las rejas, se produciría una conversión moral del mismo. Sin embargo, el nuevo pudor ilustrado frente a los castigos tradicionales –latigazos, amputaciones, torturas públicas− ahondaba en la subalternización tradicional de los sujetos racializados. Sabemos que tras la abolición de la esclavitud, el sistema carcelario sirvió para restringir legalmente la libertad de los exesclavizados.

 

 

Foto extraída de: Zenda Libros.

Sistema industrial-penitenciario y racismo

Retomando las lúcidas perspectivas de Frederick Douglass y de Williams E. B. Dubois, así como los relatos de Assata Shakur, George Jackson o Malcolm X realizados desde la cárcel, Angela Y. Davis pone al descubierto la relación estructural entre los procesos de acumulación del capital y la dimensión racista del poder relacionadas con el sistema industrial-penitenciario. Una lectura seria de la respetada obra de Davis sigue siendo necesaria para desmantelar la falsa y persistente idea producida desde los sectores privilegiados de la izquierda etnocéntrica que consiste en asegurar que lo racial constituye un simple eje superestructural de las jerarquías de poder.

Una lectura decolonial de la perspectiva marxista observa los fenómenos constitutivos del capitalismo introduciendo las categorías de raza y género alumbrando dimensiones esenciales de los procesos que desembocan en la división internacional del trabajo. Tal y como señala nuestra autora, la mano de obra negra convicta ha sido fundamental en la historia de los EE UU. Negar la contribución histórica de los negros contribuye a solidificar la línea de lo humano que los sitúa en la zona del no-ser.

Así mismo: “Los teóricos marxistas del derecho penal han subrayado precisamente que el periodo histórico durante el cual apareció la forma de la mercancía es la etapa en la que las condenas a prisión emergieron como forma de castigo principal”. Estudiando y subsumiendo dicho fenómeno, nos vemos obligados a trascender la reacción automatizada de carácter moral que acompaña a la cuestión carcelaria en el imaginario popular.

Al llamar al sistema carcelario “sistema industrial-penitenciario” se evoca el sistema industrial-militar dirigiendo la crítica hacia las condiciones de posibilidad en la que se perpetúa una potente industria económica internacional relacionada con la existencia de las cárceles que contribuye al enriquecimiento de las sociedades modernas. Al igual que esclavitud y colonialismo fueron procesos sobre los que, incluso según el propio Marx, se cimentó la acumulación originaria del capital, la aparición y consolidación de la mercancía, así como su relación con los trabajos forzados realizados en las prisiones del momento, vuelven a alumbrar la dimensión sacrificial inherente al sistema capitalista y vuelven a conectarlo con la subalternización de una parte de la humanidad a través de la racialización/subalternización de la diferencia. Se trata de la colonialidad del poder.

 

Foto extraída de: Image.jimcdn.

 

Cárcel e interseccionalidad

“Para las mujeres, la continuidad en el trato que reciben en el mundo libre y en el universo penitenciario es más complicada incluso, ya que también se enfrentan a formas de violencia en las prisiones a las que se han tenido que enfrentar en sus hogares y en sus relaciones íntimas. Diversos estudios sobe cárceles femeninas en todo el mundo señalan que el abuso sexual es una forma de castigo permanente, aunque desconocido, al que se somete habitualmente a la inmensa mayoría de las mujeres encarceladas”. Es necesario reproducir individuos desechables, indeseables y peligrosos según el discurso dominante. El afianzamiento del lumpen, la creación de escuelas gueto, de barrios marginales y de condiciones laborales infrahumanas que produzcan necesidad, sufrimiento y marginalidad alimenta al sistema industrial-penitenciario produciendo presos.

Sin embargo, las intersecciones producidas entre dominación racial, heteropatriarcal, las estrategias estatales de represión política y las agresiones corporales sufridas por las mujeres –especialmente por las no blancas− fuera y dentro de las prisiones han sido poco atendidas desde la crítica anticarcelaria. Así bien, a pesar de representar una minoría reclusa, las mujeres continúan siendo hoy en día el sector de población carcelaria que más rápidamente crece en todo el mundo.

Angela Davis advierte, no obstante, que mientras que el varón es castigado principalmente en el ámbito público, las mujeres siguen siendo, además, disciplinadas y castigadas en público y en la intimidad a través de otras formas invisibilizadas. Tal realidad explica algunos de los vehículos de transferencia entre violencia estatal y violencia machista, así como nos empuja a penetrar en algunos puntos ciegos de la naturaleza estructural del patriarcado. La pandemia de los feminicidios es la forma dominante de castigo hacia las mujeres y eso también explica que sean una minoría en el mundo carcelario. Además, según los estudios históricos, las mujeres han sido tradicionalmente internadas en instituciones mentales en mayor número que los hombres. La figura del desecho masculino desemboca en el arquetipo del “delincuente”, mientras que el femenino lo hace en el de la “desequilibrada mental”. Hasta tal punto ha sido operativa esta sexualización del castigo que, según nuestra autora, las presas son medicadas con drogas psiquiátricas de manera mucho más frecuente que los reclusos.

Resulta absolutamente imposible comenzar a desplegar un pequeño mapa introductorio que haga justicia a la multidimensionalidad y el rigor de la perspectiva mostrada por esta histórica e imprescindible figura de la lucha contra el racismo, el sexismo y el clasismo. Democracia de la abolición; prisiones, racismo y violencia tiene todas las características para transformarse en un texto de referencia en el mundo castellanoparlante. Un texto exhaustivo que, lejos de constituir un simple panfleto, vuelve a proporcionar herramientas para imaginar un mundo en el que las prisiones no sean necesarias.

El trabajo y las propuestas lanzadas por Davis –que podemos leer gracias a Eduardo Mendieta− están lejos de poder ser catalogadas como ingenuas o inalcanzables. Posiblemente no haya nada mejor para concluir que sus propias palabras al respecto: “La estrategia debería ser una reducción de presos, ¿cómo? Ser capaces de desarrollar alternativas efectivas implica una transformación tanto de las técnicas para determinar qué es la “delincuencia” como de las condiciones sociales y económicas que conducen a tantos niños de las comunidades pobres, especialmente de aquellas comunidades de gente de color, al sistema penal juvenil y luego a prisión. El reto más urgente y difícil de alcanzar hoy día consiste precisamente en explorar creativamente nuevos marcos jurídicos en los que la prisión no figure como nuestra mayor bandera”.

Democracia y conflicto: la democracia como movimiento histórico

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El análisis sobre movimientos sociales, no obstante, limita en algunas ocasiones, la mirada histórica, el análisis de las ideas y, como consecuencia también, la comprensión sobre el concepto de democracia y los niveles de democratización.


 

Por: Beatriz Silva 

Texto Publicado Originalmente en: Polis Revista Latinoamericana

Introducción

1 Distintas corrientes teóricas propias de las ciencias sociales han desarrollado, en las últimas décadas, un análisis lineal de la sociedad y la democracia, en la que el conflicto ha venido a ser presentado como expresión de una enfermedad del “organismo social” o bien, se ha entendido como superado con la desaparición de las oposiciones políticas (democracia de consensos) 1 . Esto ha derivado hacia la limitación del debate político, a la tecnocratización de la política y a la subvaloración de cualquier discurso de transformación profunda de la realidad.

2 No obstante, si realizamos una revisión del análisis sobre conflicto político en perspectiva histórica, es posible observar que los períodos de conflicto social y político han sido esenciales para llevar adelante los procesos de cambio que han dado lugar a esquemas sociales más democráticos (Rifo, 2016; Wagner, 1995, p. 13).

3 De este modo, la democratización, que desde una perspectiva lineal aparece como natural o bien se presenta como un proceso de buena voluntad y aprendizaje dialogante de los miembros de una comunidad política, ha sido más bien -la mayor parte de las veces-, consecuencia de una serie de enfrentamientos sociales, y principalmente de largas luchas por el reconocimiento (Honneth, 1997).

4 En este sentido, el presente texto tiene como objetivo realizar un aporte al análisis del conflicto democratizador. Para esto se realizará en primera instancia, una breve revisión acerca de cómo se ha abordado y qué significado se le ha dado al conflicto político para la teoría política y las ciencias sociales, para después comprender cuáles son los ejes que han marcado el análisis sobre el conflicto democratizador limitando, sobre todo en el actual período, la posibilidad tanto teórica, como práctica, de plantear en una profundización democrática, que supere el esquema –implícitamente – normativo, de la democracia liberal. En esta línea, como segundo punto se hará una breve propuesta conceptual que permita avanzar hacia un análisis dinámico sobre democracia y democratización, para, finalmente, abordar ciertas herramientas epistemológicas que nos entregan los trabajos del historiador inglés E.P. Thompson y del filósofo y sociólogo alemán, Axel Honneth. A través de sus aportes, intentaremos comprender la democratización insertándole un nivel de complejidad que no constriña sus causas a una sola variable, ni la disocie del contexto social, histórico y conflictivo en la que ésta se produce, la que permite comprender que la democracia es un proceso en construcción y no un sistema de reglas estático, ni que se acrecienta automáticamente, sino que se reconfigura en el debate. Breve aproximación a las teorías del conflicto: desde la teoría política a las ciencias sociales

5 El análisis sobre la utilidad y la incidencia del conflicto ha estado presente desde siempre en la teoría política. Éste existía ya en la antigua Grecia, simbolizado en la disputa entre los sofistas y Platón, donde la retórica era criticada por este filósofo dada la negación que esta práctica implicaba de un orden natural indiscutible (Serrano Gómez, 1997, p. 45). El conflicto y el debate, por tanto, no podían interferir con aquella verdad esencial, por lo que el conflicto era necesariamente dañino.

6 Para Aristóteles por su parte, la “discordia” aparecía y era alentada por “hombres malos” orientados hacia sus propios intereses (Domenèch, 2003, p. 45). No obstante, la etimología del término malo en griego (Phaûlos), permite a Antoni Domènech interpretar que estos “hombres malos”, no eran otros sino los pertenecientes al demos (Domenèch, 2003, p. 48). El conflicto para Aristóteles, iría asociado así a la intromisión de los pobres libres en la polis, es decir, el conflicto era –malamente- intrínseco a la democracia.

7 El resurgimiento de la Res-publica y la sociedad civil en algunos pequeños estados italianos hará reflexionar también a Maquiavelo sobre el conflicto (A. Hirschman, 1994; Serrano Gómez, 1997:45). En este caso, sin embargo, su enfoque irá hacia entender el conflicto como inherente y constructivo para el bien común, el que surgiría del disenso, de la deliberación y del posterior acuerdo. Esta visión, no obstante, siempre habría sido mantenida por el republicanismo clásico, el que habría buscado establecer sistemas políticos orientados a “revelar las escisiones principales y fundamentales de la sociedad” (Domenèch, 2003, p. 70).

8 Con el surgimiento del liberalismo a fines del siglo XIX, por otro lado, el conflicto – concebido por Hobbes bajo la idea de “estado de naturaleza”- aparecerá y reaparecerá con la pérdida de legitimidad de un orden social (Serrano Gómez, 1997, p.50). Para Hobbes, el conflicto tendrá el atributo de provocar miedo y tendencia al consenso en pro de un orden social estable. En este sentido, el resultado positivo del conflicto, que para Maquiavelo se fundará en la participación activa de los ciudadanos, para Hobbes derivará en el “efecto positivo” del temor y posterior deseo de delegación de la responsabilidad política (Velasco, 2002, p. 9).

9 Ya en plena ilustración, la dialéctica hegeliana, realizarán un aporte hacia una visión dinámica del conflicto y de la propia historia, lo que permitirá otorgarle un “fin” al conflicto, atribuyéndole un sentido o un espíritu que lo guía (Hegel, 2003). No obstante, para el joven Marx, inspirado y criticando a Hegel, la dialéctica no se fundará en la razón, ni en la institucionalidad, sino en las relaciones productivas que sostienen a las primeras. De este modo, para Marx el conflicto estará latente, haciéndose evidente con la agudización de las contradicciones de clase.

10 Entrando ya al terreno de la Sociología, los grandes cambios sociales producidos a finales del siglo XIX y principios del XX potenciarán la aparición de la ciencia social, y -con un énfasis en el conflicto-, también de la disciplina sociológica (Collins, 1996, p.150; Dahrendorf, 1958, p.170; Serrano Gómez, 1997, p.55). No obstante, el análisis específico sobre el conflicto iniciado en 1908 por George Simmel2 será olvidado después de la primera guerra mundial. El análisis sobre el conflicto será retomado tiempo más tarde en Estados Unidos, desde una visión funcionalista (A. Hirschman, 1994, p. 208).

11 El funcionalismo, como un ejemplo de una sociología orientada a deshistorizar los procesos sociales, será un reflejo del rechazo al conflicto y del énfasis en la cohesión social, viéndose afectado por el contexto post primera guerra mundial. Esta corrriente teórica entenderá el conflicto como algo “no sano” y no inherente a lo social, que entorpecería una dinámica que tiende hacia el equilibrio entre sus partes (Dahrendorf, 1966:113). Desde otras perspectivas, el conflicto también sería una evidencia de “tensiones” en diferentes niveles de la estructura social (Smelser, 1995). No obstante, mantendría su carácter “no sano” y propio de una disfuncionalidad.

12 Los grandes conflictos que traerá la segunda guerra mundial, influenciarán muchos análisis que intentarán comprender la profundización democrática al interior de las sociedades no soviéticas3 . En esta línea, Helmut Dubiel reflexionará acerca de cómo las sociedades democráticas se mantendrían unidas gracias al conflicto “cultivado”, el que caracteriza un tipo de conflicto social que se orienta por el autocontrol y el interés por mantener las reglas y leyes, pero también las actitudes y la cultura que sancionan los excesos del conflicto (Dubiel, 1998, p. 211). Desde esta perspectiva, la idea de conflicto como diferencia y no como supresión, sería la que lograría construir una sensación de espacio social compartido (Dubiel, 1998, p. 211). De este modo, y así como lo denomina Marcel Gauchet, el conflicto plantearía una paradoja: esta es de un “milagro democrático” (A. Hirschman, 1994, p. 206).

13 A partir de esta reflexión, no obstante, el filósofo Albert Hirschman, atribuirá dicha característica democratizadora del conflicto –de manera exclusiva- a la democracia liberal, esto dado que el orden liberal-democrático sería el único que produciría conflictos de “más y menos”, es decir, de negociación o “conflictos divisibles”. Para Helmut Dubiel, sin embargo, los conflictos “indivisibles” estarían presentes en cualquier sociedad y se desarrollarían en torno a características adscriptivas (Dubiel, 1998, p. 212). En este sentido, y como reflexiona Axel Honneth (Honneth, 1997), el conflicto democratizador se asociaría a una lucha por el reconocimiento y por tanto, podría atribuirse a cualquier conflicto identitario, que no excluye a los conflictos “de más y menos”, ni tampoco a los de clase, pues estos últimos también se fundan en una identidad. Según Dubiel señala “If one were to examine origins, dynamics, and political careers of social movements throughout history, one would conclude that ideas without interests quickly become frivolous” (Dubiel, 1998:215); y a esto podríamos agregar, que los intereses sin identidad tampoco generan movimiento. Desde esta perspectiva, el conflicto democratizador referiría tanto a movimientos identitarios, como a aquellos que se han entendido como exclusivamente asociados al interés colectivo o de clase.

14 Desde la sociología, por otro lado, y en oposición al foco puesto por parte del funcionalismo en comprender la cohesión social (Dahrendorf, 1958, p. 174) y tratando también de incorporar y de “superar” el análisis marxista, Ralph Dahrendorf se abocará a comprender el conflicto situado en una estructura de dominación, así como posiciones que representan intereses en disputa. Para Dahrendorf, el conflicto sería “un elemento vital de las sociedades”, aunque, para este autor, no sería lo único que provoca cambio (Dahrendorf, 1966, p. 120).

15 Durante este período otros sociólogos buscarán realizar nuevos análisis que profundizarán en los aspectos que inciden en conflicto, atribuyéndolo a distintas causas (conductuales, ideológicas y relacionales) (Tilly, 2007:5). También se desarrollarán análisis más estructurales que incorporarán diferentes variables para la comprensión de este fenómeno, algunos de los cuales, sin embargo, terminarán atribuyendo a la estructura total capacidad de reproducción del orden (y desviación del conflicto) y asumirán implícitamente, por ende, la imposibilidad del cambio democratizador (Callinicos, 2009; Thompson, 1981; Wagner, 1995). Este énfasis teórico en la sobre-estructuración, a la par del desencanto que aportarán los discursos post-modernos, traerá consigo un relativismo epistemológico, que permeará también la posibilidad de profundizar la democracia, diluyendo la movilización colectiva y limitando el análisis académico a lo “humanamente posible”.

 

Foto extraída de: Canalhistoria.es

 

16 Por otro lado, la importancia del conflicto asociado a las identidades se irá presentando en mayor medida después de la ola de movilización que sobrevendrá a fines de la década del ’70, la que dará lugar a al análisis sobre “nuevos movimientos sociales”. Este análisis incorporará –entre otros aspectos- una forma de entender el conflicto y la movilización social, a través de la acción de personas no necesariamente situadas en la misma posición de clase (como se había hecho hasta la fecha), sino relacionadas por intereses no materiales o identidades adscriptivas comunes. El análisis sobre “movimientos” pondrá el foco en la dinámica propia de la acción colectiva, separándose también del análisis funcionalista que los atribuía generalmente a prácticas no conscientes e irracionales. Desde la perspectiva de movimientos sociales, entonces, se revisará su recurrencia (ciclos de movilización), sus discursos, el “esquema de oportunidades políticas” que gatilla su aparición, los repertorios, etc. También se analizarán las dinámicas organizacionales, las redes, la negociación y otros aspectos que, en algunos casos, dejaran de lado el análisis estructural y el factor democratizador de estas formas de conflicto.

17 Una corriente de la sociología que se preocupará predominantemente del conflicto democratizador a nivel estructural será la sociología histórica, la que continuará la línea que iniciara Max Weber a través de su idea de una disciplina que contemplara la historia, la economía y la sociología, pero también por el joven Marx con su énfasis histórico inicial (Collins, 1996, p.87; Wagner, 2001, p. 26). La sociología histórica intentará comprender cómo han surgido y se han desarrollado los diferentes conflictos que han dado origen a distintos sistemas políticos y económicos a nivel mundial, manteniendo la línea de entender los grandes estructuras, los procesos amplios y las comparaciones enormes” (Tilly, 1991). De este modo, se cruzará también –aunque más limitado en estos casos- con el análisis comparativo, la transitología y la “democratización” más cercanos a la ciencia política. Estos últimos tipos de análisis, no obstante, apuntarán generalmente a evaluar las dinámicas de los “sistemas democráticos,” más que las grandes transformaciones políticas.

18 El sociólogo Barrington Moore es quizás uno de los exponentes más importantes cuando se habla de sociología histórica. Éste intentará responder cuáles son “los orígenes sociales de la dictadura y la democracia” (Moore, 2002). Centrándose en el análisis de distintos territorios que alcanzaron un sistema democrático o bien uno “totalitario”, en base a la movilización y poder relativo de las diferentes fuerzas sociales en disputa, Moore revisará los casos de Francia, Inglaterra, Estados Unidos, India, China y Rusia, entre otros. Desde su definición, las movilizaciones que llevaron a la “democracia” irán dirigidas a conseguir tres objetivos: eliminar a los gobernantes arbitrarios, sustituir los regímenes arbitrarios por otros justos y racionales y lograr que el pueblo participe en la construcción de los regímenes (Moore, 2002, p. 507). El problema que presenta el análisis de Moore, sin embargo, se encuentra en que no ahonda en la definición de democracia que implícitamente asume. En este sentido, califica los movimientos o conflictos que no derivaron en un sistema democrático, como necesariamente “no democratizadores” Sin embargo, si miramos más detenidamente su definición respecto al objetivo democratizador de aquellos que sí consiguieron un llegar a la democracia Moore no aclara qué sería lo que estos establecen como justo y racional o cuál sería el “pueblo” al cual estos quieren integrar, mientras al mismo tiempo atribuye un “efecto democratizador”, solo a los grupos que protegen la libertad individual y el derecho de propiedad.

19 Desde esa perspectiva, el análisis de Moore pierde contenido histórico, al no contemplar un análisis dinámico sobre democratización y sobre el concepto de democracia que utilizan las propias fuerzas en disputa. Cabe recordar que, así como la democracia se entendió originariamente como la irrupción del “demos”, o la participación de los pobres libres en la polis (Domenèch, 2003), los movimientos revolucionarios en Francia, Rusia, Inglaterra y Estados Unidos, estarán conformados también por sectores que incluirán una demanda por mayor igualdad (inclusión del demos), demanda que irá asociada, por lo general, a la de reconfiguración de la propiedad, consideración de formas de propiedad que permitiesen a los pobres ser incluidos en la polis o formas de decisión más participativas. Los movimientos sociales de levellers, los marianistas (Gauthier, 2007) o la forma de soviets al inicio de la Revolución Rusa serán ejemplos de este tipo de demanda y no puede excluírseles sin más del movimiento democratizador-. Por otro lado, para Moore, el componente anticapitalista de algunos de estos grupos será necesariamente anti-moderno y por ende, no democrático4 , cayendo en un común error respecto de asociar el capitalismo de manera directa a la democracia.

20 Una mirada que relativiza este último error, haciendo un análisis sobre el conflicto democratizador en perspectiva histórica la entregará Göran Therborn, enfatizando en el proceso vivido por algunos países de Europa durante el siglo XX. Profundizando el concepto de democracia Therborn indicará que a la fecha en que escribe (1977) solo serán unos pocos países de la OCDE los que habían logrado la “democracia burguesa”5 contemplando elecciones abiertas sin excepción de género, raza u otras limitaciones (como podía ser la renta). Por otro lado, Therborn señalará que los distintos niveles de democratización alcanzados por los países en Europa durante el siglo XX, se asociarían a la contingencia militar del periodo entre guerras o bien, al objetivo de mantener la unidad nacional en momentos de grandes movilizaciones internas. Estos factores serán los que presionarán hacia la extensión del voto a toda la población de los países de la OCDE (solo con algunas excepciones más tardías) (Therborn, 1977a). A partir de esto, Therborn concluirá que no serían las movilizaciones nacionales por sí solas las que han logrado presionar hacia la democratización (Therborn, 1977ª, p. 23), sino también el contexto geopolítico internacional el que será tanto un aliciente como una limitante para profundizar la democracia burguesa. Al mismo tiempo, para Therborn reconoce que, si bien el capitalismo no produce genera un sistema democrático, sí traería consigo una serie de cambios que hacen posible la organización de las clases trabajadoras y los subsecuentes movimientos sociales, que, “han jugado un rol vital en la lucha por la democracia” (Therborn, 1977a:p. 29, traducción propia).

21 Un análisis más actual es el de Samuel P. Huntington, quien distingue entre distintas formas de capitalismo, las que conllevan diferentes formas de democracia. De este modo, el capitalismo industrial, a diferencia del extractivo generaría una transformación económica y social más profunda, así como un entramado social más complejo y valores “que estimulan la democratización” (Huntington, 1994, p.70). Según el análisis de Huntington, la década de los ’70 habría traído una tercera ola democratizadora, la que estaría asociada al crecimiento de la clase media y el crecimiento del PIB (Huntington, 1994, p.75).

22 No obstante, esta nueva relación directa entre índices económicos o variables estructurales como precondiciones para que se produzca el cambio democratizador es criticado por el sociólogo y cientista político Dankwart Rustow (Rustow, 1970). Rustow busca así superar una visión genética-funcionalista, propia de la sociología estadounidense de la post-guerra y latinoamericana a través de los trabajos de Gino Germani y Medina-Echeverría (Aguilar, 2005, p. 11), la que establece criterios y características iniciales para el surgimiento y/o estabilidad de la democracia, o confundiendo correlación con causación, lo que mezcla las causas para la generación de la democracia con los requisitos que pueden ayudar en su estabilidad y/o resultados (Rustow, 1970,p. 341). En base a esto Rustow propone un modelo de análisis del conflicto democratizador más “dinámico”, en el que que no establezcan relaciones univocas entre supuestas causas y consecuencias de la democracia o entre estructura y súper estructura, sino que permitan un análisis “circular” (Rustow, 1970,p. 351). Si bien para Rustow, la emergencia de la democracia estaría relacionada con algún tipo de conflicto importante, como puede ser el relacionado con diferencias de clase, el tipo de conflicto y las fuerzas involucradas pueden cambiar caso a caso e incluso durante el tiempo. (Rustow, 1970,p. 363), por lo que el análisis histórico debe ser un componente importante para abordar la comprensión de los procesos de democratización: “History (…) is far too important a topic to be left just to historians” (Rustow, 1970, p. 347).

23 Finalmente y en un contexto de crisis del capitalismo en la década del ’70 y en conjunto con el fin de las posibilidades democratizadoras-no capitalistas en América Latina, la teoría democrática quedará por largo tiempo en manos –principalmente- de economistas y cientistas políticos. Esta situación producirá la limitación del análisis sobre democracia y democratización, estableciéndose nuevamente una relación implícita entre capitalismo y democracia, así como también entre conflicto e interés egoísta, a partir de lo cual toda demanda será interpretada como necesariamente individualista y racional instrumental. Desde esta perspectiva, se ha limitado –incluso epistemológicamente- la demanda por mayor igualdad y participación que históricamente han presentado los movimientos democratizadores, mientras al mismo tiempo el conflicto político se entiende como artificial y dañino.

24 Uno de los más más reconocidos respecto de cómo entender la democracia o más bien la “poliarquía” es el estadounidense Robert Dahl . Este autor, en su libro de 1989, “La Democracia y sus Críticos”, atribuye los problemas de este sistema a una confusión de escalas y a una idealización sobre la democracia. Dahl señala que, dado este cambio de escala desde la polis a los grandes territorios, resulta imposible evaluar las actuales democracias bajo los parámetros que caracterizaban a las democracias de menor escala; no obstante, la visión clásica de la democracia entraría permanentemente en conflicto con la de democracia en la escala actual, o más específicamente, con la de poliarquía, término con el que Dahl -ya en el año 1971-, buscaba definir el modelo político democrático realmente existente (Dahl, 1992, p.262).

25 Sin embargo, en la actualidad, según señala Samuel P. Huntington esta definición “procedimental” de democracia o “poliarquía” entendida como competencia, representatividad y elecciones periódicas, “triunfa” frente a otras visiones más sustantivas (Huntington, 1994:20). Este cierre epistemológico e histórico surge a partir de la irrupción de diversas dictaduras en América Latina, que ha derivado en que estudios más recientes sobre conflicto y democratización, se orienten más a entender o definir el proceso de reinstalación, más que de definición, aparición o profundización de un sistema democrático. Estos estudios han sido desarrollados especialmente desde la corriente de análisis comparativos, con distintas escuelas que aplican diferentes perspectivas, entre ellas las que abordan el análisis de las transiciones con el foco puesto en las élites -el que sería predominante sobre todo desde los análisis realizados por O’Donnell y Schmitter (Collier & Mahoney, 1997:285)-, los que analizan el rol de los movimientos sociales, los que abordan la relación entre estructura de clase y democracia, los que aplican un análisis desde la economía política y los que se centran en el análisis geopolíticos e internacionales (Ackerman, 2006, p. 118).

26 Desde la visión de los procesos políticos, y largamente dedicado a comprender las transiciones hacia el autoritarismo burocrático y desde las dictaduras hacia las democracias, Guillermo O’Donnell, en conjunto con Phillipe Schmitter (O´Donnell & Schmitter, 1984) buscará comprender las etapas por las cuales atraviesan las transiciones que ponen fin a las dictaduras, avanzando desde la etapa de liberalización, hasta períodos de democracia más sustantiva.

27 En este sentido, la primera etapa de liberalización que definen estos autores, se centraría justamente en recuperar las libertades individuales clásicas “de la tradición liberal” (O ´Donnell & Schmitter, 1984, p. 20) y en las grupales asociadas a la libertad de expresión, la ausencia de censura a los medios de comunicación y la libertad de asociación. Desde aquí se haría necesario el avance hacia la democratización, que es definida por estos autores como “el derecho de ser tratado por otros seres humanos como igual con respecto a la formulación de opciones colectivas, como la obligación de quienes instrumentan dichas opciones de ser accesibles y responder por igual frente a todos los miembros del sistema político” (O´Donnell & Schmitter, 1984, p. 21). Una tercera etapa, finalmente, sería la de socialización, en la cual se consolidan ciertos elementos de igualdad sustantiva al interior del sistema democrático. (O´Donnell & Schmitter, 1984,p.28),que unifica lo que los autores entienden como democracia social y democracia económica (O´Donnell & Schmitter, 1984,p. 28) y que, aquí entendemos como un elemento más de la democratización.

28 Por otro lado, el análisis de O’Donnell y Schmitter incorpora una visión sobre el conflicto, el que –desde su perspectiva- estaría ausente en los periodos de transición exitosa. De este modo, avizoran la posibilidad de presión democratizadora, pero de manera posterior al inicio de la transición, asociándola con una “resurrección de la sociedad civil” (O ´Donnell & Schmitter, 1984, p. 81), lo que en la práctica –desde nuestra perspectiva- daría cuenta de la importancia de la movilización social como fórmula para avanzar hacia mayores niveles de democracia. Desde esta perspectiva no tan evidente, las transiciones sin conflicto no resultarían tanto exitosas, como sí buenas formas de opacar el conflicto, el que no resuelven sino que delegarían hacia etapas posteriores. En este sentido, es posible sostener que la moderación y la renuncia a ciertas demandas en períodos de transición, -contradictoriamente destacada por estos autores como una señal de éxito- no sería más que justamente eso: “transitoria”, debiendo por ende, considerarse períodos más largos de análisis para evaluar los supuestos éxitos de las transiciones, así como la reaparición de las demandas democratizadoras “interrumpidas” por los períodos autoritarios y amilanadas en los períodos de transición.

29 Por otro lado, algunos de los aspectos más criticados de las premisas establecidas por O’Donnell y Schmitter se asocia a la importancia que le otorgan a las élites y a la moderación de los sectores más radicales en períodos de transición, cuestión que ha sido marcadamente predominante en análisis que se han realizado en Chile sobre el inicio de la transición en este país (Garretón, 1987). De este modo, algunos estudios posteriores al de O’Donnell y Schmitter han intentado encontrar nuevos elementos que permitan relativizar esta primera visión6 .

30 Finalmente, superando el análisis sobre “nuevos movimientos sociales” una de las teorías más reconocidas que sobre “contienda política”, es la seguida por Charles Tilly. Tilly, quién inicia su análisis desde la sociología histórica, introduciendo el conflicto en dicha perspectiva, aporta más tarde al desarrollo de la teoría de movimientos sociales en conjunto con los sociólogos estadounidenses Dough McAdams y Sidney Tarrow. De este modo, Tilly logra abordar tanto las revoluciones, los movimientos sociales, las “democratizaciones” y los nacionalismos-, para establecer una mirada reflexiva sobre los “mecanismos y procesos similares” y “secuencias causales” (Tilly, Tarrow, & McAdams, 2005:14) que trae aparejados estos tipos de “contienda”.

 

Foto extraída de: El Quinto Poder

 

31 Más tarde, en conjunto con McAdams y Tarrow, Tilly avanzará hacia un análisis complejo de la contienda política y la movilización social, aplicando un “enfoque relacional” (Tilly, 2007, p. 25; Tilly, Tarrow, & McAdams, 2005, p. 6). Por esta vía, los autores buscarán superar las falencias que suponen otros enfoques sobre movimientos sociales, a medida que desarrollan una metodología que no se plantea desde una lógica esencialista y que aporta con una mirada integral de los procesos, en los que se consideran no solo los intereses de los grupos que entran en conflicto, sino también las estrategias del momento y las alianzas que se forman, las identidades que se crean y se modifican y otros “mecanismos” diversos (Tilly et al., 2005, p. 250).

32 El análisis sobre movimientos sociales, no obstante, limita en algunas ocasiones, la mirada histórica, el análisis de las ideas y, como consecuencia también, la comprensión sobre el concepto de democracia y los niveles de democratización. Un ejemplo, en este sentido, lo entrega la investigadora Donatella Della Porta quien, partiendo de una breve revisión histórica, liga las prácticas democráticas renovadas por los movimientos sociales de los últimos años con las que dieron “origen” a la democracia. Incorporando nuevamente el ejemplo de las prácticas democráticas clásicas como punto de partida, Della Porta sitúa en el movimiento de trabajadores emergente con la Revolución Francesa la aparición de las distintas formas o prácticas democráticas que recuperan los movimientos sociales en la actualidad. Entre estas prácticas se encontrarían la horizontal, la autogestionada y la directa (Della Porta, 2013, p. 50)7 . Aun así, sí asocia al movimiento de trabajadores la permanente lucha por la transformación de la democracia liberal en una que contemple tanto los derechos civiles y políticos como sociales (Della Porta, 2013, p. 51).

33 De este modo, Della Porta ahonda en las nuevas y renovadas prácticas democráticas que han surgido gracias a la acción y presión de movimientos sociales en el período posterior a la década del ’70 y ‘80, las que estarían orientadas a equilibrar el poder que en la actualidad han adquirido las grandes multinacionales y organizaciones internacionales financieras, por encima de los Estados y sobre todo por encima de los ciudadanos. Estas prácticas serían una forma de “salvar la democracia” y recuperar su contenido de igualdad, asociada a factores más esenciales que la mera participación electoral (Della Porta, 2013, p. 39).

34 En este sentido, la “democracia participativa” rescatada por Della Porta, sería una forma de recuperar “lo político” para la ciudadanía, generando mayor compromiso e igualando a la primera en cuanto a posibilidad de incidir. La democracia participativa, además, tendría también cualidades respecto de considerar las diferencias entre los participantes8 . La cercanía a la toma de decisiones por parte de la población, colaboraría, por otro lado, en generar opiniones informadas, más allá de las mostradas de manera efectista por las encuestas y los medios de comunicación.

35 Lo mismo se puede decir de otra noción sobre democracia que aborda Della Porta, ésta es la de “democracia deliberativa”. Esta definición se centra en cómo los ciudadanos toman decisiones en conjunto, pero abiertos a razonar y sopesar las opiniones de los otros como forma de modificar su propia opinión. Basada en parte en la teoría de la acción comunicativa y en la de opinión pública de Habermas (Della Porta, 2013:10), la noción de democracia deliberativa o consensual se liga también con los movimientos sociales surgidos en las últimas décadas, entre ellos los Foros Sociales Mundiales y las movilizaciones y ocupaciones ocurridas en distintos lugares del mundo en contra del modelo económico globalizado. (Della Porta, 2013, p. 67).

36 No obstante, el análisis de Della Porta no aborda el cómo se generan las condiciones necesarias para sostener la igualdad u horizontalidad que requiere la toma de decisiones. De este modo, dicha visión mantiene la definición sobre democracia en el ámbito de los procedimientos, sin ahondar en cómo la estructura social influye en la capacidad y posibilidad de influir en los mismos. En este sentido, el análisis mantiene una visión ingenua sobre el conflicto político, dado que no toma en cuenta sus posibilidades de aplicación cuando se juegan grandes intereses o visiones ideológicas radicalmente opuestas. Si bien, limitar el conflicto político entendido como amigo-enemigo, reconociendo una práctica “agonística” de la política -aparece a todas luces necesarioabstraer dicha práctica de las condiciones materiales que requeriría la democracia a nivel institucional para resolver realmente los conflictos sociales, redunda en una mirada limitada del conflicto democratizador y de la propia concepción sobre democracia.

37 En conclusión, hasta aquí los análisis sobre el conflicto democratizador nos permiten reconocer una serie de enseñanzas. Entre estas se encuentran el hecho de que muchos estudios presuponen lo que se entiende por democracia, asociando el término sin mayor análisis al proyecto político burgués durante la Revolución Francesa, el cual en sí mismo nunca abogó por la participación del demos. Creemos que la no comprensión sustantiva del esquema de fuerzas que se incorporan en el conflicto político, así como de la dinámica del conflicto y la limitación de la perspectiva histórica impide comprender el conjunto de las demandas y los intereses que establecen los conflictos democratizadores. En este sentido, esto implica no considerar el contenido moral y relacional de las demandas planteadas, sino, solamente la institucionalización de un proceso.

38 Al mismo tiempo, la limitante histórica, impide asociar a la demanda democrática, participativa, deliberativa y horizontal, el contenido de igualdad material que requiere la demanda democratizadora, el que no puede quedar solo a nivel “expresivo” para ser sustantiva.

39 En este sentido, el aporte de Tilly et. al, pero también de Rustow hacia un análisis metodológico dinámico o “circular”, apunta nuevamente a revisar los conflictos políticos en toda su complejidad, incluyéndolos en una comprensión histórica, pero también – desde nuestra perspectiva- en una discusión moral sobre democracia.

40 El análisis histórico, por último, también implica la consideración del contexto internacional, el que, como destaca Therborn, también resalta la diversidad de escenarios que puede enfrentar un conflicto democratizador. Desde esta perspectiva, las demandas por mayor democracia de los últimos años, entre las que podemos incluir el movimiento 15M en España, el movimiento estudiantil en Chile, el movimiento feminista y otros en América Latina, no pueden obviar el contexto de apertura económica mundial que las últimas décadas ha tendido a limitar las capacidades de incidencia del Estado-nación en la política pública y social, tendiendo más bien hacia la igualación por debajo de los sistemas de seguridad social y a la desregulación laboral, limitando al mismo tiempo las áreas de incidencia de los gobiernos electos. En este sentido, la democratización aparece como consecuencia –no siempre única- del conflicto, poniendo en evidencia la necesidad del quiebre epistemológico y en el sentido común que lleva a la transformación del orden, así como la consideración, desde el análisis social, de cuáles son las demandas planteadas y cuáles son los niveles y contenidos de la democratización que los agentes/clases/ movimientos buscan alcanzar. Este parámetro permitirá evaluar la profundidad histórica de la demanda, comparándola también con otros períodos y con los propios acuerdos – muchas veces tácitos- establecidos por distintos sectores sociales.

41 Por último, la redefinición de los límites del Estado-nación que puede traer consigo la política tipo Trump-brexit, nos debe llevar también a reflexionar de qué manera puede esto redefinir la fortaleza, el contenido y las fronteras de los actuales movimientos democratizadores. La Democratización como movimiento histórico

42 Como veíamos en el apartado anterior, difícilmente se puede hablar de democratización sin una concepción clara y una asunción normativa, así como material e históricamente fundada, sobre lo que se entiende por democracia. Bajo la noción de modernidad política buscaremos entonces retomar un análisis que rearticule el componente normativo sobre democracia, con el análisis histórico y las condiciones materiales que hacen posible evaluar la extensión misma de la democracia, lo que, desde nuestra perspectiva restablece un vínculo con la tradición republicano-democrática, es decir, la tradición que reconoce que la incorporación a la polis requiere de medios de sobrevivencia para establecer relaciones en un plano de igualdad y libertad (Domenèch, 2003). Por otro lado, la referencia a la materialidad busca establecer también una definición de democracia que reconozca la dependencia que establece “lo político” de las relaciones entre el ser humano con otros seres humanos, y de estos con su entorno físico y social, entendiendo que éste último determina la “forma” que toma la demanda democratizadora para cada período histórico.

43 En este sentido, nos distanciamos de una idea de autonomía asociada al pensamiento económico neoclásico (Domenèch, 2010, p. 33)9 , que la entiende como libertad de la propia economía -como ley ajena a lo social10-, así como del individuo como agente únicamente económico o maximizador de ganancia. Es este concepto de autonomía ligado al pensamiento liberal, el que es característico y va aparejado al surgimiento del capitalismo (Casassas, 2010) y no es definitorio, por tanto del concepto de democracia.

44 La noción de modernidad política que trabajamos aquí no disocia, por ende, la idea de libertad o autonomía individual de los medios físicos o materiales necesarios para que ésta sea posible, y remite por tanto a situar la noción de autonomía en un contexto de relaciones de poder y de distribución de la riqueza, aparejados a una institucionalidad específica, donde se articulan el problema “formal” de la persona jurídicamente libre (…) del problema, (…) de las bases institucionales y materiales en que se as[ienta] su libertad, su autonomía y su “virtud” como “persona” (Domenèch, 2003, p. 42).

45 Por este camino analítico avanzan también los aportes de Axel Honneth y E.P. Thompson; el primero buscando reconocer el componente “moral” que a nivel individual -personal o de amor propio (Casassas, 2010)- e identitario presenta el conflicto social o lo que según su definición, serían “las reglas implícitas [o expectativas] de reconocimiento recíproco” (Honneth, 1997:193). Mientras tanto, E.P. Thompson se enfoca en la “economía moral de la multitud”, -análisis que rechaza de manera tajante la simplificación del conflicto de clases realizada por ciertos marxismos (Callinicos, 2009; Thompson, 1981)- incorporando variables relacionales y asociadas a las creencias, esquema de fuerzas y contexto histórico en que las clases se forman (Gauthier, 2013; Thompson, 1966).

 

Foto extraída de: Caracol Noticias

 

46 Ambos autores se enfocan así en comprender el rol de los conflictos y de los movimientos sociales desde una perspectiva democratizadora, aportando el primero desde una noción de autonomía generada intersubjetivamente que hace posible el desarrollo personal e identitario y que remite a las necesarias condiciones materiales y de reconocimiento que deben existir socialmente para que alcanzar dicha autonomía, mientras el segundo da cuenta de los acuerdos implícitos establecidos entre clases, los que refuerzan una noción de bien común colectivamente acordado, la que genera identidades a largo plazo.

47 Desde la perspectiva Thompson entonces, el conflicto democratizador -sin que esto pueda convertirse en un esquema causal- sobrevendría cuando un sector de la sociedad o clase se siente explotado o despojado de ciertos beneficios o costumbres tradicionales, despojo contra los que se resiste. En este sentido, el conflicto surgiría cuando un sector siente que algo que es considerado justo, en base a la tradición y el acuerdo colectivamente generado sobre el bien común, ha sido afectado por algún cambio, lo que provoca la manifestación y movilización. De este modo, tomando en consideración el aporte de Thompson, se debe rescatar que, para evaluar un conflicto democratizador es preciso revisarlo en un contexto histórico de referencia (Wagner & Rosich, 2015, p. 271), así como en un marco de acuerdo colectivamente fundado como “economía moral de la multitud” o de clase, como construcción “material” e histórica (Thompson, 1984, p.34)11 .

48 No obstante, el análisis de Thompson, orientado a analizar el conflicto de clases, no aborda los conflictos asociados a una búsqueda de autonomía como ruptura con la tradición hegemónica y que se asocia a las necesidades de reconocimiento de colectivos con características no asociadas directamente a la relación productiva o material, sino más específicamente de dominación. La democratización de este modo, no pasa solo por la extensión de los beneficios colectivos, sino también a la posibilidad de que los individuos y grupos con identidades adscriptivas puedan incorporarse en condiciones de no dominación –de reconocimiento- a la sociedad.

49 En este sentido, el análisis de Axel Honneth respecto del reconocimiento, nos permite considerar los aspectos subjetivos e intersubjetivos que orientan el conflicto colectivo e individual desde las identidades, y avanzan también hacia la democratización de posibilidades de desarrollo individual y social. El filósofo y sociólogo alemán ahonda, al igual que lo hace Thompson, en entender el conflicto desde una perspectiva no mecánica ni estructural, sino radicada en un contexto de relaciones sociales, así como de necesidades individuales y de colectivos que se encuentran en una posición de dominación, situación que genera una identidad específica. Fundamentando su teoría en el psicoanálisis, en el interaccionismo simbólico y en la filosofía Hegeliana, Honneth actualiza el análisis de Hegel respecto del reconocimiento como forma de establecer la propia autonomía (Honneth, 1997, p. 88), ya que -según indica- Hegel deja de lado este análisis, para finalmente centrarse en la conformación de un Espíritu como razón universal12 .

50 Honneth intenta, a partir de esto, establecer un modelo de eticidad que permita la determinación de “un horizonte abstracto de valores éticos que esté abierto a los diferentes objetivos de vida” (Honneth, 1997, p. 215) -sin que con ello se pierda la identificación colectiva-, mientras que asocia a la sociedad moderna y sus luchas la necesidad de ampliar radicalmente las relaciones de solidaridad13. De esta manera, Honneth atribuye al análisis sobre la lucha por el reconocimiento la “corrección” del modelo utilitarista de intereses, entendido como el “intento de grupos sociales por conservar su poder de decisión sobre determinadas oportunidades de reproducción o incrementarlo” (Honneth, 1997, p. 199).

51 En este ámbito, el propio Honneth destaca el aporte que el historiador E.P. Thompson ha realizado en términos de comprender el conflicto dentro de un marco más complejo de relaciones y luchas sociales (Honneth, 1997, p.200) y también de Barrington Moore, al que liga a Thompson a través del concepto de “contrato social implícito” (Honneth, 1997, p.202). El aporte de Honneth consiste entonces en dar cuenta de que existen personas que interactúan entre sí y que para desarrollarse en todas sus capacidades deben situarse en un contexto en el que no sólo cuenten con un sustento que haga real su independencia para poder ser libres, sino también que potencie el amor, el autorespeto y la autoestima para poder lograr la autonomía de su propia personalidad.

52 En conclusión, tanto el análisis de Honneth como el de Thompson aportan con una visión sobre las relaciones sociales que da cuenta de su construcción dinámica e intersubjetiva y de su configuración en un contexto de dominación o de articulación de fuerzas. En este sentido, se alejan de una comprensión estática, abstracta y netamente liberal del conflicto. Reconocen, de este modo, el conflicto asociado a la cultura o a la “moral”, la que genera identidades, conflictos internos o subjetivos, demandas, sensaciones de malestar, acuerdos sobre el bien común, pero también luchas por el reconocimiento de los acuerdos comunes y de las identidades subjetivas. En este sentido, la investigación histórica y sociológica y el estudio de las demandas en su contexto, en su inter y subjetividad nutre al análisis con interpretaciones más afincadas en la evaluación de los propios actores y no en conceptos distorsionados por la distancia histórica.

53 Por último, tanto Honneth como Thompson entregan una aproximación empírica flexible y cualitativa, que si bien no claramente estructurada, permite contemplar aspectos de importancia respecto del desarrollo del conflicto democratizador y el fundamento de las demandas que los colectivos, clases e individuos realizan, aportando para reevaluar con mayor profundidad y con un enfoque en “procesos” la configuración identitaria y el contenido de justicia, reconocimiento y autonomía material, personal y colectiva que impulsan los conflictos hacia mayor democracia.

 

Conclusión

54 Una de las grandes amenazas de la democracia en la actualidad y durante las últimas décadas, ha sido entenderla como un modelo estático, como un sistema que requiere precondiciones, como propia de un período en específico, como unívocamente relacionada con el capitalismo –y no como una práctica distinta decisionaria horizontal e inclusiva- o como un proceso que nada tiene que ver con la identidad, en el cual los intereses se definen según la estructura económica o la “acción comunicativa”, lo que bastaría para llegar a un acuerdo sobre elementos que pasan por el reconocimiento de lo subalterno; la amenaza ha sido también creer que ésta funciona de manera mecánica y no surge como “consecuencia del proceso histórico” de ganancias y pérdidas, donde el futuro no es siempre progresista y el pasado no siempre implica reacción.

55 El cierre epistemológico que ha implicado la asociación directa entre autonomía individual y deseo egoísta, así como la asimilación del ser humano a un homos economicus, es también una amenaza tanto para la democracia, como para la ciencia social y para el análisis que intenta interpretar el cambio social en toda su complejidad y riqueza histórica. 56 En este texto, se ha intentado por lo tanto, reconfigurar un concepto de democracia anclado históricamente, a la vez que entender dicho concepto como “recuperado” durante los procesos de conflicto democratizador y por las definiciones de fuerza que estos conflictos establecen entre diferentes colectivos. 57 Como conclusión, se ha intentado reconocer en el concepto de “modernidad política”, la posibilidad de abarcar los procesos de democratización en toda su complejidad, incluyendo con ello elementos de reconocimiento intersubjetivo, así como de acuerdo implícito colectivo, en los que radica una “economía moral de la multitud” y el desarrollo de la propia identidad.

Democracia, poder y minorías en Bertrand Russell

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En este sentido hay una concordancia con el pensamiento de Russell de la democracia de la defensa de los derechos humanos


 

Por: Álvaro Carvajal Villaplana

Texto publicado Originalmente en Revista Humanidades, Vol. 3, pp. 1-11 / ISSN: 2215-3934 Universidad de Costa Rica. 2013

 

 

1. LA NOCIÓN DE PODER EN RUSSELL

Para Russell el poder es definido como “[…] la producción de los efectos deseados […]” (2008, 23). Según él se trata de un concepto cuantitativo, ya que “[…] dados dos hombres con deseos similares, si uno de ellos alcanza todos los deseos similares el otro y además otros, no tiene más poder que el otro. Pero no hay medios exactos de comparar el poder de dos hombres, uno de los cuales puede alcanzar un grupo de deseos y el otro un grupo distinto de deseos […]”

Esta perspectiva, no se ubica en una teoría del poder descriptiva, sino que lo analiza como una noción relacional. También, el autor concibe el poder como causa de resultados . Él considera que en el ser humano existe un impulso hacia el poder, esta tendencia natural se refleja en las emociones y los sentimientos, los que conforman el deseo por el poder y la gloria. La única manera de obtener la gloria es por medio del poder, tanto el deseo de poder como el deseo de gloria son idénticos, uno conduce al otro, están estrechamente aliados. Ambos son los deseos infinitos del ser humano (2008, 3).

En este sentido, Russell considera que tanto los economistas neoclásicos como Marx se equivocaron al suponer que el interés económico es el motivo fundamental de las ciencias sociales, más bien el concepto fundamental es el de poder, en este sentido, la riqueza es tan solo un medio para alcanzar u obtener más poder, es decir, se busca la riqueza para aumentar el poder, y así la gloria. Por tal razón, el motivo que mueve al ser humano a obtener riqueza no es económico (3-4). De tal manera que, para Russell, la centralidad de la noción de Poder en las ciencias sociales se expresa en una analogía con las ciencias naturales, en particular la física: “[…] el concepto fundamental de la ciencia social es el Poder, en el mismo sentido en que la Energía es el concepto fundamental de la física […]” (2008, 4). Además, al igual que la energía, el poder puede clasificarse en categorías: “[…] como la física el poder tienen muchas formas […] Ninguna de ellas puede considerarse subordinada a otra y no hay una forma de la cual se deriven las otras […]” (4).

Esta comparación continua con la idea de la transformación de la energía: “[…] el poder, como la energía, puede considerarse que pasa continuamente de una de sus formas a otras y debería ser tarea de la ciencia social buscar leyes de esa transformación […]” (4).

El intento de aislar una forma de poder, especialmente en nuestros días, como forma económica, ha sido, y es todavía, una fuente de errores de gran importancia práctica (5). De hecho para Russell, existen unas leyes de la dinámica social, y estas sólo pueden “[…] pueden ser establecidas en términos de poder en sus varias formas. Para descubrir esas leyes es necesario, en primer término, clasificar las formas de poder y luego pasar revista a algunos ejemplos históricos importantes de los modos de organización y los individuos han adquirido el dominio de las vidas humanas […]” (2008, 6). Para él, este es un análisis más adecuado que el de los economistas.

Por lo anterior, Russell distingue varias formas de poder, cada una de las cuales tiene su utilidad. La primera distinción que hace es entre “[…] el poder sobre los seres humanos y el poder sobre la materia muerta o las formas no humanas de vida […]” (2008, 24). Si bien, a él le interesa el poder que se ejerce sobre los seres humanos, reconoce que el principal cambio de las sociedades actuales es el incremento del poder sobre la materia o la naturaleza, esto por medio del control o el dominio que se ejerce sobre ella, por medio de la ciencia y la tecnología. Aunque este es un tema de sumo interés, lo que le interesa analizar es el dominio ejercido por los seres humanos otros seres humanos.

El poder sobre los seres humanos, a su vez lo clasifica en tres categorías, esto y según cómo influye en los individuos o por el tipo de organización que implican (2008, 24). Así, desde la perspectiva de la influencia en el individuo, el poder se divide en: a) “[…] por el poder físico directo sobre su cuerpo, por ejemplo, cuando es encarcelado o muerto […]”; b) “[…] por las recompensas y los castigos utilizados como alicientes, por ejemplo, dando o retirando empleos […]” y c) “[…] por la influencia en la opinión, por ejemplo, la propaganda en su sentido amplio […]” (2008, 25). Esas tres maneras de numerar el poder según cómo influyen en el individuo, también se aplica a las organizaciones.

Estas últimas se distinguen por la clase de poder que ejercen, por ejemplo: (a) “[…] el ejército y la policía ejercen el poder coercitivo sobre el cuerpo […]”; (b) las organizaciones económicas “[…] utilizan las recompensas y los castigos como incentivos y amenazas […]” y (c) “[…] las escuelas, las iglesias y los partidos políticos persiguen una opinión influyente […]” (2008, 25). Los límites de tales distinciones no son precisos para Russell, ya que cada organización utiliza otras formas de poder, aparte de aquella que es le es más característica (25)2 .

A pesar de que a Russell se le atribuye una concepción de la política y del poder que es individualista, esto no parece ser tan cierto, ya que como expuso Russell -al igual que Niklas Luhmann (1995)- distingue entre el poder del individuo y el de las organizaciones. Además, considera el poder como colectivo. Este discute sobre cómo puede establecerse el equilibrio entre las organizaciones y el individuo, o entre el Estado y el individuo, o entre la mayoría y las minorías. Una amplia discusión sobre estos asuntos se pueden encontrar en textos como Autoridad e individuo (1949) y Libertad y organización (1934). Por otra parte, a partir de tales distinciones, Russell considera que las “[…] las diferentes sociedades difieren de muchas maneras con respecto al poder.

Difieren, ante todo, en el grado de poder poseído por los individuos o por las organizaciones […] Difieren también en cuanto a la clase de organización que tiene más influencia […] Difieren, en tercer lugar, con respecto a la diversidad de los medios de adquirir el poder […]” (2008, 5). Otra vez, dicha distinción está basada en una relación dialéctica entre el individuo y la colectividad. Ahora, esto no impide que Russell haga un análisis psicológico con base en los fundamentos biológicos de las emociones que inducen al deseo del poder y la gloria de las personalidades.

 

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De hecho en Power, dedica un capítulo al estudio de ciertos tipos personalidad, las que dan impulso a ciertas formas de poder, tal es el caso de los caudillos y los secuaces (2008, 7-22). Por otra parte, el poder no se presenta en el pensamiento de Russell como monolítico, sino que existe una desigualdad en la distribución del poder, el cual, ha existo siempre en las comunidades humanas. Esto en razón, en parte, “[…] a la necedad en parte a la necesidad externa, y en parte a causas que deben ser encontradas en la naturaleza humana. Muchas empresas colectivas son posibles únicamente si son dirigidas por algún órgano de gobierno […] El carácter de algunos hombres les lleva siempre a mandar, así como el carácter de otros les lleva a obedecer; entre esos dos extremos se encuentran la masa de los hombres corrientes, a quienes les gusta mandar en ciertas situaciones, pero en otras prefieren estar sujetos a las órdenes del caudillo” (8-9).

Es interesante contrastar esta idea de Russell de la desigualdad del reparto del poder con la idea de Jacques Rancière del reparto de lo sensible (2009, 9). Mientras que el primer indica que no todos(as) participan del poder; el segundo define “[…] el hecho de ser visible o no en un espacio común, dotado de una palabra común […]” (10). La esencia de la política no es la represión, sino “[…] el reparto de lo sensible caracterizado por la ausencia de vacío y de suplemento […]” (2006, 71), así hace visible a la víctima, al testigo, al excluido (2007, 167).

En este sentido hay una concordancia con el pensamiento de Russell de la democracia de la defensa de los derechos humanos (157). Si en Russell la democracia es la doma del poder, en Rancière, como lo nombra Fernando Broncano (2011), la democracia es la silla vacía (sobre esta concepción de la democracia véase Rancière, 2007, 126-127). Esta silla vacía es ocupada por aquellos que no participan en la repartición del poder o de lo sensible (115), los que no tienen derechos y que aspiran a tener derechos, la silla vacía es ocupada por aquellos que adquieren voz para reclamar sus derechos, pero nadie puede usurpar la silla en representación de la víctima. Veo una complementariedad en las ideas de ambos autores.

En Power, Russell se plantea dos asuntos importantes en torno al poder; el primero es la idea de la democracia como un instrumento para la doma del poder; el segundo, es la protección de las minorías como un mecanismo para la doma del poder. La democracia como la silla vacía, también sirve como instrumento para la doma del poder, y hacer visible lo invisible.

 

2. LA DEMOCRACIA COMO INSTRUMENTO PARA DOMAR EL PODER

Russell se plantea el problema de cómo “[…] asegurar que el gobierno sea menos terrible que los tigres […]” (2008, 224). A esto es lo que llama “[…] el problema de domar el poder […]” (224), el cual considera es un problema muy antiguo. Uno de los instrumentos que el encuentra para lograr el objetivo de la doma del poder es la democracia, según él: Para el que estudia la historia de la naturaleza humana debe ser evidente que la democracia, aunque no sea una solución completa, es una parte esencial de la solución.

La solución completa no se encontrará limitándose a las condiciones políticas; debemos tener en cuenta también la economía, la propaganda y la psicología en cuanto se relaciona se relaciona con las circunstancias y la educación (225). Un antecedente a esta idea de la democracia como doma del poder se encuentra Leibniz, aunque más atenuada. Para dicho filósofo la preocupación por el poder reside en cómo ejercer y administrar el poder, a partir de ciertos principios éticos, de tal forma que los gobernantes busquen o tiendan el bien común y la felicidad. Desde este punto de vista, la preocupación del filósofo es influir en las estructuras de poder existente, por lo que el gobernante debe actuar éticamente.

En este contexto la política es un instrumento para la acción y la obtención de la felicidad humana. Aunque en Leibniz esta idea de control ético tiene que ver con la voluntad del autoperfeccionamiento, que se rige por el principio del bien común, un principio metafísico tanto de la acción política como de la moral (Leibniz, 2011, 571). En última instancia, el poder para Leibniz debe ser más de tipo moral, en el sentido del ejercicio de una autoridad moral (572), el cual es la base espiritual del Estado, más que de la fuerza o la violencia, aunque el Estado o la sociedad no dejan de tener un fundamento en la coerción para imponer la convivencia pacífica entre los hombres o los ciudadanos.

El instrumento operativo para ejercer el control ético del poder de las minorías gobernantes son las leyes. La diferencia más importante reside en que Leibniz no creía en la democracia. La democracia tiene unos méritos “negativos”, según Russell, ya que “[…] no asegura un buen gobierno, pero previene ciertos peligros […]” (2008, 225). En Realidad y ficción (1957), asevera que la democracia tiene diversas ventajas: (1) hace posible un grado de libertad intelectual que no existe en modo alguno bajo un régimen despótico, aunque no descarta que en una democracia se den casos de persecución; (2) una democracia será menos guerrera que un gobierno autocrático, aunque no puede decirse, de manera absoluta, que una democracia, esté en contra de la guerra. Aunque, hace a las sociedades más pacíficas, lo cual depende de la educación y el tratamiento de la historia (1957, 94). (3)

La democracia es valiosa porque evita unas atrocidades y unos horrores a gran escala, los que se facilitan en otros regímenes, aunque a partir de la democracia algunos llevaron a algunos líderes al poder que cometieron atrocidades. (4) Otro argumento a favor de la democracia es que aporta un posible método de arreglar las diferencias, este método es legal, y sirve para enderezar los desagravios, hace posible el respeto a la ley, a una sociedad bien ordena, lo que es difícil en una autocracia (1957, 112). (5) La libertad sólo está segura, allí donde existe un proceso ordenado para el cambio de gobierno o para alterar las leyes (112). Además, (6) garantiza la libertad individual. Sin embargo, la democracia, aunque necesaria, no es de modo alguno la única solución política que se requiere para domar el poder.

 

3. EL RESPETO A LAS MINORÍAS COMO FORMA DE CONTROL DEL PODER

Para Russell la democracia existe porque todavía no se ha podido domar el poder. Por tal razón, ahí donde existe la democracia es porque aún hay la necesidad de “[…] defender a los individuos y a las minorías contra la tiranía, tanto porque la tiranía es indeseable por sí mismo como porque es probable que conduzca a la alteración de la razón […]” (2008, 231). Así, la democracia es concebida como una defensa de los derechos humanos de los individuos y de los grupos minoritarios.

 

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Esta defensa proviene no solo del Estado, sino que deben existir una serie de “[…] asociaciones para defender esta o aquella forma de libertad y para provocar una crítica activa contra los funcionarios, la policía, los magistrados y los jueces que se exceden en sus poderes […]” (231-234)3

Una advertencia importante ha de hacerse, Russell no se refiere a la defensa de las minorías que ostentan el poder, sino a aquellas que se encuentran en situación de dominación, desigualdad o exclusión, ya que una minoría en el poder, puede someter a una mayoría, en sus palabras: “[…] los peligros de la esclavitud y de la servidumbre son familiares y dondequiera que una minoría tiene un monopolio seguro del poder político es probable que la mayoría caiga, tarde o temprano, en la esclavitud o en la servidumbre.

Toda la historia demuestra que, como podría esperarse, no se puede confiar en las minorías cuiden los intereses de la mayoría […]” (2008, 257). Por tanto, según Russell no hay ningún grupo, que a priori, pueda ser considerado como “bueno” o “malo”, por lo que supone que “[…] ninguno de los grupos, si consigue el poder, se preocupará de los intereses del otro, excepto en la medida en que está impresionado por el temor de una revolución […]” (2008, 226-227). Según, él “[…] toda la historia demuestra que, como podía esperarse, no se puede confiar en que las minorías cuiden los intereses de la minoría […]” (2008, 226). El asunto es ¿quién decide cuál grupo es bueno o malo?, este sólo puede hacerse por el criterio de la imparcialidad.

En la vida social existe de la imparcialidad, la que se obtiene por la acción colectiva “[…] la única forma practicable de imparcialidad, en esas materias, es el gobierno de la mayoría […]” (227). Empero, si bien, la democracia es necesaria, “[…] no es de modo alguno la única condición política que se requiere para domar el poder […]” (2008, 227), ya que “[…] en una democracia la mayoría puede ejercer una tiranía brutal y completamente innecesaria sobre la minoría […]” (227). Las minorías nacionales, religiosas y políticas, pueden ser perseguidas, así como las mujeres excluidas. Por eso, “[…] la salvaguardia de las minorías, en tanto que es compatible con un gobierno ordenado, es una parte esencial de la doma del poder […]” (227).

La doma del poder por la democracia y la defensa de las minorías, requiere la consideración de delimitar aquellos asuntos en los que “[…] la comunidad pueda obrar como un todo y aquellos en los cuales no se necesita la uniformidad […]” (2008, 227). Por ejemplo, una decisión colectiva debe tomarse en relación con las cuestiones geográficas, es más fácil resolver un problema de minorías que se encuentra concentrada geográficamente, que cuando una minoría se halla distribuida en una región, por ejemplo, el caso de una minoría religiosa, en este caso no es necesario establecer una uniformidad (259). Así, según Russell: La cuestión del grado de libertad que es compatible con el orden no puede ser establecida en abstracto.

Lo único que se puede decir es que donde no hay una razón técnica para una decisión colectiva debe haber alguna poderosa razón relacionada con el orden público si se ha limitar la libertad (228). En Principios de reconstrucción social (1916), Russell, considera que en la pretensión de la doma del poder, la ley es representada con frecuencia como una alternativa para la fuerza, pero esto según él, esto es un error. En esta obra el derecho aparece como un modo de organizar la fuerza, pasando de individuos o grupos pequeños a otros mayores (90). Así, el derecho no es solo un modo de regularizar el dominio del más fuerte, es también el modo de regulación de las relaciones sociales entre iguales (1916, 92).

Esto recuerda a Max Weber, en Sociología del Poder (2007), cuando se diferencia poder de dominación. Es decir, un poder que se obedece por ser legítimo y un poder en tanto dominación, es decir, imposición de unos sobre otros. En Russell, al igual que en Weber se trata de una debate sobre la legitimidad del poder. En este sentido, para Russell, la justicia en la democracia cumple dos dimensiones: (a) una tiene que ver con el mérito y el control del poder; (b) el otro es que implica la igualdad. Ahora, para Russell no es recomendable la “igualdad lisa y llana”, sino que tiene haber algún de desigualdad, la última está “[…] justificada por sus efector útiles y no por cualquier concepto abstracto del mérito y el demérito […]” (97). Lo propio de la justicia es la igualdad, salvo cuando la desigualdad se revele socialmente útil (1916, 98). Pero no cualquier desigualdad, no se pueden admitir las desigualdades injustas, sino aquellas que son justas (98).

Se impetrada, según el análisis que hace en Power, que la desigualdad que favorece a las minorías que sufren injusticia es la deseable. Una forma de desigualdad injusta es la que se genera con el racismo. Según Russell, el racismo tiene su fundamento en las emociones, en especial, el odio, y en particular, el odio racial, el cual consiste en el miedo a lo desconocido (1916, 123). Ya que, “[…] lo que es desconocido es inalcanzable y lo que es inalcanzable puede ser peligroso. Tal es el sentir que ha inducido a los hombres a la búsqueda de leyes científica […]” (123). Este miedo desaparece con el conocimiento (1245), por ende, con él, el conflicto. A pesar que la ciencia y el conocimiento pueden contribuir a eliminar el odio racial, para Russell “[…] siempre habrá razones para odias a los grupos ajenos […]” (125).

A este respecto, Russell enuncia dos fuentes más de tal emoción, las que aparentemente son contrarias, pero las que están íntimamente relacionadas en la realidad, ellas son: (a) el deseo de sentirse superior y (b) el miedo a sentirse inferior (126), de tal manera que “[…] cuando el sentimiento de seguridad se hace inseguro y es reemplazado, parcial o totalmente, por un sentimiento de inferioridad, entra en juego algo más profundo, es decir, el miedo hostil que todos los animales gregarios tienen a los miembros de otros rebaños […]” (126). En Power advierte que la solución a este problema es la educación en la tolerancia y la libertad como formas de limitar o domar al poder. Si bien, Russell, en Power, no habla de los gais, lesbianas y transexuales como una minoría, al menos en su obra pueden encontrarse dos textos que se refieren a este grupo y sus derechos.

El primero de esta cita se encuentra en Retratos de memoria y otros ensayos (1956b), ahí cita a S. Mill, quien condena en la legislación inglesa de su época por su discriminación a los homosexuales. A respecto Russell considera que “[…] si dos adultos emprenden voluntariamente, semejante relación, es asunto que sólo les interesa a ellos y en el que la comunidad, por lo tanto, no debe intervenir […]” (1956b, 127). Esta perspectiva calza perfectamente en el planteamiento que hace en Power, en la distinción entre aquellos asuntos que deben ser uniformados y aquellos que deben ser tratados en su especificidad o como se plantea en Principios de reconstrucción social, que la mayoría no tiene derecho a intervenir, pues la desigualdad que se establece es útil socialmente.

 

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Por tanto, se trata de un asunto de tolerancia y libertad. Así, la comunidad no puede intervenir en la prohibición de la homosexualidad, “[…] por la simple razón de que tal conducta sea considera perversa […]” (1956b, 127). Por tanto, el derecho penal “[…] debe ser invocado, para evitar que se cometan violencias o fraudes sobre las víctimas involuntarias; pero no debe ser invocado cuando, por grande que sea el prejuicio que pueda existir, éste es sufrido sólo por los agentes de los actor que acarrean ese prejuicio […]” (127). La segunda cita sobre la homosexualidad se encuentra en la antología de textos Bertrand Russell responde, ahí indica que “[…] su actitud respecto a la homosexualidad consiste en que no se ha de encarar con un criterio distinto del que se aplica a las relaciones heterosexuales […]” (1969, 170).

Russell asume una posición de normalización de las relaciones homosexuales, esto referido al tratamiento del matrimonio, el divorcio y a los hijos de las personas homosexuales. Sobre el divorcio, Russell considera que “[…] muchas veces estas consideraciones extramatrimoniales, homo o heterosexuales, sean indeseables, pero si uno de los conjugues está profunda y seriamente enamorado de otra persona, es muy difícil que el matrimonio continué siendo feliz y a veces lo aconsejable es el divorcio. En estas cuestiones es imposible dictar reglas generales […]” (170). Este es un asunto de libertad, tolerancia e igualdad.

Así, siguiendo los principios que limitan el poder: la libertad y la tolerancia, puede interpretarse que Russell, en la ontología Russell. Respuestas a preguntas fundamentales, considera que la libertad no puede existir sin la tolerancia. Para él, la “[…] base esencial de la libertad no radica simplemente en las instituciones políticas, sino en la difusión general del conocimiento de que todas las opciones tienen derecho a existir y de que, por muy convencido que uno esté, es posible que se equivoqué […]” (1993, 109). En el contexto del pensamiento general sobre el tratamiento de la democracia y el poder, esto se aplica a las minorías. Para Russell, la prueba de la tolerancia consiste en tolerar aquello que nos desagrada, ahora, una tolerancia madura para Russell, es aquella que no castiga ninguna opinión, podemos incluir ciertos comportamientos, como el homosexual, mientras no tenga como resultado algún acto delictivo (316).

La tolerancia por tanto tiene límites (317). Aunque, las minorías han de ser protegidas, en Ensayos impopulares, Russell advierte que, si bien, a veces éstas son admiradas de tal manera que se considera que los oprimidos tienen una superior virtud, es el caso de las naciones sometidas, los pobres, las mujeres y los niños (1950, 112), sin embargo, Russell que tal manera de argumentar es una forma de idealización. En contraste, en Autoridad e individuo, indica que la dignidad sólo ha sido privilegio, por necesidad, realmente, una virtud de unas minorías, podríamos decir privilegiadas, ya que “[…] donde quiera que existe la desigualdad de poder, no es probable que la encontremos entre los que están a la autoridad de otros.

Unas de las características más repulsivas de las tiranías de la injusticia es la forma en que obligan a las víctimas de la injusticia a rendir homenaje a los mismos que lo maltratan […]” (1949, 78). Esta es la razón por la que aquellos que se oponen, por ejemplo, a una oligarquía establecida, la menosprecian. Por lo anterior, Russell afirma que “[…] la igualdad existe lo mismo donde todos son esclavos que donde todos son libres, lo que demuestra que la igualdad, en sí misma, no basta para construir una sociedad ejemplar […]” (1949, 79).

Ahora independientemente de tal advertencia, frente a los poderes exorbitantes del Estado frente al individuo y los grupos, en Caminos a la libertad (1918), plantea una manera de domar el poder, la cual consiste en la extensión del autogobierno a todos los grupos relevantes en aquellos asuntos que les conciernen y que no afectan sustancialmente al resto de la comunidad, si bien esta obra se refiere a los consumidores, los sindicatos y los productores, según el planteamiento aquí sintetizado de Russell, esta actitud puede extenderse a las minorías y a las minorías sexuales.

 


NOTAS

1. Según Norberto Bobbio, en la filosofía política el poder es presentado bajo tres aspectos con base en los cuales se pueden distinguir tres teorías fundamentales: la sustancialista, la subjetivista y el tradicional, esta último es la más usada. En la primera categoría de teorías ubica a Hobbes y Russell, y una de las teorías menos usadas, en especial la de Russell. El poder se concibe como aquel que tiene un ser humano en el presente para obtener algún aparente bien futuro (108). Se trata de dones materiales y adquiridos. En Russell esta teoría adquiere la connotación de “producción de los efectos deseados”, y en cuanto tal adquiere tres formas, como se anota en el ensayo: (a) físico y constrictivo, (b) psicológico: amenazas, castigos y recompensas y (c) persuasivo y disuasorio, por medio de la educación (1989, 105).

2. Al respecto de los tipos de poder que distingue Russell, cabe recordar que para Luhmann el poder debe diferenciarse de la coerción para hacer algo concreto y específico, en casos extremos la coerción recurre a la violencia física, y esta se ejerce donde hay carencia de poder (1995, 14).

3. Si bien Russell analiza la democracia desde la perspectiva positiva, existe un debate actual que plantea los problemas de la democracia y el odio hacia ella porque no cumple con las aspiraciones que promete. Una síntesis de los argumentos que expresan ese malestar se encuentra en Jacques Rencière, en El odio a la democracia (2006) y en Andrea Greppi, Concepciones de la democracia en el pensamiento político contemporáneo (2006).